Qué ver en Brest (Bielorrusia) en un fin de semana

Qué ver en Brest (Bielorrusia) en un fin de semana: guía completa

Bielorrusia es un país que no deja indiferente a quien lo visita. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de viajar hasta Brest, una ciudad justo al lado de la frontera con Polonia. Ofrece lugares realmente interesantes y que merecen la pena conocer. Mucha historia detrás de este lugar. Iglesias ortodoxas de enorme belleza, calles muy bonitas con estatuas y emblemas que nos trasladan a otra época y, sobre todo, poder disfrutar de la cultura y forma de vida de un país tan diferente. Vamos a hablar de qué ver en Brest en un fin de semana.

Qué visitar en Brest, una bonita ciudad de Bielorrusia

Visitar Bielorrusia como turista no es sencillo. No es como entrar en cualquier otro país de Europa donde como mucho tenemos que mostrar el pasaporte en la frontera y listo. Para entrar en esta nación que antes era una de las repúblicas de la Unión Soviética es necesario tener en cuenta ciertos temas. Es posible entrar sin visado, pero solo en determinadas zonas y durante un tiempo en concreto. Además hay que cumplir requisitos, como llevar un seguro médico. En un artículo anterior explicamos cómo entrar en Bielorrusia sin visado desde Polonia o Lituania. Esto solo se aplica a la región de Brest y Grodno.

En nuestro caso tuvimos la oportunidad de pasar un fin de semana en Brest. Cuando visitas Bielorrusia siempre te quedas con ganas de más. Las dos veces que hemos estado en este interesante país nos hubiera gustado adentrarnos más adentro para conocer pueblos más remotos y vivir más la vida local. Sin embargo para ver esta ciudad fronteriza un par de días es más que suficiente.

La fortaleza de Brest, un símbolo para Bielorrusia

Uno de los lugares que ver en Brest es su fortaleza. Es imprescindible. Con total seguridad será el lugar donde nos encontraremos con más turistas tanto locales como extranjeros. Es un sitio que guarda mucha historia detrás y de gran importancia para la ciudad.

La fortaleza de Brest está alejada del centro. Se puede ir andando si queremos echar un paseo u optar por ir en taxi que no debería de costar más de 5 rublos bielorrusos (unos 2,5€). Se trata de una construcción defensiva construida en el siglo XIX. Antiguamente aquí había un asentamiento. Tuvo una posición militar estratégica de gran importancia. Es realmente grande y aquí podemos pasar media mañana perfectamente.

Fue un lugar importante en la historia de Bielorrusia durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Pero no siempre perteneció a este país, ya que tras la I Guerra Mundial, con el tratado de Paz de Riga, esta zona pasó a pertenecer a Polonia.

Pero si hay una fecha que marcó la historia de Brest y su fortaleza fue el 22 de junio de 1941. Aquí tuvo lugar la Batalla de la fortaleza de Brest. Fue uno de los lugares más importantes en lo que se conoce como la operación Barbarroja, en la que el ejército de Hitler comenzó a invadir la antigua Unión Soviética. Esta batalla duró una semana hasta que los nazis se hicieron con el control.

La fortaleza quedó prácticamente destruida. Hoy en día podemos ver las huellas de la batalla en una de sus puertas principales. En la actualidad es todo un símbolo de la resistencia soviética y tiene una gran importancia.

La puerta de entrada a la fortaleza es más que llamativa. Tenemos que atravesar una especie de puerta enorme en forma de estrella en un gran bloque de hormigón. Por aquí escuchamos canciones militares de lo que entendimos eran marchas en homenaje a este lugar y su historia.

Entrada a la fortaleza de Brest
Entrada a la fortaleza de Brest

Una vez dentro podemos ver la inmensidad de este lugar. A la izquierda, cuando caminamos unas decenas de metros, vemos cuatro tanques que apuntan al centro de la fortaleza. Esto es algo que es muy habitual encontrar en países que un día pertenecieron a la Unión Soviética.

Al seguir caminando no tardamos mucho en apreciar la gran plaza de Ceremonias, con un monumento de más de 30 metros. También perfectamente visible hay una gran escultura de la cabeza de un hombre claramente enfadado. Una muestra de la tristeza que rodea a este lugar. Antes de llegar aquí veremos una escultura de menor tamaño, también de un hombre en posición de intento de levantarse del suelo.

