Federico Valverde, jugar al fútbol de muchas maneras

Federico Valverde, jugar al fútbol de muchas maneras

En diferentes roles, el mediocampista de Uruguay es una pieza clave para Marcelo Bielsa y fundamental para el Real Madrid.

FIFA
  • Valverde jugó todos los partidos de la temporada con el Real Madrid

  • Pieza clave en Uruguay para las pretensiones de Bielsa

  • Un repaso por su proceso como jugador, desde las inferiores de Peñarol a brillar en la élite

En una clínica de fútbol que brindó hace algunos años, a Marcelo Bielsa le preguntaron sobre el proceso de formación de los futbolistas. "Es muy común decir 'todos los equipos de un club de juveniles deben jugar con el mismo esquema'. Yo opino todo lo contrario", arrancó. 

Desde su punto de vista, lo único que una institución debe seguir como unificador es el estilo. Es decir, si el equipo pretende ser de posesión, de contraataque o defensivo, entre otras variantes. 

"Todos los equipos de una institución deben jugar con los 10 esquemas durante los cinco años que suele durar la etapa de formación. Los esquemas son muy poco importantes y los jugadores son laterales, centrales, extremos, atacantes, volantes ofensivos, defensivos e intermedios. Y con eso tienen que aprender a moverse. Subiendo, bajando. Abriendo y cerrando". 

Pasaron los años y Federico Valverde, ahora su capitán en la Selección de Uruguay, de presente brillante en el Real Madrid, semifinalista de la Liga de Campeones y líder absoluto de LaLiga, parece un jugador tallado bajo las pretensiones del entrenador argentino. Y, quizás, su desarrollo no haya sido una casualidad. 

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Cuando Valverde empezó a jugar en las divisiones inferiores de Peñarol de Uruguay, era un típico 10 sudamericano: hábil, talentoso, elegante y desequilibrante. Pero, también, físicamente endeble y desapegado tácticamente. 

Hasta que, en sexta división, José Perdomo lo sacó de una posición de entrelíneas entre mediocampistas y delanteros y lo ubicó como segundo atacante, cerca al centrodelantero. Pero Valverde decía que no le gustaba.

Lee "Los inicios de Valverde, el chico que no quería correr"

Luego lo ubicó como un mediocampista interior en un 4-3-3. Primero lo trabajó en la cancha durante los entrenamientos. Le enseñó cómo moverse. Las curvas, los relevos, los pases entre líneas. Los conceptos de marca. Los aprendió: para Valverde comprender el fútbol siempre fue sencillo. Pero no quería correr. No le gustaba. Quería ser enganche: flotar detrás de los delanteros libre de responsabilidades. Perdomo, ya sin más herramientas, recurrió a lo último que tenía a mano: lo sacó del equipo. Le explicó que lo necesitaba en otro sitio del campo y lo sentó con los suplentes. Aunque amoroso, era un tirón de orejas. Estuvo dos partidos con los relevos. Solo brillaba en los segundos tiempos.

Un sábado, antes de enfrentar a Deportivo Maldonado, Valverde se acercó a su entrenador: -Chueco, creo que lo entendí- le dijo. -Ah, muy bien, Pájaro. Lo vas a hacer. Y lo vas a hacer muy bien. Valverde se acomodó en la mitad de cancha y no salió más.

Subió a la Primera de Peñarol y su entrenador de ese momento, el histórico Pablo Bengoechea, dijo: "Nunca vi a un chico de su edad con tantas virtudes. Es excepcional".

A los 25 años, Valverde se posiciona como un líder indiscutido de Uruguay y de su club, en el que disputó 46 partidos consecutivos y destaca como el que más minutos jugó en una temporada en la que el equipo de Carlo Ancelotti sueña a lo grande. 

En el Real Madrid, clasificado al Mundial de Clubes 25, jugó de extremo por derecha en un 4-3-3 (posición que ocupó, por ejemplo, en la final de la Liga de Campeones que el Merengue le ganó al Liverpool, en la temporada 2022-23), fue doble pivote con Toni Kroos y hasta lateral derecho en la era de Zinedine Zidane. Actualmente, se ubica como interno por derecha, con Camavinga o Tchouameni centrado, el alemán a la izquierda y los tres de arriba: Bellingham, con mayor predisposición defensiva, Rodrygo y Vinicius. 

"Es muy completo e importante. En el mismo partido puede jugar de distintas maneras. Es muy raro encontrar medios en el mercado con este perfil. La suerte que tenemos es que juega con nosotros. Pienso que él puede mejorar aún cuando él empiece a tomar más personalidad y carácter. Es una persona muy humilde que entiende que es fuerte y este perfil de humildad en cierta manera es bueno, yo los prefiero humildes a arrogantes. Pero a veces un poco de arrogancia te hace ser más fuerte de carácter", dijo Ancelotti.

Valverde, capitán de la Celeste desde el inicio de la era Bielsa, dejó de lado -quizás por esa iniciativa de Perdomo- la lejanía al rigor y convirtió a su físico en un templo de excelencia. Es rápido para los desplazamientos cortos pero especialmente bueno para distancias largas. Puede recorrer la banda de manera incansable; así le marcó al Manchester City en el encuentro de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones 2023-24. Sobre el final del encuentro, cuando el cansancio pesaba y aparecían los espacios, metió una corrida intensa que derivó en un remate inatajable.

Tiene una pegada de élite; para disparar al arco pero también para realizar cambios de frente, centrar o filtrar pases. Su época de volante ofensiva cuando era un niño le agregan un instinto por el gol que pocos jugadores de su posición tienen. 

Defensivamente, cumple con todas las facetas: retrocesos, presión tras pérdida, recuperaciones. 

Para Uruguay, Valverde es el símbolo de lo que pretende Bielsa para su mediocampo, también integrado por jugadores integrales, como Rodrigo Bentancur, Nicolás de la Cruz y Manuel Ugarte. 

"Los cuatro deciden, manejan la pelota, se desmarcan, y no es común encontrar jugadores que distribuyen el esfuerzo para recuperar y la jerarquía durante la posesión”, dijo Bielsa. 

Más allá del rendimiento de Uruguay (segundo en las Eliminatorias sudamericanas, a dos puntos del líder Argentina), la prueba más grande estuvo cuando esos jugadores -con Valverde como líder- anularon a la Albiceleste en la Bombonera, en noviembre del 2023. Presión alta, equipo corto y desesperación por recuperar el balón y, una vez ganada la posesión, jerarquía para mantenerla y generar opciones de la manera más rápida posible.

Como casi siempre, Ancelotti parece definirlo con las palabras justas. Así lo definió: "Valverde es un jugador completo. Puede jugar al fútbol de muchas maneras". Y, tras la victoria del Real Madrid ante el Barcelona, comentó: "Es un jugador de equipo. Esto, para mí, es determinante en el hecho de que siempre lo puse, porque es un jugador de equipo y donde lo pongo, él aporta. Aporta como extremo, aporta como pivote. A veces cuando lo pongo en una línea más, aporta, en el sentido de dar asistencias y goles. Entonces, es insustituible para mí".