Las consecuencias del desplome de la bolsa china

Este a�o la bolsa china ha experimentado una burbuja extraordinaria y un desplome igual de dram�tico.

Los n�meros son espectaculares. En tan solo 12 meses, de junio de 2014 a junio de 2015, los �ndices de Shangh�i y Shenzhen subieron un 145%, pasando de ser parqu�s de segunda divisi�n a convertirse, respectivamente, en la tercera y la quinta bolsa por capitalizaci�n del mundo. Solo el Stock Exchange de Nueva York, el Nasdaq y la bolsa de Tokio han podido aguantar el tir�n chino. A modo de referencia, a finales de mayo la Bolsa de Shangh�i ten�a una capitalizaci�n de 7,4 billones de d�lares, mientras que el Euronext solo llegaba a los 3,5 billones.

Esta espectacular subida se produjo por varias razones. En primer lugar, porque desde noviembre de 2014 se puede invertir de manera relativamente libre entre Hong Kong y Shangh�i, y viceversa, en lo que se conoce como el Shangh�i-Hong Kong Connect. Esto ha animado el volumen de inversi�n. Adem�s, a principios de a�o, para conseguir financiamiento alternativo para las empresas p�blicas, el Partido Comunista Chino (PCC) empez� a decir que esperaba una subida de las bolsas, esto anim� a m�s inversores, sobre todo a aquellos que antes invert�an en el sector inmobiliario, que ahora est� estancado. Es importante se�alar que en el sector bancario chino los tipos de inter�s sobre los dep�sitos tienen un techo establecido por el Gobierno, por lo tanto, muchos ahorradores est�n desesperados por encontrar posibilidades de inversi�n m�s rentables. Esto ha hecho que millones de trabajadores y amas de casa se animasen a "jugar" por primera vez en la bolsa, incluso con compras a cr�dito, inflando as� todav�a m�s la burbuja.

Sin embargo, a mediados de junio, por razones todav�a por determinar (quiz� nunca se sepa, el PCC est� todav�a investigando) muchos inversores empezaron a liquidar sus ganancias, la burbuja explot� y los precios de las acciones empezaron a entrar en ca�da libre. En menos de un mes la bolsa de Shangh�i perdi� un 32% de su valor, y la de Shenzhen un 40%. Estas son ca�das hist�ricas que han supuesto unas p�rdidas cercanas a los 4 billones de d�lares. El p�nico se ha acentuado por las compras a cr�dito, ya que si el valor de la acci�n es menor que el cr�dito adquirido para comprarla, el sistema realiza una venta autom�tica (es lo que se conoce en ingl�s como margin call).

La situaci�n ha llegado a ser tan dram�tica que el PCC ha desplegado todas sus fuerzas para contrarrestar esta avalancha de ventas. El banco central ha bajado los tipos y las reservas m�nimas de los bancos, mientras que el gobierno ha inyectado casi 500.000 millones en la bolsa, ha congelado los valores de 1.400 empresas, ha ordenado a los ejecutivos de las grandes corporaciones que no vendan acciones y ha instruido a los medios que no utilicen palabras como "p�nico" o "estampida". Entre el 8 y el 27 de julio el mercado volvi� a subir un 16%, y muchos pensaron que el Gobierno chino ten�a la situaci�n bajo control, pero estos �ltimos d�as las p�rdidas se han vuelto a acentuar. Aunque la bolsa est� controlada por el PCC, un mercado sigue siendo un mercado y si hay m�s vendedores que compradores, es dif�cil cambiar la tendencia hasta que los precios vuelvan a ser atractivos.

Hasta aqu� lo sucedido. La pregunta ahora es �qu� efectos va a traer consigo el desplome de la Bolsa china? Algunos analistas piensan que las consecuencias van a ser severas. Que la ca�da de las bolsas va a aumentar el sobreendeudamiento del pa�s, desacelerar la econom�a y que incluso puede minar la reputaci�n del PCC y provocar cierto descontento social. Todo esto tendr�a l�gicamente consecuencias nefastas para el resto del mundo. Estas interpretaciones son un tanto exageradas. La Bolsa china no es como la de los pa�ses occidentales. Su nivel de aislamiento de la econom�a real es mucho mayor. En buena parte es como un gran casino controlado por el PCC y todo el mundo que participa en �l lo sabe. Adem�s, son muy pocos los ciudadanos que tienen sus ahorros en la bolsa. Seg�n los �ltimos datos, aunque el n�mero ha crecido, solo el 6% de los hogares chinos tienen acciones, comparado con el 55% en EEUU, y solo poseen el 5% de la capitalizaci�n de la bolsa, frente al 26% de los hogares espa�oles, por ejemplo.

Esto no quiere decir que China no tenga problemas serios. Hay una enorme sobrecapacidad, especialmente en los sectores del carb�n, acero, los astilleros, la construcci�n y la extracci�n de materias primas. El deterioro del medioambiente y la creciente desigualdad son una amenaza. El nivel de endeudamiento, tanto privado como p�blico, se ha cuadriplicado desde 2007 hasta llegar al 282% del PIB actual. A corto plazo, lo que m�s preocupa es el endeudamiento tanto de las grandes compa��as p�blicas como de los gobiernos regionales. �Ser�n capaces de devolver todo ese dinero? Es muy poco probable. Sin embargo, como el PCC todav�a controla todos los eslabones del sistema crediticio, puede aplicar una reestructuraci�n de la deuda de manera mucho m�s f�cil que las democracias occidentales. L�gicamente alguien va a tener que pagar por esa deuda. Ese alguien ser�n los millones de ahorradores chinos. �Se van a sublevar por eso? Dif�cil. Muchos de ellos son miembros del PCC o tienen familiares o amigos pr�ximos afiliados. Si despu�s de la reestructuraci�n de la deuda, el crecimiento chino contin�a, quiz�s m�s basado sobre el consumo interno que las exportaciones y la inversi�n, la legitimidad del PCC se mantendr�. Si en cambio el crecimiento no llega, la tensi�n social aumentar�, pero eso ser� a medio y largo plazo.

Esto nos lleva al gran dilema del PCC. Los l�deres chinos son conscientes de que para cambiar el modelo de crecimiento se necesita menos estado y m�s mercado para estimular la capacidad de consumo, innovaci�n y creatividad del ciudadano medio.

Sin embargo, el reciente p�nico de la bolsa ha demostrado de nuevo, que m�s mercado tambi�n supone m�s volatilidad y riesgos y menos estabilidad. Y la estabilidad es justamente lo que el PCC m�s anhela.

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