Vista de la gran plaza de Ceremonias dentro de la fortaleza
Vista general de la gran plaza de Ceremonias dentro de la fortaleza

En el centro de la plaza hay una llama eterna en honor a quienes perdieron la vida defendiendo la ciudad de Brest. Hay cuatro milicianos (suponemos que lo serían) que custodian la llama. Hay un cambio de guardia cada media hora según pudimos ver y es un espectáculo. La verdad que los bielorrusos honran mucho su historia.

Dentro de la propia fortaleza, justo detrás de la enorme escultura, hay dos iglesias ortodoxas.

Si caminamos en dirección sur llegaremos hasta la puerta de Kholm. Es sin duda uno de los lugares imprescindibles que hay que visitar en la fortaleza de Brest. Esta puerta sobrevivió bastante bien a los bombardeos y ataques del ejército nazi en 1941. Hoy podemos ver las huellas de la batalla.

Puerta de Kholm, un icono para Bielorrusia
Puerta de Kholm, un símbolo para Bielorrusia

Para que nos hagamos una idea de la importancia de la puerta de Kholm hay que saber que recibió el galardón de Fortaleza Heroica, algo que solo recibieron doce lugares en toda la Unión Soviética.

Museo arqueológico

Para cerrar nuestra visita a la fortaleza de Brest fuimos hasta un museo arqueológico donde podemos conocer mucho más de la historia más antigua de la ciudad. Podemos ver cómo surgió la ciudad, cómo eran las casas hace más de 1000 años y comprender un poco más la importancia de hoy en día.

Hay que mencionar que la entrada a la fortaleza es totalmente gratuita, sin embargo sí hay que pagar entrada para visitar el museo arqueológico que está dentro de un pabellón. No recuerdo el precio pero era muy poco. Era 1€ o poco más.

Museo arqueológico de casas antiguas de Bielorrusia
Museo arqueológico de casas antiguas de Bielorrusia

Museo del ferrocarril de Brest

Una visita que nos pareció muy interesante y que recomendamos hacer es al museo del ferrocarril. Está a poco más de 1km de la fortaleza, por lo que lo podemos combinar e ir andando echando un paseo.

En este museo podemos ver trenes de diferentes épocas. La mayoría son del siglo XX, de la época soviética. Sin embargo también podemos ver algunos más antiguos. Junto a cada tren tienen un cartel donde indican el modelo y fecha.

No podemos entrar a todos. Sin embargo en algunos podemos acceder a la parte de la maquinaria. Quizás echamos en falta poder ver por dentro los vagones de los pasajeros y la zona de los asientos. Esto lo tienen cerrado. Sí se puede ver por la ventana en algunos casos.

Además de las locomotoras que podemos ver, también cuentan con una exposición donde nos muestran la historia del ferrocarril en diferentes lugares. Es bastante interactivo y entretenido para ver.

El museo del ferrocarril de Brest cuesta dinero entrar. El precio es de 2,5 rublos bielorrusos (poco más de 1€). Abre todos los días a excepción de los lunes. De mayo a octubre abre de 10:00 a 18:00h y el resto del año cierra a las 17:00h. Con una hora que dediquemos es más que suficiente.

Museo del ferrocarril de Brest
Museo del ferrocarril de Brest, un lugar recomendado visitar

Parque Primero de Mayo

El parque Primero de Mayo es el típico que podemos ver en muchas ciudades de la antigua Unión Soviética. Un espacio verde bastante amplio y donde encontramos atracciones de feria, puestos diversos, zonas de restaurantes locales… Un espacio donde los bielorrusos van a pasear, los niños juegan y la gente hace vida social. Nos recordó al parque que vimos durante nuestra visita a Ereván.

Es un lugar tranquilo y que podemos visitar si optamos por volver andando al centro desde el museo del ferrocarril. Cae a medio camino hacia el centro, aunque hay que ir un poco al norte. Es grande y tiene varios lagos, un teatro y muchas esculturas y estatuas así curiosas.

Tampoco es un lugar imprescindible para ver en Brest en un fin de semana, pero si sobra tiempo lo recomendamos. Podemos dedicarle media hora. Eso sí, lo suyo es que haga buen tiempo ese día.

