El Rodez, el pequeño club donde invierte Zinedine Zidane

"Causó impresión, ¡es ni más ni menos que Zizou!", relató al periódico local La Dépêche el delantero Killian Corredor. "No le propusimos que jugase. Quizá sería mejor para nosotros".

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Y eso que en Rodez, pequeña localidad del centro de Francia de 25.000 habitantes, las apariciones del 'divino calvo' no son precisamente esporádicas.

Su mujer Véronique (apellidada Fernández) es originaria del pueblo vecino de Onet-le-Château, donde la pareja escapa cuando puede para reencontrarse con la naturaleza.

"A Rodez lo llevo en el corazón, es mi remanso de paz", decía Zidane el pasado mes de mayo.

En 1999 el flamante campeón del mundo acudió a la ciudad para inaugurar la iluminación del modesto estadio Georges-Vignes d'Onet-le-Château. Nombrado hijo adoptivo de la localidad, adquirió una casa y allí tiene domiciliada su empresa inmobiliaria ZiFern (por Zidane y Fernández).

Pero su idilio con el fútbol de la región no comenzó a tomar cuerpo hasta su formación como mánager deportivo en el Centro de Derecho y Economía del Deporte (CDES) de Limoges.

El antiguo centrocampista internacional Olivier Dacourt, otro estudiante del centro, sugirió un día a Zidane, medio en broma, que apoyase al club más representativo de la región.

"¡Si tu vas, yo voy!", le respondió Zidane. Y en 2012, Zidane, Dacourt y otros amigos y empresarios locales contribuyeron casi a duplicar el presupuesto del Rodez, hasta los 240.000 euros (282.000 dólares).

"La participación de Zidane no era significativa en el accionariado. Sobre todo permitía validar el proyecto y darle difusión", explicaba Grégory Ursule, director general del Rodez, al periódico L'Équipe en 2019 cuando el club ascendió a la L2.

Poco después de su implicación en el proyecto, Zidane invitó a sus compañeros del Mundial de Francia-98 a disputar un partido de gala en el estadio Paul-Lignon de Rodez.

Formado en la cantera del Real Madrid, su primogénito, Enzo, de 26 años, fichó por una temporada con el Rodez en busca de dar un impulso a su carrera, que se había estancado los últimos tiempos.

"Desde siempre vengo aquí y sólo tengo buenos recuerdos. Nos gusta venir a revitalizarnos en la naturaleza. Ahora podremos disfrutar todo el año", explicó el centrocampista, que lucirá el dorsal 5, el mismo de su padre en el Real Madrid.

Aunque sobre su camiseta sólo aparecerá su nombre, Enzo, sin su apellido, su llegada ha generado expectación en torno al equipo.

"Sabemos muy bien que cuando incorporamos a un jugador como Enzo eso atrae las miradas, pero nos centramos en el valor deportivo del jugador", afirma a la AFP Grégory Ursule. "Espero que si seguimos atrayendo los focos sea por nuestros resultados".

Y no sólo por la presencia en las tribunas del más célebre de los accionistas y padre del jugador.