Diego López y su trayectoria: la Copa América '95, la Serie A y el ser campeón con Peñarol - ESPN
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Diego López y su trayectoria: los consejos de Víctor Púa, la Copa América '95, la Serie A en su época de esplendor y el ser campeón con Peñarol

El uruguayo Diego López repasó en ESPN su larga trayectoria en el fútbol, comenzando su camino en River Plate y debutando en Primera con Víctor Púa. El Memo también recordó la época de esplendor de la Serie A, donde jugó doce años en el Cagliari, el paso de futbolista a entrenador y su título tras regresar a Uruguay: “Ser campeón con Peñarol es lo máximo”.

Luis Diego López Breijo nació el 22 de agosto de 1974 en Montevideo y en 1992 ya debutaba como profesional en River, club al que había llegado como aspirante en Séptima división. Jugó en el fútbol uruguayo hasta 1996 (en 1995 ganó la Copa América con la Selección Uruguaya) para partir a Europa, viviendo doce años en Italia previo paso por el Racing de Santander.

A continuación repasamos las mejores frases del mano a mano del ex zaguero con ESPN sobre su camino en el fútbol, habiendo iniciado su etapa como entrenador inmediatamente después de su retiro como futbolistas muy diferente al planeado:

RIVER PLATE, LAS ENSEÑANZAS DE VÍCTOR PÚA Y LA COPA AMÉRICA DE 1995

“Debuté en la Primera de River Plate con Víctor Púa en 1992. Yo jugaba con Adan Machado en la Quinta B los domingos y los sábados casi siempre entraba en la Cuarta B con Víctor. River sube, Víctor agarra el primer equipo y ahí subimos con Edgardo Adinolfi”.

“Víctor era muy exigente para las divisiones juveniles, pero te hacía sacar lo mejor. Era de hablar mucho, me acuerdo que hasta un sábado vino a casa y habló con mis padres; se informaba y seguía a los juveniles. Era un técnico que estaba arriba del jugador juvenil, te enseñaba, te ayudaba, te daba confianza, porque en ese entonces no era como son hoy los planteles, que hay 20 jóvenes y cuatro o cinco grandes, antes era todo lo contrario: 20 grandes y dos o tres jóvenes. Eso cambiaba mucho los vestuarios y ahí estaba el entrenador, pero también gente grande que te aconsejaba y ayudaba, no te dejaba ir afuera de los rieles, estaba bueno, fue una etapa maravillosa”.

“En 1994 debuté en la selección mayor con 19 años (con la casaca celeste llegó a jugar 39 partidos) y estuve en la Copa América de 1995, era un niño y parecía que estaba viviendo un sueño: en el plantel estaban el Enzo (Francescoli), Pablo Bengoechea, Ruben Sosa, el Manteca Martínez, el Pepe Herrera…”

“En mi carrera lo más lindo que me pasó fue vestir la camiseta de Uruguay. Tuve la suerte de jugar desde chico, estando en la Sub 17, Sub 20, Sub 23 y la mayor. Haber ganado una Copa América, aunque jugué sólo media hora porque se lesionó el Vasco Aguirregaray, fue algo muy lindo, yo tenía apenas 19 años, era muy joven, ya era un sueño estar en el plantel y después haber ganado la Copa fue algo increíble”.

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Diego López y su época en el Cagliari: 'La Serie A era algo impresionante, el mejor fútbol'

El ex defensa uruguayo, que jugó en Italia desde 1998 al 2010, rememoró la etapa del Calcio donde cada equipo tenía delanteros sensacionales. (Foto: CagliariCalcio).

LA SERIE A CON LOS MEJORES FUTBOLISTAS DE LA ÉPOCA

López se incorporó en 1996 al Racing de Santander, pero en ese entonces la gran mayoría de los futbolistas soñaba con Italia: “En Racing firmé por cuatro años, pero me quedé dos porque me encantaba el fútbol italiano por todo lo que significaba”.

“Pensaba que para los defensores la Serie A era lo mejor, y quería llegar. Paco (Casal, representante) me dijo un día que estaba la chance de ir al Cagliari y que el presidente del Cagliari me quería llevar, yo quería ir si estaba la posibilidad, era un poco complicado porque tenía dos años más de contrato en Racing de Santander, pero después se arregló”.

“En ese entonces el italiano era el mejor fútbol. En el Milan estaban Paolo Maldini, Alessandro Costacurta, en 1997 se había retirado Franco Baresi. Era un fútbol muy competitivo porque jugabas contra cualquier equipo y siempre tenías atacantes buenos todos los domingos: en la Fiorentina estaban Edmundo, Gabriel Batistuta, Rui Costa y Luis Oliveira, en el Milan George Weah, Shevchenko más acá en el tiempo, o Filippo Inzaghi, en la Lazio estaba Mancini, Christian Vieri o Marcelo Salas, Ronaldo, Iván Zamorano y el Chino Recoba en el Inter, y así todos los equipos, era algo impresionante, todos los partidos eran dificilísimos”.

