Resuelto el enigma del origen de Fobos y Deimos, las misteriosas lunas de Marte

Resuelto el enigma del origen de Fobos y Deimos, las misteriosas lunas de Marte

Hace miles de millones de años, un enorme objeto helado chocó contra el planeta rojo y levantó una nube de escombros que formó un anillo alrededor de Marte y del que surgieron las dos lunas

El misterioso origen de las lunas de Marte

En la ilustración, Marte con sus dos satélites, Fobos y Deimos NASA/JPL-Caltech/Malin Space Science Systems
José Manuel Nieves

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El origen de Fobos y Deimos, las dos lunas de Marte, ha sido siempre un enigma. Algunas de sus extrañas propiedades, en efecto, llevan mucho tiempo desconcertando a los científicos. Por un lado, ambos satélites son muy pequeños (22,2 y 12,4 km respectivamente) y tienen formas irregulares. Además, Fobos está tan cerca de Marte (a solo 6.000 km de su superficie) que está siendo despedazado por las fuerzas de marea, de modo que se acerca cada vez más al planeta y terminará convirtiéndose en un anillo de rocas que finalmente caerán sobre él. Todo lo contrario que Deimos, más pequeño y distante pero que disfruta de una órbita cómoda y estable alrededor del planeta rojo.

Entre las teorías que se han barajado hasta ahora, la más aceptada sugiere que estas lunas podrían ser asteroides 'de paso' capturados por la gravedad marciana. Según esta hipótesis, Fobos y Deimos se originaron en el cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, y fueron capturados por Marte en algún momento de la historia temprana del Sistema Solar.

Otros, sin embargo, proponen que Fobos y Deimos podrían haberse formado al mismo tiempo que Marte, a partir del disco de escombros que rodeaba al Sol recién nacido, en los albores del Sistema Solar. Pero la forma irregular y la escasa densidad de estas lunas (muy inferior a la del propio Marte) desafían esta teoría.

Pero existe otra posibilidad, y ahora un equipo de investigadores parece haber encontrado una solución al misterio: Fobos y Deimos se formaron como consecuencia del impacto de un gran objeto helado (puede que con un tamaño similar al de Plutón) sobre Marte, hace miles de millones de años. El hallazgo, capitaneado por Courteney Monchinski, del Instituto de Tecnología de Tokio, acaba de ser presentado por los investigadores en la 'Conferencia sobre Ciencia Lunar y Planetaria' que se celebra estos días en Houston, Texas.

Los misterios de Fobos y Deimos

El estudio de la composición geológica de Fobos y Deimos, incluídas las señales que indican la presencia de agua, han sugerido siempre la idea de que ambos se parecen más a los asteroides que al propio Marte, lo que llevó a la hipótesis de que fueran asteroides capturados. Sin embargo, esa posibilidad no consigue explicar sus órbitas circulares, que según Monchinski y su equipo apuntan a un origen bien distinto: las dos lunas podrían haberse formado cuando un objeto grande y frío se estrelló contra Marte, expulsando material del Planeta Rojo para crear un disco de escombros que, más tarde, se fusionó en las dos lunas.

La teoría del impacto no es nueva, pero tiene un grave inconveniente: el proceso habría calentado todo ese material a miles de grados, lo que habría evaporado el agua y derretido gran parte del material similar a los asteroides que se encuentra en las superficies de las dos lunas. Hasta ahora, los científicos que han tratado de 'hacer funcionar' esta posibilidad habían sido incapaces de hallar un escenario que consiguiera explicar tanto la composición como las órbitas de las dos lunas. Pero eso es exactamente lo que Monchinski y sus colegas han conseguido hacer.

La clave, un impactador helado

Los investigadores llevaron a cabo numerosas simulaciones del impacto de Marte contra un gran objeto helado, en lugar de contra uno rocoso. La principal ventaja de este escenario es que una buena parte del hielo se habría vaporizado durante la colisión, absorbiendo una gran cantidad de calor. Como consecuencia, el disco resultante sólo se habría calentado a unos cuantos cientos de grados en lugar de a varios miles, permitiendo así la 'supervivencia' de una parte del agua.

Otra ventaja importante de este escenario es que, con un impactador helado, el disco habría terminado teniendo hasta un 80 por ciento de material del impactador y sólo un 20 por ciento de material de Marte. «Esto es interesante -dice Monchinski.- porque significa que las lunas están compuestas principalmente de materiales del impactador en lugar de materiales de Marte». Lo cual explicaría por qué la composición de Fobos y Deimos es tan diferente a la de Marte.

Por último, y debido a que se trata de un escenario de impacto gigante, también tendría sentido que las lunas terminaran en sus órbitas circulares actuales. El principal problema de esta idea, sin embargo, es que podría provocar la caída de enormes cantidades de agua sobre Marte. Pero Monchinski cree que eso es una cuestión de tamaño, y que un impactador más pequeño que Plutón (que mide cerca de 1.200 km de diámetro), tal vez del tamaño del asteroide Vesta (unos 250 km) o incluso menor, no causaría el mismo efecto.

Por supuesto, el equipo está afinando sus cálculos, y publicará próximamente sus resultados.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación