Nadia De Cristóforis
Susana Novick
(compiladoras)
Jornadas
Un siglo de migraciones en la Argentina
contemporánea: 1914-2014
Con la colaboración de
Celeste Castiglione, Laura Fasano, Alejandra Ferreyra,
Natalia Galián, Denise Ganza, Gabriela Mera,
Nora Pazos, Mariana Winikor Wagner
De Cristóforis, Nadia
Jornadas un siglo de migraciones en la Argentina contemporánea: 1914-2014/ Nadia
De Cristóforis; Susana Novick; compilado por Nadia De Cristóforis; Susana Novick -
1a ed .- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires. Instituto de
Investigaciones Gino Germani - UBA, 2016.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-950-29-1593-7
1. Migración. 2. Historia. 3. Política. I. Novick, Susana II. De Cristóforis, Nadia,
comp. III. Novick, Susana, comp. IV. Título.
CDD 304.82
Diseño de tapa: Juan Manuel Mileo
Imagen de tapa: Pegaso del sol, 1922. Xul Solar
Derechos reservados Fundación Pan Klub-Museo Xul Solar
© 2016, Instituto de Investigaciones Gino Germani
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Buenos Aires
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Internacional
Índice
I. Presentación
Carolina Mera II-IV
II. Prefacio
Nadia De Cristóforis y Susana Novick VI-IX
III. Ponencias
Mesa 1. Los exilios y la esfera pública transnacional en el siglo XX
Solidaridad e identidad artística transnacional. Reflexiones sobre la 3-20
experiencia de l´Association internationale de défense des artistes
victimes de la répression dans le monde (1979/1985)
Moira Cristiá
Mesa 3. Las migraciones y sus expresiones en la literatura, el cine, el
teatro, etc.
Espacios y lugares de la inmigración italiana en la literatura argentina. 22-39
Utopías y distopías de un gran relato polifónico
Fernanda Elisa Bravo Herrera
De la marginalidad al protagonismo: la imagen del judío en el cine de 40-53
ficción como alegoría de la argentinidad
Tzvi Tal
Mesa 4. Migraciones, Ciudadanía y Comunicación en la era global.
Perspectivas conceptuales, históricas y problemáticas actuales en
torno a las migraciones, la ciudadanía y la comunicación en Europa y
América
Televisión (trans)nacional y ciudadanía externa: reflexiones a partir de un 55-68
focus group con migrantes italianos residentes en Buenos Aires
María Soledad Balsas
El derecho a decidir del pueblo vasco: iniciativas locales, acciones 69-88
globales
Julieta Gaztañaga
Las migraciones internacionales en América del Sur y la ciudadanía 89-105
suramericana en condiciones de macrointegración y restauración
conservadora
Eduardo J. Vior
III
Mesa 6. Migraciones, Ciudadanía y Comunicación en la era global.
Perspectivas conceptuales, históricas y problemáticas actuales en
torno a las migraciones, la ciudadanía y la comunicación en Europa y
América
Inmigración internacional en Villa General Libertador San Martín (Entre 107- 122
Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad
Mariela Demarchi, Javier Castelnuovo, Gustavo Peretti y Mariano
Varisco
Mesa 7. Los procesos migratorios y las problemáticas en torno a la
salud
¿El parto urbano puede ser más humano? Del parto tradicional al 124-135
institucionalizado en el Estado Plurinacional
Rosemary Amils Samalot
Agentes del sistema de salud ante el desafío de la alteridad. Atención a 136-149
migrantes bolivianas
Carlos Sebastián Barria Oyarzo
Mesa 8. Migraciones rural/rural desde una perspectiva micro
Migrar por la tierra: el caso de los brasileños en El Soberbio (Misiones) 151-167
Mariana Winikor Wagner
Mesa 9. Dinámicas migratorias uruguayas
El activismo por los derechos humanos de los inmigrantes uruguayos en 169-183
Argentina, una práctica asociativa de dimensiones transnacionales
Carla Gerber
Mesa 10. Migraciones e integración regional: nuevos espacios, nuevos
paradigmas, nuevos desafíos
La integración socio-cultural en el Mercosur: reflexiones en torno al 185-203
turismo intra-regional a través de las diversas escalas
Bárbara Catalano y Elaine Russi
Mesa 11. Migraciones y derechos en la Argentina. Desafíos del siglo
XXI
Prácticas políticas transnacionales. El voto de bolivianos y peruanos 205-221
desde Argentina
Brenda Canelo
Mesa 12. Relaciones con el otro: xenofobia, dominación, exclusión
Experimentando prácticas discriminatorias desde las políticas públicas 223-238
Soraya Ataide
Entre la inclusión y la segregación, las experiencias de estudiantes 239-258
migrantes latinoamericanos en dos escuelas medias de la capital neuquina
Romina Fuentes
Creencias migrantes. Una práctica cultural de matriz africana en el 259-278
Buenos Aires actual: expresión y construcción de la disidencia identitaria
Pablo Maximiliano Ojeda
Mesa 13. De la migración al protagonismo: la experiencia judía en
literatura, teatro, cine y televisión
Algunas dimensiones de la etnicidad judeo-porteña reflejadas en Jevel 280-292
Katz y sus paisanos
Gisela Fabiana Andrade
―Sangre judía y corazón argentino‖: el inmigrante judío en el teatro de 293-304
César Tiempo y Bernardo Graiver
Paula Ansaldo
De los barcos a las pantallas. La inmigración judía en dos documentales 305-315
argentinos
Lior Zylberman
Mesa 14. Las migraciones y las guerras del siglo XX: influencias y
representaciones en distintos ámbitos comunitarios de la Argentina
Las campañas de solidaridad a favor del franquismo en el colectivo 317-339
español de Buenos Aires durante la Guerra Civil española (1936-1939)
Alejandra Noemí Ferreyra
La población inmigrante en la provincia de Buenos Aires frente a la 340-360
Primera Guerra Mundial: una aproximación cuantitativa
Denise Rocío Ganza
Mesa 15. Europeos en Argentina y argentinos en Europa: 1930-1950
El accionar del Estado argentino frente a situación de los argentinos 362-373
víctimas de las políticas de discriminación, persecución y exterminio del
Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial: una aproximación a
partir del estudio del caso Willner
Alejandra Peris
V
Mesa 16. Españoles y argentinos en los desplazamientos de
emigración y retorno de los siglos XX y XXI
El asociacionismo gallego en Buenos Aires: un estudio comparativo de la 375-394
primera etapa de desarrollo de una institución regional y otra municipal
Nadia Andrea De Cristóforis
Mesa 17. Los inmigrantes germano-parlantes en la Argentina:
política, economía, cultura y sociedad
Atravesando calmas y tempestades, caminando dos siglos. Institución 396-409
Cultural Argentino – Germana: noventa y cuatro años difundiendo cultura
Susana Shirkin
Los pastores de la Iglesia Evangélica Luterana Argentina: dimensiones de 410-426
su liderazgo (Parroquia Santa Rosa-Winifreda, 1947-1975)
Roxana Weigum
Pautas culturales y sociales y la consolidación de la identidad étnica: la 427-444
inmigración suiza a Puerto Rico
Laura Mabel Zang
Mesa 18. Migración, derechos humanos e integración regional:
reflexiones desde el MERCOSUR
La ¿―era de la migración‖? y los derechos humanos. Un panorama desde 446-461
el Sistema Interamericano de protección, las políticas regionales y los
niveles domésticos
Lila García
Mesa 19. Cambios y continuidades de las asociaciones de migrantes
en Argentina
Las asociaciones étnicas de origen polaco en Buenos Aires: 463-479
continuidades, rupturas y recuperaciones
Katarzyna Porada
Las mujeres migrantes como sujetos políticos de acción y trasformación. 480-497
Una mirada desde la experiencia de AMUMRA
Ana María Téllez Luque y Wanda Perozzo Ramírez
Mesa 20. Trashumancias fuego patagónicas: políticas, prácticas y
representaciones migratorias ([1860-]1914- 2014)
Emigrantes de la Araucania a las pampas trasandinas, inmigrantes en 499-518
Aysén (1870–1920)
Luis Carreño Palma
519-537
Itinerarios fluctuantes. A propósito de las dinámicas espaciales en la
frontera patagónico austral
Pablo Navas 538-553
Revisitando la migración transnacional chilota entre Ushuaia, Argentina y
Punta Arenas, Chile (1950-2015)
Juan M. Saldívar
Mesa 22. La imagen de Argentina en la producción periodística,
literaria y artística de los inmigrantes de habla alemana
La argentina reciente en dos escritores germanoargentinos: Jovita Epp y 555-567
Roberto Schopflocher
Claudia Garnica de Bertona
Graetzer y Knoll, caminos musicales compartidos 568-577
Silvia Glocer
Mesa 23. Migrantes y territorios: dimensiones de estudio en la
dialéctica local – global
Viajes, organizaciones y escuelas: experiencias transnacionales de 579-597
migrantes bolivianos en dos localidades de Buenos Aires
Gabriela Novaro y María Kelly Trino Cazón
―Vivir donde no hay casas‖. Migrantes en la ciudad de Granadero 598-611
Baigorria, Santa Fe
María Laura Segura
Mesa 24. Experiencias migratorias y modos de vida en contextos de
interculturalidad. Aportes y desafíos actuales
Migración latinoamericana en contextos de interculturalidad: desafíos de 613-629
las generaciones jóvenes en los procesos de territorialización
María Laura Diez
¿Asimilados, transnacionales o diaspóricos? Migración e inserción social 630-648
de colombianos/as en Santiago de Chile en el contexto de la migración
Sur-Sur
Nicolás Gissi y Juan Carlos Rodríguez
Interculturalidad, migraciones y comunicación. Reflexiones sobre las 649-668
figuras de la diversidad en contextos democráticos
Cecilia Eleonora Melella
―Me iría demasiado‖. Algunas pistas sobre la tematización de la 669-688
emigración venezolana reciente
Manuel Alejandro Ruiz Durán
VII
Mesa 26. Inmigración e imaginarios sociales: representaciones
identitarias de los inmigrantes en la Argentina
Un acercamiento a tres modos de Pavese en Córdoba, entre escritores 690-700
descendientes de inmigrantes italianos
Bibiana Eguía
La inmigración italiana en Villa Libertad (Entre Ríos): testimonios, 701-719
problemas y perspectivas
Flavia Marisol Frigo y Diego Ramón García
Mesa 27. Personas migrantes: entre el acceso a derechos y los
entramados institucionales
Fronteras internas, políticas para la inserción laboral y reconfiguración 721-735
estatal
Laura C. Yufra
Mesa 28. Migrantes, políticas públicas y derecho a la comunicación
¿Se alienta como se vive? Una mirada al fútbol desde la migración, la 737-755
comunicación y los derechos humanos
Agostina Carla Hernández Bologna y Diego Hernán Estevez
La construcción mediática del sujeto inmigrante: el caso de Clarín y La 756-773
Nación
Elizabeth del Rosario Rojas y Giovanny Gilberto Leal Roncancio
Mesa 30. Migraciones, exilios y memoria
Inmigración judía sefardí al Uruguay. Sociabilidad y asociacionismo 775-793
Fernando Klein
Mesa 32. Los inmigrantes y su esencial aporte al cooperativismo
entrerriano durante la consolidación institucional y el despegue
económico de las entidades desde mediados del S.XX: un balance
prometedor
El rol de la mujer en las entidades de la Economía Solidaria de la región y 795-804
los avances institucionales concretados
Celide Alba Scatularo
Mesa 34. Procesos migratorios: integración, identidades y
representaciones entre los migrantes ultramarinos, limítrofes e
internos de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA)
Cambios en la composición de la población de la Región Metropolitana 806-817
de Buenos Aires. Un análisis antropogenético del impacto de las
migraciones
Sergio Avena, Francisco Di Fabio Rocca, Cristian Crespo, Cristina
Dejean y Francisco Raúl Carnese
Mesa 35. Africanos y asiáticos en la Argentina. Integración, identidad
y cultura en perspectiva histórica
De Japón a la Argentina: imágenes narradas de una familia de la Colonia 819-835
Justo José de Urquiza
Irene I. Cafiero y Estela Cerono
Presencia china en la Argentina. Aproximaciones sobre aspectos 836-847
culturales de una comunidad relocalizada
Gerardo Tassistro
Mesa 37. Migraciones africanas hacia Argentina
Migraciones invisibilizadas. La experiencia de polizones liberianos en 849-866
Argentina, entre 2004 y 2008
Pablo Blanco
De Buenos Aires a la costa chubutense: una aproximación etnográfica a la 867-886
movilidad estacional de migrantes senegaleses
María Luz Espiro
Mesa 38. Migraciones, refugio, exilio y retorno en clave holística y
pluridisciplinar
Migración y refugio: la relación entre la Iglesia Católica y el Estado ante 888-896
los desafíos de la globalización
María Aylén Arrieta
Migraciones, refugiados y asilo en el campo de los derechos humanos 897-910
como desafíos hacia un nuevo paradigma político
Gabriela Maldonado y Jesica Sabatino
Mesa 39. Inmigrantes europeos/población local: el proceso
colonizador desde distintas perspectivas
Las leyes de concesión de tierras argentinas en relación con la movilidad 912-929
forzada de los pueblos indígenas
Ana Elvira Sánchez Elgue
Mesa 43. Migración y educación: asimilación, integración e inclusión.
¿Cambio de términos y persistencia de paradigmas?
Propuestas educativas para migrantes chinos en la Ciudad de Buenos 931-942
Aires
María Florencia Sartori
Las infancias migrantes en los discursos escolares de principios del siglo 943-960
XX
Sofía Irene Thisted
IX
Mesa 44. Migraciones en la Patagonia: Inscripciones espaciales
Barrios e imaginarios urbanos en la Norpatagonia andina, una mirada 962-978
desde la geografía de las migraciones
Brenda Matossian
Inserción laboral de trabajadores paraguayos en la ciudad de Rawson, 979-995
Chubut
Érica Silvina Weise Hurtado
Mesa 45. Factores de atracción y procesos de adaptación en las
inmigraciones en la Argentina
Migración y tácticas adaptativas. La migración como proceso de 997-1013
aprendizaje. El caso de cuatro familias de Villa Tranquila, Avellaneda
Melisa Di Paolo
Aspectos psicológicos de la migración 1014-1020
Shirley Viviana Matthews y Claudia Edit Spektor
¿Son las extranjeras que residen en la Ciudad de Buenos Aires tan 1021-1044
diferentes a las porteñas?
Victoria Mazzeo y Pablo Perelman
IV. Galería de Pósters 1045
IV.1. Pósters ganadores de premios y menciones
Primer premio
Migraciones, empoderamiento y movilidad social en la Argentina en las
últimas décadas
María Cecilia Mercado Herrera, Luisa M. Salazar Acosta y Adela Tisnés
Segundo premio
Una exploración sobre el estado de la migración colombiana en Bahía
Blanca
Marcela Torrez Gallardo, Alejandra Cobo y Roberto Bustos Cara
Tercer premio
Las tres plazas Armenias en la ciudad de Buenos Aires. Estudio de caso
de una lucha simbólica por el territorio
Juan Pablo H. Píccolo
Primera mención
Fútbol e identidad en un colectivo de migrantes bolivianos
Francisco Fariña
Segunda mención
Trayectorias laborales de mujeres bolivianas en el campo y la ciudad de
Mendoza (Argentina)
Victoria Martínez Espínola y Marta Silvia Moreno
Tercera mención
¿`Crimigración´ o Economía Política del Castigo? El control punitivo de
la migración en Chile
Daniel Quinteros Rojas
IV.2. Otros pósters presentados en las Jornadas
La ecuación inmigración-delincuencia, ¿persistencia de una etiqueta?
Federico Luis Abiuso
Entre la inclusión/exclusión: discursos y prácticas hacia la alteridad
migrante en escuelas primarias de Neuquén
Ana María Alarcón y María Verónica Bejarán
Las primeras migraciones. Representaciones del inmigrante en la obra de
Gastón Gori
Valeria Ansó
Una aproximación a la relación entre migración y pobreza en Bahía
Blanca
Cristina Calle Espinosa, Silvia London y Stella Pérez
La construcción del Proyecto Migratorio. Narrativas de estudiantes
venezolanos y colombianos en Argentina
Eva Céspedes
Una experiencia de abordaje del fenómeno migratorio en la formación de
formadores
Andrea Silvina Galante
Chilenos en las universidades argentinas. El dilema de la educación
universitaria en Chile y la migración reciente hacia la Argentina (2004-
2014)
Sebastián Kramm
Migrantes, madres y alumnas. Experiencias de mujeres bolivianas en un
barrio periférico de la ciudad de Córdoba
María Florencia Maggi y Carina Inés Trabalón
Nuevos aportes sobre los orígenes del ―Grupo de Boedo‖. Vida y obra de
Miguel Messore, escritor, editor y político
Inés Messore
XI
Aproximaciones a una etnografía visual: haciendo foco en la población
migrante en los espacios de salud periféricos en Comodoro Rivadavia
Guillermina Oviedo
Políticas de Estado en torno al mosaico étnico canadiense
Ofelia Beatriz Scher
Hijos de inmigrantes coreanos en Bs. As. Los coreanos argentinos y su
dilema sobre la inserción laboral
Kim Sila
Mujeres migrantes y paisajes alimentarios en ciudad de Buenos Aires
Andrea Solans
Migrar y trabajar, ¿cosa de hombres? Mujeres senegalesas en Argentina:
un estudio de caso
Sonia Voscoboinik
V. Programa de las Jornadas 1066
I. PRESENTACIÓN
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Me resulta muy grato poder escribir estas líneas a modo de celebración por
lapublicación de este libro producto de las Jornadas ―Un siglo de migraciones en la
Argentina contemporánea: 1914-2014‖, llevadas a cabo en Buenos Aires, los días 27 y
28 de octubre de 2016.La realización de estas Jornadas nacionales, con la participación
de más de 400 colegas provenientes de universidades argentinas y de más de doce
países de toda América y Europa, adquiere un rol muy significativo en el actual ciclo
del sistema internacional. Los escenarios de exclusión, discriminación y vulneración de
los derechos de los migrantes y refugiados en el mundo entero (Estados Unidos, Europa,
Asia y África, etc.) han sido debatidos con énfasis desde los avances que en la
Argentina se han originadoa partir de la sanción de la Ley 25.871–en diciembre de
2003- y su posterior reglamentación, que establece el tratamiento migratorio desde el
paradigma de los derechos humanos. Pero también los Programas como el Patria
Grande, Raíces, las becas a estudiantes latinoamericanos del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas(CONICET) y del Ministerio de Educación de la
Nación, entre otros, revalorizaban la presencia de los migrantes como un aporte
fundamental en el crecimiento cultural, humano, material y político de nuestros países.
Desde el ámbito académico se han debatido estos diálogos internacionales,
buscando profundizar algunas cuestiones aún pendientes como los derechos políticos de
los migrantes y refugiados, entre otros. Sin embargo, las Jornadas tuvieron lugar en el
lapso histórico en el que comenzaba a visualizarse -a través de políticas y discursos- el
nuevo paradigma propuesto por el actual gobierno de Mauricio Macri, quien asumió en
diciembre de 2015. A menos de un año del gobierno de ―Cambiemos‖, aparece como
eje gubernamental el paradigma securitario, en el cual las migraciones vuelven a ser
percibidas como un problema social, como objeto de control, criminalización y
expulsión. Estos temas emergierony fueron denunciados en los distintos espacios de
discusión de las Jornadas,mostrando una vez más el compromiso de los investigadores y
académicos con el tema migratorio y las poblaciones migrantes.
Me pregunto entonces por el significado de las Jornadas a nivel institucional y a
nivel del campo de los estudios migratorios, en este contexto tan particular. Y la
respuesta que encuentro está en la importancia que tiene el ámbito académico en la
producción de conocimiento sistemático y riguroso como forma de contribuir al diseño
de políticas y discursos, así como el rol de la universidad pública que es parte
constitutiva de esos procesos.
II
Jornadas Migraciones. Presentación
Tuve la alegría de poder acompañar la idea, el proceso de diseño y armado de las
actividades de las Jornadas desde sus inicios, en mi doble rol: como Directora del
Instituto de Investigaciones Gino Germani –entidad organizadora-, y como miembro del
Área de Estudios Migratorios del Instituto. Desde ambos roles me complace reconocer
que los estudiantes, docentes e investigadores del campo migratorio se comprometen y
actúan frente a la embestida de las políticas y discursos xenófobos y retrógrados con
respecto a las poblaciones migrantes. Y este clima de diálogo e intercambio fue posible
gracias a Susana Novick, a Nadia De Cristóforis y a sus respectivos equipos, que con
dedicación y esfuerzo hicieron de estas Jornadas un ámbito participativo e inclusivo.
Con su trabajo, constancia, rigurosidad y calidad humana lograron que el encuentro
fuera extraordinariamente fructífero, no solo por la diversidad de temas, voces, miradas,
espacios, abordajes metodológicos e intervenciones que colmaron las sesiones de las
Jornadas, sino también por el espíritu plural y de libertad que predominó en el evento,
donde en varios momentos se enfatizó una perspectiva crítica sobre los procesos
sociales, políticos y económicos vigentes en nuestro país.
En este sentido, la obra sintetiza el esfuerzo de muchos colegas de universidades
nacionales y de otros países del mundo que, convocados por la iniciativa de Susana
Novick y Nadia De Cristóforis para compartir y fortalecer las redes en el campo
migratorio, se reunieron en dos largas y enriquecedoras jornadas para intercambiar sus
experiencias y producciones sobre el abordaje migratorio: políticas públicas,
asociatividades, transnacionalismo, integración regional, derechos y ciudadanía,
participación política, exilios y retornos, ciudades y territorialidades, religión, salud,
trabajo, familia, arte y literatura, identidades, representaciones y discursos,
interculturalidades, comunicación, etc., fueron algunos de los temas que desde miradas
críticas atravesaron las diferentes actividades.
Asimismo, el año que demandó la organización de las Jornadas sirvió para iniciar
y consolidar articulaciones colectivas, aunar esfuerzos, estrechar lazos, reconocernos en
nuestras propias necesidades y esperanzas.
Plasmar el inmenso caudal de conocimiento que se ha generado en nuestro país
sobre el tema migratorio, volcado durante el encuentro, y transformarlo en una obra
escrita, posibilita la trascendencia de la reunión y deja una huella específica. Sin duda
esta huella será parte del compromiso de una sociedad que quiere seguir profundizando
los procesos democráticos y que por ello debe continuar en la línea del trabajo dedicado
III
Instituto de Investigaciones Gino Germani
a no resignar los derechos adquiridos por la ciudadanía en general, y por los migrantes y
sus familias en particular.
Si bien en el Instituto de Investigaciones Gino Germani se vienen desarrollando
proyectos, investigaciones y actividades sobre las migraciones y los migrantes desde la
década de 1990, las Jornadas han significado un punto de inflexión en nuestro recorrido
institucional, aportando madurez y profundidad reflexiva, de gran relevancia e
importancia en esta etapa de regresión social.
Finalmente, agradecemos aquienes se responsabilizaron de la edición del libro, a
sus autores, a la Comisión Organizadora de las Jornadas, a los integrantes del Área de
Estudios Migratorios-quienes colaboraron de diversas formas con este emprendimiento-
, al personal del Instituto y a todos los colegas (nacionales e internacionales) por sus
valiosos aportes, su generosa participación y su confianza en nuestra labor.
Carolina Mera
Directora IIGG
IV
II. PREFACIO
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Este libro es el producto de una labor colectiva. Los investigadores que trabajamos en su
elaboración hemos tenido como objetivo difundir los resultados de un vasto y fructífero
encuentro académico realizado en Buenos Aires, el 27 y 28 de octubre de 2016, organizado
por el Instituto de Investigaciones Gino Germani, titulado: ―Jornadas. Un siglo de
migraciones en la Argentina contemporánea: 1914-2014‖.
La idea original del evento fue de Nadia De Cristóforis, quien convocó a otros colegas
del instituto para afrontar con ánimo y entusiasmo un esfuerzo de más de un año, período
durante el cual debimos avanzar e ir resolviendo las dificultades propias de un encuentro
masivo, gratuito, inclusivo, democrático, solo posible de realizar en un espacio privilegiado
como es la universidad pública. Universidad de Buenos Aires que nos permitió reunir a más
de trescientos colegas, todos interesados y estudiosos de las migraciones -internas e
internacionales- para debatir acerca de un fenómeno que inunda: las páginas de los
periódicos, los noticieros de la televisión, los discursos de los políticos en campaña, los textos
presentados en los recintos parlamentarios, los encuentros entre presidentes, las calles de
múltiples ciudades con manifestaciones masivas, etc.; interpelando y cuestionando procesos
de integración de larga data, como la Unión Europea, al perturbar valores sobre los cuales las
sociedades occidentales capitalistas han fundado su desarrollo social y económico.
Los estudios sobre la inmigración en la Argentina poseen una larga tradición en nuestro
país: sus dirigencias se han preocupado por comprender y regular dicho fenómeno
tempranamente, incluso antes de que se consolidara el Estado-nación. La elite que ideó y
construyó el país concibió a las migraciones como un elemento articulador y a la vez garante
de la estrategia sociopolítica y económica por ella formulada.
Ya durante el siglo XX, la labor del sociólogo Gino Germani contribuyó a ampliar el
interés por la temática de la inmigración, en el marco de su preocupación por discernir cómo
se había producido el proceso de modernización en la Argentina, y qué rol desempeñaron los
extranjeros dentro del mismo. En las últimas décadas del siglo pasado las investigaciones se
multiplicaron con gran rapidez, abordando grupos de diferentes procedencias, así como sus
procesos de integración en la sociedad sudamericana. En general y con interesantes
excepciones, los análisis desde las perspectivas históricas han privilegiado la etapa de la
inmigración masiva, aquella que tuvo lugar entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Las investigaciones sociológicas y antropológicas, por su parte, han logrado llamar la
atención sobre la necesidad de comprender y explicar los procesos inmigratorios más
recientes, proponiendo metodologías de indagación diferentes a las empleadas por los
historiadores.
VI
Jornadas Migraciones. Prefacio
Así, producto del propio devenir social, -dado que las huellas impresas por los
migrantes en la Argentina abarcaron y abarcan todas las dimensiones: cultural, política,
jurídica, económica, ideológica, artística, etc.-, se fue construyendo un campo de reflexión
específico y a la vez complejo. Con el paso del tiempo las investigaciones superaron las
iniciales perspectivas, transformaron sus visiones e incorporaron elementos de varios campos
de estudio. Por ello, las jornadas alentaron un diálogo interdisciplinar, que posibilitara el
intercambio entre sociólogos, antropólogos, historiadores, politólogos, juristas, demógrafos,
geógrafos, psicólogos, entre otros.
La convocatoria a la presentación de Mesas de Trabajo nos sorprendió por su diversidad
y volumen, y nos confirmó nuestra intuición acerca de la potencialidad del actual campo
migratorio en la Argentina. De algún modo los temas abordados en las Mesas representaron
un panorama actualizado acerca de qué se ha estado investigando en la Argentina en el año
2016, y cuáles han sido los interrogantes más relevantes que los estudiosos han deseado
responderse. La amplitud del campo resulta hoy casi infinita, no sólo desde un punto de vista
conceptual o metodológico (por la variedad de marcos teóricos o estrategias de indagación
desplegadas por los especialistas), sino también a nivel de los tópicos examinados. Las Mesas
de Trabajo que quedaron conformadas en las jornadas reflejaron esta riqueza, proponiendo el
abordaje de un abanico amplio de problemas: las relaciones entre los Estados, las políticas y
las prácticas migratorias; los procesos de incorporación o integración de los inmigrantes en las
sociedades de acogida; su participación política en instituciones de diverso tipo; el
asociacionismo y las sociabilidades étnicas; los procesos de segregación y xenofobia; los
patrones de asentamiento de los inmigrantes en los ámbitos de recepción; el impacto de las
guerras sobre las migraciones; la perspectiva de género en los estudios sobre los
desplazamientos humanos; las expresiones culturales desarrolladas por los migrantes en sus
espacios de destino, entre muchos otros. Las Mesas de Trabajo fueron asimismo pequeños
―laboratorios‖ de la interdisciplinariedad, desde el momento en que fomentaron la interacción
de expositores y comentaristas formados en distintas disciplinas, portadores de tradiciones
académicas e institucionales muy disímiles.
El presupuesto histórico que fundamentó el marco temporal propuesto para las jornadas
-1914 a 2014- estuvo ligado al cambio que supuso la Primera Guerra Mundial con respecto al
desenvolvimiento de las corrientes hacia la América austral, y al impacto de esta gran
contienda que configuró un nuevo contexto para el desarrollo de las políticas y prácticas
migratorias a nivel internacional y local. Sabido es que la etapa iniciada con la Gran Guerra
involucró la presencia de ciclos inmigratorios sujetos a las tensiones y confrontaciones de las
VII
Instituto de Investigaciones Gino Germani
políticas mundiales, regionales y nacionales. La inmigración europea experimentó diversas
fases de crecimiento y declinación, disminuyendo notablemente hacia fines de la década de
1960, mientras que los flujos de países limítrofes, asiáticos y africanos alcanzaron en las
últimas décadas una notoria visibilidad. El siglo de inmigración en la Argentina iniciado a
partir del quiebre que supuso la Primera Guerra Mundial se cerró en el año 2014, cuando
nuestro país experimentaba las consecuencias de la aplicación de nuevas políticas migratorias,
basadas en el respeto de los derechos de los migrantes en un espacio de integración regional
latinoamericano.
Creemos que el siglo XX y el inicio del XXI se han caracterizado por una interesante
multiplicidad migratoria, que si bien estuvo fuertemente condicionada por las características
de las corrientes arribadas en la centuria precedente, presentó rasgos particulares que habilitan
una revisión crítica de los mismos y de sus efectos en el corto, mediano y largo plazo. Y ese
interés revisionista impregnó la convocatoria a participar en las jornadas. Convocatoria que
tuvo una amplia y positiva respuesta pues congregó a 107 coordinadores y comentaristas, 45
Mesas de Trabajo con 137 expositores, y la exposición de 37 pósters. La idea de convocar a la
presentación de pósters partió de Susana Novick, como una estrategia para incluir aquellas
iniciativas que excedían el número de ponencias a exponer en cada Mesa de Trabajo. En
efecto, la Comisión Organizadora estableció un máximo de cinco ponencias por Mesa y la
recepción de resúmenes nos mostró un mayor flujo de propuestas. Así, los coordinadores de
cada Mesa debieron evaluar los resúmenes recibidos y aceptar ponencias y pósters. Creemos
que fue una acertada decisión pues permitió a un grupo de jóvenes investigadores compartir
sus proyectos y sus hallazgos con todos los concurrentes a las jornadas. Percibir cómo los
participantes del evento tomaban café y transitaban por el pasillo de la Facultad de Ciencias
Sociales leyendo y observando con mucha atención los pósters allí expuestos nos confirma,
una vez más, la riqueza del fenómeno, la creatividad de los colegas y la necesaria difusión de
nuestras producciones.
Esta publicación se estructura en tres partes: la primera corresponde a las ponencias que
fueron aprobadas por los coordinadores de mesas y presentadas en las jornadas. No incluye el
conjunto completo de trabajos expuestos en el evento, sino solo aquellos cuyos autores
consintieron su publicación1. La segunda parte contiene los pósters que recibieron premios,
menciones y otros que fueron debidamente aceptados y exhibidos durante el encuentro.
1
Hemos respetado la heterogeneidad de estilos de las ponencias, surgida de las disímiles formaciones y
trayectorias de los autores de este libro.
VIII
Jornadas Migraciones. Prefacio
Finalmente, incorporamos el programa general con la nómina de Mesas de Trabajo, ponencias
y oradores del Acto inaugural, el Coloquio central y el Acto de cierre.
Los trabajos que se incluyen en la primera parte del libro se basan en diferentes
metodologías –cuantitativas y cualitativas-, desplegando miradas macro y micro, y abarcando
espacios de análisis nacionales e internacionales. Una de las constantes del encuentro fue el
numeroso público congregado en cada Mesa de Trabajo y los novedosos y enriquecedores
debates que allí emergieron. Y esto sucedió por varias circunstancias: nuestra preocupación
para que la convocatoria tuviera un alcance federal, al propiciar la participación de todas las
universidades nacionales ubicadas a lo largo del territorio argentino; así como la concurrencia
de colegas extranjeros que con esfuerzo propio acudieron a nuestro llamado. Y la calidad del
público reunido, todos expertos colegas que interrogaron a los autores con un conocimiento
profundo de la temática. Y el clima de libertad y amplitud en el cual se desarrollaron las
actividades, donde también se escuchó la voz de activistas sociales y militantes de los
derechos de los migrantes, cristalizando el sueño de todo investigador: que sus trabajos
lleguen a los actores sociales y sean utilizados para transformar la realidad y mejorar las
condiciones de vida cotidianas de los migrantes.
Por último, sin el apoyo del Instituto de Investigaciones Gino Germani este evento no
hubiera podido realizarse. Queremos destacar especialmente el apoyo de su directora, la Dra.
Carolina Mera, quien desde los inicios se mostró dispuesta a colaborar en todo lo necesario,
desde los mínimos detalles a las transcendentales decisiones.
Sentimos emoción de poner a disposición de todo el público, dado que la publicación es
de acceso libre y gratuito, un trabajo que pretende sintetizar un esfuerzo colectivo académico
y social, plasmando en sus páginas un momento histórico del estado de las investigaciones
migratorias en la Argentina. Creemos que configura un eslabón más en el largo proceso de
explicar, comprender, interpretar y analizar las migraciones, entendidas como un valioso
recurso que poseen los seres humanos para mejorar sus vidas, y que configura un derecho pre-
existente al derecho del Estado a regularlo. Defender el ejercicio de este derecho a migrar -
como el derecho a no migrar-, es también un compromiso de los intelectuales dedicados a su
estudio.
Nadia De Cristóforis y Susana Novick
Buenos Aires, diciembre de 2016
IX
III. PONENCIAS
Mesa 1
Los exilios y la esfera pública transnacional
en el siglo XX
Coordinadoras y comentaristas: Silvina Jensen (UNS - CONICET) y
Soledad Lastra (UNLP - CONICET).
Jornadas Migraciones. Mesa 1
Solidaridad e identidad artística transnacional.
Reflexiones sobre la experiencia de l´Association internationale de défense des artistes
victimes de la répression dans le monde (1979/1985)
Moira Cristiá2
Introducción
En julio de 1979, la directora de teatro Ariane Mnouchkine y el cineasta Claude Lelouch
brindaron una conferencia de prensa en París tras una gira por el Cono Sur. Preocupada por la
situación de los actores del grupo chileno Aleph3, quienes habían participado del Festival
Mundial de Teatro de Nancy4 en mayo de 1973, la francesa de padre ruso y madre inglesa
decidió visitar Santiago de Chile para evaluar la situación de los artistas locales. Si bien Óscar
Castro y su hermana Marieta se encontraban refugiados en Francia desde 1976, después de
pasar dos años en prisión y de la desaparición de la madre de ambos y del esposo de Marieta,
los demás actores del teatro Aleph decidieron estrenar una nueva producción colectiva el 27
de abril de 1979 en el Teatro ―La Comedia‖ de Santiago de Chile. Titulada ―Mijita Rica‖, la
obra trataba de un país imaginario, pero deslizaba indirectamente referencias a la política
chilena, con el mismo estilo cómico e irreverente que había caracterizado la producción de la
compañía. En dicha ficción, Pompeyo Enorme (―el Gran Restaurador‖) gobernaba
despóticamente su país pero intentando transmitir una imagen de armonía ante la comunidad
internacional, mientras que su contrincante, ―El Gran Disociador‖, difundía el mensaje
opuesto5.
El 4 de mayo de 1979, el Ministro del Interior chileno Sergio Fernández anunció que ―el
gobierno estudiaba los antecedentes del grupo‖ y, el viernes 18 siguiente, se suspendieron las
2
Doctora en Historia y Civilizaciones por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (EHESS).
Becaria posdoctoral del CONICET, Instituto de Investigaciones Gino Germani. E-mail: moicristia@gmail.com.
3
Grupo de teatro experimental surgido a fines de los sesenta en Santiago de Chile. Tras el festival de Nancy, una
gira por Europa y una estadía en Cuba, regresaron a su país. Aunque la dictadura instalada en septiembre había
mostrado su intransigencia respecto a la oposición, decidieron estrenar ―Al principio existía la vida‖, una obra de
creación colectiva que atacaba metafóricamente el régimen. En consecuencia, en noviembre de 1974 detuvieron
al líder del grupo Óscar Castro y a su hermana Marieta, tras lo cual su madre Julieta Ramírez y el esposo de
Marieta John Mac Leod fueron capturados y desaparecidos. Gracias a la solidaridad internacional, los hermanos
Castro fueron liberados, expulsados de Chile y recibidos en Francia en 1976. Allí fundarían un nuevo teatro
Aleph en actividad hasta nuestros días.
4
Dicho festival surgió en 1963 bajo la dirección de Jack Lang, en un clima de internacionalismo y de
experimentación. Las invitaciones se hacían por medio de representantes del festival que viajaban por distintos
continentes para conocer y seleccionar las compañías de teatro. Entre ellos, el ex-actor del Soleil y
posteriormente secretario del AIDA Jean-François Labouverie se ocupó de América Latina, por lo que recorrió
la región en 1972 (Jean-François Labouverie, entrevista, 6 de mayo de 2016).
5
Por su temática, la obra fue declarada ―antipatriótica‖ y finalmente prohibida (Piña, 2014; Pradenas, 2006: 434-
435).
3
Instituto de Investigaciones Gino Germani
funciones y los miembros del grupo fueron sometidos a investigación, por lo que se temía que
fueran arrestados, interrogados bajo tortura y/o desaparecidos. El comité internacional de
defensa de los actores del Teatro Aleph en el que se encontraba Mnouchkine6 desde su
fundación en el Festival de Nancy en 1974, convocó entonces a todos los profesionales del
espectáculo y espectadores franceses a contribuir a la presión internacional de la cúpula
militar chilena7.
Durante el viaje a Santiago, a pesar de que ninguna autoridad del nuevo régimen aceptó
recibirlos, los visitantes lograron recolectar testimonios e información, comprobando la
delicada situación de la creación artística en Chile. Tras el paso por dicho país, Ariane
Mnouchkine continuó su gira por Montevideo y Buenos Aires, en miras de relevar el estado
de los artistas en aquellos países vecinos. De hecho, antes de partir, el principal impulsor del
comité de solidaridad por Miguel Ángel Estrella, Yves Haguenauer8, le había solicitado
visitar al pianista argentino encarcelado en el penitenciario paradójicamente llamado
―Libertad‖ de Montevideo9. Finalmente, en Argentina, Mnouchkine se reunió con familiares
de desaparecidos para informarse sobre la situación local. Durante la conferencia en Francia,
ambos artistas denunciaron públicamente la existencia de una verdadera ―represión cultural‖ y
sustuvieron la necesidad de ―romper el aislamiento de los artistas latinoamericanos
manifestando su solidaridad‖ (Curzi, 1979). Aunque en algún momento dudaron de la utilidad
de su visita, expresaron que su interés sirvió de sostén anímico para los artistas e intelectuales,
imposibilitados de expresarse libremente.
Fue en esa reunión con los medios franceses en la que se presentó el proyecto de crear
una asociación que entonces llamaron ―Asociación de defensa de artistas victimas del
arbitrario y de las persecuciones en todo el mundo‖, teniendo como sede provisoria La
Cartoucherie (es decir, la antigua fábrica de armamentos de Vincennes, al Este de París,
6
Además de su nombre y el del teatro del Soleil, figuraban en dicho comité otras figuras del mundo artístico y
de la intelectualidad francesa tales como Louis Aragon, Pierre Boulez, Jacques Derrida, Maurice Duverger y
Jack Lang pero también de otros horizontes como Augusto Boal, Peter Brook, el Teatro a Comuna de Portugal,
Teatr Posdravi de Yugoslavia, Cirque Alfred de Checoslovaquia, el Teatro campesino de California y Bread and
Puppet Theatre, entre otros.
7
Se sugería enviar telegramas y cartas de protesta al Ministro del Interior con el siguiente texto: ―Profunda
consternación [del] movimiento cultural francés frente [a la] prohibición del teatro chileno Aleph. Protestamos
contra esta nueva falta a la libertad artística en Chile. Exigimos a las autoridades responsables [la] anulación
inmediata de esta medida arbitraria‖ (Anuncio del comité internacional de defensa de los actores del Teatro
Aleph de Chile, junio de 1979).
8
Antiguo ―resistente‖ de la ocupación alemana de Francia, Yves había sido prisionero del nazismo y era el padre
del pianista Jean-Louis, colega y amigo de Miguel Ángel Estrella. La esposa de Yves, Martine, también había
participado de los medios intelectuales de la resistencia francesa.
9
Carta de Yves Haguenauer a Ariane Mnouchkine, 3 de julio 1979, Archivos del Comité de Solidaridad con
Miguel Ángel Estrella, ARC 3018 (6), ―Correspondances individuelles (M-P)‖, Bibliothèque de l‘Institut
d‘Histoire du Temps Présent (IHTP), París.
4
Jornadas Migraciones. Mesa 1
ocupada por el Théâtre du Soleil desde 197010). Meses después de dicha conferencia de
prensa, en diciembre de ese año, Mnouchkine y Lelouch publicarían en el diario Le Monde su
manifiesto fundacional ―La Libertad es como una piel de zapa‖, denunciando los abusos en
distintos países y expresando su voluntad de defender la libertad de creación artística en todo
el mundo11. El objetivo era repudiar la censura y represión de la cultura donde ocurriera a
través de manifestaciones en las que el arte fuera la herramienta para la denuncia,
combatiendo la violencia con imaginación y más creación. De hecho, en uno de los
documentos de difusión de la asociación se señala como una feliz coincidencia, la cual
encarna dicha vocación, que su sigla recuerde a la ópera de Verdi de 1870. Finalmente, AIDA
se conformó en octubre de 1979 pero adoptó personalidad jurídica el 3 de diciembre de ese
año, cuando fue inscripta como asociación civil en la Prefectura de París12. Poco después, se
alquiló un local en un subsuelo de un edificio para que la misma tuviera su autonomía
respecto al teatro del Soleil13.
En esta ponencia intentaré demostrar que AIDA se constituyó como una red de
solidaridad profesional que desde distintas latitudes actuó en la esfera pública transnacional14
para ejercer presión frente a los gobiernos nacionales que censuraban la creación. Con ese fin,
analizaré en primer lugar los actores implicados, en particular en el caso de la sede
fundacional de París. En segundo lugar, estudiaré su funcionamiento internacional para,
finalmente, concentrarme en las acciones relativas a América Latina. Se cruzarán fuentes
periodísticas, documentos y testimonios orales hasta ahora reunidos pero que resultan aún
escasos para reconstruir la importante actividad solidaria dinamizada por esta asociación a
partir de comités en distintos puntos de los países centrales15.
10
Route de la Pyramide, 75012 Paris.
11
Mnouchkine, Ariane y Lelouch, Claude (21 de diciembre de 1979). ―La liberté est comme une peau de
chagrin‖, Le Monde.
12
Récépissé de la Préfecture de Paris, 03/12/1979, Archivo privado de Jean-François Labouverie.
13
6, rue de l‘Eure (sous-sol), 75014 Paris.
14
Esta categoría hace referencia a una ampliación del concepto de esfera pública de Jürgen Habermas, con la que
el teórico alemán denominaba el ámbito comunicativo donde se gesta la opinión pública, y donde ésta puede
expresarse como fuerza política ciudadana tanto en contraposición a los poderes privados como presionando al
Estado. En el mundo globalizado, las pujas de poder entre diferentes actores (nacionales y transnacionales) con
los Estados-nación se encuentran sujetos a un control ciudadano transnacional. Sobre esta transformación del
fenómeno político (Fraser et al, 2014).
15
Agradezco a Ana Longoni por sugerirme el estudio de esta asociación, y especialmente a Liliana Andreone,
quien fue la primera en abrirme los archivos de AIDA y los suyos personales, así como en brindarme contactos
de quienes fueron miembros de la asociación. Asimismo, Jean-François Labouverie aportó generosamente datos
y documentos para este trabajo.
5
Instituto de Investigaciones Gino Germani
AIDA en París, un espacio transnacional y “transartístico”
Para pensar la acción de AIDA en París es necesario considerar los actores implicados y el
contexto en el que surgió esta experiencia. Sin lugar a dudas, es fundamental considerarlo en
el marco de la trayectoria de su principal impulsora, Ariane Mnouchkine, y de la acción
política ya existente en su compañía de teatro: le Théâtre du Soleil. Si bien la actividad
creativa de la misma bajo este nombre se inició en 196416, su funcionamiento se modificó al
calor de las movilizaciones francesas de mayo del 68. En ese marco y por un tiempo, la
compañía adoptó la ―creación colectiva‖ como una manera de democratizar su ejercicio y, por
lo tanto, de transformar políticamente su producción17. Previamente, Mnouchkine había
realizado un largo viaje a Oriente, experiencia que marcó profundamente su mirada y su
estética, alimentándose e inspirándose recurrentemente de culturas de otras latitudes.
Considerando su trabajo y su compromiso político, el cual excede claramente las fronteras
nacionales, no es sorprendente que la directora de teatro se defina a sí misma como ―francesa,
europea, mundial‖ (Méreuze, 2010)18.
El Théâtre du Soleil, legalmente constituido como una cooperativa obrera19, articula
actualmente el trabajo de personas de diversos orígenes (unas veinticinco nacionalidades) y de
diferentes edades. Asimismo, la solidaridad de Ariane Mnouchkine y su repudio del
sufrimiento humano en el mundo no comienzan ni acaban con la experiencia de AIDA. Para
nombrar sólo algunas acciones significativas, Mnouchkine apoyó el movimiento campesino
de Larzac20, realizó una huelga de hambre en 1995 por la guerra en Bosnia, recibió en La
Cartoucherie a un grupo de indocumentados (sans papiers) tras su desalojo de la Iglesia
Saint-Bernard de la Chapelle al año siguiente, realizó un espectáculo sobre la opresión china
en el Tíbet (Et soudain, des nuits d‟éveil, 1997) y visitó Afganistán en plena convulsión, tras
16
Algunos de los primeros actores del Soleil ya habían trabajado bajo la dirección de Mnouchkine en la ATEP
(Association théâtrale des étudiants de Paris), un grupo de estudiantes con los cuales la directora de teatro se
inició en 1959.
17
Este procedimiento de creación no desplazó completamente a puestas más tradicionales, por lo que en la
historia de la producción del Soleil se observa una alternancia entre creaciones colectivas y obras de texto. Si
bien en muchos casos se puso en escena obras clásicas, siempre existe una impronta contemporánea, de
cuestionamiento y diálogo con las problemáticas de su actualidad.
18
A pesar de haber conocido a Ariane Mnouchkine y haberle solicitado una entrevista, no logré concretarla.
Según distintos testimonios, se trata de una personalidad esquiva mientras que se encuentra en períodos de
creación y sobre todo reacia a recordar el pasado.
19
SCOP: Société coopérative et participative. En la misma, todos los miembros reciben el mismo salario.
20
Se trató de un movimiento que entre 1971 y 1981 se opuso a la expropiación del territorio de la meseta de
Larzac, en el que se proyectaba extender un campo militar. La victoria del movimiento campesino se concretó
cuando, al asumir la presidencia, François Mitterrand decidió abandonar el proyecto.
6
Jornadas Migraciones. Mesa 1
lo cual realizó una obra de teatro y una película representando escenas sobre el exilio y la
guerra en distintos lugares del mundo21.
Más allá de esta figura estelar que presidiría la asociación en Francia, en el comité
ejecutivo –que en mayo de 1982 contaba con 32 miembros– figuran algunos actores o ex
miembros del Soleil (como Odile Cointrepas, Antoine Del Pin y Jean-François Labouverie)
así como algunas personalidades de medios teatrales y/o del cine (Cathérine de Seynes,
Patrice Chéreau), dramaturgos y/o cineastas franceses (Anne Barbey, Claude Lelouch), pero
también provenientes de otros países como el director de teatro húngaro Stefan Meldegg, el
emblemático documentalista internacionalista holandés Joris Ivens y tres argentinos: el
cineasta Fernando ―Pino‖ Solanas, el reconocido militante peronista Envar ―Cacho‖ El Kadri
(aunque por cuestiones de seguridad en algunos momentos firmaría con su apellido materno,
Manna) y su compañera, la abogada Liliana Andreone. Esta última se reunió con su pareja en
un primer momento en Madrid, adonde llegó el 22 de marzo de 1976, antes de instalarse en
París. Allí comenzó a trabajar en el Soleil, colaborando en distintas tareas pero
particularmente en las relaciones públicas del teatro, coordinación que asume hasta la
actualidad22.
Cabe aclarar que, además de la participación activa de los miembros del comité
ejecutivo, numerosas personas apoyaban la asociación tanto con la ―adhesión‖ (que implicaba
el pago de una cuota anual) como con dones puntuales o gestos de solidaridad de distinto
tipo23. La diversidad de roles estaba claramente establecida en el artículo 5 del estatuto de la
asociación, donde se diferenciaba tres tipos de miembros: los miembros benefactores, los
miembros activos y los miembros asociados. Los primeros eras las personas físicas o morales
que contribuían con un derecho de entrada de 1.000 francos (alrededor de 150 euros),
mientras que los segundos eran personas físicas presentadas por dos miembros activos que se
comprometían a participar regular y efectivamente en las actividades, además de contribuir
con al menos 100 francos al año (es decir, aproximadamente 15 euros). Finalmente, los
21
Le Dernier Caravansérail, 2003 (obra) y 2006 (película). Para ello, reunió testimonios en campos de
refugiados, principalmente en Sangatte, en Calais (Francia).
22
El Kadri había pasado varios meses en Palestina, donde escribió un libro sobre el conflicto local, antes de
instalarse en Madrid. Poco tiempo después, la pareja fue forzada a partir de España, tras el allanamiento de su
hogar y la privación de la libertad de El Kadri, sospechado por los servicios de inteligencia local. Entrevista con
Liliana Andreone, 28 de abril de 2016. Salvo precisión, todas las entrevistas se realizaron en París.
23
Debe precisarse que la cultura del asociacionismo no lucrativo se encuentra muy desarrollada en Francia,
regulada por una ley del 1ro. de julio 1901. La fácil inscripción en los registros de las Prefecturas de Policía
locales, con requisitos relativamente simples, permiten la existencia regulada de numerosísimas asociaciones de
distinto tipo (deportivo, artístico, solidario). Asimismo, las donaciones a asociaciones de bien común es una
práctica muy extendida, en buena parte gracias a que los particulares pueden deducirlas de los impuestos a las
ganancias hasta un 20 por ciento del monto imponible.
