Ana Falú piensa la ciudad en clave feminista: «Hay que generar propuestas que permitan a las mujeres disponer del tiempo, que es el valor más escaso en su vida»

Ana Falú es arquitecta, académica del Conicet de Argentina, doctora honoris causa y ganadora de diversos reconocimientos por sus trabajos en genealogía feminista, relacionadas a la planificación de la ciudad. Con una trayectoria de cuatro décadas y experiencias en países como Brasil, Holanda y la Amazonía en Ecuador, se aproximó a temas relacionados con vivienda colectiva y multiculturalismo, a partir desde donde pudo reflexionar sobre mujeres y diversidad. Desde entonces, trabajó como impulsora de distintas organizaciones (fue directora regional de ONU mujeres) y equipos de investigación que articuló trabajo desde el activismo y lo social, la academia, la reflexión y el análisis.

“Te diría que la producción que hacemos desde esta mirada feminista a mi modo de ver es siempre colectiva y se va dando en aprendizajes múltiples. Nosotras comenzamos con la vivienda desde las mujeres, los servicios, los equipamientos (…) La violencia siempre fue un eje muy fuerte de nuestro trabajo, en el cual también desarrollé trabajos con organizaciones de Chile en el marco de la Red Mujeres y hábitat de América latina y el programa regional de Ciudades sin violencia para las mujeres”, comenta.

En el presente, Falú ha orientado su trabajo hacia la problemática de la planificación ciudadana pensada por y para los hombres, observando el funcionamiento de las grandes metrópolis. En entrevista con El Mostrador Braga, la académica reflexionó sobre la urgencia de transversalizar los modelos de ciudad, las condiciones políticas sociales y climáticas con la agenda de género.

“Las mujeres cuidan, aunque no tengan hijos, no les hace falta maternar. Esta condición maravillosa de la empatía femenina ha sido abusada y se la ha puesto en condición de entrega de amor y no de trabajos, y en realidad las mujeres si bien lo hacen con amor, no siempre, pero en buena parte, lo es están haciendo para garantizar la reproducción social de nuestro pueblo. Esto no se considera en la política de los pueblos ni de las ciudades”, expresa.

Mujeres invisibilizadas en el hacer de lo social y productivo

Ana Falú, ha dedicado su trayectoria profesional a pensar la arquitectura y urbanismo “en clave feminista”, como ella misma lo ha denominado, y en este contexto, uno de los puntos críticos de su investigación ha sido interpretar desde esta filosofía la forma en que las mujeres han sido invisibilizadas en el funcionamiento cotidiano de una ciudad.

“La sociedad patriarcal dividió el mundo entre lo doméstico y privado, y el mundo productivo y del hacer en la producción de la riqueza, como si el mundo doméstico no tuviera un valor productivo (…) Esto es lo que las feministas llamamos la invisibilización de género. Hay un concepto instalado que estigmatiza qué es ser mujer y qué es ser hombre y en realidad la sociedad es mucho más rica que eso”, dice.

“Lo que está haciendo el feminismo es interpelar el extractivismo urbano, pero no es sólo interpelar esta ciudad neoliberal de las desigualdades, sino que necesitamos pensarla en clave de diversidad y sacarla esa mirada de neutralidad que piensa la ciudad, los servicios y la vivienda sin diferenciar el ser hombre y el ser mujer dentro de una misma familia”, explica Falú sobre esta problemática de diseño urbano.

Dicho esto, las líneas de investigación y reflexión que la arquitecta junto con su equipo de trabajo ha planteado, apuntan a “feminizar la política” esto quiere decir, “innovar en planificación urbana, ver de qué manera generamos propuestas que permitan a las mujeres disponer del tiempo, que es el valor más escaso en su vida”.

En ese sentido, la arquitecta ha participado de diversos estudios sociológicos que han reflejado que una de las principales prioridades para las mujeres es el cuidado infantil, de la adolescencia y tercera edad, por lo tanto, un diseño y planificación de ciudad centrado en la participación de la mujer y sus problemáticas debería considerar, “conocer lo que priorizan las mujeres y no decidir de manera autoritaria como si se supiera lo que esas mujeres necesitan. Si queremos pensar una ciudad de derechos y más equitativa, hace falta poner en valor el concepto de proximidad; el acceso a servicios de atención infantil o de la vejez, transporte accesible y seguro, o abastecimiento próximo, eso significa disminuir las restricciones en la vida cotidiana y por lo tanto de tiempo”.

