A estas alturas del periodismo, las entrevistas deberían venir siempre en varios formatos: pequeño, mediano, grande, y extra-grande y luego ya que el lector elija lo que quiera. ¿Qué le interesa saber cómo es realmente la actriz Ana Morgade y averiguar cómo se imagina al Pato Mickey y al Ratón Donald, dos ficciones genéticas innecesarias? Pues debería haber una entrevista que lo cuente, así, sin prisa, que se detenga en pequeños detalles con importancia. ¿Qué el lector sólo necesita tener claro qué piensa la presentadora Ana Morgade sobre cómo puede ser que no haya mujeres presentando late nights en la televisión en 2020? Pues que tenga otra en la que hable únicamente sobre si cree que hay un techo de cristal en la televisión española. ¿Que sólo quieren saber si la humorista Ana Morgade es carne de Masterchef o de Supervivientes? Pues, señora, otra entrevista, así pequeñita, empaquetadita, de fácil consumo, rapidita de consumir. Y si lo único que te interesa de ella es su paso por el (infame) grupo Mapache Malo, te has equivocado de lugar (vete a YouTube, hombre, ya). Nosotros os proponemos una entrevista con Ana Morgade en cuatro formatos: Ana Morgade en 10 segundos, Ana Morgade en 30 segundos, Ana Morgade en 1 minuto y Ana Morgade en media horita larga. Tú eliges.

Iniciamos nuestro experimento.

Ana Morgade, en 10 segundos

(Así, sin contexto, ¿qué te esperabas en 10 segundos?)

"Hago radio, no soy periodista, muy bien 'Tu cara me suena', a ver si me toca un drama, me va el wifi fatal, pero me gusta el misterio. Payasa, de toda la vida. [¿Te ves en Supervivientes?] Supervivientes, no. Masterchef, bueno", dice Ana Morgade, actriz, humorista y presentadora de radio y televisión.

Ana Morgade, en 30 segundos

ESQUIRE: Estás bien en confinamiento, te va mal el wifi, lo pasaste regular en Tu cara me suena... ¿Qué echas en falta en la televisión española?

ANA MORGADE: Un poco de drama, un poco de Blondie, más mujeres. Hemos avanzado mucho. Corto el wifi porque soy muy misteriosa, no soy periodista, pero soy una payasa y di las campanadas. ¿Cuánto me queda?

ESQUIRE: Cinco segundos...

ANA MORGADE: ¡Viva Paula Galimberti!

Ana Morgade, en un minuto

¿Es cierto que le tenías un terror abismal al ascensor de Tu cara me suena?, le preguntamos a la actriz, humorista y presentadora Ana Morgade, al frente ahora de Yu, no te pierdas nada en Europa FM, donde ha conseguido infiltrarse entre compañeros millennials y se dirige claramente a un público millennial.

"Recuerdo la música cuando subía y el momento en el que me montaron una jungla. Y me acuerdo de cuando hice de Blondie, no lo he vuelto a ver", nos responde pizpireta, luciendo un estilo muy de Loles León.

¿Por qué no hay mujeres ahora mismo presentando late nights en España?, le disparamos, cambiando de tercio.

"Inteligencia y humor, dos cosas que nunca se han visto bien en España asociadas a una mujer. Pero si queréis saber algo de feminismo, no me preguntéis a mí, preguntad a alguien que sepa. Yo soy una payasa", nos responde.

Con todos ustedes, Ana Morgade

Una buena forma de cogerle la medida a un/a artista es medir su ambición como quien sí quiere la cosa. Supongamos que quieres saber si una actriz y humorista, que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en televisión, es ambiciosa es lanzarle un anzuelo del tipo: si pudieras tener un formato ahora mismo en televisión, pum, venga pasta, ya lo tienes, ¿qué harías? Luego solo tienes que escuchar lo que dice.

"Nunca me he sentido capaz de ponerme al frente de nada. Soy muy buena mandada, pero soy muy mala mandona. La mayoría de las cosas flipantes que he hecho en televisión, solo tengo un 10 por ciento de responsabilidad. Casi todo es un guion cojonudo y una directora o un director cojonudo detrás. Esto es algo que no hay que menospreciar. Si yo tuviera que hacer un formato, levantaría el teléfono y llamaría a gente que sé que sabe hacer televisión", responde la actriz, humorista y presentadora de radio y televisión Ana Morgade.

"Venga, ¿a quién llamarías?", le insistimos para ver si se moja. "Por ejemplo, tengo muchos compañeros y compañeras guionistas de la época de Buenafuente con los que me encantaría seguir trabajando. También del Anda ya. En realidad en todos los curros he encontrado a gente de la que tirar y de la que aprovecharme vilmente. En realidad, trabajo para eso, para hacer mi agenda oculta", continúa. Y nos quedamos con la broma.

