Ya está aquí la primera gran sorpresa de los playoffs. Los Miami Heat han asaltado el TD Garden de los Boston Celtics por 101-111, una victoria que les da a los de Florida el factor pista y enciende las alarmas en los Celtics, que ven como su condición de mejor equipo de la NBA ya no sirve de nada.
Que los playoffs son otra historia no sorprende a nadie a estas alturas de la película. Por mucho que los Miami Heat se hayan plantado a la pista del mejor equipo de la NBA sin su gran estrella, los Boston Celtics sabían que no iba a ser nada fácil derrotar a los de Florida, acostumbrados a ir de tapados y terminar con mucha gloria.
La primera mitad fue un consante intercambio de canastas y golpes, como si ambos equipos se retaran a cambiar de registro y demostrarle una y otra vez a su rival que ellos también podían responder con la misma moneda. ¿Que Jaylen Brown (33 puntos y 8 rebotes) y Jayson Tatum castigaban desde el triple? Ahí estaban Caleb Martin (21 puntos, 5/6 en triples) y Tyler Herro (24 puntos, 6/11 en triples) para igualar las cosas. ¿Porzingis dominando en la zona? Adebayo (21 puntos y 10 rebotes) y Jáquez (14 puntos) lo contrarrestaban al instante. Solamente el frenesí anotador de Brown con el que terminó el primer tiempo le dio a los locales una ligera ventaja al descanso (61-58), el único antídoto posible al gran acierto triplista de los de Florida, que cerraron la primera mitad con 13 triples anotados.
Pero las cosas no pintaban tan bien para los Celtics tras el paso por vestuarios. Por mucho que Mazzulla se diera cuenta y parara el partido tan pronto como pudo, los vientos soplaban a favor de los visitantes. El acierto triplista seguía sin bajar pero fue la aportación coral de todo el mundo lo que marcaba la diferencia. Jovic (11 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 3 robos) comenzó a sumar en todos los aspectos del juego y los Jays se quedaban solos en los locales, que veían como la ventaja era constantemente mantenida por los Heat, con momentos de pura fantasía incluidos.
La ventaja para los visitantes llegó a dispararse hasta los doce puntos con el 70-82. El resultado, tan duro como inesperado, encendió las alarmas en Boston y su líder se puso el mono de trabajo. Jayson Tatum (28 puntos y 8 rebotes) hizo lo que deben hacer los mejores jugadores de la NBA, al fin y al cabo se lo consideró durante bastante tiempo como uno de los candidatos a ganar el MVP, y casi él solito se encargó de que los Celtics no le perdieran la cara al partido, mandando el partido al útimo cuarto con un más ajustado 79-85.
Pero estaba más que claro que hacía falta mucho más para cambiar el panorama. Por mucho que lo intentaran, los Celtics se quedaban siempre cortos y la desventaja no variaba mucho. Pasaban los minutos y del 79-88 a principios de cuarto se pasó al 91-102: casi la misma diferencia... pero tan solo cuatro minutos por jugarse. En los momentos finales y decisivos, las piernas no temblaron en los Heat. Las piernas... ni las muñecas, ya que los de Miami firmaron un impresionante 23/43 en triples que dejó sin opciones a los de verde.
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