De Saoirse Ronan a Shirley MacLaine, de Joan Crawford a Holly Hunter, y de Anna Paquin a Ana Torrent: varias de las mejores actrices de su generación ofrecen sus más destacadas interpretaciones en películas que narran las complejas relaciones entre madres e hijas.
La sobreprotección, la educación, los celos, la rebeldía y, por supuesto, el amor incondicional marca estas relaciones tempestuosas que el cine ha sabido examinar ofreciendo películas como las que reseñamos a continuación.
‘Lady Bird’ (Greta Gerwig, 2017)
Fue su segunda película como directora y la que le abrió de par en par las puertas de Hollywood. Con tan solo 34 años Greta Gerwig se ponía al frente de una historia de tintes autobiográficos sobre una adolescente rebelde que lucha por abrirse camino en un entorno opresivo dominado por su madre.
Las ilusiones de una joven que aspira a expandir se creatividad chocan con los valores tradicionales de una madre que trata de protegerla… enjaulándola, impidiendo su vuelo. Una de las grandes triunfadoras de 2017 con numerosas nominaciones al Oscar que permitió a Gerwig ponerse a los mandos de Barbie pocos años más tarde.
‘La fuerza del cariño’ (James L. Brooks, 1983)
Inspirada en una novela, el más tarde famoso productor de Los Simpson dirigió aquí a una pléyade de estrellas en una película que arrasó en los Oscar de 1983, tal vez excesivo premio para algunos críticos.
De cualquier forma, La fuerza del cariño nos muestra una versión del clásico enfrentamiento entre una madre firme y protectora con una hija rebelde y autónoma: discusiones y reconciliaciones constantes entre Shirley MacLaine y Debra Winger en un drama con toques de comedia.
‘Tres anuncios en las afueras’ (Martin McDonagh, 2017)
Volvemos a 2017 para disfrutar de la actuación de Frances MacDormand que ganó aquí el segundo de sus tres Oscar a mejor actriz. Si bien en esta historia también tenemos enfrentamiento maternofilial, lo que destaca en Tres anuncios en las afueras es el dolor, la culpabilidad y el amor incondicional de una madre por una hija perdida. Porque si la maternidad cambia el cerebro de las madres, también altera para siempre su corazón.
‘Red’ (Domee Shi, 2022)
Meilin solo quiere ir a ver a los 4 Town, cumplir el sueño de su adolescencia (al menos el sueño de ese año) con sus tres mejores amigas. Pero su enérgica, intransigente y sobreprotectora madre Ming no lo permitirá porque no es un espectáculo digno para una “niña”.
No es suficiente con que su hija sea la mejor de su clase, con que ayude en el templo y con que esté siempre a su vera. Pero ese ‘no’ al concierto de 4 Town marcará un antes y un después en esta relación: porque hasta las madres más posesivas también fueron indomables… también tuvieron adolescencia.
‘El piano’ (Jane Campion, 1993)
Oscar a la mejor actriz para Holly Hunter, Oscar a la mejor actriz secundaria para Anna Paquin (la segunda actriz más joven de la historia en ganar un premio de la Academia, después de Tatum O’Neal) y Oscar al mejor guion para Jane Campion: tres mujeres que nos entregaron una de las mejores películas de los 90, un relato sobre el estoicismo inquebrantable de una mujer y madre en el sofocante escenario rural de la Nueva Zelanda decimonónica.
‘Mildred Pierce’ (Michael Curtiz, 1945)
El director de Casablanca triunfó también en 1945 con este drama que dio a Joan Crawford el Oscar a la mejor actriz por el papel de una mujer que sacrifica su vida por su hija: un clásico de la mejor etapa del cine de Hollywood. Varias décadas más tarde, Kate Winslet tomaba el testigo de Crawford para interpretar este papel en una miniserie de HBO que también tuvo un considerable éxito de crítica.
‘Cría Cuervos’ (Carlos Saura, 1976)
Ana Torrent y Geraldine Chaplin lideran el reparto de una de las mejores películas de la ingente filmografía de Carlos Saura. Reconocida a nivel internacional, recibiendo el Premio Especial del Jurado de Cannes, Cría Cuervos nos muestra con afilado lirismo la compleja relación de una hija y una madre, en este caso ausente. Aquí el recuerdo de la madre, con sus luces y sus sombras, permanece vivo en la mente efervescente de una niña muy especial.
‘Sonata de Otoño’ (Ingmar Bergman, 1978)
La brutalidad descarnada de la conversación que mantienen Liv Ullman e Ingrid Bergman al final de esta película es uno de los grandes momentos de la historia del cine. Como nos acostumbra en sus películas, Ingmar Bergman no se anda con medias tintas para presentar el lado más oscuro de la relación entre una madre y una hija.
Porque nunca es tarde para escuchar verdades que duelen, que rompen corazones… que ya estaban rotos mucho antes. Pero como también se muestra en Secretos de matrimonio para hablar de la vida en pareja, solo un instante de sincera brutalidad puede arreglar décadas de hipócrita disimulo.