Ana Morgade empezó en la tele en ‘Estas no son las noticias’, el programa, creo, al que le tiene más cariño, o, por lo menos más morriña. Luego estuvo en ese intento por trasladar a nuestro país el formato de 'Saturday Night Live' en Cuatro en prime time, que no funcionó, pero que al menos sirvió para que Buenafuente se fijara en su forma de hacer comedia. Allí estuvo casi tres años. Morgade ha sido invitada de 'Ilustres ignorantes' en incontables ocasiones, lo que es, sin duda, una buena muestra de su importancia en esto de la comedia. Ha presentado 'El club de la comedia', fue concursante insigne de 'Tu cara me suena'. Ha pasado por 'Zapeando', en La Sexta, y ahora presenta 'Yu, no te pierdas nada', donde se ha infiltrado entre millenials.

La hemos visto también en series como Cuerpo de élite, Con el culo al aire y Olmos y Robles y en la película de Juana Macías Bajo el mismo techo.

En todas las entrevistas todo el mundo pasa de puntillas sobre su formación en improvisación teatral, que, realmente, es su segunda vida... o primera. Porque en los últimos veinte años no ha dejado de improvisar con su gente de siempre, y hoy todavía la puedes escuchar, por ejemplo, en un podcast (Jabberwocky) con Javi, Ignacio, Ainhoa, Borja, Pablo...

Y va a todos los sitios en moto.

Pero sobre todo ha demostrado en la television española que una mujer puede hacer el humor que quiera, sin tener que dar explicaciones.

"El público es mucho más moderno que los programadores de muchas salas"

"Hace diez años me pedían que explicase que mi humor también es para tíos, como si hablara en el idioma señora. Ahora es impensable que alguien diga algo así", cuenta Morgade. "Claro que puedes hacer humor feminista, pero no tienes que ceñirte a lo que se espera de tu género. Tienes que hacer reír a cualquiera. Y el humor es universal. Tiene unos códigos sociales, y quién eres influye, eso es verdad, en qué te hace gracia, pero creo que cualquiera puede hacer reír. El problema es que todavía estamos aterrados por una visión del pasado. El público es mucho más moderno que los propios programadores de las salas", añade.

"Hay una realidad: siempre ha habido mujeres muy divertidas, pero ha habido muy pocas mujeres cómicas. Una cosa es ser graciosa y otra cosa es que te paguen por ello. Antes nadie daba por sentado que las mujeres tuvieran que ser divertidas. Ni se comentaba, ni se valoraba cuando una mujer lo era. Yo siempre lo he dicho: el humor siempre ha tenido que ver con dos cosas, con la inteligencia y el ridículo, que en las mujeres son dos cosas que no se fomentaban. Ni ser divertida era femenino ni ser inteligente era femenino. Ahora todo esto suena ridículo, antiguo, y por eso empieza a cambiar. De la misma manera pienso que eso de que las mujeres hacen humor de mujeres, o humor feminista, es reducirnos", continúa.

"Cuando hablo de feminismo, hablo siempre a nivel de usuario. No quiero que nadie me tome como un referente del feminismo. Creo que es un tema demasiado importante, demasiado transversal como para hablar a la ligera. Dicho esto… es verdad que trabajo en televisión y que he notado mucho cambio. Es verdad que seguimos viviendo en un mundo en el que según en qué esferas, según qué generaciones, todavía es muy difícil de entender para muchas personas que nadie tiene derecho a menospreciar a una mujer por el hecho de serlo. Es algo que está superimpregnado en nuestros usos sociales. Y yo siento que hay un avance inmenso, pero que todavía queda mucho por hacer, y que admitir tus actitudes…", concluye.

Cambiamos de tema. Ha sido el corazón de 'Zapeando' y el público sigue sin entender por qué se ha marchado. Mientras hablamos, se suceden los comentarios de sus fans, reclamándole que vuelva.

"Mira, me dicen que vuelva a 'Zapeando'. Que no, que yo lo que quería era hacer otra cosa. De invitado algún día a lo mejor, pero todos los días en la mesa, te digo que no. Es que quería comer bien", bromea medio en serio.

A veces el público no entiende las necesidades del que está al otro lado, ¿no?, le pregunto.

"Sí, y por nosotros también. Me cuesta deshacerme de algo que me ha dado muchas alegrías y que me divierte mucho, lo que pasa es que soy inquieta desde pequeña. No me gusta estar cómoda, a mí me gusta siempre estar a punto siempre de conseguir algo. Me gusta estar en ese estado. Cuando estoy quieta y estoy en estado de paz, siento que me pasa algo. Me gusta meterme en líos. Y cuando tienes mucho trabajo, muy establecido, no tienes tiempo material para meterte en problemas y entonces tienes que empezar a soltar amarras para poder agarrar algo nuevo", dice.

"Es verdad que no se puede hacer de todo. Cuando era más joven me enfadaba y me frustraba más con esto. Cuando estudiaba interpretación, yo quería ser María Asquerino y hacer Bertolt Bretch todo el día, pero me di cuenta de que haciendo reír, era algo que me salía la mayor parte de las veces sin darme cuenta y haciendo humor tampoco había tanta gente. También tenía que ser un poco lista. Llega un momento en el que dices: quiero aparcar ahí, pero si hay sitio enfrente, pues aparca enfrente. Estoy contenta. El drama es entrar en el paro", añade.