En una de las entradas podemos ver un monumento conmemorativo a los fallecidos en lo que ellos denominan la Gran Guerra Patria. Comenzó el 22 de junio de 1941 con la invasión nazi de la Unión Soviética y terminó con la toma de Berlín en 1945. Es el periodo más importante para estos países cuando se refieren a la II Guerra Mundial.

Parque Primero de Mayo
Monumento conmemorativo en la entrada del parque Primero de Mayo

Calle Gogolya y calle Sovetskaya

En Brest no hay un centro muy marcado. Sin embargo dos de las calles más importantes y donde se concentran lugares de interés tanto para locales como para turistas son las calles Gogolya y Sovetskaya.

La calle Sovetskaya es la más comercial. Hay muchos restaurantes, zonas de bares, tiendas… En verano es un lugar con mucho movimiento por el día, aunque en cuanto cae la tarde nos sorprendió que apenas había movimiento.

La mayor parte de esta larga calle (mide algo más de 1,5km) es peatonal. Es un lugar muy bonito para pasear, ya que suele estar adornada con las típicas zonas de flores y demás. Hay también adornos por toda la calle, algunos pequeños monumentos, estatuas…

Entre otras cosas curiosas podemos ver el famoso reloj que tiene el número 4 erróneo. En vez de utilizar el número romano correctamente, que sería IV, viene como IIII. Así lo hicieron y así se quedó. Hoy en día es una curiosidad que no pasa desapercibida por los turistas que le echan fotos.

Reloj erróneo en la calle Sovetskaya
El famoso reloj en la calle Sovetskaya con el error en el númreo 4

También se encuentra aquí la Bota Feliz. Es una pequeña escultura de una bota y un bastón. Nada especial, pero es un icono para los turistas. No sabemos el motivo. Seguramente los primeros visitantes de esta ciudad empezaron a echarse fotos aquí y ya Internet hizo su trabajo.

La Bota Feliz, en la calle Sovetskaya
La Bota Feliz, en el centro de la calle Sovetskaya

La calle Gogolya es una larga avenida un poco difícil para los peatones. Digo difícil porque no es un paseo por donde puedas andar tranquilamente, sino que frecuentemente llegas a un cruce por donde pasan coches y tienes que rodear. Aun así es una zona bonita y que merece la pena visitar. Hay numerosas estatuas y esculturas por todas partes.

En el punto en el que se unen la calle Gogolya y la calle Sovetskaya está el monumento del Milenio. Es uno de los iconos de la ciudad y lugar de encuentro. Cuando queráis decirle a un taxista que os lleve al centro, por ejemplo, es un punto de referencia.

Monumento del Milenio en la calle Sovetskaya y Gogolya
Monumento del Milenio, donde se cruzan las calles Sovetskaya y Gogolya

Espectáculo del encendido de lámparas en la calle Sovetskaya de Brest

Mención aparte es el encendido de lámparas en la calle Sovetskaya que cada noche ocurre en Brest. Nos topamos con esto el primer día nada más llegar a la ciudad, antes de ir a dejar las cosas donde nos alojábamos. En nuestra opinión nos pareció algo curioso y desde el principio nos llamó la atención. Nos pusimos a investigar sobre eso y vimos que era algo que ocurre cada día.

Se trata de un hombre encargado de encender las farolas a mano cada día al atardecer y, por la mañana, volverlas a apagar. En total son algo más de 20 farolas. Lo tienen como un recuerdo a la tradición antigua de la profesión de farolero. Esto ocurre en la zona más al sur de la calle, dirección al río.

Las primeras farolas públicas de Brest comenzaron a alumbrarse en el siglo XVIII. Utilizaban velas. Posteriormente pasaron a ser lámparas de aceite y a mediados del siglo XIX utilizaban alcohol y otras mezclas. Siempre el encargado de encenderlas era el farolero. Por último utilizaron queroseno hasta 1926. Lógicamente con la llegada de la electricidad eso se perdió.

