PASARELAS

Feminismo y sostenibilidad: de por qué Catherine Dior es la inspiración botánica del desfile primavera 2020 de la maison

Maria Grazia Chiuri repite fórmula ganadora inspirándose, esta vez, en la hermana de Christian Dior y en una de sus pasiones compartidas: los jardines
Feminismo y sostenibilidad de por qu Catherine Dior es la inspiración botnica del desfile primavera 2020 de la maison

En el desfile primavera 2020 de Dior no han faltado sus característicos vestidos de tul con escote palabra de honor, ni sus jerséis de rayas verticales de inspiración marinera; tampoco sus conjuntos de chaqueta y falda que referencian al traje Bar del New Look, ni los boiler suits que vimos asomar sobre la pasarela la pasada temporada. Tampoco su nueva interpretación estival del bucket hat que, en esta ocasión, está hecha de paja. ¿Para qué cambiar la fórmula de Maria Grazia Chiuri cuando, a todas luces, resulta exitosa? Así lo avalan los números según un artículo publicado hoy en Business of Fashion que asegura que se espera que las ventas totales de Christian Dior Couture alcancen los 3.200 millones de euros en 2019, un 26% más que el año anterior superando, incluso, las ventas de Christian Dior Parfums. La reinterpretación de los clásicos de sus archivos –que favorecen a todo tipo de siluetas–, el hecho de que sea una mujer diseñando ropa práctica y versátil para mujeres, el relanzamiento del Saddle que diseñó Galliano en 1999, su olfato para el marketing y el maravilloso tándem que forma con Pietro Beccari, CEO de la compañía, son algunas de las claves de su éxito según la publicación. Que la diseñadora haya creado más objetos de deseo a precios más asequibles –de las pulseras de hilo a la bisutería, pasando por los pañuelos de seda llamados mitzahno solo han revitalizado las ventas sino que han rejuvenecido su target. Y dicho todo esto, volvemos a la pregunta del millón: ¿por qué cambiar cuando todo marcha a la perfección?

Puede que gracias a una posición cómoda en la que Maria Grazia se ha instalado, esa en la que las siluetas recurrentes de Dior se han convertido en su nuevo y reconocible sello y que claramente funcionan, le hayan permitido profundizar de una manera diferente en su inspiración. Y es que, tal y como ella misma le ha revelado en una entrevista previa exclusiva a Liam Freeman, editor de Vogue International, no son tiempos para pensar en la inspiración de forma meramente ornamental. “Conozco muy bien la historia de la casa así que se trataba de crear un diálogo con el presente. Ahora mismo, todos somos muy conscientes de la importancia de la sostenibilidad y del estado del planeta”, ha explicado antes de que aconteciera el desfile. Quizás por eso que haya convertido a Catherine Dior, la hermana de Christian Dior, en su musa de primavera 2020 y a los jardines que tanto amaban ambos hermanos en su marco de inspiración tenga todo el sentido del mundo. Es una nueva manera de hablar de los temas que más le preocupan a la diseñadora, el feminismo y el planeta, sin perder de vista ni un segundo la casa de modas para la que diseña.

Luchadora para la resistencia francesa contra los nazis en la II Guerra Mundial y amante de las flores, un oficio en el que se volcó tras pasar por un campo de concentración del que no regresó hasta mayo de 1945, Catherine Dior es además la mujer que da nombre al perfume Miss Dior, un hecho que Maria Grazia quería dar a conocer en esta colección. “Haber sido un miembro tan activo de la Resistencia y luego trabajar en el jardín, estableciendo su propio negocio, esto no era común en ese momento”, desvela la diseñadora. La pasión de Catherine por los jardines, una que compartía con el modisto y que incluso inspiró su silueta más icónica, no solo ha estado presente en los bordados y los estampados de la colección, ha sido clave a la hora de desarrollar todas esas siluetas y combos ganadores que Chirui lleva explorando desde que fuera contratada en Dior. De las alpargatas bajas a los flecos de paja, pasando por la paleta arenosa de toda la colección o los conjuntos utilitarios perfectos para adentrarse con glamour en un huerto urbano, todos los detalles han estado orientados a recrear esa inspiración botánica que ha contado, además, con un escenario de excepción recreado, una vez más, en el hipódromo de Longchamp. Un arboreto –un jardín botánico dedicado a los árboles– creado por Coloco, un colectivo con sede en París de paisajistas y jardineros cuya misión es devolverle la naturaleza a las comunidades. “Después del desfile, todos los árboles en macetas se destinarán a la creación de arboledas urbanas en el centro de París y otros proyectos. Un jardín es algo que haces para el futuro, literalmente trae oxígeno a nuestras vidas. La creatividad debe ser responsable: el medio ambiente es algo que afecta a todos”, ha declarado en la entrevista haciendo referencia al impacto de los sets de los desfiles sobre el ecosistema.

Pero más allá de los vestidos y los looks de dos piezas de siluetas ya conocidas teñidos de colores tierra, de las diferentes y delicadas interpretaciones de los dibujos de botánica de los estampados y bordados, de los bolsos que seguirán siendo objeto de deseo por las nuevas generaciones –incluidos los ya conocidos totes de tela entregados a la logomanía– y del calzado híper cómodo compuesto por alpargatas y botas planas, también ha habido espacio para la sorpresa y los guiños a la actualidad. Así lo hemos percibido en el look de belleza protagonizado por dos trenzas –que alguien en la redacción ve como un homenaje al peinado de la activista de 16 años Greta Thunberg tras su discurso en la cumbre del clima de la ONU–, en los chubasqueros con plumas del final o en los estampados tie-dye que le han dado un giro inesperado a la inspiración vegetal del desfile. Una sabia mezcla entre códigos de vestir que funcionan, un tema de conversación relevante pero ligado al patrimonio de la casa Dior y una pincelada de tendencia. Y es que, como bien dicen en BOF, “ella profundiza en el patrimonio y trae algo más”.