Gento, la crónica sentimental del futbolista fue capaz de conquistar seis copas de Europa
Gento, la crónica sentimental del futbolista fue capaz de conquistar seis copas de Europa
La instantánea de una época

Gento, la crónica sentimental del futbolista fue capaz de conquistar seis copas de Europa

Un libro, 'Gento Real', escrito por su sobrino, bucea en la historia del club blanco en la década de los cincuenta y sesenta, cuando el jugador madridista es fundamental

Foto: Paco Gento, en un partido con el Real Madrid. (Cedida)
Paco Gento, en un partido con el Real Madrid. (Cedida)

De Gento se ha dicho que corría como un galgo, que sus galopadas por la banda izquierda eran comparables a las de un plusmarquista de los cien metros lisos y que su regate era prodigioso. Y, la verdad, si uno echa un vistazo a cualquier video de YouTube que lleve su nombre podrá comprobar que hay mucho de cierto. Paco Gento (1933-2022) era un portento de la naturaleza, veloz y con una arrancada que conjugaba la fuerza de un físico descomunal con la suavidad de un giro o un pase estilizado en cualquier momento.

El fútbol moderno ha hecho que construyamos una especie de gran muralla alrededor de aquellos futbolistas que levantaron los cimientos del fútbol que hoy conocemos. Sin embargo, resulta interesante seguir la trayectoria de Gento durante los cincuenta y sesenta porque los cambios que se viven en el fútbol de esos años son fundamentales. También por el valor que tiene levantar seis copas de Europa. El único jugador de la historia en lograrlo hasta el momento. Y lo hizo con dos equipos muy diferentes, el Madrid de Di Stéfano y el Madrid yeyé, catapultado por los Pirri, Amancio y Grosso de la época.

José Luis Llorente Gento, sobrino de Paco y emblema del Real Madrid de baloncesto, donde jugó quince años, ganando ligas y copas de Europa, incluida una medalla de plata ante la mítica selección estadounidense de 1984, ha escrito un libro que tiene mucho de crónica sentimental y de historia de un pasado que con los años se va volviendo más borroso.

Foto: Paco Gento y Alfredo di Stéfano, con la Internacional. (Cedida)

Gento Real, editado por Geoplaneta, es además la instantánea de una época y de unas formas que ya son imposibles de imitar. Los retratos que hace de Santiago Bernabéu, Raimundo Saporta o muchos de los jugadores que acompañaron a su tío son de una belleza y lucidez únicas. De ahí el valor de estas 250 páginas, con mucho relato en primera persona y una mirada que es capaz de contar, con ojos de hoy, lo que fueron capaces de hacer aquellos futbolistas.

Un Real Madrid más cercano

"Hay una historia que es casi sagrada para muchos madridistas y uno debe tener mucho tiento para meterse a hablar de ella”, comenta una mañana de mediados de febrero su autor, vinculado a una estirpe de deportistas que echa sus raíces en su abuelo, jugador del Guarnizo hace un siglo, y que hoy día tiene como máximo exponente a su sobrino Marcos Llorente, el centrocampista del Atlético de Madrid. "De primeras me parecía algo un poco inalcanzable, pero mi hijo Sergio me insistía mucho con que tenía que escribir la historia de Paco [Gento]. Y sin saber muy bien para dónde iba a tirar empecé a escribir algunas cosas. Luego el libro fue cobrando otra dimensión, porque no quería pisar terrenos que estaban ya muy pisados. Es decir, no quería repetirme. Y creo que en el libro hay muchas cosas desconocidas, incluso para los más cafeteros".

La historia que se cuenta no es una historia exhaustiva, sino que se centra en diferentes pasajes que han sido fundamentales para la historia del Real Madrid y la familia Gento, que es también la familia Llorente. Es un desplegable que tiene mucho de análisis, aquel que el propio Llorente ha realizado a través de su propia memoria y de horas y horas delante de la televisión. Con un carácter meditativo, pero que no deja de lado la anécdota o el estudio de jugadas que han sido fundamentales para el devenir del club blanco, encontramos comentarios verdaderamente certeros. "Eran futbolistas de temperamento granítico, de un tiempo en que cada uno aprendía el juego a través de la intuición", se puede leer al inicio del libro.

"Hay una historia que es casi sagrada para muchos madridistas y uno debe tener mucho tiento para meterse a hablar de ella"

En otros momentos, es Llorente quien recoge el pensamiento de su propio tío: "En el Madrid había que ganar siempre. No podíamos ni pensar en el empate. Íbamos a La Coruña y a Cádiz y teníamos que volver con el trofeo. Si no, Bernabéu se mosqueaba". Y sobre Di Stéfano, Gento lo tenía claro: "Es el jefe. Lo que dice Alfredo va a misa". Es la saeta rubia, de la mano de Puskas, Gento, Kopa, Santamaría y Rial, quien hace que el Real Madrid enfile la segunda mitad de los cincuenta como amo y señor de Europa.

