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Emilio Butragueño: “La Quinta del Buitre fue talento y creatividad”

Emilio Butragueño dio nombre a la generación más carismática del Real Madrid. Hoy, La Quinta del Buitre cumple 40 años y reaparece en AS.

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Emilio Butragueño: “La Quinta del Buitre  fue talento y creatividad”

Emilio Butragueño (60 años, Madrid), es el actual director de Relaciones Institucionales del club. Estuvo desde 1984 hasta 1995 en el primer equipo del Real Madrid, donde dio nombre a un grupo de jugadores irrepetible que cambió la manera de jugar al fútbol y que modernizó este deporte para siempre. Hoy se cumplen 40 años del debut de dos de ellos (Manolo Sanchís y Martín Vázquez) en Murcia. ‘La Quinta del Buitre’ reaparece en AS.

Usted comenzó en el baloncesto...

Sí. Creo que hoy en día sería imposible. Es decir, mi historia hoy sería imposible porque yo jugué hasta los 18 años en el colegio Calasancio, en campo de tierra. Hoy sería imposible porque también las estructuras de los clubes están mucho más profesionalizadas. Hoy en día cualquier niño con diez u 11 años que destaca, inmediatamente hay ojeadores que los captan, con lo cual sería imposible. Hoy en día sería absolutamente imposible.

Pero usted estaba convencido de que lo del Madrid iba a ser difícil...

No. A ver, siendo realista, tenía idealizado el Real Madrid. Es normal. Desde pequeñito iba con mi padre al estadio. Era socio desde que nací, según mi padre. Cuando comprobó que estaba sano en el hospital, se fue al Bernabéu a hacerme socio. Pero en los archivos del club aparezco con seis años. No sé si en esa época había como un carné para infantil. Entonces iba al Bernabéu a ver todos los partidos a aquellos que se movían de blanco allá abajo en el césped, pues para mí pertenecían a otro planeta. Tenga en cuenta que yo jugaba en un colegio. Entonces, ¿cómo iba a pensar yo que algún día iba a ir al Real Madrid? De hecho, nunca me llamaron para hacer ninguna prueba hasta que tenía 17 años. De 17 para 18. Fui a hacer una prueba a la antigua Ciudad Deportiva en un campo de tierra.

El que estaba a la izquierda.

Sí. La verdad es que jugué bastante bien. Jugué de centrocampista. Es curioso. En el colegio jugaba de delantero, pero allí me pusieron de mediapunta. La verdad es que lo hice bastante bien. Cuando salí aquel día de la Ciudad Deportiva, estaba muy feliz porque a mis nietos les iba a decir que un día había entrenado en la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Ahora tengo más historias que contarles... Un día en el que ya no tenía ninguna esperanza de nada, me llamaron para que hiciera una prueba semanas después. También, es verdad, porque el Atlético de Madrid estaba interesado.

Tomás Roncero, subdirector de AS, con Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid.
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Tomás Roncero, subdirector de AS, con Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid.JAVIER GANDULDiarioAS

Cuente eso, por favor...

El Atlético sí que mostró un interés muy firme. De hecho, en esa época Rodri, el que fue portero, estaba en la secretaría técnica. Así que el entrenador y el secretario técnico fueron a verme varios partidos al Calasancio. Al acabar un partido concreto, se dirigieron a mi padre y le dijeron que estaban interesados en que fuera. De tal manera que, claro, para nosotros fue un pequeño problema porque me pidieron que fuera a entrenar. Fui un par de días a Cotorruelo, y ratificaron su interés. Después de estos entrenamientos, me acuerdo una noche con mi padre hablando en mi cuarto. Llegó un momento que me dijo: “¿Qué hacemos con esto del Atlético de Madrid?”. Digo: “¿Cómo hacemos? Si somos del Madrid”. Me dijo: “Ya, pero es que el Madrid no te quiere”. Y claro, no me cabía en la cabeza. También lo he dicho muchas veces y me gustaría aquí también decirlo, ahora que ha pasado tanto tiempo: ahí hay una figura clave en mi vida, que fue el padre de Juanito.

“Entrené con el Atlético en Cotorruelo y ratificaron que me querían”

Emilio Butragueño, en AS

El que fuera lateral derecho del Castilla...

