Esta iniciativa convierte a Venecia en la primera urbe del mundo en cobrarles una entrada a sus visitantes, como parte de un esfuerzo para luchar contra el problema del turismo excesivo.
No obstante, la medida excluye a los residentes locales, aquellos que viajen por motivos laborales, estudiantes y menores de 14 años, así como a los turistas que pasen por la noche en la ciudad.
Señalar que la imposición de la tarifa no fue bienvenida por numerosos residentes y asociaciones vecinales, quienes protestaron en cuanto entró en vigor, argumentando que esta medida no resuelve el problema subyacente, concluyó la misma fuente.