Vocalistas principales, un tema casi pintoresco para debatir en 2023. En estos días, las grandes bandas son cada vez más raras, y muchos de los conjuntos de rock más importantes son principalmente la visión de un individuo, con la banda de apoyo inconsecuente de un proyecto a otro, o en algunos casos inexistente. Pero durante la gran mayoría de la historia del rock and roll, el cantante principal era más un mariscal de campo: solo un jugador en el equipo, pero el más responsable de dirigir las jugadas, establecer el tono y, en general, poner los números en el tablero. Y también el que tenía más probabilidades de terminar como una superestrella, un MVP o un ídolo de todos los tiempos.
Aquí en Billboard, nos tomamos un momento para honrar a los grandes al frente del escenario: los cantantes de rock and roll que elevaron a sus bandas a alturas estratosféricas e inspiraron a generaciones enteras de vocalistas a seguir los caminos que abrieron. Estos son los avatares más legendarios de las siete décadas de historia del rock, las personas que, con su canto, composición, carisma inefable en vivo y particularmente su presencia indefinible han hecho el mejor trabajo para difundir el Evangelio de la música a todos los rincones del mundo, sirviendo como portavoces de sus bandas y del género.
Al armar nuestra lista, tomamos en cuenta que algunas bandas pudieran tener múltiples líderes considerados cantantes principales, aunque solo terminamos incluyendo uno por grupo. Pero fuimos exigentes con la parte de la “banda”: los grupos tenían que ser en su mayoría consecuentes de un álbum a otro y tocar la mayoría de sus propios instrumentos, así como la parte del “rock”; si bien muchos de los grupos aquí abarcan (y/o desafían) géneros, teníamos que sentirnos cómodos considerándolos en gran medida bandas de rock para incluirlos. Y lo más desafiante, optamos por descalificar a los cantantes principales cuyas bandas más famosas llevan sus nombres (Bruce Springsteen, Prince, Joan Jett) porque hacían que la línea entre solista y banda fuera demasiado borrosa, y porque para esta lista preferimos centrarnos en las bandas que se ensamblaron de manera más democrática, pero cuyos líderes todavía lideraron el camino de manera singular.
Con todo eso en mente, aquí nuestra selección de los 50 mejores cantantes principales en la historia del rock. Ahora, toma un micrófono, algún producto para el pelo y una o dos boas de plumas, y prepárate para rocanrolear.
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Zack de la Rocha (Rage Against the Machine)
Al principio de la gira de reunión de 2022 de Rage Against the Machine, retrasada por el COVID, Zack de la Rocha sufrió una lesión — que luego se reveló como un tendón de Aquiles desgarrado — pero siguió adelante y le dijo al público: “Así tenga que arrastrarme por este escenario, vamos a tocar para todos ustedes esta noche. Llegamos demasiado lejos”. Dada su política y la de Rage, la presencia en vivo de De la Rocha siempre se ha sentido de alto riesgo, pero la determinación valiente del rapero-rockero y su capacidad vocal para atravesar la vorágine instrumental creada por las tres leyendas que lo rodean lo consolidan en el panteón de los vocalistas principales. —ERIC RENNER MARRÓN
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Rubén Albarrán (Café Tacvba)
Rubén Albarrán, el líder mercurial del grupo de rock mexicano Café Tacvba, se erige como un faro luminoso de brillantez musical. Con una presencia escénica inigualable, y una asombrosa habilidad para reinventarse con cada lanzamiento de un álbum (que a veces incluye un nuevo alter ego), Albarrán entrelaza una imprevisibilidad emocionante y una vulnerabilidad cruda con una pasión ilimitada. Su voz es una maravilla multifacética, ya sea desatando un arrullo cristalino que puede atravesar tu corazón (“María”, “Que no”), o un gruñido ominoso que puede volverse severo y amargo (“Déjate caer”). En el escenario, su habilidad para conectarse con la multitud no tiene rival, mezclando una tormenta perfecta de humor sardónico, pasos de baile graciosos, orgullo nativo y mística del rock latino. —ISABELA RAYGOZA
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Dave Grohl (Foo Fighters)
Sabes que eres un líder exitoso cuando tu propio nombre es tan reconocido mundialmente como el de tu banda, sin haber salido nunca al ruedo por tu cuenta. Por otra parte, cuando puedes cantar, tocar la guitarra principal y hasta la batería, ¿quién tiene tiempo para un esfuerzo en solitario? Desde sus comienzos en Nirvana hasta Foo Fighters, Grohl ha demostrado continuamente ser un camaleón en el escenario. ¿Pero quizás aún más notable? Ha mantenido su título del chico más agradable en el rock a lo largo de los años. —LYNDSEY HAVENS
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Paul Westerberg (The Replacements)