7
Instituto de Investigaciones Gino Germani
miembros asociados aportaban la misma suma que estos últimos pero sólo se comprometían
con un apoyo moral de la asociación24.
Esta diferenciación de categorías de los miembros explica que, sin figurar en el comité
ejecutivo, ciertas celebridades del mundo del espectáculo hayan colaborado también de
manera muy activa. Este es el caso del cantante italiano naturalizado francés, actor principal
de films de Costa Gavras, Yves Montand, y su esposa, la actriz y escritora alemana
descendiente de judíos polacos Simone Signoret25. Entre otras actividades, esta pareja
protagonizó una de las primeras acciones de AIDA, una obra de teatro sobre el juicio al
escritor checo Vaclav Havel en 1980 que montó Ariane Mnouchkine en París. La misma
también fue adaptada para la televisión alemana por el reconocido director de teatro y
televisión Patrice Chéreau26.
Como desarrollaremos más concretamente en la tercera parte de esta ponencia, si bien
AIDA se impulsó fuertemente por miembros del mundo del teatro, desde el inicio tenía una
ambición ―transartística‖ además de transnacional. La intención fue, desde su fundación, de
extender la participación a personas provenientes de campos diferentes del arte (teatro, cine,
música, artes plásticas) así como adoptar casos que implicaran a todo tipo de artista:
escritores, fotógrafos, actores, caricaturistas, cineastas, pintores, escultores, etc. Esta amplitud
se debe a que el objetivo fundamental era defender la libertad de expresión y creación en todo
el mundo, repudiando la censura, intimidación, prisión, tortura y, en general, la violencia de
cualquier tipo hacia la cultura, tanto de países comunistas como capitalistas.
Más allá de los individuos implicados, AIDA contaba también con la colaboración de
otras asociaciones afines, con distintas trayectorias y diferente poder político en su área de
influencia, que apoyaron sus acciones u ofrecieron ayuda de diverso tipo. Es el caso por
ejemplo de las tradicionales Ligue française pour la défense des droits de l‟homme et du
citoyen fundada en 1898, de la Cruz Roja cuyo objetivo es proteger a las víctimas de
conflictos armados o de situaciones de violencia desde 1863, del movimiento católico
internacional por la paz ―Pax Christi‖ fundado en 1945, y de La CIMADE, asociación de
solidaridad con los migrantes y refugiados creada en 1939. Asimismo prestaron asistencia
otras asociaciones más recientes como el Comité catholique contre la faim et pour le
24
Estatuto de AIDA, Archivo del AIDA, Théàtre du Soleil. Dicho documento fue elaborado por el jurista Louis
Joinet, quien ocupaba entonces el rol de experto independiente en el Comité de Derechos Humanos de la ONU
desde 1978.
25
Entre los distintos gestos de compromiso, Liliana Andreone recuerda que Simone Signoret donó a la AIDA los
derechos de autor de uno de sus libros. A su vez, Yves Montand aparece en varias fotos encabezando uno de los
reclamos que se hacían frente a la Embajada de la Argentina de París los días jueves.
26
Otra actividad en beneficio de este dramaturgo fue organizada en Aviñón durante toda la noche del 21 de julio
de 1982 (―Une nuit pour Havel‖). Vaclav Havel fue finalmente liberado en 1983.
8
Jornadas Migraciones. Mesa 1
développement (CCFD- Terre solidaire), creada en 1961 para luchar contra el hambre en el
mundo, la de defensa del derecho de asilo France Terre d‟Asile creada en 1971 y de la Acción
Cristiana para la Abolición de la Tortura (ACAT) creada en 1974.
AIDA también confluía con Amnesty International, para cuyo vigésimo aniversario en
1981 se organizó una velada, originalmente a cargo de Patrice Chéreau, pero que finalizó
siendo una lectura de textos, música y pequeñas escenas de teatro27. En lo referido a algunos
casos puntuales, también se apeló a otras asociaciones como la agrupación de escritores PEN
Club (creada en Londres en 1921 y que defiende la libre circulación de hombres e ideas) y, en
lo referido a Argentina, al CAIS (Comité argentino de Información y Solidaridad) surgido en
París a mediados de los setenta y fundado mayoritariamente por exiliados de ese país. En las
notas y actas de reuniones del comité de París se percibe rápidamente que se solicitaba
colaboración a diversas asociaciones, lo que habría sido de gran ayuda para concretar sus
acciones, apoyándose en el reconocimiento de aquellas con mayor trayectoria y en las redes
que éstas ya habían constituido.
Según los testimonios recogidos, el Soleil era entonces un ámbito de importante
compromiso colectivo, que expresaba también el clima de la sociedad francesa poco tiempo
después del 1968 (Liliana Andreone y Jean-François Labouverie, entrevistas, 6 de mayo de
2016). Tras la fuerte movilización política durante el auge de las huelgas, asambleas y
barricadas, una cierta institucionalización de la politización caracterizó los años posteriores,
para finalmente cuajar en el ascenso de la izquierda, con la elección de François Mitterrand a
la Presidencia en 198128. El compromiso político se encausaría entonces por vías más
institucionales y en acciones concretas, mientras el gobierno en el poder brindaba una mayor
escucha de las demandas sociales. Es importante recordar que el Presidente Mitterrand
nombró al fundador del Festival Mundial de Teatro de Nancy, Jack Lang, como Ministro de
Cultura, cargo que ocupó durante 10 años y que permitió el acceso a espacios de poder a
importantes figuras intelectuales de izquierda. Es por cierto significativo que un asesor de
Mitterrand desde su campaña presidencial fuera el filósofo Régis Debray, quien se había
comprometido profundamente con el castrismo desde mediados de los sesenta, siendo en gran
parte responsable de la difusión internacional de la ―Teoría del foco‖ gracias a su libro
27
Elisabeth Auclair, miembro del comité ejecutivo de París, fue el vínculo con Amnesty International. Esta
organización le confió a la AIDA la dirección artística de la velada. Se alternaron actores, cantantes, músicos y
se leyeron textos en la sala de conciertos ―le Zenith‖, en Porte de Pantin (Jean-Francois Labouverie, entrevista, 6
de mayo de 2016).
28
Se trata del primer gobierno del Partido Socialista de la V República, iniciada en 1958.
9
Instituto de Investigaciones Gino Germani
¿Revolución en la revolución? (1967)29. Este clima político en la Francia de principios de los
ochenta sería clave para la realización de gran parte de las manifestaciones más
monumentales de AIDA30.
Para organizar la actividad de la asociación, además de las reuniones semanales del
comité ejecutivo los sábados por la mañana en la que se establecían las estrategias y se
repartían las tareas, y las reuniones específicas de cada proyecto por las tardes, se contrató a
medio tiempo a un ex-miembro del Soleil, Jean-François Labouverie, para encargarse de la
correspondencia y demás gestiones administrativas. Este costo fijo para la asociación, junto
con el alquiler de su local, permitió sumar a la energía basada en el entusiasmo inicial, la
continuidad necesaria para llevar a cabo las actividades regulares en el primer tiempo.
Después de algunos años, y tras un desgaste del grupo por los roces de la misma actividad,
Labouverie se retiró de su puesto y no fue reemplazado. Este hecho debió haber contribuido al
declive de la actividad de la asociación en París, cuyas acciones se redujeron
considerablemente desde 1985, cayendo a un letargo prolongado.
Funcionamiento internacional
Además de la participación extranjera mencionada respecto a la sede París, rápidamente
surgieron AIDAs en otras ciudades francesas (Nancy, Grenoble, Aviñon, Le Mans, Dijon,
Marsella) y en diferentes países: Alemania (Múnich y Hamburgo), Holanda, Bélgica, Suiza y
Estados Unidos31. Si bien la información disponible es aún incompleta, pueden sin embargo
sacarse en limpio algunas conclusiones sobre su funcionamiento internacional. Antes que
nada, debe resaltarse que desde su creación, el internacionalismo fue central, apareciendo
tanto en su nombre y en el objetivo específico que estipulaba su preámbulo: ―defender la
libertad de expresión y de trabajo de los artistas por donde quiera que se encuentre
amenazada‖. La vocación era, por lo tanto, influir en la opinión pública de sus respectivos
países para incrementar la presión hacia los regímenes que violaban los Derechos Humanos,
actuando así en el espacio público transnacional.
29
Su participación en la guerrilla en Bolivia le costó casi 4 años de prisión, desde 1967 a 1971.
30
Entre ellos, el arquitecto asesor de Jack Lang, Christian Dupavillon, era una figura cercana de Mnouchkine, y
fue quien autorizó manifestaciones en espacios generalmente no acordados para ese tipo de actividades. También
habría sido él quien le había comentado de la existencia de la locación de La Cartoucherie cuando la compañía
buscaba un espacio de trabajo (Liliana Andreone, entrevista, 28 de abril de 2016).
31
Surgieron en ese orden, primero en Francia, poco después en Alemania y en Holanda, luego en Bélgica, más
tarde en Suiza y por último en Estados Unidos.
10
Jornadas Migraciones. Mesa 1
El objetivo de AIDA reposa, por un lado, en una tradición francesa desde la revolución
de 1789 estipulada en la divisa ―Libertad, Igualdad y Fraternidad‖, principios establecidos en
el primer artículo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de ese año.
Pero, por otro lado, la presentación de esta asociación afirma dicho carácter transnacional al
hacer referencia a dos artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
firmada en 1948 por los países miembros de las Naciones Unidas, aunque considerándolos
particularmente en relación a la labor de los artistas: el artículo 19 ―Todo individuo tiene
derecho a la libertad de opinión y de expresión, este derecho incluye el de no ser molestado a
causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión‖ y el número 9
―Nadie puede ser arbitrariamente arrestado, preso o desterrado‖.
Es interesante remarcar, con miras a profundizarlo en trabajos posteriores, que a pesar
del intenso militantismo español de esos años y la significativa presencia de exiliados
latinoamericanos en ciudades como Barcelona o Madrid, no existiera allí comités de AIDA.
Sin embargo, debe resaltarse la colaboración de exiliados argentinos que se encontraban en
España en acciones puntuales de AIDA. A modo de ejemplo, podemos mencionar las
contribuciones de los artistas Ignacio Colombres y Ricardo Carpani, ambos radicados en
Madrid, en parte movilizadas por la amistad que los unía a los miembros argentinos del
comité AIDA de París. Lo mismo podría decirse de otros destinos receptivos de exiliados
como fue el caso de México, tal vez debido a que la organización en esos contextos adoptó
otras formas y se centró en la lucha contra las dictaduras latinoamericanas.
En otros países, la asociación experimentó una vertiginosa expansión, la cual puede
explicarse en gran parte por la trayectoria del Soleil y el reconocimiento internacional de
Ariane Mnouchkine, así como por las amistades con pares de otras latitudes. Todo indicaría
que la inmediata conformación de AIDAs en otros países se debe a estos lazos profesionales y
personales preexistentes. Asimismo, fue a través de los diferentes contactos, así como por la
visibilidad que fue logrando la organización a través de sus acciones y de la prensa, que se
proponían nuevos casos para adoptar32. Además de la correspondencia y del intercambio de
información por vía postal, se realizaban encuentros internacionales cada cierto tiempo,
generalmente una vez por año, de manera de coordinar estrategias en las distintas ciudades en
las que se encontraba la asociación. Paralelamente, algunas acciones contaban con la
32
Si bien la mayoría de la correspondencia del AIDA no está aún disponible para su consulta, la observación de
los archivos del comité de solidaridad Miguel Ángel Estrella, preciosamente cuidados y conservados completos
en una misma institución (la Biblioteca del Institut d‟Histoire du Temps Présent de París), nos permiten entender
el funcionamiento de la solidaridad internacional, apoyándose de estos vínculos interpersonales.
11
Instituto de Investigaciones Gino Germani
presencia física de miembros de sus contrapartes de otras latitudes, como comprobamos en las
entrevistas y en fotografías de algunas manifestaciones.
Al observar con más detenimiento los casos de sus distintas sedes, las diferencias saltan
a la vista. Si los comités en Europa emergieron con gran energía, la correspondencia muestra
que en Estados Unidos se organizó más tardíamente y con dificultad. De hecho, su presidenta,
la actriz francesa emigrada a Estados Unidos Marianne Marcellin, consideraba a la asociación
local aún en una etapa embrionaria a principios del 1984. A pesar de haber realizado dos
performances del juicio a Vaclav Havel en Los Ángeles y en Nueva York, el comité
norteamericano se encontraba aún intentando sumar nuevos miembros para así lograr mejorar
su actividad. En la carta en la que se excusaba por su ausencia de la reunión internacional,
Marcellin esgrimía que una de las razones de la fragilidad de este grupo era que los casos
elegidos en ese momento provenían de la Unión Soviética y de China, lo que no correspondía
con la esfera de influencia de Estados Unidos. Es por ello que la presidenta de AIDA USA
manifestó allí su esperanza de que se adoptara el caso del filipino Karl Gaspar y algún caso de
América Latina, de manera de intentar revitalizar su equipo33.
En la reunión internacional de fines de mayo de 1984, se solicitó que cada AIDA
rindiera cuentas de su situación para definir conjuntamente la adopción de dos nuevos casos
(se proponían el de Karl Gaspar y el de Orhan Taylan de Turquía), discutir la relación con el
Parlamento Europeo y fijar la reunión anual de AIDA para los próximos años. La intención de
realizarla ese año en París reposaba en la posible participación de los visitantes en la actividad
programada para el día siguiente a la reunión: el estreno de la obra de teatro que reconstruía el
juicio al escritor y periodista opositor Wei Jingsheng, preso en China desde 1979. La misma
fue titulada Le faiseur du printemps (El hacedor de la primavera), haciendo referencia a lo que
se conoce como ―la primavera de Pekín‖, el movimiento de jóvenes que, entre noviembre de
1978 y 1979, exigían libertades democráticas fundamentales34.
Un año después, la actividad de algunos comités de AIDA parecía haber decaído
considerablemente. De hecho, en el congreso internacional de la asociación de los primeros
días de junio de 1985 no estuvieron representados ni Francia ni EEUU, por lo que las
presidentas de dichos comités (Ariane Mnouchkine de París y Marianne Marcellin de
Washington) enviaron cartas excusándose, alegaron encontrarse ocupadas por otros asuntos
33
Carta de Marianne Marcelin (AIDA USA) a Paul de Vries (AIDA Holanda), enviada desde Washington el 12
de enero de 1984.
34
Finalmente la obra se estrenó el 4 de junio de 1984 en el teatro Epée de Bois, situado también en La
Cartoucherie. Su director, el peruano radicado en París desde 1969 Antonio Díaz-Florian, demostró siempre una
importante solidaridad a respecto a las acciones de AIDA.
12
Jornadas Migraciones. Mesa 1
así como desilusionadas de la caída del entusiasmo a su alrededor, deseando un futuro mejor
para AIDA35. En lo que respecta a los miembros presentes, representantes de Holanda,
Bélgica, Alemania (Múnich y Hamburgo) y Suiza, informaron que la situación de sus comités
en ese entonces eran diversas. Hamburgo, por ejemplo, atravesaba una caída de participantes
y de actividad, si bien se relataron algunas acciones que se habían realizado en el último año.
En el caso de Suiza, su presidente mostró preocupación sobre la debilitada situación de su
comité y la actividad claramente decreciente en los últimos tiempos, de la misma manera que
en Francia, EEUU y Bélgica, a pesar del fuerte interés inicial. De hecho, se señaló la ausencia
de acciones desde la última reunión en junio de 1984 por falta iniciativa, si bien seguía
existiendo una centena de miembros y una reserva de fondos nada despreciable.
Sin embargo, el letargo de algunos grupos no es generalizado: en otros puntos de
Europa el dinamismo era aún importante a mediados de la década de los ochenta. Holanda,
por ejemplo, contaba con una actividad aún considerable, aunque escasearan los miembros
activos y los recursos económicos. Esta sección se ocupó de difundir su labor publicando
regularmente una gacetilla de información (newsletter) tanto en neerlandés como en inglés, en
miras de renovar el apoyo humano y económico. El caso de mayor vitalidad parecía ser el de
Múnich, donde se contaba entonces con 80 miembros, veinte de los cuales seguían
colaborando activamente. Según su representante, la situación financiera era la mejor que
habían tenido hasta entonces y el entusiasmo seguía siendo muy satisfactorio. Es interesante
notar que AIDA en esta ciudad está aún hoy activa, actualmente represando la causa del
escritor chino, militante por los Derechos Humanos y premio Nobel de la paz en 2010, Liu
Xiaobo, preso desde 2009 por ser acusado de subversión36.
Esta diversidad de situaciones debería pensarse en relación a la particularidad de la
situación local y a la dinámica interna de cada grupo, como hemos analizado en el caso de
París. Por falta de espacio, en vez de abundar sobre este tema, completaremos nuestro
panorama concentrándonos en su momento de auge, vinculado con las dictaduras en el Cono
Sur y la denuncia de la violación de los Derechos Humanos en América Latina.
35
Carta de Ariane Mnouchkine, Odile Cointrepas y Liliana Andreone (AIDA París), 23 de mayo de 1985; Carta
de Marianne Marcelin (AIDA USA), 21 de mayo de 1985.
36
Presidenta de AIDA Múnich, Adelheid Maruhn, correspondencia electrónica, mayo y junio 2016. A.I.D.A.
Bundesrepublik Deutschland e.V. (Internationale Vereinigung zur Verteidigung verfolgter Künstler überall auf
der Welt). Esta asociación cuenta con un sitio de internet con algunas informaciones sobre su trayectoria:
http://aida-menschenrechte.de/
13
Instituto de Investigaciones Gino Germani
La solidaridad con América Latina
Como lo indicamos previamente, el surgimiento de AIDA se enmarca en el repudio de las
violaciones a los Derechos Humanos de las dictaduras sudamericanas. Tampoco es un dato
menor que tres de los 32 miembros del comité ejecutivo de la sede ―fundacional‖ fueran
exiliados argentinos, lo cual fue un motor para denunciar este caso en particular y aquellos de
los países vecinos, facilitando además los vínculos con dichos países. En efecto, tras el apoyo
a los actores del Teatro Aleph, entre los primeros casos adoptados se encuentra el de Alba
González Souza: una pianista uruguaya y militante del Frente Amplio que tras del golpe de
Estado en su país de origen en 1973, se exilió en Argentina. Tras el secuestro y desaparición
de su hijo en 197637, fue en su nuevo exilio en Colombia cuando fue encarcelada el 3 de enero
de 1979. Mientras que otras organizaciones, como Amnesty International, recurrieron
principalmente al envío de cartas exigiendo su liberación y la no extradición a Uruguay –cuyo
número habría impresionado a los militares (―Alba‖, 1980)– AIDA combinó las cartas
individuales y de personalidades, con conciertos de solidaridad (en Hamburgo, Múnich, La
Haya) y una creativa manifestación: un concierto ambulante. El 19 de abril de 1980, un piano
fue trasladado sobre una plataforma con ruedas por las calles de París, desde Opéra hasta la
Embajada de Colombia, mientras que varios pianistas se turnaban para ejecutar el repertorio38.
Esta acción fue publicitada bajo el título ―Concierto para piano libre y artista prisionera‖ y fue
repetida en Aviñón unos meses más tarde39. Asimismo, se realizaron peticiones y se llevaron
a cabo acciones ante la Embajada de Colombia en París, La Haya y Bonn. Tras su liberación
en 1980 y su refugio en Francia, Alba participó activamente en las manifestaciones de
solidaridad realizadas tanto por AIDA como por otras organizaciones40.
Otro de los primeros casos latinoamericanos adoptados por AIDA fue el de Liber Forti,
hombre de teatro y anarquista argentino preso en Bolivia en julio de 1980. Tras una intensa
campaña de envío de telegramas, Forti fue liberado y recibido en París en octubre de ese
año41. Cabe también resaltar el caso de Juan Baladan Gadea, guitarrista y compositor
uruguayo prisionero en el Penitenciario ―Libertad‖ desde 1971, donde había compartido
reclusión con el pianista Miguel Ángel Estrella. En este caso, para exigir su liberación, AIDA
37
Se trata de Rafael Lezama, secuestrado en Buenos Aires el 1 de octubre de 1976.
38
Folleto de información AIDA, s/d, circa 1984.
39
Volante de información «L‘AIDA a un an», s/d, circa novembre 1980.
40
Por ejemplo, la gala en homenaje a uno de los fundadores de Tupamaros Raúl Sendic, organizada por Droits
socialistes de l‟homme realizada en el Grand Palais, el 11 de diciembre de 1980. En esta ocasión, Alba tocó el
piano por primera vez desde su liberación junto al cantante Daniel Viglietti. Invitación para los miembros del
AIDA, archivo de la AIDA, La Cartoucherie.
41
«Action urgente pour Liber Forti», AIDA, aprox. 1980.
14
Jornadas Migraciones. Mesa 1
Holanda propuso la creación de postales en su nombre que eran enviadas de manera
individual para ejercer presión y demostrar que la comunidad artística internacional lo
apoyaba.
Pero más allá de los casos particulares, es interesante mencionar una campaña más
amplia iniciada en 1981 titulada ―Cien artistas argentinos desaparecidos‖, la cual tuvo una
importante repercusión en los distintos núcleos de la asociación. Si bien ese número de
artistas eran nombrados, individualizados por sus obras y trayectorias, se aclaraba que sólo se
trataba de una muestra de la violencia que se estaba ejerciendo en ese país. Además de la
dificultad de seleccionar un caso entre tantos, la cifra redonda del título aportaba una fuerza
significativa a la campaña y podía significar más que un número concreto, transmitiendo la
idea de la magnitud de la represión ejercida. En los debates de la asociación de ese entonces
se planteó que en vez de continuar con las campañas de recolección de firmas cuyo uso
recurrente había ―devaluado‖ su impacto, debía imaginarse un proyecto de gran alcance con
una minuciosa atención estética que llegara emocionalmente al público.
Para realizarla se decidió solicitar la elaboración de 100 pinturas-banderas,
representando el número de la lista de artistas desaparecidos había confeccionada para la
ocasión, elegidos como ejemplo de la represión cultural que se sufría en Argentina.
Organizado por área de expresión, el listado de nombres y apellidos indicaba también la fecha
de desaparición, lo que permitía darle un carácter concreto a la denuncia. Aunque se dio plena
libertad a cada artista plástico participante respecto al motivo y la técnica, se solicitó que se
expresara sobre un lienzo de dos por tres metros, dispuesto como lo prefiriera el artista, de
manera horizontal o vertical (Liliana Andreone, entrevista, Buenos Aires, 25 de junio de
2016). A pesar de que la AIDA ponía a disposición las telas, acrílicos y uno de los talleres del
teatro del Soleil para elaborarlas, algunos artistas usaron sus propios materiales, siguiendo los
lineamientos señalados. Este criterio estético apuntaba a darle una unidad al conjunto de
pinturas-banderas, obras de una gran diversidad de artistas de distintos orígenes, corrientes y
trayectorias que se comprometieron con la causa.
Las pinturas se exponían gracias a un sofisticado sistema que el escenógrafo del Soleil
Guy-Claude François42 diseñó inspirándose de los dispositivos utilizados en una
manifestación de Japón. Su construcción era simple pero requería tres personas para
desplazarlas, además de cierto conocimiento de cómo manejarlas. Se trataba de dos cañas de
bambú atadas en forma de cruz, de la cual colgaba el lienzo perforado a lo largo de su
42
(1941/2014) Diseñó la escenografía del Soleil desde L'âge d'or en 1975 hasta Le Dernier Caravansérail en
2003.
15
Instituto de Investigaciones Gino Germani
extremo superior, por donde se amarraba con una cuerda. Además, una soga atada de cada
una de las dos puntas inferiores permitía que una persona de cada lado la sostuvieran
extendida. Por la calidad y cantidad del material que se utilizaría, se realizó un entrenamiento
de los colaboradores sobre el montaje del material y su desplazamiento, seguido de un ensayo
en el parque de la Cartoucherie. Siguiendo los procedimientos del teatro, cada paso había sido
reflexionado con antelación para que la manifestación ―espectacular‖43 se diera sin
inconvenientes, generando el efecto estético y emocional buscado.
La primera manifestación pública de esta campaña se llevó a cabo el 12 de septiembre
de 1981 en la ciudad de Ámsterdam. En esa primera marcha, que si bien no fue multitudinaria
fue simbólicamente fuerte, se probó el manejo de algunas de las pinturas-banderas que
desfilaron por el centro de la ciudad. Además, cien personas avanzaron en fila india vestidas
de negro, con una suerte de bolsa de arpillera en la cabeza. Al portar un cartel que indicaba
uno de los nombres de las víctimas, cada uno de los manifestantes prestaba su cuerpo para
representar a aquellos de los que se desconocía su paradero, haciendo visible la dimensión del
daño que se había intentado ocultar. Además, el desfile se realizó detrás de un camión en el
que se trasladaba una campana, a la que hacían sonar llamando a la solidaridad44. La
dimensión sonora de la marcha se completaba con algunas melodías compuestas para esta
ocasión, tocadas por ciertos músicos presentes. Más allá de esta marcha, la campaña en
Holanda también contó con la elaboración de una docena de postales con imágenes de
diferentes artistas, que servirían para demostrar la preocupación internacional por Argentina.
Además, un dibujo del reconocido artista francés Roland Topor donado para esta ocasión
sirvió de imagen icónica de esta causa, reproducida en postales y afiches que se pegaron en
distintos puntos de la ciudad (Jean-Francois Labouverie, entrevista personal, 8 de junio de
2016).
La mayor manifestación fue, sin duda, la de París del 14 de noviembre de 1981, con
participación de unas 7.000 personas. En este caso, se articuló el trabajo creativo de distintos
artistas ya que se requirió el trabajo no solamente de 100 pintores que realizaron las banderas,
sino también de un compositor que realizó una melodía que identificaría la marcha (Gilbert
Artman, el fundador de la banda llamada ―Urban sax‖), junto a un centenar de músicos que
acompañaron a los manifestantes tocando dicha pieza. También participaron fotógrafos (entre
ellos Martine Frank, la fotógrafa oficial del Soleil, y su esposo, el célebre Henry Cartier-
43
Término usado por la asociación para hacer referencia a la utilización de recursos del espectáculo en sus
manifestaciones.
44
Fotografía aérea de Gerda Van Veen, publicada en el folleto ―L‘Argentine: 100 artistes disparus‖, édition
AIDA international, 1982.
16
Jornadas Migraciones. Mesa 1
Bresson), así como cineastas (Fernando Solanas45 y Anne Barbey46) quienes filmaron la
experiencia.
Si cada detalle había sido reflexionado en su sentido estético, el itinerario se estudió de
la manera que se organiza el rodaje de una película, buscando las locaciones ideales para
establecer el relato visual. Es por ello que la marcha comenzó en el Panteón, descendió la rue
Soufflot (calle que traza una diagonal desde dicho monumento hasta la rue Saint Michel y los
jardines de Luxemburgo), luego atravesaron el Sena por el Pont Neuf, cruzando por la punta
de la isla de la Cité, recorrieron los jardines de Tullerías a lo largo hasta llegar a la última
fuente antes de alcanzar la Concorde47. Por la dificultad del traslado del material y por el peso
diferente que tenían las banderas, se establecieron grupos, algunos de los cuales hicieron todo
el recorrido y otros que se fueron sumando a lo largo del itinerario. Una vez alcanzado el
destino final, todas las banderas desfilaron rodeando la fuente para culminar ubicándose en
dos niveles detrás del escenario preparado para la ocasión. Allí se encontraba Alba González
Souza tocando el bandoneón, tras lo cual los saxofonistas repitieron la melodía de la marcha
y, finalmente, se leyeron cada uno de los 100 nombres de los artistas seguido de la pregunta
del público: ―¿Dónde están?‖48.
Esta campaña también repercutió en otras ciudades como Dijon y Ginebra, además de
conciertos en esta última ciudad, en Múnich y en Colonia49. En la capital suiza, se realizaron
una serie de actividades, comenzando el 25 de marzo de 1982 con una exposición en la Iglesia
Sagrado Corazón, en el centro de la ciudad. La misma reunía obras de artistas de todo el
mundo ya presentadas en Ámsterdam junto a otras de Ricardo Carpani, Hugo Pereyra y Pedro
Pont Vergés. Luego del concierto del grupo ―I Vitelloni‖, se proyectó la película de
Raymundo Gleyzer La revolución congelada (1971). Al día siguiente, la secretaria de la
AIDA, la actriz Hélène Friedli, presentó una carpeta en la Embajada de Argentina exigiendo
45
Solanas integró parte de estas imágenes en su película El exilio de Gardel (1985. Argentina/Francia, 118‘),
junto con otras en las que reconstruyó el evento con los actores del film, amigos y familiares como figurantes
(entre ellos su hija, Victoria, así como el cineasta Gaspar Noé, hijo del artista plástico Luis Felipe Noé, exiliados
en Francia).
46
Esta dramaturga y directora de teatro, elaboró un documental de 11 minutos sobre la experiencia que se titula
―¿Dónde están?‖, disponible en la Biblioteca Nacional de Francia, en París. Este documento tenía aparentemente
solo una función de registro y no habría sido difundido por ningún circuito. Anne Barbey, entrevista telefónica, 6
de junio de 2016.
47
El recorrido fue pautado teniendo en cuenta la dimensión estética del evento, solicitando la autorización en
Prefectura. Entrevista telefónica con Antoine Del Pin, 9 de junio de 2016.
48
Algunos testimonios cuentan la gran emoción provocada por la belleza estética y el trabajo conjunto, como lo
relata María Teresa Costantín (María Bagnat, Videoinstalación ―Memorias del exilio‖, Argentina, 2014,
disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=8h2oNWj2rVo).
49
En Washington, en febrero de 1982, se presentó una suerte de reunión-manifestación en el hogar de una pareja
de miembros del AIDA local (Cynthia y David Birnbaum, artista y abogado respectivamente), presentando la
lista de los 100 artistas desaparecidos en la escalera de entrada y una serie de obras de arte contemporáneo en el
living de la casa. Hall, Carla (12 de febrero de 1982). ―Artist &‖, Washington Post.
17
Instituto de Investigaciones Gino Germani
información sobre los 100 artistas desaparecidos50. Finalmente, el sábado 27, se realizó una
marcha con algunas de las pinturas de París, otras elaboradas por artistas suizos y con la
participación de cien personas con máscaras blancas que portaban carteles con los nombres,
profesión y fecha de desaparición de los 100 artistas. Entre los manifestantes también
figuraban músicos y jóvenes con grandes racimos de globos verdes, además de celebridades
como el director de cine Alain Tanner, el guitarrista clásico Alejandro Herrera, la pianista
argentina Martha Argerich y el chipriota Nicolas Economou51.
Según los testimonios recogidos, algunas de las pinturas realizadas durante esta
campaña habrían sido vendidas para recaudar fondos para la causa (Odile Cointrepas,
entrevista, 7 de junio de 2016), mientras que otras fueron enviadas a Argentina con la
delegación francesa que asistió al traspaso de mando a las autoridades democráticas en
diciembre de 1983. Aún desconocemos el uso que se le dio en el nuevo destino y, en
particular, su actual paradero.
Conclusión
Tras este recorrido podemos preguntarnos: ¿Por qué esta asociación adoptaba únicamente
casos de artistas? ¿Acaso se consideraba estas vidas más valiosas que otras? Esta crítica era
seguramente realizada a menudo, por lo cual la misma asociación se encargó de justificar esta
elección, alegando la imposibilidad de abordar todos los casos de violaciones de Derechos
Humanos en el mundo. Asimismo, AIDA aseguraba que su acción se extendía indirectamente
a las otras víctimas, al denunciar a los regímenes victimarios52. Sin embargo, podemos
agregar a estas justificaciones un argumento surgido del testimonio de una de los miembros
fundadores del CAIS, una psicoanalista francesa que se había instalado en Argentina tras
conocer a Norman Briski y casarse con él. Luego de participar de las experiencias de Teatro
Octubre y de acercarse al movimiento Montoneros, Marie-Pascale Chevance Bertin se vio
obligada a exiliarse con su marido en varios países latinoamericanos antes de instalarse en
París y, posteriormente, en Madrid. Según su relato, los militantes que se congregaron en el
CAIS a mediados de los setenta rápidamente entendieron que para tener mayor efectividad en
50
El Embajador aceptó recibir a una sola persona, y fue ésta la que entregó la carpeta con todas las precisiones
reunidas sobre las desapariciones exigiendo al Embajador respuestas al pedido de que aparecieran con vida. Se
señala que se intentó la misma acción en La Haya, pero que el portero de la Embajada se negó a atenderlos, por
lo que procedieron a pegar la documentación con cinta adhesiva en la puerta. En el caso de París, el portero de la
Embajada la recibió de las manos de Simone Signoret.
51
Documento ―Manifestación de la AIDA en Suiza‖, s/d, 1982.
52
Los testimonios confirman que se recibían cartas solicitando ayuda sobre personas que no eran artistas, a las
que se respondía poniéndolos en contacto con la/s asociación/nes que podrían ayudarlos.
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Jornadas Migraciones. Mesa 1
las acciones de denuncia por los desaparecidos, era necesario confeccionar listas según la
profesión de las víctimas, de manera de poder solicitar la solidaridad de pares locales,
organizados naturalmente en asociaciones, gremios o sindicatos profesionales (Marie-Pascale
Chevance Bertin, entrevista, 5 de mayo de 2016)53. AIDA se inserta en esa misma lógica, ya
que se apoyaba en una sensibilidad compartida, en lazos profesionales existentes y en la
identificación de los agentes con las víctimas de los abusos. Asimismo, AIDA aprovechaba de
la visibilidad, reconocimiento público y recursos simbólicos que los artistas disponían para
actuar por dichas causas.
Dos años después de la ausencia de la representación de París en la reunión
internacional de 1985, una carta firmada por su comité ejecutivo fue enviada a todos los
adherentes de la asociación renunciando a sus cargos pero ofreciendo los fondos y toda la
documentación existente a quienes quisieran continuar con la tarea. Tras la falta de respuesta,
AIDA París continuó su letargo hasta que un nuevo soplo de vida surgió a fines de 1994
cuando la fragilidad de los artistas argelinos volvió a convocarlos. No obstante, esta
refundación le otorgó a AIDA un espíritu esencialmente diferente. En esta nueva etapa no se
trataría ya de organizar actividades creativas sino de colaborar a resolver concretamente casos
particulares, gestionando los trámites necesarios para atribuirles el carácter de refugiado,
asistirlos para encontrar alojamiento e insertarse en la vida profesional en Francia. Esta
―resurrección‖ se anunció con un comunicado publicado en una página completa de Le Monde
en marzo de 1995, estableciendo sus argumentos, firmado por importantes figuras del Arte y
las Ciencias del momento (Mnouchkine et al., 1995). A pesar de que su acción fue importante
y se sostuvo por unos años, no se institucionalizó a largo plazo como hemos observado en el
caso de Múnich.
En el recorrido realizado en esta ponencia, hemos podido evaluar que la acción de
AIDA apuntó a tomar posición respecto a conflictos en distintos países del mundo, actuando
en la esfera pública transnacional a partir de una estrategia conjunta de comités en distintas
ciudades europeas y norteamericanas. A pesar de su fundación en Francia, hemos señalado su
pronta expansión gracias a las redes profesionales y personales, inscribiéndose en realidades y
coyunturas particulares de dichos países, lo que merecería una mayor profundización en
trabajos futuros. Se trata por lo tanto de un fenómeno de ―historias conectadas‖, puesto que se
ponen en evidencia los efectos de los flujos, transferencias e interacciones entre artistas e
intelectuales de distintas latitudes. Este ángulo de análisis, ampliamente debatido y en pleno
53
Ver también testimonio filmado disponible en línea en Archives visuelles:
http://www.archivesaudiovisuelles.fr/FR/_video.asp?id=1790&ress=6715&video=134261&format=68
19
Instituto de Investigaciones Gino Germani
auge en la historiografía actual (Douki y Minard 2007; Gruzinski, 2001; Levitt y Khagram
2008), se ocupa de los campos de influencia recíproca, fenómeno que hemos intentado
estudiar en este caso. Para lograr el objetivo de la asociación, la circulación de información y
actores fue fundamental, así como la elaboración colectiva de manifestaciones creativas que
implicaban una diversidad de artistas, aún difiriendo en criterios estéticos, subsumidos a la
causa política adoptada: la defensa de los Derechos Humanos y en particular de la libertad de
expresión y creación en todo el mundo. Se trata por lo tanto de un fenómeno transnacional y
―transartístico‖, nacido en una ciudad ―faro‖ de las artes –París– y en un campo cultural en el
que confluían sujetos de distintos horizontes.
Bibliografía
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Piña, Juan Andrés (2014). Historia del teatro en Chile. 1941-1990. Santiago: Ed. Taurus.
Pradenas, Luis (2006). Teatro en Chile: huellas y trayectorias. Siglo XVI – XX. Santiago:
LOM.
20
Mesa 3
Las migraciones y sus expresiones en la
literatura, el cine, el teatro, etc.
Coordinadoras y comentaristas: Susana Novick (IIGG - CONICET –
UBA) y Susana Sel (IIGG – UBA – UNA – FLACSO Ecuador).
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Espacios y lugares de la inmigración italiana en la literatura argentina. Utopías y
distopías de un gran relato polifónico
Fernanda Elisa Bravo Herrera54
Premisas semióticas sobre los desplazamientos y los espacios
El fenómeno de la e(in)migración, comprendido en su múltiple conformación, se define
principalmente por el desplazamiento territorial, cultural, lingüístico e identitario,
configurando en este movimiento, no siempre lineal ni unidireccional, una serie compleja de
transformaciones y tensiones que no se resuelven dialécticamente, en cuanto pueden continuar
reproduciendo contradicciones y fragmentando las representaciones. Se trata, entonces, de un
fenómeno que requiere atender las múltiples y diversas cuestiones que lo modelizan, algunas
de las cuales determinan la naturaleza, a veces paradójica, del proceso e(in)migratorio en
cuanto implican desvíos, asentamientos en las diferencias y en los pliegues culturales, una
duplicidad que puede multiplicarse poliédricamente. Abordar la cuestión migratoria y los
espacios que la signan significa aproximarse a la problemática del Otro, al diálogo entre la
alteridad, la identidad y la mismidad y la comprensión de estas cuestiones desde los lugares
de pertenencia o de extrañamiento. Podría decirse que el espacio del cruce cultural que se
produce a través del fenómeno de la ―e(in)migración‖ resulta necesariamente una frontera,
una orilla lábil, con sus divergencias, inestabilidades, disonancias y desacuerdos, una brecha
con sus particulares narrativas y ―contranarrativas‖ (Bravo Herrera, 2002). Por ello, el espacio
y los lugares que acompañan el discurso alrededor de la e(in)migración devienen
representación de los horizontes simbólico-ideológicos que interpelan y modelizan el proceso
identitario con sus múltiples desplazamientos, escenario de los mecanismos de
reacomodamiento y conservación, sujeto y objeto de la palabra que colabora, impulsa o crea
obstáculos, núcleo semántico e ideológico del imaginario colectivo y de los proyectos
políticos tendientes a la construcción de las nacionalidades y mitos. Se trata, entonces, de una
cuestión medular vinculada con la definición de identidades, naciones-Estados, historias,
signados por el desplazamiento de la e(in)migración y declinados en función de perspectivas
ideológicas que pueden contradecirse o colaborar en la (re)formulación de las ―tradiciones‖ y
54
Doctora en Literatura Comparada y Traducción del Texto Literario por la Università degli Studi di Siena.
Investigadora Adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) - Instituto de
Literatura Argentina ―Ricardo Rojas‖ (ILAR) - Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires. E-
mail: fernandabravoherrera@homail.com; fernandabravoherrera@conicet.gov.ar.
22
Jornada Migraciones. Mesa 3
mitologías que sustentan la autonomía histórica de una sociedad, de una comunidad, de un
Estado-Nación. Los relatos que explican y sostienen una versión del desplazamiento
migratorio se configuran como condensaciones semánticas, míticas, simbólicas y metonímicas
que dan cuenta de un proceso de apropiación y pérdida, de transformación y cristalización de
diferentes espacios y lugares en los cuales se instauran modalidades identitarias. Es, pues, una
compleja red de construcción de relaciones que interesan la temporalidad, la espacialidad, lo
social-comunitario y la identidad –comprendida también como espacio de configuración de
subjetividades– estratificada en función de estos parámetros. El fenómeno de la
e(in)migración es, a partir de estas premisas, un desplazamiento múltiple, complejo,
heterogéneo y contradictorio que transforma el ser-en-el-mundo, es decir, al sujeto en un
espacio posicional y significativo, en su relación con otros sujetos, con el devenir histórico,
con su propio recorrido y subjetividad. Es, por esto mismo, un ―espacio‖ simbólico de
coyunturas y bisagras, de fronteras y devenires, desviaciones, consolidaciones y remociones,
una organización cultural susceptible de transformarse progresivamente según los cambios
que signen el desplazamiento. Es importante considerar que las relaciones que establece el
sujeto con los espacios a través de los desplazamientos e(in)migratorios conlleva la
construcción de una semiótica del mundo necesaria para sostener un relato, un discurso, y
para la construcción de la temporalidad y del trascendental histórico común.
Como ha sido ya señalado, el tiempo constituye una categoría necesaria vinculada con
el espacio, no solamente en la comprensión y realización de desplazamientos e(in)migratorios,
sino en la conformación de relatos y narraciones. La vinculación necesaria entre tiempo y
espacio indica que ambos son categorías fundantes de la narración, elementos que se
autodefinen en sus relaciones recíprocas, pues, como lo explica la sociocrítica bajtiniana, ―los
elementos de tiempo se revelan en el espacio, y el espacio es entendido y medido a través del
tiempo‖ (Bajtin, 1989: 238), conformando así un todo concreto y pleno de sentido. Las
narraciones, inscriptas o no en lo literario, que relatan y explican hechos y procesos
vinculados con desplazamientos migratorios, definen el ideologema de la e(in)migración en
las dinámicas identitarias que se establecen en las relaciones dialógicas y dialécticas con (y
en) los espacios, con (y en) lo temporal, signando los itinerarios, las transformaciones y las
continuidades de las subjetividades y de la memoria, las dinámicas de la extrañeidad y la
extraterritorialidad. El espacio, en cuanto categoría narrativa y semiótica, es, pues, anclaje de
la palabra y del discurso, por una parte, y escenario fundacional de un conflicto, por otra, es
decir, horizonte de (con)formación socio-histórica de sujetos y narraciones que se discursiviza
ideológicamente.
23
Instituto de Investigaciones Gino Germani
La propuesta de este trabajo es delinear una provisoria cartografía de los espacios y de
los lugares que se vinculan con la inmigración italiana en un corpus de textos literarios
argentinos, que comprende diferentes géneros, atendiendo la ―narración‖ o ―relato‖ del
desplazamiento. Se espera, a partir de esta –mínima– cartografía, abordar un corpus, complejo
por su heterogeneidad discursiva, literaria e ideológica, desde la conformación de una
categoría fundamental en la comprensión del desplazamiento migratorio y en la configuración
cronotópica del relato. El corpus literario comprende, como ya ha sido señalado, una
heterogeneidad compleja de textos, algunos de los cuales se incluyen en el canon y otros, en
cambio, permanecen en la periferia por distintos factores historiográficos y críticos. En esta
instancia se considerarán algunos de los textos más significativos, en los cuales se declinan
diferentes interpelaciones ideológicas, producciones pertenecientes a varias regiones
argentinas con diversas (re)configuraciones identitarias, a fin de conformar un mapa más
completo de las representaciones literarias de la inmigración italiana en la Argentina. Esto
permite, además de trazar un escenario amplio de las producciones literarias vinculadas con
estas problemáticas, abordar textos en donde los lugares y espacios, comprendidos en su
dimensión física y geográfica, sean más variados y no solamente limitados a lo urbano,
metropolitano. Esta diversidad contribuye al reconocimiento de diferentes realidades socio-
culturales que conforman el amplio y complejo espacio cultural y literario argentino,
atendiendo en las ―regiones‖ las varias lecturas ideológicas y socioculturales que se inscriben
y producen. El trazado de un mapa que incluye producciones no-metropolitanas, además de
permitir el abordaje de la inmigración atendiendo diferentes realidades geográficas e
histórico-culturales, contribuye a replantear historiográficamente el sistema literario
argentino, revisando el canon, los centros y los márgenes. Esto, a su vez, ayuda a incluir en el
corpus argentino la heterogeneidad productiva de otras regiones, no solamente de la
rioplatense, que se encuentran en diálogo con la metrópolis y con macro-regiones
supranacionales, que enriquecen el espacio cultural y literario argentino. De esta manera, los
espacios socio-históricos y culturales se estratifican, respondiendo, por una parte, a las
políticas de unificación y homogeneización en función de un canon, y, por otra parte, a los
procesos dialógicos de la historia más allá de las fronteras nacionales. La atención se centra,
entonces, en producciones pertenecientes a las provincias, desplazadas de un centro
hegemónico, de tal modo que, siguiendo la propuesta de Palermo (1991), ―la incorporación de
estas escrituras de los intersticios y de las hendiduras, en relación con la problemática de la
configuración de los espacios y de los tiempos de formación de identidades colectivas supone
una ruptura del axioma hegemónico de pertenencia construido desde una centralidad, en la
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Jornada Migraciones. Mesa 3
heterogeneidad de narrativas y ‗contranarrativas‘ alrededor de la construcción de la
nacionalidad argentina‖ (Bravo Herrera, 2013: 119).
Tierras ajenas y fronteras del Estado-Nación
En el Martín Fierro, de José Hernández, el conflicto entre el gaucho y el gringo
encuentra su escenario en el espacio del ―desierto‖, de la ―frontera‖, durante el proceso de
organización del Estado-Nación. Se plantea, entonces, la conflictividad socio-cultural en un
espacio de construcción (geo)política, de definición de límites y, sobre todo, de exclusiones,
en el que las oposiciones se dan entre diferentes grupos, marginales y marginados, que
representan distintos proyectos de identidad nacional. El conflicto entre gauchos y gringos o
inmigrantes se suma al enfrentamiento desde la metrópolis con la ―barbarie‖, representada por
el componente indígena, que es combatido y rechazado, cuando no ignorado, por ejemplo, al
comprender a esos territorios habitados por estas comunidades como ―desiertos‖. En el Canto
V de la Primera parte del Martín Fierro el gaucho narra el malentendido lingüístico con un
gringo en un fortín de la frontera, es decir, en un espacio militar, en la pampa, definido como
una ―ratonera / en que sólo gana el juerte‖ (Hernández, 1986: 142). Es determinante en la
configuración de las relaciones la violencia como fuerza que define los roles y las jerarquías.
La preeminencia del gaucho en la pampa, es decir, en el ámbito rural, es deconstruida en el
proyecto nacional con la incorporación de la masa de inmigrantes a través de los programas
de colonización impuestos desde el gobierno a través de la legislación, especialmente la ley de
Inmigración y Colonización N° 817, promulgada en 1876 durante el gobierno de Nicolás
Avellaneda. Es importante señalar que esta ley no alcanzó sus fines, es decir, no permitió el
asentamiento de colonos como establecía, puesto que degeneró en la práctica en una serie de
adjudicaciones escandalosas, marcadas por el despilfarro, el favoritismo y ―una
importantísima parte del suelo argentino pasó a ser del dominio privado de capitalistas
europeos, o del dominio de sociedades anónimas ramificadas en la banca, compañías de
colonización, industria harinera, etc. y en los resortes de la fijación de precios de cereales‖
(Gori, 2002: 33). El asentamiento de familias campesinas constituidas por inmigrantes,
especialmente en la zona de la ―pampa gringa‖ implicó la fundación de colonias agrícolas que
devinieron posteriormente en ciudades. El espacio cambió en función de un proyecto político
que significaba, por una parte, la incorporación de comunidades agrícolas de origen extranjero
y, por otra parte, la exclusión de un sector, es decir que la reconfiguración del espacio condujo
a una modificación del componente demográfico y de los medios de producción económica.
25
Instituto de Investigaciones Gino Germani
La fundación de una colonia, atendiendo las leyes de inmigración y colonización, fue un gesto
de dominio sobre el territorio y de apropiación del espacio en cuanto las familias fundadoras
―araron, sembraron y además, después de 1860 edificaron sus propias nuevas viviendas sin
intervención oficial, plantaron árboles, alambraron, apacentaron y multiplicaron sus ganados,
ejercieron otros oficios‖ (Gori, 1974: 7-8)
Regresando a la anécdota de Martín Fierro en el fortín, las estilizaciones del lenguaje
gauchesco y el cocoliche, las representaciones de la oralidad de dos grupos lejanos de la
escritura, señalan la distancia lingüística del gaucho y del gringo, las diferencias desplazadas
en los márgenes del territorio del estado, porque resisten a su incorporación y
homogeneización. El contraste de estos dos grupos, sin embargo, se ofrece como resistencia a
otro elemento que potencialmente podría disgregar el proyecto nacional en tanto representa la
barbarie, en el imaginario de la Generación del 80 de construcción del Estado-Nación, que es
el de los indígenas. Su inclusión en el tejido social, entonces, no es más que una
instrumentalización para incorporar un territorio que se vivencia como ajeno o factible a ser
perdido. La violencia es, pues, la fuerza fundante de un territorio nacional y de sus límites,
textualizada en ese choque entre un gaucho y un gringo, con la derrota final, por punición, del
primero, desplazado aún más en el proyecto de construcción del Estado. Se trata, entonces, de
una crítica a una política estatal, que marca un vacío en lo socio-cultural al privilegiarse un
componente extraño, exótico a los ojos del gaucho. La alteridad no se resuelve en el encuentro
dialógico, puesto que es imposible el encuentro lingüístico, y las distancias culturales
acentúan el extrañamiento y las conflictividades. La imposición, por parte del gobierno, de
una convivencia entre grupos diferentes y antagónicos, en pos de un proyecto político, se
configura asimismo como una violencia, pues no se realiza una integración sino una
constricción en la que el Estado actúa como sujeto de poder. Los mecanismos de inclusión, en
la frontera, para incorporar la inmigración en el tejido social, se revelan, en el relato de Fierro
como contradictorios, ya que actúan como expulsores del grupo gauchesco. El espacio de la
pampa, de la frontera, del desierto es objeto de contienda entre gauchos, indígenas e
inmigrantes, y por sobre estas fuerzas el Estado opera como Sujeto detentor y aparato de
poder. Es, además, un desplazamiento de sistemas económicos y de modelos culturales, a
partir de la relación de los sujetos con la tierra y con el mismo Estado. La distancia, que
señala Fierro, entre las competencias del gaucho y del gringo, en relación con el trabajo rural,
evidencia dos cuestiones importantes en este conflicto: por una parte, las diferencias de
perspectivas frente al espacio y las actividades que se desarrollan en el mismo, es decir, el
imaginario social construido dialógicamente con el territorio y el paisaje, y, por otra parte, dos
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Jornada Migraciones. Mesa 3
modalidades contrapuestas de desarrollo económico a partir de la relación tríada entre Estado-
sujeto-territorio. Se representa un pasaje, un cambio, un tiempo de bisagra en la constitución
no solamente del Estado sino también del modelo de ciudadano que se procura incorporar al
proyecto de Nación. El cuestionamiento a la política estatal que favorece la inmigración y de
la colonización en la pampa se explicita en la crítica a la falta de competencias de los gringos
frente a las habilidades de los gauchos, en tareas específicas de un modo de sobrevivencia en
ese territorio. Así, en los versos que dicen ―Yo no sé por qué el Gobierno / nos manda aquí a
la frontera / Gringada que ni siquiera / Se sabe atracar a un pingo. / ¡Si creerá al mandar un
gringo / Que nos manda alguna fiera!‖ (Hernández, 1986: 144) se visualiza un cambio de
organización del territorio por parte del gobierno nacional. El imaginario del desierto, de la
frontera, de la llanura, del campo con su cartografía nómade y libre, militarizada en la lucha
contra los malones, frágil y precaria en sus construcciones, ranchos y fortines o pueblos
azotados por los ataques indígenas, sin delimitación de propiedades y sin impronta agrícola,
signada fundamentalmente por el movimiento, la barbarie y el primitivismo cede ante el
proyecto de poblamiento del territorio con ―gringada‖, diferente del gauchaje. El espacio se
vacía, ―llenándose‖ con nuevos sujetos, en función de un programa de civilización, quedando
sólo la voz del gaucho que desaparece en el horizonte adquiriendo espesor literario y
ficcional. La criminalización del gaucho señala la desaparición de un proyecto político y de
un sujeto cultural, expulsado de su propio territorio en esa frontera que manifiesta en la
misma superficie los contrastes y violencias del Estado. La cartografía libre y nómade del
desplazamiento a caballo, ―en que el paisano vivía‖ (Hernández, 1986: 123), viene sustituida
por el avance de la frontera tal como expone el mismo Fierro, bajo la impronta de la
colonización impulsada por el Estado y la conformación de latifundios:
Hablaban de hacerse ricos
Con campos en las fronteras;
De sacarla más ajuera
Donde había campo baldidos
Y llevar a los partidos
Gente que la defendiera.
