«Una vida al servicio»:  D. José Calderón y Carmona

Después de este breve relato de recuerdos, nos sentimos obligados a mantener vivo tu legado, recordando tus enseñanzas y experiencias

Escribo estas líneas con el corazón lleno de emociones y recuerdos, sabiendo que ya no estás físicamente junto a nosotros desde tu triste partida el pasado día 15 de marzo. Aunque tu despedida ha dejado un vacío enorme en nuestras vidas, quiero aprovechar estas líneas para expresar cuánto te extrañamos y cómo tu presencia ha dejado una huella imborrable en nuestros corazones.

A lo largo de los años hemos aprendido tanto de ti. Nos enseñaste el valor de la familia, el trabajo, la importancia de la generosidad y el amor a Dios. Y ello sobre la base de unos principios tradicionalistas que profesaste firmemente en la defensa de nuestra Patria, Cristiandad y en el baluarte que significa nuestra Comunión Tradicionalista, con el mantenimiento de la pureza firme de nuestros ideales de cara al futuro de una Monarquía Hispánica mejor en la que impere la Unión y la Tradición Católica.

D. José Calderón y Carmona nace en 1932 y contrae matrimonio canónico en Jaén con Dña. María Peragón y Sánchez, fruto de cuya unión nacieron sus tres hijos J. Raúl, Lourdes María y Jesús Calderón y Peragón.

Tras sus primeros estudios, completó su formación académica y profesional en el ramo de la construcción llegando a ser un gran maestro técnico en dicho sector, lo que propició que en el año 1949 crease junto a sus hermanos la empresa que vería la luz en dicho campo y que ha terminado por convertirse en la más longeva en activo de Andalucía.

Dicha empresa se destacó desde los años cincuenta y sesenta del siglo pasado en su andadura con trabajos para Obras Públicas y con el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA), realizando multitud de obras de carácter civil en el ámbito rural y urbano a lo largo de toda Andalucía en los Poblados de Colonización creados al efecto.

Durante los años sesenta y setenta continuó su caminar en el terreno de la construcción con Viviendas de Protección Oficial realizadas a través de Patronatos Sociales de los distintos Gobiernos Civiles.

Y, por último, desde los años setenta y ochenta hasta nuestros días ha continuado trabajando en los sectores del inmueble bancario, médico-sanitario, académico-docente y, muy especialmente, en la conservación, restauración y rehabilitación del patrimonio histórico de nuestra Iglesia.

Toda esta labor, después de setenta y cinco años de vida empresarial, se ha visto reconocida, entre otras distinciones, con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo; la Encomienda de la Orden del Mérito Civil; la Medalla a la Constancia de Cruz Roja; la Medalla de Plata al Mérito Comercial y la Encomienda al Mérito Agrario y, finalmente, con la imposición de su nombre a una de las Calles de la ciudad de Jaén.

Pero junto a esta amplia labor profesional y empresarial no debe olvidarse la amplia saga y herencia familiar recibida. Así, D. José Calderón y Carmona era descendiente directo de D. Francisco de Paula Calderón y Salvador, nacido en Granada en 1785, hermano de D. Juan Manuel Calderón y Salvador, nacido en Granada en 1781, que contrajo matrimonio canónico en Granada con Dña. María Concepción Molina y Henry, nacida en Sevilla en 1776, de cuyo matrimonio nació D. Carlos Manuel Calderón y Molina, nacido en Granada en 1816 y que contrajo matrimonio canónico en 1844 con Dña. Josefa Vasco y Gómez y fruto de mencionada unión matrimonial canónica nació su hijo D. Carlos María Calderón y Vasco, nacido el día 12-06-1845 y fallecido el día 9-11-1891, siendo su tío abuelo directo por línea paterna mencionado D. Francisco de Paula Calderón y Salvador, que se distinguió como Realista en la defensa del «Altar y Trono» frente a los revolucionarios liberales, al igual que su otro ascendiente D. Lorenzo Antonio Calderón y Espada, al que S. M. le otorgó los Títulos Nobiliarios de Marqués del Tomillar y Vizconde Sotogordo, que se destacó como Comandante del Cuerpo de Voluntarios Realistas de Castro del Río (Córdoba) con un gran apoyo a la «Causa», hasta el punto de haber sido desterrado, tiempo más tarde, a la localidad de Vejer de la Frontera (Cádiz) por encontrarle en su poder cartas dirigidas a D. Carlos.