Un desastre en la escalera del éxito, los ‘Mats manifestaron, con gran riesgo, la idea de que el rock ‘n’ roll estaba destinado a ser rebelde. Y Westerberg, un sabelotodo carismático, personificó la ambivalencia a menudo arrogante de la banda sobre el éxito mainstream, aun cuando lo alcanzaba con composiciones empáticas, desgarradoras y autocríticas que se volvían más brillantes con cada álbum. The Replacements están muertos, pero sobreviven, en parte debido a sus embriagadoras gracias en vivo, pero principalmente porque gemas de Westerberg como “Unsatisfied”, “Bastards of Young”, “Sadly Beautiful” y “Can’t Hardly Wait” todavía despiertan pasiones y derriten corazones. —FRANK DIGIACOMO
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Poly Styrene (X-Ray Spex)
Una de los vocalistas más características del punk, Poly Styrene arremetió contra el consumismo, la misoginia y la artificialidad con una voz que podía pasar de un aullido penetrante a un rugido que vibraba rápidamente. Con frenillos en los dientes y un desdén por quienes pensaban que las mujeres en las bandas deberían ser objetos sexuales, Styrene dirigió a X-Ray Spex a lo largo de una breve carrera (solo un álbum, Germfree Adolescents, y cinco sencillos a fines de los años 70) que, sin embargo, resultó indispensable para las futuras generaciones de punks y riot grrrls. —JOE LYNCH
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Corey Glover (Living Colour)
Cuando Living Color se abrió paso con su debut de 1988, Vivid, y el exitoso sencillo “Cult of Personality”, todos los ojos y oídos se posaron sobre Glover. Entre sus largas trenzas, coloridos atuendos y una voz tan amenazadora como fluida, Glover era una nueva fuerza a tener en cuenta, especialmente junto con el guitarrista Vernon Reid. Aunque Glover y su grupo ganaron premios Grammy consecutivos a la mejor interpretación de hard rock, siguen siendo una de las bandas de rock más subestimadas de todos los tiempos, con uno de los líderes más convincentes. —MELINDA NEWMAN
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Jerry Garcia (The Grateful Dead)
Estéticamente, Garcia pasó la mayor parte de su carrera como un anti-líder, cambiando el colorido atuendo psicodélico y el intrincado traje Nudie que usó en los primeros años de Dead por camisetas sencillas y una presencia estoica en el escenario. Pero lo que a Garcia le faltaba como un líder con el fervor tradicional, lo compensó como el motor creativo y espiritual de The Dead, liderando no solo a la banda sino atrayendo a los fanáticos con un magnetismo inefable que persistió mucho después de su muerte en 1995. —E.R.B.
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Courtney Love (Hole)
Courtney Love, que nunca se sintió del todo a gusto ni en como riot grrrl ni en el grunge, convirtió a Hole en una de las bandas de rock más esenciales de cualquier subgénero a mediados de los 90, con su voz irritable y relajante, sus letras desgarradoras y una presencia pública por momentos disruptiva. Y cuando el top 40 recuperó el control a fines de la década, lo llenó de glamour y se encontró tan a gusto en TRL como en Buzz Bin, logrando la iconicidad pop sin perder nada de su potencia artística. —ANDREW UNTERBERGER
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Serj Tankian (System of a Down)
Algunos de los momentos más memorables de System of a Down existen debido a la intensidad gutural de Serj Tankian: sus gritos de “WAKE UP!” en “Chop Suey!”, el coro desesperado de “Toxicity”, el contundente movimiento final de “B.Y.O.B.”, por nombrar algunos, pero esas interpretaciones fueron muy efectivas porque Tankian retrocedía con la misma frecuencia a la la suavidad de las melodías frágiles. La tensión entre los lados suave y furioso cristalizó el comentario político y social de System of a Down, mientras Tankian arrullaba a los fans antes de despertarlos a las realidades inaceptables que los rodeaban. —JASON LIPSHUTZ
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Liam Gallagher (Oasis)
Sin duda, Gallagher estaba siendo al menos un poco descarado cuando declaró “esta noche soy una estrella del rock and roll” en la canción de apertura del debut de Oasis de 1994, Definitely Maybe. Sin embargo, la declaración fue precisa y no solo para una noche, sino toda la década de los 90, con la entrega de Gallagher definiendo la década. Su arrogancia dentro y fuera del escenario también lo convirtió en el espíritu animal de facto del britpop. —KATIE BAIN
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Brittany Howard (Alabama Shakes)
Hay pocas cosas en este mundo tan cautivadoras como ver a Brittany Howard actuar en vivo. Su notable voz parece emanar desde las plantas de sus pies mientras vocifera algunas de las letras más tiernas, respaldada por el grupo estelar de músicos de Alabama Shakes. La presencia de Howard es tan deslumbrante como su voz, mientras pisotea el escenario y canaliza a los creadores del rock and roll. —TAYLOR MIMS
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Paul McCartney (The Beatles)