Todos se güelven proyectos
De colonias y carriles,
Y tirar la plata a miles
En los gringos enganchaos,
Mientras al pobre soldao
Le pelan la chaucha ¡ah viles!
Pero si siguen las cosas
Como van hasta el presente,
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
Puede ser que redepente
Veamos el campo desierto
Y blanquiando solamente
los güesos de los que han muerto. (Hernández, 1986: 180)
Este pasaje indica, desde la mirada estilizada de un gaucho, lo que Basterra definió en
1903 como el ―crepúsculo de los gauchos‖ (2005) y lo que Gori, en sus numerosos ensayos,
explicó como el proceso de colonización agrícola en la Argentina. Justamente, en La pampa
sin gaucho Gori (1986) detalla las transformaciones que se registraron en el territorio
argentino, sea en la modelización del paisaje como en la apropiación del espacio, a partir de la
colonización con el aporte inmigratorio, atendiendo especialmente el territorio que Greca
(1936) denominó ―la pampa gringa‖. Estos cambios implicaron la fundación de estancias y
campos, cercando la tierra, aunque, más allá de la representación literaria que ofreció
Hernández, ―criollos y gringos sin tierra estaban económicamente en un pie de igualdad, con
la ventaja para los inmigrantes de no haber sufrido como los criollos campesinos, la secuela
de nuestro régimen político y social, y eran capaces de organizar una economía individual
distinta‖ (Gori, 1986: 14). El contraste entre gauchos e inmigrantes en el espacio de la pampa
es un núcleo fundamental en la producción literaria y ensayística en la Argentina y conforma
una problemática sin resolver en el imaginario colectivo y nacional que define una identidad
contradictoria y en conflicto. Son sujetos culturales y fuerzas que pugnan en el espacio
argentino, de tal forma que la pampa, la frontera, el desierto, la llanura son representaciones
metonímicas de la Argentina. La colonización de las tierras por parte de inmigrantes y el
desplazamiento del gaucho son, sin embargo, una explicación parcial de la realidad político-
social, puesto que el territorio que se despojó a los indígenas y a los gauchos no se destinó a
las colonias de inmigrantes. El espacio evidencia la realización de un proyecto económico en
el que se constituyeron latifundios, al concentrarse la propiedad de las tierras en pocas
familias. Las tierras –el desierto (Gori, 1999)–, a la llegada de los colonos, ya tenían dueños,
repartidas ―entre especuladores, amigos de los gobiernos, empresas, militares y en el reparto
no entran los inmigrantes (así como Martín Fierro no entraba en la lista de pagos de sueldos)‖
(Carlino, 1976: 169). Esto significó que después de un ―breve período de colonización […] la
colonización en Argentina fue una aspiración frustrada, puesto que se tergiversó el sistema
conservándose el nombre de ‗colonias‘ aplicado a latifundios que, subdivididos, eran
arrendados a inmigrantes o a argentinos sin tierra‖ (Gori: 2002: 18).
Otra perspectiva crítica a la colonización se encuentra en Vida de muertos de Ignacio
Anzoátegui, publicada en 1934, dirigida a señalar desde una posición antiliberal, apoyada en
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Jornada Migraciones. Mesa 3
el revisionismo histórico, la defensa del hispanismo y el nacionalismo católico, las falencias
del proyecto impulsado por la ley de Avellaneda que reconfiguró el espacio nacional y sus
territorios. Con respecto a los italianos indica que su llegada al país no implicó una
(re)fundación del territorio nacional desmontando así tanto el principio de Alberdi relativo al
vínculo entre gobernar y poblar como la política a favor de la inmigración llevada a cabo por
Sarmiento. El espacio ocupado por los inmigrantes no es, según Anzoátegui (1934), el del
―desierto‖ que tenía que poblarse, sino el de las ciudades, creando así las periferias urbanas y
la marginalización metropolitana. Esta lectura coincide con la descripción socio-cultural y
política de los espacios porteños vinculados con el arrabal, el sainete y el tango que
determinan, a su vez, la creación de otros sujetos culturales, inscriptos también en la
literatura, como los italianos acriollados, el orillero, los compadritos, los malevos, entre otros,
signados por las olas inmigratorias en el centro metropolitano y en el arrabal porteño
(Casadevall, 1968). Sobre este proceso de desplazamiento inmigratorio y el asentamiento de
los italianos en las ciudades –en Buenos Aires especialmente– Anzoátegui (2005) compara a
los inmigrantes con los gorriones, por su presencia visualizada como una invasión, una plaga,
y porque se ha tergiversado la causa de su presencia en el territorio, en cuanto Sarmiento los
había traído ―para que limpiaran de bichos los sembrados, pero ellos se apoderaron de la
administración del aire y en poco tiempo desalojaron de pájaros el país y devastaron los
campos‖ (101). Con esta comparación nuevamente se evidencia la centralidad del espacio en
la problematización del fenómeno inmigratorio y de los desplazamientos identitarios,
especialmente en relación con proyectos políticos estatales. Desde el nacionalismo,
Anzoátegui (2005) denuncia el fracaso del proyecto de colonización de la pampa,
desmontando así un mito fundante de una ―nacionalidad‖, comprendida ideológicamente en
forma diferente a la suya, y explicando, además, la conformación del espacio urbano a partir
del aluvión inmigratorio. Refiriéndose específicamente a los italianos, en el capítulo dedicado
a Sarmiento y sus plagas –entre las que incluye, además de los gorriones y los italianos, al
normalismo– indica, definiendo los espacios de asentamiento de los inmigrantes:
Llegaron cuando teníamos fundada nuestra vida. Se dijo que gobernar es poblar y
nuestros abuelos se lo tomaron en serio porque les gustaban los aforismos
mandones; además era una justificación de la hombría, aunque ellos no necesitaban
que nadie les justificara sus hijos. Sarmientos se trajo a los italianos porque él creía
que entendían de trigo, y en lugar de irse al campo y fundar colonias se prendieron
a las ciudades y fundaron quintas; en lugar de sembrar trigo sembraron verduras y
mandaron al centro a sus hijos para que figuraran lo mismo que los hijos de los
otros. Los italianos mezclaron las orillas con la ciudad; se arrimaron al compadraje
y lo metieron adentro cuando menos lo pensábamos. Nos ayudaron a levantar las
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
cosechas, pero las máquinas hacen lo mismo y no se cruzan con nuestra sangre. Ni
siquiera nos trajeron su ciencia ni su arte, porque tuvimos que cruzar el mar y
traerlas nosotros, aunque detrás de eso se vinieran las primeras donnas y las
cantantes que retardaron en veinte años nuestra salida del romanticismo
(Anzoátegui, 2005: 101).
En este pasaje, el desplazamiento de los italianos y su asentamiento en las ciudades
delinean el proceso de conformación demográfico a partir de las olas inmigratorias. En
relación con esto es importante considerar el protagonismo de La Boca en el proceso urbano y
en el desarrollo de la ciudad de Buenos Aires, especialmente por el aporte inmigratorio,
determinando a su vez el paradigma del puerto, de la ciudad-puerto como representación del
país (Clementi, 1994). El puerto es el espacio que define la ciudad de Buenos Aires y
metonímicamente al país, junto a la llanura y el desierto. Entre otros autores, puede recordarse
a Blomberg (1920) que concede en sus narraciones la centralidad espacial al puerto, como
Gálvez (1920), en la introducción a Las puertas de Babel, ―libro exótico y bonaerense‖ (10),
afirma:
Los puertos de Buenos Aires, y los barrios que los rodean: la Boca, el Dock Sur, el
Paseo de Julio, son las puertas de Babel. Por ellos se entra en la ciudad monstruosa
e inquietante donde todos los idiomas del mundo y todas las razas se confunden y
mezclan. Arriba está la ciudad rica y poderosa. Abajo, es decir en las puertas de
Babel, se aglomera la caravana de los parias, la turba sucia y doliente que arrastra
por los puertos y los mares su desolación y su miseria (9).
La configuración social del espacio a partir del desplazamiento social –la ―marea
humana‖ y su ―resaca‖, como describe Blomberg– y la tensión entre sujetos representativos
de diferentes identidades estratificadas y complejas, que delinean varias modalidades de lo
nacional, constituye, entonces, una problemática central en la literatura argentina. Las
estratificaciones y contradicciones, los contrastes identitarios son narrados por Marechal
(1994) en su primera novela, Adán Buenosayres, publicada en 1948, que plantea en
numerosos pasajes el debate entre nacionalismo (criollismo) e inmigración. En la excursión a
Saavedra, es decir, en la frontera entre la urbe y el desierto, que ―se juntan en un abrazo
combativo, tal dos gigantes empeñados en singular batalla‖ (Marechal, 1994: 349), se
presenta una visión fantasmagórica y nocturna de dicho espacio y se indaga en la existencia
del ―espíritu de la tierra‖, tal como había propuesto en 1931 Scalabrini Ortiz (1964) en El
hombre que está solo y espera, y que es comprendido como ―un arquetipo enorme, que se
nutrió y creció con el aporte inmigratorio, devorando y asimilando millones de españoles, de
italianos, de ingleses, de franceses, sin dejar de ser nunca idéntico a sí mismo‖ (19). En el ojo
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Jornada Migraciones. Mesa 3
del espectro del Gliptodonte que se aparece a los excursionistas de Saavedra, en esta especie
de viaje infernal y fantástico, puede verse la pampa desoladora y ―mineral‖ como un ―paisaje
dilatado, estéril y triste, cuyos relieves montañosos iban desdibujándose al soplo de un viento
feroz que los mordía, les arrancaba el material a pedazos y lo hacía rodar en polvorientos
remolinos‖ (Marechal, 1994: 379). Esta visión, vinculada con la idea de la existencia
pampeana presentada por Astrada (2007) en Metafísica de la pampa, funciona como clave
interpretativa del proceso de poblamiento del territorio nacional y como caracterización de los
componentes sociales que forman parte de la comunidad, en última instancia, como símbolo
de la identidad argentina, estableciendo una estrecha relación dialógica entre el espacio, el
tiempo y lo humano. La fuerza que parece signar este devenir está asentada en la destrucción
y en la erosión, como si se tratase de un momento apocalíptico más que fundacional o de
reafirmación. De esta manera se revierte el mito del crisol de razas y se propone una distopía
en la que Argentina –l‟America del mito migratorio– no se prefigura como una tierra del
futuro, como un territorio nuevo, virgen, sino como un espacio desgastado, erosionado,
conformado por desplazamientos similares a las fuerzas eólicas, en las que los sujetos no
asumen la decisión de emigrar, barrándose así también el mito del colono como héroe y
constructor de su futuro y del país. Se trata, en última instancia, de una visión distópica que
invierte las utopías y la mitología de la e(in)migración, planteándose, además, en una
modalidad pesimista y fatalista del devenir histórico. Esta perspectiva ideológica supone que
la formación etnográfica de la llanura correspondería en mucho a su formación
geológica, ya que los contingentes humanos […] se formarían también con
elementos de destrucción, acarreados desde los ocho rumbos del Globo hasta
nuestras llanuras por el terrible y nunca dormido viento de la Historia (Marechal,
1994: 380).
La ciudad de Buenos Aires, que condensa en su significación a la Argentina, asume
características similares a la formación de la llanura, tal como se presenta, principalmente
concebida como puerto, es decir, como espacio de intercambio marítimo, especialmente
comercial, y de apertura a lo exterior, con sus ―buques negros y sonoros, anclando en el
puerto [… que] arrojaban a sus muelles la cosecha industrial de los dos hemisferios, el color y
sonido de las cuatro razas, el yodo y la sal de los siete mares‖ (Marechal, 1994: 150). La
formación etnográfica de la Argentina es representada también en la excursión a Saavedra, en
esa noche ―que parecía fundir cielo y tierra, hombres y brutos en un solo bloque de oscuridad‖
(Marechal, 1994: 354-355), en las figuras fantasmagóricas que se aparecen y se suceden. Esta
excursión resulta una revisión de mitos del imaginario argentino vinculados con la
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
construcción de la identidad nacional y la conformación del Estado-Nación. Es en la
transformación del fantasma de Juan sin Ropa en el gringo, después de haber suplantado al
payador Santos Vega, que se visualizan los cambios sociales del territorio, el pasaje del
predominio del gaucho en la llanura al de los colonos inmigrantes. Marechal (1994)
representa, así, el fenómeno inmigratorio y el proceso de conformación del Estado-nación en
las identidades y alteridades, desde una perspectiva nacionalista que retoma estereotipos,
algunos xenófobos, y muestra o (des)monta los conflictos sociales:
–Juan sin Ropa –declaró [Del Solar]– es el gringo desnudo que vence a Santos
Vega en una clase de lucha que nuestro paisano ignoraba: la lucha por la vida.
Y no bien lo hubo dicho, Juan sin Ropa inició la primera de sus mutaciones: el
vistoso gaucho fue borrándose para dejar sitio a un hombretón forzudo y
coloradote, de camisa y bombachas a cuadros, botas amarillas, facón ostentoso y
un rebenque guarnecido de plata casi hasta la lonja. No sin una efusión de simpatía,
los aventureros identificaron al punto la imagen risueña de Cocoliche.
–Sono venuto a l‟Argentina per fare l‟America –declaró el aparecido–. E sono in
America per fare l‟Argentina.
–¡Ajá! –le gritó Del Solar–. ¡Así quería verte! ¿No sos el gringo bolichero que con
hipotecas y trampas robó la tierra del paisanaje?
Cocoliche tendió y exhibió sus grandes manos encallecidas.
–Io laboro la terra –dijo–. Per me si mangia il pane.
Risas hostiles mezcladas a voces de aliento festejaron el retrueque de Cocoliche.
–En eso tiene razón el gringo –admitió Pereda.
–¡Es un bolichero! –insistía Del Solar–. ¡Sólo ha venido a enriquecerse! (393-394).
En esta aparición en Saavedra, con su vida oscura y su ―vasta desolación‖ (Marechal,
1994: 350), la caracterización estereotipada del inmigrante italiano funciona como deixis de
otros espacios en los que se define el conflicto identitario por los desplazamientos y la
conformación de redes sociales. Además de la construcción mítica e idealizada del colono que
cultiva la tierra, es decir, del colono que se asienta en la pampa gringa y se impone como
sujeto de civilización según la utopía de la inmigración y de la colonización, el apelo al
―gringo bolichero‖ señala otra perspectiva lejana de esa mitología que, sumada a la acusación
de tener como único objetivo el enriquecimiento –como en la novela La muerte de Antonini
de Gori (1992)–, deconstruye la conformación utópica de América y de gesta inmigratoria.
Por otra parte, es de notar que la caracterización del italiano como cocoliche, con vestimentas
argentinizadas, en una parodia del criollismo, además de marcar la tendencia de los
inmigrantes, especialmente de los italianos, de argentinizarse, está evidenciando la
conformación del italiano acriollado como sujeto del arrabal porteño y del interior, es decir,
de los márgenes de una cartografía nacional. El boliche es un lugar, junto al conventillo, en el
que los sainetes y las comedias han encontrado un espacio idóneo para la representación de la
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Jornada Migraciones. Mesa 3
vida de los inmigrantes. Se trata de espacios marginales, de frontera en el tejido urbano, en
donde los principios populares y corporales encuentran una dimensión cómica, a veces
signada por lo grotesco. Es amplio el corpus que comprende sainetes y obras de teatro desde
el grotesco-criollo, en el que los espacios son marginales, tensionados entre lo público y lo
privado, anclados en la cotidianeidad y la pobreza, signos de un fracaso en un medio hostil,
revelando en esto la derrota de un programa político-cultural. En He visto a Dios de Defilippis
Novoa (1985) las escenas se ubican en ―un pequeño taller de relojería y venta de alhajas‖ (63)
llamado ―El Vesubio‖ de Carmelo Salandra o en la habitación de éste, contigua al negocio. En
Un guapo del 900 (Eichelbaum, Discépolo y Defilippis Novoa, 1968), las escenas
corresponden a un ―almacén de ramos generales en los suburbios de Buenos Aires, allá por el
1900‖ (5) y en Stefano de Discépolo (1976) toda la obra se desarrolla en una vieja casa de
barrio con tres piezas, descripta en sus detalles mínimos con sus pequeños y sencillos objetos
y pertenencias. Otro texto, entre tantos otros, en el que la marginalidad signa el espacio de la
inmigración es el sainete Don Chicho de Alberto Novión (1957), con ―una pieza, en bajos,
limpia y pobre‖ (Pellettieri, 2002: 189), mientras en Giacumín simplemente viene descripto el
lugar como una pieza pobre. En Giacomo de Discépolo (1970) nuevamente encontramos una
casa, con su zaguán, la sala, el escritorio y el balcón, en Babilonia se trata, en cambio, de
―cocina y dependencias de criados en los sótanos de una casa rica‖ (69), y en Cremona, de un
conventillo grande con dos patios ―tortuosos‖ y pintorescos, con sus juegos de sombras y
luces. En La Nona de Cossa (2007), ―la acción transcurre fundamentalmente, en una casona
antigua, de barrio‖ (23) y sucesivamente en el quiosco de don Francisco. Venecia de Accame
(2004) también se desarrolla en una vivienda precaria, en el patio, con ―dos salidas: una a la
calle; otra hacia el interior de la casa‖ (14). Un caso especial es la saga, las versiones, de las
―giacuminas‖ (Magnani, 2011), de Los amores de Giacumina, sea el sainete de Fontanella
(1906) o la novela de Romero (2011), cuya acción se desarrolla en la Boca del Riachuelo
(Fontanella, 1906: 3), en el interior de una fonda, desplazándose luego, en el caso del texto de
Romero en otros espacios urbanos variados y diferentes, entre los cuales, el teatro, el hospital
y el cementerio (Anónimo, 2011).
Antes de cerrar, provisoriamente dada la complejidad de la temática, este apartado es
necesario mencionar, como texto significativo que representa la inmigración italiana, la
novela En la sangre de Cambacérès. Los espacios que inscriben el recorrido de Genaro están
representados desde el determinismo y van narrando el desplazamiento de este hijo de
inmigrantes en la sociedad. Es decir que los diferentes espacios narran la escalada social y
económica del inmigrante, la superación de barreras sociales, la adquisición de poder
33
Instituto de Investigaciones Gino Germani
representada en la casa de Máxima. La calle y el conventillo se presentan como espacios de
(de)formación, escuelas de perversión y reafirmación de malas tendencias portadas en la
sangre, que se imponen por sobre el colegio con su proyecto de nacionalización y de difusión
de principios. Ésta resulta, entonces, otra crítica al proyecto de inmigración, realizada desde el
nacionalismo que va marcando los espacios significativos que oponen la élite porteña, la clase
dirigente, y la masa inmigrante, marginal, negativa para la conformación del Estado-Nación.
En última instancia, se trata de la degradación de los valores nacionales de la tradicional
familia criolla por culpa de la inmigración (Bravo Herrera, 2013).
Territorios de la memoria y de la palabra
El espacio simbólico de la memoria y de la palabra, como sostén que permite ―narrar‖
los recuerdos y definir una identidad en diálogo con el pasado y con una tierra que solamente
existe en esa memoria, es un territorio simbólico rico y significativo en un corpus amplio que
comprende Mar de olvido de Tizziani, Diario de ilusiones y naufragios de Scotti, Si
hubiéramos vivido aquí y Diálogos en los patios rojos de Raschella, las novelas de Poletti y
de Dal Masetto, Otro lugar de Bossi, las novelas de Balbi, El mar que nos trajo de Gambaro,
Stefano de Andruetto, Luz de las crueles provincias de Tizón, Santo oficio de la memoria de
Giardinelli, entre otros. La escritura, en estos textos, deviene revisión del pasado, espacio en
el que el sujeto se modeliza y (re)construye a partir del entrecruzamiento discursivo y
polifónico, con juegos intertemporales y ambigüedades históricas. El tono intimista se
distancia del corpus anteriormente tratado y las fronteras indican territorios internos de
transición en donde se pliega la conformación discursiva e identitaria. La palabra adquiere,
entonces, materia como si se tratase de un lugar donde habitar y por recorrer, porque es el
mismo relato de la inmigración el que se conforma como sujeto que interpela a otros sujetos.
Las novelas se conforman como cruce de voces, dialógicas, en un polifonismo coral que
revela la complejidad de perspectivas, por una parte, y la naturaleza colectiva y comunitaria,
por otra. El relato de la inmigración en muchos de estos textos se construye tomando como
modelo el relato bíblico de Génesis, en cuanto se considera a la inmigración un hecho
fundacional de una estirpe, de un espacio, de un mundo. La familia es, junto a la memoria y la
palabra, otro de los núcleos que distinguen estos textos, conformándose en muchos casos
como narraciones de una ―estirpe‖, o de una gesta familiar. La culpa y el castigo, el abandono
del Paraíso, la casa que se trata de recuperar, la tierra de origen que se vuelve mítica,
inalcanzable, irrecuperable e inalterable a la vez, la búsqueda de causas que expliquen la
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emigración, la recuperación –o la pérdida– de lazos familiares, los desplazamientos desde el
abandono de la casa paterna, el viaje en la nave, la travesía del océano como viaje iniciático y
traumático, el contraste y el choque con el Otro, las luchas, el triunfo, o los fracasos (como en
Giuseppe de Specchia) son algunas de las constantes que declinan este corpus. Los espacios
de Argentina o de Italia que se representan son variados: del Piamonte a la Calabria, de
Buenos Aires a Córdoba, del Chaco a Santa Fe, a Jujuy, del Friuli a un pueblito sin nombre de
la Argentina, y remiten al pueblo, a una casa, al hogar, al focolare perdidos y (re)construidos.
Las descripciones se inscriben, en muchos casos, en la estilización utópica, adquiriendo una
dimensión metafísica, que señala y significa un estado identitario y existencial en objetos y
espacios materiales.
Desde la lírica, en la cual se pueden citar las producciones de Pedroni e Isaías, se
(re)construyen los espacios vinculados con la inmigración a partir de imágenes concentradas,
armando una épica humilde, con voz elegíaca también. Se rescatan figuras individuales, en
sus gestas y acciones, en relación con el territorio y el espacio, en el diario trajín no obstante
el desarraigo original por la inmigración, con la voluntad de apropiarse del lugar, para anclar
y tener una seguridad. La condensación semántica y la simbolización de los espacios y de los
sujetos conduce a una construcción similar a la del iceberg, por la cual se intuye un universo
complejo en las composiciones líricas. El inmigrante, de este modo, ―está a la espera, augusto,
tenaz, / imperturbable y humilde bajo / el empeñado cielo de la patria merecida‖ (Isaías, 2000:
46), y el pueblo se presenta en su simpleza, ―no tiene río / no tiene puerto / ni nombre sonoro.
/ No tiene nada / distinto a otro pueblo. / Pueblito perdido: lo cruzan los pájaros, / lo cruza la
pampa, / lo cruzan camiones / cargados de trigo / cargados de hacienda‖ (Isaías, 2000: 47). La
conmemoración resulta el eje de estas producciones, como en Crónicas gringas y otras
crónicas y en Almacén “Las Colonias” de Isaías.
En Gente conmigo de Poletti, la evocación del espacio se tensiona entre la pertenencia a
un pueblo de origen y América. En el medio, la urgencia del afecto y de las palabras, de las
cartas que no llegan, que se escriben para otros, que permiten enhebrar palabras y ejercer ese
―extraño oficio‖. América no se configura desde la utopía, sino desde la distopía, pues más
que un territorio de oportunidades, un Paraíso perdido, un país de la Cucaña, es un lugar
tenebroso, signado por lo incógnito, en donde hay ―un monstruo que se come el corazón de
los hijos… Se hacen ricos… hasta tienen baños en las casas… Y sus hijos se hacen
doctores… Pero le tienen que dejar la sangre al monstruo‖ (Poletti, 1972: 15). La ambigüedad
identitaria, por otra parte, se revela en la pertenencia a dos mundos y en las tensiones y
pérdidas que ello implica: ―Así me encuentro oscilando entre mundos que no son míos, como
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si mi vida tuviera que relegarse paradójicamente al mundo del papel sellado. Y debería sellar
y lacrar también la memoria‖ (Poletti, 1972: 173). Es la memoria, también, el espacio y el
sujeto que sostienen Mar de olvido de Tizziani (1992), de tal modo que el viaje resulta
circular, detrás de esa misma memoria:
¿Sabe, Padre? También yo desandé la ruta en busca del lugar en donde, se supone,
comienza la memoria. Lo hice tan sólo para descubrir que ya no está, que la lluvia
y el polvo han borrado los rastros, que los tesoros prometidos no son más que vino
viejo, agrio. He visitado el puerto al atardecer, después de reconstruir paso a paso
el camino que hicieron. Los adivino a la indecisa luz del alba: el hombre mostrando
la senda, medio metro delante de las dos mujeres vestidas de oscuro; los tres
arrastrando penosamente el equipaje en las cuestas, los atados de ropa […]
Seguí hacia el Este, hasta tu pueblo, pero debí sospechar que tampoco allí
encontraría vestigios ni recuerdos. […]
Así que eso había: el mismo puerto sin memoria, los mismos callejones y recovas,
la taberna en que bebió un vaso de vino y, más tarde, una grappa para darse coraje.
[…]
No está aquí lo que has venido a buscar, repitió con impotente ternura. Y supe,
entonces, que nunca se vuelve al hogar, al sitio abandonado; que descubrirse
extranjero en su tierra, es el desmesurado precio de la ausencia (223-225).
Mínimas conclusiones
Leer este corpus significa no solamente poner en evidencias las variadas
configuraciones identitarias y los conflictos socio-culturales que han surgido durante el
proceso de organización del Estado nacional y la incorporación de las masas de inmigrantes,
es también una forma de leer el corpus literario y los principios ideológicos que delinean,
limitan y jerarquizan el sistema literario nacional y la representación de lo propio (y de lo
ajeno) que éste propone. Es, en consecuencia, una forma de comprender y mirar la propia
historia y proponer interrogantes en los que las utopías y las distopías se emplazan en los
varios espacios, en las fronteras lábiles, en los desplazamientos y superposiciones. La lectura
de los espacios obliga a responder interrogantes y plantear nuevas preguntas, esta vez
dirigidas a comprender las nuevas inmigraciones y las emigraciones que signan el presente, en
este espacio y en la otra orilla. Revisar el propio canon y la historia puede ofrecer
instrumentos de lectura y de empatía que resultan tan necesarios para no perder la humanidad.
A estas cuestiones, puede sumarse la problemática relativa a la configuración de la
palabra y de la memoria como espacios que conforman metaliterariamente una reflexión sobre
el mismo oficio de escribir. El desplazamiento inmigratorio, con sus conflictos y violencias,
sus luchas y superposiciones, sus barraduras y pervivencias, se presenta, en esta lectura,
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entonces, como una problemática que promueve una reflexión sobre el mismo oficio de la
escritura. En última instancia, sobre el transitar en esta tierra, sobre el vivir y el narrar(se),
sobre el sobrevivir a la muerte y al olvido.
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De la marginalidad al protagonismo:
la imagen del judío en el cine de ficción como alegoría de la argentinidad
Tzvi Tal55
El texto cinematográfico testimonia y alegoriza procesos sociales
Los textos audiovisuales difundidos en la cultura popular aportan narrativas e imágenes que
son materia prima en la producción de las memorias y las identidades colectivas (Kellner,
1995). Este proceso se manifiesta tanto en narrativas de ficción como en documentales;
reciclando mitos enraizados, deconstruyéndolos o reemplazándolos con nuevos; en ocasiones
difundiendo las versiones del pasado y del presente consagradas por discursos hegemónicos, y
en otras las originadas en discursos alternativos o contra-hegemónicos; abordando temas
históricos y heroicos como desplazando lo social al trasfondo del drama individual. Así como
textos historiográficos son construidos mediante esquemas narrativos similares o análogos a
los frecuentes en la literatura y la cultura (White, 1988), representando el pasado o el presente,
los medios audiovisuales contribuyen a la construcción de los imaginarios sociales, son
alternativas de arraigo popular a la función social de la Historia profesional (Ferro, 1977;
1988; Rosenstone, 1997; Sorlín, 1980).
Textos audiovisuales pueden ser interpretados como alegorías que manifiestan discursos
sociales en tiempo de su producción. El enfoque relevante no es descubrir la intencionalidad
de la alegoría sino el análisis de las referencias al contexto y los usos de los medios de
expresión cinematográfica que inducen la producción de la lectura alegórica. Poniendo en
juego conocimientos previos, sensibilidad estética y posturas ideológicas, la práctica de la
lectura alegórica es parte de la construcción de la subjetividad (Xavier, 1999). La lectura
alegórica de los textos audiovisuales puede desnudar las relaciones entre las estrategias
retóricas características de los discursos hegemónicos y las prácticas de reconstrucción de las
identidades subalternas en la era multicultural. En un trabajo previo pude comprobar que la
memoria de la migración de judíos y palestinos en películas de Argentina y Chile se construía
mediante las mismas estrategias retóricas hegemónicas que construían las memorias de las
dictaduras en filmes con narrativas de iniciación de ambos países: el discurso chileno
politizaba la memoria pero infantilizaba la historia, mientras que el argentino infantilizaba la
memoria y despolitizaba la historia (Tal, 2005; 2008).
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Ph.D. en Historia de América Latina. Profesor miembro del cuerpo estable en la Escuela para las Artes del
Sonido y la Pantalla, Colegio Académico Sapir, Israel. Investigador adjunto al Instituto de Historia y Cultura de
América Latina y el Caribe de la Universidad del Tel Aviv. E-mail: tzvital@mail.sapir.ac.il.
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Siguiendo la idea que la Nación es la comunidad imaginada mediante Narrativa, cuyas
fisuras e intersticios son el tercer espacio simbólico donde se desarrollan las narrativas que
dan sentido a la presencia del Otro (Anderson, 1988; Bhabha, 1999), interpretamos la
cambiante imagen del judío en el cine argentino como indicador de los giros en el proceso de
construcción de la Argentinidad y los límites de la marginación y la inclusión, lo deseado y lo
repudiado en la cultura.
La exclusión, 1897- 1945
La ola migratoria judía desde Europa Oriental y algunas zonas del imperio Otomano que
comenzó hacia 1889 tuvo una pronta manifestación en diversos campos de la creación.
Miembros de la generación inmigrante que se asentaban en las ciudades y en las colonias
agrícolas fundadas en un proyecto concertado entre el gobierno nacional y el filántropo judío
alemán Barón Moritz de Hirsch, escribieron y publicaron en Idisch las tribulaciones del viaje
y las dificultades en la aclimatación al país. La segunda generación, nacida en Argentina o
arribada en su tierna infancia describió en castellano las dificultades de la integración y los
conflictos de la inserción social y la identificación nacional. La tercera generación incorporó
expresiones Idisch en textos que manifestaban dominio del castellano y el acercamiento a las
luchas por la justicia social. Los escritores de la cuarta generación manifestaron la
identificación con la creación del Estado de Israel desde la óptica argentina, y los de la quinta
generación expresan en castellano con tonalidad periodística los modos posmodernos de libre
elección de las características identitarias que les resultan apropiadas (Feierstein, 2006). En
contraparte, desde fines del siglo XIX aparecieron en la literatura personajes judíos que
funcionaban como signos vacíos, en los que se expresan la inquietud, el deseo, el rechazo y la
paranoia ante la Otredad (Graff Zivin, 2008). Al mismo tiempo, no tardaron en florecer el
teatro en idisch con textos originales y traducciones del repertorio mundial, así como la
dramaturgia idisch traducida al castellano, con primeras puestas en escena en 1901, de modo
que hacia 1930 Buenos Aires era uno de los centros mundiales del teatro judío (Rud, 2012;
Wainschenker, 2013).
Distinto fue el proceso de la representación de los judíos en el cine. La activa
participación que tuvieron desde los comienzos no tuvo su correlato en las películas hasta el
fin de la Segunda Guerra Mundial y el advenimiento del Peronismo en 1945. Como medio
audiovisual que requiere cuantiosas inversiones, donde participan numerosas personas en el
complejo proceso de producción, que convoca públicos masivos para generar ingresos y
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ganancias que cubran los gastos y permitan invertir en sucesivas producciones, el cine popular
esta sujeto a las cambiantes circunstancias político-económico-sociales y acotado a los límites
discursivos que la hegemonía instituye.
En la república oligárquica el inmigrante judío era visto como factor discordante que no
se integraba y preservaba su diferenciación cultural, en contra del manifiesto deseo de
construir una identidad nacional homogénea. Los judíos se asentaban preferentemente en
centros urbanos, contradiciendo la política migratoria que aspiraba a poblar el interior,
mientras que el asentamiento de la minoría en las colonias agrícolas generó la mitología del
Gaucho Judío. Entre los migrantes llegaban portadores de ideologías anarquistas y socialistas,
que sobresalían entre los dirigentes del incipiente movimiento obrero. El activismo obrero y
algunos actos terroristas, como el asesinato del comisario represor Ramón Falcón por el
anarquista judío Simón Radowitzky en 1909 agudizaron la percepción negativa. Las noticias
sobre la Revolución Soviética en 1917 agravaron la situación, que desembocó en la Semana
Trágica de 1919, donde el pogrom en el barrio del Once, de alta población judía, fue parte de
la masacre de cientos de obreros huelguistas por bandas nacionalistas derechistas (Rock,
1997). Por otro lado, el funcionamiento hasta 1930 de la mafia Zwi Migdal de trata de mujeres
judías europeas forzadas a prostituirse, agravó la imagen negativa de los judíos en el discurso
público ya viciado por el antisemitismo (McGee Deutsch, 2010). La crisis económica mundial
desatada en 1929, el advenimiento de la Década Infame, la restricción de la inmigración en
general en los treinta y la traba especifica a la inmigración judía en 1938, se suman a las
razones de la ausencia de imágenes de la experiencia judía en las películas del período hasta
la llegada de Perón a la presidencia en 1946 (Botana, 2006; Rock 1987).
El inmigrante judío austríaco Max Gluksman, que comerciaba material de fotografía en
Buenos Aires, fue uno de los pioneros del cine nacional. En 1897 presenció las primeras
proyecciones de la compañía Lumière. De inmediato organizó una sociedad que comenzó a
realizar cortos silentes. Luego adquirió las partes de los socios y construyó un imperio
latinoamericano de salas de cine del cual se desprendió solo ante la crisis mundial en 1930
para quedarse con su industria discográfica (Nouwen, 2013). Si bien había judíos activos en
los diversos aspectos de la producción cinematográfica, los actores de origen judío solían
cambiarse los nombres. De este modo, María Amelia Batvinik, nacida en Buenos Aires en
1914, comenzó su carrera en el cine en 1933 bajo el nombre Amelia Bence, y Pesia Faerman,
nacida en 1927 en Rumania, adoptó el seudónimo Laura Hidalgo que le propuso el director
Armando Bo durante las audiciones para seleccionar actriz en 1949 (Martínez, 2005).
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Jornada Migraciones. Mesa 3
Entre las pocas alusiones cinematográficas a la experiencia judía que hallamos en los
casi cincuenta primeros años del cine argentino podemos mencionar el fugaz paso por pantalla
del inmigrante judíos que a duras penas pronuncia algunas palabras de castellano mezclado
con Idisch en ―Riachuelo‖ (Moglia Barth, 1934), y un chiste verbal que explota el popular
apodo de ―ruso‖ a los inmigrantes judíos en la comedia ―El sillón y la gran duquesa‖
(Schlieper, 1943). En la redacción del argumento participó el escritor Alejandro Verbitsky y
la banda de sonido fue elaborada por el compositor Alberto (Abraham Moisés) Soifer, ambos
de la segunda generación nacida en el país. En esta adaptación de la novela ―Las doce sillas‖
de Illia Ilf y Eugeni Petrov, publicada en 1928 en la Unión Soviética, dos exilados rusos
intentan apoderarse del sillón donde quedaron escondidas las joyas de la última zarina,
adquirido por una nueva rica argentina vulgar que desea codearse con la supuesta nobleza.
Esta exige al mayordomo atender a los invitados pronunciando palabras en ruso como ―Volga
volga‖ y ―Bay mir vis tu shein‖, título de una canción en Idisch que se popularizó en el mundo
occidental en los años treinta.
La inclusión, 1945-1955
Las políticas de integración social de los excluidos en los gobiernos de Perón (Rein, 2007,
2015) tuvieron expresión en personajes secundarios de judíos inmigrantes, estereotipados
tanto en su apariencia física como en el habla incorrecto y el acento exagerado. Los hijos
hablaban en correcto castellano, pero seguían estereotipados en la corporalidad débil y / o
asexuada y la intelectualidad, pero no se los estigmatizaba ni demonizaba, sino que se
marcaba la Otredad como una etapa que culminará en la total integración. Era un esquema
narrativo persistente donde los inmigrantes adultos, generalmente pequeños comerciantes
inclinados a la codicia, o ventajeros como los personajes de Adolfo Stray, por ejemplo en
―Fúlmine‖ (Bayón Herrera, 1949), serían ―la generación del desierto‖. Paradójicamente, el
control ideológico y la reglamentación dictada por el subsecretario de Prensa Apold había
llevado al cine a caer en ―la miseria intelectual por excesivo afán de lucro [...]‖ (Maranghello,
1992: 94). La codicia atribuida en las películas al inmigrante era asiduamente practicada en la
industria del cine.
En ―Pelota de trapo‖ (Torres Ríos, 1948), el comerciante Jacobo es el inmigrante
estereotípico que se enternece ante un chico huérfano que admira la pelota de fútbol
profesional expuesta en su vidriera, pero aumenta los precios sin escrúpulos cuando percibe
interés por la mercadería. En cambio, su hijo Abraham se reivindica como argentino ante los
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chicos del barrio, aunque Jacobo le prohíbe jugar con ellos. En ―Ellos nos hicieron así‖
(Soficci, 1952) se reconoce con facilidad a David entre los muchachos del barrio. Hijo de
comerciante judío, mas bajo, con anteojos, estudioso, pide libros de texto prestados pues no
puede adquirirlos. Lo apodan ―Moscovita‖ y ―Ruso‖. El film resalta el conflicto con el hijo
del inmigrante español, a quien le atribuye la codicia generalmente identificada con el
estereotipo judío. En ambas películas mencionadas los personajes judíos son secundarios y
subalternos, desapareciendo de la narrativa antes del final. David fallece súbitamente y
durante pocos instantes se ve en pantalla el velorio ritual, mientras que mucho más tiempo de
pantalla es ocupado por la escena inmediata donde uno de los muchachos de la barra reza por
el alma del ―rusito‖ en la iglesia del barrio, acompañado por música sacra en la banda de
sonido. Las imágenes subordinan la experiencia judía a los códigos de origen cristiano
reinantes en la sociedad.
Marginalidad y reconstrucción, 1955-1983
Pocas películas pusieron en pantalla la experiencia judía en la era de inestabilidad política y la
reiterada intervención de los militares en el Estado. No encontramos ninguna durante las
dictaduras 1955-1958, 1966-1973 y 1976-1983. En las pocas producidas en los breves
interregnos de democracia limitada por la proscripción del peronismo y amenazada por el
ejército o la violencia política y revolucionaria, ya no aparece el comerciante pero se
conservan algunos rastros del estereotipo anterior, con sentido alegórico. En ―Dar la cara‖
(Martínez Suárez, 1962) con libreto del escritor judío David Viñas, Bernardo es el único
intelectual de los cuatro amigos que terminan el servicio militar, alegorizando el retorno a la
democracia en 1958. Estudia en la Facultad de Derecho y toma parte en los conflictos de la
época por la educación libre o laica. De este modo, Bernardo simboliza reflexivamente a los
intelectuales que como Viñas y otros, reunidos en la revista ―Contorno‖, replanteaban a fines
de los cincuenta la sociedad argentina, rechazando el esquema dicotómico peronismo-
antiperonismo. Por otro lado, el film no incluye la experiencia de Bernardo con la
homosexualidad que fue resaltada en la novela -posterior al film- y manifiesta disconformidad
social (Bernini, 2010; Martins, 2005).
En la breve democracia 1973-1976 sobresalió ―Los gauchos judíos‖ (Jusid, 1974),
basada en la novela homónima de Alberto Gerchunoff publicada para el Centenario en 1910.
Es una puesta en pantalla parcialmente inspirada en la película musical ―El violinista sobre el
tejado‖ (Jewison, 1971), exhibida con gran éxito en Argentina y prontamente llevada al teatro
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local. La narrativa costumbrista de ―Los gauchos judíos‖ exalta la transformación del
inmigrante en agricultor y culmina en la fuga de la novia judía con el peón gaucho. La
canción que acompaña el final, entonada por Alfredo Zitarrosa, sugiere que la nueva pareja
rebelada contra el matrimonio endogámico pactado simboliza la inclusión social y la
esperanza de una vida feliz en el marco de la reconstruida democracia. La película celebra
alegóricamente tanto el retorno del peronismo y de la clase trabajadora a la legitimidad, como
también la participación de judíos, generalmente estigmatizados como ―gorilas‖, en los
movimientos que habían resistido a la dictadura 1966-1973 y en las organizaciones de
izquierda peronista y no peronista (Rein, 2015; Tal, 2007; Vohnsen, 2013).
Acosados y perseguidos, 1983-1995
El concepto de Genocidio, originado en la denuncia de los crímenes cometidos por lo nazis en
el Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial, era conocido en el país por la amplia
difusión de los actos recordatorios de la matanza y la rebelión en los ghettos que realizaban
las instituciones judías, por la captura/secuestro de Adolf Eichmann en Buenos Aires en 1960
y su posterior juicio público en Israel, así como por la secuela de atentados antisemitas
durante los sesenta. En la necesidad de elaborar el trauma colectivo producido por los
crímenes contra los derechos humanos cometidos por la última dictadura, el discurso
argentino de la Democratización adoptó la comparación el término. La alta proporción de
judíos entre los desaparecidos y el particular ensañamiento con ellos en los centros de tortura,
tuvo efecto sobre el cine (Feierstein, 2007; Goldman - Dobry, 2014; Kahan, 2010; Tarica,
2012).
Algunas películas de la transición alegorizaron el discurso mediante protagonistas
judíos pasivos, en concordancia con las características que les atribuían los estereotipos
arraigados (Rein, 2015). Parecían atribulados por las dificultades existenciales o eran mujeres
forzadas a prostituirse, como La Polaquita en ―Asesinato en el Senado de la Nación‖ (Jusid,
1984). Enfocando en la violencia política y los negociados de la exportación de carne, la
película deja a la chica judía de quince años sin nombre, sin historia y sin voz. En cambio, ―El
camino del sur‖ (Stagnaro, 1988) enfoca precisamente en el calvario de la joven judía Hana,
desde el engaño para captarla en Polonia en los años veinte, hasta el asesinato del rufián por el
hermano que intenta liberarla de la trata en Argentina.
Otras veces eran acosados por nazis. En ―Pobre mariposa‖ (de la Torre, 1986) judíos
porteños, que por primera vez aparecían en el cine con identificación política concreta:
45
Instituto de Investigaciones Gino Germani
sionista, comunista, socialista, son asesinados por nazis refugiados en Buenos Aires, en
vísperas de la subida de Perón al poder. La protagonista Clara intenta develar el misterio de la
muerte de sus parientes hasta caer víctima por si misma. De este modo la película manifestaba
alegóricamente el discurso respecto a la dictadura mientras insinuaba la ascendencia fascista
del peronismo, que actuaba en la oposición al gobierno del Presidente Raúl Alfonsín. Por su
lado, ―Debajo del mundo‖ (Docampo Feijóo, 1987), coproducida con Checoslovaquia, relata
la historia de una familia judía en Polonia ocupada por los alemanes, que se refugia en cuevas
y sótanos para evitar ser enviada al exterminio. Los horrores de la vida en escondites con
escasas provisiones, absteniéndose de reaccionar ante los pedidos de auxilio y los ecos de la
violencia que llegan del mundo exterior, dan cuenta alegóricamente del terror bajo la
dictadura. En enfoque muy distinto, ―Los amores de Kafka‖ (Docampo Feijóo, 1988) enfoca
la vida del atribulado escritor judío en paralelismo con las preocupaciones del director de cine
argentino que intenta realizar una película en Praga contemporánea. El filme alumbra
reflexivamente las vicisitudes de la creación cinematográfica con la economía en crisis y la
inestabilidad política, preanunciando el sentido alegórico del personaje judío en el cine de los
noventa tardíos y principios del siglo XXI.
La coproducción argentina-española ―La memoria del agua‖ (Faver, 1994) encaró el
Holocausto en los recuerdos del protagonista Joseph pronto a fallecer. El film denuncia la
deshumanización del sujeto por todo sistema dictatorial, haciendo prevaler la construcción de
la subjetividad por sobre las grandes narrativas de la nación, y alegorizaba el totalitarismo del
discurso neoliberal, que imponía sus preceptos económicos como verdades únicas y absolutas.
La total ausencia del idioma castellano y catalán hacía experimentar al espectador argentino la
aniquilación de la cultura por los regímenes genocidas (Stanley, 2005).
Símbolo de la Argentinidad, 1996-2011
La sociedad argentina adolecía de síntomas postraumáticos causados por la dictadura, a los
que se agregaron nuevas razones: hiperinflación, las reformas neoliberales, el menemismo, la
crísis del 2001 (Robben, 2005; Verbitzky, 2011). Los ataques terroristas a la Embajada del
Estado de Israel en 1992 y a la sede de la comunidad AMIA en 1994, demostraron que el
terrorismo, la muerte y las heridas no discriminaban, motivaron los movimientos que
reclamaron justicia y protestaron contra la impunidad. Así es como se desarrolló un nuevo
frente de activismo social donde ciudadanos argentinos judíos representaban el interés
general. Al mismo tiempo, las nuevas olas inmigratorias de Asia y América Latina poblaron
46
Jornada Migraciones. Mesa 3
el espacio público con etnicidades cuyas diferencias eran notorias a simple vista (Arias, 1998;
Grimson, 2006; Melamed, 1999). De este modo, se configuraron nuevas Otredades mientras
que los judíos se desplazaban al centro de la identidad, activando en casi todos los campos de
la sociedad y la cultura (Senkman, 2007; Tal, 2010).
Mientras la economía sufría las consecuencias de las reformas neoliberales, el gobierno
de Menem estableció en 1995 una nueva Ley del Cine que revivió la actividad. El Nuevo Cine
Argentino que se desarrolló en esas circunstancias, renovó los modos de producción, produjo
nuevos esquemas narrativos, conflictos, personajes y lenguaje, dio espacio en pantalla a
marginales y minorías. La renovación influyó también sobre el cine industrial y comercial, lo
que redituó un aumento cuantitativo y cualitativo de la representación de la experiencia judía
en roles protagónicos, a veces ofreciendo la imagen de la familia judía como refugio y
consuelo al sujeto frente a la descomposición familiar con que muchas películas
metaforizaban la crisis social. Los judíos se habían sobrepuesto a las dificultades de la
migración y la integración, habían participado en los conflictos reales y simbólicos que
aquejaron al país durante el siglo veinte, desarrollaron cualidades que todos necesitaban para
sobreponerse a los golpes de la globalización y la crisis 2001 (Tal, 2010).
Las películas eran ahora protagonizadas por personajes judíos libres de las
características estereotípicas del pasado, que se enfrentaban con las mismas problemáticas que
aquejaban al argentino. A veces, sólo el apellido o algún detalle folklórico lo identifican, otras
es una celebración familiar como casamiento o bar mitzva (cumpleaños de 13 para los
varones, 12 para las chicas), nunca rituales que pueden ser inquietantes para el espectador y
reconstruir la Otredad judía como el de la circuncisión o el duelo.
En ―Picado fino‖ (Sapir, 1996), un adolescente judío que embarazó a su novia se
complica fatalmente con comercio de drogas para financiar el aborto. Salvo algunos símbolos
icónicos como la estrella de David o una página de la Biblia en hebreo, nada en la película
marca la diferencia étnica del protagonista y su familia. En ―Sol de otoño‖ (Mignone, 1996) la
solterona judía de clase media emplea un novio ficticio ―goi‖ (no judío) de clase baja para
satisfacer la demanda familiar, le enseña a tomar el té ―a la judía‖ y a insertar algunas
palabras de Idisch en la conversación. La actuación no es exitosa, pero el amor tardío que
surge se sobrepone a las fronteras étnicas y clasistas. ―Felicidades‖ (Bender, 2000) combina la
fiesta de bar mitzvá y la Navidad con pequeños gestos de comprensión y bondad. En ―Judíos
en el espacio‖ (Lichtman, 2006) la leyenda de la salida de Egipto es equiparada con ―La
guerra de las estrellas‖ (Lucas, 1977) y los jóvenes primos logran reconciliar a padres y
47
Instituto de Investigaciones Gino Germani
abuelos para la cena de Pesaj (Pascua judía) mientras los amigos no-judíos les ayudan
cocinando los manjares tradicionales.
