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A�da Macho (Palencia, 42 a�os) ten�a todo para ser feliz. Con una exitosa carrera profesional en el mundo del m�rketing -es la responsable de algunas de las campa�as de publicidad m�s importantes de Sanitas o Ikea, compa��as en las que trabaj� durante muchos a�os- y del lujo, se mov�a como pez en el agua en el ritmo acelerado de ciudades como Dubl�n y Madrid, donde su trayectoria en las grandes corporaciones parec�a imparable.
Pero un d�a lo dej� todo atr�s, trabajo incluido. Y bailar tuvo la 'culpa'. "Todo parte de un cap�tulo de mi vida bastante oscuro en el que sufr� abuso por parte de mi pareja. Fue una �poca muy dif�cil, muy negra, donde s�lo pude agarrarme al baile, que se convirti� para m� en una herramienta fundamental de recuperaci�n", recuerda A�da. Habla de aquella etapa y de su cambio radical de vida desde la tranquilidad y rest�ndole importancia: "A pesar de que estuve totalmente respaldada por mi familia y de que ten�a unas posibilidades econ�micas que me permitieron afrontar una terapia y contar con la ayuda de una psic�loga durante bastante tiempo, superar ese maltrato no es un proceso r�pido ni mucho menos f�cil. Yo siempre hab�a bailado, desde ni�a, y en ese momento me di cuenta de que era lo �nico que me hac�a levantarme todos los d�as y enfrentarme de forma un poco m�s positiva a la vida", asegura. A�da lo define como baile som�tico, con funci�n terap�utica.
El baile sensual como terapia
�Qu� es el baile som�tico?, le preguntamos. Es "uno muy femenino, que permite expresar tu tuyo de verdad, tu alma, a trav�s de cada ritmo. Son movimientos muy sensuales que te hacen reencontrarte como mujer, mirarte al espejo y reafirmarte en tu imagen, reconciliarte con tu sexualidad. Se trata de expresar tu lado femenino; es una forma de curarte, de sanar. A m� me ayud� mucho, porque al bailar dejas de ver tu f�sico, te das cuenta de que esto no va de peso o de altura, sino de expresarte. Te hace sentirte libre: bailando puedo ser yo misma, sin importarme el juicio de los dem�s", apunta.
Se trata, en definitiva, de recuperar la autoestima, y para ello el baile es una buena herramienta. "Supe que bailar pod�a ayudar a otras mujeres y ni�as que hubieran pasado por traumas o situaciones complicadas, como me sucedi� a m�", asegura. Por eso comenz� a implicarse en distintos voluntariados con el objetivo de mejorar el bienestar, f�sico y mental, de aquellas que lo necesitaran, mediante talleres de "yoga, meditaci�n..., y por supuesto, baile", a�ade. Unos cursos que desarrolla tanto en Espa�a como en el otro lado del mundo. "Durante unas vacaciones, viaj� a la frontera de Tailandia con Myanmar, donde viven las mujeres de la etnia Karen, una de las m�s desfavorecidas del lugar. Esa fue la experiencia decisiva, la que cambi� por completo mi vida y me hizo romper con todo", avanza.
Salir del maltrato
"En ese viaje visit� un santuario de elefantes y conoc� a su propietaria, Alexa Bay, una mujer excepcional con una historia de superaci�n impresionante. Al ver c�mo ayudaba a las castas m�s bajas sent� que yo tambi�n estaba en el sitio adecuado y que deb�a aportar lo que pudiera. Ha sido algo que me ha permitido completar mi propia recuperaci�n. En situaciones de maltrato eres la v�ctima, pero resulta muy complicado mirarte al espejo y enfrentarte al hecho de saber que has sido t� quien ha permitido que te hicieran todo eso", a�ade.
