Ante Budimir, el peligro aéreo de Osasuna | Deportes | EL PAÍS
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Ante Budimir, el peligro aéreo de Osasuna

El delantero croata, por el que el club navarro pagó una cifra récord de ocho millones, suma cuatro jornadas seguidas marcando

Osasuna Real Madrid Liga
Ante Budimir celebrates un gol contra el Levante en El Sadar.Juan Manuel Serrano Arce (Getty Images)

Ante Budimir (Zenica, Bosnia; 30 años) tenía seis meses cuando, después de perder a su padre en un accidente y del estallido de la guerra en los Balcanes, se fue a vivir a Zagreb, donde se crio y empezó a jugar al fútbol. Su familia era originaria de una pequeña aldea, Ozimica —allí viven todavía sus abuelos—, pero su madre fue a dar a luz al hospital de Zenica, a 50 kilómetros.

Él será, probablemente, el mayor peligro aéreo que deberá afrontar el Real Madrid este miércoles en El Sadar (21.30, Movistar LaLiga). Esta temporada, el futbolista que conoció a Luka Modric en el ascensor de un hotel cuando se estrenó con la selección croata, solo ha conseguido un gol de cabeza porque le ha faltado continuidad debido a una lesión de pubis, pero la anterior sumó siete testarazos que acabaron en la red.

El delantero rojillo, que fue el fichaje más caro de la historia del club (ocho millones abonados en 2021 al Mallorca), lleva cuatro jornadas seguidas marcando. Lo hizo ante Levante, Betis, Alavés y Valencia, que han elevado a 30 su balance anotador en las tres últimas campañas (87 partidos). Solo siete jugadores han conseguido más dianas en este periodo, todos ellos nombres ilustres: Benzema, Messi, Gerard Moreno, Suárez, Aspas, Joselu e Isak.

Budimir tiene el gol entre ceja y ceja. Y lo ejercita. Una vez por semana se queda a entrenarse por su cuenta, junto al segundo de Jagoba Arrasate, Bittor Alkiza, que le centra balones desde las bandas para ensayar remates con los pies y la cabeza. Budimir no tiene reparos en alargar la sesión 45 minutos para mejorar su eficacia, la que pondrá a prueba frente al equipo de uno de sus ídolos, Luka Modric, con el que esta vez no se cruzará en el césped de El Sadar porque el medio descansa esta jornada tras el tute ante el Chelsea y el Sevilla. “Es más fácil jugar a su lado que tenerle en contra. Cuando eres su adversario, es casi imposible quitarle un balón”, dijo del madridista cuando debutó con la selección.

Budimir empezó a dejarse ver en el St. Pauli, en Alemania, y después en la serie B italiana, con los colores del Crotone. En el equipo calabrés comenzó a celebrar los goles poniendo las manos detrás de las orejas: “Venía de un año complicado. Perdimos 4-0 el primer partido y en el segundo jugábamos en casa. Entré en el segundo tiempo. Empatamos en el minuto 80 y marqué el gol de la victoria en el descuento. Estábamos a los pies de la grada. Fue una emoción muy grande. Además, el Crotone es un club de la zona más pobre de Italia. Conseguimos ascender”, recordaba en una entrevista en Diario de Navarra. “No sé cómo se me ocurrió, pero hice el gesto dirigido a los aficionados. A veces me viene esa imagen automáticamente”.

’Somos contentos’

El ascenso, con 19 goles del croata, le proyectó, después del paso por la Sampdoria, al fútbol español. Recaló en el Mallorca en 2019, cedido por el Crotone, aunque el equipo balear acabó comprándolo. Lo cedió a Osasuna en 2020, donde ingresó con mal pie porque sufrió la covid y tuvo que esperar a debutar hasta la séptima jornada, pero su rendimiento propició que el equipo navarro activara la cláusula de compra que tenía en su contrato. Braulio, el secretario técnico de Osasuna, debió salir en ese momento a acallar algunas críticas por lo que algunos consideraban un dispendio: “Vamos a ser serios: es el delantero centro de la selección croata. Si hacemos valoraciones altas con los nuestros, también debemos ser justos y respetar a los demás”, explicó. “Budimir está haciendo una campaña extraordinaria y ‘somos contentos’, como dice él”.

Comenta el futbolista que amplió su contrato con Osasuna porque ve que su familia es feliz en Pamplona, donde trata de acabar la carrera de Económicas que cursa en la Universidad de Zagreb por empeño de sus dos hermanas economistas. Dice que ese es el motivo de su ‘somos contentos’. “Tuve que elegir entre la universidad y las clases de idiomas. Todo no puede ser”, puntualiza. “Cuando acabe los estudios, mejoraré”, promete Ante Budimir.

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