Las películas de Daniel Burman, en la llamada trilogía de Ariel, ―Esperando al Mesías‖
(2000), ―El abrazo perdido‖ (2004) y ―Derechos de familia‖ (2006) enfocan en protagonistas
cuya etnicidad judía no les preocupa ni interfiere en sus intentos de sobreponerse a los
avatares de Argentina post 2001 y construir su masculinidad (Rocha, 2007). En ―La suerte en
sus manos‖ (Burman, 2012) el protagonista judío logra la ayuda de un rabino rockero para
reagrupar a la Troba Rosarina, tomando un rol de iniciativa en la cultura popular. ―Cara de
Queso‖ (Winograd, 2007) alegoriza en un country cerrado de judíos la sociedad argentina
durante el menemismo en los años noventa y propone un protagonista adolescente que
romperá el pacto de silencio en torno a la impunidad con que los poderosos corruptos oprimen
y humillan a los débiles. ―Mi primera boda‖ (Winograd, 2011) establece analogías y
equiparaciones entre familias disfuncionales judía y cristiana y entre el sacerdote y el rabino
cuyos antecesores bajaron del mismo barco.
El judío violento y la polarización política, 2011…
La polarización política y discursiva durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de
Kirchner y la notoria actuación de judíos en la política nacional y en particular en el gobierno,
son el trasfondo del último cambio en la imagen cinematográfica. Las retóricas dicotómicas y
excluyentes no son una novedad en Argentina, pero ante la experiencia histórica acumulada y
los síntomas postraumáticos vigentes, pueden ser percibidas como una amenaza real, como el
preaviso del estallido inevitable de la violencia popular. Dos películas recientes aportan
protagonistas judíos que reaccionan con violencia cuando perciben ser víctimas de injusticias.
En ―Diablo‖ (Loreti, 2011), el protagonista es un boxeador que se ha retirado luego de causar
la muerte a su último contrincante. Los tatuajes de Perón y Evita en el pecho lo hacen símbolo
de la argentinidad, es circunciso y en su casa sobresalen los premios que recibió en la
competencias deportivas de la comunidad judía. Las marcas indelebles en la misma carne del
personaje metaforizan la conjugación inseparable de la identidad argentina judía. No hay
precedente de personaje cinematográfico judío ostentando tal masculinidad semidesnuda de la
cintura hacia arriba, con identificación popular tan gráfica ni capaz de ejercer tal violencia en
defensa propia. Marcos Weisenberg es un personaje popular aunque no identificado
expresamente con el kirchnerismo en el poder, que sólo aspira a vivir su vida particular y
recuperar el vínculo con su novia. Sus antagonistas son delincuentes que comercian órganos
48
Jornada Migraciones. Mesa 3
humanos y los combatientes de un servicio de seguridad estatal que operan en favor de un alto
jefe necesitado del transplante. La violencia es gráfica, explicita y horrorosa, inspirada en
géneros cinematográficos estadounidenses que explotan el espectáculo de la violencia y la
sangre, pero la película recupera el sentido popular del cine de Leonardo Favio en la
ambientación barrial y popular. La equidad entre la identificación peronista y los comentarios
sobre la corrupción policial expresan la preocupación ante la violencia latente y el usufructo
de recursos estatales, temas vigentes en el discurso público cuando el film era producido (Tal,
2015).
―Relatos Salvajes‖ (Szifron, 2014) consta de seis episodios, de los cuales tres son
protagonizados por judíos que descargan con violencia sus frustraciones. Dos episodios
marcan la identidad solo mediante los nombres de los personajes. En el primero, Gabriel
Pasternak, que no aparece ni se lo escucha, reúne en un avión a todos los que a su entender le
arruinaron la vida y lo precipita sobre sus padres. En el tercero, el ingeniero Simón ―Bombita‖
Fisher casado con Victoria Malamud se transforma en héroe popular al explotar el depósito de
autos llevados por la grúa municipal. Alguna actitud levemente costumbrista de los
concurrentes al cumpleaños de la hija de Bombita puede ser percibida solo por espectadores
que tienen conocimiento cercano con la experiencia judía. El último episodio transcurre en
una boda que no cuesta reconocer como judía, pero en la cual no hay detalles rituales que la
identifiquen como tal, sino algunas pautas folklóricas, como parte de la música y los bailes en
ronda. La novia Romina no vacila en agredir físicamente en plena la boda a la chica con quien
su novio Ariel -clara alusión a los personajes de Burman- tuvo un romance lateral.
El esquema narrativo del ―Relatos Salvajes‖ es sintomático de la alegorización de los
procesos de la identidad y el estado de la cultura argentina mediante las narrativas y los
personajes de la experiencia judía que hemos analizado: la película comienza y termina con
episodios de protagonistas judíos, encuadra su descripción de la violencia latente en la
sociedad argentina, en los límites fijados por la representación de la experiencia judía, que ya
no es la del Otro, sino la expresión cinematográfica del Nosotros.
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53
Mesa 4
Migraciones, Ciudadanía y Comunicación
en la era global. Perspectivas conceptuales,
históricas y problemáticas actuales en torno
a las migraciones, la ciudadanía y la
comunicación en Europa y América
Coordinadoras y comentaristas: María Eugenia Cruset (Universidad
del País Vasco, España - UNLP) y Ana Inés Barelli (CONICET –
UNRN).
Jornada Migraciones. Mesa 4
Televisión (trans)nacional y ciudadanía externa:
reflexiones a partir de un focus group con migrantes italianos
residentes en Buenos Aires
María Soledad Balsas56
Introducción
Parafraseando a García Canclini (1995), la visión socio-espacial clásica de la identidad es
indisociable de una dimensión socio-comunicacional, que implica la implementación de
estrategias relativas a los escenarios informativos y comunicacionales en los que se forjan las
identidades en la actualidad. Si
ser ciudadano no tiene que ver sólo con los derechos reconocidos por los aparatos
estatales a quienes nacieron en un territorio, sino también con las prácticas sociales
y culturales que dan sentido de pertenencia y hacen sentir diferentes a quienes
poseen una misma, semejantes formas de organizarse y satisfacer sus necesidades
(García Canclini, 1995: 19).
Tal reformulación de la identidad
debiera significar a nivel de las políticas que éstas, además de ocuparse del
patrimonio histórico, desarrollen estrategias respecto de los escenarios
informacionales y comunicacionales donde también se configuran y renuevan las
identidades (García Canclini, 1995: 31).
Así pues, este autor argumenta que un ejercicio reflexivo de la ciudadanía requiere: a)
una oferta vasta y diversificada, de acceso fácil y equitativo para las mayorías; b) información
confiable acerca de la calidad de los productos; y c) la participación democrática de la
sociedad civil en los procesos de toma de decisiones.
En el presente trabajo me propongo problematizar si están dadas, al menos desde el
punto de vista comunicacional, las condiciones para el ejercicio pleno de la ciudadanía
(trans)nacional de los ciudadanos italianos residentes en la Argentina a partir de la televisión.
El interés por el caso italiano se fundamenta por: i) la disponibilidad de canales de televisión
italianos en la Argentina; ii) el derecho al voto de los ciudadanos italianos residentes en el
56
Doctora en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires). Becaria posdoctoral, Instituto Multidisciplinario
de Historia y Ciencias Humanas, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. E-mail:
msbalsas@conicet.gov.ar
55
Instituto de Investigaciones Gino Germani
exterior, iii) su importancia numérica al interior del grupo de migrantes que residen en la
Argentina; iv) la discreta reactivación del flujo en la última década (Balsas, 2015); y v) los
rasgos –en particular lingüísticos- que presentan.
Esta ponencia se inscribe en el ámbito del proyecto de investigación científica en curso
―Medios, migraciones y construcción de ciudadanía externa: televisión transnacional y
participación política de los ciudadanos italianos en Buenos Aires‖, con sede en el Instituto
Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. El mismo tiene como finalidad contribuir a la problematización del rol
de la televisión en el ejercicio de la ciudadanía (trans)nacional de migrantes italianos
residentes en Buenos Aires así como a la sistematización e institucionalización de un campo
de investigación en ciernes en la Argentina.
Antecedentes
Dentro de la literatura sobre las audiencias de televisión (trans)nacionales, es posible
reconocer dos grandes orientaciones: la que enfatiza la importancia de la televisión
(trans)nacional en la institución de la comunidad imaginaria de la nación y los análisis críticos
que la pone en tela de juicio. Entre los autores inscriptos dentro del primer grupo, destaca
Uribe Alvarado (2004a, 2004b, 2005), quien al estudiar la recepción de telenovelas por
migrantes mexicanos en Los Ángeles, California, señala que el consumo televisivo constituye
un espacio para reafirmar el sentido de pertenencia nacional. No obstante, reconoce que se
trata de una experiencia mediada por el género. Así, mientras las mujeres experimentan
sentimientos que tienden a fortalecer su sentido de comunidad, para los hombres las
telenovelas mexicanas no reflejan en absoluto su identidad. Más aún, muestran su
preocupación por lo que consideran malas actuaciones e historias poco realistas que los hacen
sentir culturalmente excluidos. En cambio, el consumo de fútbol televisado sí resulta clave en
la (re)producción de su identidad nacional.
Las investigaciones conducidas por García Álvarez (2011) y Siew-peng (2001) podrían
ser asimismo incluidas dentro de este primer grupo. García Álvarez (2011) analiza el rol de la
televisión local mexicana entre la comunidad migrante originaria de Monterrey, México, en
Houston, Texas. Según observa, los migrantes le asignan tres funciones principales: arraigo,
(re)producción de las tradiciones culturales y (re)creación de la identidad mexicano-norteña.
En segundo lugar, Siew-peng (2001) sugiere que el retraso de dos semanas en la transmisión
de los shows televisivos provenientes de Hong Kong en Inglaterra no es necesariamente
56
Jornada Migraciones. Mesa 4
percibido como problemático por los chinos residentes en Londres, para los cuales la
televisión del país de origen implica la oportunidad de compartir recuerdos, identificar los
lugares, etc.
Dentro del segundo grupo, Aksoy y Robins (2000, 2003, 2005) argumentan la necesidad
de reconocer el posicionamiento estratégico de las audiencias televisivas transnacionales antes
que analizarlas en relación con el país de origen o como minorías étnicas dentro de la
sociedad receptora. Sus hallazgos enfatizan la capacidad desmitificadora, anti-conservadora y
liberalizadora de ciertas nociones anticuadas de la identidad turca que paradójicamente tiene
la televisión (tran)snacional en diferentes países europeos. Así pues, reconocen en ella el
potencial de socavar el carácter nostálgico de la imaginación diaspórica y sus imperativos de
identificación y pertenencia. Basándose en la tesis cosmopolita de Beck y su imaginación
dialógica, aceptan la coexistencia de formas rivales de vida que dan la oportunidad de
comparar, reflexionar, criticar, comprender y combinar certezas contradictorias.
En línea con estos hallazgos, se encuentran las investigaciones de Georgiou (2012a,
2012b), Gillespie (2006), Miladi (2006), Harb y Bessaiso (2006) y Volcic (2006). A
diferencia de Uribe, Georgiou (2012a, 2012b) identifica una actitud más ambivalente hacia las
telenovelas árabes entre el público migrante en Londres: aunque apreciadas como medio para
mantener el vínculo con la cultura de origen, los telespectadores cuestionan las
representaciones hegemónicas de género subyacentes en la programación. Los trabajos
conducidos por Gillespie (2006), Miladi (2006) y Harb y Bessaiso (2006) en el Reino Unido
apuntan en la misma dirección: la televisión satelital permite a las audiencias diaspóricas
árabes comparar diferentes e incluso opuestas realidades. Por su parte, Volcic (2006) sostiene
que los jóvenes inmigrantes musulmanes de Argelia, Marruecos, Egipto y Siria en Milán no
se sienten a gusto con la imagen estereotipada de identificación colectiva que propone Al-
Jazeera.
Luego, los resultados de una investigación cuantitativa realizada a nivel europeo sobre
el uso de la televisión árabe y sus efectos sobre la integración social de los migrantes del
mismo origen en Europa muestran que, en oposición a la difundida hipótesis de la
―guetización‖ cultural, los migrantes también utilizan la televisión europea occidental como
fuente confiable de noticias (Slade, 2010). De hecho, la gran mayoría reconoce sintonizar
tanto los canales de televisión europeos como los árabes. Sólo el 7.3% de los encuestados dice
seguir exclusivamente señales televisivas árabes. La preferencia de la televisión
(trans)nacional sobre la nacional se vería favorecida por la falta de competencia lingüística en
el idioma local, la falta de relevancia y significatividad de los contenidos dirigidos a
57
Instituto de Investigaciones Gino Germani
audiencias culturalmente homogéneas, el racismo, la discriminación y la falta de
representación generalizada de los migrantes en los servicios públicos de televisión
(Christiansen, 2004; Tsagarousianou, 2001).
Al analizar la recepción de los árabes en Québec, Aoudia (2012) observa que la
recepción de la televisión satelital en Canadá no suscita la misma controversia que en Europa.
A través de una encuesta y entrevistas en profundidad semi-estructuradas a migrantes
marroquíes, tunecinos y argelinos con al menos tres años de residencia en Montréal, explora
los modos a través de los cuales el consumo de los medios del país de origen ha contribuido a
la emergencia de una nueva identidad. Asume que los receptores tienen una capacidad crítica
que les permite coexistir armoniosamente en las diferentes culturas, dando lugar a un
sentimiento de identidad compartida. Debido a su capacidad crítica, y en base a sus
experiencias, intereses y preocupaciones, los migrantes pueden determinar –argumenta- los
contenidos que van a consumir. No son receptores pasivos y por lo tanto no se dejan influir
por los diferentes medios de comunicación a los que tienen acceso: forman su propia opinión
sobre los acontecimientos que los afectan directamente.
En líneas generales, podría argumentarse que la discusión académica ha tendido a
focalizarse en el carácter transnacional, híbrido y ―cosmopolita‖ de la experiencia diaspórica a
nivel abstracto, sin examinar su relación con lo local (Tsagarousianou, 2001). Al respecto, la
investigación sobre la recepción de noticias de televisión por emigrantes mexicanos en el
marco de su derecho al voto realizada por Moreno Esparza (2009, 2010, 2011) resulta de gran
interés. Según observa, los noticieros de televisión mexicanos tienen una influencia
insignificante para fomentar la participación política transfronteriza. Aunque los mexicanos
en Estados Unidos consumen los medios de comunicación de su país de origen para
entretenerse, los noticieros no cumplen con sus expectativas en términos de tipo y cantidad de
información. Desde esta perspectiva, no es de extrañar que se muestren más interesados en la
situación en el país receptor que en la política nacional mexicana.
En la Argentina, si bien se registra una temprana preocupación por la recepción
televisiva, las discusiones han resultado más conceptuales que empíricas (Grimson y Varela,
1999). En este contexto, no sorprende que los estudios sobre medios de comunicación y
migraciones internacionales en la Argentina, que han adquirido un impulso considerable, en
especial en las últimas décadas, no hayan problematizado la recepción televisiva, ya sea de
migrantes de diversos orígenes residentes en el país como de argentinos en el exterior. De ahí
la originalidad y pertinencia de un esfuerzo que busca contribuir en sendas direcciones a fin
de lograr una mayor sistematización e institucionalización de un campo de estudio en el que
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Jornada Migraciones. Mesa 4
las contribuciones en castellano son visiblemente minoritarias si relacionadas a las
publicaciones en francés e inglés. Al respecto, podría argumentarse que el uso de la lengua no
resulta fortuito: ilumina determinados problemas y grupos en detrimento de otros. Es por eso
que se advierte la necesidad de aportar a la diversificación de la mirada a través de la
focalización en colectivos y realidades diferentes.
Cuestiones metodológicas
La alta participación de los ciudadanos italianos residentes en la Argentina registrada durante
las elecciones legislativas italianas de 2006 y 2008, por un lado, y la baja participación y la
gran cantidad de votos nulos registrados en las elecciones legislativas de 2013, por el otro,
sugieren que la conexión cívica con su país de origen constituye un fenómeno complejo, que
no parecería desvinculado de la crisis global desatada en 2008 ni de la crisis de representación
que atraviesa la democracia italiana. Debido al empleo de estrategias lingüísticas, de
programación y de planificación poco informadas, la televisión (trans)nacional italiana podría
estar –en especial en los últimos años- incidiendo negativamente en la participación política
de la ciudadanía externa.
A fin de poner a prueba esta hipótesis, se emprendieron diversas acciones. La primera
fase de investigación estuvo dedicada al análisis de programas televisivos transmitidos a
través de RaiItalia. En particular, la atención estuvo dirigida a las estrategias lingüísticas (uso
de lengua local, doblaje y/o subtitulado), de programación (géneros incluidos, contenidos para
audiencias (trans)nacionales, información de retorno, ventanas locales), de planificación
(prime time, diferencia horaria) y publicitarias (ciudadanos vs. consumidores). El período
estudiado comprende del 27 de febrero al 14 de marzo de 2014, momento que coincide con
las discusiones sobre la reforma electoral en la Cámara de Diputados del Parlamento italiano.
Del corpus analizado emerge que: i) la grilla de programación de RaiItalia no incluye los
contenidos de Rai Parlamento; ii) los programas informativos y de opinión política están
desfasados con respecto al huso horario local y; iii) en los programas dedicados a los italianos
en el exterior los temas relativos a la política no están, por lo general, incluidos (Balsas,
2014).
Durante la segunda fase de investigación, se diseñó una encuesta en línea compuesta por
treinta preguntas –abiertas, cerradas y de opción múltiple- con el objetivo de mapear los
consumos de televisión en lengua italiana y compararlos con los de la televisión local de los
ciudadanos italianos residentes en Buenos Aires. Aunque existe un fuerte consenso acerca de
59
Instituto de Investigaciones Gino Germani
la insuficiencia de este tipo de investigación, lo consideré un esfuerzo necesario en una fase
todavía exploratoria. El cuestionario fue distribuido en dos versiones: en italiano y en
castellano. Las respuestas recibidas –entre agosto de 2014 y enero de 2015- fueron en total 74,
de las cuales 63 fueron válidas. Los resultados muestran que la televisión, la prensa y la radio
argentinas figuran entre los medios preferidos por los participantes para informarse. A
diferencia de los italianos nacidos en la Argentina, y de los migrantes de larga data, los que
llegaron en los últimos años permanecen sin embargo particularmente ligados a los medios
italianos, en especial a la prensa, a la que acceden a través de internet. Entre los medios
italianos, RaiItalia 1 es el canal de televisión más utilizado, sobre todo entre los hombres. En
cuanto a los géneros preferidos, los programas informativos/de opinión política son, junto con
los ficcionales, los más apreciados. Si bien consideran que el canal internacional de la Rai
responde a sus necesidades informativas, los participantes se quejan del desequilibrio entre la
información y el entretenimiento, entre otros. Antes que impedir el acceso a la información de
interés público, la lengua resulta ser una de las principales motivaciones para sintonizar la Rai
desde la Argentina (Balsas, 2016a; 2016b).
Sobre la base de estos resultados, se estimó necesario conocer mejor las relaciones que
los italianos residentes en la Argentina establecen con la televisión (trans)nacional a partir del
género al que pertenecen. A tal fin, se realizaron 14 entrevistas -10 mujeres y 4 hombres- con
el doble propósito de recuperar la dimensión relacional y dar cuenta de la desigualdad entre
ambos sexos. Basadas en un cuestionario compuesto por 23 preguntas abiertas, las entrevistas
fueron llevadas a cabo durante el mes de julio de 2015 a través de chat y/o correo electrónico.
Aunque hubiese sido deseable realizar las entrevistas cara a cara, se optó por la versión
―mediada‖ para alcanzar personas geográficamente distantes. Los testimonios analizados
señalan diversos factores que estarían incidiendo en el menor uso de la Rai por parte de las
ciudadanas italianas residentes en la Argentina para mantenerse informadas. En primer lugar,
las estrategias implementadas por la concesionaria pública son percibidas como inadecuadas
para captar el interés del público femenino en particular. Un segundo grupo de causas hace
referencia a la configuración de un determinado habitus político sensible a condiciones
históricas, políticas, ―biológicas‖, educativas, generacionales y familiares. En tercer lugar, se
identifica la ―falta de tiempo‖ como denominador común de un conjunto de relatos: su
escasez, producto de la conciliación entre tareas domésticas y familiares, torna selectivo el
consumo televisivo a favor de la televisión local (Balsas, 2016c).
En la fase actual, el objetivo es examinar cómo los ciudadanos italianos residentes en
Buenos Aires se posicionan entre los espacios locales, nacionales y (trans)nacionales a partir
60
Jornada Migraciones. Mesa 4
de sus consumos televisivos. En este marco, se organizaron tres grupos de discusión focal, a
saber con: i) italianos nativos; ii) italianos nacidos en la Argentina; e iii) italianos nativos e
ítalo-argentinos. Los encuentros fueron realizados en la sala de reuniones del Instituto
Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas entre mayo y julio de 2016. Las discusiones fueron dinamizadas a
partir de un video creado para tal fin y estructuradas en base a cinco preguntas. Fueron
grabadas, previos consentimiento informado. Para analizar el material obtenido, se adoptó una
perspectiva prevalentemente discursiva (Arfuch, 2002). Mediante la identificación de
similitudes y diferencias entre voces y relatos simultáneos, se buscó aportar a la inteligibilidad
de lo social (Balsas, 2016d).
A continuación, se hará referencia a algunas cuestiones tratadas durante el primer
encuentro. Si bien la convocatoria fue dirigida a personas nacidas en Italia de cualquier edad y
sin especificar el año de llegada a la Argentina, el perfil de los participantes resultó bastante
homogéneo: todos viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires y nacieron en la Italia
centro-septentrional. Tienen entre 28 y 77 años, con prevalencia de personas nacidas en las
décadas de los setenta y los ochenta. Salvo dos migrantes que llevan varias décadas residiendo
en la Argentina, el resto llegó a la Argentina en diversos momentos durante los últimos quince
años por razones familiares y/o de estudio. Son profesionales, en su mayoría con estudios de
posgrado, o bien se desempeñan en tareas que requieren calificación; tres de ellos declararon
ser periodistas.
Análisis del corpus
A partir de la identificación de deícticos como ―allá‖ y ―acá‖, de pronombres personales
tales como ―nosotros‖ y ―ellos‖/‖ustedes‖, de marcadores temporales como ―antes‖ y ―ahora‖,
es posible reconocer dos posiciones discursivas contrapuestas en base a la edad. Se trata de
entidades discursivas, y no de sujetos empíricos (Arfuch, 1987), desde las cuales se proyectan
relaciones de poder que buscan legitimidad a través de la ―proximidad‖ con Italia:
-a noi, en Argentina, italianos en la Argentina, non ce ne frega il tema politico de
fondo, a nosotros nos interesa cuál es el mensaje que nuestra cara Rai, que hemos
anhelado, nos está mandando en este momento. Seguimos pensando que es una
imagen distorsionada, poco edificante, poco constructiva, la que están enviando de
allá para acá (hombre, 77 años).
-Pero si no conocen Italia… (hombre, 37 años).
-¿Quién? (hombre, 77 años).
61
Instituto de Investigaciones Gino Germani
-¿A base de qué? ¿Ustedes tienen conocimiento de los problemas de Italia?
(hombre, 37 años).
-¿Pero quién te dijo…? Yo viajo todos los años a Italia… (hombre, 77 años).
En este sentido, el uso del italiano no resulta azaroso. Sin embargo, es interesante
observar que por momentos la mencionada dualidad discursiva se resquebraja.
Tal es el caso del rechazo generalizado que provoca la televisión (trans)nacional.
Aunque algunos participantes reconocen que su consumo les resultó significativo durante la
etapa inmediatamente posterior a la migración, incluso como fuente para su desempeño como
profesores de italiano, con el paso del tiempo el interés se erosiona. La televisión
(trans)nacional resulta menos atractiva que la televisión en el país de origen, la que surge
omnipresente en el recuerdo de escenas cotidianas de la vida familiar. Si se tiene en cuenta
que la oferta de televisión (trans)nacional se basa en gran medida sobre una selección de
programas transmitidos por la concesionaria pública en el país de origen, la crítica enuncia
más de lo que oculta. Así pues, se advierte una identificación selectiva en la que las críticas
coexisten con la necesidad de pertenencia a la familia-nación (Morley, 2001): ―cuando estoy
en abstinencia de guanciale, miro La prova del cuoco [con ironía]‖ (hombre, 37 años). La
pertenencia a la comunidad nacional se imagina a través del consumo de series, fútbol,
programas de interés cultural y de humor político:
-yo busco un programa [enfatizando uno] (mujer, 45 años).
-¡Un posto al sole! (hombre, 37 años).
-No, yo busco Crozza (mujer, 45 años).
-Ah, Crozza está bueno (hombre, 28 años).
Este diálogo pone en evidencia la frecuente identificación entre consumo televisivo
femenino y géneros ficcionales así como el presunto desinterés del público femenino por los
programas políticos/informativos.
De acuerdo a los testimonios analizados, la función informativa del canal internacional
de la Rai se encuentra altamente cuestionada: ―¿Informa Rai International? Rai International
no informa nada, ésta es la cuestión‖ (hombre, 37 años). En general, los noticieros y
programas de opinión política son juzgados como inadecuados, tendenciosos y estereotipados:
-El director del TG1 cambia siempre cuando cambia el partido. […] ―Report‖ lo
sacaron. ―Presa diretta‖ no sé si alguna vez está, alguna vez no (hombre, 37 años).
-Y ni hablar de los noticieros… Ni hablar del TG1. Evidentemente, creo que la
vida no es color de rosa en ningún lado del mundo… ahora mostrar ―mafia‖,
―rapto‖, ―delincuentes‖… (hombre, 77 años).
62
Jornada Migraciones. Mesa 4
Esto no llama la atención si se considera el escepticismo expresado frente a la política
italiana y a los políticos italianos en la Argentina, en particular. Ya durante la proyección del
video introductorio se registraron exclamaciones desaprobatorias ante la aparición en pantalla
de los ex senadores electos en América meridional Esteban Caselli y Luigi Pallaro:
-soy de aquellos que hacia la política italiana… tengo mucho disincanto… O sea
una atención que se tiene que tener porque tal vez la tengo en el ADN pero como
muy poca confianza. Por lo cual cuando veo todo este mundo político
representado… lo veo en una manera muy… ehhh… muy destacada, distaccata,
diciamo (hombre, 31 años).
-No se toma en serio el problema, se postulan candidatos como Gino Renni o
Ileana Calabró que es una cosa patética. Los argentinos no lo aceptarían ni siquiera
para su propio parlamento que se postule esto (hombre, 37 años).
Este mismo participante (hombre, 37 años) reconoce: ―pertenezco a esa mayoría que no
vota más‖.
Otra de las críticas a la televisión (trans)nacional alude a la diversidad de la oferta, que
en comparación con la televisión italiana pero también a la argentina, es percibida como
insuficiente. En palabras de García Canclini (1995), la diversificación de los gustos puede
tener algo que ver con la formación cultural de una ciudadanía democrática:
-[…] después que se introduce la TDA, la televisione digitale terrestre in Italia, mi
punto de vista que mejoró muchísimo la calidad de la oferta de la Rai. Hay canales
como Rai 4, Rai Storia, que son excelentes. Ahora no se entiende muy bien por qué
en el ámbito de una reestructuración tan ambiciosa, ¿no? que llega a 10, 12 canales,
no sé cuánto tiene pero muchos, dos dígitos de canales… eh… Rai International sia
tan inguardabile (hombre, 37 años).
-Quedó ahí, quedó ahí… (mujer, 44 años).
-La dejaron de lado… (hombre, 28 años).
Sobre este mismo tema, otro participante observa:
-[…] todavía hay un monopolio que lo único que podemos ver es la Rai
International. […]. Tenemos que soportar entre comillas porque no tenemos
opción. No hay opciones, por ahora. Mientras que con los canales locales hay
evidentemente un montón de ofertas. Hay de toda clase. […] No tenemos opciones.
Rai International es Rai. Cuando tengamos La 7, la 3, la 6, evidentemente ahí
podemos elegir. […]. Pero ahora es lo que hay. Y lo que hay evidentemente no
satisface, absolutamente (hombre, 77 años).
Aunque la oferta de televisión italiana en la Argentina incluya, según el operador,
RaiItalia, Euronews, Rai Premium y EuropaEuropa, los participantes evidencian conocer
63
Instituto de Investigaciones Gino Germani
exclusivamente RaiItalia, a la que a pesar de haber cambiado de identidad, continúan
llamando Rai International.
Frente al desinterés y el aburrimiento que provoca la programación de la televisión
italiana (trans)nacional,
-la Rai […] le habla a un público […] más viejo (hombre, 28 años);
-como que no existimos. No se tomó conciencia que hay jóvenes e interesados
(hombre, 40 años).
-nunca vi algo tan pobre… (hombre, 31 años).
-es muy feo (hombre, 37 años).
-le pongo la Rai [a mi hija] para que escuche… […] me mira como diciendo… ¡no
me hagas ver esto! […] yo no enciendo la tele y pongo la Rai. Jamás, jamás (mujer,
44 años).
-sobre la Rai es evidentemente complejo opinar. Pero en esencia en la comunidad,
la cual yo frecuento hace muchos años, la opinión es lamentable (hombre, 77 años).
La televisión argentina es vista como más heterogénea: ―[m]e divierte ver relatos tanto
diferentes‖ (hombre, 31 años). Aunque también superficial, agresiva y machista: ―[e]n un país
tan machista como Italia no se parece tan machista cuando mirás la televisión argentina. O
sea, ʻBailando por un sueñoʼ por lo menos no puede mostrar el culo‖ (hombre, 37 años). Al
comparar la Rai generalista con la televisión argentina, este mismo participante observa:
―desaparece el conductor cuando cambia el gobierno y vuelve a aparecer cuando vuelve
enseguida otra vez el otro gobierno. […] la televisión argentina se parece mucho a esto. La
TDA que yo tengo antes era así y ahora es así. Es pendular‖.
Por otra parte, el acceso no resulta ni fácil ni equitativo. En este contexto, varios
participantes declararon no disponer del servicio de televisión por cable/satelital. Para acceder
a la oferta televisiva italiana desde la Argentina, los telespectadores deben contratar el
servicio de un operador de televisión satelital o por cable. En promedio, el servicio tiene un
costo de $570, es decir 34 euros mensuales aproximadamente. Para el año 2016, el canone
Rai fue reducido a 100 euros anuales, es decir alrededor de 8 euros por mes (Recuperado de
http://www.canone.rai.it). En conclusión, acceder a la televisión italiana desde la Argentina
cuesta casi cuatro veces más que en Italia. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en
Italia, donde los usuarios de más de 75 años con comprobado bajo nivel de ingreso, a partir de
2008 están exentos de pagar el canone (Zaccaria, 2013: 429-30; traducción de la autora), no
se conocen medidas similares para los usuarios que residan en el exterior. Si a esto se suma la
cantidad de canales con contenidos italianos a los que se puede acceder en uno y otro caso, y
el cambio (des)favorable, la inequidad en el acceso a la televisión entre los italianos residentes
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Jornada Migraciones. Mesa 4
en Italia y aquellos en la Argentina se hace evidente. Sin embargo, ésta no parece ser
advertida por los participantes.
En otros casos, la falta de acceso a la televisión por cable/satelital no está dada por
cuestiones económicas sino por elección, vistas las posibilidades que ofrece internet, a la que
encuentran ―menos pasiva que la televisión como medio‖ (hombre, 37 años). De este modo,
logran acceder no sólo a la oferta pública de televisión italiana sino también a la de los
canales privados, como La7. Este dato parece poner en crisis lo observado por Curran et al.
(2009), para quienes los medios públicos favorecen de manera más eficaz el ejercicio
informado de la ciudadanía. Por otro lado, según los mismos participantes reconocen mirar
televisión a través de internet configura un tipo de consumo a veces ilegal, con frecuencia
solitario y altamente selectivo que implica conocimientos y habilidades específicas que no
parecen estar al alcance de todos, sobre todos de los mayores. Algunos participantes hicieron
asimismo referencia al consumo en soledad como un efecto no deseado de las estrategias
lingüísticas implementadas por el canal internacional de la Rai, que niega la posibilidad de
compartir la televisión con familiares y amigos.
Por último, todos los participantes coinciden en señalar que, al menos desde el punto de
vista comunicacional, no están dadas las condiciones para el ejercicio pleno de la ciudadanía
(trans)nacional de los italianos residentes en la Argentina, sin distinción de sexo o edad.
Tampoco perciben que haya información confiable sobre la calidad de los productos,
evidenciando un total desconocimiento de los monitoreos que involucran a los residentes en el
exterior previstos por las convenciones estipuladas entre la Presidenza del Consiglio dei
Ministri y la Rai sobre la oferta televisiva exterior, a los que yo misma como investigadora no
logré hasta el momento acceder. ―¡Ah, mirá!‖ (mujer, 45 años). ―¿Qué harán con eso?‖
(mujer, 44 años). A la pregunta por la participación democrática en los procesos de toma de
decisiones, siguieron las siguientes respuestas: ―No, olvidate‖ (hombre, 37 años); ―no existe‖
(hombre, 77 años). Incluso este último participante reconoce: ―no hay ninguna influencia de
nuestros representantes en la Rai. No les dan bolilla‖. Ante el desconcierto que produjo, otro
participante ironizó: ―tu intento parecía una pregunta retórica al principio‖ (hombre, 31 años).
Conclusión
El perfil de ciudadano-consumidor que emerge de los desarrollos anteriores se
caracteriza por su marcado distanciamiento crítico tanto de la televisión (trans)nacional como
local, por su desconfianza en la política italiana en general y la alta selectividad de los
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
contenidos televisivos que consume. Sin embargo, es posible concluir afirmando que el
contacto y la interacción con lo local y lo (trans)nacional no extinguen la necesidad de
pertenencia a la cultura nacional, sino que la actualizan asumiendo nuevos significados. En
este escenario, la televisión parece detentar, a pesar de los discursos que vaticinan su fin
(Carlón, 2014; 2016), un rol aún relevante que se encuentra no obstante atravesado por
relaciones de (des)igualdad, evidentes en las posibilidades de acceso a los contenidos
televisivos, en las condiciones de su recepción y hasta en la capacidad de hacerse oír a través
del medio.
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Jornada Migraciones. Mesa 4
El derecho a decidirdel pueblo vasco: iniciativas locales, acciones globales
Julieta Gaztañaga57
Introducción
En todo caso, la defensa del derecho a decidir no puede ser una bonita declaración
de intenciones sobre un papel, sino una praxis (Matute, 2016).
Un pedazo de queso me llevó a conocer Gure Esku Dago (Está en nuestras manos), una
―dinámica ciudadana‖ que postula el ―derecho a decidir del pueblo vasco‖. Pero no fue
realmente el producto lácteo en cuestión, sino el documental Gazta zati bat (Un pedazo de
queso) que catalizó a Gure Esku Dago como movimiento social popular. Allí se relata una
experiencia de producción y articulación de compromisos locales-globales: desde el año 2008
y con epicentro en un pueblo guipuzcoano de cerca de 2.000 habitantes y famoso por sus
quesos, un grupo de personas comienza a organizarse por el derecho a decidir. Fue producido
en el 2012 por el movimiento vasco Nazioen Mundua y la compañía internacional Pixel SL y
dirigido por Jon Maia (un famoso bertsolari, cantante, escritor y traductor vasco). El
documental aúna las categorías de ―derecho‖, ―nación‖ y ―ciudadanía‖ con una textura folk
agiornada al siglo XXI: la banda de sonido de Esnebeltza, los deportes rurales vascos, la
figura arquetípica de un pastor que prepara el queso en su chabola, el cual, debidamente
envasado al vacío, termina en manos de parlamentarios en la sede central de la ONU. Maia se
inspiró en la obra del artista Keixeta ―Mundo Queso‖ como metáfora del pueblo vasco, pero
para los protagonistas del documental es también un medio por el cual se operan otras
transformaciones metafóricas. Por un lado, despegarse de la violencia política en Euskal
Herria58. De hecho, la presentación del proyecto en inglés juega con el ingenio del error
voluntario: es traducido como A Peace of Cheese, de manera tal que ―paz‖ toma el lugar del
―trozo‖ o ―pedazo‖. Por otro lado, el queso es transportado y a través del viaje van
aprendiendo a ―reivindicar el derecho básico a decidir que tienen todas las naciones‖. Durante
2009 y 2010, llevaron el queso de Idiazabal para convidarlo a distintas personalidades del
mundo de la política y la cultura; particularmente en Escocia y Cataluña recogieron
experiencias y opiniones, se entrevistaron con políticos de diferentes partidos, con
movimientos sociales y con diferentes personas cuyas historias de lucha fueron llenando de
57
Doctora en Antropología. Investigadora adjunta CONICET-ICA, FFyL-UBA y docente regular UBA (FSOC y
FFYL). E-mail: satarsa@gmail.com.
58
Euskal Herria (traducido como ―pueblo vasco‖) hace referencia a la totalidad de los territorios vascos en
España y Francia, y no solamente a las tres provincias que componen la Comunidad Autónoma Vasca o Euskadi.
69
Instituto de Investigaciones Gino Germani
sabor a la controversial categoría de ―autodeterminación‖. Así, el queso no es sólo algo que
está en lugar de otra cosa, sino un vehículo material de la identificación entre el dar y las
intenciones del donante, que simboliza una moral contractual en la que el derecho real
permanece ligado al derecho personal en un eco inusitado del hau maorí (Mauss, 1979: 246).
De la experiencia lácteo-pedagógica mencionada surge el movimiento popular Gure
Esku Dago (en adelante GED) y su filosofía centrada en la idea de ―participación‖ y el
lenguaje de los ―derechos ciudadanos‖. Esta, como otras iniciativas producidas en Euskal
Herria, ha tenido una interesante repercusión en la diáspora. En Argentina en particular,
miembros de instituciones vascas posicionadas en el espectro ―de derechas a izquierdas‖ se
han ido apropiando de su leitmotiv ―plural y participativo‖ y han brindado apoyo a la
iniciativa. Partiendo de este hecho significativo, el objetivo de esta ponencia es problematizar
la importancia de GED entre los miembros de la colectividad vasco-argentina que se
posicionan a favor de la independencia de Euskal Herria, adoptando a nivel teórico y
conceptual un enfoque antropológico de la ciudadanía como praxis política.
Los datos en los que me baso surgen de un trabajo de campo iniciado hace dos años,
desarrollado con un enfoque y metodología etnográficos y llevado a cabo entre miembros de
la colectividad vasco-argentina en Buenos Aires59. De los diferentes espacios implicados, he
privilegiado el trabajo de campo en el marco de una euskaltegi porteña, una institución
dedicada a la enseñanza y difusión de la lengua vasca, poniendo el eje en el relevamiento de
prácticas que están en relación directa con la producción de compromisos políticos locales e
internacionales independentistas abertzales60. Hasta la fecha (la investigación está en marcha)
me concentré en eventos cotidianos y excepcionales que convocan a los miembros de la
euskaltegi y sus relaciones con otras instituciones de la diáspora en la ciudad, el país y con
otros colectivos diaspóricos (escoceses, irlandeses y catalanes). Desarrollé observación
participante en clases de euskera, reuniones mensuales y ciclos semanales de cine-debate,
talleres de música y danzas, charlas con especialistas, presentaciones de libros, reuniones con
fines sociales, y diversos actos y celebraciones públicos por fechas claves de la historia de
Euskal Herria. Asimismo, examiné contextos de situación que convocan a la diáspora, como
la Semana Nacional Vasca (el evento anual que reúne a las Euskaletxeas de todo el país), y un
59
Se inscribe en una investigación más amplia que busca contribuir al estudio antropológico de la relación
global-local a través del análisis etnográfico y comparativo de la producción social de dos valores políticos: el
―federalismo‖ en el marco de un proceso de regionalización entre las provincias de Entre Ríos, Córdoba y Santa
Fe, y el ―abertzalismo‖ o independentismo de izquierda en la colectividad vasco-argentina.
60
Abertzale se traduce como ―patriota‖ y connota al movimiento político y social vasco nacionalista y a sus
seguidores. En la actualidad -ibérica y diaspórica- su uso está asociado con posturas radicales de izquierda
(mismos términos que utiliza la RAE) aunque el uso del término identifica una adhesión difusa de cara a las
luchas independentistas actuales e históricas del pueblo vasco identificado con Euskal Herria.
70
Jornada Migraciones. Mesa 4
conjunto de celebraciones organizadas por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires donde se
congregan diferentes colectividades de inmigrantes. Completé el registro observacional con
entrevistas abiertas y la recopilación y el análisis de fuentes documentales.
La ponencia comienza desarrollando las bases del enfoque de la ciudadanía como praxis
política desde una perspectiva antropológica. Seguidamente, describe a Gure Esku Dago
atendiendo a la relación entre ―ciudadanía‖ y ―derecho a decidir‖, y luego busca dar cuenta de
las coordenadas locales de dicha iniciativa en función de significados, prácticas y lenguajes de
acción política. Finalmente, regresa al problema de la ciudadanía ligada a la formación de
sujetos políticos y la interacción de regímenes de ciudadanía a escala local y global.
La ciudadanía como praxis política
Que ―el olvido‖ e incluso, el ―error histórico‖ son esenciales a la creación de una nación lo
sabemos desde al menos 1882, cuando Ernest Renan brindó su célebre conferencia en la
Sorbona y planteó que el hombre no es esclavo ni de su raza, ni de su lengua, ni de su
religión, ni de los cursos de los ríos, ni de la dirección de las cadenas de montañas, ni las
meras necesidades militares. Se halla ligada, en cambio, a un principio espiritual con doble
orientación: hacia el pasado, a partir de una memoria común, y hacia el presente, en función
del consentimiento, el deseo de vivir juntos y la voluntad de continuar haciendo valer indivisa
la herencia recibida. Si había algo transcendental en la nación era aquello que se construía,
algo en movimiento: la agregación de hombres (sic), ―sana de espíritu‖ (una gran solidaridad)
y ―cálida de corazón‖ (constituida por el sentimiento de los sacrificios, los hechos y aquellos
por hacer), lo cual crea una ―conciencia moral‖ (Renan, 1987: 85).
La propuesta de Renan rompió con los determinismos decimonónicos y permitió
visualizar el carácter nacional que delinearía las formas estatales emergentes. Pero arrastraba
las contradicciones de su época, nacidas del encuentro entre cierta filiación monárquica y las
tradiciones francesas y alemanas, empero familiares a las razones que siguen brindando
eficacia simbólica a la nación: un patriotismo elitista y una propuesta liberal anclada en el
voluntarismo político de base cultural intersubjetiva (Trejo Amezcua, 2013). Frente a estas
dificultades, la perspectiva hoy clásica de Benedict Anderson apareció como superadora.
Aunque también era un producto político de su tiempo signado por los procesos de
independencia en África y Asia, y la fase imperialista del capitalismo, y por los choques
nacionalistas entre Estados con régimen socialista. La insistencia de Anderson en que ―la
calidad de nación‖ sea concebida como un ―artefacto cultural de una clase particular‖
71
Instituto de Investigaciones Gino Germani
(Anderson, 2000: 21) buscaba abrir una línea de discusión sensible al marxismo: que esa
singularidad se debe en gran medida a los sentimientos que la nación despierta (libertad,
compañerismo, fraternidad, etc.), y que eludir su importancia no borraba sus efectos. Es decir,
si no había criterios objetivos a la hora de definir ―qué‖ es una nación, lo importante era
explicar el ―cómo‖: ―las comunidades no deben distinguirse por su verdad o falsedad, sino por
el estilo con que son imaginadas‖ (Anderson, 2000: 24; Gellner, 1983).
La atención dispensada al contexto histórico de las definiciones de nación mencionadas
no pretende meramente contextualizar las ideas de uno u otro autor, sino poner de relieve un
problema propio de la formación de las comunidades políticas modernas (imaginadas,
limitadas y soberanas). Bob Simpson (2000) señala que la noción andersoniana de comunidad
imaginada es elegante y simple porque en su centro está el poder de las representaciones
colectivas. Es decir, su originalidad va más allá de reponer el esquema durkheimiano; tiene
que ver con la pregunta por las prácticas e instituciones que hicieron posibles comunidades
imaginadas e imaginables. Este es el problema que atañe al tema de esta ponencia: la relación
entre aquello que emerge de la convergencia del capitalismo y la imprenta en la fatal
diversidad del lenguaje humano (la nación) y aquella otra categoría mucho más antigua y
aparentemente más transparente que atañe a sus sujetos (la ciudadanía).
En cuanto a la ciudadanía, las teorías más establecidas, las anglo-norteamericanas,
retoman elementos de la tradición cívico republicana aristotélica y contractualista. Para el
filósofo griego la ciudadanía implicaba varias cuestiones: desde cómo consolidar la
membresía y la exclusión hasta la constitución moral del ciudadano, pasando por la práctica
política a través de la deliberación. Para Rousseau y Locke, la subjetividad política también se
creaba y estaba ligada a la virtud, aunque se diferenciaban al nivel de la polis, por qué, cómo
y cuándo las personas la creaban. Este problema atraviesa los debates sobre los regímenes
republicanos y liberales desde hace al menos tres siglos (Kymlicka, 1995), e impacta hasta
hoy en los debates acerca de la aplicabilidad internacional de los derechos humanos y la
naturaleza de los límites en torno de derechos específicos de membresía, lo cual se vio cada
vez más reforzado por la concurrencia jurídica, política y subjetiva entre Estado y Nación.
La ―confusión ideológica‖ entre ciudadanía, nacionalidad e identidad nacional (Stolcke,
2000; Trouillot, 2001) se origina en el dilema político e ideológico de definir la comunidad (el
pueblo, la voluntad popular, la gente). En otras palabras, es producto de que la idea
emancipadora de ciudadanía está al mismo tiempo limitada por leyes de nacionalidad
excluyentes. Parte de este problema que se expresó con fuerza en el siglo XIX también se
manifiesta en los resurgimientos nacionalistas por la laxitud con la se apela a la ―ciudadanía‖
72
Jornada Migraciones. Mesa 4
en arenas muy diferentes (en virtudes como la igualdad de derechos, el involucramiento
respetuoso entre la sociedad y los ciudadanos como individuos o corporaciones, la
participación y el conocimiento acerca de las instituciones de gobierno, el derecho a votar y a
ser electo, etc.). En este sentido, el señalamiento de Begoña Aretxaga (2003) es revelador: la
globalización no sólo es compatible con el Estado, sino que ha alimentado el deseo por las
formas estatales, ya sea para acceder a recursos y poderes experimentados o imaginarios, o
para defender a algún grupo étnico contra la violencia de algún Estado; cuando los
movimientos nacionalistas han vinculando el deseo de un Estado en oposición a otros Estados
(opresor o colonialista). El impacto del poder del Estado es sentido diferencialmente en los
diversos niveles de la comunidad nacional. La noción de Estado-nación ha oscurecido la
naturaleza inestable y problemática de ese vínculo. La fantasía de una comunidad nacionalista
unificada imaginaria se enfrenta a diferencias internas y luchas por el poder, y las diferencias
de clase, de género, étnicas, religiosas y de status crean diferencias en la ciudadanía.
Como observa Sian Lazar (2013), aún cuando las ciencias sociales fueron
desplazándose desde las teorías de la ciudadanía como mero estatus legal hacia concebirla
como un complejo haz de prácticas que constituyen la membresía política, persiste el
problema de que la versión dominante y normativa de la comunidad política sigue siendo la
versión de la ciudadanía anclada en el Estado-Nación. Y esto acontece aun cuando las
personas experimentan la naturaleza múltiple de la ciudadanía y los aspectos culturales de la
pertenencia política que desnaturalizan aquella ecuación automática, y aunque las
comunidades políticas más relevantes del capitalismo avanzado sean las que operan en una
escala supranacional (como en las ideas de cosmopolitismo, ciudadanía mundial y derechos
humanos, o transnacional, como los grupos de activistas, ciudadanos-migrantes, grupos
diaspóricos y redes religiosas).
El conflicto entre ciudadanía y nacionalidad sigue operando cada vez que los Estados
rivalizan por circunscribir la colectividad de sus ciudadanos y cada vez que se pone en juego
la importancia de pertenecer a una comunidad (Arendt, 1951). Los actores no estatales
también participan de esta construcción de derechos y obligaciones de los ciudadanos y los no
ciudadanos (y sus motivos de exclusión). Aquí es útil la noción de ―regímenes de ciudadanía‖,
que refiere a los intentos de crear ciudadanos con atributos morales, políticos y económicos en
términos de la noción de gubernamentalidad (Foucault, 2006).
Haciéndose eco de estos desarrollos, la antropología de la ciudadanía propone
concebirla y tratarla de manera etnográfica, como un lenguaje que refiere a la membresía. No
se trata de definir a priori la comunidad política sino de establecer qué sería la polis para
73
Instituto de Investigaciones Gino Germani
nuestros interlocutores en un momento y contexto determinados, sean éstos instituciones,
personas o colectivos (Lazar, 2013). Así, además de permitir trabajar las distinciones entre
ciudadanía plena y de segunda, o entre ciudadanía formal y sustantiva (Sassen, 2003), es
posible abordarla como un medio de reclamar membresía y de hacer observaciones sobre la
misma. Este enfoque antropológico surgido en el seno de la antropología política, promueve
la exploración de significados, prácticas y lenguajes de la acción.
Ahora bien, para llevar estos planteos al caso de GED es necesario examinar qué tipo de
comunidad política habilita y conforma dicha propuesta, y cuáles son los regímenes de
ciudadanía en que se basa. Sobre esto versa la siguiente sección.
Está en nuestras manos
La iniciativa GED fue presentada oficialmente el día 8 de junio de 2013 en Ficoba, Irun. Giró
en torno de la idea de que ―Euskal Herria es un pueblo y que los ciudadanos vascos tienen
derecho a decidir independientemente de que se sientan vascos, españoles, franceses o
cualquier otra nacionalidad del mundo‖. Según Ángel, uno de los fundadores de Nazioen
Mundua y actual vocero de GED, el proyecto surgió de la constatación de que ―era momento
de hacer algo‖ frente a tantos años de ―muros ideológicos‖. Efectivamente, las primeras
grabaciones del documental Gazta Zati Bat las realizaron mientras la organización ETA
(Euskadi Ta Askatasuna) estaba activa y por ello no era el mejor momento para tener
―esperanzas‖ a nivel del entendimiento mutuo generalizado dentro del pueblo vasco. Pero las
iniciativas ya estaban echadas a rodar. En el marco de esta necesidad de Ángel y Daniel, su
hermano, quien impartía clases de euskera en la Universidad de Londres, pensaron en hacer
una demostración de bailes y herri kirolak (deportes rurales vascos), primero en la City
londinense y finalmente decidieron llevar la iniciativa a Escocia, donde la propuesta les
parecía tener una afinidad más profunda. En Escocia, tras la victoria de los nacionalistas del
SNP (Partido Nacional Escocés) y la convocatoria de un referendo para decidir si seguían
vinculados a la Corona británica, quedaron impactados por la ―normalidad‖ con la que el
Gobierno británico aceptó la idea que el pueblo escocés tiene derecho a ser consultado.