El estereotipo es que Paul McCartney era el Beatle más pop, mientras que John Lennon era el rocker de la banda. Como la mayoría de los estereotipos, eso no cuenta la historia completa. Paul cantó como solista en muchas baladas, pero también lideró al grupo en grandes temas de rock como “A Hard Day’s Night”, “Helter Skelter” y “Back in the USSR”. Una de las imágenes más perdurables de los primeros años de la banda es la de John y Paul, con las caras juntas, compartiendo un solo micrófono mientras cantaban. Esa es solo una de las cien cosas en las que los Beatles fueron pioneros. —PAUL GREIN
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Iggy Pop (The Stooges)
Iggy Pop llevó las excentricidades de cantante de rock a la cumbre, haciendo todo lo que uno pueda imaginar frente a una multitud, desde cortarse la piel hasta exhibir su pene y dejarlo vibrar en un altavoz. Sin embargo, más allá de sus travesuras nihilistas, su voz — resonante y rica en un momento, y animal y chillona al siguiente — y su fraseo distintivo fueron una influencia inconmensurable en el nacimiento del punk. —J. Lynch
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Gwen Stefani (No Doubt)
Sería certero llamar a Gwen Stefani una estrella pop, pero también sería reductivo. Mientras que otros cantantes de la época fueron pulidos al punto que era difícil identificarse con ellos, Stefani era más una estrella de rock que de alfombra roja. Marchando hacia la conciencia general con el álbum revelación de 1995 de No Doubt, Tragic Kingdom, su presencia eléctrica en el escenario y su entrega vocal elástica fusionaron vulnerabilidad, ira, feminidad, honestidad y vanguardia, lo que, combinado con su icónica estética ska punk de rubia oxigenada, la convirtió en un modelo perdurable para millones de chicas (y chicos) en el mundo. —K.B.
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Joe Strummer (The Clash)
Descaradamente político y profundamente humanitario, Joe Strummer trajo un rango vocal a la música punk con el que pocos podrían competir. Claro, podía cantar burlándose y despotricando sobre todo, desde el imperialismo estadounidense hasta trabajos sin salida y brutalidad policial. Pero también había una exasperación obsesionada en su interpretación que era tan expresiva como Roy Orbison, al menos, hasta que The Clash pasó a una canción que requería que la rompiera en el escenario como Jerry Lee Lewis o Jimi Hendrix. —J. Lynch
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Grace Slick (Jefferson Airplane)
Desde el rostro gloriosamente impredecible y con cabello encrespado del movimiento psicodélico de San Francisco a finales de los 60 con Jefferson Airplane hasta una maniquí con traje de pantalón en el video musical de finales de los 80 para el clásico del pop “Nothing’s Gonna Stop Us Now” con Starship, Grace Slick usó su dinámica voz y sus ojos salvajes para crear una presencia escénica cautivadora de la que era imposible apartar la vista, a través de géneros y generaciones. —KATIE ATKINSON
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Chester Bennington (Linkin Park)
El factor X que llevó a Linkin Park de ser una muy buena banda de nu-metal a verdaderos revolucionarios fue Chester Bennington, quien se convirtió en una de las estrellas de rock más grandes del siglo XXI al exorcizar sus demonios con una ferocidad ensordecedora y una ternura que desarma. Siempre accesible y simpático incluso cuando parecía sobrehumano en su actuación, Bennington le aportó una gravedad innegable a crossovers del pop como “In the End” y “What I’ve Done”, y fue capaz de defenderse en un sencillo exitoso junto al gran Jay-Z. —A.U.
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Gustavo Cerati (Soda Stereo)
Gustavo Cerati, el difunto y legendario gran líder de la banda argentina Soda Stereo, surgió en los años 80 como una figura trascendente cuya presencia en el escenario era una sinfonía de encanto místico. Con una voz etérea que bailaba entre la inquietante vulnerabilidad (“Té para 3”) y la altísima intensidad (“Persiana americana”), Cerati conjuró un emotivo paisaje sonoro que envolvió al público en un abrazo fascinante. Un virtuoso de la guitarra, sus dedos se deslizaban sin esfuerzo sobre las cuerdas, poseyendo la habilidad de tocar simultáneamente nuestras fibras más sensibles. Sus composiciones y maestría escénica que desafiaron géneros, junto con letras evocadoras que encendieron una profunda introspección, quedarán grabados para siempre en la historia del rock latino. —I.R.
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Ozzy Osbourne (Black Sabbath)
Como ancestro del metal, Ozzy Osbourne inspiró a innumerables vocalistas, muchos de los cuales, sin duda, son mucho más competentes técnicamente. Pero el tono distintivo y la entrega melodramática del Príncipe de las Tinieblas — por momentos temeroso y traumatizado, y por momentos diabólico y amenazante — cambió la forma en que la gente pensaba sobre lo que debería hacer un cantante. Tal vez el cantante principal de una banda no estaba allí para seducirte, sino para asustarte. —J. Lynch
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Laura Jane Grace (Against Me!)
