¿Quién fue Diana Vreeland?
Skip to Content

Diana Vreeland: los años de Harper's Bazaar

El mito Diana Vreeland se forjó durante 26 años como editora de moda de la edición estadounidense de Harper’s Bazaar. Su atrevida visión del estilo ha dejado una huella que aún hoy sigue vigente. Su nieto, Alexander Vreeland, en 2015 le rindió tributo en un nuevo libro sobre su etapa en la revista y recuerda aquí aquel impecable ojo para lo inesperado.

Por Alexander Vreeland
editor diana vreeland posing for a portraitpinterest
Santi Visalli//Getty Images

Mi abuela era una mujer con una visión romántica de la vida. Durante un tiempo, cuando era niño, mi familia se trasladó a Marruecos y ella estaba convencida de que yo iba al colegio a caballo y de que tenía un camello en el patio de atrás. Podría creérselo hasta el día de hoy. Esa era, simplemente, su versión. Y no parecía necesario llevarle la contraria. No quería tener que decirle: “No, voy al colegio en autobús”. Sus fantásticas visiones explicaban en parte el porqué de su éxito. Así inspiraba a artistas como Richard Avedon para crear esas maravillosas y fantásticas imágenes. Por supuesto, si hubiese sido contable o presentadora de telediario y se dedicase a envolver de romanticismo hechos y datos habría sido preocupante. Pero esa imaginación llenaba su universo de ensoñación.

El primer recuerdo que tengo de mi abuela es de cuando yo rondaba los cinco años. Ella trabajaba en Harper’s Bazaar por aquel entonces y yo vivía en Alemania. En una ocasión, vino con mi abuelo a Bonn y pasaron con nosotros una semana. Visitamos castillos y disfrutamos un maravilloso picnic en Remagen, lugar por el que las fuerzas aliadas cruzaron el Rin durante la Segunda Guerra Mundial. También me acuerdo de todo el equipaje que traía. ¡Si tienes que llevar la cuenta de tus maletas es que son demasiadas! Era una procesión constante de baúles Louis Vuitton, que enviaba a la casa para que se los reparasen después de cada viaje. Así supe que mi abuela era diferente. Desde luego no del tipo que cocinaría una olla de pasta en la cocina casera. Pero nunca me pareció intimidatoria. De adolescente fui a la escuela en París y me visitaba cada vez que iba allí por trabajo. Siempre se interesaba por mi vida, qué hacía o veía, aunque no me bombardeaba con preguntas; la conversación era siempre espontánea. Le gustaba pasear y charlar. No es que fuésemos muy lejos, una manzana o dos y de vuelta al coche. Su uso de las palabras, su cadencia, cómo jugaba con el volumen, eran de una riqueza y dinamismo tal que su conversación resultaba hasta exótica.

La gente de la moda puede ser muy crítica y sarcástica, y menospreciar lo que visten los demás, pero mi abuela no era de esa escuela. Estaba convencida de que si no puedes decir nada positivo, mejor callarse. Y eso era muy refrescante en un mundo muy dado al dardo verbal: “¡Oh!, esa chaqueta es demasiado corta” o “Su moño es horrible, no debería llevarlo”. A ella jamás le oirías decir algo así. No era realmente una dama de la sociedad, ni una activista social ni ejercía de crítico. Sentía que ya le llegaba con lo que tenía ante sí y se dedicaba a ello sin más. Y nunca pensó que su labor tuviese que ser un trampolín hacia otra cosa.

Yo nací en 1955 y ella dejó Harper’s Bazaar en 1962. Jamás me habló de su carrera. Creo que era porque no veía su trabajo con perspectiva, solo lo que estaba haciendo en ese momento. Tampoco era el tipo de persona que hablara del trabajo fuera de la oficina. No asistía a retiros espirituales con otros directivos, no tenía reuniones ni agenda ni objetivos ni listas de personalidades a las que ver. Cero marketing. Simplemente escribía memorandos y cartas para la gente con la que trabajaba y que era buena en su cometido y publicaba una gran revista. Se cuenta que mi abuela llegó a Harper’s Bazaar porque Carmel Snow, entonces directora de la cabecera, la vio bailando con mi abuelo una noche y la encontró maravillosa. “Ven a verme”, le dijo. Y le dio un trabajo. No estoy seguro de que esa sea la verdadera historia, pero creo que hay algo de cierto en ella. El caso es que se quedó allí 26 años y el grueso de su obra es como una fortaleza de imágenes y conceptos que todavía reverberan en la actualidad. En términos de imaginería, creo que esos fueron sus años más importantes. Las fotografías no han envejecido en absoluto. Ojeándolas puedes ver la fascinante evolución del rol de la mujer en la sociedad y de la relación con su propio cuerpo. Fue una gran impulsora a este respecto. Hizo que las féminas tuviesen un aspecto magnífco, nunca excesivamente sexy o inapropiado. Se notaba una sensación de respeto y todo se hacía con buen gusto, sin devaluar ni menospreciar, pero sin resultar monótono, cosa que ocurría con la mayoría de imágenes editoriales de la época.