Concluyeron que la diferencia entre ambos países radicaba en la diferencial trayectoria
democrática. La tarea era entonces nutrir y ―activar‖ ese ejercicio en la sociedad vasca. Algo
que decantaría con la declaración de cese definitivo de la violencia por parte de ETA en 2011.
Los promotores de GED leyeron las fracturas sociales en la relación entre pueblo,
ciudadanía y nación vascos, dejadas por ―el ciclo de violencia‖ en Euskal Herria, como el eje
74
Jornada Migraciones. Mesa 4
para encarar seriamente el problema de la ―diferencia‖. Usan un singular arquetipo para
explicarlo: ―Si Jon quiere ir al monte Txindoki y yo al pueblo de Abaltzisketa, podemos hacer
buena parte del recorrido juntos, hasta que llegue el punto de bifurcación‖.
Desde su presentación oficial a mediados del 2013 GED ha crecido como iniciativa,
tanto en la cantidad y extensión de sus acciones en Euskadi y Euskal Herria, como por la
cantidad de ―asambleas barriales‖ y de ―colaboradores‖, simpatizantes que participan en
momentos puntuales y a quienes los organizadores caracterizan como ―personas alegres y
simpáticas; gente feliz‖. Los portavoces de la iniciativa vasca atribuyen un contenido especial
a la relación entre derecho y ciudadanía. Conceptualmente parten de la idea de que es
fundamental ―elegir la propia identidad‖ y que la misma se disfruta a través de la ―diversidad
y la tolerancia‖. Esta forma de comprender la ciudadanía adopta una forma práctica, basada
en propiciar ―encuentros‖ entre ―diferentes sensibilidades políticas‖ y una ―nueva manera de
reivindicar el derecho a decidir de los pueblos‖ a partir de acciones ―coloridas, alegres y
pacíficas‖. Ambas se funden en una visión ―abierta y humana‖ centrada en la dimensión
afectiva: la ciudadanía está en el ―anhelo‖ de determinar libremente el futuro en común. Así,
GED va conformando una comunidad política a través de la interacción de diferentes
regímenes de ciudadanía. Acoge diferentes lenguajes que se intersectan: el de los derechos
jurídicos, el de la reciprocidad, las obligaciones vinculantes entre personas, la membresía
naturalizada a una colectividad y la construcción voluntaria. Sobre estos lenguajes, ―el
derecho a decidir‖ sería el símbolo común.
En términos generales, el derecho a decidir suele ser visto como una cuestión política y
jurídica que remite a las condiciones legales en que se inscribe la soberanía. Sin embargo, en
el contexto español donde se inscribe GED, diferentes analistas (responsables políticos,
historiadores, economistas, constitucionalistas, sociólogos) apuntan que existe una brecha
entre el ideal y la práctica democrática de la Constitución de 1978 que afecta a esos derechos.
Esta arena ha sido parte del enfrentamiento de las derechas e izquierdas, en términos del
nacionalismo español versus los nacionalismos regionales. Las diversas variantes de solución
que han sido producidas van desde un Estado español federal hasta el separatismo.
En el caso de GED el ―derecho a decidir‖ no es sinónimo de ―referéndum sobre la
independencia‖ aunque éste existe como un horizonte posible a mediano y largo plazo.
Tampoco se centran en debatir si el derecho a decidir es un derecho positivo, o si es exigible
ante instancias europeas o internacionales. Más bien lo introducen en usos laxos y ambiguos
de la relación entre soberanía y democracia en función de otra relación –también planteada de
manera laxa- entre participación y libertad. Como es de esperarse, debido a la laxitud
75
Instituto de Investigaciones Gino Germani
significativa, las ambigüedades propias de la libertad liberal basada en el ciudadano-individuo
se cuelan en este ―derecho‖. Así, lo que aparece como un problema de demandas de calidad
de la ciudadanía (cómo adjetivan y connotan su contenido sustantivo), termina encubriendo
otro que parecería ser pertenecer a un orden diferente, el de una comprensión no explicitada
acerca de cómo GDE en tanto ―movimiento popular‖ entiende su relacionamiento con las
instituciones y agencias del Estado y su participación en la arena política.
En lugar de precisar conceptualmente al concepto de derecho a decidir, los promotores
de GED lo actúan; entienden que es también una manera de despegarse del concepto de
ciudadanía tradicional encarnado en el Estado (español). En esta praxis, proponen como
basamento lo micro y lo cotidiano en oposición a lo abstracto y general. Se trata de un
movimiento escalar, en pos de una mirada acerca de los grandes hechos a través de la historia
con letra pequeña, que consideran fiable para abordar los grandes dramas nacionales pero
desde la cercanía y el intimismo entre ciudadanos que son, ante todo, personas. Por otro lado,
al recalcar el ―factor humano‖ buscan particularizar y precisar lo que de lo contrario se
transforman en ―estereotipos de la historia y las crónicas periodísticas‖. Con ello se
desmarcan de los partidos políticos doblemente: porque sus miembros son ―ciudadanos
voluntarios‖ y porque buscan dejar a un lado las ―diferencias‖ creadas por la violencia y lo
que suele denominarse ―el último conflicto armado en Europa‖.
Esta forma de ciudadanía encarnada en praxis es postulada por los promotores de GED
como ―parte de un ejercicio de un principio democrático, ya que [GED] es una reivindicación
pre-política‖. El problema que se abre en este contexto es cómo la ciudadanía implica la
praxis política pero se opone a lo político impregnado de la violencia ligado al Estado y a la
política de los partidos de masa. GED busca una posición superadora, no tanto desde la
disposición general que habilita el Estado, sus leyes y el fundamento de conformismo lógico y
moral que aquel implica (Bourdieu, 1997), sino a partir del extrañamiento respecto de una
comunidad de ciudadanos dada; extrañamiento que aviva irremediablemente la controversia
respecto de los símbolos y prácticas nacionales. Aquí hay una tensión irresuelta entre ―lo
político‖ como dimensión antagónica general de la sociedad y ―la política‖ como ensamblaje
de prácticas, discursos e instituciones que buscan establecer un orden particular; es decir,
entre diferentes clases de poder -incluso transnacionales- y la territorialidad de la política
dentro de las fronteras nacionales (Slater, 1998). No es solo una cuestión de definiciones sino
de prácticas creadoras de los regímenes de ciudadanía: clasificar es ―crear‖ las propias
realidades a que las ―etiquetas‖ se aplican (Douglas, 1996).
76
Jornada Migraciones. Mesa 4
Gure esku dago en la diáspora
La ciudadanía es más que un estatus jurídico-político (del individuo portador de derechos y
obligaciones) o una naturaleza identitaria diferencial (asociada a la identificación subjetiva y
emocional) porque la pertenencia política está constituida por la naturaleza de la práctica
política. Lo que importa es comprender cómo en los procesos de reclamo de ciudadanía, la
naturaleza de la ciudadanía misma podría cambiar. ¿Qué papel le cabe a la diáspora en esta
forma particular de concebir la ciudadanía? ¿Qué significados, prácticas y lenguajes de la
acción política hacen de GED algo que en la colectividad vasco-argentina se vuelve una
dinámica local? ¿Es la réplica localizada transformadora?
GED es quizás la única actividad ligada al nacionalismo y la autodeterminación que ha
logrado aglutinar a la diáspora vasca en Argentina. La diáspora como campo de indagación
excede a este trabajo, aunque cabe señalar que esta remite a arenas múltiples y heterogéneas
que no se agotan en el problema de la ciudadanía ni la migración. Los procesos diaspóricos se
tejen en torno de la identidad étnica y lingüística, incluyen al arte y al folclore, y también el
activismo transnacional, las batallas ideológicas y las formaciones históricas de clase.
Asimismo, involucra agencias estatales y no estatales, actores gubernamentales y no
gubernamentales, movimientos sociales e iniciativas ciudadanas, relaciones e instituciones
económicas, religiosas y de parentesco. Y por supuesto, se tejen en espacios variados, que
remiten a afiliaciones de diferente tipo (familiares, de afinidad, de estatus, de género) y que
son personales e institucionales, muchas veces superpuestas a nivel local y supralocal. En
cuanto a la colectividad vasco-argentina, esta representa casi la mitad de la diáspora vasca en
el mundo y posee una fuerte presencia dentro de la composición social nacional. La relevancia
de la inmigración vasca en el proceso formativo del Estado-Nación argentino ha inspirado
muchos trabajos desde la historiografía, las relaciones internacionales, y la ciencia política.
Actualmente es una de las colectividades con mayor estructura y organización, lo cual se
expresa en la profusión de Euskal Etxeas y sus vínculos con el Gobierno Vasco61.
La difusión de GED en la colectividad vasco-argentina ha sido masiva. No significa que
todas las personas conozcan a fondo la iniciativa pero sí que han oído hablar de ella. En este
proceso ha tenido un rol protagónico Daniel a quien ya mencionara, hermano de uno de los
61
No es posible reponer toda esta bibliografía por razones de espacio pero quisiera mencionar algunos trabajos
que me han servido de referencia. Sobre la diáspora vasca y cuestiones lingüísticas e identitarias: Arrondo y
Angione (2004), Irisarri y Sáinz (2012), Sarramone (1995), Villalón (2011), Aretxaga (2005); Douglass y
Zulaika (2007); Leizaola (2002), Pérez Agote (2008), etc. Sobre la migración y la diáspora en Argentina: Cruset
(2011 y 2015), Caviglia y Villar (1994); Mignaburu (2013) y diversos trabajos producidos en el Centro Arturo
Campion, como los de Arrondo (2012), Etchichury (2006) y Torry (2007).
77
Instituto de Investigaciones Gino Germani
principales referentes (protagonista de Gazta Zati Bat y vocero del movimiento en Euskal
Herria), quien está radicado en el país desde 2014 junto a su compañera. También
idiazabaldarra, oriundo del pueblo donde ―comenzó la historia‖, es el actual titular del
Lectorado de Euskera y Cultura Vasca, un programa establecido en 2008 fruto del acuerdo
entre el Instituto vasco Etxepare62 y la Universidad Nacional de La Plata. Formado en
filología vasca, el trato con la diáspora ya le era familiar, producto de haber trabajando en
ikastolas y euskaltegis dedicados a la euskaldunización de adultos donde tutoreó alumnos de
América del Sur dentro del programa Euskara Munduan de HABE (Helduen Alfabetatze eta
Berreuskalduntzerako Erakundea) del gobierno vasco63. Pero fue sobre todo su ―relación
familiar‖ con la dinámica GED aquello que lo convirtió en representante local del
movimiento. Desde La Plata, él y su compañera han estado detrás de la difusión de la
iniciativa en diferentes espacios que convocan a toda la diáspora vasco-argentina organizada,
tales como la Semana Vasca (celebración que se realiza anualmente en un punto diferente del
país) y en eventos como el ―Buenos Aires Celebra al País Vasco‖.
El caso del ―BA Celebra‖ es interesante. Surge como iniciativa del gobierno de la
ciudad de Buenos Aires en el año 2009, con objeto de brindar un espacio a las diversas
colectividades para que ―muestren su cultura, su historia y su identidad‖, y propiciar una
actividad capaz de ser ―compartida por vecinos y turistas‖. Se realiza siempre en la Av. de
Mayo, a pasos del eje histórico, cívico y político de la ciudad y en cierta manera de la
Argentina. Hasta la fecha han tomado parte las colectividades griega, judía, rusa, boliviana,
chilena, china, coreana, búlgara, española, lituana, italiana, eslovena, escocesa, ucraniana,
japonesa, armenia, irlandesa, croata, uruguaya, dominicana, paraguaya, portuguesa, brasilera,
polaca, libanesa, colombiana, peruana y vasca.
En las tres últimas ediciones del festival que reúne a la colectividad euskalduna, GED
tuvo un lugar destacado junto a las más tradicionales actividades de comensalidad y
despliegue del folclore (deportes, danzas y música). En la edición de 2014 del evento porteño,
se formó una cadena humana simbólica en adhesión a la del 8 de junio 2014 en Euskal Herria
que unió las ciudades de Iruña-Pamplona y Durango emulando la iniciativa de la ―Vía
62 El Instituto Vasco Etxepare radicado en Donostia-San Sebastián asume el rol de embajador de la lengua y la
cultura vascas en el mundo, y un articulador fundamental de la diáspora especialmente en el arte. Debe su
nombre a Bernart Etxepare, quien a mediados del siglo XVI escribió Linguae Vasconum Primitae, el primer
libro en lengua vasca.
63 Véase la entrevista a Daniel Oiarbide realizada por S. Otegui para el portal web Euskalkultura.com en
19/05/2014. Recuperado de: http://www.euskalkultura.com/espa%C3%B1ol/noticias/con-la-llegada-del-nuevo-
lector-arrancaron-las-clases-de-lengua-y-cultura-vasca-en-la-universidad-de-la-plata (último acceso 04/01/2017).
78
Jornada Migraciones. Mesa 4
Catalana‖64. GED ofreció a la diáspora la posibilidad de ser parte de las actividades que tenían
lugar en Euskal Herria.
Desde entonces, la iniciativa fue encontrando un eco cada vez mayor. En el 2015, GED
puso en marcha el proyecto ―Tejer voluntades‖, consistente en construir urnas gigantes
forradas en telas que expresasen adhesiones personales reivindicando el derecho a decidir, con
la consigna de ―tejer la colaboración entre diferentes, tejer la decisión‖. La diáspora local se
mostró receptiva de la misma. Bajo el título ―Hora de tejer voluntades en Argentina‖, la
convocatoria tuvo sus particularidades. No era necesario realizar un aporte económico para
participar, las telas a reunir debían ser de algún color y subdivididas en cuadrados de 25x25
centímetros y debían tener mensajes o dibujos alusivos, individuales o grupales. Los centros
vascos del país y también de Brasil y Uruguay enviaron sus telas a la ciudad de La Plata junto
a fotos y/o videos del proceso de creación y todas reunidas se expusieron, primero en La Plata
el 25 de abril de 2015 (el mismo día que en el País Vasco se realizó el Ehuntze Eguna, el día
de tejer la tela gigante) y luego el 10 de mayo en el ―BA Celebra‖.
Este año, el evento tuvo lugar el domingo 8 mayo. Los representantes locales de GED
fueron invitados por el centro vasco organizador, el Laurak Bat. La actividad que organizaron
tuvo por consigna ―apoyar con un voto simbólico‖ las consultas sobre el derecho a decidir que
se realizaron el 5 de junio en 34 pueblos vascos65. En este contexto GED convocó Euskal
etxeas de todo el mundo con la convicción de que ―la diáspora es la octava provincia y por
eso es fundamental señalar su importancia y destacar lo imprescindible de su compromiso y
participación en lo que sucede en Euskal Herria‖66. En Buenos Aires Celebra, las imágenes de
urnas, sobres y carteles fueron los recursos para simbolizar el derecho a decidir y el objetivo
de ―apoyar las consultas‖. Cientos de personas se sumaron y fueron fotografiados sus ―votos‖
por los representantes de GED, quienes hicieron un video para difundir en la comunidad
euskalduna. Además de esas acciones y los discursos pronunciados por representantes de
instituciones vascas respecto de la libertad, la soberanía y el futuro social y político de Euskal
Herria, para el cierre del evento, sobre el escenario principal formaron la frase Gure Esku
Dago, letra por letra, persona por persona, cantando la canción del movimiento Herri libre
64 Organizada por la Asamblea Nacional Catalana, la iniciativa cruzó 400 kilómetros desde la frontera con
Francia hasta Castellón en septiembre de 2013; más de un millón y medio de personas participaron.
65
En Euskadi consistió en responder afirmativa, negativamente o en blanco. En Goierri e Ispaster se preguntó
―¿Desea ser ciudadano/na de un estado vasco soberano?‖, mientras que en Debagoiena, Aramaio y Azpeitia la
pregunta fue ―¿Desea ser ciudadano/na de un estado vasco independiente?‖
66
Extraído de la nota publicada el 16 de mayo de 2016 y realizada por la corresponsal local del portal
EuskalKultura.com, en la cual describe el evento y dialoga con los representantes de Gure Esku Dago.
Recuperado de http://www.euskalkultura.com/espanol/noticias/gure-esku-dago-presente-en-el-buenos-aires-
celebra-respaldando-las-consultas-del-5-de-junio-en-euskadi (último acceso 04/01/2017).
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
batean (En un pueblo libre). El presentador tradujo parte de la letra (―no tenemos héroes ni
conquistas que reivindicar, nos une tan solo la voluntad y el deseo de ser un pueblo‖) y agregó
Gora Euskadi askatuta! (¡Viva el País vasco libre!)
Ahora bien, el problema de la ciudadanía ligada a la formación de sujetos políticos en la
interacción de regímenes de ciudadanía a escala local, nacional y global reposa sobre el
problema de la ―otredad‖. Así como la ciudadanía está constituida al mismo tiempo por la
virtud del ciudadano individual y la naturaleza de la práctica política, también existe a través
de la alteridad, la condición ontológica que hace posible la política (Isin, 2002: 36). El no
ciudadano arquetípico es el migrante extranjero; también puede ser la diáspora. De hecho, una
de las críticas que se han hecho a GED es que no toma en cuenta ―seriamente‖ a la octava
provincia. El ejemplo del voto ―simbólico‖ es elocuente; más cercano al fetiche o al exvoto.
Pero además de la desigualdad en la actuación de los reclamos de membresía que
significa para la diáspora la praxis de GED (la cual es a su vez desigualmente celebrada a lo
largo de hegemonías globales norte/sur), la fuerza y resonancia de sus significados, prácticas
y lenguajes de acción política se inscribe diferencialmente en las coordenadas locales. Así,
mientras que toda la colectividad vasco-argentina celebra la dinámica GED, esta participación
se cruza con otros compromisos políticos locales y globales propios. En este sentido, si como
señalé antes, la ciudadanía no se agota en un estatus jurídico-político (del individuo portador
de derechos y obligaciones) o una naturaleza identitaria diferencial (asociada a la
identificación subjetiva y emocional) es porque constituye una praxis por las que las personas
hacen afirmaciones y reclamos sobre comunidades políticas de las cuales el Estado es sólo
una más. Cabe preguntarse entonces ¿cambia la naturaleza de la ciudadanía en los procesos de
reclamo cuando son apropiados o replicados por las alteridades internas de los no ciudadanos?
GED en la Casa abertzale
Al comienzo de este trabajo señalé que llegué a GED por ―Un pedazo de queso‖. En realidad
más que el documental así intitulado, lo significativo fue dónde y con quiénes lo vi: con
miembros de la colectividad vasco-argentina que se identifican con el abertzalismo. En este
contexto el abertzalismo encarna un ―valor en acción‖67, clave para el establecimiento de
lazos personales e institucionales. La movilización de este valor político no es ajena a la
confusión ideológica entre ciudadanía, nacionalidad e identidad nacional, pero su relevancia
67
En el sentido antropológico propuesto por Graeber (2001). Cf. Gaztañaga, 2016.
80
Jornada Migraciones. Mesa 4
tiene que ver con cómo los vasco-argentinos se apropian del mismo, ya sea para refundarlo,
cuestionarlo, resignificarlo y hasta olvidarlo. ¿Cómo se inserta GED en esta trama local?
A diferencia de otras instituciones que promueven la identificación vasca desde un
punto de vista primordial y a través de símbolos y prácticas tradicionales (comidas, danzas y
deportes), mis interlocutores también están activamente involucrados en actividades e
iniciativas consideradas ―políticas‖ y asumen un posicionamiento progresista de ―izquierdas‖.
De aquí la elección en llamarla la ―Casa abertzale‖ aunque seguramente no todos acordarían
con esta denominación a la que apelo con fines etnográficos. Para quienes forman la comisión
directiva y para quienes se involucran en las actividades regulares que organiza la Casa, su
identidad vasca tiene que ver con lo euskaldun, es decir, está ante todo fundamentada en el
estudio y la difusión del euskera, la lengua vasca. La asociación tiene una interesante historia
que reproduce las tensiones propias que implica al abertzalismo en la diáspora. Fue fundada
en 1944 en el seno del Laurak Bat porteño, la principal institución vasca de Argentina
(próxima a festejar su aniversario 140º). Casi sesenta años más tarde y debido a diferencias
personales e institucionales acumuladas por años, sus miembros ―rompen‖ y se ―mudan‖
momentáneamente a otra sede vasca que los alberga. Nuevos conflictos mediante, comienzan
las gestiones de personería jurídica (Res.IGJ 278/05) y el reconocimiento del gobierno vasco
como Euskal Etxea homologada; a lo que se sumó al cierre temporal de la casa que los
albergó y haber continuado desde el 2010 en un espacio ―prestado‖ por una fundación gallega
―amiga‖. El ―sueño del techo propio‖ se cumplió en 2012 cuando se mudaron a la sede propia,
comprada a través de préstamos solidarios de sus socios y ayuda del gobierno vasco.
A la fecha, el número de socios supera el centenar y posee una gran oferta de cursos de
idioma con modalidades presenciales, semipresenciales, online y talleres de conversación. Las
clases se dan en el marco del proyecto de HABE Argentinan Euskaraz/Euskara Munduan.
Entre 2006 y 2011 sus profesoras dictaron además clases en el Laboratorio de Idiomas de la
Universidad de Buenos Aires, y en 2013 la institución fue galardonada por Eusko
Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos con el premio ENE Saria a la promoción del
euskera. En la Casa se llevan a cabo otras actividades, tales como charlas y conferencias sobre
―cultura vasca‖, un ciclo del ―cine vasco‖, exposiciones de artistas y talleres (joyería
conceptual vasca, instrumentos tradicionales como alboka, pandero, trikitixa, txalaparta),
ensaya un grupo de dantzaris que ejecuta danzas tradicionales, un coro que interpreta obras en
euskera, y durante dos años un grupo ensayó una obra teatral producida por dos irakasles
(profesoras) de la Casa que fuera premiada en la Semana Vasca de La Plata de 2014. Esta
intensa actividad la configura como ―centro social convocante y abierto‖, donde además se
81
Instituto de Investigaciones Gino Germani
hacen encuentros gastronómicos y sociales (topaketas) semanales, dos o tres fiestas callejeras
con música y bailes (trikipoteos: ir de taberna en taberna al ritmo de la trikitixa),) al año, y se
celebran ―festividades típicas‖ como el Aberri Eguna (día de la patria), el Día del Euskera,
San Fermín, la conmemoración del bombardeo de Gernika y la Korrika. En este marco
también participan de eventos como la Semana Nacional Vasca de Argentina y del programa
de intercambio Gaztemundu del gobierno vasco, así como de los organizados por los
gobiernos locales que involucran a diferentes colectividades (Fiesta de las Colectividades, Día
del Inmigrante, el Patio Gastronómico), así como de acciones con ―otras colectividades
independentistas‖, como fiestas y torneos de fútbol con la colectividad catalana y escocesa.
Desde que se formalizó la iniciativa GED, los miembros de la Casa han venido
siguiendo sus pasos de cerca y adhiriendo activamente. Pero este apoyo presenta algunas
particularidades que los diferencian. Menciono algunas de las más salientes, en una breve
esquematización para economizar espacio, aunque haciendo uso de los términos y expresiones
nativas propias de la textura etnográfica con la cual oportunamente los registré.
El primer año en que GED estuvo en el ―BA celebra‖, previamente, en el mes de marzo,
la Casa realizó un acto en solidaridad con los presos y presas vascos, y la presentación del
colectivo ―A casa /Etxera‖ que tiene como misión la denuncia sistemática de atropellos a los
derechos humanos y la política de dispersión carcelaria. El evento se completó con la
proyección del documental Barrura begiratzeko leihoak dirigido por cinco cineastas vascos,
con la presencia de un representante de Etxerat, el principal colectivo vasco de familiares y
allegados de presos políticos, en el hotel BAUEN (una empresa hotelera recuperada de
Buenos Aires). También a comienzos de ese año y en el marco del segundo Trikipoteo, los
organizadores grabaron imágenes para enviar a GED con la presencia de músicos escoceses.
Al mes siguiente, en el marco de la presentación del film Asier eta biok de los hermanos
Merino en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, la Casa recibió la visita de los
directores y tuvo lugar un debate en torno al conflicto vasco. Entrado el año, en la
zazpigarrena topaketa (séptimo encuentro) organizaron una kantu-afaria (cena con música)
que tuvo como invitado al hermano del portavoz de GED, quien hizo una presentación de la
iniciativa en el escenario, contando el proyecto de realizar una cadena humana para unir los
123 kilómetros que separan a Durango e Iruña. Haciéndose eco, la casa convocó a una cadena
humana sobre la Avenida 9 de Julio el mismo día que en Euskal Herria, a las 00:00 del
sábado. Y también participaron del apoyo a la cadena humana el domingo 8 de junio en la
plaza San Martín. En septiembre, convocaron el apoyo al YES escocés ―a favor de la
independencia‖, acompañando con música vasca al grupo escocés Tartan Army, de cara a la
82
Jornada Migraciones. Mesa 4
consulta popular del 18 de septiembre que promovía ―la emancipación de Escocia del Reino
Unido de Gran Bretaña, que comparte con el pueblo vasco la lucha por la Libertad‖.
Finalizando ese año, a mediados de diciembre en el Casal de Catalunya, la Casa realizó como
cada año la Euskara Egunaren Jaia (fiesta del euskera), que consiste en una cena informal
por el cierre de las actividades del año en la que actúan el coro y el cuerpo de danzas, la
muestra de los alumnos de euskera y la presentación de los talleres de pandero y alboka. En
esa oportunidad, mezclando el viaje y la dinámica de la familia con sus compromisos con
GED, estuvo presente el vocero de GED, quien asistió con su familia al evento.
Pero el cierre de ese año no había llegado aún: recibieron la visita de un activista vasco
y organizaron una charla acerca del independentismo en el siglo XXI, y una juntada de firmas
a favor de Berria, para que el Gobierno Vasco siguiera otorgando subvención al único diario
editado íntegramente en euskera. Como si esto fuera poco, el 4 de diciembre de 2014,
miembros de la Casa participaron del Encuentro por la Paz Argentina en el País Vasco, un
evento desarrollado en el Salón Azul del Senado de la Nación Argentina que reunió a más de
150 personalidades de todo el arco político, artistas, deportistas, educadores y profesionales,
que hicieron pública una declaración de apoyo para ―impulsar el proceso de paz en el País
Vasco y la resolución del conflicto político‖. El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez
Esquivel, y Nora Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, leyeron el
manifiesto. El acto comenzó con la interpretación de un Aurresku por parte de un dantzari de
la Casa y cerró con el Gernikako Arbola y Agur Jaunak entonados por el coro de la Casa68.
Acciones de este tipo se replican hasta el presente con la misma intensidad. Entre ellas,
cabe mencionar que cuando GED en el 2015 invitó a participar en Argentina de la iniciativa
―tejer voluntades‖, la Casa confeccionó sus telas en el marco de los diferentes cursos de
euskera. Pero, asimismo, en el marco de la topaketa por conmemoración del Aberri eguna
proyectaron el documental Jostunak junto con un informe sobre la situación actual de los
presos vascos por parte del colectivo ―A casa/Etxera‖. La lista de actividades se multiplica:
charlas, encuentros, debates, presentaciones, proyecciones; a lo cual se suma el tratamiento en
charlas cotidianas sobre la liberación de Arnaldo Otegi Mondragón el 1 de marzo, tras una
condena seis años y medio de cárcel (elegido en prisión secretario general de Sortu y
candidato a lehendakari por EH-Bildu para las elecciones autonómicas, aunque inhabilitado
por la Junta Electoral de Guipúzcoa y el Tribunal Constitucional como parte de su condena).
68
Organizado por el Servicio de Paz y Justicia, Serpaj (Argentina), Lokarri (País Vasco), Serapaz (México), la
Fundación para la Democracia, Alternativa y Debate (México), la Federación de Entidades Vasco Argentinas-
FEVA (Argentina) y el Grupo Internacional de Contacto (País Vasco).
83
Instituto de Investigaciones Gino Germani
La apretada enumeración que aquí expongo no termina de dar cuenta de todas las
actividades en las que la Casa y sus miembros se posicionan como diáspora abiertamente
politizada. Más bien busca subrayar el hecho de que el apoyo a GED ha servido como
catalizador de reflexiones propias en torno de su lugar dentro de la diáspora. Estas
comprensiones abonan tensiones (abiertas y larvadas) que impactan en la producción y
establecimiento de lazos locales y globales. Una de las tensiones centrales radica en cómo se
identifican con el nacionalismo y el independentismo vascos. Este problema político (también
religioso y socioeconómico) que se remonta a la derrota del Carlismo y a la pérdida de los
fueros medievales, se extendió desde los procesos de emancipación coloniales hasta la
formación del internacionalismo socialista, como algo medular a la realidad vasca; así se
expresó en la inmigración vasca en Argentina. Los miembros de la Casa apelan a la misma
como tensión histórica pero su manera de resolverla es absolutamente contemporánea y desde
la praxis local a través de la defensa del euskera como marca de compromiso político69. Es
desde la defensa del euskera que la Casa se incorpora también al circuito tradicional de la
diáspora70. Su ―misión‖ es mantener, enseñar y difundir la lengua y la cultura vasca en
Argentina. Sin embargo, el euskera conforma un campo en tensión que excede al idioma
debido a la ―dificultad‖ de su aprendizaje y que no es un idioma realmente hablado en el
cotidiano para la mayoría de las personas. En la trama cotidiana de la Casa, sólo una minoría,
cerca de 20 personas, es capaz de utilizarlo de manera fluida, aunque su uso es estimulado de
manera permanente. Asimismo, el uso del euskera se performa junto a diacríticos abertzales
(portar el pañuelo verde de la Independentzia, pines y prendedores con consignas políticas, el
despliegue de la bandera de Etxera, por los presos políticos, etc.).
La Comisión Directiva funciona de manera asamblearia y está conformada por personas
que se destacan por su compromiso y capacidad de trabajar para los demás de manera
solidaria. La Casa tiene una política de puertas abiertas a ella acuden vascos de nacimiento,
hijos, nietos y bisnietos de vascos, y quienes no tienen filiación de sangre alguna con el
69
La lengua como elemento de afirmación política comienza a fortalecerse en Euskal Herria en relación a su
persecución por parte de la dictadura franquista. Ausente de los sistemas educativos públicos, creció
vertiginosamente en ikastolas, en clases nocturnas en fábricas y cooperativas, por nuevas generaciones que
recuperaban canciones, danzas e instrumentos musicales silenciados y olvidados. Tras el regreso a la democracia
en España, el idioma -que antes se mantenía en medios rurales como lengua de los baserritarras y era
estigmatizado- vive ahora un proceso inverso. En este contexto, la diáspora tuvo un papel fundamental, tanto por
haber acogido a muchos de sus defensores exiliados como por sus acciones en conservar y difundirlo.
70
Además de los ya mencionados lazos con Euskal Etxeas y colectividades, ha estrechado vínculos con centros
educativos (Colegio Euskal Echea), entidades gubernamentales (Gobierno Nacional Argentino, Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, Gobierno Vasco) y culturales (Museo Nacional de la Inmigración, el sitio Web de
noticias Euskalkultura.com y de la colectividad vasca Euskaletxeak.net, y la Red de Bibliotecas Cooperativas de
la Federación de Entidades Vasco Argentinas).
84
Jornada Migraciones. Mesa 4
pueblo vasco; personas que han vivido en Euskal Herria y quienes nunca han estado. De esta
manera promueven la identidad de ser vascos y vascas, con un difuso ―sentirse vasco o vasca‖
e iniciativas políticas concretas. Además de las ya mencionadas, cabe destacar
videoconferencias con ―activistas‖, cuestionamientos públicos a personalidades como el ex
juez Baltasar Garzón (protagonista de cambios en la trama jurídica española acerca del
―terrorismo‖), y el intercambio epistolar con presos y presas en diferentes cárceles de España
y Francia. Para ellos, el compromiso con ―lo vasco‖ es parte de un conjunto de acciones
políticas que resignifica los alcances de GED como parte de la diáspora. Y en esto, como
siempre, la política es ante todo un hecho local: mientras que el euskera informa y singulariza
a la Casa son parte de un mundo de lazos institucionales más abarcadores que comparten con
instituciones y personas posicionados a favor de una ―nación vasca nacionalistas-peneuve‖
(en alusión al Partido Nacionalista Vasco) y visiones conservadoras, esencialistas y
racializadas del ser nacional. En suma, es un dilema porque no siempre los elementos
nacionalistas naturalizados del folclore se acomodan bien con la sintonía fina del
independentismo de izquierda.
Para concluir
Cuando conocí la iniciativa Gure Esku Dago, me pareció un poderoso ejemplo a contramano
de ―trabajo político‖ (Gaztañaga, 2010). Con esta categoría había estado investigando los
mecanismos y modalidades de relacionamiento (interpersonal e institucional) por los que
ciertos políticos peronistas entrerrianos transformaban sus proyectos en obras. En una
aproximación comparativa inspirada en el proceso inferencial de la abducción (Peirce, 1998),
pensé en llevar el ―trabajo político‖ a GED, y acercarme a lo desconocido a través de lo que
ya conocía. Pero si la iniciativa vasca aparecía como un buen lugar para repensar la militancia
y el activismo fuera de los partidos políticos, asimismo, el derecho a decidir era terreno fértil
para retomar otros problemas como el de la creatividad social que interpela al Estado y la
creación de instituciones y formas sociales (algo que ya venía abordando en investigaciones
sobre integración regional, comercio exterior, creación de infraestructura pública,
descentralización y federalismo). Una gran diferencia, empero, era la centralidad de la
categoría de ciudadanía y las conexiones transnacionales. Y otra gran diferencia, más
acuciante inclusive era que GED parecía tener todos los condimentos de ejemplo a
contramano de la política. Es decir, sus promotores, además de posicionar la iniciativa en un
85
Instituto de Investigaciones Gino Germani
lugar ―previo a la política‖, tenían como lema que ―el tema de la autodeterminación es
demasiado importante para dejarlo en manos de los políticos‖.
Al examinar a GED como hecho político local, las preguntas de investigación
comenzaron a virar hacia los lineamientos ideológicos a través de los cuales se configuraba un
―cúmulo de fuerzas‖; es decir, qué significa para ellos la política. ¿Era parte del tipo de
tolerancia del ―multiculturalismo despolitizado‖ que propone que ahora vivimos en un
universo postideológico de superación de los conflictos entre izquierda y derecha, y donde las
batallas se han reducido al reconocimiento de ―diversos estilos de vida‖, o lo que autores
como Žižek (2010) han señalado, constituye a la ideología del actual capitalismo global?
De cara al problema de la interacción de regímenes de ciudadanía a escala local,
nacional y global, parecería que iniciativas como GED operan una interesante paradoja
política de nuestros tiempos. Como dispositivo de ciudadanía despolitizado, GED se
transforma en eje de la controversia política en la diáspora es porque se politiza. En este
proceso la tecnología gubernamental de la ciudadanía crea comunidades excluyentes donde
los diversos actores y los diferentes regímenes de ciudadanía no poseen peso equivalente.
GED se presenta como un movimiento ―paraguas‖, un armazón general y una herramienta
para articular y aunar diferencias, pero su praxis local, que no puede ser otra que política,
reproduce lineamientos de polis basados en el modelo del Estado-Nación.
He intentado mostrar que GED permite acercarse al problema de la ciudadanía en clave
política de la membresía, la subjetividad y la agencia. Si bien GED excede a la relación
normativa entre ciudadanos y Estado, también muestra la constitución simultánea de
comunidades políticas en diferentes escalas (local, nacional, internacional, global); cuestiona
regímenes de ciudadanía establecidos, y expone la porosidad entre usos ―de abajo hacia
arriba‖ y ―arriba hacia abajo‖ con los que se sigue reclamando al Estado como Estado-Nación.
Mientras cerraba estas líneas, en España los resultados de las elecciones generales eran
poco favorables a las expectativas progresista: mayoría de escaños para el Partido Popular,
segundo lugar para el socialismo del PSOE y de cerca, Unidos Podemos. En Euskadi, Unidos
Podemos es la fuerza más votada con 7 escaños; le sigue el PNV con 5, uno menos que en
diciembre de 2015, mientras que UPN-PP, PSOE y EH Bildu repiten sus representantes en el
Congreso. Poco después Cameron dimitió como Primer Ministro de Gran Bretaña. En su
breve discurso en Downing Street 10, planteó que él no conducirá el retiro de la Unión
Europea y destacó el orgullo de pertenecer a un país que confía a sus ciudadanos las
―elecciones importantes‖ y el ―derecho a decidir‖. Tiempos turbulentos. Si hay una diferencia
entre nacionalismo y autodeterminación merece ser recordada y reforzada. Quizás sea hora de
86
Jornada Migraciones. Mesa 4
invertir el método de Jean Monnet, el padre fundador de la integración europea, y que las
soluciones provengan ante todo de la praxis solidaria más que de la acumulación de los
pequeños pasos de ciudadanos libremente despolitizados.
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88
Jornada Migraciones. Mesa 4
Las migraciones internacionales en América del Sur y la ciudadanía suramericana en
condiciones de macrointegración
y restauración conservadora
Eduardo J. Vior71
Planteo del problema: situación actual de la ciudadanía suramericana y perspectivas de
desarrollo72
Hasta hace poco tiempo en la mayoría de los países de América del Sur predominaban
procesos emancipadores y democráticos que retomaban tradiciones seculares de lucha por los
derechos de sus pueblos, la autonomía de la región dentro del orden mundial y su
reunificación política. Junto a la expansión de sus capitalismos nacionales el subcontinente
avanzó mayoritariamente con políticas de democratización, vigencia de los derechos
humanos, visiones integradoras coincidentes entre los gobernantes de los distintos países,
reconocimiento de los derechos de diversas minorías y políticas de inclusión social. Es
notable que, en tanto se intensificaban los intercambios políticos entre los países de la región,
se hacía más intensa y libre la circulación de las personas entre ellos. Correspondientemente,
mientras que la integración económica avanzó muy lentamente de crisis en crisis, hasta 2013
se había acelerado tanto en el MERCOSUR como en la Comunidad Andina de Naciones
(CAN) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) la adopción de medidas para
facilitar el ingreso y asentamiento de suramericanos en los países miembros. El avance de los
derechos humanos y fundamentales, también para los migrantes, es el saldo más importante
del proceso de integración entre los países suramericanos.
En el MERCOSUR este proceso se puso en marcha en 2002, cuando los cuatro países
fundadores del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) firmaron los Acuerdos sobre
Residencia para Nacionales de los Países del MERCOSUR y MERCOSUR-Bolivia y -Chile,
que, empero, sólo entraron en vigor, cuando el Senado paraguayo como último los ratificó en
2009. En 2004 Argentina sancionó la Ley de Migraciones 25.871 (Giustiniani et al., 2004).
Sus aspectos más salientes son establecer la migración como un derecho universal inherente a
la persona humana (art. 4) y el principio de origen (suramericano) como criterio preferencial
71
Doctor en Ciencias Sociales / Doctor en Sociología. Investigador asociado Facultad de Filosofía y Letras
(Universidad de Buenos Aires). E-mail: ejvior@gmail.com.
72
La argumentación de esta ponencia en general sobre las migraciones internacionales y, en particular, la
expuesta sobre el tópico de la ciudadanía, se basan en numerosas publicaciones del autor que por razones de
espacio no pueden desarrollarse en este texto, pero le sirven de base y contexto (Vior, 2008; 2012a; 2012b y
2013; Vior y Cabezas, 2013).
89
Instituto de Investigaciones Gino Germani
para facilitar el ingreso y asentamiento de extranjeros en el territorio nacional. Esta ley fue
replicada y mejorada en Uruguay en 2008 (Ley N° 18.250-08) y complementada por acuerdos
multi- y binacionales (UNASUR, 2008) que abarcan toda Suramérica, excepto la Guayana
francesa.
La combinación entre las dos leyes de migraciones recién mencionadas, los acuerdos
multilaterales y bilaterales y el estatuto fundacional de UNASUR han creado un plexo
normativo por el cual, aun en el caso de los países que no reconocen explícitamente el
derecho humano a la migración, ningún Estado suramericano puede hoy negarse a la libre
circulación de personas provenientes de otros países de la región. De este modo comenzó a
formarse una zona continental de libre circulación de las personas en la que individuos y
grupos fueron ejerciendo el derecho a escoger sin constricciones legales dónde deseaban
asentarse y trabajar decentemente.
Como, además, todos los miembros de la UNASUR y la misma organización han
incorporado a sus ordenamientos normativos los principales pactos internacionales de
derechos humanos y el Pacto de San José, reconocen que los individuos y grupos migrantes
están dotados de todos los derechos humanos, incluidos los políticos. En consecuencia debe
aceptarse que si un/a suramericano/a o un grupo de ellos/ellas migra a otro país de la región,
está facultado para ejercer allí sus derechos ciudadanos activos y pasivos. El Tratado
Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) de 2008 (vigente desde
2011) dio cuenta de esta realidad, cuando en su Preámbulo estableció como finalidad de la
Unión ―la consolidación de la identidad suramericana a través del reconocimiento progresivo
de derechos a los nacionales de un Estado Miembro residentes en cualquiera de los otros
Estados Miembros, con el fin de alcanzar una ciudadanía suramericana‖ (art. 3, inc. i, 2008:
2).
Reforzando este proceso los organismos de integración de América del Sur han
coincidido en expresar la voluntad de establecer la ciudadanía suramericana: el MERCOSUR
en diciembre de 2010 (Consejo del Mercado Común, 2010), la UNASUR en noviembre de
2012 (2012) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en mayo de 2013 (2013). Este plexo
normativo y jurídico, empero, cuestiona uno de los fundamentos del orden estatal existente
desde mediados del siglo XVII: la facultad del Estado de escoger su población73. Si bien los
73
Uno de los mecanismos hallados por los príncipes reunidos en Westfalia entre 1645 y 1648 para acabar con la
guerra interconfesional que asoló Alemania durante tres décadas fue arrogarse la facultad de seleccionar la
población que gobernarían. Este principio se aplicó más tarde, con el advenimiento de los estados nacionales, a
otros criterios, como la lengua, el origen étnico o los complejos catálogos actuales de algunos países, pero
sustancialmente se mantuvo intacto.
90
Jornada Migraciones. Mesa 4
inmigrantes pasan largo tiempo sin adquirir la ciudadanía del país de acogida o no lo hacen
nunca, el derecho a la libre circulación les reconoce legalmente sus derechos civiles,
económicos y sociales, en algunos casos, también algunos derechos políticos (como el voto
activo –a veces también el pasivo- en elecciones municipales y provinciales) y, mediante su
organización como grupos de interés y de presión, van influyendo sobre los sistemas
políticos. El ejercicio de la ciudadanía se hace más diverso y comienza a tomar en cuenta la
heterogeneidad cultural de las sociedades suramericanas. En consecuencia se va debilitando el
estatuto de la ciudadanía nacional.
Desde fines de 2015, en tanto, ha cambiado el signo político en los principales países de
la región. Por elecciones, golpe parlamentario y/o sistemática subversión de las instituciones
democráticas han tomado el poder o amenazan con hacerlo representantes de viejas y nuevas
oligarquías impulsados por los centros del capital financiero especulativo internacional. Si
bien todavía es muy temprano para dimensionar las políticas de estos gobiernos hacia la
ciudadanía suramericana, tanto su afán por integrar a sus países en acuerdos megarregionales
de libre comercio que recortan severamente la soberanía y los derechos democráticos como su
adhesión a la estrategia continental norteamericana de militarización de la lucha contra el
narcotráfico y el terrorismo hacen previsible que la circulación transfronteriza será encarada
principalmente desde una perspectiva de seguridad.
No es previsible que los pueblos suramericanos acepten sin resistencia la reducción de
su derecho a la libre circulación y a la ciudadanía. Avances y retrocesos se van a suceder y
combinar en un proceso conflictivo cuya duración y dimensiones todavía son imprevisibles.
La batalla por los derechos de los migrantes va a ser política y jurídica, pero también cultural,
o sea, en torno a su reconocimiento e incorporación a la comunidad de derechos. De cualquier
manera el esfuerzo masivo para articular una zona subcontinental de plenos derechos va a
continuar. En estas condiciones es imperioso reflexionar sobre sus condiciones de validez y
sobre su significado en un marco postnacional. Para ello, en primer lugar se rastrearán sus
fundamentos y antecedentes en la tradición política latinoamericana. Luego, se la insertará
dentro del proceso más amplio de revolución democrática continental, y en tercer lugar, se
discutirán sus condiciones de realización actual.
El derecho a la libre circulación de las personas y el acceso a la ciudadanía en el
Continente Americano
Para revisar el estado del arte sobre la cuestión de la ciudadanía en el Continente
Americano, parece útil sistematizar las definiciones vigentes de ciudadanía.
91
Instituto de Investigaciones Gino Germani
De la libertad de circulación al derecho humano a migrar
La libertad de circulación o libertad de movimiento es un concepto de los derechos humanos
por el cual toda persona tiene derecho a moverse libremente, ya sea dentro de un país o de un
país a otro. De acuerdo al artículo 13º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
(ONU, 1948), un ciudadano de un estado tiene la libertad de viajar y residir en cualquier parte
del mismo respetando la libertad y los derechos de los demás, así como puede dejar ese
Estado y volver en cualquier momento. Sin embargo, ―este‖ artículo no incluye ni ampara el
derecho a entrar libremente en un país ajeno, es decir, que no reconoce el derecho a la
inmigración individual ni colectiva.
Esta acepción restringida se remite a la tradición anglosajona en la cual el Derecho al
Libre Movimiento -desde la Carta Magna (1215) en adelante- es entendido como la
autorización real para que el hombre libre (señor o burgués) pudiera salir del reino y retornar
sin limitaciones. La discusión sobre este derecho se hizo política, cuando entre los siglos XVI
y XVII los soberanos de Occidente empezaron a delimitar territorialmente sus dominios,
especialmente, después de que en los Tratados de Westfalia (1648) se instauró en Europa
Central el Estado territorial.
A fines del siglo XVIII la tradición mencionada se plasmó institucionalmente en la
Primera Enmienda (1791) a la Constitución de los Estados Unidos. Según ésta, el derecho al
libre movimiento, en primer lugar, no es un derecho inherente a la persona y a los grupos sino
a los ciudadanos de los estados integrantes de la Unión y, en segundo lugar, es conferido por
un estado federado y reconocido por los demás, o sea que no se trata de un derecho universal.
Por la misma razón Estados Unidos nunca aceptó someterse a la jurisdicción internacional,
mucho menos en lo referente al libre ingreso de personas. Esta limitación se extendió
asimismo a las políticas de refugio y asilo.
Por el contrario, bajo la influencia de la Iglesia Católica los países iberoamericanos
vieron siempre la libre circulación como un derecho inherente a los seres humanos en cuanto
tales. La Iglesia Católica tiene una larga tradición de preocupación y cuidado por la figura del
migrante, que tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento aparece como el sufriente, pero
también es mostrado a imagen y semejanza de Dios, superior a las naciones y trascendente a
toda frontera.
Durante la Edad Media en Europa Occidental el derecho a la libre circulación se
fundamentó en el ius peregrinandi et degendi, o sea en el derecho de todo cristiano a
92
Jornada Migraciones. Mesa 4
peregrinar a los lugares santos, especialmente a Palestina, y a ejercer el comercio lícito. En el
pensamiento de Francisco de Vitoria (1483-1546) (Añaños Meza, 2012) este derecho adquiere
un doble sentido: por un lado, como derecho natural, es anterior a los estados que, por lo
tanto, deben garantizarlo en nombre del bien común universal. Por el otro, sirvió a Vitoria
como justificación de la conquista de América, en la medida en que, si los habitantes del
nuevo continente impedían la libre circulación de los cristianos por sus territorios, era lícito
hacerles la guerra y quitarles sus dominios.
A pesar de este bárbaro corolario, durante el período colonial esta fundación vitoriana
del Derecho Internacional sirvió de dos maneras: a) en tanto el derecho a la libre circulación
vale, según el dominico, para todos los seres humanos y no solamente para los cristianos,
fundamentó un derecho universal; que b) fue garantizado a la vez por soberanos que quedaron
obligados a protegerlo en nombre del bien común universal. Como se observa, esta
fundamentación universalista es radicalmente diferente al principio anglosajón del
reconocimiento mutuo entre los estados.
Aunque la atención que la Iglesia dedica a los inmigrantes puede rastrearse a lo largo de
toda su historia, ante la inmensidad de la emigración europea hacia América y otras regiones
del globo, en los siglos XIX y XX el Papado comenzó a ocuparse especialmente de las
necesidades materiales y espirituales de los emigrantes. León XIII (1878-1903) fue el primer
papa que dedicó un documento específico al tema de las migraciones, autorizando mediante la
carta Quam aerumnosa (1888) la misión entre los europeos emigrados, sobre todo al
Continente Americano. Los sucesores de este Papa continuaron esta línea, instituyendo obras
católicas específicas para los emigrados. Pío X (1903-14) subrayó el papel de las diócesis de
origen en este servicio, en tanto Benedicto XV (1914-22) y Pío XI (1922-39) destacaron la
responsabilidad de las iglesias locales en la recepción de los emigrados y en la misión entre
ellos. Esta insistencia y la oscilación de los papas entre que las misiones para los emigrados
sean dirigidas desde las iglesias nacionales de su origen, o bien desde las de acogida, refleja
las dificultades que la Iglesia Católica romana tenía con las iglesias nacionales de los países
americanos en los que los episcopados muchas veces adoptaron las visiones racistas y
xenófobas de las elites oligárquicas, por lo menos en América Latina74. Desde el primer
momento de la dominación castellana sobre América se planteó una contradicción entre el
reconocimiento del derecho a la libre circulación de las personas y la necesidad real (luego
74
De hecho, León XIII ordenó en 1901 la organización en los países de acogida de inmigrantes europeos
(principalmente Argentina, Brasil, Canadá, Estados Unidos y Uruguay) de pastorales especialmente dedicadas a
estos grupos poblacionales, pero el Episcopado argentino no acató la orden papal hasta 1951 (Auza, 2001).
93
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asumida por los estados nacionales) de controlar la movilidad humana y la asignación de
fuerza de trabajo en sus dominios americanos. Ambos aspectos de la contradicción forman
parte de la tradición jurídica, política y cultural de América Latina y la Iglesia Católica
siempre debió moverse entre los dos.
