Aunque fue breve y hace mucho tiempo, el matrimonio de Cindy Crawford y Richard Gere quedó en el recuerdo de todos. La modelo se casó con el actor en 1991 y, aunque sólo estuvieron juntos cuatro años, este romance ocupó los principales titulares de la época. Casi tres décadas después, esta relación volvió a reflotar cuando “la chica del lunar” habló de ella en un documental.

Las declaraciones de Crawford surgieron en el marco del documental de Apple TV+, The Super Models, donde la estrella de las pasarelas en los 90 habló de las primeras etapas de amor con el galán de Hollywood. “Creo que tenía 22 años cuando nos conocimos. Al comienzo de una relación, cuando eres una mujer joven, pensás: ‘¿Te gusta el béisbol?’ Entonces a mí me gusta el béisbol. ‘¿Realmente te gusta el budismo tibetano?’ Puede que a mí también me guste. Lo intentaré”, expresó en referencia a la práctica religiosa del actor.

La diferencia de edad entre ellos (él le lleva 17 años) fue un factor fundamental para que la modelo moldeara su personalidad y sus gustos. “Estás dispuesta a moldearte en torno a quien sea cuando estás enamorada”, reveló justificando sus acciones y por qué dejo de hacer la vida de una joven veinteañera. “Él era mayor así que yo estaba en un círculo diferente y ya no hacía esas cosas de moda”, reconoció.

Su matrimonio con Gere ocurrió justo en pleno auge de su carrera cuando saltó a la fama gracias a un comercial de una marca de gaseosas para el Super Bowl de 1992. “Hubo un momento en el que me alejé de la elite de la alta costura”, confesó dando cuenta de que su imagen se volvió más popular al salir con el protagonista de Pretty Woman.

De hecho, todos aún recuerdan su aparición en la alfombra de los premios Oscar de 1991, evento al que asistió como compañía del galán, donde deslumbró con un impactante vestido rojo de Versace.

Si bien eran una de las parejas más cool del ambiente, en 1995 Gere y Crawford decidieron ponerle punto final a su matrimonio. Al parecer, la distancia y las ajetreadas agendas laborales influyeron en la ruptura. “No pasamos suficiente tiempo juntos y somos igualmente responsables de eso. Pensamos que estaría bien si volábamos de París a Los Ángeles para pasar una noche juntos y vernos. No lo fue”, confesó en una nota con People tras separarse.

Esa fue una de las pocas veces que la modelo habló de su relación con Gere. De hecho, en su autobiografía Becoming (publicada en 2015) Crawford decidió no hacer demasiada referencia a este momento de su vida. “No es algo que quiera compartir. Quiero ser respetuosa”, le explicó cuando le preguntaron los motivos de no mencionar este romance. Lo único que dijo fue que “aprendió mucho de él, inclusive cómo ser famosa”.

En 2016, durante su paso por el podcast WTF con Marc Maron, la supermodelo reveló que el actor era como un extraño para ella. “Creo que es como si él hubiera vuelto a ser como Richard Gere otra vez, como un extraño porque en realidad no nos vemos mucho. Creo que parte del problema en nuestra relación era que éramos muchas otras cosas, pero no sé si alguna vez fuimos amigos, compañeros, porque yo era joven y él era Richard Gere. Y luego, cuando comencé a crecer y a convertirme en mí misma es difícil cambiar la naturaleza de una relación una vez que ya estás en ella”, expresó.

Un amor de película

Corrían los años 90 y Cindy Crawford y Richard Gere coincidieron en un almuerzo en la casa de un amigo en común, el fotógrafo Herb Ritts. El flechazo sucedió al instante. Es que ella era una top model y él, el galán más codiciado de la época. A pesar de la diferencia de edad (ella tenía 22 y él 39), los invitados intercambiaron sus teléfonos y a los pocos días empezaron una relación.

Populares, bellos y exitosos, rápidamente se convirtieron en la pareja de moda y cautivaban a todos en cada aparición pública que hacían. Sin embargo, las especulaciones sobre este amor no tardaron en llegar. Por aquel entonces, circulaban fuertes rumores sobre una supuesta homosexualidad de Gere, por lo que algunos sospecharon de este romance, argumentando que se trataba de una movida de prensa para desmentir esas versiones. “Con todas las mujeres con las que ha estado, ¿cuándo ha tenido tiempo para ser gay?”, bromeó la modelo echando por tierra cualquier tipo de especulación.

Lo cierto es que pasaban mucho tiempo juntos: cocinaban en cámara, iban a restaurantes top y posaban juntos en las alfombras rojas más prestigiosas del momento. Para sorpresa de todos, la boda llegó el 12 de diciembre de 1991 y de la manera menos tradicional: la pareja decidió volar a Las Vegas con muy pocos invitados y con anillos improvisados hechos de papel de aluminio.

Según Herb Ritts, el celestino que los presentó, todo se resolvió en cuestión de horas: “Cindy me llamó y me dijo: ‘Richard me propuso matrimonio hace dos horas. Volamos a Las Vegas en media hora y tenés que venir’. Me quedé estupefacto, pero era la mejor manera para ambos porque no habría todo el alboroto. Realmente se trataba solo de ellos”, recordó el fotógrafo mientras que, tiempo después, la novia reconoció: “No fue la boda que había soñado. Fue tan de última hora”.

A pesar del apuro y la improvisación, los tortolitos vivieron felices durante cuatro años. Será por eso que cuando decidieron ponerle punto final a este amor, la modelo atravesó uno de los momentos más difíciles de su vida. “El final de mi primer matrimonio fue un hecho que me marcó. Yo había vivido todo como un cuento de hadas. Todos queremos saber qué se siente al tener un amor como el que se ve en las películas, pero no siempre es así. Mi divorcio me destruyó y me llevó a aprender a ver todo de una forma más realista”, explicó años después.

Estuvo tan deprimida que hasta tuvo que empezar terapia para superarlo. Según narro en su autobiografía, hubo una pregunta del psicólogo que la hizo entender lo que fue su relación con Gere: “¿Busca un alma gemela o un marido? Porque no es exactamente lo mismo. Un marido es una persona que le da estabilidad, alguien con quien se puede formar una familia”, le explicó el psicoanalista mientras Crawford caía en la cuenta de que nunca había sentido eso en su matrimonio.

Con quien sí encontró la estabilidad soñada fue con el empresario Rande Gerber, con quien hoy en día sigue casada y tuvo dos hijos: Presley, de 24 años, y Kaia, de 22.

Por su parte, Richard Gere dio el sí con Carey Lowell, con quien tuvo a su hijo, Homer de 23. Tras separarse en 2013, el actor rehízo su vida con Alejandra Silva, con quien también contrajo enlace y tiene dos hijos pequeños.