Las historias sobre la infancia de mi abuela son por lo general un poco tópicas: que si su hermana era más guapa y todo eso. Por lo que me toca, fui afortunado al establecer con ella una mejor relación de la que tenía con mi padre y mi tío. Le ponía motes a todo el mundo, en parte porque le costaba acordarse de sus nombres. Si te añadía un apodo al fnal, era un cumplido. Mi padre se llama Frederick y para ella era Freckypoo. Mi apodo de niño era Sasha, de ahí Sashipoo. Siempre me animó a hacer lo que yo quería de un modo maravilloso: cuando me casé, en mis viajes, con mis amistades... La única vez que recuerdo su desaprobación fue cuando me mudé a Nueva York, con 30 años. Pensaba irme a vivir a Sands Point, en Nassau County, donde estaban algunos amigos de la familia. Al mencionárselo solo me dijo: “¿En las afueras...?”. Pillé el mensaje. Acabamos cogiendo un loft en Soho. En Manhattan solía salir a cenar con ella y todos los fotógrafos y modelos con los que trabajaba: David Bailey, Patrick Lichfeld, Cecil Beaton... Le tenía un especial aprecio a Lauren Bacall, Betty para ella, hasta compartieron cocinero durante los diez últimos años de vida de mi abuela. También mantuvo una relación muy especial con Jackie Kennedy, una amistad real e importante que duró hasta el final.

Cuando hacía de anfitriona lo daba todo. Adoraba las mesas redondas, de ocho a diez personas, y las conversaciones animadas. Siempre tomaba vodka con hielo y una rodaja de limón. Y nunca dejaba de fumar, hasta narguile. Era excepcionalmente quisquillosa. No recibía visitas sin asegurarse de que se había limpiado la plata. Y pensaba que la fragancia era la columna vertebral de un hogar, por lo que en su casa no faltaban humeantes varitas de incienso, y velas. ¡Si hasta inyectaba perfumes en las almohadas con una jeringuilla hipodérmica! Los dos últimos años antes de morir decidió que ya no quería ver a nadie más, excepto a la familia: pensaba que ya no podía presentarse ante nadie del modo que le habría gustado.

Creo que disciplina es un término que defne muy bien a mi abuela. Una vez, al volver a su casa de una cena, se quedó toda la noche revisando unas fotos que precisaban su visto bueno, unas pruebas que necesitaba aprobar esa misma noche. Nunca escatimaba esfuerzos, ni siquiera a la hora de hacer la limpieza. Ella veía cosas que los demás no podían, por eso aquellos que aparecieron de su mano en Harper’s Bazaar siempre poseían una cierta inteligencia, fuerza y energía. Hace poco conocí a la mujer que fue su secretaria durante muchos años y me comentó que cuando alguna chica se presentaba en una de sus sesiones fotográfcas, en la redacción siempre se oía: “Pero, ¿cómo fotografían a esa?”. Hasta que veían el resultado, invariablemente refrendado con muchos “¡Oh!”. Mi abuela podía mirar a la gente y ver su talento. Tal era su inmenso don.

1936

Publication, Slope, Book cover, Book, Traffic sign, Fiction, Paper, Sign, Novel,

Pieles y perfumes, ilustrados por Erté. ¡Que comience el espectáculo!

1937

Human body, Sleeve, Publication, Waist, Book, Abdomen, Sleeveless shirt, Paper, Paper product, Book cover,

La actriz Frances Farmer rodeada de una sugerente nube de humo.

1939

Space, Poster, Book cover, Fish, Illustration, Fiction, Publication, Book, Flesh, Ray-finned fish,

Portada surrealista ilustrada por A.M. Cassandre.

Publicidad - Sigue leyendo debajo

1939

Photograph, Paper, Paper product, Vintage clothing, Photography, Publication,

Con motivo del 50 aniversario de la Torre Eifel se realizó esta impactante sesión de fotos, con la modelo suspendida en su estructura.

1940

Text, Waist, Publication, Paper, Book, Costume design, Paper product, Abdomen, Graphic design,

La inventiva de la editora de moda se refejaba incluso en reportajes como este, que glosaba el nuevo chic de la 7ª Avenida neoyorquina.