Por su parte, D. Juan Manuel Calderón y Salvador, poseedor de nobleza esclarecida e hidalguía inmemorial que todos sus ascendientes ostentaron siempre con gran aprecio y delicadeza fue nutrido en los principios de adhesión a los Reyes y en el convencimiento de que la primordial obligación de un noble es la de servir y defender a su Rey, lo que hizo que se le concediese la Gran Cruz de Isabel La Católica y se le nombrase Gentil-Hombre de S. M.

Pues bien, continuando con esta extensa saga y trayectoria Familiar y de sus ascendientes ante los múltiples servicios prestados y sobradamente acreditados, D. Carlos Manuel Calderón y Molina, Caballero de la Real Orden de Carlos III y poseedor al igual que su padre de nobleza probada e hidalguía notoria de sangre, solicitó en 1853 las Mercedes de los Títulos Nobiliarios bajo la denominación de «Marqués de los Mártires y Vizconde de Calderón», de especial significación en su toponimia por lo que ambas Dignidades Nobiliarias representaban y significaban para la Familia, en cuanto, por una parte, a la referida «Residencia de los Mártires» que construyó en Granada y hoy Monumento Histórico-Artístico y, por otra, al propio apellido familiar «Calderón» que se ha venido destacando a lo largo de los siglos y con el paso de los años en diferentes y nobles tareas continuando la senda trazada por sus ascendientes hasta la actualidad, al haberse hecho su actual descendiente acreedor, heredero y defensor en el orden y derecho sucesorio a ambas Dignidades Nobiliarias que le corresponden con el fin de mantener vivo dicho otorgamiento como heredero de esta tradición Dignataria y Nobiliaria familiar en defensa de nuestra Cristiandad y en el baluarte que significa nuestra Comunión Tradicionalista.

Fruto de la unión matrimonial canónica de D. Carlos Manuel Calderón y Molina con Dña. Josefa Vasco y Gómez fue el nacimiento de su hijo D. Carlos María Calderón y Vasco, siendo D. Francisco de Paula Calderón y Salvador, hermano de su abuelo directo por línea paterna, el pariente más próximo que ha mantenido y conservado como persona de la misma estirpe el linaje del apellido Calderón con sus descendientes legítimos y primogénitos por línea paterna hasta el día de hoy en la persona que suscribe.

Pues bien, D. Carlos María Calderón y Vasco, tras su primera etapa en la Carrera Diplomática y Militar, estuvo residiendo un largo periodo de tiempo junto a su madre hasta el momento de ofrecer su espada a S. M. D. Carlos de Borbón y Austria-Este, D. Carlos VII, ante quien se presentó en París en 1.868 poniéndose ambos, madre e hijo, al servicio de S. M. y que se reflejó activamente durante la Tercera Guerra Carlista.

Mencionado trabajo, servicio y entrega incansable se vio reconocido por D. Carlos VII con la concesión del Título Nobiliario de Marquesa de la Caridad a favor de Dña. Josefa Vasco y Gómez, en reconocimiento por los servicios prestados a la Cruz Roja Carlista de la que fue su Vicepresidenta.

D. Carlos María Calderón y Vasco regresó a España con el cargo de Oficial y acreditó su valentía en Oroquieta y más tarde, bajo las órdenes del General Ollo, se batió en el ataque de Azpeitia, por el que fue nombrado Comandante 2º Jefe del Batallón 2º de Navarra.

