El club de la lucha (1999), de David Fincher

Sin duda. El club de la lucha es una película violenta. Hay sangrientas luchas cuerpo a cuerpo, destrozos materiales, muertes. Pero justo es reconocer que la presencia de tan explosivo material está argumentalmente justificado, y sirve para reflexionar sobre una sociedad que, vacía de ideales, no ofrece otra salida que la violencia a determinados sectores marginales. En suma, una película violenta contra la violencia. Curiosa paradoja.

E. Norton

“Pienso que es muy fiel al espíritu del libro. El final está algo amplificado, es más cinematográfico, y de algún modo creo que está más desplazado hacia lo redentor.”

“Creo que en la película mi personaje ha logrado algo, como ocurre al final de El graduado. No sé lo que ha logrado exactamente, pero tienes la sensación de está en un punto medio entre su antiguo yo y el lado de sí mismo que ha estado batallando.”

B. Pitt

“Somos la primera generación criada junto al televisor, lo que significa un bombardeo publicitario que te vende un estilo de vida. No parece que haya una dirección. Nuestros ideales se limitan a que si puedes llegar a una situación en que conduces este coche, bebes esta marca de cerveza y tienes este tipo de mujer, [tendrás] una especie de felicidad espiritual.”

H. Bonham Carter

“Siempre me ha parecido patético el hecho de que los hombres que se sienten inútiles tengan la necesidad de probarse a sí mismos a través de la violencia física.”

Las películas de David Fincher (y El club de la lucha no es la excepción) tienen todas un punto en común: exploran la inagotable búsqueda del hombre, que quiere encontrar un sentido a su vida. Así ocurría en Alien 3, una película que desconcertó a los seguidores de la teniente Ripley por secuencias como aquella en que la protagonista se sacrifica para salvar a la humanidad. En Seven mostraba a un asesino que comete sus crímenes según los parámetros de los siete pecados capitales; todo un aviso para una humanidad desorientada y agotada. Detrás del aspecto ligero de The Game, Fincher seguía la pista a un millonario egoísta, cansado de todo, al que parece no faltarle de nada. Hasta que se ve involucrado en un juego que le devuelve las ganas de vivir.