FC Barcelona | Otra gran lección para el Barça que viene

Otra gran lección para el Barça que viene

La eliminación duele pero la experiencia del martes va a ayudar al Baby-Barça para el proyecto que viene

FC Barcelona - PSG : El gol de Dembélé

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Xavi Torres

Xavi Torres

No hay duda de que la expulsión de Araujo condicionó la eliminatoria ante el PSG porque jugar ante un equipo tan potente con un futbolista menos es peor que hacerlo en igualdad de condiciones. Y todo es tan evidente que no hace falta insistir. Sin embargo, también a partir de una adversidad como ésta, es interesante sacar conclusiones para el futuro.

De entrada, con Araujo. Gran experiencia para él. Su habitual contundencia, tantas veces salvadora, le hizo una mala jugada. En el minuto 5 del partido Borussia-Atlético, Morata encaró la portería rival con Sabitzer persiguiéndole a distancia de poderlo derribar. Sin embargo, el jugador alemán no lo hizo, le acompañó en la carrera y vio cómo el delantero madrileño remató fuera. Aunque hubiera marcado, su equipo hubiera tenido tiempo para igualar... once contra once. Araujo se acordará para siempre de la famosa frase de Cruyff: jugar con la cabeza usando los pies.

Gran experiencia, también, para este equipo lleno de jóvenes. Una tarjeta roja es algo habitual en el fútbol y que, por tanto, hay que prever. Cuando Araujo dejó el terreno de juego, el Barça tenía dos goles de ventaja en la eliminatoria y una hora de juego por delante. Es verdad que el reto era complicado pero el Barcelona cuidó muy poco los detalles que le hubieran podido acercar a las semifinales. Colectivamente -resumiendo mucho-, el equipo renunció al balón a pesar de contar con futbolistas muy capacitados incluso en inferioridad ante un gran equipo.

El Barça se asustó y decidió defender sin su mejor defensa. Incluso concedió el 1 a 2 en un córner, justamente en una acción donde la desventaja no se nota. Individualmente, cuanta más concentración exigía el partido más despiste, por ejemplo de Cancelo -no fue el único-, perdedor de su duelo con Dembélé durante todo el partido y muy especialmente en el 1 a 1 y en el penalti infantil que dio paso al 1 a 3.

Finalmente, gran lección también para Xavi, que se puso muy nervioso cuando el escenario demandaba una cabeza fría. Tras la expulsión de Araujo cambió a Lamine porque prefirió el trabajo de Raphinha y la descarga de Lewandowski. Hoy es fácil opinar pero una buena manera de igualar la inferioridad numérica es a través del regate y, quizás, la habilidad de Lamine hubiera podido ayudar a contrarrestar el dominio francés. Sobre su expulsión -con 1 a 2 y opción de prórroga-, en fin, otra más. El equipo necesita su tranquilidad y el club, otro comportamiento.

Solo con el agua al cuello el equipo volvió a ordenarse en su esencia y estuvo muy cerca de volver a la vida. La eliminación duele pero la experiencia del martes va a ayudar al Baby-Barça para el proyecto que viene que, sin duda, tiene muy buen aspecto.

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