Pío XII (1939-58) consolidó y reforzó el acompañamiento a los migrantes. Afirmando
como supuesto el derecho natural de cada hombre a usar los bienes materiales de la tierra -
creados por Dios para todos los hombres-, formuló un doble principio: todos los hombres
tienen derecho a un espacio vital familiar en su lugar de origen, pero si éste se frustra, tienen
derecho a emigrar y ser acogidos en cualquier otra nación (1941).
Si bien los documentos papales entre mediados del siglo XIX y mediados del XX se
referían principalmente a la acogida de los emigrados católicos en los países de destino y a la
misión entre ellos, se basaban en el derecho vitoriano a la libre circulación de las personas y
responsabilizaban a los estados por el buen trato de los migrantes en nombre de un bien
común superior y vinculante.
Después de la Segunda Guerra Mundial una serie de textos papales definió y precisó el
derecho humano a migrar. Por ejemplo, en la Constitución Apostólica Exsul Familia, de
1952, aun reconociendo el derecho que posee un Estado soberano a controlar sus fronteras,
Pío XII lo relativizó declarando que las necesidades de los migrantes deben conjugarse con
las de los países que los reciben (1952: par. 63).
Por su parte, en su encíclica Pacem in Terris (1963), el Papa Juan XXIII (1958-63) fijó
definitivamente el derecho del individuo y de los grupos a migrar, así como su derecho a no
tener que migrar, como dos caras de un mismo derecho inalienable y universal:
25. Ha de respetarse íntegramente también el derecho de cada hombre a conservar
o cambiar su residencia dentro de los límites geográficos del país; más aún, es
necesario que le sea lícito, cuando lo aconsejen justos motivos, emigrar a otros
países y fijar allí su domicilio. El hecho de pertenecer como ciudadano a una
determinada comunidad política no impide en modo alguno ser miembro de la
familia humana y ciudadano de la sociedad y convivencia universal, común a todos
los hombres (Juan XXIII, 1963: par. 25).
Sobre esta base humanista y universal la Iglesia Católica construyó desde principios del
siglo XX su pastoral migratoria. Ahora bien, en la medida en que el derecho humano a migrar
es un derecho natural anterior a la constitución de los estados, en el marco de un orden
mundial obligado al bien común universal, de este derecho la Iglesia Católica infiere vigencia
universal de todos los derechos humanos de las personas migrantes.
94
Jornada Migraciones. Mesa 4
Por la influencia que la Iglesia Católica tiene en América Latina, este desarrollo del
derecho a la libre circulación de las personas hasta la proclamación del derecho humano a
migrar influyó sobre las formulaciones políticas y diplomáticas de los estados
latinoamericanos, aun a pesar de su compleja relación con el catolicismo. En primer lugar, si
bien los principales países de acogida siempre priorizaron la recepción de europeos
occidentales y del sur, desde fines del siglo XIX abrieron también sus fronteras para judíos de
Europa Oriental y árabes de Siria y Líbano. Un capítulo particularmente negro fue el de la
inmigración de trabajadores chinos a los países de la costa del Pacífico para construir las
líneas férreas en condiciones de casi-esclavitud. No obstante, en general los países
suramericanos tendieron a facilitar la incorporación de los inmigrantes a la ciudadanía, con lo
que se facilitó la libre circulación a través de las fronteras.
Mientras tanto, la tradición normativa de los derechos humanos desarrollada en el
marco de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA)
bajo la preponderante influencia de las visiones anglosajonas y francesa de los mismos
siempre ha sido más restrictiva que la latinoamericana. Puede ejemplificarse con el modo en
que se incorporó el derecho a la libre circulación en el art. 22 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos75 (Organización de Estados Americanos, 1969) o en los arts. 12 y
13 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos76 (Organización de las Naciones
Unidas, 1966). Incluso en la Convención Internacional sobre los Trabajadores Migrantes
(Organización de las Naciones Unidas, 1990) la ―legalidad‖ adquiere un status preponderante.
75
―Artículo 22. Derecho de Circulación y de Residencia. 1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio
de un Estado tiene derecho a circular por el mismo y, a residir en él con sujeción a las disposiciones legales. 2.
Toda persona tiene derecho a salir libremente de cualquier país, inclusive del propio. 3. El ejercicio de los
derechos anteriores no puede ser restringido sino en virtud de una ley, (…). 4. El ejercicio de los derechos
reconocidos en el inciso 1 puede asimismo ser restringido por la ley, (…). 5. Nadie puede ser expulsado del
territorio del Estado del cual es nacional, ni ser privado del derecho a ingresar en el mismo. 6. El extranjero que
se halle legalmente en el territorio de un Estado parte en la presente Convención, sólo podrá ser expulsado de él
en cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la ley. (…). 8. En ningún caso el extranjero puede ser
expulsado o devuelto a otro país, sea o no de origen, donde su derecho a la vida o a la libertad personal está en
riesgo de violación a causa de raza, nacionalidad, religión, condición social o de sus opiniones políticas. 9. Es
prohibida la expulsión colectiva de extranjeros‖. [Énfasis agregados por el autor].
76
―Artículo 12: 1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tendrá derecho a circular
libremente por él y a escoger libremente en él su residencia. 2. Toda persona tendrá derecho a salir libremente de
cualquier país, incluso del propio (…)
4. Nadie podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país. Artículo 13:El extranjero que
se halle legalmente en el territorio de un Estado Parte en el presente Pacto sólo podrá ser expulsado de él en
cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la ley; y, a menos que razones imperiosas de seguridad
nacional se opongan a ello, se permitirá a tal extranjero exponer las razones que lo asistan en contra de su
expulsión, así como someter su caso a revisión ante la autoridad competente o bien ante la persona o personas
designadas especialmente por dicha autoridad competente, y hacerse representar con tal fin ante ellas.‖
Obsérvese el énfasis (destacado por el autor) en la condición de legalidad requerida para que el inmigrante sea
protegido por esta Convención.
95
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Los trabajadores en tránsito o que han entrado a los países de acogida en forma ilegal no están
amparados por estos documentos de derechos humanos.
Finalmente, desde la UNESCO Antoine Pécoud y Paul de Guchteneire (2006) han
propuesto que de la combinación del derecho a emigrar y el derecho de asilo previstos en los
documentos internacionales se infiera el derecho humano a migrar. Sin embargo, en la mayor
parte del mundo el desarrollo normativo de los últimos diez años ha ido en el sentido
contrario: bajo el signo de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo internacional las
fronteras de los países más desarrollados se han hecho más rígidas e impermeables.
Por el contrario, en América del Sur se dio a partir de principios del siglo XXI un
desarrollo normativo y político-cultural que permitió la vigencia de Derecho o de hecho del
derecho humano a migrar y éste, a su vez, influyó sobre el concepto de ciudadanía.
La idea iberoamericana de ciudadanía77
El derecho a la libre circulación de las personas, tal como fue proclamado por Francisco de
Vitoria y desarrollado hasta el derecho humano a migrar, implica al mismo tiempo la
obligación del itinerante de respetar las leyes y costumbres de los países que recorre y donde
se asienta. Aún más, compromete al/a la migrante a contribuir con el bien común de las
comunidades por donde transita o se asienta, en términos contemporáneos, la/lo obliga a
participar en la política de dichos países, aunque no sean el de su origen. Todo ser humano
tiene, por consiguiente, el derecho y el deber de participar libremente en una comunidad
política organizada. En este sentido, la tradición latinoamericana de derechos humanos es
profundamente republicana.
Ambos derechos fueron sostenidos y defendidos en Iberoamérica en sucesivas épocas y
constituyen un patrimonio distintivo de la cultura suramericana.
Uno de los principales conceptos con el que los juristas y teólogos hispánicos
conceptualizaron la monarquía desde el siglo XVI en adelante fue el de república. Explicando
el significado del vocablo ―república‖ tal como lo usaron los tratadistas de la Escuela de
Salamanca, Gil Pujol (2008) lo identifica con una forma de organización comunal inspirada
por las ciudades italianas del Renacimiento y el Flandes tardomedieval.
Según François-Xavier Guerra (2000), en tanto, la independencia ―de facto‖ de las
ciudades de América hispánica en el antiguo régimen explica el surgimiento del
77
Como antecedente, sobre las posiciones del autor en torno a la teoría de la ciudadanía, Cf. Vior (2015).
96
Jornada Migraciones. Mesa 4
republicanismo ya en el primer momento de la independencia. Bajo la dinastía Habsburgo las
ciudades hispanoamericanas vivían en tensión con los representantes del Rey, con la Iglesia y
con los terratenientes cercanos, pero se autogobernaban mucho más que las entonces alicaídas
ciudades castellanas y, por supuesto, que las ciudades francesas o inglesas. Cuando advino la
dinastía de Borbón en 1700, durante algunas décadas todavía se mantuvo el autogobierno
comunal que, a pesar de las reformas centralizantes desde la década de 1760, nunca fue
abolido totalmente. Por eso, en el momento de la formación de las nuevas repúblicas existía
una tradición democrática afianzada que sólo fue derrotada en las guerras civiles posteriores.
En el Antiguo Régimen no había prácticamente diferencias entre los conceptos de
―ciudadano‖ y ―vecino‖ (Aljovín de Losada, 2009: 179-180). El ciudadano/vecino estaba más
vinculado a lo local que al reino. Se trataba de una institución comunalista no determinante
para el gobierno del reino, pero fundamental para la legitimidad. A pesar de las profundas
diferencias regionales, puede reconocerse una cierta homogeneidad de las condiciones
requeridas para el acceso a la ciudadanía: ciudadano/vecino era el varón, generalmente padre
de familia, con solar dentro del ejido urbano. La incorporación de nuevos vecinos a la
corporación municipal (la que elegía a los alcaldes y decidía sobre derechos y privilegios) se
realizaba de acuerdo a tradiciones locales78. A pesar de la confusión entre ―ciudadano‖ y
―vecino‖, en el mundo hispano existía una diferencia importante entre ambos términos. El
ciudadano era un vecino de una ciudad que podía formar parte de tribunales, ser funcionario
real, pertenecer a una corporación, elegir a las autoridades locales y estar habilitado para
ejercer cargos electivos. En cambio, como vecino se designaba indistintamente a los
habitantes de las ciudades y de las áreas rurales, sin considerar que derechos tenían.
A partir del último tercio del siglo XVIII, bajo la influencia de la Revolución
Norteamericana, de la Ilustración y de la Revolución Francesa se produjo un desplazamiento
semántico, por el cual la ciudadanía comenzó a ser un atributo individual de los hombres
libres, ya no por su pertenencia a una corporación. Sin embargo, hasta muy entrado el siglo
XIX el avecindamiento siguió siendo el criterio determinante para el otorgamiento de la
ciudadanía (Aljovín de Losada, 2009: 189-190), hasta que fue sustituido por la lealtad a la
nación.
De lo expuesto puede inferirse, en primer lugar, la continuidad del concepto de
vecino/ciudadano desde la ciudad castellana y catalana del siglo XV hasta las repúblicas
independientes del siglo XIX. Obviamente, este derecho cabía a no más del diez por ciento de
78
Si bien, en principio, debían respetarse también el ser cristiano viejo, en Hispanoamérica muchas veces se
prescindió del control de pureza de sangre.
97
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la población hispanoamericana, fue fuertemente limitado desde mediados del siglo XVIII 79 y
se dieron enormes diferencias regionales y modificaciones a través del tiempo, pero se trata de
una tradición de autogobierno propia y diferenciada de la anglofrancesa que nunca dejó de
sobrevivir. Si, en segundo lugar, se la vincula con el derecho a la libre circulación de las
personas, que a su vez, entraña derechos y deberes ciudadanos, puede constatarse hasta el
siglo XX la vigencia de una tradición republicana de libre movilidad y ciudadanía. De hecho,
hasta la década de 1960 las fronteras nacionales entre los países suramericanos eran
sumamente porosas. Sólo entonces, bajo la influencia de la Doctrina de Seguridad Nacional,
las fronteras nacionales vallaron la libre circulación.
La ciudadanía suramericana como parte de la revolución democrática continental
Desde la llegada de los castellanos y portugueses nuestro continente está signado por tres
procesos yuxtapuestos y contradictorios: a) los sucesivos ciclos de expansión mundial del
capitalismo que fueron sometiendo a la naturaleza y los pueblos del continente a relaciones de
mercado80; b) la lucha de los pueblos por ejercer sus derechos humanos y ciudadanos como
modo de equilibrar y compensar la desposesión colonizante; c) las relaciones interétnicas e
interculturales que estructuraron las sociedades latinoamericanas.
Desde la perspectiva del sistema mundial pueden distinguirse cinco períodos en los
cuales los tres procesos alcanzaron desarrollos y crisis coincidentes:
1) Entre mediados del siglo XVI y mediados del siglo XVIII se organizó la
incorporación de América al sistema mundial capitalista en torno a la explotación de
minerales preciosos y la caña de azúcar. Paulatinamente, el debilitamiento del poder marítimo
español y portugués produjo un aislamiento relativo del continente, que se organizó con una
cierta autonomía. Especialmente en los dominios castellanos -estructurados en base a la
primacía de las ciudades y villas- surgió un complejo equilibrio de poderes entre las
autoridades reales, la Iglesia, los terratenientes, las ciudades y las comunidades indígenas
autónomas. Desde el primer momento el ciudadano/vecino se convirtió en un actor importante
en el ejercicio de la soberanía compartida.
79
Precisamente en esta limitación de los derechos de autogobierno durante el reinado de Carlos III (1756-1786)
ven muchos historiadores una de las principales causas de la alienación de las elites criollas y mestizas que
conduciría a los estallidos revolucionarios en torno a 1810.
80
Estos ciclos de expansión del sistema mundial capitalista se articularon de maneras diversas con las sucesivas
luchas por la hegemonía en el sistema internacional. Expansión de las relaciones de mercado y luchas por le
hegemonía son dos caras de la misma moneda.
98
Jornada Migraciones. Mesa 4
2) Entre mediados del siglo XVIII y mediados del siglo XIX se redefinió la
participación de América Latina en el sistema mundial. Mudó la explotación de productos
minerales y grandes regiones impulsaron la exportación de productos agropecuarios. Sobre la
base de la renta agraria y la renta minera se organizaron potentes oligarquías parasitarias. La
dominación ibérica fue remplazada por la hegemonía británica. Se organizaron los modernos
estados nacionales dominados por las oligarquías bajo formas liberales y con participación
restringida. No obstante, las manifestaciones populares de democracia inorgánica se repitieron
periódicamente en todo el subcontinente.
3) Entre mediados del siglo XIX y 1930 las economías suramericanas estuvieron
incorporadas al sistema mundial capitalista en base a enclaves exportadores y la hegemonía
británica que, a partir de 1914 fue siendo remplazada por la norteamericana. Ante la
urbanización y el surgimiento de importantes capas medias y movimientos obreros, la
hegemonía oligárquica cayó en crisis. El continente entró en una transición en la que
fracciones oligárquicas transformistas se combinaban en formas variables con movimientos
reformistas urbanos. Sólo en pocos países (Chile y Uruguay) se estabilizaron los estados
liberales.
4) Entre 1930 y aproximadamente 1980 movimientos nacionalistas con mayor o menor
apoyo impulsaron procesos de industrialización sustitutiva de importaciones (ISI). Si bien
estos procesos no rompieron la dependencia de las exportaciones agrarias y mineras,
modificaron la distribución de dicha renta. En consonancia con la urbanización y
movilización de sectores populares, la agudización de la Guerra Fría, así como las crisis de
acumulación y de hegemonía radicalizaron los conflictos políticos y sociales. La respuesta
desde Estados Unidos y desde los centros nacionales de poder fue militarizar el tratamiento de
los conflictos y reducir el peso de la industria sustitutiva de importaciones, para así disminuir
la influencia social y política de las clases obreras. En este período se dio el mayor grado de
experimentación democrática desde las guerras de la independencia.
5) Desde 1980 los países de América del Sur participan en el sistema mundial
principalmente a través de la acumulación financiera. Incluso las exportaciones primarias o
algunas exportaciones industriales incorporadas a cadenas de valor transnacionales son
dependientes de los ciclos de acumulación financiera. Este período se pueden subdividir en
dos etapas:
5.1) Desde 1980 hasta principios del siglo XXI los regímenes políticos predominantes en el
subcontinente fueron congruentes con el proceso de acumulación financiera y
transnacionalización de las economías mediante el gerenciamiento de las deudas externas. Las
99
Instituto de Investigaciones Gino Germani
crecientes protestas de sectores trabajadores y de clases medias se conjugaron
progresivamente con movimientos por los derechos humanos y por los derechos de minorías,
hasta eclosionar en las crisis de fin de siglo en nuevos movimientos nacionalistas y
reformistas.
5.2) Desde principios de siglo hasta 2015 la mayoría de los gobiernos en la región tenían
orientaciones nacionalistas y reformistas con ampliación de derechos para las mayorías y las
minorías étnicas, culturales y de género. Por primera vez desde la independencia la expansión
de los derechos democráticos se combinó con la ampliación de las libertades civiles, la
consolidación de los regímenes representativos y la profundización política de la integración
suramericana. Si bien no se modificó la hegemonía de la acumulación financiera y de las
grandes corporaciones multinacionales, la renta fue redirigida hacia inversiones en
infraestructura, educación, salud, vivienda y reducción de la pobreza e indigencia. En los
primeros años de esta etapa los gobiernos reformistas equilibraron el poder de las viejas y
nuevas oligarquías apoyándose en importantes excedentes comerciales y financieros. Sin
embargo, a partir de 2013 -en el segundo ciclo de la crisis mundial iniciada en 2007- el
empeoramiento del contexto internacional produjo –junto con errores en las políticas fiscal y
cambiaria en la mayoría de los países- un rápido agotamiento de las reservas y una
convergencia de presiones sociales a las que los gobiernos reformistas no supieron dar
respuesta. Como consecuencia se formaron amplias coaliciones restauradoras que, por
primera vez, fueron capaces de influir sobre sectores subalternos e infligir a los gobiernos
reformistas graves derrotas. De todos modos, en esta etapa se ampliaron los derechos
políticos, económicos, sociales y culturales, mientras se expandían las libertades individuales
y grupales de un modo inédito. La proclamación de la ciudadanía suramericana continentalizó
la lucha por la ciudadanía y las libertades.
De esta sucinta reseña de la historia latino, y especialmente, suramericana surgen dos
conclusiones inmediatas: a) que la memoria de la lucha por los derechos, incluidos los
políticos, se basa en tradiciones pentacentenarias y ha constituido instituciones culturales
duraderas; b) que sólo en la última etapa han coincidido la lucha por las libertades con la
lucha por los derechos democráticos. En consecuencia, puede concluirse que la proclamación
de la ciudadanía suramericana combina las luchas por la libertad de circulación con aquellas
por el derecho a participar en una comunidad política organizada.
Caracterizar este proceso como ―revolución‖ tiene importancia por dos aspectos: a)
porque resalta su identidad frente a las maniobras regresivas y/o transformistas que intentan
100
Jornada Migraciones. Mesa 4
quitarle entidad; y b) porque lo diferencia de otros procesos de ―modernización‖ y/o
―democratización‖ dados bajo condiciones diferentes de inserción en el sistema mundial.
Las teorías prevalentes sobre la revolución (Polanyi, Stiglitz y Block, 2003; Skocpol,
1979: 3-46; Weber-Fas, 2000:32) parten del supuesto de un único proceso de modernización
hacia el capitalismo (y en el marxismo, también hacia el socialismo) en los cuales las
revoluciones son sucedáneas de la evolución fracasada. Todas suponen la existencia de una
contradicción entre evolución y revolución, así como entre reforma y revolución. Estas teorías
insisten asimismo en que las revoluciones son períodos de corta duración y están
caracterizados por el uso de la violencia.
Sin embargo, los movimientos cívicos que entre 1989 y 1991 derrocaron a los
regímenes socialistas de Estado en el Pacto de Varsovia alteraron radicalmente los supuestos
de la teoría de la revolución, en la medida en que (mayormente) no utilizaron la violencia ni
buscaron una profundización de las conquistas sociales, sino la instauración de regímenes
capitalistas más o menos democráticos y partícipes de la integración europea. A partir de estos
fenómenos surgió una llamada ―cuarta generación‖81 de teorías sobre la revolución que
vincula el estudio de los movimientos sociales con el de las revoluciones.
Los estudios sobre la revolución abarcan actualmente una amplia gama de teorías y
métodos (mayormente empíricos), tratan fenómenos heterogéneos y ya no se concentran
exclusivamente en choques violentos, pero siguen deslindando el concepto de los de rebelión,
revuelta y golpe de estado. Sin embargo, todas estas teorías insisten en que se trata de
fenómenos rápidos, diferentes a las reformas y que implican la racionalización de los procesos
sociales, para acercarse al modelo de modernización europeo-norteamericano.
Considerar el largo proceso de democratización de América del Sur desde la perspectiva
de las teorías de la revolución implica subrayar cómo estas oleadas de participación ciudadana
han organizado estructuras materiales y simbólicas democráticas82 duraderas. El proceso de
―gran transformación‖ de América del Sur a veces ha recurrido a métodos violentos, pero
mayormente se ha producido por agregación de las partes. Cuanto mayor ha sido la
integración política, cultural y humana entre los países y los pueblos del subcontinente, más
se han ampliado y profundizado los derechos ciudadanos y las libertades civiles y políticas. El
proceso ha combinado racionalidades católicas de cuño ibérico, indígenas y africanas junto
81
―Primera generación‖ se denomina a la de los teóricos del siglo XIX (Tocqueville, Marx, Bakunin, etc.),
―segunda‖ a la de los teóricos estructural-funcionalistas y neomarxistas de la segunda posguerra (Tilly, Johnson,
Gurr, Althusser, Lukács, etc.), la ―tercera‖, en tanto, se desarrolló entre mediados de los años setenta y fines de
los ochenta (Skocpol, 1979) y la cuarta es la que sobrevino después del cambio de régimen en Europa Central y
Oriental a principios de la década de 1990.
82
―Estructuras de sentimientos‖, en el sentido de Thompson (1995 [1991]).
101
Instituto de Investigaciones Gino Germani
con el agnosticismo de importantes sectores de las clases medias. Considerando estas
características peculiares, es posible hablar de la lucha por la ciudadanía en América del Sur
como de un proceso revolucionario: la revolución de la ciudadanía suramericana. ¿En qué
situación se encuentra ésta en la actualidad?
La ciudadanía suramericana en condiciones de reacción neoliberal y megarregionalismo
Desde fines de 2015 la situación política del subcontinente ha dado un vuelco: por elecciones,
golpe o conmoción callejera, nuevas y viejas oligarquías impulsadas por la diplomacia y los
servicios de inteligencia norteamericanos (Moniz Bandeira, 2016) han recuperado el poder en
Argentina y Brasil o amenazan con hacerlo en Venezuela. Los acontecimientos en estos
países, a su vez, influyen sobre sus socios menores en el MERCOSUR. Como Chile, Perú y
Colombia ya estaban encuadrados en la estrategia estadounidense de megaintegraciones
comerciales, sólo Bolivia, Ecuador y Venezuela perseveran en el proyecto de construcción de
la ciudadanía suramericana.
Bajo estas condiciones cabe preguntarse qué perspectivas tiene el desarrollo de la
ciudadanía suramericana. Para que ésta pueda avanzar, deben equipararse los derechos de los
nacionales de todos los países del subcontinente, un objetivo que se aleja bajo el predominio
de gobiernos conservadores y/o reaccionarios. Al mismo tiempo, los tratados de libre
comercio recientemente firmados o en negociación suspenden los derechos soberanos de los
estados en aspectos esenciales y los debilitan como interlocutores de los reclamos por
derechos ciudadanos y ampliación de las libertades. Parecería que los estados suramericanos
se desentienden como actores y como garantes de la ciudadanía suramericana
No obstante, como se ha sostenido a lo largo de esta contribución, la construcción de la
ciudadanía suramericana es un proceso plurisecular basado tanto en la memoria y la
consciencia populares como en la adhesión de todos los estados suramericanos a los pactos y
convenciones internacionales e interamericanas de derechos humanos. Se trata de un proceso
y una institución afianzados en las sociedades suramericanas. Aunque regímenes
circunstanciales intentaran revertirlo, nadie puede frenar el desplazamiento de millones de
personas por el subcontinente que tarde o temprano reclamarán sus derechos políticos. La
equiparación de derechos entre los ciudadanos de los diez países de América del Sur
independe, por consiguiente, de los agentes sociopolíticos que la efectivicen: puede
continuarse entre los estados, entre otras instituciones sociales, organizaciones populares y/o
comunidades migrantes.
102
Jornada Migraciones. Mesa 4
La construcción de la ciudadanía suramericana es el instrumento principal de la
revolución democrática continental. En tiempos de transnacionalización económica,
solamente la asociación transfronteriza de los pueblos puede crear las condiciones para
proteger y ampliar la democracia.
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105
Mesa 6
Migraciones, Ciudadanía y Comunicación
en la era global. Perspectivas conceptuales,
históricas y problemáticas actuales en torno
a las migraciones, la ciudadanía y la
comunicación en Europa y América
Coordinadoras y comentaristas: María Eugenia Cruset (Universidad
del País Vasco, España - UNLP) y Ana Inés Barelli (CONICET –
UNRN).
Jornada Migraciones. Mesa 6
Inmigración internacional en Villa General Libertador San Martín
(Entre Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad
Mariela Demarchi84, Javier Castelnuovo85, Gustavo Peretti86 y Mariano Varisco87
Introducción
Se pretende estudiar la conformación de las redes sociales que posibilitaron en primer lugar el
traslado de personas hacia Villa Libertador General San Martín (Colonia Adventista Puiggari,
Entre Ríos) y en segundo lugar, la posterior inserción de estos migrantes tanto desde el punto
de vista social como espacial88. La atención se encuentra focalizada en la inmigración
internacional desde mediados del siglo XIX, de origen ruso-alemán y posteriormente a los
inmigrantes adventistas, ya no exclusivamente de una determinada nacionalidad. Para tal
abordaje se toma como marco conceptual-metodológico a la Teoría de Redes Sociales,
haciendo hincapié en el uso que los migrantes hacen de un tejido social y de los recursos que
en él se encuentran para lograr de esta manera, el traslado hacia un espacio de destino y la
inserción en él. En cuanto a este último aspecto, la inserción en el espacio de destino, el
trabajo intenta dar cuenta de los procesos involucrados en la construcción de la espacialidad.
La investigación se encuentra orientada básicamente según una metodología cualitativa, la
cual permite la comprensión de la importancia de la existencia de las redes sociales
84
Doctora. Profesora en la Facultad Humanidades y Ciencias (UNL) y en la Facultad de Humanidades y Artes
Sociales (UADER); Directora del proyecto: ―Inmigración internacional en Villa General Libertador San Martín
(Entre Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad‖. E-mail: marielademarchi@hotmail.com.
85
Profesor y Licenciado. Profesor en la Facultad Humanidades y Ciencias (UNL) y en la Facultad de
Humanidades y Artes Sociales (UADER); Integrante del proyecto: ―Inmigración internacional en Villa General
Libertador San Martín (Entre Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad‖. E-mail:
javier_castelnuovo@yahoo.com.ar.
86
Profesor. Profesor en la Facultad Humanidades y Ciencias (UNL) y en la Facultad de Humanidades y Artes
Sociales (UADER); Integrante del proyecto: ―Inmigración internacional en Villa General Libertador San Martín
(Entre Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad‖. E-mail: gdperetti@hotmail.com.
87
Profesor. Profesor en la Facultad Humanidades y Ciencias (UNL) y en la Facultad de Humanidades y Artes
Sociales (UADER); Integrante del proyecto: ―Inmigración internacional en Villa General Libertador San Martín
(Entre Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad‖. E-mail: geovarisco@gmail.com.
88
El presente trabajo forma parte de un proyecto de investigación el cual persigue como objetivo general
analizar el rol que cumplieron las redes de relaciones sociales entre los inmigrantes llegados a la Villa Libertador
General San Martín desde mediados del siglo XIX y las consecuentes transformaciones espaciales en el lugar. Se
hará especial hincapié en la importancia de las cadenas migratorias y redes sociales para el traslado e inserción
socio-espacial de los migrantes y en los cambios que se dieron en el espacio como consecuencia de la llegada de
inmigración internacional en el contexto de las prácticas culturales y religiosas adventistas. Cabe aclarar que en
esta instancia se presenta una primera etapa centrada en el entramado histórico del distrito Villa Libertador
General San Martín a modo de presentación del mismo, para lo luego profundizar el presente tema de
investigación.
107
Instituto de Investigaciones Gino Germani
migratorias y por otro, la construcción de la espacialidad en el marco de dicho tejido de
relaciones sociales.
El trabajo tiene como principales objetivos dar cuenta de la importancia de las redes
sociales para el traslado e inserción socio-espacial de los migrantes y reconocer los cambios
que se dieron en el espacio en estudio como consecuencia de la llegada de inmigración
internacional en el contexto de las prácticas culturales y religiosas adventistas, y en
consecuencia, poder identificar aquellas experiencias sociales y espaciales de la vida cotidiana
que influyeron en la construcción de la espacialidad.
Cabe aclarar que si bien existen investigaciones y antecedentes bibliográficos que dan
cuenta del rol que han tenido las redes sociales para la llegada de migrantes al espacio en
estudio, el presente trabajo centra la atención en el uso de un tejido de redes sociales que
permitieron no sólo la llegada de inmigrantes, sino y principalmente, cómo dicho tejido sirvió
para la expansión de la religión adventistas y la consecuencias espaciales que esto provocó en
el lugar, otorgándole a éste una organización particular en torno a determinadas instituciones
y edificios.
En cuanto al espacio de estudio, hacia fines del siglo XIX se fundan una serie de
colonias agrícolas en lo que hoy es el departamento Diamante de la provincia de Entre Ríos,
entre las cuales se encontraba la Colonia -Aldea89- Camarero lugar donde llegarían las
primeras familias inmigrantes de origen ruso-alemán. En el año 1925, con el tendido de las
vías del ferrocarril, dicha colonia pasa a denominarse Estación Puiggari, en referencia
precisamente a la estación del tren. En 1950, recibe el nombre de Villa Libertador General
San Martín alcanzando el status de Municipio90 en 1971. Hoy, el lugar se caracteriza por ser
centro de salud con prestigio nacional e internacional, y por encontrarse el Centro Adventista
de Vida Sana. Por otra parte, Villa General Libertador San Martín es cede de la Universidad
Adventista del Plata, lo cual hace que en el lugar se encuentren viviendo una gran cantidad de
alumnos y docentes en relación a dicha institución.
En el año 2001, los habitantes suman un total de 5.273 y en el año 2010, la población
aumenta a 6.545 habitantes, es decir el distrito presentó un crecimiento intercensal del 25,9%.
Al analizar las pirámides de población podemos advertir ciertas particularidades vinculadas a
lo antes mencionado. Por un lado no se manifiestan cambios de importancia en lo que
respecta a la estructura poblacional durante el último período intercensal, conservando la
89
Aldea: dicha denominación responde a la llega de migración rusa-alemana, la cual se encontraba viviendo en
aldeas a orillas del río Volga en Rusia.
90
Hasta el año 2001, Puiggari y Villa General San Martín eran dos localidades dentro de un mismo municipio.
Desde entonces, ambas se consideran como una sola.
108
Jornada Migraciones. Mesa 6
pirámide correspondiente al Censo de Población del año 2010 los mismos rasgos distintivos
que se presentaban en la estructura en la pirámide del 2001 (Gráfico 1). Dentro de estos
rasgos sobresale la importante participación del grupo etario de 20-24 años seguido por el 15-
19 y 25-29, consecuencia de la presencia de la Universidad Adventista del Plata. Ambas
pirámides corresponden a estructuras poblacionales envejecidas, donde más del 10% de su
población se encuentra dentro del grupo pasivo definitivo (más de 65 años), siendo levemente
superior la participación de este grupo de población en la pirámide correspondiente al año
2010 -Gráfico 02- (13,3 frente a 12,1 en el año 2001). Otra consecuencia vinculada al propio
ritmo de vida de la comunidad son los valores relativamente bajos de la población pasiva
transitoria, produciéndose un descenso en esta del 17,2% en el año 2001 al 14,7% en el año
2010. Por último se infiere una estructura general con una marcada presencia femenina,
presentando tasa de masculinidad que oscilan alrededor de los 84 varones cada 100 mujeres;
esta tendencia se acentúa al considerar únicamente la población envejecida, donde las cifras
alcanzan valores que rondan, en ambos censo, 68 varones cada 100 mujeres.
Gráficos 1 y 2
Estructura de la población de Villa Libertador General San Martín.
Años 2001 y 2010
85 y + 85 y +
80-84 80-84
75-79 75-79
70-74 70-74
65-69 65-69
60-64 60-64
55-59 55-59
50-54 50-54
45-49 45-49 Mujeres
Mujeres
40-44 40-44
Varones Varones
35-39 35-39
30-34 30-34
25-29 25-29
20-24 20-24
15-19 15-19
10--14 10--14
5--9 5--9
0-4 0-4
-10 -8 -6 -4 -2 0 2 4 6 8 10 -10 -8 -6 -4 -2 0 2 4 6 8 10
Fuente: Elaboración propia en base a datos de los Censos de Población, Hogares y
Viviendas. 2001-2010- INDEC.
Las redes sociales: la inmigración rusa-alemana y la fe adventista
La teoría de redes sociales migratorias posibilita comprender las causas que explicarían no
sólo la toma de decisión de migrar, sino también y especialmente, por qué algunos
movimientos migratorios se dan de manera constante y permanente en un tiempo determinado
desde un lugar de origen hacia otro de destino. Es decir, la existencia de un tejido de redes
109
Instituto de Investigaciones Gino Germani
sociales permite dar cuenta de la perpetuidad de ciertos movimientos migratorios en el tiempo
y entre lugares específicos.
La idea central de esta teoría se focaliza en considerar a las redes sociales como:
[…] un conjunto de lazos interpersonales que conectan a los migrantes, primeros
migrantes y no-migrantes en las áreas origen y destino mediante lazos de
parentesco, amistad y de compartir un origen común […] las conexiones de redes
constituyen una forma de capital social que la gente puede usar para tener acceso al
empleo en el extranjero […]. (Massey et al., 2000: 26).
De esta manera, la red funciona como un tejido en el cual se dan fuertes relaciones entre
los primeros en migrar y los posteriores, junto a aquellos que no son migrantes pero que
inevitablemente participan de esta red otorgando trabajo, brindado alojamiento, facilitando
información, etc. Así pues, la red de migrantes se retroalimenta a medida que van llegando
nuevos inmigrantes y a medida que se suman nuevos recursos y capital social.
En Villa Libertador General San Martín las redes sociales fueron de gran importancia
para el arribo de inmigrantes y para el posterior proceso de configuración espacial. A fines del
siglo XIX, conjuntamente con lo sucedido a nivel nacional, el territorio de la provincia de
Entre Ríos se estaba organizando según la conformación de colonias agrícolas en un contexto
de promoción estatal tanto nacional como provincial. Desde 1870 aproximadamente, en el
lugar de lo que hoy se conoce como Villa Libertador General San Martín comienzan a
instalarse unas pocas familias de origen ruso-alemán, con el tiempo y gracias al
fortalecimiento de ciertos lazos y vínculos propios de la existencia de redes sociales, crece el
número de inmigrantes. En este sentido, cabe mencionar que las primeras familias provenían
de las aldeas91 a orillas del río Volga, y a partir de las cuales se fueron fundando distintas
colonias en el territorio provincial, tal es el caso de las colonias denominadas Aldea Jacobi,
Aldea Protestante, Aldea Brasilera, Aldea Camarero entre otras. El idioma alemán y para ese
momento, la religión protestante principalmente, eran los elementos unificadores y
participativos en la construcción de una identidad. En cuanto a las redes sociales, se deban
fundamentalmente en torno al ámbito familiar y en menor medida en relación a la escuela y a
la iglesia.
91
Las principales aldeas desde las cuales llegaron las primeras familias son las aldeas de Bergseite y Saratov,
orillas del río Volga, principales lugares expulsores de la migración rusa-alemana.
110
Jornada Migraciones. Mesa 6
En 1870, Jorge Riffel, se asienta en el lugar y junto a otras familias92 comienzan a
poblar la zona a partir del desarrollo de la agricultura. Cabe mencionar que los Riffel
provenían originalmente del cantón de Valais, en el suroeste de Suiza. Muchos de ellos por su
religión protestante, se vieron obligados a trasladarse al norte de Suiza, en un primer
momento, para luego llegar a Alemania, en donde se dedicaron a la agricultura. En un
contexto difícil como consecuencia de conflictos bélicos y ante la invitación de Catalina La
Grande se trasladan a la zona del río Volga, en Rusia, a mediados del XVIII. Entre 1964 y
1767 se ubicaron en forma de aldeas, unos 30.000 alemanes, a lo largo de las márgenes de
este río (Plenc, 2013b: 23). Las condiciones climáticas, la escasez de tierras, el servicio
militar obligatorio para los jóvenes, influyeron para que muchos de estos migrantes
finalmente eligieran nuevos destinos. Tal es así, que algunos de los Riffel se trasladan hacia
Brasil, otros hacia Estados Unidos, y otros hacia Argentina.
Jorge Riffel ya instalado en la zona entrerriana, continúa manteniendo vínculos estables
con sus familiares y amigos emigrados de Rusia hacia Estados Unidos, muchos de ellos ya en
conocimiento de las doctrinas adventistas. Dichos contactos hicieron que Jorge Riffel, ante los
fracasos en las cosechas, decida viajar junto a su mujer, María Ziegler y su hijo, hacia Estados
Unidos. Este viaje, en el año 1885, es el inicio de una profundización de la red social y
consolidación de los lazos entre migrantes y no migrantes y fundamentalmente asociado a la
religión adventista. En efecto, con el fin de reencontrarse con el resto de su familia,
principalmente su hermano Federico quien residía en Kansas, Estados Unidos, Jorge Riffel
viaja a este país y comienza a tener sus primeros acercamientos a la religión a partir de las
influencias de su hermano, convertido ya a la religión.
Con Riffel en Estados Unidos y dentro de un contexto de expansión de la Iglesia
Adventista, comienza a generarse, como consecuencia de las relaciones y contactos con los
migrantes rusos-alemanes ya establecidos en la provincia de Entre Ríos, un acelerado proceso
de conversión de estos migrantes a la fe adventista. En dicho proceso quedan involucradas
numerosas familias no sólo de la Aldea Camarero, sino de las otras colonias vecinas. Riffel y
la Iglesia Adventista ofician como actores sociales encargados no sólo de convertir a las
familias de inmigrantes ya instaladas desde hacía unos años en el lugar, sino que también
fueron los responsables de traer nuevas familias convertidas a la religión. Apellidos tales
92
Apellidos tales como Hetze, Bolck, Dietz, Scheneider, Lust, conforman la lista de las primeras familias
llegadas al lugar, en su gran mayoría todas convertidas luego a la fe adventista.
111
Instituto de Investigaciones Gino Germani
como Hetze93, Weiss, Gottlieb Feder, Schneider, Bernhardt, Bloc, entre otros tantos, aparecen
en los relatos sobre migrantes del lugar convertidos a la fe adventista por la acción y obra de
Jorge Riffel. Muchos de ellos luego fueron misioneros, cuya tarea era continuar expandiendo
la religión.
En 1894 se funda la primera Iglesia adventista94, y desde entonces y casi sin
interrupciones, se configura en la zona una organización espacial en relación a dicha religión,
surgiendo en 1898 el Colegio Adventista del Plata y el Sanatorio Adventista en el año 1908.
De esta manera, se hace cuantitativamente importante la llegada de inmigración tanto de
obreros y familias al lugar en el marco de una creciente fe adventista. En cuanto a este tema, a
la creación de instituciones en relación a la educación y a la salud, documentos95 de la época
dan cuenta del interés puesto en la donación de tierras y dinero por parte de los fieles para el
logro de dicho fin.
Retomando la teoría de redes sociales para el estudio de las migraciones y teniendo en
cuenta lo mencionado hasta aquí, Speck y Attneave (1974: 28) sostienen que ―una red social
es una estructura relativamente invisible, pero al mismo tiempo muy real, en la que están
insertos un individuo, una familia, un grupo; su visibilidad es baja, pero en cambio posee
numerosas propiedades vinculadas con el intercambio de información...‖, por su parte
Ramella (1995) considera que ―… son las redes de relaciones de las que forman parte y que
ellos construyen, las que estructuran las oportunidades. Es en este sentido que dichas
oportunidades están socialmente determinadas...‖ (p. 21), oportunidades a las cuales se accede
por medio de la información y que son, precisamente, las relaciones sociales las que brindan
ya sea información genérica (condiciones generales en el lugar de destino) como específicas
(a lugares concretos de puestos de trabajo).
Tanto las propiedades de una red social como las oportunidades que a partir de ella
puedan surgir, se encuentran relacionadas con un concepto de suma importancia en la teoría
de redes como es el capital social, el cual tiene que ver con los recursos inherentes a los
vínculos sociales que permiten a los individuos cooperar en las redes y colectividades, y/o
permiten a los individuos perseguir sus objetivos. Tales recursos incluyen información sobre
93
Hetze fue uno de los primeros en aceptar ―el mensaje‖ de Jorge Riffel. Fue un migrante ruso-alemán que
juntos a otros compatriotas comenzaron con las primeras prácticas adventistas tales como la de ―guardar el
sábado‖.
94
El primer predicador llegado a la zona y en el marco de la construcción de la primera iglesia adventista fue F.
H. Westphal, quien fue recibido y alojado por Jorge Riffel en su casa. Dicha iglesia se funda con 36 miembros,
pasando rápidamente a 60 y al cabo de tres años, ya contaba con 116 miembros.
95
Parte de estos documentos pueden encontrarse en https://www.adventistarchives.org/, siendo este sitio una
fuente de información para la continuidad de dicho proyecto de investigación.
112
Jornada Migraciones. Mesa 6
trabajo en un país de destino, conocimiento sobre los principales transportes, préstamos para
financiar el viaje hacia el país de destino, entre otros tantos ejemplos. Bourdieu (1985: 248)
define al capital social como un agregado de los recursos reales o potenciales que están
vinculados a la posesión de una red duradera más o menos institucionalizada de conocimiento
y reconocimiento mutuo. En este sentido, no hay dudas que en el caso estudiado en estas
páginas, la red de relaciones sociales se institucionaliza cada vez más a partir y como
consecuencia de la construcción de la iglesia, del colegio y del sanatorio, y de la
consolidación y formalización de aquellas prácticas tanto materiales como simbólicas propias
del adventismo, generando de esta manera, una mayor circulación de información y presencia
de capital social y ocasionando un proceso de retroalimentación: cada vez más formal es la
red, mayor es la densidad del tejido y la presencia de capital social, que a su vez, otorga un
grado mayor de institucionalidad a la misma. Portes (2005) expresa que el ―capital social se
refiere a la capacidad de los individuos de obtener recursos escasos a través de su pertenencia
a redes sociales o estructuras sociales más amplias‖ (p. 29). El capital social es creado y
acumulado en las relaciones sociales, pero puede ser usado por individuos como un recurso.
La reciprocidad, la solidaridad y el intercambio, son formas de capital social que facilitan la
toma de decisión en las colectividades y las redes.
A modo de síntesis, es posible mencionar que a partir de la existencia de una red social
entre migrantes y no migrantes en torno a la iglesia adventista, se da en la villa una
reconfiguración espacial en función de nuevos valores, cada vez más institucionalizados
conforme avanzaba la expansión del adventismo. En tal sentido, el espacio experimenta una
nueva trama de relaciones con la participación de nuevos actores sociales, cuyo fin principal
era la conversión progresiva de los inmigrantes más antiguos del lugar sumado a la llegada de
los nuevos, los misioneros, para dar continuidad a tal misión.
La construcción de la espacialidad
La migración es un fenómeno social que requiere para su estudio incorporar la dimensión
espacial y de esta manera realizar un aporte más a la teoría social. Desde la geografía humana
se intenta incluir al espacio en la teoría social pero además avanzar en la mirada de un estudio
en torno a la relación espacio-sociedad. Específicamente desde la Geografía Cultural se
apunta en destacar la corporización de las relaciones sociales, políticas, culturales en el
espacio, de modo tal que el espacio por esa corporización de relaciones sociales participa
activamente en la reproducción social (Lindón, 2009) haciendo cada vez más progresivo el
113
Instituto de Investigaciones Gino Germani
avance en la conformación de campos de encuentro de miradas sobre la espacialidad y la
corporeidad-emocionalidad.
Castells (2005) sostiene que desde la teoría social, el espacio no puede ser definido sin
hacer mención a las prácticas sociales y agrega ―que el espacio es un producto material en
relación con otros productos materiales, incluidos la gente, que participan en relaciones
sociales determinadas [históricamente] y que asignan al espacio una forma, una función y un
significado‖ (p. 444).
Por su parte, Massey (2005) plantea tres proposiciones para conceptualizar el espacio: 1-
el espacio es producto de interrelaciones; 2- el espacio es la esfera de la existencia de
multiplicidad; y, 3- el espacio está en constante proceso de formación, debido precisamente a
que es producto de las relaciones que están implícitas en las prácticas materiales. La autora
conceptualiza al espacio ―como producto de relaciones, una complejidad de redes, vínculos,
prácticas, intercambios tanto a nivel muy íntimo (como el hogar) como a nivel global…‖ (p.
104).
Retomando algunas de estas conceptualizaciones acerca del espacio geográfico y
estableciendo una relación directa con lo mencionado anteriormente en cuanto a la migración
en el marco de las redes sociales, es posible entonces aproximarse a un análisis de la
construcción social del espacio, es decir, de la espacialidad. En este sentido, el espacio puede
ser entendido a partir del abordaje de las dinámicas de la estructura social y las formas y
procesos espaciales que de éstas derivan, considerándose aquellas estrategias, valores e
intereses insertos en dichas dinámicas. De esta manera, el espacio es aquel según prácticas
sociales en la cual participan tanto las materialidades como lo no material, lo simbólico y lo
imaginario.
Es posible observar como el espacio en estudio toma una identidad propia dada, en este
caso, por las influencias de los actores sociales llegados al lugar y de su impronta social,
cultural, económica, pero principalmente en el contexto de una práctica religiosa. En Villa
Libertador General San Martín, la inmigración de rusos-alemanes y luego la migración
asociada a la iglesia adventista fueron organizando el espacio a partir de determinadas
acciones de apropiación y valorización, resultando de este proceso una espacialidad que debe
ser entendida a partir de 1- la coexistencia de objetos y materialidades de los procesos
sociales; 2- de representaciones relacionadas a la implementación de determinados proyectos;
y a 3- la percepción simbólica y de las experiencias subjetivas que hacen al espacio, un
espacio vivido y cargado de significado (Demarchi, 2011: 220).
114
Jornada Migraciones. Mesa 6
La práctica de la fe adventista, con sus principales costumbres en relación a la salud y
con las presencia de las instituciones tales como la iglesia, el sanatorio, el colegio y posterior
universidad, entre otros, hacen que éstas sean claves en la configuración espacial de la villa.
La religión, la educación y la salud, son fundamentales para explicar la construcción de la
espacialidad a partir del sentido de pertenencia y de la identidad de quienes habitan el lugar.
En cuanto a la salud específicamente, cabe mencionar que la obra médica misionera fue parte
del mensaje adventista. Enfermeros y médicos formaron parte de aquellos misioneros que
expandieron la fe, combinado prácticas médicas y transferencia de la palabra de Dios.
Prácticas cotidianas: Experiencias materiales y simbólicas de la comunidad adventista
La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una denominación del tipo cristiano protestante, la
cual pone relevancia en el séptimo día de la semana, el sábado. También es conocida por su
especial atención en la alimentación y salud, principalmente al vegetarianismo. Uno de los
creyentes pioneros fue William Miller, un granjero bautista de Nueva York. La organización
oficial de la iglesia se realizó el 21 de mayo de 1863, al constituirse la Asociación General de
los Adventistas del Séptimo Día, la cual contaba inicialmente con 3.500 miembros
distribuidos en 125 iglesias. Desde 1870 la iglesia desarrolló un trabajo misionero con el
objetivo de lograr una mayor expansión territorial, y de esta manera, llegan las primeras
acciones al espacio provincial entrerriano de la mano de Riffel, quien como ya se dijera
anteriormente, por sus contactos y vínculos en Estados Unidos y Entre Ríos, logra concretar la
construcción de la primera iglesia en la zona.
En cuanto a la doctrina de la iglesia adventista, el día sábado debe ser observado como
día de reposo y día de adoración a Dios, específicamente desde la puesta del sol del viernes a
puesta de sol de sábado. Esto no es un aspecto menor de mencionar, ya que dicha creencia
ordena ciertas rutinas tanto materiales como simbólicas por parte de la comunidad adventista
en Villa Libertador General San Martín. Desde esta hora del día viernes hasta el otro día, se
observa el cierre de los comercios y de casi toda actividad en la localidad que no sea
exclusivamente relacionada con la Iglesia. En este sentido, para santificar el sábado, los
adventistas en ese día se abstienen de realizar actividades laborales y evitan la realización de
diferentes formas de recreación (competencias deportivas, compras, ir al cine, entre otros). Sí
se permiten aquellas actividades vinculadas a los paseos al aire libre, en familia, relacionados
al trabajo caritativo por ejemplo. De esta manera, y considerando lo mencionado, ante la
imposibilidad de realizar tareas laborales el día sábado, el viernes es empleado en gran
115
Instituto de Investigaciones Gino Germani
medida a las tareas que permiten ordenar la casa y preparar la comida para entonces recibir el
sábado, el cual comienza por la mañana con el estudio de la Biblia y el servicio de adoración.
Otra creencia de relevancia es la referida a la ―naturaleza humana‖, en la cual los seres
humanos son una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, en este sentido, se explican y
fundamentan muchas de sus prácticas relacionadas a la salud. Se promulga la abstinencia de
carne de cerdo, sangre, crustáceos y otros alimentos proscritos como ―animales inmundos‖ al
igual que la abstinencia de alcohol y tabaco. De este modo, los adventistas, mantienen a partir
de dichas prácticas, un estilo de vida saludable, ya que el cuerpo es considerado el Templo del
Espíritu Santo.