Convertirse en una de las primeras cantantes de punk rock famosas en declararse transgénero en 2012 requirió un asombroso nivel de valentía por parte de Laura Jane Grace, pero la líder de Against Me! siempre había exhibido un alto grado de coraje a lo largo de su carrera, ya sea liderando innumerables mosh pits o insistiendo en su identidad en la composición de sus canciones. El primer álbum de la banda después de que Grace salió del clóset, Transgender Dysphoria Blues de 2014, se erige como una pieza indispensable de la historia del rock y demostró que Grace no perdería ni un gramo de su gruñido mientras decía su verdad. —J. Lipshutz
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Steve Perry (Journey)
A finales de los 70 y principios de los 80 muchas bandas tenían riffs y melodrama de sobra, pero solo una de ellas tenía a Steve Perry. Equipado con la rara voz masculina de rock que podía escalar octavas sin perder potencia, dureza o claridad, y el carácter suficiente para seguir siendo inconfundible en sus registros más bajos, Perry fue el arma que permitió que Journey se destacara del resto y trascendiera las décadas, con éxitos emblemáticos como “Don’t Stop Believin'” y “Separate Ways” aún como elementos básicos de la cultura pop y el karaoke. (La mejor de las suertes si intentas cantarlas). —A.U.
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Ann Wilson (Heart)
Con una voz inconfundible e imposiblemente altísima solo comparable con las guitarras aullantes de Heart, Ann Wilson se abrió camino en el club de los chicos del rock ‘n’ roll en la década de 1970, asistida por las armonías perfectas de su hermana Nancy, guitarrista y también vocalista de Heart. Luego, en los años 80, la banda encontró una segunda vida, con Ann llevando su poderosa voz de rock a la cima del Hot 100 (dos veces) a través de innegables baladas pop impulsadas por esa voz aguda singular. Cincuenta años después, la cautivadora voz de Wilson sigue acaparando la atención y generando respeto. —K.A.
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Anthony Kiedis (Red Hot Chili Peppers)
En parte líder (aunque él rechazaría ese título), en parte frijol humano saltarín, Anthony Kiedis es uno de los artistas más cautivadores de la música. Convierte cada presentación — sin importar si la banda encabeza un festival o toca en un club más pequeño — en un espectáculo de alta energía que prioriza igualmente la música en vivo y el ejercicio físico, lo que hace que sea imposible no cantar y moverse con él mientras escupe y grita himnos acumulados a través de casi cuatro décadas de éxitos de la banda. —L.H.
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Lou Reed (The Velvet Underground)
En la década de 1960, la mayoría de la gente probablemente pasaba junto al discreto Lou Reed sin siquiera notarlo, y mucho menos darse cuenta de que se habían topado con el padrino de la música punk. Como líder de The Velvet Underground, su presencia sin pretensiones entregó parte del rock and roll más poético de la década, cantado con su estilo inexpresivo. Reed, con su mata de cabello rizado, parecía un hombre común que logró capturar los problemas de finales de los 60 en sus letras, antes de introducir tanto la angustia sin gloria de la década de 1970 y un género que ayudó a la gente a expresarla. —T.M.
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Thom Yorke (Radiohead)
¿Tiene Thom Yorke el falsete más bonito de la música moderna? A pesar de todos sus muchos atributos como un grande del rock de todos los tiempos (el tesoro de canciones poderosas, álbumes clásicos, pasajes líricos bien pensados y experimentos atinados), ese registro superior inquietante y delicado será para siempre una tarjeta de presentación, desplegada con experticia en los temas emblemáticos de Radiohead (“Idioteque”, “High and Dry”) y otros favoritos de épocas posteriores (“Nude”, “Lotus Flower”) por igual. Dentro de un rango vocal amplio, Yorke siempre ha sido capaz de alcanzar notas tan bonitas que te harán llorar. —J. Lipshutz
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Janis Joplin (Big Brother and the Holding Company)
Como líder de Big Brother & The Holding Company, Janis Joplin ayudó a definir una generación de rock ‘n’ roll psicodélico con su entrega de blues y sus convulsos movimientos escénicos. Por supuesto, debajo de la superficie de sus interpretaciones emotivas y sus decisiones vocales inimitables había demonios que eventualmente la alcanzarían, ya que Joplin murió de una sobredosis de heroína en 1970. Eso significa que el mundo solo tuvo tres años con la leyenda de cuando Big Brother estalló en el Monterey Pop Festival de 1967 hasta su trágica muerte a los 27 años. Imagina el impacto que pudo haber tenido con más tiempo. —K.A.