Sí. Él tenía dos años más que yo, pero era del Calasancio. Lo que pasa es que fichó por el Madrid mucho antes y el padre era el dueño de un bar, que se llamaba El Tulipán, que estaba justo enfrente del colegio al que iban todos nuestros padres, mientras nosotros nos duchábamos después del partido. Entonces, al padre de Juanito le encantaba cómo jugaba y mi padre se lo explicó: “Mira lo que está pasando. Hizo una prueba con el Madrid, pero parece que el Madrid no está interesado. En cambio, el Atlético de Madrid muestra algo de interés’. Entonces él habló con Malbo, que llevaba la cantera y entonces se lo dijo: “Hay un chico que ha hecho una prueba con vosotros y que no habéis cogido. Sinceramente, creo que no lo habéis visto bien. Te pido que le hagáis otra prueba. Si ya después estáis convencidos de que no vale, me quedaré tranquilo. Pero estoy convencido de que tiene calidad para estar con vosotros”. Entonces entrené dos semanas con el que hoy sería el Juvenil B. Eso sería por abril de 1981.

El problema es que llega a una plantilla de 40 jugadores.

Yo llego, no se me olvida, el 1 de agosto. Había comenzado el servicio militar el 15 de julio. Entonces llego vestido de militar y pensando que formo parte de la plantilla, pero me doy cuenta de que no. Hay como 17, 18 jugadores que se van con el entrenador y el resto nos vamos con Chus Paredes, que era el preparador físico entonces de la cantera. Estaban construyendo La Vaguada y todos nos íbamos a correr y dábamos la vuelta a lo que es hoy La Vaguada. Por ahí llega un momento que esto no es lo que pensaba. Total, que claro, sinceramente fue un mes, agosto, que fue de una concentración en intentar ganarme ese puesto tremenda. Tenía que estar en el cuartel a las 07:00 para pasar lista. Me levantaba todas las mañanas a las 05:45 para irme a Cuatro Vientos. Estaba todo el día haciendo instrucción. Salíamos como las 17:00-17:30. Iba con mi motillo, vestido de militar, a la Ciudad Deportiva. Entrenábamos a las 19:00, terminábamos como las 20:30, me iba a casa y a las 21:45 estaba durmiendo. Así todos los días y, entonces, los fines de semana, los 17 o 18 se iban a jugar partidos muy atractivos a ciudades y demás, y nosotros nos íbamos por la sierra.

Los meritorios...

Exacto. Y hay un partido que cambia mi vida. Fue en El Escorial el 15 de agosto. Jugamos en un campo de tierra. Yo juego de mediocentro. Me pusieron ahí y fue Molowny a ver ese partido. Luego, con el paso del tiempo, supe que iba a verme a mí. Ese día Molowny decidió que yo me quedaba.

“Jugamos en El Escorial. Molowny fue a verme y decidió que me quedaba”

Emilio Butragueño, en AS

Lo clavó...

Luego llega otra fecha, también clave para mí, fue el Trofeo Bernabéu a final de mes. En aquella época, los juveniles jugaban el trofeo Bernabéu y Pardeza se lesionó. Yo entrenaba con el Tercera y según llego al entrenamiento me dicen: “Mañanas juegas en el Bernabéu”. Hay que ponerse en contexto. Uno o dos meses antes estaba jugando en el Calasancio en un campo de tierra... Se lo dije a mi padre y volví a jugar de mediocentro. Empatamos 1-1 con el AZ’67. Yo marqué ese gol y luego marco otro de cabeza que me anula Lamo Castillo, no sé por qué. Ahí comienza la historia. En ese momento jugamos 1-4-3-3 y me colocan por la derecha como extremo. Ahí juego ese año hasta que quedan cinco partidos cuando Juan Santisteban me llama para el Castilla.

Jugaba con Juliá.

Sí, ahí estaba Juliá. Ya al año siguiente es cuando llegan Pardeza, De Las Heras... Aquel equipo de la temporada 83-84 ya nos ayudó a subir.

“Jugamos contra el Atlético Madrileño y acudieron 65.000 personas”

Emilio Butragueño, en AS

Ese equipo pasa a la historia porque acaban siendo campeones de Liga en Segunda División, algo que jamás ha hecho nadie...

Sí, además, Míchel, Martín Vázquez, Sanchís, Pardeza y yo sólo estuvimos cinco partidos a la vez. ¿Qué pasó? Míchel, cuando yo subo en la temporada 81-82, ya está en el Castilla. Y en la 83-84 es cuando suben los tres del Juvenil. Ellos tienen dos años menos que nosotros. ¿Qué sucede los primeros cuatro partidos de Liga? Tanto Sanchís como Pardeza van convocados con el primer equipo. No juegan, pero van convocados. Después de esos cuatro partidos, que nos llevan prácticamente ya a octubre, ya empiezan a jugar con nosotros y es cuando empieza la enorme expectación con respecto al equipo, porque esos cuatro o cinco primeros partidos nosotros conseguimos muy buenos resultados y de repente estamos arriba en la tabla y hay un partido contra el Atlético Madrileño, que creo que era el quinto o sexto partido de Liga. Nosotros íbamos primeros y ellos iban segundos, y sucede algo sin precedentes en el Bernabéu: ese día tuvimos 65.000 personas y ganamos 6-1. Aquello despertó un gran entusiasmo entre la afición. El siguiente partido en casa ganamos 4-0. Entonces, por aquella fechas es cuando Julio César escribe el famoso artículo. Es muy curioso porque termina diciéndole, más o menos, a Di Stéfano: ‘Querido míster, estos chicos tienen futuro’. Como diciendo: ‘Llámalos’. Tres semanas después, Martín Vázquez y Sanchís debutan en Murcia. Los dos se quedan ya en el primer equipo. Ahí cambia la historia de este grupo. Yo subo en febrero y el que se queda es Míchel, curiosamente, que era el que había llegado primero. Afortunadamente, al acabar la temporada, subió también.

