Ya han pasado más de 10 años desde que una jovencísima Chloë Grace Moretz asombrara al mundo como Hit Girl en la película Kick-Ass y se convirtiera en toda una promesa del cine de acción. Ahora, ella protagoniza la película Pasajero Oculto (Shadow in the Cloud, en su versión original), que llegará el 5 de marzo a plataformas como Movistar+, Vodafone TV, Rakuten o Filmin.

La acción de Pasajero Oculto tiene lugar durante la Segunda Guerra Mundial, cuando una chica misteriosa, vestida con ropas militares y un brazo en cabestrillo, se cuela en un avión de los aliados y, una vez dentro, cuenta a su tripulación que lleva un paquete de alto secreto, que no puede ser abierto hasta llegar a su destino.

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Darse de alta

Los soldados, asombrados porque una mujer venga dándoles órdenes de tan alto nivel, la colocan en la cabina de artillería del avión, pues no hay más espacio. Atrapada en esa cabina durante el viaje, notará no solo que sus compañeros de viaje la menosprecian por ser chica, sino que alguna presencia extraña parece estar saboteando el equipo del avión en pleno vuelo...

Pasajero Oculto es, en esencia, una película de suspense en su primera mitad y de acción en la segunda, pero tiene varias capas de lectura. Sin duda, como mejor funciona es en esa primera vertiente de suspensa, que irremediablemente recuerda a narraciones pulp como Cuentos asombrosos (hay un episodio clave con el que guarda muchas similitudes) o La dimensión desconocida. 

Maude, la protagonista, no puede moverse en un espacio muy reducido, con una cabina hecha pedazos como única protección frente a una caída de miles de metros. Su única fuente de información es la radio, con la que se comunica con sus compañeros. Cuando ella empieza a ver cosas extrañas, sus compañeros la toman por chalada. "¿Estará con la regla?", se preguntan.

Aquí entra otro de los pilares de Shadow in the Cloud: la directora Roseanne Liang quiere lanzar un claro mensaje feminista, para que nos demos cuenta de lo durísimo que tuvo que ser si eras una mujer con aspiraciones en la primera mitad del siglo XX. ¡Sobre todo, en el mundo militar! Lejos de quedarse en una mera denuncia, esto ayuda a potenciar la trama, pues nos ayuda a sentir la impotencia de una protagonista que quiere advertir a sus obtusos compañeros del peligro, pero que no puede hacer nada frente a sus burlas. También importa el misterio sobre su carga. ¿Qué hay en la maleta super secreta? ¿Quién es ella en realidad?

Luego volveremos al mensaje feminista, pero igualmente hay que tener en cuenta las connotaciones más fantásticas. ¿De verdad, como ella cree, hay un gremlin saboteando el avión? Esto bebe de las leyendas urbanas norteamericanas (seguro que recordáis el episodio de Los Simpson sobre el tema, por ejemplo), en las que se creía que los fallos en los aviones se debían a estas temibles criaturas.

Después, la acción comienza a ponerse en marcha y es cuando Shadow in the Cloud comienza a ir cuesta abajo. Como hemos dicho, Chloë Grace Moretz ya demostró de sobra que es una estupenda heroína de acción y aquí vuelve a demostrar que, físicamente, es una gozada verla luchando contra las cuerdas.

El problema aquí, está en ese famoso concepto de la suspensión de la incredulidad: podemos creernos que hay una amenaza monstruosa en el avión o que ella sea la artillera con mejor puntería del bando aliado. Pero, de repente, comienza a ejecutar unas proezas físicas que, claramente, están fuera de lugar, especialmente si recordamos lo lesionada que está.

No entraremos en describirlas, porque es mejor que las veáis por vosotros mismos, pero está claro que se han "flipado" de más a la hora de forzar las casualidades y las capacidades físicas de la chica, un poco como pasaba con los héroes de películas como Armageddon.

Esto conecta con una "segunda fase" del mensaje feminista. Por supuestísimo, es bueno y necesario que estos mensajes vayan calando en el cine, porque aún hay mucho que reivindicar. El problema viene cuando se usa el trazo grueso y maniqueo: todos los hombres son no solo machistas y brutos, sino mucho más incompetentes que la protagonista.

La verdad, nos creemos la primera parte, porque incluso hoy en día hay mucho individuo que no quiere dar las mismas oportunidades a las mujeres. Pero no hace falta, para reivindicar la validez de la protagonista, poner a los demás como unos inútiles. No porque el hombre se sienta ofendido, sino porque la propia narración se nota pueril y forzada.

Para que quede claro: nos encanta que ella sea la heroína y que lleve la voz cantante, pero poner a todos los secundarios como catetos inútiles no funcionaba en esas películas "masculinas" como Armageddon y tampoco funciona aquí. En cualquier caso, Pasajero oculto consigue ser una película muy entretenida durante todo el viaje, aunque no cabe duda de que funciona mejor en su primera mitad que en la segunda. Y nos recuerda lo importante que es llevar puesto el cinturón de seguridad durante los vuelos...