- 30 películas mexicanas que no te puedes perder
- 'Bardo' y otras 10 películas para entender el México actual
- Las 25 mejores películas latinoamericanas actuales para ver
A Alejandro González Iñárritu (Ciudad de México, 1963) no le gusta revisar sus películas. "Me provoca estrés postraumático", confiesa. Sin embargo, ha hecho una excepción y se ha sometido a semejante terapia, en un encuentro con FOTOGRAMAS en la Fundación Casa de México en España, para recorrer las escenas más icónicas de sus películas. Cómo se rodaron, de dónde vienen, qué dificultades tuvo que afrontar o cómo se comportaron sus actores en ese determinado momento. La intrahistoria de cada una de ellas, al descubierto. Inaugura así una nueva sección en la que grandes directores sacarán a la luz los cimientos de su cine.
El cineasta mexicano, ganador de cuatro premios Oscar, recorre seis títulos de su filmografía: 'Amores perros' (2000), su primer largometraje, '21 gramos' (2003), 'Babel' (2006) (las tres juntas conforman la llamada 'Trilogía de la muerte'), 'Biutiful' (2010), su única película española, 'Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia) (2014), por la que consiguió la estatuilla a Mejor Director, Película y Guion, y 'El Renacido' (2015), ganadora a Mejor Director. De ellas, FOTOGRAMAS ha elegido seis escenas memorables cuya anatomía comparte con nosotros. En estos seis títulos ha trabajado con actores como Gael García Bernal, Javier Bardem, Naomi Watts, Sean Penn, Cate Blanchett, Brad Pitt, Michael Keaton o Leonardo DiCaprio, de quienes habla también en esta primera 'Anatomía de una escena'.
'Amores perros' (2000): Un debut salvaje
"Yo soñé esta pelea con los perros en la alberca vacía de una casa que fue de ricos, y ya estaba en absoluta decadencia. La encontró la directora de locaciones, Patricia Cano. Recuerdo esta escena con mucho cariño porque fue un sueño hecho realidad. Esta toma es un plano secuencia donde Gael García Bernal llega con su amigo. Cuando sale de la escena y acuchilla a su némesis tenía que salir corriendo, se subía al coche y escapaba. Diseñar eso fue difícil porque Rodrigo Prieto, el director de fotografía, no podía seguirlo con la cámara tan pesada con la que trabajábamos. El equipo tuvo que cargar a Rodrigo por los pantalones y los calzoncillos para que pudiera hacer la toma. Era una escena dramática, pero Gael se moría de risa al ver al fotógrafo cargado de los calzones por tres tipos. Me daba mucha risa. Logramos la toma cuando Gael consiguió no reírse".
'21 gramos' (2003): Fin de la 'Trilogía de la muerte'
"Fue mi primera película en Estados Unidos. Solo he rodado dos películas allí, ‘Birdman’ y esta. Escogí la ciudad de Memphis con esta alberca azul vacía, como la ‘Amores perros’, con algo decadente. De pronto se puso a nevar y Rodrigo y yo sacamos la cámara y filmamos esa toma, que no estaba planeada. Fue un regalo. En Estados Unidos es complicado rodar porque las normas, la regulación, los sindicatos, es muy diferente a México. Entender el sistema y comunicarme en inglés fue muy difícil. Tuve una gran relación con Benicio del Toro, Sean Penn y Naomi Watts. Lo primero que rodamos fue la escena de Sean (Penn) en bata, moribundo, yendo al baño a fumar. Él se estaba riendo de algo pero, de pronto, dijimos: ‘¡Rueda la cámara!’ y empezó a caminar. Recuerdo ese momento en el que vi a un actor convertido en un moribundo, cómo sonaba su respiración, cómo le cambió la mirada, hasta la piel. Había algo físico que me hacía pensar: ‘este hombre se está muriendo’. Era un camaleón, sufría una transformación física y emocional brutal. Rodrigo y yo nos miramos y dijimos: ‘¿Qué puta madre es esto?’. Fue muy impresionante y muy bello".
'Babel' (2006): Primer rodaje internacional
"Esta escena fue bastante incómoda, estábamos filmando en Marruecos, en el desierto, con mucho calor y en un bus que no tenía aire acondicionado. Había un efecto especial complicado cuando entra el balazo rompiendo la ventana, la sangre saliendo en el momento justo… No había tantas cosas digitales como ahora. Estaba también la intensidad de Brad Pitt dándose cuenta de que su mujer se está desangrando y la reacción de todos los pasajeros sin que se fuera demasiado el tono y se cayera en la exageración. Teníamos una cámara de 35 mm con rollos de diez minutos para poder hacer tomas largas y no cabíamos en el autobús. Lo recuerdo bastante tortuoso. Al final, fueron muchos pedacitos de cámara en mano. Recuerdo a Cate (Blanchett) que cuando decía: ‘¡Corre cámara!’, estaba ya en personaje, con esa intensidad. Fue un regalo ver a alguien con esa maestría".