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Rob Halford (Judas Priest)
Con una voz operística de cuatro octavas, Rob Halford elevó el listón de los cantantes de metal hasta Valhalla. Su gruñido amenazante le dio una cualidad desgarradora al rock duro de Judas Priest, pero también hay un trasfondo de blues en su tono, casi sensual cuando se ve a través de la lente de cuero y tachuelas de su mirada. Cuando agregas ese falsete ensordecedor, terminas con un talento inimitable y único en una generación. —J. Lynch
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Karen O (Yeah Yeah Yeahs)
Karen O le dio todo a los Yeah Yeah Yeahs: su voz, su energía, su estilo, sus palabras y, más sacrificadamente, su cuerpo. ¡Maldita sea la salud! Si Karen O está en el escenario, se lanza como una resplandeciente bola de pinball, impulsada por la pura fuerza de su arte. Creó su propio camino como una mujer asiática pionera en el rock, y nunca permitió que otros definieran su papel en el género: una iconoclasta en todo, desde sus peinados asimétricos hasta el tono más alto de su grito. Desafía a todos los que la precedieron y nunca será replicada. —T.M.
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Eddie Vedder (Pearl Jam)
A principios de la década de 1990, Vedder era un líder prometedor que saltaba como un maníaco desde los balcones, colgaba de las vigas de iluminación y, de alguna manera, ejecutaba caídas que desafiaban a la muerte antes de volver al escenario entre la multitud. A medida que se ha vuelto más viejo y más sabio, se mantiene principalmente terrenal, pero la intensidad vocal y su vibrato reconocible al instante aún reinan. Prácticamente ningún cantante vende sus canciones con una convicción tan estremecedora y una ferocidad tan cruda como Vedder. Es un cantante principal en todo el sentido de la palabra. —M.N.
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Jim Morrison (The Doors)
A finales de los años 60, el aparentemente mítico líder de The Doors trascendió los límites de la actuación, navegando entre la introspección melancólica y la rebelión febril. Con su carisma taciturno, su alma poética y su electrizante presencia escénica, Morrison se convirtió en un conducto entre los reinos de la conciencia y la expresión artística. Su voz, una amalgama profunda pero aterciopelada de poder puro (“Roadhouse Blues”, “Five to One”) y entrega inquietante (“The Crystal Ship”, “Riders on the Storm”) daba una sensación de otro mundo que podía caer en las profundidades de la emoción humana, o volverse atronadora. Se transformó en El Rey Lagarto y usó pantalones de cuero ceñidos en el escenario, a menudo merodeando la tarima con movimientos sinuosos, una presencia inquietante pero cautivadora. Las provocaciones seductoras y la intrépida exploración de la psique humana de Morrison lo han consagrado como una musa atemporal. —I.R.
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David Lee Roth (Van Halen)
Antes de lanzar su carrera en solitario como un príncipe payaso del rock en 1985 con su versión cursi de “California Girls”, Roth gimió sobre los poderosos acordes de otra versión, “You Really Got Me” de The Kinks, para impulsar a Van Halen al Hot 100 por primera vez en 1978. Con el rubio sin camisa como su extravagante líder, la banda de SoCal trascendió la ola del hair-metal de los años 80, llenando estadios y encabezando las listas de éxitos de Billboard. Si bien Sammy Hagar se hizo cargo de la voz principal cuando Roth se lanzó como solista, la presencia incomparable de este último — en parte presentador de programas de juegos, en parte artista de circo — se mantuvo inextricable con la banda, y regresó para múltiples reuniones. Luego que Eddie Van Halen murió de cáncer el 6 de octubre de 2020, Roth dijo que cantar las canciones de la banda con el guitarrista “fue mejor que cualquier historia de amor que haya tenido”. —THOM DUFFY
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Kathleen Hanna (Bikini Kill)
Como figura destacada del movimiento riot grrrl, las actuaciones de Hanna con Bikini Kill tenían un peso extra: el grupo no solo quería montar shows estelares, quería invertir la dinámica de poder de la música punk en el proceso. Por supuesto, lo primero es un requisito previo para lo segundo, y con Bikini Kill, y más tarde Le Tigre y The Julie Ruin, Hanna fusionó la actuación en vivo y la urgencia política como pocos artistas lo han hecho. —E.R.B.
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Jack White (The White Stripes)
Jack White se ha convertido casi en un vocero del rock, y un habitual en la industria de la música en general, por los diversos roles que desempeña en su carrera, desde fundador de un sello discográfico hasta fabricante de una planta discográfica y colaborador artístico. Pero el papel que tuvo en The White Stripes fue lo que lo preparó para el éxito continuo, emergiendo como un singular vocalista y virtuoso de la guitarra, mientras jugaba con la mística salvaje del rock and roll en su vestuario, sus decisiones musicales y su relación deliberadamente engañosa con la baterista “hermana” Meg White, y la creación riffs que definieron la cultura y perduraron toda una vida. —L.H.