Llorente lo explica muy bien tras los siete goles que le endosaron al Eintracht de Frankfurt en la que fue la quinta Copa de Europa de los madridistas. "La pieza de maestría irrebatible podría dar a entender que los rivales eran mancos y que el Madrid ganaba solo con presentarse", explica. "Nada más lejos de esta suposición. Un mes antes de la final, Bernabéu cambió al entrenador, Fleitas Solich, al que se acusó de cierta pasividad y de la inconsistencia del equipo". El entrenador que le sustituyó fue Miguel Muñoz, que estaría catorce años en el banquillo del Real Madrid, ganando dos Copas de Europa, una Intercontinental y nueve ligas.

Longevidad, veteranía y fútbol

Para Llorente, lo excepcional de aquella época también residía en la longevidad de ciertos jugadores. “Me parece un milagro, visto desde hoy, que pudieran jugar hasta los 30 años”, señala de la veteranía de algunos de ellos. “De hecho, Di Stéfano cuando viene al Madrid es bastante mayor. Viene con 27. Y es magnífico ver cómo son capaces de sostener una carrera, en una época en la cual los medios eran infinitamente peores que los que hay ahora en cualquier sentido, no solamente de recuperación, sino de prevención de lesiones, condiciones de los propios terrenos de juego, de las botas”.

placeholder Gento y Di Stefano. (Cedida)
Gento y Di Stefano. (Cedida)

Hay una historia que Llorente ha querido aclarar en el libro. Es aquella que dice que Gento cuando llega al Madrid aún es un lateral que necesita pulirse. “Él ya era un gran jugador cuando fichó por el Real Madrid. No estoy de acuerdo con la versión que se ha extendido de que solamente era un diamante muy bruto”, puntualiza de un hombre que va a debutar frente al Barcelona un 22 de febrero de 1953. Gento estaría 18 años en el club blanco. "Cuando llega al Madrid es un jugador muy completo y se convierte en poco tiempo en el elemento más desequilibrante del equipo. Y de esto hay referencias, tanto de sus compañeros, como de sus rivales".

El libro recoge declaraciones de figuras como Bobby Charlton, que aseguraba que “corría tan rápido, que no se le podía coger en fuera de juego", o Garrincha que decía que "como a Pelé en Brasil, a Gento tendrían que nombrarle Patrimonio Nacional". Maguregi, que ganó la liga 1955-1956 con el Athletic de Bilbao, comentaba: “¡Menudo equipo! Pero fíjese que yo sigo creyendo que el que montaba el cacao en aquel Real Madrid era Paco Gento. Alfredo ha sido uno de los mejores jugadores de la historia. Un ganador nato que no podía comprender que un jugador descansara en el campo. Si algún compañero lo hacía le regañaba. Pero ocurre que a Paco Gento no le podía marcar nadie. ¡No había manera!”.

Goles definitivos

En el recuerdo quedan las 6 Copas de Europa, las 12 ligas, las 2 Copas de España y la Copa Intercontinental ganadas entre 1953 y 1971, que es el año que se retira. También algunos goles que ya son parte de la historia del fútbol mundial. Él cierra la segunda Copa de Europa del Real Madrid metiendo el segundo gol, con un pase en profundidad cuando la Fiorentina atacaba. Él desborda a la defensa italiana por piernas y cuando sale el portero le pica el balón por encima. El gesto técnico es brutal. Hay muchos jugadores que en esa situación habrían tirado a reventar. Y más, como digo yo, teniendo en cuenta cómo estaban aquellos céspedes y cómo eran aquellos balones y aquellas botas", recuerda Llorente de aquel gol, marcado en el minuto 76, en un Santiago Bernabéu a rebosar.

Y luego la final del 66 con aquel Madrid yeyé, plagado de jóvenes, fundamental para entender la importancia y valía de Gento. "La final y la llegada a la final del 66", aclara Llorente. Y no olvida tampoco el juego que le aportó a la selección española. "En el Mundial 62 con España, él hace dos grandes partidos, uno contra México y otro contra Brasil, en el cual España sufre un arbitraje nefasto. Y Paco hace un gran partido con la curiosidad que se cruza frecuentemente con Garrincha. Porque Paco baja mucho a coger el balón detrás del medio campo y entonces se cruza con Garrincha, que está en su banda derecha. Y Garrincha, siendo unánime y universalmente reconocido como uno de los mejores jugadores de la historia, era un admirador de Paco".

¿Un jugador actual que se le parezca? "Yo diría que Vinicius, aunque este puede que tenga un poco más de flexibilidad para el regate. Pero Paco, yo creo que Paco era mucho más preciso. Era mucho más regular. Y prácticamente no tenía días malos, esto es una cosa que también he descubierto viendo partidos y leyendo crónicas. No tenía días malos y era mucho más templado en el disparo. Por eso mete muchos goles". Teniendo en cuenta que en el equipo estaban Puskas y Di Stefano… La galerna del cantábrico, como también se le llamaba, hizo diana en 185 ocasiones. Un jugador único.

De Gento se ha dicho que corría como un galgo, que sus galopadas por la banda izquierda eran comparables a las de un plusmarquista de los cien metros lisos y que su regate era prodigioso. Y, la verdad, si uno echa un vistazo a cualquier video de YouTube que lleve su nombre podrá comprobar que hay mucho de cierto. Paco Gento (1933-2022) era un portento de la naturaleza, veloz y con una arrancada que conjugaba la fuerza de un físico descomunal con la suavidad de un giro o un pase estilizado en cualquier momento.

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