1942

Rectangle, Skull, Fiction, Book cover, Publication, Mask, Book,

La relación entre la moda y los viajes, un tema recurrente en la revista.

Publicidad - Sigue leyendo debajo

1943

Poster, Advertising, Publication, Book cover, Magazine, Book, Vintage advertisement, Fiction, Vintage clothing, Boot,

La famosa portada que lanzó la carrera como actriz de Lauren Bacall.

1944

Vintage clothing, Black-and-white, Book,

La actriz y miembro de la alta sociedad K.T. Stevens (a la izda.) en la pista de aterrizaje junto a un reluciente avión de United Airlines.

1944

Red, Publication, Carmine, Book, High heels, Paper, Paper product, Costume design, Illustration, Fictional character,

Otra muestra del ingenio de la editora: cuatro piernas y cuatro brazos.

Publicidad - Sigue leyendo debajo

1945

Publication, Paper, Art, Paper product, Book, Trunk, Illustration, Vintage clothing, Fiction,

Vreeland reveló a sus modelos como mujeres de acción, preparadas (y vestidas, incluso a la hora del baño) para afrontrar cualquier situación.

1946

Human, Art, Costume design, Vintage clothing, Book, Paper, Illustration, Paper product, Publication, Drawing,

La moda del invierno diseñada por la esquiadora olímpica Ann Cooke, fotografada en las colinas de Vermont por Genevieve Naylor.

1947

Finger, Skin, Nail, Wrist, Thumb, Nail care, Beige, Nail polish, Design, Flesh,

Conocida por sus uñas rojas, Vreeland llevó su look a portada.

Publicidad - Sigue leyendo debajo

1949

Hair accessory, Headgear, Costume accessory, Headpiece, Poster, Advertising, Publication, Feather, Model, Book cover,

Las plumas de avestruz eran en realidad un ventilador fjado al tocado.

1951

Sleeve, Photograph, Collar, Vintage clothing, Costume design, Book, Overcoat, Retro style, Publication, Frock coat,

La nueva silueta que introducía el espacio entre las prendas y el cuerpo, resumida en un editorial sobre abrigos de primavera.

1952

Lip, Chin, Vintage clothing, Publication, Poster, Book cover, Retro style, Vintage advertisement, Rectangle, Book,

La modelo Suzy Parker muestra la moda de la temporada.

Publicidad - Sigue leyendo debajo

1954

Human, Sleeve, People in nature, Ocean, People on beach, Beach, Barefoot, Shore, Poster, Sand,

Moda luminosa en la playa, fotografada por Lilian Bassman.

1954

Arm, Leg, Human body, Hand, Human leg, Elbow, Publication, Knee, Wrist, Muscle,

Una de las bellas bañistas del editorial de Bassman.

1955

Elephant, Elephants and Mammoths, Organism, Indian elephant, Vertebrate, Terrestrial animal, Photograph, Working animal, Adaptation, Jaw,

El legendario retrato de la grácil Dovima, rodeada de elefantes. Fue la sesión de Richard Avedon para el número de septiembre.

Publicidad - Sigue leyendo debajo

1958

Publication, Poster, Book cover, Book, Fiction, Advertising, Novel, Graphic design, Silhouette,

Una silueta nocturna, fotografada también por Richard Avedon.

1958

Sleeve, Dress, One-piece garment, Pink, Waist, Formal wear, Pattern, Magenta, Day dress, Fashion,

Un ejército de modelos luciendo los vestidos burbuja de colores acaramelados, tendencia del momento, listos para el cóctel.

VER VÍDEO
 
preview for Dynamic HARPER'S BAZAAR SPAIN list

Entretenimiento

a man and woman posing for a picture

Lo que debes saber de 'Los Bridgerton 3'

irene urdangarin

El libro sobre los sobrinos de Felipe VI

cate blanchett san sebastian

Cate Blanchett visitara España este 2024

lista bazaar 10 mayo

Lista Bazaar: planes y lanzamientos de la semana

Publicidad - Sigue leyendo debajo
Publicidad - Sigue leyendo debajo
Logo
youtube
facebook
instagram
pinterest
Hearst Magazines ES - Harper's Bazaar, marca perteneciente al grupo Hearst Magazines International

Harper's Bazaar, marca perteneciente al grupo Hearst Magazines International

Harper's BAZAAR participa en varios programas de afiliación de marketing, lo que significa que Harper's BAZAAR recibe comisiones de las compras hechas a través de los links a sitios de los vendedores.

©2024 Hearst España S.L. Todos los derechos sobre las marcas, imágenes y contenidos están protegidos.

Aviso de PrivacidadPolítica de CookiesAviso LegalSitemapIniciar Sesión en Content Pass
Ajuste de Cookies