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Entrevista

Cate Blanchett: "Sufrimos una sociedad patriarcal, pero conf�o en que nunca vivamos su contrario: un matriarcado de mierda"

La actriz va camino de su tercer Oscar con la descomunal interpretaci�n ofrecida en 'T�r', de Todd Field, donde encarna a una directora de orquesta camino de la perdici�n, la suya y la de todos

La actriz australiana Cate Blanchett.
La actriz australiana Cate Blanchett.Armando Gallo / Zuma Studio / Contacto
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En lo que lleva de carrera, Cate Blanchett (Melbourne, 1969) ha sido la reina Isabel de Inglaterra, Katherine Hepburn, Bob Dylan y hasta Galadriel, la elfa eterna. Tambi�n fue Jasmine y Carol (l�stima que, de momento, se haya truncado el sue�o de verla encarnar la voz de Lucia Berlin en el proyecto de Almod�var sobre Manual para mujeres de la limpieza). Digamos que la australiana ha sido capaz de todo y su �ltimo trabajo, T�r, es la prueba de que cuando decimos todo nos referimos al viejo e inabarcable concepto de absoluto. Su descomunal interpretaci�n en la piel de una directora de orquesta al borde de s� misma la confirma como una actriz de �poca. Todd Field insiste despu�s de 26 a�os lejos de las c�maras en ofrecer una despiadada radiograf�a del poder. De nuevo, como ya hiciera en En la habitaci�n y en Juegos secretos, la manipulaci�n y el acoso gu�an los pasos a una historia de abusos, perplejidades e imposturas. Y en medio, una Blanchett que tras conseguir la Copa Volpi en Venecia y un renacido Globo de Oro se ofrece como la m�s obvia e indiscutida candidata al Oscar que vendr�. Y ser� el tercero.

Se dir�a que 'T�r' discute una de las creencias m�s comunes en una sociedad civilizada. De repente, el arte no nos hace mejores y el arte m�s excelso asociado a la m�sica cl�sica menos que ninguno. �Es posible ser un genio y poner todo ese genio al servicio del mal?
Si nos centramos en la m�sica cl�sica, pienso en todas las horas y esfuerzos que dedican los m�sicos a su arte y no veo una sola sombra. Lo suyo es vocaci�n, es talento y es trabajo. Con los actores quiz� es algo diferente. Ah� influyen elementos externos como fama y cabr�a dudar de ellos...
La pregunta, antes que discutir el m�rito de nadie, quer�a ser una reflexi�n sobre la funci�n social del arte.
Creo que el arte es un buen bar�metro para saber c�mo una sociedad se siente consigo misma, con su moral, por as� decirlo. Pero no creo que ninguna forma de expresi�n art�stica tenga una funci�n educativa. El arte no est� ah� para que nos sintamos mejor con nosotros mismos. Es curioso porque a veces observas que el p�blico se enfada cuando los artistas no dicen exactamente lo que quieren o�r. Lo que creo es que la calidad del arte no depende de la cualidad moral del artista. Ni de su estatus social. Antes los artistas eran casi indigentes que necesitaban de mecenas para trabajar en lo suyo y ahora muchas veces los artistas son celebridades muy poco de fiar precisamente por el poder que acumulan.
Me pierdo.
Dir�a, para concretar, que el arte es una herramienta de civilizaci�n para los seres humanos. Pero eso no significa que no pueda ser brutal o profundamente ingrato. El arte no es un espejo para ense�arnos lo que queremos ver, sino, bien al contrario, para discutir nuestras creencias m�s comunes y no reflexionadas. Por resumir, s� se puede ser un artista fant�stico y ser un mala persona. Por otro lado, me vienen a la mente mis hijos. Ellos me preguntan constantemente si esta o aquella persona es maja. Pero, �a qu� nos referimos con esta palabra? De hecho, yo les repregunto y les digo: "Qu� quieres decir con 'maja'? �Me preguntas si es agradable, simp�tica, generosa...?". Pobres hijos m�os [se r�e]. Quiero decir, lo de ser bueno o malo es subjetivo. �Se puede ser malo o bueno siempre? El ser humano es mucho m�s complejo que eso y es equivocado intentar reducir r�pidamente todo a un simple concepto. Por eso, imagino, hacemos pel�culas como �sta, para evitar la tentaci�n del reduccionismo. Las personas cambian, el poder nos cambia.
�Quiere decir que determinados comportamientos deben de ser perdonados?
Existen acciones que son intolerables y que est�n en mente de todos. Pero cuando se trata de cosas como prohibir libros, por ejemplo, es otro asunto. Soy m�s partidaria de esforzarse en comprender el contexto en el que se escribieron, incluso si son extremadamente desagradables o inadmisibles. Pueden ser ofensivos, pero hablemos entonces de por qu� lo son. Me interesa m�s conversar con personas que piensan diferente que simplemente mandar callar.
Plantear una situaci�n de abusos de poder desde la posici�n de la mujer y no la del hombre como hace la pel�cula, �cuenta como provocaci�n?
El problema no son los hombres. El problema es la concentraci�n de poder y c�mo se ejerce esa concentraci�n de poder. Sufrimos una sociedad patriarcal, pero, dios no lo quiera, conf�o en que nunca vivamos su contrario: una sociedad matriarcal de mierda. �Qu� m�s da si el poder en vez de estar concentrado en manos de los hombres lo est� en manos de las mujeres? Se trata de poder, no de g�nero.
Lo que cuenta la pel�cula guarda paralelismo, no dir� similitudes, con lo sucedido alrededor de la figura de Pl�cido Domingo...
No hay una inspiraci�n concreta en un caso concreto. En lo que respecta al tenor espa�ol, la pel�cula lleva escrita desde hace mucho tiempo y, por lo que me dice Todd, siempre fue una protagonista mujer. Por otro lado, no soy partidaria de generalizar. A menudo hablamos de grandes esc�ndalos como el de Pl�cido Domingo que tienen enormes repercusiones sobre muchas personas con una �nica frase: el caso Domingo. Y ya est�, lo ventilamos as�. Y es muy injusto porque hay much�simos matices que son los que hacen relevante todo que simplemente desechamos. Hablar as� no nos permite examinarlo y ver con precisi�n la manera de que eso no vuelva a suceder. Lo importante no es condenar a nadie, sino ver por qu� ha sucedido lo que ha ocurrido y hacer lo necesario para que no vuelva a pasar.
Cate Blanchett en un momento de 'T�r'.
Cate Blanchett en un momento de 'T�r'.
Para saber m�s