Sin embargo desde 2009 la ciudad decidió contratar a un farolero que cada noche volviera a encender las farolas de esa parte de la calle Sovetskaya. Algo que se ha convertido en todo un espectáculo en la actualidad y un reclamo para los turistas. Las enciende con queroseno, una a una. Utiliza una escalera y es curioso cómo la gente se hace selfies con el hombre. Algo que fusiona un poco lo turístico con la tradición. Nos pareció curioso y muy recomendable ver.

Encendido de lámparas en la calle Sovetskaya, un espectáculo que ver en Brest
Encendido de lámparas en la calle Sovetskaya, un espectáculo que ver en Brest

Lógicamente no podemos dar una hora de inicio, ya que depende de la época del año. En nuestro caso, a principios de julio, comenzó poco antes de las 22:00h. Siempre es un rato antes del anochecer.

Según pudimos informarnos hoy en día en Europa solo hay tres ciudades donde tienen contratado un farolero para encender lámparas de las farolas: Londres, Wroclaw y Brest. Algo que no puede faltar al visitar Brest en dos días.

Iglesia de San Nicolás, un lugar que ver en Brest

La iglesia de San Nicolás es un bonito templo ortodoxo que no pasa desapercibido para los extranjeros que llegamos de países como España. Realmente llaman la atención sus cúpulas azules. Está en la zona norte de la calle Sovetskaya.

Quienes lleguen en tren desde Polonia u otra ciudad de Bielorrusia y vayan caminando hacia el centro, con total seguridad la verán de lejos. Quizás para los bielorrusos sea una iglesia más, pero para quienes no estamos acostumbrados a ese tipo de arquitectura nos parece curioso.

Según pudimos informarnos esta iglesia sobrevivió bastante bien las dos grandes guerras del siglo XX, salvo las campanas, que fueron destruidas durante la Gran Guerra Patria. Durante la Unión Soviética quitaron las cruces y emblemas religiosos, ya que dejó de ser un templo como tal. No fue hasta 1996 cuando volvió a ser utilizada como iglesia.

Durante nuestra visita el interior estaba en obras. Tenían andamios y estaban realizando diferentes labores. Por dentro no impresiona demasiado.

Iglesia de San Nicolás, un lugar que ver en Brest en dos días
La iglesia de San Nicolás es uno de los templos que ver en Brest

Catedral de San Simón

Otro templo religioso muy bonito para conocer cerca del centro de Brest es la catedral de San Simón. En este caso está al sur, pero igualmente se puede ir a pie sin problemas desde las zonas más céntricas.

En este caso esta iglesia ortodoxa destaca por su color verde. Creemos que es una de las más importantes para los locales. Durante nuestra visita había misa y se veía bastante movimiento. Igualmente la parte de atrás estaba en reformas.

La catedral ortodoxa de San Simón
Vista general de la catedral de San Simón

Parque de la Libertad

Justo al sur de la catedral de San Simón podemos visitar el parque de la Libertad. Es una de las zonas verdes más bonitas de Brest. Esta ciudad de Bielorrusia, algo que también pudimos comprobar durante nuestra visita de un día a Minsk, tiene muchas zonas verdes.

El parque de la Libertad está junto al río. Es una bonita zona bastante nueva. De hecho cuando estuvimos allí en julio de 2019 estaban ampliando la zona del paseo junto al agua y todo parecía bastante nuevo. Columpios, zona de gimnasio callejero, bancos diversos, mucha vegetación…

Nos pareció curioso un reloj solar que tenían allí conmemorando los 1000 años de la ciudad que precisamente se cumplen en este 2019. Allí podíamos ver, a modo de números para las horas, diferentes monumentos representativos de esta ciudad bielorrusa.

Estación de tren de Brest

Por favor, ya sea que tengamos que coger o no un tren, hay que visitar la estación. Es un lugar muy bonito e interesante para conocer un poco más sobre la situación de la ciudad. Para mí es uno de los sitios que visitar en Brest en un fin de semana.

Quienes hayáis estado en Rusia y otros países de la Unión Soviética reconoceréis este tipo de arquitectura. Un reflejo claro de la historia reciente del país y también cómo poco a poco empieza a mirar hacia el futuro, aunque en ciertos aspectos a pasos muy cortos.

Recomendamos no solo ver la estación por fuera, lo que es el edificio, sino entrar dentro. Veremos que nada tiene que ver con cualquier otra estación de tren que veamos en Europa. Los asientos, las puertas, los adornos internos del edificio, la zona de taquillas… Es como trasladarse a otra época.

