Bernardo Bertolucci

(Parma, 1941 - Roma, 2018) Director de cine italiano. Su ambiente familiar estuvo marcado por la presencia de su padre, Attilio Bertolucci, uno de los poetas y cr�ticos que pretendi� desarrollar una est�tica desde concepciones marxistas. Ya desde peque�o, Bertolucci gustaba de hacer composiciones literarias y de jugar con una peque�a c�mara con la que reflejar "el entorno que la vida le ense�aba".

Bernardo Bertolucci

Hacia los veinte a�os, un amigo del padre iba a causar una profunda huella en el alma del joven estudiante de cine; se trataba de Pier Paolo Pasolini, m�s conocido en un primer momento por su capacidad literaria que por la cinematogr�fica, que hab�a de concederle notoriedad universal. No es de extra�ar que el joven Bertolucci se sintiese desde muy pronto influido por el marxismo, hecho que se reflejaría en buena parte de su obra posterior. Con el paso del tiempo el propio Bertolucci lleg� a considerar sus filmes como «desesperados», en cuanto que denunciaban una situaci�n crispada e injusta. Sin embargo, una visi�n de su filmograf�a parece indicar que los comentarios del propio director eran fruto de las ansias juveniles de cambiar el mundo a trav�s del cine, corriente muy extendida entre gran parte de la juventud europea occidental de los a�os sesenta.

Su primer y deslumbrante contacto con el cine lo tuvo de la mano de Pasolini, en Accatone (1961), en la que particip� como ayudante. Poco despu�s vino su primera pel�cula, La commare seca (1962), en la que, con su carga marxista, describ�a la vida en los suburbios de Roma. El filme pasó sin pena ni gloria; curiosamente, habiendo publicado por entonces su primer libro de poemas, Bertolucci fue mejor acogido como escritor que como cineasta.

Dos a�os despu�s se lanz� al rodaje de Prima della Revoluzione (1964), pel�cula en la que narra la historia de un personaje desenga�ado de su vida burguesa. El �xito, en esta ocasi�n, fue fulgurante. La cr�tica italiana bati� palmas y se dijo que hab�a aparecido un director de aut�ntica categor�a. Lanzado a la vor�gine de un cine militante que transformase las estructuras sociales, Bernardo Bertolucci comenz� a experimentar con las t�cnicas que en Francia hab�a puesto de moda la "Nueva Ola", con Jean-Luc Godard a la cabeza. Es as� como lleg� Partner (1968), pel�cula basada en una obra de Dostoievski, un trabajo bastante literario y efectista.

El reconocimiento fue m�s efectivo con La estrategia de la ara�a (1970) y, sobre todo, con El conformista (1970), de cuya fotograf�a se encarg� el espa�ol N�stor Almendros. Inspirada en un cuento de Jorge Luis Borges, La estrategia de la araña, con su excelente puesta en escena y la inteligente utilizaci�n de la m�sica, indicaba que el realizador hab�a sobrepasado ya la fase de aprendizaje y comenzaba a desarrollar su propia personalidad. Para muchos El conformista es una aut�ntica obra maestra, apoyada en las excelentes interpretaciones de Jean Louis Trintignant y Stefania Sandrelli. Ambientada en el régimen fascista de Mussolini, y con alg�n peque�o fallo en el gui�n en cuanto a las justificaciones del protagonista (recibe la orden de asesinar a un antiguo profesor suyo, izquierdista), la puesta en escena es un aut�ntico lujo; la ambientación de Néstor Almendros es clave para comprender los diferentes estados de �nimo del protagonista y las situaciones por las que atraviesa.

María Schneider y Marlon Brando en El último tango en París (1970)

En 1972 Bernardo Bertolucci estrenó uno de sus trabajos m�s comprometidos y a la par m�s populares, El �ltimo tango en Par�s. Se trata de un filme desgarrador, triste, donde los seres humanos se encuentran al final de unos itinerarios morales, puesto que no han sabido o no han sido capaces de encontrar la aut�ntica felicidad, o mejor, el sentido de la vida. En un Par�s oscuro, apagado y sombr�o, un hombre busca el suicidio por su reciente viudedad y s�lo encuentra una muchacha que no entiende su situaci�n. Una sodomizaci�n de la actriz principal, Mar�a Schneider, por parte de Marlon Brando, utilizando como lubricante la mantequilla, se convirtió en la escena emblemática del filme, por encima de sus otros valores. Se hicieron colas para ver aquella secuencia en muchos cines, dejando de lado un argumento que ten�a una gran belleza, aunque desoladora. Algunos consideraban que estaban ante la primera pel�cula pornogr�fica art�stica, aunque Bertolucci consider� que era m�s una pel�cula sobre el erotismo que er�tica en s� misma.

