Terrae: �Lo que importa no es qui�nes somos sino nuestra m�sica, de ah� el anonimato�

Sin desprenderse para nada de lo propio, Terrae levantan la mirada y resit�an su radar en territorios que, en lo musical, resultan cuando menos ex�ticos. Un exotismo que ellos transmutan en fascinaci�n, toda vez que esas sonoridades pasan por sus manos y sus filtros. �frica y sus ritmos son la piedra angular que sustenta la arquitectura sonora de Terrae. Pero no la �nica. En su primer disco largo, Medra, el d�o propone un viaje musical global, en el que sus beats se fusionan con sonoridades de muy diferentes zonas del planeta para crear una ecl�ctica y cautivadora invitaci�n al baile. En Medra germinan las ra�ces ib�ricas de la mano de los palentinos El Naan, la �frica m�s sensual en la voz del guineano M� Mbana, la Galicia contempor�nea representada en Mondra, la m�s groove de Nastasia Z�rcher y la de los cantos at�vicos de Tania Caama�o y Andr�s Boutureira. Pero tambi�n asoman los ritmos sefard�s, las danzas mas�is, los mantras hind�es y hasta las voces b�lgaras. Todo ello, ya digo, deliciosa y magistralmente aderezado por sintetizadores, loops y unas bases electr�nicas que basculan sin complejos del deep house al electro, del sythn pop al techno.

—En vuestro primer ep�, �Semen�, dabais alguna pista y ahora con �Medra� os lanz�is ya sin pudor a la pista de baile.

—Pues s�. Pero es que esa siempre ha sido nuestra base. Los dos fuimos pioneros en la electr�nica en Galicia y eso se manifiesta en todo lo que hacemos.�En los conciertos ve�amos que lo que m�s disfrutaba la gente era el rollo bailable y de fiesta. Y nosotros ten�amos un mont�n de temas con el beat m�s alto, as� que dijimos, �venga, pues nos arriesgamos�.

—�C�mo veis hoy la escena electr�nica en Galicia?

—Hay mucha competencia. Vienen unas generaciones nuevas pegando muy fuerte.

—�Cre�is que el hecho de no ser vosotros precisamente unos jovenzuelos juega en contra de la acogida de Terrae?

—S�, de alguna manera, s�. Estamos casi seguros de que si esto lo hiciesen dos chavales de 25 a�os, ser�a mejor acogido. Lo tengo muy estudiado. Yo tengo una hija de 13 a�os y es que se huelen entre ellos. Y, en el momento que ven algo que no est� dentro de su rollo, desconectan.

—Si actuaseis a cara descubierta, �ser�a mejor recibido?

—Quiz� se podr�a vender algo mejor, por nuestra trayectoria. Pero es que el concepto de Terrae no se basa en nosotros. Para nosotros, lo importante no son los artistas, sino la m�sica. De ah� el anonimato.

—�Es un asunto innegociable?

—De momento, s�. Pero es que, por otra parte, es algo que a la vez nos ayuda. Por lo que conlleva de juego, de misterio... Eso tambi�n tiene su punto.

—Adem�s de la mayor presencia de esa vertiente m�s enfocada al club, en �Medra� introduc�s m�s letras y abr�s a�n m�s vuestro abanico de influencias.

—Poco que a�adir. Lo has definido por completo [se r�en]. Semen, como su propio nombre indicaba, era la semilla. Ahora, con Medra ya estamos creciendo. Como m�sicos y como personas. Y como parte de ese crecimiento hemos querido a�adir m�s colaboraciones vocales. Porque s�, la m�sica instrumental tiene su encanto, pero la m�sica vocal te permite llegar a mucha m�s gente y mucho m�s lejos.

—Aunque parezca un contrasentido, hoy la esencia de lo moderno est� en lo ancestral.

—Tal cual. Terrae b�sicamente es un grupo de world music, pero que mete chunda chunda, por decirlo as�.Cuando empezamos a experimentar con�sonidos de�muy distintos lugares en seguida nos dimos cuenta de que la m�sica de ra�z de todo el planeta tiene un nexo en en com�n. T� pod�as coger un ritmo africano, lo mezclabas con un ritmo tibetano y con unas melod�as hind�s y todo funcionaba. Todo era m�gico. De ah� que no seamos nada puristas ni nos vendamos a ning�n estilo. Nos gusta romperles los esquemas a la gente y romp�rnoslos a nosotros mismos.

—�Puede que las m�sicas de ra�z hayan eclipsado a la �world music�?

—Es que para nosotros la m�sica tradicional gallega, tambi�n es world music. Hace 20 a�os, artistas como Mercedes Pe�n ya comenzaron a fusionar la world music con la electr�nica, pero no funcion�. O por lo menos, no lo pet�. Y hoy s� lo peta. Y es porque hoy el veh�culo de expresi�n de las nuevas generaciones es la electr�nica. Como en su d�a lo fueron la flauta o la gaita.

—Aunque musicalmente recorr�is medio mundo, Galicia es parte esencial de Terrae.

—Por supuesto. Es m�s, para nosotros lo f�cil ser�a coger temas gallegos y seguir esa onda. Porque sabemos que aqu�, en casa, tendr�a mucha m�s acogida. Pero Terrae es un proyecto mucho m�s global. En cualquier caso, l�gicamente, por cercan�a y porque la sonoridad de la m�sica tradicional gallega nos parece fant�stica, siempre va a estar presente en nuestros discos.�Con Mondra la sinton�a fue inmediata. �l, al igual que nosotros, usa la danza y le gusta la fusi�n de m�sica de ra�z y electr�nica. Nastasia para nosotros es casi un alma gemela. Es muy espiritual y muy world music. Y Tania Caama�o y Andr�s Boutureira son dos diamantes en bruto.

—�Os molesta que os comparen de manera recurrente con Baiuca?

—No nos molesta en absoluto. Nos parece normal y estupendo. Incluso a veces lo usamos nosotros para definirnos. Cuando nos preguntan c�mo sonamos decimos �como Baiuca, pero en vez de solo de Galicia, del resto del mundo�. Adem�s, es que Baiuca nos flipa. �lex es un crac.

—�C�mo van a ser los directos de esta temporada?

—Mantendremos la l�nea anterior, aunque queremos introducir m�s elementos de danza y performances. Tratamos de ofrecer un espect�culo distinto. No se trata de dos Dj's pinchando. Hay iluminaci�n sincronizada, hay v�deos en directo, hay danza... B�sicamente es un viaje sonoro por todo el planeta. La gente est� acostumbrada a un artista, una cara, un grupo, una canci�n, y nosotros siempre explicamos que Terrae es mucho m�s. Es multidisciplinar y todos somos uno.

—Como dec�s en �S�ndalo�, la canci�n que abre el disco, Terrae �no es lugar para cobardes�.

—No, desde luego que no. Un proyecto tan interdisciplinar como Terrae, en el que interviene la m�sica, los visuales y la danza, conlleva much�simo trabajo y supone much�simo riesgo.

—Y despu�s de �medrar�, �qu�?

—No queremos crecer. Queremos seguir siendo ni�os y no perder esa sensibilidad.

---

---

---