Black Panther: Wakanda Forever (2022), de Ryan Coogler

La llegada de Namor

Ryan Coogler dirige y coescribe la secuela de su gran éxito, uno de los mayores de la factoría Marvel, si bien tuvo que cambiar mucho el guión inicial, tras la inesperada muerte de Chadwick Boseman, el protagonista. Se rinde tributo al actor, en sentidas secuencias iniciales y en un prólogo insertado en mitad de los créditos. En línea con el feminismo de moda, se cede el protagonismo a los personajes femeninos, anteriormente secundarios, sobre todo a Letitia Wright, de nuevo Shuri, a Angela Bassett, que repite como Ramonda, y a Lupita Nyong’o, otra vez en la piel de Nakia, pareja de T’Challa.

Este apoyo al empoderamiento femenino se suma a la reivindicación de la cultura africana, ya vista en la anterior, y además, se suma un reconocimiento de los pueblos indígenas, con la enésima recuperación de la leyenda negra española, que no se sostiene muy bien, y una reinvención completa del personaje de Namor, al que se ha puesto un nuevo origen. Quizás demasiadas reivindicaciones forzadas, y poco sinceras. También pesa que el film tarde en arrancar, con secuencias innecesarias como las protagonizadas por el agente encarnado por Martin Freeman, inesperadamente musculoso, y todo esto deriva en una duración desmesurada, dos horas cuarenta que se hacen largas.

En cualquier caso, se ofrece un espectáculo digno, con alguna secuencia de acción submarina deslumbrante, por lo que los apasionados de Marvel lo pasarán a las mil maravillas. Las citadas Wright, Bassett y Nyong’o aprovechan que esta vez tienen más peso en la trama y más tiempo en pantalla, sobre todo la primera. Además, Tenoch Huerta crea un antagonista, Namor, convincente.