nación Que es, Concepto y Definicion
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nación Que es, Concepto y Definicion




nación - Diccionario Español

(Del lat. natio, -onis).

1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno.

2. f. Territorio de ese país.

3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

4. f. coloq. p. us. nacimiento ( acción y efecto de nacer). Ciego de nación.

5. m. Arg. p. us. Hombre natural de una nación, contrapuesto al natural de otra.

de ~.

1. loc. adj. U. para dar a entender el origen de alguien, o de dónde es natural.

OS V.

trato de nación más favorecida

Nación - Diccionario Alfonso Lockward

•Pueblo. Nación.

Nación - Diccionario Bíblico Sencillo

tip, TRIB ESCA ver, PROSÉLITOS, DANIEL, ARMAGEDÓN vet,Término que se corresponde con el heb. «gõy» y con el gr. «ethnos», dos términos que significan «nación, pueblo» (2 Reyes 16:3) «Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel». (Hechos 22:21) «Pero me dijo: Vé, porque yo te enviaré lejos a los gentiles». Las «naciones» aparecen como división característica de la humanidad después de la dispersión de Babel. Israel es una «nación» separada, un pueblo santo (Deuteronomio 4:34) «¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?». (Deuteronomio 14:2) «Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra».

No es hasta más tarde que el término «gõy», «nación», toma un sentido peyorativo, designando a las naciones fuera de Israel y, por ello, a aquellas que no conocen a Jehová. (Éxodo 23:30) «Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra». menciona la conducta abominable de las naciones; (Esdras 6:21) «Comieron los hijos de Israel que habían vuelto del cautiverio, con todos aquellos que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para buscar a Jehová Dios de Israel». su impureza. La ignorancia de la verdad, la oposición a la verdadera religión, los sacrilegios dirigidos contra ella y contra el pueblo de Dios, la cólera de Jehová a la que están expuestas, todas estas características de las naciones se hallan en los (Salmos 79:1) «Salmo de Asaf. Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; Han profanado tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros». (Jeremías 10:25) «Derrama tu enojo sobre los pueblos que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; porque se comieron a Jacob, lo devoraron, le han consumido, y han asolado su morada». (Lamentaciones 1:3) «Judá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre; Ella habitó entre las naciones, y no halló descanso; Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras». (Ezequiel 34:28) «No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante». (Ezequiel 36:6) «Por tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y dí a los montes y a los collados, y a los arroyos y a los valles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado el oprobio de las naciones».

El término «pagano» (de «paganus», morador de pueblos) designa a aquellos que todavía no han aceptado el mensaje del Evangelio. En efecto, los pueblos resistieron durante más tiempo que las ciudades ante el primer gran esfuerzo de la evangelización. Este término no tiene origen bíblico; no se puede traducir ni «gõy» ni «ethnos» (que no siempre tiene un sentido peyorativo en el NT), por cuanto no tiene ninguna connotación colectiva.

En realidad, Israel debía, por una parte, mantener una posición separada con respecto a las naciones para preservarse de la contaminación de la idolatría y de la inmoralidad (Levítico 20:23) «Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación». (Josué 23:7) «para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos». (1 Reyes 11:2) «gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor». Los judíos, especialmente después del exilio, se muestran extremadamente estrictos sobre las cuestiones de pureza ritual prescritas por Levítico y en la prohibición de los ídolos y de las imágenes. Se manifiestan dispuestos no sólo a morir, antes que tolerar una estatua de Calígula en el Templo (Hechos 18:3-1). sino que se opusieron a que se colocaran trofeos en el teatro o que se pusiera el águila romana a la puerta del Templo.

Unas reglas extremadamente minuciosas establecidas por los escribas y fariseos tenían por objeto impedir todo contacto impuro con los paganos. Un gentil, no observante de las leyes de la purificación, era considerado como impuro, junto con su casa y todo aquello que tocara (Juan 18:28) «Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua». Un israelita estrictamente legalista no debía nunca comer a la mesa de un pagano (Hechos 11:3) «diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?». (Gálatas 2:12) «Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión». Sin embargo, Dios, ya desde el principio, había dado a conocer al pueblo elegido que había sido apartado para recibir la salvación, y transmitirla un día a todas las naciones. Dios dijo de Abraham que habrían «de ser benditas en él todas las naciones de la tierra» (Génesis 18:18) «habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?». (Génesis 22:18) «En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz». Al Mesías le son prometidas «por herencia las naciones» (Salmos 2:8) «Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra».