'Biutiful' (2010): Llega la espiritualidad
"La escena de la bandada de pájaros fue de gran precisión porque necesitábamos esta hora del día. Ensayamos con Javier este movimiento que parece sencillo, pero encierra un cambio de narrativa, de punto de vista, donde podemos observar que él está en un momento emocional complicado. Lo que me gustaba era que podíamos encontrar ese estado liminal entre la realidad de la política, y mientras él, lidiando con la capacidad sobrenatural de hablar con los muertos. Además, está viviendo una tragedia. De pronto, en este instante hay un momento poético que nos costó mucho encontrar. Cambiamos las bombillas para que la luz tuviera una temperatura y creara este efecto como de una pintura. ‘Biutiful’ es la primera película en que empecé a interesarme no solo por lo hiperrealista y lo social, sino por el interior de un personaje y su vida espiritual. Es una escena muy bonita".
'Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia' (2014): Hollywood rendido a sus pies
"Filmamos en 19 días toda la película, así que tenía que haber una planificación perfecta. En la escena de Michael Keaton caminando sin ropa por Times Square no teníamos presupuesto ni para extras ni para cerrar Times Square. Un día, desayunando, vi una banda militar de músicos muy potente, con mucha energía. Pensé que la única manera de rodar un sábado a las ocho de la tarde, con la plaza llena, pero sin que la gente se parara al ver a Michael Keaton en calzones, era teniendo algo que atrajera la atención de todos. Como ocurre con un panal con las abejas. Pusimos una banda así, para que la gente se distrajera con ellos mientras nosotros rodábamos. Logramos una toma que, en un presupuesto americano, habría costado 30 millones de dólares. Pero nosotros la conseguimos gratis. Así es el cine independiente y la artesanía que aprendes cuando vienes del cine de guerrilla".
'El Renacido' (2015): La odisea de Leonardo DiCaprio
"Esta escena de la huída de los Arikara costó un mes y medio o dos meses de montar. Encontrar la locación muy difícil porque quería un lugar que asemejara a los dibujos del siglo XIX. Todo era real, pero pintamos de una manera orgánica los árboles de negro porque quería que se remarcara esa silueta. Era un terreno perfecto, no contaminado, muy benigno para hacer una escena de esa magnitud, con actores que iban a correr un gran peligro peleando a ese nivel. Fueron semanas para preparar la coreografía y para encontrar el punto de vista: empezamos con Leonardo y luego voy a su némesis, Tom Hardy, y regreso a él. Es un plano secuencia de cinco o seis minutos donde te sales de un personaje y te vas a otro, con una gran cantidad de caballos, acción, peligro… Llegas a un río, metes la cámara al agua, sales, haces el paneo y ves a 60 indios corriendo. Además, se nos iba el sol. Requirió una precisión teatral y un presupuesto nada independiente. Pero recuerdo la emoción que sentimos cuando logramos la toma que yo sabía que era la buena. Grité como si hubiera marcado un gol".
Laura es crítica de cine y periodista cultural. La primera vez que fue al cine vio ‘E.T. el extraterrestre’, y eso no se olvida nunca. Ha escrito sobre teatro, música, arte, fotografía, arquitectura y gastronomía en ‘Elle’ y ‘Harper’s Bazaar’. En ‘Fotogramas’ se especializa en lo que podríamos llamar ‘cine de autor’, aunque toca todos los palos.
Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y se especializó en el conflicto en Irlanda del Norte en la Queen University of Belfast. Lo que le llevó a verse ‘Agenda Oculta’ (Ken Loach, 1990), ‘En el nombre del padre’ (Jim Sheridan, 1997), ‘Bloody Sunday’ (Paul Greengrass, 2002) y todas las películas que tuvieran que ver con el IRA.
Viajó a Cuba para estudiar en la EICTV (Escuela Internacional de Cine y Televisión) de San Antonio de los Baños, donde vio mucho cine latinoamericano y bebió demasiados mojitos. También rodó un documental en la isla lleno de personajes maravillosos. Uno de sus primeros trabajos fue en el canal de televisión ‘Cineclassics’, donde coescribió el documental ‘El cine durante la Guerra Civil Española’.
Adora ‘El imperio del sol’ (Steven Spielberg, 1987), ‘Drácula de Bram Stoker’ (Francis Ford Coppola, 1992), ‘Thelma & Louise’ (Ridley Scott, 1992) y ‘La edad de la inocencia’ (Martin Scorsese, 1993). Pero, en general, siente predilección por las películas pequeñas que cuentan historias en las que nadie se fijaría si se las cruzara por la calle. Le gusta ese cine que vive más allá de los márgenes del entretenimiento.
Ha coescrito el libro ‘Cine y Moda’ (Ed. Pigmalion Edypro) y a lo largo de su carrera ha entrevistado a intérpretes y cineastas como Helen Mirren, Al Pacino, Jessica Chastain, Isabelle Huppert, Juliette Binoche, Julianne Moore, Hirokazu Koreeda, Sam Mendes, Jonathan Glazer, Margot Robbie, Ryan Gosling, Jude Law o Hugh Jackman.
Se perdió una mañana de instituto para ver el final de ‘Perdidos’ y, aunque la leyenda cuenta que está en FOTOGRAMAS por sus tortillas de patata, la realidad es que lleva en la revista desde 2016 como “el chico de los vídeos”. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, un día se cansó de vivir entre muggles y, antes de que ‘Cinema Paradiso’ y ‘El espíritu de la colmena’ despertaran su fascinación por el séptimo arte, decidió (no) crecer imaginando su infancia entre hobbits y jedis. Vive enamorado de Emma Watson y Michael Scott, y está convencido de que su cima en la vida ha sido, es y será decirle a Viggo Mortensen en un ascensor que todavía guarda una figura de acción de Aragorn.
