El capitán del siglo - Faro de Vigo

El capitán del siglo

Manolo, el jugador que más partidos ha disputado como céltico, se une a Paco Amoedo, Carlos Pérez y Javier Álvarez Salgado en la nómina de leyendas del deporte homenajeadas con el Premio Luis Miró

Manolo, flanqueado por Rogelio Garrido (izq.), Abel Caballero y Alfonso López.   | //  MARTA G. BREA / JOSÉ LORES

Manolo, flanqueado por Rogelio Garrido (izq.), Abel Caballero y Alfonso López. | // MARTA G. BREA / JOSÉ LORES / Armando Álvarez

Armando Álvarez

Armando Álvarez

“Manolo”, pronuncia el concejal y ya todos en el teatro saben a quién se refiere, pese a lo común del nombre. “El Gran Capitán”, añade enseguida, inevitablemente, y es casi prescindible que especifique del Celta. Muchos y buenos han portado el brazalete en los cien años de historia céltica, desde los primerizos Otero y Pasarín al actual Iago Aspas. El grande, sin embargo, permanece como calificativo exclusivo de Manuel Rodríguez Alfonso. “Eso se acuñó y creo que fue un periodista del Faro. Ahí quedó. Lo siguen poniendo. Yo, agradecidísimo. Es un reconocimiento”, acepta el aludido. Natural de Cangas y naturalizado del Barrio das Flores al año escaso, el jugador que más veces se ha enfundado la elástica celeste forma parte desde ayer del Olimpo que reúne a los homenajeados con el Premio Luis Miró.

Aspecto de la platea en el Teatro Afundación.  | // MARTA G. BREA / JOSÉ LORES

Aspecto de la platea en el Teatro Afundación. | // MARTA G. BREA / JOSÉ LORES / Armando Álvarez

“Ha sido una sorpresa muy agradable que Concello, Abanca y el Faro se hayan acordado de mí. Estoy superagradecido”, comenta Manolo, defensa elegante, de autoridad genuina dentro y fuera del campo. Tras su retirada, más allá de los negocios de hostelería que emprendió, ha seguido siendo una presencia permanente para el celtismo. Y para el club, aunque para este según las épocas. Nada reclama, de nada se queja y todo lo celebra: “Yo he intentando hacerlo lo mejor posible, he estado aquí muchos años, he podido jugar y la ciudad de Vigo me ha aguantado”.

Recuerda que antes de empezar a escribir su leyenda, en el prefacio adolescente, dispuso de aliados en la prensa. “El Faro de Vigo fue mi protector”, revela. “Cuando empecé, lo tuve muy difícil. A Don Manuel Tourón y Don Manuel R. Varela –cronistas históricos del decano– les tengo que estar eternamente agradecidos. Sus crónicas siempre eran muy favorables hacia mi persona. Cuando iba a entrenar con la selección juvenil nacional, me destacaban en Madrid y sacaban una reseña en el Faro. Hablo con 16 años ya. Así fue un suma y sigue. Fueron los que me aguantaron. Después tienes los detractores, como todo el mundo”.

Con 18 años llegó al primer equipo. Fue en Segunda, en 1966. Manolo encabezó a la generación que pondría fin a aquella década ominosa con el regreso a Primera. Igualmente lideró a la escuadra hacia su primer clasificación para la Copa de la UEFA. Manolo clausuró su larga trayectoria, mezcla de alegrías y pesares, también en la máxima categoría. Habiendo sufrido la campaña en Segunda B, colgó las botas en la máxima categoría, en 1982. Balaídos se llenó en su homenaje, con la selección polaca como invitada justo antes del Mundial.

En total, 533 partidos. No ha podido batirlos Hugo Mallo (449), el que más seriamente pareció amenazarlo en estos cuarenta años. Necesitará Iago (485) resistir al desgaste. “Es muy difícil hoy en día que un jugador esté tantos años en un club. Ganar dinero es importante, se le ofrece a un jugador que es bueno y ya no se queda”, conviene Manolo, que sufrió en su momento la esclavitud del derecho de retención. “Le pasó a Iago mismo, que se fue a Sevilla y Liverpool. Perdió dos años. Si hubiera estado aquí, seguramente me hubiera pasado. La ventaja que tienen es que se juegan más partidos. Yo disputé Ligas de 30 partidos. También influye”.

No se muestra nostálgico, en todo caso: “El deporte ha evolucionado para bien. De aquellas las condiciones en cuanto a material, campos y todo eran muy diferentes a ahora. Lo que hace falta es que haya ilusión, ganas… Es lo más importante. No teníamos muchas cosas pero nos sacrificábamos y tirábamos para arriba como podíamos”.

En esa época conoció a dos de sus predecesores en el Premio Luis Miró, los atletas celestes Carlos Pérez y Javier Álvarez Salgado –el entrenador de boxeo Paco Amoedo completa el cuarteto–. “Son un poco mayores, yo entrenaba con ellos muchas veces, en Balaídos. Nos conocemos de toda la vida. Son unos deportistas muy grandes”.

Sigue atento Manolo a la actualidad del Celta: “Me alegro un montón de que esté Claudio al mando del equipo. Lo han renovado porque ven que, estemos en Segunda o sigamos en Primera, es el entrenador que puede llevar al equipo para arriba. Está metiendo además mucha gente joven. Le deseo lo mejor y toda la suerte del mundo para estos partidos que quedan, que la vamos a necesitar”.