De esta manera, es posible observar como ciertas creencias religiosas organizan el
espacio y el tiempo, otorgándole al lugar una connotación particular, en la cual las prácticas
culturales influyen directamente en el desarrollo de las actividades económicas y sociales y
por ende, en la conformación de los espacios. La cultura debe considerarse como un agente
activo en los procesos económicos espaciales, y como lo expresa Claval (1999a) ―es la suma
de las conductas, habilidades, técnicas, conocimientos y valores acumulados por los
individuos durante su vida y, a otra escala, por el conjunto de los grupos de los cuales forma
parte (…), es una herencia que se transmite de una generación a otra‖ (p. 58). Es una
transmisión de la experiencia colectiva, en la cual, continuando con lo expuesto por el autor,
intervienen códigos de comunicación, gestos, actitudes, rituales, habilidades, conocimientos
teóricos, normas abstractas, sistemas religiosos. (Demarchi, 2011: 45).
Claval, en su obra Geografía Cultural (1999) analiza la preocupación geográfica sobre
las determinaciones y procesos materiales de los hechos sociales en general con el objetivo de
comprender la complejidad de ciertos escenarios geoculturales. En este sentido, desarrolla los
vínculos entre la cultura y las relaciones sociales institucionalizadas, sosteniendo que la
eficacia de la comunicación entre los miembros de una sociedad permite mantener un cierto
orden en las redes de relaciones de las cuales está hecha, y retomando a otros autores (Etzioni,
1968; Maquet, 1970, citado en Claval, 1999a), afirma que: ―la institucionalización de los
lazos regulares les otorga una fuerza que se impone a todos y una coherencia necesaria para
asegurar el buen camino de la sociedad y prevenir los conflictos‖ (p. 95).
Por su parte, Rosenhald (2009), sostiene que un espacio sagrado es ―un campo de
fuerzas y de valores que eleva al hombre religioso por sobre sí mismo, que lo transporta a un
medio distinto de aquel en el cual transcurre su existencia‖ (p. 81). Lo sagrado se extiende
más allá de las imágenes, los templos y los santuarios; "se da en el dominio de la emoción y
del sentimiento del ser-en-el-mundo". De este modo, los espacios sagrados resultan de una
116
Jornada Migraciones. Mesa 6
combinación de diversos niveles: los "fijos" (el templo), los "no fijos-flujos" (los devotos, los
peregrinos) y el imaginalis, el "círculo sagrado" que rodea el propio espacio, definido por la
imaginación de los seguidores. En efecto, en la villa se observa el dominio que ejercen dos de
las instituciones que conforman el conjunto de edificios en torno a una práctica religiosa
fuertemente implantada territorialmente: el Sanatorio Adventista del Plata y la Universidad
Adventista del Plata; estas instituciones transmiten cotidianamente los principios propios de la
fe adventista. Dichas prácticas socioculturales, tal como se mencionó organizan el tiempo y el
espacio en función de una práctica religiosa específica.
Es posible entender aquí a la fe adventista como un ―agente‖ dinámico y
constructivista, y donde las prácticas espaciales se encuentran vinculadas a las experiencias
cotidianas y donde la organización del espacio se fundamenta desde las acciones de
determinadas instituciones, sus actores sociales, sus discursos, otorgándole así, una identidad
al lugar. Claval (1999b: 31) sostiene que como fundamento de las identidades, la cultura
permite a la vez unir y dividir a las personas y que cuando éstas participan de las mismas
creencias, comparten los mismos valores y asignan a su existencia objetivos parecidos, nada
se opone a que se comuniquen libremente entre ellas. Por su parte, Harvey (Bourdieu, 1977,
citado en Harvey, 2004) expresa que los ordenamientos simbólicos del espacio y tiempo
conforman un marco para la experiencia por el cual aprendemos quiénes y qué somos en la
sociedad. ―La razón por la cual se exige tan rigurosamente la sumisión a los ritmos colectivos,
es que las formas temporales o las estructuras espaciales, estructuran no sólo la representación
del mundo del grupo, sino el grupo como tal, que se ordena a sí mismo a partir de esta
representación‖ (p. 239).
La villa hoy
A modo de cierre, y considerando la construcción del espacio en la actualidad, es posible
mencionar que a partir de la consolidación de la Iglesia Adventista como actor social clave en
lugar, la villa ha sufrido importantes transformaciones desde las primeras décadas del siglo
XX hasta la actualidad. Las familias de inmigrantes rusos-alemanes convertidos a adventismo
con el tiempo y en coincidencia con ciertos procesos de migración interna tanto a nivel
provincial como nacional, dejan el campo como lugar de residencia habitual para trasladarse
al centro urbano. Es sí como el lugar experimenta un proceso de crecimiento en torno a las
principales instituciones adventistas, resultando de esto una expansión urbana relevante de la
mano con el surgimiento de nuevos servicios, equipamiento e infraestructura. Se genera una
117
Instituto de Investigaciones Gino Germani
nueva apropiación del lugar como consecuencia de un proceso de revalorización en el marco
de ciertas prácticas socioculturales.
El Gráfico 3 muestra el ritmo de crecimiento anual de la localidad según los años
censales, estableciendo una comparación con el ritmo de crecimiento de la provincia de Entre
Ríos, desde 1960 hasta la actualidad. En el mismo queda reflejado desde el inicio de la serie
un mayor crecimiento de la población en Villa General Liberador San Martín, en relación al
ritmo de crecimiento de la provincia de Entre Ríos; observando las principales diferencias en
el período intercensal 1960-1970, en el que particularmente el distrito Villa General
Libertador San Martin presenta el mayor crecimiento anual de todo el período de análisis y la
provincia de Entre Ríos uno de los más bajos. En los dos períodos subsiguiente se produce un
repunte en el crecimiento a escala provincial que coincide con un descenso a escala distrital,
aunque el ritmo en este sigue siendo mayor que en el de la provincia. Finalmente en los
últimos dos períodos intercensales (1991-2001 y 2001-2010) Villa General San Marín
presenta un incremento en el crecimiento, aunque con valores que distan en relación a los
presentados en el inicio del período, en tanto que la provincia de Entre Ríos atraviesa una
etapa de disminución en el crecimiento anual de su población (período intercensal 1991-2001)
y un repunte en el último período intercensal (siempre por debajo del crecimiento de Villa
General San Martín).
Gráfico 3
Crecimiento intercensal anual de Villa General Libertador San Martín,
1960-2010
Fuente: Elaboración propia en base a datos de los Censos de Población,
Hogares y Viviendas. 1960-2010- INDEC.
118
Jornada Migraciones. Mesa 6
Por último, es importante mencionar que la rutina de la comunidad adventista en el lugar
organiza el tiempo y el espacio. Las actividades individuales y colectivas se constituyen en
torno a una diferenciación entre los tiempos y el espacio del ocio y recreación, del trabajo, del
estudio, de la fe. La oración, las prácticas de deportes, los paseos y caminatas al aire libre, el
momento para la reflexión forman parte de una rutina la cual es aceptada colectivamente y por
lo tanto, identifica a la comunidad. De esta manera, es posible observar el lugar central que
ocupan los templos y los espacios verdes, ambos altamente representativos de los principios
de la fe adventista. En este sentido, cabe retomar lo expresado por Lindón quien sostiene que:
[…] el constructivismo geográfico -o espacial- asume que el sujeto habitante y
también cognoscente, construye los lugares día a día, aunque esos lugares también
reconfiguran como las identidades de los sujetos que los habitan. Por ello, cada
lugar es resultado de las acciones del sujeto sobre el mundo externo […]. A su vez,
las acciones del sujeto habitante se configuran dentro de una lógica compartida y
también reconstruida constantemente. Al mismo tiempo, esos lugares así
construidos modelan esas tramas de sentido y las acciones que en ellos se
concretan […] (Lindón, 2007: 5).
Si bien es un tema que merita ser profundizado en futuros trabajos, el crecimiento
urbano-inmobiliario el cual se ve representado en la expansión de la trama urbana actual,
forma parte de un proceso que claramente no es nuevo, pero sí, altamente visible en las
últimas décadas. Como se dijo recientemente, es un proceso que se inicia a mediados del siglo
XX, con la migración interna, principalmente del campo a la ciudad, de muchas familias que
compran tierras en torno al templo, al sanatorio y a la universidad para la construcción de sus
viviendas. Avanzado los años, y en referencia al rol que cumple el sanatorio y centro
adventista de Vida Sana, la expansión urbana se explica fundamentalmente por la
construcción de complejos de alojamientos que sirven de complemento a las actividades
propias de un turismo de salud. No obstante ello, domina aún en la localidad, una
organización espacial, social y cultural fundamentada en las creencias adventistas y sus
consecuentes prácticas y acciones tanto materiales como simbólicas que de éstas derivan.
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122
Mesa 7
Los procesos migratorios y las
problemáticas en torno a la salud
Coordinadoras y comentaristas: Lila Aizenberg (CONICET – CIECS -
UNC) y Brígida Baeza (CONICET – IESyPPat - UNPSJB).
Instituto de Investigaciones Gino Germani
¿El parto urbano puede ser más humano? Del parto tradicional al institucionalizado en
el Estado Plurinacional
Rosemary Amils Samalot96
Introducción
Este trabajo pretende ser un cable a tierra sobre la realidad de las mujeres indígenas urbanas
en Bolivia en relación a la autodeterminación sobre su cuerpo. Para ello, expone la necesidad,
en este momento más teórica97, de entender la forma en que se ha interiorizado el parto
institucionalizado y su estadio más extremo, la cesárea ―electiva‖, entre las mujeres migrantes
a zonas periurbanas de Cochabamba, Bolivia.
Para comprender esta interiorización es necesario tener en cuenta que, si bien Bolivia es
cada vez más un país urbano, la legislación y las políticas públicas en salud y, concretamente
de Medicina Tradicional, no parece hacer un análisis claro de esta situación.
La necesidad de crear políticas públicas en materia de Salud Sexual y Reproductiva
(SSR), acordes con el contexto urbano y con la experiencia de las propias mujeres migrantes,
que ayuden a mitigar los niveles de violencia obstétrica, lleva a reflexionar sobre el proceso
por el cual se interioriza el parto medicalizado, y la relación con el sistema de salud como
violenta, como una experiencia cruzada por el colonialismo, su relación con la
mercantilización de la salud y su impacto concreto sobre la autonomía sobre el cuerpo de las
mujeres migrantes en contextos urbanos.
Calculando las variables: Entre la espalda y la pared
Estaba embarazada y haciendo mi revisión en la Caja Nacional de Salud (CNS), donde se
atiende el Seguro Universal de Salud Materno Infantil (SUMI). La chica que estaba en la fila
antes de mí, vuelve a entrar al consultorio del doctor, hombre, blanco y muy serio, con varios
internos mirando sobre su hombro. Ella es cholita, lleva pollera rosada que casi no deja intuir
su embarazo, sombrero de paja blanco al estilo cochabambino, su camisa combina con su
pollera y su pelo está cuidadosamente trenzado. Le dice: ―Doctor, pero no me ha planificado
96
Licenciada en Comunicación Audiovisual, Universidad Complutense de Madrid. Estudiante de Maestría
PRIGEPP-FLACSO; Responsable de Comunicación del Centro de Documentación e Información Bolivia –
CEDIB. E-mail: ros_amils@hotmail.com.
97
Esta ponencia es parte de un trabajo de investigación en curso en la Zona de Cruce Taquiña de la Ciudad de
Cochabamba, Bolivia, como tesis de Maestría del PRIGEPP-FLACSO.
124
Jornada Migraciones. Mesa 7
mi cesárea‖ y el doctor contesta que ella no necesita cesárea, que es joven, está sana y su bebé
también. Y ella le dice que no, que ella quiere su cesárea. El doctor responde que lo hablarán
en la próxima consulta y me mira a mí como excusa para despacharla. Yo pienso que estoy en
el mundo del revés. Tal vez tenga que revisar mis suposiciones.
Si bien la biomedicina ha ayudado a disminuir la mortandad materna, también tiene un
impacto en la capacidad de autodeterminación y decisión sobre el proceso de parto, así como
un aumento en los niveles de violencia obstétrica, muy ligados a una discriminación étnica y
de clase.
Del parto medicalizado, la cesárea es un extremo, el cual se está llegando a interiorizar
por parte de algunas mujeres como la mejor opción para parir. Pero, ¿cómo se da el proceso
de interiorización y aceptación de la ―cesárea electiva98‖, sobre todo en áreas urbanas? ¿Qué
presiones sociales llevan a interiorizar esta elección y priorizarla sobre otras? ¿Qué
consecuencias tiene este proceso sobre la autonomía y autodeterminación sobre su propio
cuerpo de las mujeres? ¿Qué relación tiene con una visión de desarrollo?
América Latina es la región con mayor aumento en las tasas de partos por cesárea,
después de China (Gibbons 2010: 8). Bolivia se encuentra entre los países que tiene un
porcentaje por encima del 15%, que es el porcentaje de partos por cesárea que la
Organización Mundial de la Salud (OMS: 2015) estima como óptimo desde 2003, con un
ratio de 18,6% (OMS: 2015). Esta tendencia es creciente en casi todos los países de la región
en los últimos quince años (Gogna 2002: 63). Como afirman Alzabé y Belizán (citado en
Gogna, 2002): ―este aumento tan pronunciado en el índice de cesáreas es un tema de gran
preocupación, ya que este procedimiento quirúrgico representa mayores riesgos para la salud
de la madre y del niño y mayores costos al sistema de salud con relación al parto normal‖ (p.
55).
Como causas de este aumento de cesáreas se mencionan el miedo de los médicos a
enfrentar a la justicia por un parto con complicaciones, así como, del lado de las mujeres, el
miedo al dolor, las causas estéticas y la presión médica. Pero estos análisis, no tienen en
cuenta los determinantes sociales de la salud de clase y etnia.
Es importante recordar que la medicina reproduce las desigualdades y las jerarquías
haciendo naturales y normalizando las desigualdades a través de hechos e imágenes sobre el
cuerpo (Peiró, 2014). Además, la privatización de la salud tiene un impacto directo en la vida
de las mujeres, por un lado cargando sobre sus espaldas los costos de la falta de salud y por
98
Pongo entre comillas el término ―cesárea electiva‖ precisamente para cuestionar qué tanto de opción o
elección tiene este procedimiento.
125
Instituto de Investigaciones Gino Germani
otro un impacto directo en su propio cuerpo por la falta de acceso a salud de calidad, técnica y
humana. En concreto las mujeres de zonas rurales y las migrantes a barrios periurbanos son
las más marginadas en el acceso a salud.
Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, el porcentaje de partos por cesárea
en Bolivia entre 2003 y 2008 ha aumentado en 4 puntos porcentuales, de 14,6 a 18,6%
(ENDSA, 2008). Al desglosar y cruzar los datos se ve que el mayor porcentaje de cesáreas se
da en el departamento de Santa Cruz (36.1%), Pando (25%), y Cochabamba está en el cuarto
lugar con el 18%. A esto hay que sumar que la mayoría de partos por cesárea se dan en el área
urbana (27,8%) mientras que en el área rural es sólo el 7,2% (OMS: 2015). Y que es en el
quintil superior de riqueza (48,2%) frente al quintil inferior (4,7%), y entre las mujeres con
estudios superiores (43,7%) en contraposición a las que no han tenido acceso a educación
institucionalizada (8,2%) (ENDSA, 2008).
El departamento de Cochabamba es el que tiene menor cobertura de salud para mujeres
en edad reproductiva, con el 85% de mujeres sin cobertura. Por lo que el acceso a salud está
fuertemente cruzado por las variables de género y de clase. Aquellas mujeres con mayores
recursos tendrán acceso a salud y aquellas sin recursos, que por sus condiciones laborales y de
vida son más vulnerables, no lo tendrán.
En este contexto, lo paradójico es que si las cesáreas se plantean como un medio
necesario para lograr bajar los índices de enfermedad y muerte materna, casos que se dan
entre las mujeres con menores recursos, éstas están aumentando en el sistema de salud
privado, mientras que en las áreas como las rurales y periurbanas su acceso es incluso inferior
al porcentaje recomendado. Es decir, que al analizar los Determinantes Sociales de la Salud
de género, clase y raza no se justifica el aumento de cesáreas, ya que el grupo de población
que debiera tener acceso al procedimiento quirúrgico no lo está teniendo. En contraposición
las mujeres del quintil de riqueza más alto y con mayor nivel de estudios, están teniendo un
uso irracional de un método que puede llegar a ser peligroso para su salud y la de los nuevos
nacidos (Gibbons, 2010; Gogna, 2002; OMS, 2015; OPS, 2007).
Así, en el lado más extremo de este conflicto, existe un proceso de interiorización que
termina en la aceptación de la ―cesárea electiva‖ como una mejor forma de parir, como reflejo
de un referente de las mujeres de clases medias y altas. Estas últimas han sido inducidas por el
sistema de salud privada a este procedimiento como una imagen de desarrollo y estatus social.
Por todas estas presiones y a pesar de un discurso oficial de políticas de salud
intercultural, en el medio urbano de Cochabamba, las parteras tradicionales están
126
Jornada Migraciones. Mesa 7
desapareciendo, perdiéndose con ellas un espacio de autonomía sobre el cuerpo de las
mujeres.
En un contexto como éste, quien precisa acceder a atención sanitaria deberá calcular
estas variables para tomar la decisión de la opción más adecuada, de acuerdo con sus
posibilidades y creencias. En este proceso se incluye la variable intercultural, que va
cambiando con los crecientes procesos de urbanización. En todo esto, la decisión sobre el
parto, y en consecuencia el control sobre el propio cuerpo, se convierte en una encrucijada en
la que se reflejan las diferentes presiones que las mujeres reciben desde la sociedad.
Para poder entender los efectos de la mercantilización de la salud en los cuerpos de las
mujeres, es necesario investigar cómo se da el proceso de interiorización de la cesárea como
opción de parto, la ―cesárea electiva‖, y en concreto su relación con los procesos migratorios
hacia las ciudades. Los efectos sobre el control del propio cuerpo y el impacto económico que
supone la ―cesárea electiva‖ reflejan un colonialismo interno que supone una falsa imagen de
desarrollo.
El territorio que migra con nosotras: el cuerpo99
La violencia obstétrica se ha convertido en el centro de muchas de las discusiones, desde el
feminismo, en torno a la Salud Sexual y Reproductiva (SSR) a nivel internacional, aunque en
Bolivia no tiene reflejo en políticas públicas.
Además, en nuestro contexto, los análisis desde los determinantes de clase y etnia están
más enfocados al área rural, dando la falsa impresión de que las mujeres indígenas y pobres
solo existieran en ésta. Pero no se aborda con claridad la realidad urbana de un país donde
cada vez más se vive en ciudades y lo indígena tiene un fuerte carácter urbano.
A esto hay que sumar el impacto que ha tenido en la vida de las mujeres, y en la
sociedad en general, los procesos de privatización de la salud durante la etapa neoliberal. Son
las mujeres las que han visto su jornada extendida y recargada para poder sostener la vida de
sus familias y comunidades. De hecho, como indica Silvia Federici (2013): ―(h)a sido el
advenimiento del capitalismo el que ha producido la privatización de la reproducción, un
proceso que ha llegado al extremo de que está destruyendo nuestras vidas‖ (p. 256). Pero este
proceso va un paso más allá cuando se tiene en cuenta la salud sexual y reproductiva como
99
Sigo reflexionando sobre la categoría cuerpo-territorio que va ganando espacio en la teoría feminista
latinoamericana. Mi principal preocupación es cómo poder incluir esta categoría en la experiencia de migración,
de alejamiento del ―territorio‖ ancestral como tal y cómo se reconstruye la categoría de territorio en las zonas
periurbanas, destruyendo esencialismos tanto de lo que es ser indígena como ser mujer.
127
Instituto de Investigaciones Gino Germani
autonomía sobre el cuerpo de las mujeres. La privatización y consecuente mercantilización de
la salud ha llegado hasta el acto mismo de reproducción a través del control del parto, siendo
la ―cesárea innecesaria‖ (OPS, 2007) el ejemplo más drástico de este control.
De esta manera, las mujeres interiorizan, entendiendo como libertad, las construcciones
sociales que definen su rol. Es en este proceso que la cesárea se convierte en una elección
personal. Doblemente interiorizado en el caso de las mujeres indígenas cuando se tiene en
cuenta el proceso del colonialismo interno descrito por Silvia Rivera. Estos procesos llevan a
preferir el parto institucionalizado y medicalizado, del que la cesárea es el exponente más
extremo.
Indígena urbana
En un país cada vez más urbano, con un 64% de la población en el último censo viviendo en
ciudades (Torrico, 2016: 9), lo indígena tiene una transformación concreta que es necesario
desarrollar, para no caer en encasillamientos simplistas, folklorizados de sus experiencias de
vida. Desde los estudios urbanos deben generarse datos cualitativos que ayuden en la
formulación y análisis de políticas públicas en áreas como la salud.
Para poder desarrollar este contexto urbano migrante, me parece útil profundizar en el
concepto de ―colonialismo interno‖, ya que considero que es el que mejores perspectivas
aporta a la hora de hacer un análisis de la situación, no poco compleja, que atraviesa a las
mujeres en su relacionamiento con los sistemas de salud a que acceden. He escogido el
desarrollo del concepto que hace Silvia Rivera Cusicanqui, ya que me parece adecuado para
poder entender, no solo el complejo entramado de relaciones raciales, sino también por el
alcance a otros determinantes como de género y clase, que son patentes en el contexto urbano
migrante.
El colonialismo interno se fundamenta en una comprensión de diferentes horizontes
históricos: colonial, republicano y popular, que se superponen y afloran, sin anularse unos a
otros. Es decir, el horizonte republicano no significa la superación del colonial y de las
relaciones de poder en él establecidas, y el horizonte popular no supera las contradicciones y
las formas de violencia propias de los dos horizontes anteriores. Así:
la sociedad boliviana opera, de forma subyacente, un modo de dominación
sustentado en un horizonte colonial de larga duración, al cual se han articulado,
pero sin superarlo o modificarlo completamente, los ciclos más recientes de
liberalismo y populismo. Estos horizontes recientes han conseguido tan solo
128
Jornada Migraciones. Mesa 7
refuncionalizar las estructuras coloniales de larga duración, convirtiéndolas en
modalidades de colonialismo interno. (Rivera, 2010: 37).
Como evidencia Thomson, la violencia, según Silvia, está "incubada" en los procesos
―supuestamente beneficiosos de la aculturación, la modernización y la ciudadanización"
(citado en Rivera, 2010a: 17). A esta lista se podría añadir el desarrollismo, como explicaré
más adelante. En el caso de la imposición del sistema biomédico, esta violencia se encarna de
manera específica en el cuerpo de las mujeres.
Considero que este enfoque ayuda a entender con mayor profundidad la violencia
obstétrica como concepto cada vez más posicionado dentro de las críticas feministas a las
formas de violencia que viven específicamente las mujeres en contextos interculturales. El
concepto de violencia obstétrica va ganado su lugar dentro de los Derechos Sexuales y
Reproductivos, pero lo complejo en este caso es si las propias mujeres migrantes bolivianas lo
vivencian como violencia, o si como dice Rivera es una forma más de ―violencia
(re)encubierta‖ (2010a:1).
Como explica Rivera (2010), la
emigración a las ciudades […] fue la tónica común a estos procesos de
miscegenación biológica y cultural […]. La impronta de las mujeres - muchas de
ellas madres solteras, con hijos ilegítimos de uniones mixtas- en la formación y en
la orientación cultural de estas ciudades, no puede ser pasada por alto. Las nuevas
realidades mercantiles y urbanas se formaron con su contribución activa pero ellas
y su prole tuvieron que pagar un precio muy alto, viviendo un nivel de conflicto
colonial que las obligó a aceptar un papel subordinado [...] en la esperanza de
liberar a sus hijos de un destino como el suyo. (p. 193).
En este respecto de la encarnación del colonialismo interno, destacar que la propia
Rivera específica que en ocasiones, éste opera como una estructura de hábitus, definida por
Pierre Bourdieou ―condicionando las conductas ‗objetivas‘ como las expresiones no verbales
y la propia producción del discurso‖ (Rivera, 2010: 117). Ya Bourdieu (2015) hacía referencia
a la ginecología al ejemplificar la dominación masculina en la sala de consulta, describiendo
el reconocimiento vaginal por parte del médico como ritual "que tiende a mantener la barrera,
simbolizada por el cinturón, entre la persona y la vagina, jamás percibidas simultáneamente"
(p. 29).
Pero sí considero necesario señalar las diferencias entre el concepto de hábitus y el
colonialismo interno, dentro el pensamiento de Bourdieu y Rivera. Estas diferencias estriban
en comprender el hábitus como una estructura social de la que es casi imposible escapar, con
la presencia incuestionable de un Estado hegemónico, mientras que Rivera planeta el
129
Instituto de Investigaciones Gino Germani
colonialismo interno como una tensión constante (esta tensión es la esencia de lo ch´ixi100),
que hasta ahora no tenía una presencia en forma de poder hegemónico como el Estado,
abriendo la posibilidad a más interpretaciones y líneas de fuga. Rescato la mirada más abierta
y que permite ciertas salidas incluso dentro de la opresión del colonialismo interno que tiene
Rivera101. Así, como explicita:
La etnicidad estratégica, capturada por el Estado y colocada como camisa de fuerza
en el cuerpo de los pueblos indígenas amazónicos, resulta insuficiente y tramposa,
anclada como está en la esfera discursiva y un procesamiento dualista que postula
esencias antes que procesos o prácticas colectivas. Por ello acudimos a una noción
dinámica, la de etnicidad táctica, que alude al día a día del trabajo y la lucha, en
procura de visibilizar un potencial civilizatorio alternativo en los modelos
indígenas de manejo del bosque (Rivera, 2015:9).
Al respecto, si bien este trabajo pretende criticar la falta de análisis de la complejidad
social en las políticas públicas, no dejamos de entrever que es precisamente en esta falta de
políticas donde se genera la resistencia, feminista e indígena, desde esta etnicidad táctica.
Pero no por ello es necesario dejar de analizar y criticar con el fin de generar alternativas,
también en esta tensión constante que supone el relacionamiento con el Estado desde los
márgenes.
En este punto introducir la relación que hace Luís Tapia (2014) del colonialismo interno
con el capitalismo, al afirmar que: "(e)l capitalismo ha producido un conjunto de normas
aparentes, a través de las cuales se vela u ocultan las relaciones, estructuras y procesos de
dominación y se les hace aparecer como lo contrario, como formas de libertad, la
autorrealización y en bienestar general colectivo" (p. 7). Es decir, se justifica dentro del
capitalismo, y en concreto en su forma más perfeccionada de neoliberalismo, la imposición
como libertad, sin revelar que existen formas de dominación que justifican ciertas decisiones.
Así, "la articulación del colonialismo y el capitalismo, es la idea del colonialismo interno, que
se dirigió contra la forma aparente de superación de la condición colonial que primero elaboró
el republicanismo señorial y después el nacionalismo" (Tapia, 2014: 9).
Una de las mayores expresiones de esta alianza entre capitalismo y colonialismo interno
han sido las políticas multiculturales, en lo que Tapia (2014) denomina la ―recomposición
100
El término aymara ch´ixi significa lo mezclado, lo intermedio, una tensión constante que puede reinterpretarse
sin las necesidad de una identidad estática, según Rivera (2010b).
101
Debo agradecer a Karen Mercado por señalar la necesidad de una mirada que abre la posibilidad a la rebeldía
dentro del colonialismo interno que Rivera reivindica. Y en relación a este trabajo en particular, tengo la
sospecha de que las parteras urbanas siguen desarrollando su trabajo desde la clandestinidad en los barrios
periurbanos. Será un reto enriquecedor poder entender cómo desarrollan ese trabajo, que les aporta y que les
quita, este desarrollo fuera de la legalidad.
130
Jornada Migraciones. Mesa 7
neoliberal del colonialismo interno‖ (p. 61). Importadas a toda América, en Bolivia se
explicitan en la Constitución de 1994, donde se reconocían los pueblos indígenas pero como
colectivos estáticos, esenciales y de tal forma que se reproduzcan las formas de poder. Como
explica Pedro Portugal (sin fecha): ―(l)a interculturalidad pretende una relación o diálogo
entre las culturas, criticando al multiculturalismo el ser estático y reproductor de formas de
poder‖ (p. 14). En la misma línea en que Lee Van Cott habla de "amigable liquidación"
(citado en Rivera, 2015: 33).
Esta paradójica situación, si bien ya era compleja en la etapa neoliberal, ahora en
Bolivia termina de complejizarse con las transformaciones concretas de lo indígena en un
paradigma de desarrollismo sostenido en el discurso del gobierno. Paradoja sustentada en el
modelo extractivista con agradecimiento a la Pachamama y acto ritual. Situación que se ve
reflejada en los resultados del último censo, con una fuerte disminución de la población
autoidentificada como indígena (CEDIB, 2013).
Políticas en contradicción
Un acercamiento a las políticas en salud del gobierno boliviano en los últimos años parece dar
muchas razones para alegrarse, pero la realidad supera esta ficción que es la narrativa estatal.
Después de una lectura crítica de una decena de leyes, planes y políticas sobre SSR y de salud
intercultural, o que incluyen apartados que hacen referencia a las mismas, surgen muchas
preguntas en torno a la verdadera capacidad de transformación de estos instrumentos legales.
Por poner un ejemplo, una de las políticas más reconocidas en esta área es el Bono
Madre Niño-Niña ―Juana Azurduy‖, un incentivo económico (transferencia condicionada) que
reciben las madres bolivianas con el objetivo de contribuir a disminuir la mortalidad materno
infantil y la desnutrición crónica en niños y niñas menores de dos años en todo el país (DS
066/2009). Éste se entrega por etapas a las madres después de cada control prenatal, y con un
monto mayor tras el parto ―institucional‖.
Esta obligatoriedad del parto institucional es contraria a los planteamientos de la SAFCI
(Salud Familiar Comunitaria Intercultural D.S. 29601/08), la Ley de Medicina Tradicional
(Ley 459/13) o el Plan Estratégico en Salud (RM 799/09), donde se hace especial hincapié en
el respeto a las preferencias de parto de las mujeres. Si bien, la justificación de esta
obligatoriedad es poder llegar a cubrir los Objetivos de Desarrollo del Milenio en relación al
descenso de la mortandad materna, esto se logra a un costo de la soberanía y capacidad de
decisión sobre el cuerpo de las mujeres. A lo que hay que aumentar, como afirma Dibbts, que
131
Instituto de Investigaciones Gino Germani
―las condiciones de seguridad técnica biomédica no están en concordancia alguna con la
promesa de la seguridad en el parto institucional, ya que el 37% de las muertes maternas se
produce en establecimientos de salud‖ (citado en Roosta, 2014: 87).
Además, hay que recalcar que en 2011 más del 70% de la población boliviana ocupada
no estaba afiliada a un fondo de pensión (Wanderley, 2014), y la creación de bonos, pueden
ser paliativos en tiempos de bonanza económica, pero con la caída del precio de las materias
primas, dentro del modelo primario exportador, la cobertura del mismo puede verse
seriamente afectada, llegando a un repunte de los niveles de pobreza, ampliando la brecha de
acceso a servicios de salud.
A esto hay que sumar la cuestión de la salud intercultural y su aplicabilidad en áreas
urbanas, en torno a la cual no parece haber un acuerdo ni claridad. Ya en la creación del
SUMI (DS 26875/2002), al final de la etapa neoliberal, se hace mención a que las
prestaciones se harán a través de la medicina tradicional cuando corresponda, sin entrar a
profundizar mucho más en dónde y cuándo corresponde y cómo se llevaría a cabo esta
adecuación. En la actual Ley de Medicina Tradicional no se hace una mención clara a la
forma en que aplicará la salud intercultural, más allá de plantear la posibilidad de que los
municipios puedan pagar ítems a médicos tradicionales (entre los que figuran las y los
parteros). Pero no se hace mención directa a los contextos urbanos y a la necesidad
específicas de los mismos.
Por último, el Plan Estratégico Nacional de Salud Sexual y Reproductiva plantea la
necesidad de ―promover la incorporación de parteras y médicos tradicionales en los equipos
de salud familiar comunitaria intercultural‖ (2008: 39), pero no queda tampoco claro cuál es
la estrategia a seguir en contextos urbanos o si estos están siendo tenidos en cuenta, pesar de
la total aplicabilidad.
En todas estas leyes, parece existir un tácito acuerdo para no mencionar la
discriminación étnica, colonial, que existe dentro del sistema de salud, y el lugar de poder
desde el cual los médicos actúan. Si bien se menciona la necesidad de generar equidad entre
las dos formas de medicina, no hay una clara planificación del modo en que combatir las
discriminaciones existentes102. Discriminaciones que en el caso de las parteras tradicionales
deben sumarse a las de género, generación y etnia que viven en sus prácticas diarias.
102
Además, la legislación en materia de SSR no hace mención a la violencia obstétrica o a los niveles de cesárea.
Como tampoco en las leyes en materia de violencia de género, como la Ley 348/13. Para garantizar a las mujeres
una vida libre de violencia.
132
Jornada Migraciones. Mesa 7
A decir de Dibbts, ―(a)unque se haya creado un Viceministerio de Medicina Tradicional
e Interculturalidad y se habla con mucho fervor sobre políticas de descolonización, las
políticas para facilitar el acceso a los servicios de salud a (toda) la diversidad de mujeres
bolivianas es aún marginal‖ (citado en Roosta, 2014: 80). No existe en estas legislaciones una
sola mención concreta a esta realidad urbana intercultural y a las forma de encarar y
superarla103. Como afirma Miranda (2015), en muchas ocasiones, ―(e)ste discurso de lucha
contra el racismo y la discriminación se impone como un manto que encubre los reales
mecanismos donde persiste y se rearticula la contradicción colonial y, con ella, la violación de
los derechos indígenas‖ (p. 66).
Si bien la violencia obstétrica no es un tema en la agenda pública boliviana, viendo el
desarrollo legal de otros temas que son tangenciales al mismo, el asunto de fondo es cómo
podría abordarse con un enfoque descolonizador real y en contacto con el contexto real,
urbano e indígena. Recuperando a Pedro Portugal (inédito) ―descolonización para ser tal debe
ser contemporánea. Ser contemporáneos significa manejar las condiciones actuales‖ (p. 16).
Conclusiones
En un contexto postcolonial como el boliviano, la violencia está normalizada. Entre las
diferentes formas que toma, he querido resaltar la violencia obstétrica y su contexto del parto
institucionalizado y la ―cesárea innecesaria‖ en la actualidad del área urbana, como una
muestra de la urgencia de replantear políticas serias en salud intercultural. Una
interculturalidad donde, más allá de los discursos, se puedan generar transformaciones
concretas.
Fuera del discurso vacío de lo indígena, estático y esencializado, una práctica concreta
de la medicina tradicional podría ser la revalorización del parto tradicional humanizado en el
área urbana, que logre disminuir la mercantilización de la salud, los costos económicos de la
cesárea innecesaria y la autonomía de las mujeres.
La pregunta que queda pendiente resolver es si existe un deseo en este sentido por parte
de las mujeres migrantes, y también descubrir los mecanismos por los que ellas mismas
revierten desde su propio colonialismo interno esta situación. Para ello, la necesidad de
recuperar la ambivalencia de la identidad indígena, que como afirma Rivera (2015), ―no es
una continuación estática repetitiva de algunos signos puros u originarios: es más bien un
103
Las referencias a las y los parteros tradicionales solo en mención en la lista de tipos de médicos tradicionales
y como entes con los que coordinar, pero sin especificar en qué contexto y de qué forma concreta.
133
Instituto de Investigaciones Gino Germani
proceso complejo, dinámico, ambivalente, cuya dinámica - en forma paradójica- reproduce al
propio colonialismo" (p. 62).
Desde esta lectura, para que la SSR sea realmente una herramienta que desarticule la
opresión del cuerpo de las mujeres deberá ser retomada por ellas mismas. Es en este contexto
que se recalca la importancia de los saberes de la medicina tradicional y en concreto de las y
los parteros tradicionales de Bolivia. Considero que la recuperación y verdadera valorización
de estos saberes es fundamental para lograr la humanización y des-mercantilización del parto,
ya que muchas de las recomendaciones en este sentido ya se ponen en práctica en la medicina
tradicional, pero ésta queda invisibilizada en los procesos de colonialismo interno, racismo y
clasismo.
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135
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Agentes del sistema de salud ante el desafío de la alteridad.
Atención a migrantes bolivianas
Carlos Sebastián Barria Oyarzo104
Introducción
El presente trabajo expone resultados de una investigación en curso que tiene como objetivo
analizar la accesibilidad de migrantes bolivianas a los servicios de salud, en la ciudad de
Comodoro Rivadavia, durante los procesos de embarazo, parto y puerperio (EPP). Se entiende
a la accesibilidad como la articulación o ajuste entre las características de la oferta (el sistema
de salud y sus profesionales) y las características y necesidades de la demanda (Landini,
Gonzáles Cowes y D‘Amore, 2014). En este sentido se avanza en una primera etapa, donde se
busca caracterizar los discursos y las representaciones que poseen las y los agentes del
sistema de salud en relación a las migrantes bolivianas.
Varios autores sostienen que la salud reproductiva y la migración merecen una especial
atención, teniendo en cuenta la cantidad de migrantes sudamericanos en Argentina, el gran
número de mujeres en edad reproductiva y el desafío que implica para los servicios sanitarios
garantizar las condiciones para que esta población acceda a los beneficios que puede proveer
el sistema de salud (Aizenber, Rodriguez y Carbonetti, 2015; Cerrutti y Maguid, 2010; Jelin,
Grimson y Zamberlin, 2006). En el caso de la migración boliviana, a veces, esto se acentúa
por factores de clase y étnico-culturales. En estudios realizados en la provincia de Buenos
Aires las migrantes presentan pautas reproductivas y de cuidado que, por lo general, son
diferentes a las de la sociedad que las acoge (Cerrutti, 2010).
Comodoro Rivadavia es una ciudad portuaria, ubicada en la costa atlántica de la
Patagonia central. Desde su origen la producción principal es la explotación petrolera, lo cual
la caracterizó a lo largo de su historia como una sociedad receptora de grupos migratorios
europeos, chilenos y del norte argentino (Baeza, 2013b; Márquez y Palma Godoy, 1995).
Desde fines de 2002, la ciudad inició una etapa de reactivación económica debido a la
expansión de la explotación petrolera y, en menor medida, a la pesca. Esto produjo efectos de
expansión en el comercio y en la construcción, como demandas en otros sectores de la
economía (González, 2012). Entre los años 2004 y 2008 se desarrolla el último ―boom
petrolero‖, que produjo una mayor llegada de migrantes bolivianos. Los datos del Censo
Nacional de Población del año 2010 arrojaron un total de 180.000 habitantes en la ciudad, de
104
Licenciado en psicología. Becario doctoral, CONICET, IESyPPat/UNPSJB. E-mail:
c_s_barria@hotmail.com.
136
Jornada Migraciones. Mesa 7
los cuales 14.544 eran migrantes de países limítrofes, 10.682 migrantes chilenos, seguidos por
los migrantes bolivianos con un total de 2.421, de los cuales 1.303 eran varones y 1.118
mujeres (Baeza, 2013a, 2013b; Dirección General de Estadísticas y Censos, 2015).
Los grupos de personas bolivianas asentadas en Comodoro Rivadavia son en su mayor
parte provenientes de Cochabamba, más precisamente Punata y Cuchu-Punata (Baeza, 2015).
Esta migración se distingue por ser una migración de tipo familiar, donde la mayoría de las
mujeres que migran lo hacen con su pareja, y para quienes migran solas son fundamentales las
redes en la ciudad (González, 2012).
La sociedad receptora de Comodoro Rivadavia se caracteriza por la hostilidad y escasa
aceptación hacia los denominados ―nuevos migrantes‖. Precisamente, es sobre las mujeres
migrantes que provienen de comunidades rurales de Bolivia donde se concentran la mayor
parte de los rasgos distintivos, ya que ellas diariamente transitan por los espacios públicos
donde adquieren visibilidad por su modo de vestir y sus rasgos fenotípicos indígenas (Baeza
2015, 2013a).
En este contexto, donde las migrantes bolivianas adquieren una visibilidad notable, se
hace necesario estudiar los procesos de EPP en el sistema de salud, ya que es en estos
momentos donde se dan mayores dificultades y abundan las situaciones traumáticas en un
contexto de dominio del saber médico hegemónico (Baeza, 2013a). Un médico obstetra del
hospital público de la ciudad, manifiesta: ―Lo que me ha llamado la atención es mucha,
mucha extranjera. Por darte un número aproximado, 80 por ciento extranjera, 20 por ciento
nativas, de acá, de Argentina. Y de las extranjeras un 95 por ciento bolivianas‖ (Médico,
entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2015).
Se sostiene como supuesto de trabajo que existen, por parte de las y los profesionales
significaciones heterogéneas en torno a sus prácticas en la atención a migrantes bolivianas,
mediadas por construcciones de género, clase social, etnia, entre otras, que en algunos casos
estructuran barreras psicosocioculturales en el acceso a la salud. Éstas se definen como
fenómenos que resultan de la estructuración en un espacio intersubjetivo, de los efectos de las
reacciones afectivo-emocionales negativas producto de los comportamientos interaccionales
entre los/las agentes del sistema de salud y las usuarias (Juárez y Saforcada, 2013; Saforcada,
2006). Estas barreras tienden a retroalimentar las estructuras valorativo-actitudinales y
representacionales preexistentes de los sujetos involucrados y en este caso en particular
limitarían la ciudadanía reproductiva de las mujeres. Se entiende aquí por ciudadanía
reproductiva a la capacidad de ejercer los derechos que garantiza el orden normativo vigente
en materia de salud sexual y reproductiva (Castro, 2010).
137
Instituto de Investigaciones Gino Germani
El fenómeno en estudio presenta algunas particularidades, debido a la situación crítica
que atraviesa la salud pública en la ciudad de Comodoro Rivadavia. Existe un
desfinanciamiento del sistema público de salud frente a la creciente demanda de la población.
Según comunicación personal con un funcionario de la Subsecretaría de Salud de la ciudad
(2015) también existe una falta de recursos humanos capacitados en diversas especialidades
médicas. En este contexto se acentúan las hostilidades hacia los grupos migrantes, lo cual se
puso en evidencia el presente año con un proyecto municipal de arancelamiento del sistema
público de salud para personas provenientes de países limítrofes (―Evalúan cobrarle un
arancel…‖, 23/05/2016).
En este trabajo se realiza un análisis interpretativo de entrevistas realizadas a tres
agentes de un equipo de salud comunitaria, un médico ginecólogo, un médico obstetra y una
licenciada en obstetricia. Estas/os son agentes del sistema público de salud de un Hospital
General que atiende la demanda espontánea y programada de la ciudad, y de un Centro de
Atención Primaria de la Salud (CAPS), ubicado en un barrio donde existe uno de los
asentamientos más grandes de migrantes bolivianos en la ciudad.
Intervención médica en los procesos reproductivos: Fenómeno multidimensional
En Argentina existe desde el año 2004 la Ley de Parto Humanizado Nº 25.929. En palabras de
Aragón (2013) esta ley es la materialización de una problemática que aún no ha tomado
suficiente visibilidad en nuestra sociedad, la existencia de violencia obstétrica. Varios
estudios han puesto especial atención en los efectos negativos de la intervención médica en
los procesos de EPP. Se pueden identificar aquellos que han estudiado el modelo médico y su
construcción de saberes y prácticas en torno al EPP (Blázquez Rodríguez, 2009; Montes
Muñoz, 2007). En esta misma línea de investigación, otros autores han prestado especial
atención a los efectos de la intervención médica, buscando entender y teorizar las condiciones
de posibilidad de las violaciones de derechos reproductivos en los servicios de salud
(Arguedas Ramírez, 2014; Camacaro Cuevas, 2009; Castro, 2010, 2014; Sadler, 2004). Por
otro lado, se han desarrollado investigaciones que ponen el foco particularmente en la
interacción entre profesionales del sistema de salud y mujeres migrantes e indígenas, donde
que se evidencian diferencias en los sistemas de creencias y prácticas en relación a la salud
reproductiva (Abel y Caggiano, 2006; Aizenberg et al., 2015; Baeza, 2013a, 2015; Jelin et al.,
2006; Vazquez Laba, Rugna y Perazollo, 2015).
138
Jornada Migraciones. Mesa 7
Montes Muñoz (2007) y Blázquez Rodríguez (2009) han investigado las
representaciones y prácticas que socialmente y desde el sistema médico se mantienen
alrededor del EPP. Montes Muñoz (2007) expone que desde los discursos y prácticas del
sistema médico se refuerza la pérdida de autonomía y la desconfianza de las mujeres hacia los
procesos de su cuerpo en gestación, lo cual se realiza a través del intenso control del
embarazo y la descalificación del saber de las mujeres. En este sentido Blázquez Rodríguez
(2009) afirma que las prácticas médicas producen una naturalización de los procesos de EPP,
invisibilizando su carácter sociocultural.
Otras investigaciones se han preocupado por indagar las condiciones organizativas,
materiales e ideológicas que legitiman la hegemonía del conocimiento biomédico en relación
al parto. En este sentido, Sadler (2004) postula que en la atención a los procesos reproductivos
se dan mecanismos de desautorización de las mujeres, donde prevalece el conocimiento
autorizado y legítimo de la medicina. En esta misma línea, Castro (2014) se interesa por
conocer las condiciones de posibilidad que desembocan en violaciones de derechos
reproductivos en los servicios de salud. Valiéndose de aportes de Bourdieu, el autor muestra
que estas prácticas se sustentan en un habitus médico autoritario que se desarrolla en la
formación universitaria, donde se interiorizan las jerarquías, la desigualdad de género y los
castigos como recurso didáctico.
Camacaro Cuevas (2009) explora los imaginarios colectivos de los profesionales de la
salud sobre la mujer y su salud sexual y reproductiva, construidos a través de la praxis
obstétrica. La autora afirma que la práctica médica viola los derechos sexuales y
reproductivos de la mujer a través de acciones mecanicistas, interventoras y agresivas que
ejecuta la institución médica, a la que la sociedad le ha atribuido tal poder. En este sentido de
indagación, otra autora da un paso más en la conceptualización de los efectos del modelo
médico en los procesos reproductivos. Es así que Arguedas Ramírez (2014) intenta responder
qué es, cómo opera y cuáles son los efectos de la violencia obstétrica. A través de un trabajo
empírico y valiéndose de aportes de Foucault, la autora propone la categoría de poder
obstétrico, entendido a esta como una forma de poder disciplinario enmarcado en el ámbito de
la capacidad reproductiva de las mujeres que se ejerce en un territorio-género específico: los
cuerpos que se embarazan y paren. Esta microfísica del poder dispone de ciertas tecnologías
disciplinarias que establecen la normalidad y las técnicas para la administración médico-
jurídica del embarazo y el parto.
Si bien estos aportes nos ayudan a pensar la intervención médica en tanto procesos de
patologización, medicalización y violaciones a los derechos reproductivos, también es posible
139
Instituto de Investigaciones Gino Germani
pensar en las prácticas médicas como un fenómeno multidimensional, donde intervienen
diferentes variables. En este sentido Blázquez Rodríguez (2009) expone que el tipo de
atención que brindan los profesionales depende de variables de desigualdad social, como la
clase social, la edad, la cultura/país de origen, la situación laboral, tener pareja y el tipo de
pareja. Varias investigaciones han puesto especial atención sobre las problemáticas que
emergen en la atención a mujeres migrantes y/o indígenas en el sistema de salud reproductiva.
Vazquez Laba et al. (2015) en un estudio sobre práctica médica en la atención a mujeres
de comunidades indígenas (qom, guaraníes, wichis) afirman que los profesionales en sus
prácticas deslizan creencias personales basadas en discursos religiosos. Demuestran que la
práctica se encuentra cargada de prejuicios étnicos, raciales y de género, tendiendo a
normalizar/encasillar a los cuerpos dentro de un modelo de cuerpo femenino definido por las
ciencias médicas. De este modo se busca imponer formas de cuidado de la salud, sin ningún
tipo de diálogo con los conocimientos que portan las mujeres.
En un estudio sobre atención médica a migrantes limítrofes, realizado en la Ciudad
Buenos Aires, Jelin et al. (2006) intentan conocer cuáles son los discursos y percepciones que
poseen los profesionales de salud sobre los migrantes y como inciden estos en la práctica
médica. Los autores exponen que, en general, por parte de los profesionales se dan procesos
de inferiorización del otro y la otra, y apreciaciones racistas. Particularmente demuestran
sistemas de creencias y prácticas que tienen un peso muy fuerte en lo que respecta a los
embarazos y partos de las mujeres bolivianas, prácticas que para el discurso médico son
―peligrosas‖. En la misma línea Abel y Caggiano (2006), en un estudio sobre migrantes
bolivianos en la Provincia de Jujuy, denotan la existencia de conflictos y tensiones generados
en la relación entre médicos y usuarias del sistema de salud debido a prácticas y costumbres
en relación a los procesos reproductivos. Al mismo tiempo observan, por parte de algunos
profesionales, intentos de comprensión y apertura hacia estas prácticas.
Aizenberg et al. (2015) han estudiado las percepciones que construyen los equipos de
salud en torno a las mujeres migrantes de origen peruano y boliviano en la ciudad de Córdoba
Capital. Los autores exponen que existen dificultades en la comunicación y en la relación
interpersonal entre los profesionales y las mujeres, principalmente bolivianas. Se observó que
los profesionales sostienen representaciones sustentadas en estereotipos que vinculan la
docilidad y la sumisión a estas mujeres.
Para el caso de Comodoro Rivadavia, Baeza (2013a, 2015) estudió las características de
la memoria de migrantes bolivianas, provenientes de zonas rurales, en la experiencia del parto
en las instituciones de salud. La autora expone que ellas optan por silenciar saberes
140
Jornada Migraciones. Mesa 7
transmitidos generacionalmente por temor a las resistencias que se podrían generar en los
profesionales. Esto es interpretado como desconocimiento, sumisión, apatía, negación, entre
otras características que ubican a estas mujeres como personas cerradas y frías. De este modo,
se hace necesario estudiar de manera pormenorizada las características que adquieren en la
ciudad de Comodoro Rivadavia las interacciones entre las migrantes bolivianas y los/las
agentes del sistema público de salud.
La literatura sobre la intervención médica en los procesos reproductivos tendió a
homogeneizar sus prácticas como procesos de patologización, medicalización y violaciones a
los derechos reproductivos (Arguedas Ramírez, 2014; Camacaro Cuevas, 2009; Castro, 2014;
Sadler, 2004). En el contexto actual, con el reconocimiento normativo de los derechos
reproductivos en el EPP105 y los derechos de grupos migrantes106 en nuestro país, se hace
necesario conocer posibles lógicas de reproducción y transformación del ―modelo médico
hegemónico‖. Menéndez (2003, 2009) entiende a este modelo como una categoría analítica
que permitiría observar ciertas tendencias de la medicina alopática. Las principales
características de este modelo serían el biologismo, el individualismo, la ahistoricidad, la a-
sociabilidad, el mercantilismo, la eficacia pragmática, relaciones médico/consultante
asimétricas y subordinación de otros saberes.
