James Bond del mañana
Los actores suelen saltar al estrellato cuando protagonizan una película de éxito. Aunque Daniel se ha prodigado en papeles secundarios, la fama llamó a su puerta cuando se hizo oficial la noticia de su elección como nuevo James Bond. Y aunque los apasionados del agente 007 no ven claro que un rubio tome el relevo de Pierce Brosnan, su reciente interpretación como agente israelí en Munich, le ha hecho merecedor de un voto de confianza: le falta el cinismo y el carisma con el que Sean Connery hizo inolvidable a Bond, pero al menos es un competente actor. Si alguien lo duda, que eche un vistazo a Layer Cake, estreno en DVD este mes.
Daniel Craig nació el 11 de noviembre de 1968 en Chester (Gran Bretaña). Su padre, Tim, era un marinero que acabó trabajando en la industria del acero, y su madre, Olivia, ejercía como maestra en una escuela de arte. Tras la dramática separación de sus padres, cuando Daniel tenía 4 años, se fue a vivir a Liverpool con su hermana mayor, Lea, y su madre. Ésta pasaba mucho tiempo con sus alumnos en uno de los teatros más famosos de la ciudad, donde el pequeño Daniel se relacionaba con estrellas de la escena británica, como Julie Walters (Billy Elliot). Aunque a Daniel Craig se le daba bien el rugby, y le gustaba la literatura, no era buen estudiante, por lo que dejó la escuela a los 16, para desesperación de su madre, que le consiguió una audición para un curso de interpretación en el National Young Theatre (Teatro nacional juvenil), de Londres. Para poder pagarse las clases y la estancia en la capital británica, Daniel Craig tuvo que trabajar como camarero. Y aunque fue una época dura, finalmente consiguió una plaza en la prestigiosa escuela de música y arte dramático Barbican, donde coincidió con gente como Ewan McGregor.
Empezó con buen pie el joven Daniel, que antes de terminar en la escuela fue escogido para La fuerza de uno, en el que interpretaba a un compañero de internado del protagonista, con ideas racistas y nazis. Las mismas que tenía el oficial alemán que interpretó en Daredevils of the Desert, episodio especial de dos horas de la serie Las aventuras del joven Indiana Jones, escrito por Frank Darabont, concebido para su edición en vídeo. Desgraciadamente, parece que le encasillaron como actor televisivo, pues en los años siguientes sólo le ofrecían papeles en series, como Boon, Historias de la cripta y The Hunger. Una de ellas se convirtió en un gran éxito en Gran Bretaña, donde está considerada la mejor producción televisiva nacional de los 90. Se trata de Our Friends in the North, sobre las peripecias de cuatro amigos en la época más convulsa del gobierno de Margaret Thatcher.
Craig había contraído matrimonio con una mujer ajena al mundo del espectáculo, con la que tuvo una hija, pero acabó divorciándose. Durante el rodaje del thriller Obsesión, Daniel Craig se enamoró de su compañera de reparto, la alemana Heike Makatsch, aquella actriz que interpretó a la secretaria sin escrúpulos que seducía a Alan Rickman en Love Actually. Y aunque ambos formaron pareja durante muchos años, finalmente se separaron. Por contra, Craig siempre ha conservado el amor por los escenarios, interpretando montajes como la versión británica de Hurlyburly. En 1998 tuvo una buena racha en la pantalla. Empezó el año interpretando a un monje que conspiraba contra la reina, en Elizabeth. A continuación coprotagonizó con el mítico Derek Jacobi El amor es el demonio, polémica biografía del pintor Francis Bacon, donde encarnaba a un ladronzuelo de poca monta que despertaba una pasión homosexual en el artista. Más redondos fueron sus trabajos en The Trench, donde era un militar durante la I Guerra mundial, y Some Voices, donde era un esquizofrénico que dejaba de tomar la medicación. Por aquella época también interpretó un papel secundario en Soñé con África, un drama de Hugh Hudson, con Kim Basinger. Así las cosas, supuso todo un retroceso en su carrera interpretar a un antiguo amante de Lara Croft en Tomb Raider, película que él mismo considera “una absoluta pérdida de tiempo”. Por suerte, el director Sam Mendes le descubrió en una de sus series, y decidió darle el papel de hijo de Paul Newman, el gángster de Camino a la perdición. Aunque su convincente trabajo quedaba diluido por la presencia en el reparto de grandes monstruos de la interpretación, salía en una de las secuencias más recordadas, cuando asesina cruelmente a un tipo delante del hijo de Tom Hanks. A continuación intervino en Sylvia, biografía de la escritora Sylvia Plath, en la que interpretaba al poeta Ted Hughes, marido de la protagonista, a la que indujo al suicidio. Dicen que tuvo mucho que ver en su elección como Bond el thriller Layer Cake, donde Craig interpreta a un personaje sin nombre, trajeado, muy similar a James Bond, pero que se dedica al narcotráfico.
Tras interpretar a un presidiario en The Jacket, un thriller con elementos fantásticos, protagonizado por Adrien Brody, Daniel Craig fue escogido por el mismísimo Spielberg, que le convirtió en uno de los protagonistas de Munich. “Me sentí aterrorizado cuando me llamó, porque no me lo esperaba”, explica el actor. “Cuenta una historia pequeña, que refleja un problema enorme. Espero que cree un debate en la sociedad, y que anime a la gente a tratar de descubrir la verdad”, comenta Craig, que era uno de los subordinados del personaje de Eric Bana, enviado para vengarse de los autores del atentado contra el equipo olímpico israelí. Ahora, Daniel Craig tiene pendiente de estreno Infamous, otra biografía de Truman Capote, donde encarna a Perry Smith, el asesino que fascinaba al escritor. A continuación llegará The Visiting, cinta de ciencia ficción de Oliver Hirschbiegel, director de El hundimiento, que ha contado con Nicole Kidman como protagonista. En la actualidad rueda Casino Royale, de Martin Campbell, revisión de la primera novela de James Bond, que promete ser más oscura, pero también más humorística que las últimas entregas del personaje. Fue Barbara Broccoli, hija del legendario productor de la saga Albert R. Broccoli, y máxima responsable de la franquicia en este momento, quien eligió personalmente a Craig, entre numerosos candidatos, cuando desechó a Pierce Brosnan por pedir un salario demasiado elevado. Muchas han sido las críticas que ha recibido desde entonces, sobre todo cuando saltó a la palestra la noticia de que era incapaz de conducir el mítico coche del agente, el Aston Martin DBS, porque no estaba acostumbrado al cambio de marchas manual. “Me siento bajo presión desde que me han escogido para el papel, pero creo que las críticas son injustas hasta que se estrene la película”. El público podrá juzgar por sí mismo a partir del 24 de noviembre, fecha prevista de estreno en España.
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