¿Tener hijos es un derecho o un capricho? Desde que los avances tecnológicos nos dieron la posibilidad de reproducirnos más fácilmente, probeta de por medio, el mantra del neoliberalismo se ha apoderado de la creación de la vida: si lo puedes pagar, lo puedes tener. Y, si aun así tampoco pudieras, siempre podrás explotar a alguien para conseguirlo. Un derecho o un capricho, ¿a costa de quién? ‘Vida privada’, la nueva producción original de Netflix, navega a través de este debate poniendo en primer plano una historia particular, honesta y rigurosa, sobre una pareja en busca de un embarazo.

Rachel (Kathryn Hahn), escritora, y Richard (Paul Giamatti), dramaturgo, forman una pareja casi perfecta. Y del “casi” tiene la culpa la falta de un bebé. Hace años que intentan en vano conseguir el embarazo. Se han gastado, y siguen haciéndolo, miles de dólares en tratamientos de fertilidad, pero no hay manera. Ya no son tan jóvenes, y quizás esa ilusión del principio ahora se haya convertido en una adicción casi enfermiza. Una obsesión, “una fantasía de la fertilidad”, como la llama la cuñada de Richard, Cynthia (Molly Shannon). En casa de ésta, sin embargo, sí ha habido descendencia, y una especialmente rebelde: la adolescente Sadie (Kayli Carter), que, mientras averigua qué quiere hacer con su vida, se convertirá en una pieza clave en el plan maestro de la pa/maternidad de la pareja protagonista.

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Jojo Whilden / Netflix

En estos dos espacios de matrimonios con o sin hijos se establece el primer contraste, pero también el primer equilibrio. Será sólo uno de los muchos que la cineasta Tamara Jenkins reparta por una película de una sensibilidad, inteligencia y realismo admirables. Por una parte, ‘Vida privada’ es un retrato fidedigno de los procesos de reproducción asistida. De igual modo que películas como ‘First Man’ se preocupan por mostrar con rigor la parte científica de su trama, el filme de Jenkins insiste en que veamos los pinchazos, las pastillas, los mareos, las angustias. Quiere que seamos testigos de lo difícil (y costoso) que es la fecundación in vitro. Así, se convierte en un documento poco visto en la ficción, y de un valor documental y didáctico altísimo.

Por supuesto, su objetivo no es ser uno de esos documentales que se proyectan en la sala de espera de las clínicas. Y es que, más allá del cuidado por lo técnico, lo que hay aquí es un retrato humano, lleno de contradicciones y relaciones complejas, de tristeza, miedo y esperanzas frustradas. Los protagonistas son artistas, progresistas, casi bohemios, que se encuentran vaciando la cuenta bancaria para conseguir algo que ellos mismos saben que es un sueño imposible y que casi va en contra de sus propios ideales. Como creadores, las citas literarias aparecen de forma constante, y, aunque podría parecer fruto de ese tipo de ‘hipsterismo’ vacuo, en este contexto adquieren una nueva dimensión, otra más de sus contradicciones voluntarias: al mencionar tanto las historias de ficción se produce un brillante contraste con la realidad de sus vidas, donde ellos no pueden ser narradores todopoderosos, sino peones de la arbitrariedad de la existencia.

‘Vida privada’ es, probablemente, una de las mejores películas que han pisado Netflix en este 2018. Otra joya más para desterrar de una vez la cantinela de que las producciones del gigante del ‘streaming’ son mediocres o rutinarias. Tamara Jenkins consigue aquí componer una historia tan frágil e imperfecta como sus personajes, como el propio ser humano. Y si lo suyo es un derecho o un capricho, que cada uno lo decida por sí mismo.

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Mireia Mullor

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.

En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.

Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.