Otro punto importante de las ciudades pensadas en clave feminista es “entender que la vida cotidiana no está desprendida de la vida productiva y poner en valor la densidad urbana con sus distintos espacios de encuentro -del pequeño grupo, de las y los viejos, de los adolescentes- con espacios semipúblicos, semiprivados para generar la construcción de ciudadanía, y se priorice lo colectivo sobre lo individual”.

Para finalizar esta reflexión, Falú retoma la idea de “erradicar las desigualdades que omiten a sujetos de la política como lo son las mujeres en sus condiciones situadas, la diversidad de la población, los LGBTIQ+, los pueblos originarios, atravesados por sus culturas y cosmovisiones que deben ser respetadas”, y que serían quienes finalmente quedan el margen del diseño productivo urbano actual.

Su conferencia en la Bienal de Arquitectura 2023

Falú fue premiada por la Bienal Iberoamericana de arquitectura y urbanismo en México, y a propósito de esta premiación, fue invitada como conferencista a la XXII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile, celebrada entre el 13 y el 22 de enero frente al Palacio de La Moneda.

Sobre la conferencia, explicó que intentó plasmar sus ideas sobre planificación urbana en clave feminista, “trabajando la genealogía de la aproximación de género a la arquitectura, y también intenté trasmitir que el camino que me tocó transitar en estas cuatro décadas de impulsar acciones y programas no fue sencillo, ya que, realmente, ni la academia ni la ciencia, ni las organizaciones ni la política, fueron muy amigables ni respetuosas frente a lo que proponíamos. Siempre se nos colocó en el plano del activismo y no en el plano del desarrollo de teoría crítica, de una aproximación nueva, diferente, que buscaba desentrañar todas esas contradicciones que la utopía del desarrollo del siglo XX nos dejó en el campo de la arquitectura”, expresa.

Pese a esto, destacó que la premiación de la Bienal mexicana, “tiene un carácter colectivo, de premiar a una generación que ha colocado el pensamiento crítico de manera sostenida, y ha reflejado estos temas en la agenda de la arquitectura y el urbanismo”.

Ejemplos de ciudades que impulsan planes en clave feminista

Para finalizar, preguntamos a Ana Falú sobre modelos de ciudad que impulsen proyectos urbanos de esta naturaleza y destacó como primer ejemplo la experiencia que la alcaldesa Irací Hassler lleva a cabo en el municipio de Santiago. “Yo creo que Irací está impulsando ideas innovadoras y hay que acompañarla en eso, hay que apoyar el centro integral del cuidado para Santiago, porque estas son las medidas concretas sobre las cuales podemos avanzar”, dice.

En segundo lugar, destacó el trabajo de la alcaldesa feminista Claudia López de la ciudad de Bogotá. “Es una ciudad de ocho millones de habitantes, estamos hablando de una de las ciudades líderes de América Latina en sus políticas de trabajar con temas ambientales y de transporte, y de poner el cuidado en el centro de la planificación urbana. Ella ha desarrollado ‘las manzanas del cuidado que es el sistema integral de cuidado’, que se encuentran donde están las personas con más demandas de acompañamiento, donde hay más infancia, viejas y viejos que necesitan atención, y ha creado un lugar que pone en valor el cuidado además que entrega a las mujeres tiempo, capacitación, espacios de esparcimiento y actividad física. Entonces, está defendiendo y relevando los derechos ciudadanos de las mujeres”.

En otro orden y desde la movilidad y transporte destaca, “lo que ha hecho México que han sido pioneras en el ‘viajemos segura’ o el ‘Quito segura’ muy direccionado a las mujeres y a las niñas con botones de pánico que inmediatamente se cerraba el bus si había un acoso. También, generando la vinculación y capacitación de choferes y policías, generando seguridad en las mujeres”.

Finalmente, Falú subrayó que “si pensamos en clave de esta sociedad patriarcal que cosifica a las mujeres y las ubica como figuras posibles de abuso, debemos tener medidas para contrarrestar, no lo vamos a resolver dejándolo en el campo de lo simbólico, de la construcción del qué es ser una mujer y qué es ser un hombre; esto va a tomar más tiempo a la sociedad, pero por mientras se puede ir generando conciencia ciudadana desde una política feminista”.