Crítica de ¡Baymax!, el robot inflable de Big Hero 6 vuelve a Disney+ para curar a un variado grupo de personas

¡Baymax! es un spin-off de Big Hero 6 protagonizado por el entrañable robot sanitario creado por Tadashi en la película. Los seis episodios de ¡Baymax! se estrenan el miércoles 29 de junio en Disney Plus. 

La serie se plantea de una manera muy similar a Dug y Carl, otra miniserie ya disponible en la plataforma que tenía como protagonista al perro de Up. 

Partiendo de uno de los personajes más queridos de sus respectivas películas, por cómicos e inocentes, ambas miniseries regresan a los universos que les vieron nacer para contarnos historias únicas vistas a través de los ojos de un perro, en el caso de Dug y Carl, o de un robot, en el caso de ¡Baymax!

Ninguna pretende explotar el producto demasiado sino ofrecernos historias nuevas con rostros familiares. Los capítulos de ¡Baymax! son cortometrajes que, si bien tienen una progresión lógica, casi podrían verse de manera individual, haciendo que sea perfecta tanto para hacerse una maratón como para disfrutar de ella en pequeñas dosis viendo un episodio de vez en cuando si tenemos un rato libre.

La serie de ¡Baymax! es visualmente como una película

Al igual que ya ocurría el año pasado en la miniserie del perro de Up, ¡Baymax! está visualmente a la altura de cualquier largometraje de la casa. Muchas veces, el objetivo de los productos derivados es atraer a la audiencia que vio las películas y ofrecerles más de lo mismo con peor calidad para abaratar costes mientras se siguen consiguiendo beneficios. Pero este no es el caso de Disney.

¡Baymax! regresa a San Fransokyo cuidando al detalle su animación en todos los aspectos. Aunque cada uno de sus episodios está centrado en un único personaje, eso no significa que sólo vayamos a verle a él ni que sólo vaya a aparecer un escenario, por el contrario el universo de ¡Baymax! está muy vivo. 

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Siempre hay actividad de fondo, constantemente encontramos a personajes secundarios en escena, vemos diferentes perspectivas de San Fransokyo y en diferentes franjas horarias. Se han trabajado las texturas, los cabellos y las animaciones en todos los personajes, desde los más importantes hasta los que pasan más desapercibidos. En definitiva, visualmente parece que estuviéramos ante una película. 

Es el formato episódico el que nos devuelve a la realidad, son sus historias breves las que nos recuerdan que estamos ante una miniserie y no ante un largometraje. Pero en la narrativa de ¡Baymax! encontramos un salto exponencial frente a los que nos proponía Dug y Carl.

El robot inflable era la fuente de comedia en Big Hero 6, y aquí también se convierte en un alivio cómico en algunas ocasiones, pero los sketches en los que se divide la serie no se quedan meramente en los gags y en las risas. Baymax es intrínsecamente gracioso, pero también es intrínsecamente un ser lleno de bondad creado para ayudar al resto de personas.

Lo mejor que se puede decir de esta miniseriees que no ayuda únicamente a los personajes que hay en pantalla, también ayudará a mucha gente que la vea por casualidad y se encuentre con una representación que jamás había tenido en una animación de Disney. 

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¡Baymax! deja de lado los conflictos de Big Hero 6, se olvida de las batallas, de los superhéroes y de los súper villanos, prácticamente también se olvida de Hiro.¡Baymax! incluso se olvida del propio Baymax para centrarse en la cotidianeidad que le rodea. 

Aunque el robot sanitario sea el protagonista de la miniserie, en realidad su historia no es la que nos interesa, Baymax es el vehículo que nos lleva a conocer los problemas que están atravesando cuatro personas que habitan San Fransokyo y un gato callejero.

Este cambio de tono le sienta muy bien al formato porque con su narrativa más mundana logra conseguir esa conexión mencionada unos párrafos más arriba, pero también porque muchas veces la simpleza es más compleja que las grandes historias de acción y aventuras.

Todas las personas –y el gato- a las que Baymax decide prestar su ayuda tienen un par de aspectos en común. El primero es que no quieren ser ayudadas, y el segundo es que a pesar de que las alarmas de Baymax salten por una dolencia física realmente hay un problema emocional de base que el robot también logra subsanar al ofrecerles su apoyo.

Algunos temas interesantes que se tratan en ¡Baymax! son el miedo a enfrentarse al pasado cuando tienes una edad avanzada o el miedo a tomarse un descanso en el trabajo por temor a perderlo. Los capítulos en los que se tratan estos conflictos son muy buenos para reflexionar, pero hay otros dos que logran superarlos.

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Red generó mucha polémica porque por primera vez se estaba tratando el tema de la menstruación en una película infantil y más recientemente Lightyear ha aparecido en todos los medios por su beso lésbico. 

¡Baymax! regresa a estas realidades para narrarnos dos de sus cortos. Uno de ellos tiene como protagonista a un hombre negro abiertamente gay, y el otro a una niña a la que le viene la regla por primera vez. Son directos y sin tanta fantasía como las películas para poder hablar de ello con más libertad.

El corto de la adolescente es especialmente llamativo al ser trans-incluyente, no sólo porque los baños del instituto sean mixtos, también porque aparece un hombre trans comprando compresas cuando Baymax tiene un dilema sobre qué producto sería mejor para su paciente. 

Además, para que no hubiera dudas en los pocos segundos en los que aparece en escena, decidieron que vistiera una camiseta con los colores de la bandera trans. Con ello,esta historia además de normalizar la primera regla de una chica, también normaliza la menstruación que puede tener cualquier persona. 

Gracias a ¡Baymax! Disney está dejando claro que sus series pueden estar a la altura de sus películas e incluso ser mejores que ellas, pero también nos está diciendo que cada vez tienen una mayor conciencia de la sociedad en la que viven. Esperemos que las polémicas no les frenen a la hora de seguir creando historias como estas.