Estación de tren de Brest
Edificio de estilo soviético de la estación de tren de Brest

Mercado de Brest

El mercado es otro de los sitios que ver en Brest. Es uno de esos lugares donde podemos conocer un poco más sobre la vida local. Lleno de puestos de productos frescos en su interior, pero también otros productos no perecederos en la zona de fuera.

Bastante interesante pasear por aquí. Está abierto prácticamente todo el día. En nuestro caso fuimos por la tarde sobre las 17:30h y estaban casi todos los puestos abiertos. Suponemos que por la mañana es cuando hay más movimiento.

Es un edificio circular bastante grande, pero por fuera tiene también zonas donde se ponen más puestos. Está muy cerca de la estación de autobuses y la iglesia de San Nicolás.

Interior del mercado central
Interior del mercado central

Museo de Arte Confiscado, un lugar curioso que visitar en Brest

El museo de Arte Confiscado está dentro de un pequeño edificio muy cerca de la catedral de San Simón, en la calle Lenin. Aquí podemos ver numerosas obras de arte que han sido rescatadas. Brest es una ciudad fronteriza, por lo que históricamente ha sido lugar de paso entre países. Muchas de estas obras fueron confiscadas en la frontera.

Podemos ver una gran cantidad de pinturas, especialmente. La mayoría de estas piezas fueron robadas y, cuando no salían a quién pertenecía, las guardaban. Hoy las podemos ver en esta muestra de más de 300 piezas diferentes.

La mayoría de estas piezas de arte fueron confiscadas en la década de los 90. Con la caída de la Unión Soviética muchos intentaban cruzar la frontera hacia Polonia. Hay piezas del siglo XVI en adelante.

Libros, esculturas soviéticas, piezas de exhibición, materiales hechos a mano… Hay una gran cantidad de objetos muy diversos, aunque la mayoría son pinturas. Es un museo pequeño y no tardaremos más de media hora en verlo. Hay que pagar entrada, aunque su precio es de poco más de 1€. Eso sí, hay que pagar un suplemento por echar fotografías.

Es un sitio curioso que ver en Brest. Si bien tampoco lo consideramos como un imprescindible, la verdad es que para quienes le interesen la historia y todo este tema de arte confiscado, puede ser aconsejable.

Plaza y estatua de Lenin

Bielorrusia mantiene muchos símbolos soviéticos. Sus calles conservan nombres de la época de la URSS, la KGB sigue existiendo, la hoz y el martillo están por todas partes, etc. Es como trasladarnos 30 años en el tiempo.

Uno de estos ejemplos lo encontramos en la plaza de Lenin. Aquí podemos ver una estatua del antiguo líder de la Unión Soviética. Está junto a un pequeño parque.

Justo enfrente de la estatua de Lenin de Brest podemos ver la iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz. Es un templo católico, muy diferente a otros que podemos encontrar por la ciudad.

Plaza y estatua de Lenin en Brest
Plaza y estatua de Lenin en Brest

Tres iglesias ortodoxas que visitar en Brest fuera del centro

Hemos visto un par de templos religiosos en la zona del centro que podemos ver a pie sin problemas. De hecho todo lo que hemos hablado hasta este momento lo hicimos caminando. Las distancias no son largas y se recorre todo muy bien. Sin embargo hay otras tres iglesias ortodoxas que merecen la pena visitar en Brest pero que están más alejadas. Es necesario utilizar transporte.

Buscando cosas que ver en Brest en nuestra visita a Bielorrusia la información que había no era muy amplia. Sin embargo nos topamos con fotografías sueltas de varias iglesias. De alguna de ellas un poco de información, pero poco más. Eso sí, las apuntamos en el mapa porque eran lugares que queríamos conocer. La verdad es que acertamos.

Templo en Honor del Icono Tikhvin de Nuestra Señora de Brest

Nos costó encontrar el nombre. Así se llama esta iglesia ortodoxa: Templo en Honor del Icono Tikhvin de Nuestra Señora de Brest. Nos llamó mucho la atención el intenso azul de su tejado y cúpulas. Es una iglesia bastante nueva.