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Chris Cornell (Soundgarden)
Ningún otro cantante de rock alternativo de los años 90 se compara con Chris Cornell en términos de calidad vocal; tendrías que retroceder décadas y/o sumergirte en géneros completamente diferentes para encontrar otra potencia que pueda considerarse su par. Su pirotecnia de pecho y garganta garantizó que Soundgarden emergiera de Seattle a la fama nacional — incluso antes de que Nirvana saltara a la fama, ellos estaban subiendo en las listas de Billboard — mientras que su machismo hosco (y a menudo sin camisa) le valió el estatus de rompecorazones, y sus composiciones conmovedoras le aseguraron su perdurabilidad y su posterior éxito con Audioslave. —A.U.
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Michael Stipe (R.E.M.)
A lo largo de las décadas de transformación de R.E.M. — desde el sonido tintineante de la radio universitaria de su debut a mediados de los 80 hasta su pop-rock megaexitoso de los 90 y su carrera alternativa en el siglo XXI — la voz de Michael Stipe siempre fue su referente, mutando su propio acercamiento al micrófono pero manteniendo intacto su lirismo poético y su sentido de la perspectiva. Nadie más puede cantar “It’s the End of the World as We Know It (And I Feel Fine)” y “Everybody Hurts” con tanta agilidad y estilo, y nadie más podría haber mantenido a R.E.M. en la cima durante tanto tiempo con tal gracia y espíritu inventivo. —J. Lipshutz
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Chrissie Hynde (The Pretenders)
Ningún líder de la era punk podría igualar la versatilidad o la riqueza de Chrissie Hynde como cantante, combinando la fuerza del medio oeste estadounidense con el ingenio y la destreza británicos para canciones que podrían deleitar, desestabilizar y destruir en igual medida. No es una vocalista poderosa, pero la pureza de la voz de Hynde hizo que sus éxitos con The Pretenders aterrizaran como uppecuts: óyela escupir “f-k off” como si estuviera fumando un cigarrillo en “Precious”, y cómo su voz se queda como atrapada en su garganta al cantar “no hay nadie más aquí / nadie como yo” al final de “Brass in Pocket”. Y podía bajar el tono cuando tenía que hacerlo, como lo demuestra la balada de los 90 “I’ll Stand by You”, una de las únicas canciones de una gángster original del punk que se volvió una canción perenne de American Idol. —A.U.
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Steven Tyler (Aerosmith)
Tyler ha hecho más por la industria de las bufandas que cualquier otro cantante aparte de Stevie Nicks. Si bien su aspecto siempre ha sido en buena medida andrógino, también se divirtió con la idea de la fluidez de género en una de las mejores canciones de Aerosmith, “Dude (Looks Like a Lady)”. Tyler, quien escribió o coescribió todos menos cuatro de los 28 éxitos Hot 100 de Aerosmith, también toca la armónica y el piano, pero es su destreza vocal, que se eleva sobre varias generaciones de música rock, lo que le valió el apodo de “Demonio de los Gritos”. —P.G.
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Hayley Williams (Paramore)
Cuando se trata de cantantes de rock contemporáneo, Hayley Williams es la reina suprema. Su voz maleable ha sido la base de los grandes del pop-punk Paramore durante casi dos décadas. A la vez capaz de combinar influencias góspel con arreglos de pop-rock entusiastas (“Ain’t It Fun”) y capturar momentos sinceros de autorreflexión inquebrantable (“Forgiveness), su voz contiene la versatilidad necesaria para llevar a Paramore a través de una miríada de eras musicales mientras conserva su ethos central. Desde su personalidad susceptible en el escenario hasta su cabello rojo característico, Hayley Williams es probablemente la líder de rock más reconocible de la década de 2010, y sus contribuciones al último disco de Paramore This Is Why, que encabezó las listas de éxitos de este año, deberían mantenerla en esa posición para el 2020. —DENIS KYLE
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Roger Daltrey (The Who)
Casi 60 años después, prácticamente nadie puede igualar el virtuosismo de Roger Daltrey. Desde sus piruetas con el micrófono hasta sus vocalizaciones rompe-cristales y sus catacterísticos rizos, Daltrey fija estándares en lo que respecta a los líderes de banda. Está la presencia en el escenario, que es palpable incluso cuando está parado frente al micrófono mostrando su pecho, y su voz potente y con cuerpo. Y luego están los gritos. El grito primitivo y espeluznante de “Won’t Get Fooled Again” que llega más de 7 minutos después de empezada la canción, es la esencia más pura del rock and roll. —M.N.