Todas las naciones le servirán un día (Salmos 72:11) «Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán». Jehová es el juez de toda la tierra, por cuanto todas las naciones le pertenecen (Salmos 82:8) «Levántate, oh Dios, juzga la tierra; Porque tú heredarás todas las naciones». Isaías insiste una y otra vez en la universalidad de la salvación. El Siervo de Jehová la llevará, no sólo a Israel, sino a todas las naciones (Isaías 42:1) «He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones». (Isaías 49:6) «dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra». (Isaías 51:4-5). (Isaías 54:3) «Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas». (Isaías 55:5) «He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado». etc.). Un día, las mismas naciones se convertirán al Señor, y la faz de la tierra será cambiada (Isaías 2:2) «Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones». (Isaías 11:10) «Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa». Los judíos mismos eran conscientes de ello, porque en ciertas condiciones admitían que los paganos se hicieran prosélitos de su comunidad (véase PROSÉLITOS).

(a) Los tiempos de las naciones (Lucas 21:24) «Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan». Mediante esta expresión, Jesús hizo alusión al papel de las naciones dentro del plan histórico de Dios. Desde la creación, el Señor ha deseado la bendición de toda la humanidad. Pero, después de los tres juicios de Edén, del Diluvio, y de Babel, deja provisionalmente a las naciones a un lado, confundiendo sus lenguajes y dispersándolas por toda la faz de la tierra. Eligiendo a Abraham, suscita al pueblo elegido por medio del cual será dado al mundo el conocimiento del verdadero Dios, la Revelación escrita y el Mesías prometido.

Por ello, el Señor instituye una teocracia en Israel; pero pronto el pueblo rechaza esta teocracia y, bajo el caudillaje de sus reyes, se va volviendo más y más infiel. Ésta es la razón de que Dios les retira finalmente su presencia y pone fin a su independencia, permitiendo que Nabucodonosor destruya el Templo y la ciudad de Jerusalén (2 Crónicas 36:15-21). En este momento la supremacía pasa a manos de los imperios paganos (véase DANIEL) y Palestina queda asolada y hollada como había sido anunciado en (Isaías 5:1-7).

La destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. acrecentó esta desolación, pero Cristo dio a entender de una manera expresa que tendrá fin (Lucas 21:24). El tiempo de las naciones cesará cuando Jerusalén sea plenamente liberada y restaurada, según las palabras de los profetas. (b) El juicio de las naciones.Si bien hay un glorioso futuro para los miembros de las naciones que se conviertan a Dios, se reserva un juicio terrible para aquellos que persistan en su rebelión e incredulidad. Un día, el Señor reunirá a todas las naciones en Armagedón (véase ARMAGEDÓN) para que rindan cuentas (JoeI 3:2) «reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra». (Miqueas 4:11-12). (Zacarías 12:2-3). (Zacarías 14:2-3). Este día tenebroso será «día de castigo de las naciones» (Ezequiel 30:3) «Porque cerca está el día, cerca está el día de Jehová; día de nublado, día de castigo de las naciones será».

Grande es la ventura de aquellos que, no habiendo tenido el privilegio de formar parte de Israel (Efesios 2:12) «En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo». han venido por la gracia de Cristo a formar parte de la nación santa, del pueblo adquirido del Nuevo Pacto (1 Pedro 2:9-10). Ellos forman parte de una innumerable multitud venida de todas las naciones que en el cielo adorará al Cordero que fue inmolado (Apocalipsis 5:9) «y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación». (Apocalipsis 7:9) «Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos». 

Nacion - Hispano-Americano de la Mision

Agrupamiento político autónomo, territorialmente delimitado, cuyos miembros tienen lealtad a instituciones compartidas, las que proporcionan un sentimiento de unidad como comunidad.

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