No podemos simplemente hablar de ballet si no tomamos un poco de la historia desde sus orígenes, y es que el camino es largo y extenso, y cada una de estas corrientes históricas fueron contribuyendo de manera involuntaria a la concepción del ballet tal y como lo conocemos.
En su origen, el hombre, sintió la necesidad de manifestar sus emociones y al no haber un lenguaje establecido utilizó su cuerpo y los movimientos libres que de él surgen. Los movimientos dancísticos de entonces no seguían una coreografía ni pasos definidos, tratándose entonces, de improvisaciones irrepetibles; podían ser solos o grupos, que podían empatar sus movimientos al unísono, o no.
Con el devenir de los siglos se empezaron a vincular sentimientos en sus danzas, de tal forma que se manifestaban por temor, amor, odio o incluso pos sensaciones físicas como el hambre o el dolor. Las danzas de cortejo eran una invitación al sexo opuesto para reunir sus talentos, que terminaban casi siempre en un coito inocente. El agradecimiento por lo recibido también aparece en escena, de tal forma que bailaban por la lluvia, por la luz del día o por los alimentos que ellos mismos cosechaban. Se clasifican las danzas ritualizándolas; surge la teocracia, es decir, a cada evento natural se destina un Dios al que rendían honores bailando. La música jugó un papel importante en este hecho, a ciencia cierta, nadie sabe cuál de las dos fue primero, si la danza o la música; lo cierto es que, desde su origen, ambas han estado y estarán juntas.
Algunas danzas adquirieron, por su importancia, mayor jerarquía utilizando en ellas elementos como vestuario, maquillaje (lodo y tintes extraídos de flores) y accesorios como huesos, palos y conchas; imitaban danzas animales utilizando las pieles de estos mismos para caracterizarse y en algunas danzas de guerra cubrían su cuerpo con sangre humana o animal. Cada deidad era representada con un vestuario diferente, aunque hasta entonces no había separación entre vestuario masculino y femenino, la desnudez misma era un vestuario utilizado para danzas de cortejo, donde no se mezclaban los hombres con las mujeres, hasta que se concertaba la pareja, alejándose para continuar su danza en privado.
FORMAS PRIMITIVAS DE LA DANZA
Los primeros en reconocer la danza como un arte fueron los griegos, y se la dedicaron a una musa llamada Terpsicore. Su práctica estaba dedicada al culto del Dios Dionisios, la danza era un elemento indispensable de la tragedia griega, pues se creía que acercaba a los individuos con los dioses,
aunque también servía como comunicación y cohesión social. Se tiene cuenta, que la danza organizada existe desde el año 2500 a.C, aunque se
ha encontrado que incluso antes de este año ya había danzas grupales organizadas en coreografías con distintos temas: guerra, trabajo, cortejo y de catarsis (religioso o báquico).
Los danzantes profesionales de este periodo eran nobles instruidos en el arte de la guerra; enseñados, a su vez, por guerreros consumados. Las danzas se componían de movimientos de tal plasticidad y belleza que parecieran aves exóticas sin perder su divinidad. La danza entonces, era exclusiva del hombre, la sociedad no aceptaba que la mujer se exhibiera a menos que fuera una danza religiosa femenina.
Usualmente desnudas, las danzas Dionisiacas no provocaban escandalo pues los intérpretes eran jóvenes, hombres y mujeres, hermosos; algunas veces, vestían túnicas de lino que no los entorpecían, pues ya había cierto nivel de virtuosismo en sus danzas y este atuendo lo usaban sobre todo las mujeres, que jamás se presentaban desnudas, por respeto a su género.
Roma, según los historiadores, adoptó el mismo formato que Grecia y Egipto, agregando elementos como máscaras y tocados, además de vestir a cada personaje según sus características propias. A Roma se le adjudica la anexión de elementos musicales, como panderos, flautines y liras, además de crear corros (cuerpos de baile) compuestos por cientos de bailarines bailando al unísono con temas como danzas macabras, tragedias o sanguinolentas. Prueba de ello son los vestigios encontrados entre la plebe y los juglares.
Existen evidencias que muestran danzas de carácter ritualista. Algunas de ellas son La Belli-balli, que significa “la raíz del baile”; La Bullistea, que son danzas en corros y La Ballistorom, que son las danzas en rondas.
Estas danzas mezclaban lo religioso con lo pagano. Proliferaron las danzas dionisiacas, las cuales nacieron en Sicilia, que se desarrollaron en Grecia y fueron trasplantadas en Roma; así mismo, las danzas dedicadas a Juno y Ceres (diosas romanas, la primera del matrimonio y la segunda de la agricultura), la a danza llamada tripudium, ofrecida a Marte (dios de la guerra) y las danzas saturnales, dedicadas a Saturno (agricultura y sus
elementos), que iban dirigidas a la agricultura y los trabajos de la tierra, donde participaban sacerdotes cantando y saltando. De estas danzas se derivan los carnavales de hoy en día. También estaban las danzas miméticas, relacionadas con el teatro, que se bailaban en teatros antiguos; de estas danzas surgieron los saltadores, que resultaban ser inmorales y muy mal vistos por la sociedad, dado que sus danzas eran burlescas y satíricas. En la época cristiana (inicios) se utilizó el canto en la danza como forma de alabanza pero al asumirse la iglesia como apostólica y romana la danza, se censura, excluyéndola del culto argumentando que era fuente de pecado.
JUGLARES
Estos personajes llegan a su apogeo en la edad media, se ganaban la vida con espectáculos espontáneos e independientes, solían vagar de pueblo en pueblo actuando en espacios abiertos obteniendo limosnas como pago mientras que, en la época romana, eran contratados a cambio de jugosos pagos; pasaron a ser artistas de banqueta. La peculiaridad de estos artistas radica en el hecho de que llevaban información, de un pueblo a otro, inserta en sus espectáculos; por lo tanto, se les ha considerado los primeros
comunicadores/periodistas de la historia.
Socialmente hablando, las danzas en la clase alta ocurrían al interior de los palacios, para lo que se requería el servicio de individuos especializados en bailes, conocidos como “maestros de danza”, quienes obtuvieron mucho éxito en las danzas cortesanas (base de la danza teatral), cuya función era recopilar y adaptar los bailes populares a partir de la creación de secuencias de pasos y el establecimiento de normas para ejecutarlos a través de vistosas combinaciones entre ellos. Aquí podemos encontrar los indicios de las primeras escuelas de ballet, la mejor escuela de ballet que podemos encontrar en Rusia y en Francia.
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