Le comento que se le ve a gusto "infiltrada" entre millennials...

"Infiltrada entre millennials... es verdad. La mitad de los colaboradores que tengo en el programa con gente maravillosa a la que no comprendo en absoluto. Me encanta observar a la juventud, igual que las señoras en el parque", dice.

¿Pillas tiktok?, le suelto.

"Es verdad que el programa tiene su TikTok, pero yo creo que no tengo que estar en TikTok. La mayoría de la gente que tiene TikTok se mete ahí para huir de gente de mi edad. Entonces, ¿por qué les perseguimos allí a dónde van? Es una red social donde tiene que estar la gente joven, y yo por dentro sí, estoy muy joven, pero por fuera se nota que me han hecho en unpackaging hace much", responde.

Yo no te veo haciendo el reto viral del moño…

"De toda la vida, yo a ese reto le he llamado ‘me quiero hacer un moño y no tengo goma’, pero de ahí a meterme en TikTok. Es cierto que hay contenidos para todo el mundo, pero con toda la plancha que me da Facebook, con toda la plancha que me da Twitter, con toda la plancha que me da Instagram.

"Las redes son un espejo un poquito feriante de lo que pasa"

Al comienzo de la pandemia, todo era humor en redes. Ahora hay una verdadera melé política. Quiero saber cómo lo ve ella, muy activa en redes, pero sobre todo muy prudente.

"Me da mucha tristeza, pero hay que ser analíticos. Las redes son un espejo un poquito feriante de lo que pasa. Son como los espejos del Callejón del gato de Valle-Inclán. Las redes tienen mucho de eso y reflejan que la gente empezó con mucho entusiasmo con la retranca propia de los españoles y españolas, pero ahora se ha llegado al cansancio y eso ha llevado a la crispación. Cuando estás cansado, saltas antes. Cuando eres consciente de eso lo que no tienes que aportar son más cerillas. Ya hay mucho fuego. Pero ahora mismo es muy difícil. Los ánimos están muy caldeados. Hace un mes era mucho más sencillo hacer bromas que ahora, pero al final es lo que sé hacer. Lo peor que puede pasar es que ofenda a alguien, pero como dice Ricky Gervais, que te moleste, no quiere decir que no sea gracioso", apunta.

"Hola, Julen, ¿qué tal estás?", suelta ella distraída, leyendo los comentarios en Instagram mientras hablamos.

Hablando con ella descubro que el programa más exigente en el que ha trabajado es Tu cara me suena. No lo habría acertado. No porque no crea que lo sea, sino porque se la veía como pez en el agua. Lo mismo no era así...

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"Es el programa más exigente donde he estado nunca. Conozco muchos compañeros que lo menosprecian, no, no, no. Nunca he tenido que trabajar tan duro. Coreo, la voz, trabajar tu físico, es una barbaridad. Y recuerdo momentos flipantes: Cuando tuve que hacer de Nicki Minaj y vi lo que habían montando (una jungla)... se me pusieron los ojos de Candy, Candy. Que montaran todo eso para mí… es lo más", comenta.

"Cuando te toca cantar piensas: Ahora es cuando la voy a cagar, qué vergüenza… Pero hay tanta gente detrás que se lo ha currado tanto, el equipo de atrezzo, el cuerpo de baile, y tú estás en medio pensando que no haga el ridículo. ¿Qué es lo único que no hace falta que haga? No hacer el ridículo", añade.

¿Te has vuelto a ver?, le digo.

"Alguna vez sí… Hace poco me enviaron un mensaje privado a Instagram diciéndome que me estaban viendo en la actuación de Blondie haciendo Heart of Glass. Aquella actuación no la he vuelto a ver, pero he escuchado un trozo en redes sociales y he pensado, vaya, pues cantaba bien. Me pasé toda aquella actuación pensando todo el rato mientras miraba al jurado: Por qué no me paran. Estaba convencida de que estaba cantando tan mal que no me paraban por pena. Y pensé: ahora me echan del programa, y en esa gala quedé segunda", dice con media sonrisa, sonrisa entera.

Mientras hablamos de esto suelta alguien en los comentarios: Ana, a Masterchef. Luego le siguen más comentarios.

"No me veo carne de reality. Nunca he sabido hacer televisión sin guion. No sé cómo se hace. Nunca he sabido muy bien cómo funciona ese aparato. Si supiera hacerla, sería millonaria, sería como Jeff Bezos. Es un formato divertido. No soy muy fan de meterme en una casa o de irme a una isla. Pero igual que Tu cara mi suena tiene algo de reality, pero realmente vas a mostrar algo, Masterchef puede ser divertido. Supervivientes, no. No me veo envuelta en barro", asegura.

Acabamos con una pregunta muy de impro, porque se lo merece: ¿Ratón Donald o Pato Mickey? "Ratón Donald. El Pato Mickey lo venden en Gandía, en el Paseo Marítimo. El Ratón Donald me suena a Super Ratón, a intento de los 70, cuando ponían a hacer a los ratones a hacer de todo", dice.

Bueno, ahora sabemos un poquito más de Ana Morgade.