El exjugador del Barcelona Dani Alves, en prisión tras ser acusado de violar a una joven en una discoteca, tiene nuevo abogado. Se trata del prestigioso letrado penalista Cristóbal Martell, que se unirá a la letrada Miraida Puente Wilson.

Martell es uno de los abogados más reputados de Barcelona y, como tal, lleva al expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y a su familia en la causa de presunta corrupción que tiene en sus manos la Audiencia Nacional y ha representado al futbolista Leo Messi en su litigio por fraude fiscal, además de otros muchos casos vinculados con delitos económicos.

También defendió al FC Barcelona en el caso Neymar o al expresidente blaugrana Josep Lluís Núñez. Y no ha dudado en estar presente en muchos casos mediáticos por corrupción defendiendo al extesorero del PP, Álvaro Lapuerta en el caso Gürtel, al excontable de la trama del Instituto Nóos, Marco Antonio Tejeiro o al exalcalde de Sabadell, Manuel Bustos, en el caso Mercuri.

Este abogado tiene una particular forma de entender el derecho penal. Tiene claro cuál es su papel, el de defender a personas en apuros judiciales y que cuentan con indicios de haber cometido uno o varios delitos. Por eso, considera que "el derecho penal no es un ariete promotor de una sociedad mejor".

El programa La Sexta Clave rescató este martes algunas reflexiones de Martell en una mesa redonda organizada por la Fundación Acuorum y que dan muestra de su forma de pensar. Por ejemplo, opina que "situar a la víctima en el eje del sistema para darle satisfacción, gratificación y hasta un consuelo seguramente merecido está distorsionando el sistema de garantías".

Además, defiende que nadie cree ya en el Estado de derecho y en la "resocialización" de los presos. 

En el mismo foro volvía a dejar una reflexión de lo más llamativa y crítica con colectivos como los ecologistas y las feministas: "Asistimos a algo tremendo, que son los nuevos gestores de la moral social colectiva. Ecologistas, consumidores, vecinos, feministas... Todos colectivos entrañables con intereses loables, dignos de la máxima tutela, pero que están adquiriendo en el sistema penal una voz más allá de lo razonable".

"Lectura amable de los hechos"

La estrategia de defensa de Martell es buscar siempre "la grieta legal, las incongruencias" que encuentre en el caso que le ocupa para defender a sus clientes. Según sus propias palabras se trata de "leer la realidad y hacer al juez leer esa realidad según nuestros ojos" y realizar una "lectura amable de los hechos". 

Martell es un apasionado de su oficio porque, según él, ejercer la defensa penal le permite vivir mil vidas: "Vivimos la vida de nuestros clientes, qué lujazo. Pero no la vida de cualquier cliente, si no la de clientes que viven en un momento atribulado, en un momento límite en su vida. Qué gran privilegio. Conocer sus grandezas, sus miserias, sus angustias, sus alegrías... vivir su vida".