Es usted muy cauta...
Intento serlo siempre porque es raro encontrar en los medios espacios para debates en profundidad y matizados sobre temas complicados. Vivimos un tiempo en el que estamos digiriendo muchas cosas. Movimientos como el Metoo o el Black Lives Matter est�n ahora mismo en proceso. Y en ese proceso hay mucha rabia, mucha ira... Lo que es bueno para avanzar, para cambiar, pero no te deja mirar las cosas con la objetividad y la distancia necesarias. Y s�, hay que ser cauta.
No le preguntar� por el MeToo directamente, pero s�, de forma m�s general, de c�mo ha cambiado la posici�n de la mujer en Hollywood en estos �ltimos a�os. �Cu�nto falta a�n para que esta pregunta desaparezca de las entrevistas?
El problema es que la perfecci�n no existe. Digamos que de lo que se trata es de mantener el fiel de la balanza en su sitio. Y �sa es una lucha constante. Para todos. Pienso, por ejemplo, en el aborto que no es m�s que el derecho a elegir el destino de tu propio cuerpo. De repente, cuando parec�a algo del pasado vuelve a la agenda convertido en un acto pol�tico. Pues bien, como la igualdad, es un derecho humano b�sico y ni uno no otro se han logrado plenamente.
�Y c�mo ve la actual posici�n de la mujer en Hollywood?
Empec� a hacer cine tarde, tendr�a 25 a�os. Entonces recuerdo que pens� que en cinco a�os me estar�a dedicando a otra cosa porque pocas mujeres progresaban mucho m�s all�. Eso ha cambiado y la raz�n es simple: hay m�s mujeres al mando y muchas m�s haciendo cosas impresionantes.
�Qu� espera de su pr�ximo trabajo con Almod�var? [La entrevista se realiz� en Venecia antes de que el director anunciara que renunciaba al proyecto de rodar en ingl�s 'Manual para mujeres de la limpieza', de Lucia Berlin. Posteriormente, Blanchett ha declarado que no desiste de trabajar con el director manchego].
No tengo ninguna expectativa. S� que encontraremos la manera de trabajar juntos y estoy convencida de que va a ser fascinante. �l es quien es porque tiene una est�tica y una mirada del mundo muy particulares. Pero hay que tener en cuenta que va a trabajar en una lengua diferente al suyo y al de todo su cine. As� que todo cambia para �l: un ritmo diferente, un pa�s diferente, un idioma diferente, unas referencias culturales diferentes... Soy consciente de que para �l es un reto desproporcionado.

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