No obstante, el prestigio y la popularidad recogidos le permitieron afrontar su siguiente t�tulo, Novecento (1976). Este largo filme en dos partes pretend�a trazar un fresco grandioso a la manera de alguna obras rusas de la �poca de la Revoluci�n. Sin embargo, la desconfianza de los productores americanos al ver el cariz que tomaba el argumento perjudic� su carrera. La distribuci�n fue boicoteada, lo que impidi� que el gran p�blico llegase a ella con la facilidad que se hab�a previsto. El espl�ndido elenco de actores, que iba desde Gerard Depardieu y Robert De Niro a Burt Lancaster y Dominique Sanda, pasando por un pat�tico Donald Sutherland en el papel del fascista, tampoco consiguió que las dos partes en que se concibi� el filme remontasen el vuelo; la fuerza �pica y la belleza pict�rica del mismo son innegables, pero el resultado no fue el esperado.

Algo escarmentado, Bernardo Bertolucci se enfrent� a un trabajo m�s intimista, La luna (1979), sobre los avatares de una diva de �pera, papel que encarn� la norteamericana Jill Clayburgh. Sin embargo, lo intimista fue derivando hacia lo grandioso y espectacular, en un tono oper�stico muy del gusto del director, donde la relaci�n madre-hijo queda algo subsumida en la peculiar escenograf�a que rodea el filme. Es cierto que hay brillantez en algunas secuencias, pero hasta el atisbo de incesto queda un poco desva�do, alejado de la dureza que signific� ese tipo de escenas en El �ltimo tango en Par�s.

El último emperador (1987)

Cuando ya se preve�a el inicio de una etapa decadente con La tragedia de un hombre rid�culo (1981), protagonizada por Ugo Tognazzi, lleg� la llamada de Hollywood. El marxista que hab�a peleado por un cine de denuncia que sirviese de revulsivo de una sociedad sinti� que las posibilidades casi infinitas de los grandes magnates abr�an paso a su carrera. Los norteamericanos reconoc�an sus grandes dotes y estaban dispuestos a apoyarle; acompa�ado de su fiel compa�era Claire People, Bertolucci decidi� hacer las Am�ricas. En 1987 viaj� a Pek�n para realizar un gran proyecto, El �ltimo emperador (1987), impresionante fresco que narra la vida de Pu-yi, el �ltimo emperador de China; la cinta mereció nueve �scar, entre ellos el de mejor pel�cula y el de mejor director.

Pero sus siguientes trabajos, como El cielo protector (The Sheltering Sky, 1990, con Debra Winger y John Malkovich) o El peque�o Buda (Little Buddha, 1993, con Keanu Reeves, Bridget Fonda y Chris Isaak), distan mucho de la maestr�a mostrada por Bertolucci con anterioridad. El cineasta pareció volver a los orígenes, por lo menos a los estéticos, con Belleza robada (1996); es una película casi intimista de un muchacha que busca a su padre. Rodada en Italia en parajes familiares, se aleja en gran medida del colosalismo de sus anteriores trabajos para volver a indagar sobre clásicos fantasmas: la familia, el amor, el incesto, el arte.

La película supuso el descubrimiento de una joven actriz, Liv Tyler, que supo mezclar como pocas la inocencia con la malicia, algo muy presente en la obra de este director. Pasión (1998), Soñadores (2003) y Yo y tú (2012) fueron los últimos títulos de su filmografía. Brillante, culto, arriesgado, Bernardo Bertolucci se atrevió por igual con la pequeña filigrana que con las imágenes monumentales a lo largo de su trayectoria. Es probablemente el realizador italiano más discutido, pero con sus deseos de innovación, su ambición y su estética se ganó el aprecio de minorías y mayorías, que siempre esperaron con interés su siguiente película.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].