“Creo que Ronaldo fue el atacante más difícil para marcar porque era completo: tenía fuerza, arranque, potencia, era hábil con la pelota. Me acuerdo que lo enfrenté muchas veces con el Barcelona, con el Inter, con el Milan. No era un atacante que se quedaba parado, sino que te hacía el contra movimiento y era dificilísimo marcarlo; fue el mejor y el más completo de todos”.

SU RETIRO Y SUS COMIENZOS COMO ENTRENADOR

“Yo tenía todo programado: quería venir seis meses a Peñarol, ponerme la camiseta, jugar un clásico, y después volver a River, esa era un poco la idea que tenía, pero no pude hacer nada. Terminé de jugar en el Cagliari (en 2010) porque el presidente de verdad me insistió para que me quedara y comenzara a trabajar como entrenador y acepté”.

“Tuve ofertas de otros lados pero me había acostumbrado mucho a vivir en Cagliari, había estado doce años. Me quedé y primero fui ayudante en una Sub 16, me empezó a gustar y al año siguiente agarré una categoría juvenil y me encantó. Luego la Tercera, hice la pretemporada y sólo dirigí cuatro partidos porque el presidente del club me subió a Primera, donde había sido el capitán de la gran mayoría de ese plantel; no era fácil, pero creo que los jugadores me ayudaron mucho”.

“Me acuerdo que ganamos los primeros cuatro partidos en Primera y un lunes, un día después del jugar, en el vestuario estaban los jugadores divirtiéndose y escuchando música, pero yo estaba ya preparando el entrenamiento del día siguiente, el partido del miércoles y pensaba cómo cambia ser futbolista porque ahí jugás y terminás, y ya está, te olvidás; y en cambio el entrenador no: termina el partido y ya está con la cabeza pensando en el partido siguiente, lo que pasó, las cosas a mejorar. Te cambia todo, por eso digo que me gustaba más ser jugador”.

“Siento que lo mejor es jugar. Creo que viendo las dos cosas (ser futbolista y director técnico) es mejor jugar, pero si tengo que decir qué es lo mejor de ser entrenador creo que es que podés dar tu idea, cómo sentís el fútbol, y lo más lindo es poder transmitirlo a tus jugadores y que después por ahí te veas representado en cuanto a lo que vos querés del equipo”.

“SER CAMPEÓN CON PEÑAROL ES LO MÁXIMO”

Su etapa como técnico en Peñarol desde junio del 2018 a diciembre del 2019: “En parte pude saldar esa cuenta pendiente de haber sido futbolista de Peñarol, aunque me hubiese gustado más haber jugado, venir y ponerme la camiseta; no se dio, se dio de otra forma”.

“Vine en un momento donde me sentía pronto para llegar a un equipo grande y afrontar lo que es la exigencia de Peñarol. Había estado dos años en Cagliari, uno en Palermo, otro en Bologna y una segunda etapa en Cagliari. En Bologna estábamos en la B y en esa categoría el equipo tenía que ganar siempre, ahí me acostumbré a que un empate no servía y eso me dio a pensar que estaba pronto para ir a Peñarol”.

“Me acuerdo que me llamó el Pepe Herrera para ver si me interesaba, que había hablado con el Tío Sánchez, y ahí se dio la posibilidad de tener la chance de vivir el día a día en Peñarol que era lo que quería. A pesar de que es un equipo que tiene mucha presión, lo viví bien, me gustó y pude saldar esa cuenta”.

“Ser campeón con Peñarol es lo máximo (ganó el Clausura 2018, el Campeonato Uruguayo 2018 y el Apertura 2019). No es fácil, pero creo que en el 2018 agarramos un equipo que estaba bastante armado. Nacional, con el Cacique Medina, había ganado en ese 2018 el Apertura y el Intermedio, pero en Peñarol había muy buen plantel, jugadores grandes con experiencia. El primer partido empatamos con Racing y viendo la cara de los jugadores me hicieron sentir que sólo servía el ganar en Peñarol; en Peñarol de verdad te acostumbras a ganar y fue así”.

“Nos fuimos conociendo con el equipo, hubo momentos difíciles pero los jugadores grandes fueron importantes sobre todo para nosotros como cuerpo técnico. Ellos se sabían mover muy bien y creo que llevaban muy bien el plantel, eso a nosotros nos ayudó mucho”.