La Jerusalén de los exiliados - Alfa y Omega

La Jerusalén de los exiliados

Ricardo Ruiz de la Serna

Thomas Sparr es un editor alemán nacido en Hamburgo en 1956 y que hoy vive en Berlín, donde trabaja en la editorial Suhrkamp. Todos los lectores, bibliófilos y nostálgicos de la alta cultura centroeuropea estamos en deuda con él por este precioso libro que ha publicado Acantilado. Me refiero a Grunewald en Oriente. La Jerusalén germanojudía, que salió al mercado en alemán en 2019 y llega ahora a España traducido por Carlos Fortea. La obra, que toma el nombre del famoso y elegante barrio berlinés, recrea el mundo del barrio jerosolimitano de Rehavia, «la llanura de Dios», que nació como ciudad jardín a comienzos de la década de 1920 y se convirtió en el hogar de la comunidad judía de lengua alemana que llegó a Israel a partir de 1933 huyendo del horror nazi. En el prefacio, Sparr resume la vida de este lugar que acogió a Gershom Scholem, el príncipe de los historiadores de la Cábala; a Martin Búber, a quien solo se puede nombrar de pie y con el sombrero en la mano, y a Mascha Kalénko, la melancólica poetisa de la «nueva objetividad».

Nuestro autor es un escritor ágil y delicado que describe, en el primer capítulo, ese ambiente centroeuropeo que florecía al ponerse el sol: «Rehavia, al caer de una tarde de sábado de principios de la década de 1960. El silencio del sabbat reina en el prado, la llanura de Dios. Solo por la noche […] la ciudad recobra el pulso y se hace más enérgica, más ruidosa. […] Con su estilo Bauhaus, la inconfundible piedra arenisca de Jerusalén, las calles pequeñas, el sonido del piano, que se oye a menudo, con sus eucaliptos, pinos, palmeras y jacarandas, con sus setos meticulosamente recortados, Rehavia parece un barrio de las afueras».

Bienvenidos a la ciudad tres veces santa, a la que llegaron los exiliados de la modernidad alemana, los que creyeron ser «alemanes de confesión judía», los que intentaron la asimilación y quienes abrazaron el proyecto sionista, los hermanos de letras de Joseph Roth, de Walter Benjamin y de Stefan Zweig, es decir, los náufragos del horror que se cernió sobre Alemania, primero, y sobre casi toda Europa después. No es exagerado, pues, el título que Sparr le da al segundo capítulo, «Rehavia como forma de vida espiritual». Si todos necesitamos libros para atravesar el desierto, estas páginas son un oasis de erudición y belleza. En ellas recordamos que «el relato del genocidio armenio que escribió Franz Werfel [se refiere el autor a Los cuarenta días del Musa Dagh] tuvo su punto de partida en Jerusalén». En la crónica de su viaje a Tierra Santa en 1930, el autor austrocheco de lengua alemana describió el sufrimiento de los niños armenios «que murieron a manos de los turcos». Sparr nos acompaña a la cuna de libros simbólicos como este.

Destino de estudios, a Jerusalén llegaron jóvenes como Walter Laqueur, que a los 17 años arribó a la ciudad en 1938 «en un autobús blindado, pues se habían producido “disturbios”, tal como se los llama, causados por la población árabe». Diez días antes, el joven aún estaba en la Alemania nacionalsocialista; su tren de Breslavia a Trieste, donde iba a embarcar para Palestina, había cruzado la frontera cuando en Alemania empezó el pogromo. Este muchacho se matriculó en la Universidad Hebrea de Jerusalén, cuya lección inaugural pronunció Einstein en 1925.

En las páginas tituladas «Rehavia revisited» Sparr evoca el recuerdo de quienes vivieron en el barrio como vecinos o visitantes: Else Lasker-Schüler, Hannah Arendt, Yehuda Amijai, Leah Goldberg… Todos ocupan un lugar de honor en las letras. Sus páginas concluyen, como comenzaron, con la figura señera de Búber y la feliz paradoja de que Fania Oz-Salzberger, la hija del fallecido Amos Oz, escriba ahora «sobre la vida, los viajes, el rastro de huellas de israelíes, en su mayoría jóvenes, en Berlín».

Grunewald en Oriente
Autor:

Thomas Sparr

Editorial:

Acantilado

Año de publicación:

2023

Páginas:

208

Precio:

18 €