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Robert Smith (The Cure)
Si bien pocas figuras en la historia del rock pueden estar tan estrechamente asociadas con una estética como la del padre gótico de The Cure, Robert Smith, su iconografía de la moda es solo un tono en su paleta completa como líder. El tenor robusto y furtivamente juguetón de Smith es también uno de los tonos vocales más inimitables del rock alternativo, lo que, en combinación con su composición desgarradora, le da a las canciones de The Cure una emoción que ni siquiera sus guitarras frenéticas y sintetizadores sibilantes pueden igualar. Y aunque nadie lo confundirá con David Lee Roth en un concierto, obtiene puntos por ser la primera superestrella del rock en hacer del escenario del estadio un espacio seguro para los introvertidos enfurruñados. —A.U.
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Axl Rose (Guns N' Roses)
A fines de la década de 1980, las notables habilidades vocales de Axl y su presencia en vivo se destacaron del resto y lo convirtieron en una fuerza dominante en el hard rock. Evocando emociones fuertes y entregando mucha energía a través de sus canciones, Rose alcanzó poderosas notas altas en rocks desgarradores como “Welcome to the Jungle” y “Sweet Child O’ Mine”, pero mostró su rango completo en baladas inolvidables como “Patience”, “Don’ t Cry” y “November Rain”. Y si hablamos de tendencias de la moda, estuvo 20 años adelantado a su época: sus pantalones cortísimos con camisa amarrada alrededor de la cintura, chaquetas de cuero abiertas sin camisa debajo y faldas escocesas como tributo a su herencia desafiaron las normas de género y explotaron tanto en el escenario como en MTV. —INGRID FAJARDO
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Bono (U2)
Más que su fuerza o rango vocal, Bono tiene algo que trasciende el puro talento vocal: la capacidad de conectar. Uno de los comunicadores más grandes y carismáticos del rock, el líder de U2 a menudo se desliza de un susurro a un grito y no tiene miedo de mostrar el esfuerzo si eso significa revelar la emoción. Ver a Bono en el escenario, incluso con su personaje MacPhisto demasiado frío y diabólico durante la gira Zoo, es ver a un líder que no solo quiere ser visto, sino ver, y de alguna manera llegar, hasta la cima. Cinco décadas después, ese fuego inolvidable todavía arde con desesperación por salvar cualquier abismo entre artista y público, de una manera que a menudo hace que los conciertos de U2 sean una experiencia espiritual como ninguna otra. —M.N.
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George Clinton (Parliament/Funkadelic)
La banda híbrida de Parliament-Funkadelic es quizás el mejor grupo estadounidense de todos los tiempos. Su fusión de rock, soul, ciencia ficción, doo-wop y afrofuturismo, encabezado por George Clinton, los convirtió en uno de los principales innovadores del funk. Como líder, el ojo y el oído de Clinton para fusionar estéticas sonoras y visuales aparentemente dispares para crear un producto que es tan singular como ingenioso es simplemente inigualable. Como vocalista, Clinton estaba lejos de ser el cantante técnico más sólido entre los cantantes melódicos. Cuando hizo la voz principal, la dulzura de su falsete seco y la convicción de su interpretación vocal general agregaron capas inimitables de matices a cada canción. Clinton tiende a priorizar el sentimiento crudo sobre la destreza técnica, y su enfoque directo para interpretar el rico lirismo del colectivo genera algunos de los momentos más fascinantes de su imponente catálogo: oye ese valiente grito al final de “Everybody Is Going to Make It This Time”. —K.D.
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Debbie Harry (Blondie)
Deslizándose por escenarios y pantallas con una tranquilidad imperturbable, Debbie Harry naturalmente exuda más arrogancia callejera que literalmente miles de líderes de rock que se esfuerzan mucho, mucho más. Pasando de un gruñido punk burlón en un momento a una armonía suave al estilo de un grupo de chicas al siguiente, Harry imbuye las canciones cuidadosamente construidas de Blondie con un guiño risueño y efervescente. Con un inquebrantable dominio de sí misma y una apariencia estadounidense clásica que evoca una pintura de Lichtenstein o una canción de Chuck Berry, Harry ejerce un aura enigmática que ni siquiera posee la Mona Lisa. —J. Lynch
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David Byrne (Talking Heads)
La historia de origen de David Byrne (conoció a sus compañeros de banda Chris Frantz y Tina Weymouth como estudiantes de primer año en la Escuela de Diseño de Rhode Island, se mudó a Nueva York y se sumergió en la floreciente escena punk) informó cómo las bellas artes arriesgadas y los shows caóticos en vivo formaron un compuesto dentro de él y potenciaron decisiones creativas como, por ejemplo, cierto traje demasiado grande. La voz singular de Byrne, como vocalista inolvidable y también como escritor infinitamente curioso, ayudó a que la fusión en su mente se hiciera realidad y lo convirtió en un grande de todos los tiempos. La influencia del art-pop de Talking Heads todavía ocupa un lugar preponderante en la música moderna, y aunque innumerables artistas han intentado reanimar los puntos más finos del desaparecido cuarteto, las irremplazables idiosincrasias de Byrne — desde la incrédula “Once in a Lifetime” hasta el tema salpicado de funk “Burning Down the House” y el alma cuidadosa de “Road to Nowhere”— han definido su grandeza única. —J. Lipshutz
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Kurt Cobain (Nirvana)
Una fotografía icónica de Charles Peterson de Cobain actuando con Nirvana antes de saltar a la fama en marzo de 1991 en el Commodore Ballroom de Vancouver captura a la estrella de rock aparentemente desafiando la gravedad, flotando boca abajo y pulgadas por encima del escenario, con la guitarra todavía en la mano. A medida que el rock convencional se sacudía los excesos glam de los años 80, la presencia escénica cinética de Cobain impulsó la presentación artística espartana de Nirvana y proporcionó un modelo para otro tipo de líder, el tipo que vive y muere por la pasión de su actuación y no por las luces o confeti a su alrededor. En el camino, se convirtió en más que un testaferro: una figura insigne para una generación que buscaba su identidad. —E.R.B.