Butragueño, durante un momento de la entrevista con AS.
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Butragueño, durante un momento de la entrevista con AS.JAVIER GANDULDiarioAS

En febrero debuta usted en Cádiz...

Yo no tenía celos de que Manolo y Rafa hubiesen debutado. Todo lo contrario. En ningún momento me planteé que yo podía llegar al primer equipo. Eso quizá me ayudó para quitarme tensión. Es más, incluso cuando debuté, yo pensaba que iba a volver al Castilla. Para el partido de Cádiz, estuve entrenando el lunes o el martes de esa semana con el primer equipo. Y entonces, el viernes entreno otra vez con ellos. Ese sábado el Castilla jugaba contra el Celta y no estoy en la lista. El míster, Amancio, me dice: “Vas a Cádiz”. Se lo dije a mi padre: ‘Oye, papá, me parece que voy a ir con el primer equipo’.

Su padre viajó...

Sí. No existía el AVE. Cádiz está a 700 kilómetros. Le dije a mi padre: ‘Mira, no sé si voy a jugar poco o nada’. Con todo, yo intuía que iba a jugar algo. Y no sé por qué, le dije: “Pero como debute y no estés ahí, no te lo vas a perdonar en la vida”.

El 5 de febrero de 1984  Emilo Butragueño debuta con el Real Madrid frente al Cádiz
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El 5 de febrero de 1984 Emilo Butragueño debuta con el Real Madrid frente al Cádiz

Y terminó debutando...

Vamos perdiendo 2-0, y yo entreno solo, salgo a calentar. Cuando mi padre me ve, dice: ‘¿Dónde va este chico con 2-0 perdiendo?’. Madre mía, encima se va a comer el marrón del desastre. Y bueno, aquello salió mejor de lo que pensábamos.

Usted marcó el gol de la victoria...

Estaba súper tranquilo. Me dije a mí mismo: ‘Bueno, nene, te ha llegado el momento’. Quiero decir, aquí es cuando tienes que intentar demostrar si eres capaz o no. Pero estaba muy tranquilo y confiado. Me dije tienes que intentar demostrar que puedes jugar en este equipo.

“Estaba tranquilo. Me dije: ‘Nene, te ha llegado el momento”

Emilio Butragueño, sobre su debut, en AS

Y llega la fama...

Eso fue un aluvión. Al día siguiente un aluvión de periodistas fue a la perfumería de mi padre. También fue todo el barrio.

Y las remontadas que hicieron mítico a aquel equipo...

Esa temporada había mucha competencia y yo no era titular indiscutible. Había partidos que jugaba; otros partidos, no jugaba. Tras perder en Bélgica (ante el Anderlecht), Juanito y Camacho empezaron a generar un ambiente extraordinario para intentar pasar la eliminatoria. Entonces aquello me llamó mucho la atención. Esos jugadores nos enseñaron que si realmente crees en algo lo puedes conseguir.

“Tuve suerte de no lesionarme de gravedad: eso me dio continuidad”

Emilio Butragueño y las claves de la Quinta, en AS

¿Cómo definiría el fútbol de La Quinta del Buitre?

Yo no le di el nombre, se lo dio Julio César. Y digamos que la sociedad, el periodismo, lo aceptó. Si tuviésemos que elegir una palabra es talento. También creatividad. Creo que es lo que más o menos define a aquel grupo de jugadores y a aquella época. Los que iban al Bernabéu sabían que en un porcentaje muy alto de los partidos se iban a divertir. Y éramos complementarios. Me entendía muy bien con Míchel, Martín Vázquez, que tenía un talento descomunal, y Hugo, que era demoledor. Luego tuve suerte de no tener lesiones graves. Eso me permitió tener continuidad. Eso y la confianza de los entrenadores...

Emilio Butragueño: “La Quinta del Buitre  fue talento y creatividad”

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