Fue ascendido a Teniente Coronel y se volvió a distinguir nuevamente en el sitio de Portugalete y en las Batallas de Somorrostro y San Pedro Abanto, siendo ascendido a Coronel y 1º Jefe del 2º Batallón de Navarra.

A cargo del Batallón Guías del Rey se destacó en la Batalla de Urnieta y de Lacar, en la que ganaría la faja de Brigadier, para continuar en la Batalla de Treviño.

El día 17 de febrero de 1876 defendió heroicamente la ciudad de Estella, donde había tenido su Corte D. Carlos VII, sosteniendo en sus inmediaciones un combate memorable en inferioridad numérica hasta que hubo de retroceder al fuerte de Montejurra, que finalmente fue tomado por el enemigo liberal y por el que recibió la felicitación por éste dado su heroísmo sobradamente demostrado.

Terminada la Guerra y puesto en libertad, ascendido a Mariscal de Campo, marchó a Francia para ponerse bajo las órdenes de D. Carlos de Borbón. Tras su regreso a España, a partir de 1882, estuvo residiendo entre Granada, Madrid y pasando largas temporadas en Jaén, en su «Hacienda Nava El Sach», sin olvidar sus visitas a Francia y a S. M. siempre que el tiempo y los compromisos se lo permitían.

Falleció tristemente en París el día 9-11-1891. Por su parte, su madre, Dña. Josefa Vasco y Gómez, fallecería en Bonn el día 12-08-1878 a consecuencia de una larga y grave enfermedad. Y, por último, su padre, D. Carlos Manuel Calderón y Molina, fallecería años antes el día 15-07-1864 en la ciudad de Madrid.

En este sentido y muy al hilo con lo expuesto en cuanto a la saga y trayectoria Familiar, debe igualmente apuntarse cómo otros tantos ascendientes familiares se vinieron también destacando en diferentes momentos claves de nuestra Historia más reciente.

Así, por un lado, en la defensa y lucha de nuestra «Cruzada de Liberación de 1936 a 1939», por medio de familiares voluntarios del Requeté andaluz, en la Unidad de Infantería del Tercio de Ntra. Sra. de la Cabeza, que al final de la contienda quedó organizado en la 1ª Bandera de Jaén, que ya contaba con 21 oficiales y 828 voluntarios, y de otros amigos igualmente muy unidos a la Familia Calderón, tales como D. José Rodríguez de Cueto, Capitán durante la contienda en el Tercio de Requetés de Córdoba y posteriormente encargado de organizar el Tercio de Requetés en Granada, y D. Juan Enrique Varela, que durante la vísperas de la contienda como General de Brigada se destacó en organizar y supervisar las milicias de Requetés en Navarra.

Y, por otro, como destacados voluntarios dentro de la «División Azul» en su combate contra el comunismo en el Frente del Este.

Fruto de ello, con el paso de los años, hizo que, a modo de ejemplo, por citar algún gesto destacable, la Familia Calderón donase una «Bandera a la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén» y que es depositada cada año ante los pies de Ntra. Sra. de la Cabeza durante la celebración de su Romería en el Santuario de Sierra Morena (Andujar).

En definitiva, después de este breve relato de recuerdos, nos sentimos obligados a mantener vivo tu legado, recordando tus enseñanzas y experiencias y compartiendo historias de tu amor, bondad, generosidad y entrega al prójimo con las generaciones venideras, ya que fuiste todo un ejemplo como profesional, empresario y buen cristiano entregado a los quehaceres diarios.

Me despido de ti con lágrimas en los ojos, pero con la gratitud en mi corazón. Gracias por haber sido lo más importante en nuestras vidas y por dejarnos un tesoro rico de recuerdos preciosos.

Descansa en paz, vela por todos nosotros y hasta que nos volvamos a encontrar. Con amor eterno y siempre en nuestros corazones.

Tu hijo.

D. Raúl Calderón, «Círculo Tradicionalista de Baeza»

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