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Robert Plant (Led Zeppelin)
Robert Plant siempre funcionó como líder y prototipo, pavoneándose en el Valhalla de la fama al tomar la estética del Delta blues que influyó esencialmente en todo el rock británico de los años 60 y 70, agregando mucho sexo y arrogancia, y estableciendo así el molde del dios dorado para saber cómo debía lucir, sonar y sentirse un cantante de rock. Con una de las voces más poderosas y reconocibles de todos los tiempos, Plant manejó hábilmente tanto el lado delicado de Zeppelin como sus momentos más elevados, y sus lamentos guturales finalmente se incrustaron en los cimientos de la música moderna como los músicos de blues a los que cantaba en homenaje. —K.B.
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Freddie Mercury (Queen)
El puntal seguro de sí mismo. El rango vocal de cuatro octavas. El extenso catálogo de éxitos. Freddie Mercury nació para ser líder, y su estilo teatral (en su música, moda, presencia escénica y, en realidad, en su vida misma) hizo que Queen se destacara en la concurrida escena del rock británico en la década de 1970. Además de su voz inmediatamente reconocible, Mercury también escribió algunas de las canciones más importantes de Queen, incluyendo la mitad de las 14 pistas del álbum Greatest Hits de 1981 de la banda. La película biográfica Bohemian Rhapsody de 2018 solo realzó el legado ya legendario de Mercury, concluyendo con la venerada actuación de la banda en el Live Aid de 1985 antes de la muerte del cantante por complicaciones de sida en 1991 a los 45 años. Otra historia de un virtuoso que se fue demasiado pronto, pero entre momentos de la cultura pop y un catálogo por siempre relevante, el genio de Mercury sigue vivo. —K.A.
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Stevie Nicks (Fleetwood Mac)
Mucho se ha dicho sobre la vibra mágica de Stevie Nicks en las últimas cinco décadas, y realmente hay algo encantador en la líder de Fleetwood Mac. Ya sea en el escenario o en una sala llena de algunos de los músicos más talentosos de una generación, Nicks no pudo evitar sobresalir con sus capas flotantes y una voz que presentaba suficiente valor para lijar los exteriores más ásperos. Las canciones que Nicks contribuyó a Mac no solo están entre las mejores de la banda, sino también son elementos básicos de la cultura pop y la radio más perdurables de los años 70 y 80, con su capacidad para aprovechar las grietas más profundas de su propia alma para hipnotizar y obsesionar a los oyentes de una manera que ningún otro cantante podría esperar igualar. —T.M.
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Mick Jagger (The Rolling Stones)
Nadie se mueve como Jagger, ni tiene su voz, imagen, sentido de la moda o carisma del líder de la banda de rock and roll más grande del mundo. Un locutor grita memorablemente esa afirmación en los primeros momentos del histórico álbum en vivo de los Stones de 1970 Get Yer Ya-Yas Out!, y Jagger, quien cumplió 80 años el 26 de julio, ha permitido que la banda esté a la altura de ese alarde por más de medio siglo, desde su debut en el Hot 100 en 1964 (con “Not Fade Away”) hasta el hito que marcó su Sixty Tour de 2022. No le resta nada a los actuales compañeros de banda sobrevivientes de Jagger — los legendarios Keith Richards y Ronnie Wood — y sus músicos de gira darle crédito al cantante ante todo por la importancia duradera de los Stones para la música y la cultura del rock. Después de tantos años, Mick Jagger continúa personificando no solo a los Rolling Stones, sino también al mismo rock and roll: poderosamente sexual, amenazante, liberador y alegre, todo a la vez. —T.D.