Alexa Bay, norteamericana de 40 a�os, tambi�n est� marcada por el maltrato y muy implicada en ayudar a las mujeres a salir de �l. "Procede de una familia desestructurada, nunca ha conocido a su padre y de ni�a vivi� con un padrastro que abusaba f�sicamente tanto de su madre como de ella. La primera vez que se sinti� segura fue cuando la polic�a las llev� a ambas a una casa de acogida, lo que no hizo su vida m�s f�cil a partir de entonces. En un intento por prosperar emigr� a Alemania, donde sus sue�os de princesa se convirtieron en pesadillas porque fue v�ctima de tr�fico sexual. Afortunadamente consigui� volver a Estados Unidos, estudiar, licenciarse y convertirse en una profesional de �xito gracias a su madre, que trabaj� sin descanso en todo lo que encontraba. Agradecer ese esfuerzo la llev� a involucrarse en distintos voluntariados".
Romper el c�rculo de la pobreza
Y como la de A�da Macho, la vida de Alexa tambi�n cambi� durante unas vacaciones a Tailandia. "Por casualidad, en ese viaje se top� con un cartel anunciando el alquiler de un gran espacio de jardines que inclu�a un conjunto de bungalows. Al preguntar por el precio del lugar, se estremeci�: todo aquello costaba lo mismo que alquilar su peque�o apartamento en Nueva York. Y no lo pens�: hizo las maletas, dej� Manhattan y se traslad� a Tailandia", explica A�da.
El objetivo de Alexa Bay es librar del tr�fico sexual a las mujeres y ni�os Karen, y lo consigue a trav�s de la Fundaci�n Daughters Rising, que ella misma ha creado. Para ello cuenta con los ingresos que obtiene del turismo que visita el santuario de elefantes. Una parte se destina a salvar a los animales de pr�cticas abusivas y la otra a mantener el complejo de hosteler�a que ha creado en aquellos bungalows en alquiler, el Eco Hotel Chai Lai Orchid. "Es la forma de romper el c�rculo de la pobreza. Alexa contrata a esas mujeres y ni�os para trabajar en el hotel, y los beneficios de este tambi�n revierten en esta misi�n", apunta A�da.
En todo esto A�da aporta su granito de arena mediante sus talleres de baile som�tico, que buscan ayudar a los ni�os y mujeres que viven en los campos de refugiados de la zona, en condiciones precarias y casi privados de libertad. "Es muy diferente bailar en esta parte del mundo a hacerlo en Occidente o Am�rica Latina, porque existe un componente cultural que condiciona mucho. Para esas mujeres la expresividad es algo muy capado, sufren mucho maltrato porque el hombre tiene todo el poder sobre ellas y, adem�s, tambi�n est�n sometidas por la pobreza y la falta de educaci�n".
El sue�o de Lawla
La �ltima campa�a solidaria de la Fundaci�n Daughters Rising en Tailandia, que llevan a cabo en colaboraci�n con la Asociaci�n Musical de Guardo (AMGU) es 'El sue�o de Lawla', el de una de las ni�as de esos campos de refugiados, Mela. Gracias a una capacidad extraordinaria para la m�sica, y superando la miseria, Lawla ha aprendido a tocar de forma autodidacta el viol�n, la guitarra, el piano y el saxof�n. Ahora, quiere aprovechar su talento natural para montar una escuela de m�sica en el campo de refugiados, otra forma de terapia para los ni�os que viven all�.
El objetivo de la fundaci�n, de A�da y de Alexa, es recaudar los 20.000 euros necesarios para que Lawla pueda poner en marcha su escuela. Para ello, A�da est� organizando distintos talleres de baile, yoga, meditaci�n y bienestar en Espa�a -"en cualquier sitio que tenga inter�s por ellos", a�ade-, cuyos beneficios van �ntegramente destinados a la causa. Los �ltimos, con lo que ha conseguido 4.000 euros, han sido en centros de Castilla y Le�n. "Mi intenci�n es impartir muchos m�s, en instituciones, empresas, centros escolares... Cualquier iniciativa es buena para recaudar el dinero que necesita Lawla para cumplir su sue�o", confiesa. Los donativos, a partir de 1 euro, pueden hacerse tambi�n a trav�s de la web lawladreams.com