El Real Mallorca incendió Mestalla desde la banda. En su peor momento —se presentaba al encuentro tras sumar solo un punto de los últimos doce y a un único paso del barranco—, el equipo balear le prendió fuego a la mecha de la crisis entre el banquillo y el área técnica. Además de las dianas de Vedat Muriqi y Kang In Lee, autores materiales de la victoria, fueron los cambios de Javier Aguirre, la garra de Dani y la electricidad de Amath los que hicieron descarrilar al Valencia CF justo cuando parecía que Gattuso había anudado el encuentro. En desventaja, el Vasco acabó ganándole la partida de ajedrez al italiano, que en solo unos días ha ido rebajando su propia espuma en tres duelos —antes fueron Elche y Sevilla— con finales muy parecidos.

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Paradójicamente, el gol de Edinson Cavani lo simplificó todo para el Mallorca. Anulado durante todo el primer acto y parte del segundo, el cuadro bermellón solo se incorporó al encuentro cuando lo vio fuera de su alcance. Resultado aparte, fue un poco lo que le pasó en Anoeta, donde empezó a modificar la marcha cuando la Real Sociedad llevaba ya media tarde golpeándole. El Mallorca, un equipo con más aristas de las que parece y que luce mejor durante los segundos tiempos, sigue enseñando su cara más seductora cuando no tiene nada que perder y se quita ese corsé que tanto le ha dado durante la fase de despegue. Viendo lo que hay, seguro que Aguirre ha tomado nota.