A Candice Swanepoel (Sudáfrica, 1988) su infancia se le antoja ahora "como un cuento de hadas o un sueño que tuve hace tiempo". Poco tiene que ver su vida actual como supermodelo y empresaria con la paz que le inculcó el crecer en una granja en Zululand. "¡La vida parecía tan sencilla y pura! Sé que soy muy afortunada por tener esos recuerdos", cuenta con cierta nostalgia a Harper’s Bazaar.

Fue allí, en un mercadillo, donde la descubrieron a los 15 años. Todavía no tenía muy
claro lo que quería en la vida hasta que, después de su primera sesión de fotos, algo le hizo clic. "Había hecho ballet desde pequeña y moverme frente a la cámara me salió natural. Al terminar, le dije a mi madre: 'Mamá, quiero dedicarme a esto'". Desde entonces, incontables desfiles, portadas y publicidades la han llevado a colocarse, incluso, entre las modelos mejor pagadas del mundo.

Quince años de carrera que resume en una palabra, "resiliencia", y que han sido marcados, especialmente, por su fichaje por Victoria’s Secret en 2007. "Si te soy
sincera, en ese momento no sabía el impacto que la marca iba a tener en mi vida. Pero desde el primer momento me hicieron sentir como una familia con las otras modelos y el equipo, y eso fue muy reconfortante después de dos años viajando sola, tan joven", confiesa.

Unos días antes de esta charla, Swanepoel dio todo de sí misma para esta sesión de fotos. Literalmente: no solo posó hasta en las azoteas de Manhattan, sino que, además, tuvo la infinita generosidad de hacerlo junto a sus dos hijos para celebrar este gran número familiar. "No te creas que fue fácil conseguir que se quedaran quietos y miraran a cámara...Ellos posaban solo cuando querían y, si se lo pedía, ¡hacían lo contrario!", recuerda divertida.

Candice Swanepoel
candice swanepoel

"Pero creo que conseguimos sacar momentos muy dulces, ¿no?". Anacan, de 4 años, y Ariel, de 2, son fruto de la relación con su expareja, el modelo brasileño Hermann Nicoli. De ellos, dice, aprende a diario cosas de ella misma que desconocía. Y aunque ser supermodelo y supermadre a la vez requiera de una dosis de malabares extra, Candice lo lleva bien: "No siempre es fácil, pero la clave reside en las prioridades y en la gestión personal de tiempo. Hay que hacerlo lo mejor que una pueda siempre dentro de sus circunstancias", afirma convencida.

Es por la cantidad incontable de viajes y los disparatados horarios de trabajo, que muchas veces se ha cuestionado si ambos conceptos son compatibles. También, en el aspecto físico, todavía hay quienes consideran un escándalo que a una top no le pueda cambiar el cuerpo.

Por suerte, mujeres como Swanepoel luchan contra pensamientos tan arcaicos como este: tras el nacimiento de Ariel, unos paparazzi la fotografiaron en la playa, en biquini, y recibió numerosos comentarios despectivos. Tantos, que no dudó en poner los puntos sobre las íes en una publicación de Instagram: "Esta soy yo 12 días después de dar a luz. Si tienes algo malo que decir, háztelo mirar. Los estándares de belleza son imposibles para la mujer hoy en día y yo no me avergüenzo de mi cuerpo posparto. Es más, estoy orgullosa. He llevado a mi hijo nueve meses ahí dentro, así que creo que estoy en mi derecho de tener un poco de barriga", defendió.

El haber trabajado en moda tantos años, dice, le ha enseñado a hacerse de hierro: «No le vas a gustar a todo el mundo, y tampoco pasa nada. Si alguien me demuestra odio, eso no habla de mí; es algo con lo que tienen que lidiar ellos mismos". Su maternidad le despertó también el deseo de ayudar a otras madres con una suerte distinta a la suya. Desde hace años, Candice colabora como embajadora con la asociación Mother-s2Mothers, desde la que ayudan a mujeres africanas y niños procurándoles una salud y futuro mejores y luchan contra el sida.

"Soy de África, así que he crecido viendo mucho sufrimiento por esta enfermedad y siempre había querido ayudar de alguna forma. Al convertirme en madre, esta organización me caló hondo", explica. Una faceta más de esta mujer imparable ala que, desde 2017, se suma también la de empresaria de su propia marca sostenible de bañadores, Tropic of C, la cual empezó con el recuerdo que tenía de hacerse sus propios biquinis de pequeña con los restos de la ropa de licra de su madre.

Con ella ha reinventado su carrera sin dejar de hacer aquello que la cautivó hace casi dos décadas: modelar. Eso sí, de aquí a 10 años se imagina reencontrándose con esa calma con la que hoy idealiza su infancia. 2En una playa o en el campo, viendo a mis maravillosos hijos convertirse en adultos y manteniendo mi lado creativo de alguna manera".

Peluquería: Ward (The Wall Group). Maquillaje: Carolina Gonzales (A Frame). Manicura: Maki Sakamuto (The Wall Group). Producción: Beatriz Vera. Localización: Johnny Pascucci, Kevin Warner. Asistente de fotografía: Ernesto Urdaneta. Técnico digital: Tara Chumpelik. Asistente de estilismo: Nancy Hong.

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