Hasta aquí vinimos en taxi. En la zona de la calle Sovetskaya, junto al Burger King y los cines, es fácil conseguir un taxi. Más difícil es que hablen inglés, pero más o menos se hacen entender. Le dijimos que pusiera taxímetro y accedió sin problemas. Hasta aquí nos costó unos 6 rublos bielorrusos (3€). Más o menos lo mismo a los siguientes puntos que fuimos a ver. Siempre se esperaba a que termináramos la visita y continuábamos.

Esta iglesia por dentro es bastante sencilla. Sin embargo nos pareció interesante conocer un poco más sobre su historia. En la entrada hay un panel con fotografías por año de este templo. Hasta hace solo unos años no era más que una nave que podría pasar por una empresa en cualquier polígono y una torre.

Fue en el año 2006 cuando empezaron a reformarla tal y como está hoy. Tardaron varios años y se pueden ver imágenes de cómo iban agregándole las cúpulas, etc. En todas las imágenes aparecía el mismo hombre; un sacerdote ortodoxo. Aunque todo estaba en bielorruso escrito, lógicamente entendimos que ese hombre se empeñó en mejorar su iglesia y convertirla en lo que es hoy. No fue hasta 2014 cuando terminaron por completo las obras.

No es que sea un templo espectacular, pero sin duda es bonito y merece la pena visitarlo si tenemos tiempo.

Templo en Honor del Icono Tikhvin de Nuestra Señora de Brest
Templo en Honor del Icono Tikhvin de Nuestra Señora de Brest

Catedral de la Santa Resurrección

De aquí fuimos hasta la catedral de la Santa Resurrección. Este sí es un templo religioso mucho más grande. Es de construcción reciente, en la década de los 90. Por el camino por la carretera vimos muchos pisos que se veían que eran construcciones muy recientes. Eso nos dio a pensar que la ciudad, el país en general, está invirtiendo bastante en dar una imagen más moderna.

La catedral de la Santa Resurrección destaca por sus enormes cúpulas doradas. A su alrededor hay una zona ajardinada que tienen muy cuidada. Fue construida en 1992 para conmemorar la victoria sobre Alemania en la Gran Guerra Patria. Es el mayor templo ortodoxo de Bielorrusia.

Donde nos dimos cuenta realmente de lo grande que es este templo fue en su interior. Tiene dos niveles y tienes que bajar por una escalera. Según pudimos informarnos caben unas 5.000 personas dentro.

Catedral ortodoxa de la Santa Resurrección
Catedral ortodoxa de la Santa Resurrección

Iglesia de San Jorge

Es la menos interesante y recomendable de las tres, pero si estamos por allí y tenemos un taxi o coche para ir, no está de más. Es una iglesia muy pequeña. Podría pasar por la típica ermita de romería de España.

Nos llamó la atención una vez más sus cúpulas azules, mucho menos cuidadas y brillantes que las otras que vimos. Este lugar estaba completamente vacío y para llegar aquí había que tirar por calles muy secundarias y sin asfaltar algunos tramos. Eso nos indicó que no es para nada un lugar turístico.

No pudimos entrar en su interior (sí al recinto) ya que estaba cerrada. No es imprescindible, pero la incluimos por si a alguien le interesa este tipo de edificios y quiere hacer una visita.

Iglesia ortodoxa de San Jorge
Iglesia ortodoxa de San Jorge

En definitiva todo esto es lo que podemos ver en Brest en dos días. Esta ciudad de Bielorrusia nos gustó bastante. Tiene una esencia que te deja ganas de volver y aprender más sobre el país. Hemos explicado todos los lugares que visitar bajo nuestra experiencia. Estuvimos aquí desde un viernes por la noche hasta el domingo al medio día. Da tiempo de sobra a ver todo si nos organizamos.

Lo mejor es configurar un recorrido a pie por los sitios que estén cerca. De esta forma aprovechamos mejor el tiempo. Luego podemos coger un taxi para ir a las iglesias que hemos explicado que están más lejos.

Os dejamos un mapa de los sitios que ver en Brest y organizar mejor la visita.

Javier Jiménez

En 2011 hice mi primer Inter-Rail y desde entonces no he parado de viajar. Siempre llenando la mochila de experiencias y desgastando suela por el mundo. Una de mis pasiones es escribir sobre mis viajes.

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