El presente trabajo intenta dar cuenta de los ―saberes prácticos‖ de los equipos de salud
como configuraciones heterogéneas donde no solo se evidencia la formación profesional,
como lo propone Castro (2014), en las limitaciones a la ciudadanía reproductiva. Aquí
intervienen múltiples marcos de socialización que se intersectan de manera particular, a través
de los cuales podemos reconocer aquellas condiciones que limitan, así como las que
posibilitan la accesibilidad al sistema de salud de las migrantes bolivianas.
“Las bolivianas no nos entienden”
En la atención a las migrantes bolivianas en Comodoro Rivadavia, tal como lo han expuesto
otras investigaciones, una de las principales dificultades que manifiestan las y los agentes del
sistema de salud es el idioma. Esto trae problemas en la atención a las mujeres, como lo
expone un médico obstetra:
105
―Ley de Parto Humanizado‖ N° 25929. Promulgada en el año 2003 y reglamentada en el año 2015.
106
―Ley de Migración‖ N° 25.871. Promulgada en el año 2003 y reglamentada en el año 2010.
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
Es todo un tema chicos ¿sí? Porque no nos entendemos el idioma. O sea,
normalmente vienen, hablan quechua. Se quedan mirándonos, así, y no nos
entienden como ustedes me están entendiendo ahora a mí […] Al no entendernos el
idioma son los partos más complicados, más dificultosos. (Médico, entrevista
personal, Comodoro Rivadavia, 2015).
Por otro lado, algunos profesionales atribuyen el desentendimiento a la ―cultura‖ de las
mujeres. Una obstetra nos explica: ―Las bolivianas no nos entienden, porque es otra cultura,
porque si bien hablan castellano hay palabras que no las entienden porque no las usan‖
(Licenciada en obstetricia, entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2016). Estos problemas
en la comprensión entre profesionales y las mujeres a veces suele ser entendida por parte de
algunos/as agentes de salud como dificultades cognitivas de las migrantes, como lo expone
una entrevistada cuando nos comenta un caso: ―Después entendimos que no es que ella
tuviera algún problema de desarrollo, sino que era el idioma‖ (Licenciada en obstetricia,
entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2016). Podría pensarse que en este caso se
interpreta un rasgo cultural en términos de patología biomédica.
Algunos profesionales hacen comparaciones con pacientes que asisten al sector privado,
estableciendo diferencias con las migrantes bolivianas. ‖Me gustan las pacientes de la clínica
porque me entienden. Hablas con ellas y vos sabes que te entienden enseguida y además son
muy agradecidas‖ (Licenciada en obstetricia, entrevista personal, Comodoro Rivadavia,
2016). Otro agente de salud hace referencia a otras pacientes migrantes profesionales,
colombianas y dominicanas, en contraposición a las bolivianas.
Son cultas y muy educadas. No tienen ningún dialecto así que nos entendemos a la
perfección. […] Al ser universitaria, chicos, ya notas mucho la diferencia. El parto
duele a la boliviana, a la culta a la ingeniera, a la latina y a la argentina, a todas,
pero se nota la diferencia. (Médico, entrevista personal, Comodoro Rivadavia,
2015).
Aquí se puede observar una accesibilidad diferencial al sistema de salud por parte de
algunos grupos poblacionales mediado por condiciones socioeconómicas, de capital simbólico
y cultural que para los equipos de salud serían deseables. De este modo los profesionales
ubican a las mujeres ―cultas y educadas‖, como pacientes ideales con las cuales tendrían un
mayor entendimiento y quienes se adaptarían mejor al modelo médico. Podría pensarse que
las migrantes bolivianas no se adaptan a este modelo o no estarían entrenadas en lo que el
sistema de salud espera de ellas.
Las migrantes bolivianas son las únicas que aparecen como poseedoras de ―dialecto‖ y
de una ―cultura‖, que las demás mujeres no tendrían a pesar de ser de otros países. Un médico
142
Jornada Migraciones. Mesa 7
comenta: ―Las pautas culturales son terribles, son terribles, terribles, terribles. Sobre todo son
pacientes que por el interrogatorio vos no sabes el número de documento, nada (…) Se nota
mucho, se notan mucho las pautas culturales‖ (Médico, entrevista personal, Comodoro
Rivadavia, 2015). Podría pensarse que las y los profesionales atribuyen a ―la cultura‖ todo
aquello que es diferente y escapa a la propia configuración cultural. De este modo son
siempre los ―otros‖, los poseedores de ―cultura‖ y ―dialecto‖.
Por parte de los equipos del hospital y del Centros de Atención Primaria de Salud
(CAPS) predominan las representaciones de las migrantes bolivianas como personas
―cerradas, sumisas‖ y como miembros de una comunidad ―muy machistas‖. ―La boliviana…
sumisa, no opinan‖ (Médico, entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2015). ―Lo que
nosotros notamos así, es que la comunidad boliviana es muy muy cerrada y a la vez machista,
muy machista‖ (Equipo de agentes de salud comunitaria, entrevista personal, Comodoro
Rivadavia, 2016). A pesar de esto, por parte de profesionales del CAPS existen intentos de
comprensión y acercamientos, quienes se muestran más preocupados por el desentendimiento,
buscando nuevas modalidades de trabajo para sortear estos obstáculos. Un médico ginecólogo
de un CAPS nos explica:
Por ahí yo les vuelvo a preguntar si entendieron, me dicen que sí, pero cuando van
allá por alguna vacuna o algún inyectable pregunta otra vez a la enfermera… A lo
mejor que se yo… Se intimidan un poco […]. En realidad lo que he observado acá
es que hay colegas que parecen que son de hablar muy poco, son muy cortantes.
Entonces ellas, es como que, ya se frenan, ¿entendés? No son abiertos como para
que ellas se puedan explayar. (Médico, entrevista personal, Comodoro Rivadavia,
2016).
Aquí se pueden observar intentos de acercamiento por parte del personal de salud y una
posible explicación referida a lo que podríamos pensar hace referencia al modelo médico
hegemónico (Menéndez, 2003, 2009). El entrevistado se posiciona desde una perspectiva más
dialógica, diferenciándose así de otros profesionales. Podría estimarse que aquí, además de la
actitud del profesional, entran en juego variables relacionadas a construcciones de género por
las cuales las mujeres buscan información en enfermeras.
Existen representaciones acerca de lo ―lo bueno‖ de las migrantes bolivianas. ―Lo que
tienen de bueno las bolivianas es la lactancia materna (…) Ellas todo el tiempo con la teta,
que es lo mejor, viste. Y ellas al pie del cañón eso. La tienen re clara con eso‖ (Equipo de
agentes de salud comunitaria, entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2016). La lactancia
materna sería el único ámbito en el cual no se presentan inconvenientes, ya que para las y los
agentes de salud esta práctica es deseable y objeto de promoción.
143
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Las bolivianas tienen muy buen instinto de dar la teta. Vos ves que agarran a su
bebé y enseguida agarran. Es su primer hijito capaz, vos no sabes cómo hacen, por
que vos no le explicaste nada Bueno, pero eso ¿qué es?, es cultural. Ellas lo ven
todo el tiempo. Todos sus hijos, todos sus familiares ven que dan la teta, porque es
lo más sano, evitas un montón de enfermedades. (Licenciada en obstetricia,
entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2016).
Aquí aparece la lactancia materna como una capacidad instintiva de las migrantes, a la
vez ligada a lo ―cultural‖. En este sentido podría pensarse que existe una representación de
estas mujeres, como cercanas a lo instintivo, lo primitivo, lo natural, sin estar necesariamente
contrapuesto a lo cultural.
Por otro lado, la lactancia materna aparece como algo a explicar por parte de los
profesionales, un saber que poseen y pueden transmitir, que en algunos casos puede ser
instintivo. ―La lactancia es muy compleja (…) No saben. Vos pensá que son dos personas que
no saben hacer algo‖ (Licenciada en obstetricia, entrevista personal, Comodoro Rivadavia,
2016).
Un tema importante que identifican la mayoría de las y los agentes de salud es la
anticoncepción. Todos los entrevistados señalan la falta de cuidado, utilización de métodos
anticonceptivos, por parte de las mujeres bolivianas. Esto, en la mayoría de los casos es
atribuido a lo ―cultural‖. ―Volviendo a las pautas culturales, se embarazan al poquito tiempo
de haber tenido el primer hijo y no usan método anticonceptivo‖ (Médico, entrevista personal,
Comodoro Rivadavia, 2015). Por otro lado algunos atribuyen esto a características personales,
motivacionales de las mujeres y al ―machismo‖.
Yo creo que es una cuestión de dejadez de ellas. Sí, de tranquilidad o de
comodidad. Está lo otro también. Es que el boliviano es muy machista, no quiere
que su mujer se cuide, quiere que vengan todos los hijos que vengan. Hay algunas
que se colocaron un DIU a escondidas del marido y hay otras que se aplican la
inyección mensual, porque ellas vienen se aplican y no queda rastro. Entonces me
dicen -yo no puedo tomar pastillas porque me va a ver mi marido- (Médico,
entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2016).
En palabras de las y los agentes de salud habría un deseo por parte de las migrantes de
controlar su natalidad que muchas veces se ve obstaculizado por la decisión de sus parejas,
quienes no acuden generalmente al sistema de salud. ―Es que si ella se cuida el marido piensa
que está con otra persona, lo engaña‖ (Equipo de agentes de salud comunitaria, entrevista
personal, Comodoro Rivadavia, 2016).
El control de la natalidad aparece como algo esperable por parte de las y los
profesionales. Las agentes de salud comunitaria son las únicas que reconocen explícitamente
144
Jornada Migraciones. Mesa 7
respetar las decisiones de no utilizar anticonceptivos, no obstante también reconocen como
horizonte deseable el control de la natalidad, ―cuidarse‖.
A1-Por más que tengan diez chicos, ellas prefieren por ahí no cuidarse. Y se
respeta esto, de que no te quieras cuidar. Hay que respetar mucho a la mujer […]
Pero bueno, de a poquito estamos logrando que se cuiden. Esto del boca en boca
también da sus resultados.
A2-Lo que más se utiliza, lo que son los inyectables…Es como más secretito. Se
colocan a escondidas del marido. Estas son por ahí las estrategias que uno trata de
buscar para que se cuiden. (Equipo de agentes de salud comunitaria, entrevista
personal, Comodoro Rivadavia, 2016).
Por parte del equipo de salud comunitaria del CAPS existe un intento de mayor
acercamiento a las mujeres bolivianas y conocimiento de sus prácticas. Por parte de estas
agentes se pudieron observar acercamientos más desprejuiciados hacia las migrantes y un
interés hacia sus prácticas, reconociéndose diferentes pero desde una perspectiva horizontal,
donde la extrañeza hacia el otro o la otra es mutua.
A1-Son re cancheras. Vos llegas a una casa y tienen al bebe atrás y hacen cosas…
A2-Cuando recién llegó la comunidad boliviana nos llamaba mucho la atención,
como ellos a nosotros, ¿viste? Nos empezamos a indagar mutuamente. Nosotras
cuando los veíamos así, con la manta atrás, le decía -mama ¿no lo estas apretando,
no lo estas asfixiando?- No, me dice, si va bien.
A1-No. Re practicas ellas.
A2-Ahí nos empezamos a interiorizar en su cultura, sus festejos… Así que ahí nos
fuimos conociendo mutuamente. (Equipo de agentes de salud comunitaria,
entrevista personal, Comodoro Rivadavia, 2016).
Podría pensarse que sus interacciones con las mujeres se encuentran menos permeadas
por la formación en medicina alopática, que pueden haber recibido y desde donde trabajan los
médicos y obstetras. Las agentes de salud comunitaria por su formación en atención primaria
de la salud y objetivos de trabajo, comparten con las mujeres algunos espacios de su
cotidianeidad.
Discusiones
Es importante pensar a los equipos de salud como miembros de una configuración cultural, en
tanto marco compartido por los actores, donde existen tramas simbólicas, horizontes de
posibilidad, desigualdades de poder y lógicas de interrelación (Grimson, 2012). Esto nos
permite observar las heterogeneidades en los modos de pensar sus prácticas y reconocer
ciertas tendencias. En esta investigación las y los agentes del sistema de salud se encuentran
145
Instituto de Investigaciones Gino Germani
permeados por el modelo médico hegemónico, la pertenencia a una clase social y otros
marcos de socialización que inciden de manera particular en cada agente, en sus
representaciones e interacciones con las mujeres bolivianas. De este modo, es posible
observar algunas particularidades.
Por parte de las y los agentes del sistema de salud predominan representaciones acerca
de las migrantes bolivianas como personas cerradas y sumisas, lo que coincide con los aportes
de otras investigaciones (Aizenberg et al., 2015; Baeza, 2013a; Jelin, et al., 2006). Asimismo,
prevalecen representaciones sobre la comunidad boliviana como personas ―machistas‖,
quienes ―no se cuidan‖ (no utilizan métodos anticonceptivos), algo que sería deseable para las
y los profesionales. Estas representaciones hacen parte del saber práctico de las y los agentes
de salud, entendido esto como factores psíquicos que subyacen a cualquier acción y que
explican el curso y naturaleza de la misma (Kaliman, 2013).
Se pudo observar que las y los profesionales ubican en las mujeres el problema de la
accesibilidad al sistema de salud, en tanto que son ellas las que no los entienden y las que no
se adaptan al modelo médico. Las migrantes bolivianas aparecen como poseedoras de una
―cultura‖ que sería el motivo de la mayoría de los problemas en el entendimiento con los
profesionales y el acceso a los beneficios del sistema de salud. En este sentido los aspectos
significantes de las prácticas sociales de las migrantes cobran un relieve particular, lo que
podríamos llamar en términos de Williams (1981) prácticas manifiestamente significantes.
Esto se da en contraposición a las prácticas médicas, que se constituyen desde una posición de
saber, como convicciones y poseedoras de una verdad.
Para algunos profesionales existen ―pacientes ideales‖, que generalmente atienden en el
sistema privado de salud, con las cuales les gusta trabajar, ya que estas ―entienden‖, son
―agradecidas‖, ―cultas y educadas‖, características de las que estarían desprovistas las mujeres
bolivianas. Podría pensarse que las ―pacientes ideales‖ comparten ciertos marcos de
socialización con los profesionales, de modo que serían mujeres de clase media o alta y
algunas universitarias. Las mujeres bolivianas estarían ubicadas para los profesionales en un
espacio de alteridad atravesado por construcciones sobre la nacionalidad, lo étnico, la clase
social y el género. Retomando aportes de Rodríguez (2011) se puede afirmar que aquí se da
un fenómeno de interseccionalidad entre estas categorías de desigualdad, que configura de
manera particular la posición de estas mujeres en el espacio social. En palabras de Magliano
(2009), estas categorías al constituirse recíprocamente refuerzan la exclusión social.
En esta investigación en curso se pudieron observar formaciones discursivas propias del
poder obstétrico y del modelo médico hegemónico, donde se evidencian lógicas de
146
Jornada Migraciones. Mesa 7
disciplinamiento de la alteridad y su capacidad reproductiva. Se puede afirmar que en el
sistema de salud se tienden a construir barreras psicosocioculturales que limitan la
accesibilidad de las migrantes bolivianas, donde predominan estereotipos acerca de cómo son
estas mujeres y cuáles son sus necesidades. Esto, estaría permeado por las trayectorias y
marcos particulares de socialización de las y los agentes de salud, desde donde se moldean sus
sistemas valorativos y representacionales, a través de los cuales se configuran los saberes
prácticos.
Es necesario estar atentos al reconocimiento de prácticas que subvierten las lógicas del
poder obstétrico y el modelo médico hegemónico. En este sentido se pudieron evidenciar, por
parte de algunas/os agentes, particularmente del equipo de salud comunitaria, intentos de
franquear las dificultades en la interacción con las migrantes. Estas se ubican en una posición
de mayor cercanía y posibilidad de comprensión con las mujeres, desarrollando prácticas que
se constituyen como un espacio de interacción potencial para el desarrollo de la ciudadanía
reproductiva de las mujeres bolivianas.
Es importante trabajar en la búsqueda de estrategias para transformar el sistema de salud
en un espacio con mayores posibilidades de inclusión. De este modo, es imprescindible el
trabajo en red entre los diferentes niveles de complejidad del sistema de salud (CAPS y
Hospitales), intentando superar las consecuencias de la atención estratificada. Asimismo, se
hace necesario reflexionar junto a las y los agentes de salud acerca de sus prácticas y los
desafíos que implica la interacción con las alteridades, buscando generar acciones que
garanticen un acceso pleno de las migrantes a los beneficios que el sistema de salud puede
proveer.
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149
Mesa 8
Migraciones rural/rural desde una
perspectiva micro
Coordinadores y comentaristas: Fulvio Rivero Sierra (UNT -
CONICET), Germán Quaranta (UBA - CONICET) y Roberto
Benencia (UBA - CONICET).
Jornada Migraciones. Mesa 8
Migrar por la tierra: el caso de los brasileños en El Soberbio (Misiones)
Mariana Winikor Wagner107
Introducción
Como consecuencia del proceso de expansión del capitalismo agrario en Brasil y debido a la
saturación demográfica de las colonias del sur de dicho país caracterizadas por una estructura agraria
basada en el minifundio; desde finales de la década de 1940 se evidencia la llegada de pequeños
productores familiares ―sin tierra‖ a la localidad de El Soberbio quienes ocupan parcelas privadas,
escasamente pobladas del municipio. El espacio rural del nordeste de la provincia de Misiones
(Argentina) se convierte en un factor de atracción para éstos migrantes, en una estrategia de vida y de
reproducción social. En este trabajo, nos proponemos describir y analizar el movimiento poblacional
transfronterizo en la zona del Alto Uruguay, en relación con la problemática del acceso a la tierra,
entre los años 1945-1990.
En el primer apartado de este trabajo se describe la metodología utilizada caracterizada por el
uso combinado de técnicas cualitativas y cuantitativas. Luego se especifica a grandes rasgos la
localidad elegida para llevar adelante el trabajo de investigación, su estructura agraria y las actividades
productivas predominantes. En un tercer apartado, se describe el proceso de modernización
agropecuaria de Brasil que significó la exclusión de grandes sectores de población rural, como así
también el desequilibrio demográfico existente en la zona de frontera analizada. Luego, analizaremos
a través de datos censales secundarios la migración brasileña a la provincia de Misiones.
Posteriormente detallaremos el poblamiento tardío del nordeste de Misiones, zona de frontera política
y agraria, focalizando en la localidad de El Soberbio donde se ha realizado el trabajo de campo
correspondiente. Se describen dos etapas de poblamiento llevadas a cabo principalmente por migrantes
brasileños de origen rural: una relacionada a la expansión de la actividad forestal en la zona; y otra
posterior, que podría definirse como ―espontanea‖, que tiene como objetivo la ocupación de tierras
improductivas, abandonadas por las empresas madereras, donde se asentaron los migrantes en calidad
de ocupantes. Por último, las reflexiones finales.
Metodología
Para llevar adelante este trabajo utilizamos una metodología mixta. Por un lado recurrimos a técnicas y
métodos cualitativos de carácter socio-antropológico donde combinamos el análisis de fuentes
107
Licenciada en Sociología (UBA) y Profesora de Enseñanza Secundaria, Media, Normal y Especial de
Sociología (UBA). Doctoranda en Antropología Social (UNaM). Becaria doctoral CONICET – UnaM - IIGG. E-
mail: marianawinikorwagner@gmail.com.
151
Instituto de Investigaciones Gino Germani
primarias recolectadas a través de la entrevista en profundidad108, la observación participante y notas
de campo, con el análisis de fuentes cualitativas secundarias provenientes de autores que
anteriormente han indagado la zona de frontera analizada. Por el otro, utilizamos algunos datos
cuantitativos secundarios provenientes del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda y del
Censo Agropecuario que permitirán complejizar el análisis.
Esta combinación de técnicas se debe a las limitaciones que presentan los registros censales para
estimar las migraciones poblacionales, situación que se acrecienta en zonas donde existen importantes
movimientos transfronterizos (Pellegrino, 1989 citado en Baeninger, 2002) y se conocen las formas de
transitar la frontera por fuera de los pasos oficiales109. Si bien es posible analizar con ellos importantes
tendencias en los desplazamientos respectivos, es preciso complementar la información con otro tipo
de datos provenientes de la metodología cualitativa. A esto se le suma la imposibilidad de conocer el
número de migrantes presentes en la localidad seleccionada para el período de estudio analizado, dado
que los datos no pueden desagregarse por localidad y solo están disponibles por departamento110.
Es debido a estas dificultades metodológicas que recurrimos a la triangulación de datos como
forma de complementar la información recolectada. La interpretación que realizan los actores sociales
sobre un determinado fenómeno es constitutiva del mismo, por lo que el abordaje cualitativo es una
forma adecuada, válida y necesaria para acercarnos al fenómeno migratorio.
El trabajo de campo se llevó a cabo durante el año 2015-2016 en Colonia Monteagudo111 y el
casco periurbano de El Soberbio, especialmente en Paraje La Barra. Se realizaron entrevistas en
profundidad a productores, docentes, migrantes y sorberbianos112 en general varias instancias de
observación participante en familias de pequeños productores.
108
Se han utilizado seudónimos para resguardar la identidad de los entrevistados.
109
La información censal subestima el número de migrantes brasileños en la zona, dado que la gran mayoría de
los migrantes entrevistados afirman ser brasileños (pues cuentan con DNI emitido en su país de origen) que
ingresaron de forma ilegal al país a través de lo que se conoce en la zona como ´porto capiovaras´ y se
inscribieron directamente como argentinos a pesar de contar con documento brasileño, por el que cuentan con
doble identidad. Años atrás, era muy frecuente que la población rural no registre los nacimientos
inmediatamente, por la dificultad de acceso a los medios de transporte y comunicación, motivo por el que
muchos no contaban con la documentación correspondiente. Esta situación permitió que personas con edad
avanzada proveniente de Brasil se autodefinan como argentinos y adquieran el DNI como argentinos siendo ya
adultos (diferenciándose de aquellos inmigrantes que ingresaron legalmente y poseen DNI argentino para
extranjeros).
110
La información está disponible para el Departamento Guaraní compuesto por dos municipios: El Soberbio y
San Vicente.
111
La elección de Colonia Monteagudo radica en que es una colonia histórica de la localidad por su incipiente
poblamiento llevado adelante por migrantes de origen brasileño. Por este motivo, Monteagudo fue el primer
lugar del municipio con presencia del Estado nacional lo que lo lleva a asumir la cabecera del Departamento
Guaraní. En 1946, y como consecuencia de la llegada de pequeños productores a la zona urbana y periurbana del
pueblo, es El Soberbio quien asume ese lugar.
112
Gentilicio que refiere a los habitantes que nacieron en El Soberbio.
152
Jornada Migraciones. Mesa 8
Sitio de Estudio
El Soberbio es una localidad fronteriza ubicada al nordeste de la provincia de Misiones, en el
departamento Guaraní, que limita con la República Federativa del Brasil a través del río Uruguay. Si
bien cuenta con Paso Internacional Fronterizo oficial que comunica con su pueblo gemelo Porto
Soberbo, la mayoría de los soberbiarnos frecuentan el paso por motivos económicos, familiares,
laborales y comerciales a través de los porto capiovaras113, como se conoce a las formas de transitar la
frontera e ingresar al país a través de puertos ilegales a lo largo del río.
Según el Censo del año 2010, El Soberbio cuenta con una población total de 22.898 habitantes,
donde el 77,9% es de origen rural. Su población es en su mayoría inmigrante y descendiente de
inmigrantes de origen brasileño (muchos de ellos brasileños de origen alemán conocidos como
teutobrasileños) provenientes de las colonias rurales del sur de Brasil, y por misioneros provenientes
de colonias históricas del sur y del centro de la provincia. En la localidad también se encuentran varias
comunidades mbya guaraní, mayormente asentadas sobre la Ruta Provincial N° 15 en las cercanías de
la Reserva de Biosfera Yabotí.
La actividad económica en El Soberbio, se inició a mediados de siglo XIX con la instalación de
obrajes madereros en zonas cercanas al río Uruguay, propiedad de grandes latifundistas. Desde
comienzos de la fundación de El Soberbio en 1946 hasta fines de la década de 1980, la producción de
esencia de citronela fue muy importante lo que llevó a que la localidad tome el nombre de ―la capital
nacional de la esencia‖ (IPEC, 2012)114. En la actualidad, las actividades económicas principales se
orientan a la producción agropecuaria: principalmente cultivos industriales como el tabaco (yerba mate
y té en menor cantidad), la producción de forrajeras, cereales, y en menor medida citronela y cítricos.
La estructura agraria del departamento Guaraní se caracteriza por la predominancia de
explotaciones agropecuarias (EAPs) de pequeño tamaño (menores a 100 hectáreas). Específicamente,
la pequeña explotación representa el 97,8% del total de las EAPs; le siguen las medianas con un 2,2%
y las grandes con apenas el 0,1%115 (INDEC, 2002). Mientras las pequeñas explotaciones implementan
sistemas productivos diversificados, los propietarios de las superficies mayores tienden hacia una
marcada especificidad (Chifarelli y Descalzi, 2008). La pluriactividad que caracteriza a las
explotaciones más pequeñas es entendida como una estrategia de vida y de reproducción social de la
pequeña producción familiar. Orientan su actividad al cultivo para la subsistencia (la actividad en la
huerta, granja, la preparación de derivados como manteca, ricota, quesos, etc.) y cultivos
agroindustriales, principalmente al tabaco (cultivo histórico de la provincia en su variedad criolla).
113
La expresión local refiere a ―puerto de carpinchos‖ (Schiavoni, 1998).
114
Hacia 1990 entra en decadencia la producción esenciera por la disminución de su valor en el mercado y el
cambio climático que afectó algunas zonas de producción.
115
Definimos como pequeñas a las explotaciones agropecuarias menores de 100 hectáreas.; medianas aquellas
que poseen entre 100- 1000 hectáreas y las grandes las que poseen más de 1.000 hectáreas.
153
Instituto de Investigaciones Gino Germani
A fines de siglo XX, con la radicalización de las políticas neoliberales y la ausencia de políticas
orientadas a la agricultura familiar, los pequeños productores se incorporan a la agroindustria
tabacalera, principal actividad económica de la población rural que habita actualmente la localidad,
llevando a cabo una agricultura bajo contrato que determina la adopción de un paquete tecnológico
que establece tiempos, saberes y prácticas estandarizados, disminuyendo el tiempo dedicado a la
producción tradicional (mandioca, maíz, poroto, cerdos, pollos, etc.) lo que expande el cultivo de
tabaco en su variedad burley, dejando de lado el tabaco criollo.
Capitalismo agrario: modernización con exclusión
En América Latina, luego de la segunda Guerra Mundial el centro del debate político- académico
orientado a la historia rural estuvo caracterizado por la crítica a la gran propiedad. Irrumpe la idea de
que la desigualdad estructural existente entre los grandes centros industriales del mundo y la periferia
productora de materias prima -producto de la división internacional del trabajo consecuencia del
nuevo orden mundial vigente- y la desigual distribución de la tierra heredada del período colonial, eran
la causa de la pobreza en los países en desarrollo. La solución a este problema se centraba en la
necesidad de industrializar el país, modernizar el agro y modificar la estructura agraria vigente.
Intensas movilizaciones sociales surgen en este contexto con el propósito de luchar por el
acceso a la tierra, las mejores condiciones laborales para los trabajadores del campo, mayores
derechos, y como forma de resistir a los desalojos que estaban sufriendo los sectores campesinos en la
región. Desde Washington116 hasta los intelectuales alineados a la CEPAL117 pregonan por la puesta en
práctica de una reforma agraria con el objetivo de terminar con la distribución desigual de la tierra.
Ante este contexto, el gobierno brasileño de Joao Goulart llevó a cabo algunas medidas orientadas a
terminar con el régimen de latifundio- minifundio vigente con el objetivo de llevar adelante una
mejora en la distribución de la tierra118.
Ante estas políticas, las entidades que agrupaban a los representantes terratenientes brasileños
articularon un golpe cívico militar (1964-1985) que en los años posteriores adoptó una política
agrícola por la vía de la modernización conservadora, dejando atrás los reclamos que pedían por una
mejora en la redistribución de la tierra. El desarrollo del país, se llevaría a cabo por la modernización
agropecuaria y no por la vía de la reforma agraria. Bajo estos preceptos se promovió el cambio técnico
116
Mediante el pacto conocido como Alianza para el Progreso (1961) EEUU se comprometió a brindar ayuda
económica a los gobiernos de América Latina a cambio de que los mismos lleven a cabo políticas tendientes a
modificar la estructura agraria vigente, con el objetivo de mejorar la distribución de la tierra. Estos programas de
desarrollo no eran desinteresados, sino que hay que entenderlos en el marco de prevención del comunismo por el
alto impacto y difusión que tuvo la Revolución Cubana en la región. A pesar de ello, como afirma Chonchol
(2003: 209) la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, controlados por élites conservadoras, se limitaron a
aprobar leyes de reforma agraria sin acompañarlas de acciones que impliquen su aplicación.
117
Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
118
Para más detalle ver: Alentejano y Mendes Pereira (2014).
154
Jornada Migraciones. Mesa 8
y productivo del sector mediante la adopción de la mecanización intensiva y el uso de agrotóxicos119
(fertilizantes, herbicidas, químicos y semillas) concentrándose la producción en las grandes
propiedades, las cuales pudieron incorporar estas innovaciones a través de subsidios y créditos del
Estado, excluyendo a las explotaciones más pequeñas. El propulsor de estos cambios fue el cultivo de
la soja y el arroz de riego para exportación que desplazaron a los cultivos tradicionales -maíz, el arroz
de secano, el poroto feijão, el maní y la mandioca que son la base alimenticia del Brasil producido por
―colonos‖ que orientan sus actividades agrícolas a la producción para la subsistencia120- y a la
ganadería extensiva tradicional (Campal, 1977). Estos cultivos modernos se concentraron en los
latifundios más fértiles de Brasil y de mejor topografía, especialmente en la región sur del país
(Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul), zona donde coexiste el régimen de latifundio-
minifundio. ―La expansión de la leguminosa [la soja] se habría producido por sustitución de otros
cultivos, menos rentables, que ya ocupaban las tierras de la región‖ (Campal, 1977: 193) y que estaban
en manos de pequeños productores orientados a cultivos para la subsistencia.
El avance de la revolución verde fue posible por la disponibilidad de tierras poco productivas, y
por la mecanización intensiva. La primera condición despojó a los agricultores minifundistas -
dedicados a cultivos tradicionales para el consumo familiar- de sus tierras; la segunda, impulsó el
éxodo y la marginalización irreversible de los asalariados del campo. Dos de las causas
macroeconómicas que promovieron los desplazamientos de migrantes rurales brasileños hacia
Argentina y Paraguay. La concentración de la propiedad de la tierra, la regresión en la distribución de
la renta, las migraciones y el éxodo rural, la explotación de la fuerza de trabajo, la profundización del
proceso de expropiación de los campesinos, entre otros, son algunos de los efectos socioeconómicos
que Alentejano y Mendes Pereira (2014) describen producto de las nuevas políticas agropecuarias
adoptadas por la dictadura brasilera que tendió a beneficiar principalmente a grandes latifundistas,
fabricantes e importadores de maquinaria agrícola, empresas multinacionales conocidas como ―pooles
de siembra‖. Es por ello que se conoce esta etapa como de ―modernización conservadora‖, porque
permitió la modernización agropecuaria a costas de la marginalización de los pequeños productores.
119
Lo que se conoce como ―revolución verde‖, es decir, el uso de la tecnología aplicada a la producción agrícola,
donde se introduce la dimensión capitalista a la productividad de la tierra (De Sousa Santos, entrevista 27 de
julio de 2012). Entrevista realizada por Susana Caló y traducida por Pilar Pereila Martos. Recuperada del Foro
Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo: http://fobomade.org.bo/art-2276).
120
Según Campal (1977: 188), son los denominados ―agricultores de baja renta‖ que trabajan parcelas pequeñas
de tierras (minifundios) de mala topografía (especialmente en Río Grande do Sul y Santa Catarina) y baja
fertilidad. Nosotros preferimos denominarlo colono, tipo social agrario relacionado a la expansión del
capitalismo rural en zonas hasta el momento marginadas, constituyendo el tipo específico de productor agrario
de la provincia de Misiones. Si bien decidimos incluir a los pequeños productores de la zona de frontera dentro
de la tipología propuesta por Bartolomé (1975), los colonos analizados en este trabajo se caracterizan más por
llevar adelante un sistema de reproducción que de producción ampliada con acceso a capitalización, lo que los
asemeja más a la categoría de campesino que a la de colono o farmer, por la utilización de mano de obra
estrictamente familiar y la producción orientada al autoconsumo (a pesar de dedicar la mayor parte de su tiempo
al cultivo de tabaco). Sin embargo decidimos definirlos como colonos, pues éste es el modo en que ellos se
reconocen, preponderando las categorías nativas más allá de las categorías teóricas. Los tipos puros no existen,
son simplemente tipos ideales con sus impurezas e imperfecciones para definirlos.
155
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Esto se corresponde con un proceso de saturación de la frontera agraria brasilera (Reboratti,
1979; Schiavoni, 1995, 1998), especialmente en zonas caracterizadas por la estructura minifundista de
la tierra, donde el pequeño tamaño de las parcelas y el número elevado de miembros por familia
(Campal, 1977) imposibilitaba la subdivisión de la tierra entre las sucesivas generaciones (Seyferth,
1996). La necesidad de incorporar el excedente de población, hizo imprescindible colonizar tierras
nuevas. Muchos de ellos migraron primeramente en el interior de Brasil, y ocuparon tierras
pertenecientes a propietarios ausentistas dedicados a la extracción de madera nativa121. En Brasil, la
soja fue una oportunidad para estos propietarios que vieron en este cultivo condiciones para
capitalizarse asociándose a empresarios agrícolas que, mediante el arriendo, aumentaron la
productividad de sus tierras (Campel, 1977: 202). Esto confluyó para que los migrantes recién llegados
se vean obligados a volver a migrar hacia la Argentina con el objetivo de reproducir las condiciones de
vida campesinas.
Para la misma época, el nordeste de la provincia de Misiones encuentra tierras escasamente
pobladas, habitada por algunas comunidades mbya guaraníes y unas pocas familias de origen
brasileño. La propiedad de esas tierras estaba en manos de grandes latifundistas ausentistas que
orientaban las mismas a la incipiente actividad extractiva maderera. Ese desequilibrio poblacional de
la frontera analizada promovió la emigración de contingentes de población brasileña a la zona: algunos
se incorporaron a los obrajes como mano de obra barata a cambio de una parcela de tierra, otros
llevaron a cabo contratos de compra- venta con los propietarios y se dedicaron a la pluriactividad
característica de la pequeña explotación familiar, y algunos ocupando tierras pertenecientes a las
empresas forestales donde continuaron con las actividades agrícolas de subsistencia. Las causas que
promovieron los desplazamientos pueden resumirse en: a) la presión poblacional en las colonias
rurales del sur de Brasil; b) el proceso de concentración de tierras y avance del latifundio; c) el
incipiente uso de tecnología agropecuaria; y d) el creciente mercado de tierras brasileñas que, producto
del avance de los cultivos modernos, estableció un acceso diferencial a la tierra agrícola (Reydon y
Agurto Plata, 1996). Según estos autores, existieron a mediados del siglo XX dos movimientos
poblacionales de brasileños que se dirigieron a países vecinos en busca de tierras: por un lado,
productores de mayor nivel adquisitivo que decidieron comprar tierras a bajo precio con fines
especulativos en Paraguay conocidos con el nombre de ―brasiguayos‖; y un segundo grupo de
campesinos que se vieron despojados de sus tierras por el avance del latifundio y del agronegocio en
Brasil, que es el caso analizado en este trabajo. Los ―brasiguayos‖ tuvieron mayor repercusión en los
estudios migratorios, mientras que éste flujo, salvo algunas excepciones (Bidaseca, 2012; Gallero,
2015; Schiavoni, 1995, 1998) fue escasamente estudiado.
121
Tanto en el nordeste de Misiones como en Santa Catarina y Rio Grande do Sul se observan grandes
extensiones de tierras dedicadas a la extracción de madera nativa perteneciente a propietarios ausentistas
provenientes de otras zonas del país.
156
Jornada Migraciones. Mesa 8
En Argentina, en un contexto de migraciones internas -que se intensifica hacia la segunda mitad
de siglo XX, en el cual se desencadena el proceso de éxodo rural hacia las grandes urbes y ciudades
intermedias (Reboratti, 2007)-, el espacio rural se convierte en un factor de atracción para algunos
migrantes limítrofes despojados de su tierra. Los campesinos brasileños, en tanto migrantes, se
desplazan a áreas agrícolas -y no ya a las grandes ciudades- para cumplir con sus expectativas. La
migración rural- rural se convierte en una estrategia de vida (Hughes; Sassone y Owen, 2007) y de
reproducción social; entendida, en términos de Baudel Wanderley (1996), como una maniobra de
recampesinización ante ciertos procesos que tienden a desplazar al campesinado de las áreas rurales.
Este contexto histórico nos permite conocer algunas de las causas macrosociales que motivaron
estos desplazamientos; sin embargo, a través de las entrevistas en profundidad y las observaciones
participantes indagaremos las circunstancias microsociales que llevaron a estas poblaciones a
desplazarse.
Brasileños en Misiones
Misiones se incorpora al mercado mundial de forma tardía como productora de cultivos, por su
carácter complementario y marginal en la actividad histórica nacional. Hacia 1880, la fundación de
colonias rurales, lograron expandir la frontera agrícola, atrayendo población interna e internacional122
a la provincia e incorporando nuevas áreas a la producción agropecuaria nacional. En este contexto,
las migraciones (tanto de ultramar como limítrofes) cumplieron un rol fundamental en el poblamiento
de la provincia, siendo los paraguayos y brasileños las corrientes migrantes mayoritarias. Ambos
flujos podrían calificarse como ―históricos‖, dado que datan de mucho antes de la creación de los
Estados- nación y la consecuente conformación de las fronteras políticas. En las primeras décadas del
siglo XX, los brasileños tienen primacía en Misiones, declinando paulatinamente su ingreso, para ser
reemplazados a mediados de siglo XX por los migrantes de origen paraguayo (Bolsi y Meichtry, 1982:
23).
Actualmente, el número de migrantes brasileños que llegan a la Argentina es menor en relación
al resto de las corrientes limítrofes; a pesar de ello, Argentina es uno de los destinos principales de los
brasileños en el cono sur -esto se debe a la baja tasa de emigración que presenta Brasil en relación al
resto de los países de la región-.
122
En la provincia se identifican tres tipos de colonización: la ―colonización oficial‖ llevada a cabo desde fines
del siglo XIX hasta las primeras décadas de siglo XX sobre tierras fiscales ubicadas en la zona centro-sur de la
provincia relacionadas a la expansión del cultivo de yerba mate, y hacia 1970, años en que se pone en
funcionamiento el Plan Andresito y Plan de Colonización de la Sección II de San Pedro (Schiavoni, 1998). Este
tipo de colonización se vio limitada por la poca cantidad de tierras fiscales con que cuenta la provincia luego de
su federalización. Luego, una ―colonización privada‖ llevada a cabo sobre tierras particulares (a diferencia de
otros lugares del país donde la colonización privada se llevó adelante sobre territorios fiscales), que se localiza
mayormente en la zona del Alto Paraná asociada a la actividad forestal, y hacia 1940 se extiende hacia la zona
del Uruguay. Y una tercera etapa que podríamos denominar de ―colonización espontánea‖ que se inicia a
mediados de la década de 1960 en el nordeste misionero.
157
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Los brasileños que residen en nuestro país se concentran en tres destinos principales: el 31,45%
se encuentra en Misiones, el 25% en CABA y en Provincia de Buenos Aires el 23,9%
respectivamente. Pero si tenemos en cuenta que CABA y Buenos Aires son las jurisdicciones donde se
concentra el mayor porcentaje de población nacida en el extranjero (la primera con un 13,2% y la
segunda con el 17%) (INDEC, 2010), resalta la importancia de Misiones como lugar específico de
atracción de los migrantes brasileños123. Según Frigerio y Hasenbalg (1999) las migraciones de
brasileños a la argentina representan dos subsistemas migratorios desconectados entre sí, dado que el
flujo que se asienta en la provincia de Misiones no parece ser una etapa intermedia de aquel que se
dirige al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), conformando dos sistemas bien diferenciados:
el primero caracterizado por ser un desplazamiento rural- rural; mientras que el que se dirige al
AMBA es predominantemente urbano. También se destacan otras diferencias (Frigerio, 2004-2005):
los brasileños en Misiones se caracterizan por un equilibrio entre los sexos124, un bajo nivel educativo
y un alto nivel de endogamia; mientras que aquel que se dirige al AMBA es predominantemente
femenino, presenta un alto nivel educativo en relación al resto de las migraciones limítrofes que llegan
a la Argentina y los núcleos conyugales que conforman son predominantemente exogámicos.
El 2,3% de la población extranjera que se encuentra en Argentina proviene de Brasil, y el 54%
de ellos ingresaron al país antes de 1991, evidenciando que no es una corriente reciente, sino que
presenta cierta antigüedad -motivo por el cual los migrantes brasileños en Argentina se caracterizan
por ser una población envejecida- (INDEC, 2012). Si bien desde comienzos de siglo XX el stock de
brasileños que ingresan a la Argentina fue declinando hasta la actualidad, se observan períodos de
importantes entradas al país entre los años 1960- 1964, 1975- 1979 y 1980- 1990 (Baeninger, 2002)
directamente relacionados a la dinámica del sistema agrario de los estados del sur de Brasil (Frigerio
y Hasenbalg, 1999) lo que permite analizar la evolución de la migración brasileña a la Argentina y
refleja la pertinencia de nuestro estudio que pone el foco en los años en que la migración brasileña
tuvo sus mayores picos de ingreso.
En el departamento Guaraní el 3,65% de la población nació en el extranjero, siendo el 87,9% de
origen brasileño. De los 13.000 brasileños que residen en la provincia, el 16,75% se encuentran en este
departamento, siendo el de mayor población de este origen (le siguen General Manuel Belgrano con el
15,82%, 25 de mayo con el 14,49% y Oberá con el 10,15%; los cuatro departamentos limitan con
Brasil)125. Es importante tener en cuenta que los datos cuantitativos se encuentran subestimados dado
123
También es un destino importante para la población paraguaya, que es el origen principal de la población
extranjera que habita en la provincia. Ambos flujos son mayoritarios por la condición fronteriza de Misiones con
Brasil y Paraguay respectivamente.
124
Lo que refleja el carácter familiar de las migraciones que llegan a la provincia.
125
Se observa que el Departamento de San Pedro, ubicado al nordeste de la provincia de Misiones si bien limita
con Brasil solo el 4,59% de su población es de origen brasileño, esto puede deberse a los planes de colonización
oficiales llevados adelante durante la última dictadura militar conocidos como Plan Andresito y Plan de
Colonización de la Sección II de San Pedro que, bajo la doctrina de Seguridad Nacional, tenía como objetivo
resguardar las frontera nacional de la intrusión brasileña, lo que limitó el stock de migrantes de este origen que
llegaron a la zona.
158
Jornada Migraciones. Mesa 8
que no permiten captar a los extranjeros en situación irregular, ni los casos de doble identidad que se
evidenciaron en el trabajo de campo, motivo por el que existe una mayor cantidad de migrantes de lo
que figura en los censos.
Poblamiento del nordeste de Misiones: un fenómeno tardío
El poblamiento de Misiones está íntimamente relacionado al problema de la tierra en la provincia, que
se remonta a los años en que el Territorio Nacional de Misiones pertenecía política y
administrativamente a la provincia de Corrientes (1881-1932). Como forma de demostrar ante el
gobierno nacional dominio sobre tales tierras, Corrientes vendió a manos privadas la casi totalidad de
las tierras del Territorio de Misiones, conformando 25 latifundios destinados a diversas actividades
productivas (especialmente forestales y yerbales silvestres). En la década de 1880, y luego de
sucesivos pedidos por parte de los misioneros, se propone ante el Congreso Nacional la federalización
del Territorio Nacional de Misiones. A pesar de la oposición de Corrientes, en 1881 se aprueba la
federalización lo que significa que Misiones continuaría siendo Territorio Nacional pero tendría su
propia gobernación126. Cuando analizan la situación de las tierras con el objetivo de incorporar áreas
hasta el momento inexplotadas a la producción destinada al mercado nacional e internacional a través
de diversos planes de colonización, se dan cuenta que Misiones, si bien tenía jurisdicción sobre su
territorio, carecía de dominio sobre de tales tierras, a excepción de una franja de tierra central donde
posteriormente se llevó a cabo la colonización oficial127. Es por ello que en Misiones la mayoría de las
colonizaciones se dieron bajo la administración privada.
En lo que respecta a las tierras pertenecientes a El Soberbio, la totalidad se encontraba en
propiedad privada. Luego de una sucesión de ventas y tras la acumulación de cargas impositivas, la
propiedad entró en remate, medio por el cual en 1944 acceden a las 25 leguas de Colonia El Soberbio,
Julio Domingo y Ángel Natalio Ongay128, quienes junto con Arturo Henn129 conforman las primeras
empresas madereras que se asientan en la zona hacia fines de la década de 1940 y comienzos de 1950.
Se crea la Compañía Monteagudo SRL y El Soberbio SA, la primera ubicada en lo que actualmente es
Colonia Monteagudo y la segunda en el actual casco urbano de El Soberbio. El resto del latifundio
126
El primer gobernador del Territorio de Misiones luego de su federalización fue el Coronel Rudesindo Roca,
hermano de Julio Argentino Roca presidente argentino entre los años 1880- 886 y 1898-1904.
127
La totalidad de las tierras que se encuentran sobre los márgenes del río Paraná y Uruguay (las más
valorizadas) estaban en manos de propietarios privados. Este remanente de tierras que quedaron en manos del
Estado se debió a errores de mensura.
128
Según testimonios, los documentos correspondientes al remate se encuentran en el archivo del Juzgado
Federal de Rosario. Se estipula que accedieron la propiedad de 67.496 hectáreas de monte virgen por 40.000
pesos argentinos de la época (Vázquez, 2013), lo que sería equivalente a $1, 69 pesos la hectárea. Como afirma
Peirotti (2010), son frecuentes las usurpaciones, ventas y corrupción en la adquisición de tierras en zonas de
frontera y colonización. La frontera es entendida como fuente inagotable de prebendas y beneficios que
aprovechaban hasta el límite de lo legal que implica compra de tierras a precios ventajosos y disposición de
mano de obra barata disponible para su uso.
129
Quien pasa a cumplir la función de administrador del latifundio.
159
Instituto de Investigaciones Gino Germani
original que no fue comprado por los Ongay, quedó sujeto a sucesivas quiebras y reventas y años más
tarde se conforman emprendimientos forestales más pequeños como Iguana SA y Premidia SA, entre
otras.
La localidad atraviesa dos procesos de poblamiento, ambos relacionados con la estrategia de las
poblaciones rurales ―sin tierra‖ de encontrar parcelas donde reproducir su unidad doméstica. Una
primera etapa de reclutamiento de mano de obra que se esconde bajo la modalidad de ―colonización
privada‖ (1945-1955), planificada por los dueños de las compañías madereras asentadas en la zona,
por el que ingresaron al país migrantes brasileños específicamente de origen alemán; y una posterior
etapa de ―poblamiento espontáneo‖ (1960-1990) por el que ingresan pequeños productores brasileños
(criollos pero también de descendencia alemana) que se instalan en tierras privadas pertenecientes a
las empresas madereras.
¿Colonización privada o reclutamiento de mano de obra?
Por este medio se calcula que ingresaron al país 300 familias, todas brasileñas de origen alemán,
asentadas en antiguas colonias del sur del país vecino que se vieron obligadas a migrar por el proceso
de saturación demográfica de las colonias donde se encontraban asentadas que describimos
anteriormente, situación que se agravó por el aumento de migrantes alemanes recién llegados
consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Ante esta coyuntura, las empresas forestales asentadas
en la zona aprovecharon la posibilidad de movilizar mano de obra con el objetivo de incorporarla en
los obrajes, imitando el modelo de colonización privada llevado a cabo en otras zonas de la provincia,
especialmente sobre el Alto Paraná.
El convenio realizado entre los migrantes y las compañías dependía de cada situación particular:
algunos arreglaron que trabajarían para la empresa a cambio de un lote de tierra donde asentar a su
familia y de esta forma reproducir el estilo de vida campesino que llevaban en su país de origen, por lo
que adeudaban el precio del terreno en trabajo. De esta forma la empresa se garantizaba la
disponibilidad de mano de obra ligando los colonos a las compañías de forma permanente, en una
zona de frontera escasamente poblada, con necesidad de población dispuesta a trabajar en la actividad
forestal. ―En un momento habían hecho un acuerdo, vos plantabas tres hectáreas de pino y la empresa
te daba una hectárea para tu chacra. Yo arreglé pero después no respetaron‖ (Carlos, tabacalero, 65
años, entrevista personal, El Soberbio, 31/08/2015).
Los convenios realizados con los colonos eran informales, y en su mayoría se basaban en la
entrega por parte de los latifudistas de pequeñas parcelas de tierra a cambio de que los colonos
extraigan toda la madera nativa de los lotes y las entreguen a la empresa; de esta forma se retribuía a la
empresa por la entrega de las tierras.
Otros productores realizaron contratos de compra-venta con las compañías pero se dedicaban a
otras actividades económicas, especialmente a la producción de aceites esenciales. En estos casos el
160
Jornada Migraciones. Mesa 8
convenio se asemejaba un poco más a un plan de colonización, a pesar de que las condiciones de
asentamiento eran precarias y no se evidencia ningún tipo de planeamiento previo (trazado de
caminos, acceso a servicios básicos como agua y luz). Los contratos realizados raras veces fueron
respetados. Debido al fallecimiento de uno de los dueños, se suspendieron los trámites de
titularización de los lotes hasta tanto se resuelva el juicio sucesorio. Concluido el mismo, los
propietarios no cumplieron los acuerdos realizados con los colonos: por un lado los precios pedidos a
los colonos eran muy superiores a lo pactado omitiendo que aquellos que trabajaron para las
compañías, habían extraído toda la madera nativa de sus chacras para entregárselas a la empresa en
forma de pago por las parcelas. La fuerza de trabajo utilizada para extraer la madera de la chacra no
solo iba pagando el precio del terreno, sino que el valor de los lotes indefectiblemente debía disminuir,
en lugar de aumentarse, debido al proceso de desforestación de las parcelas que el convenio implicaba.
Por otro lado, aquellos que llevaron a cabo boletos de compra-venta manifiestan que las compañías
ponían trabas constantes para el avance de las escrituras. ―Pagábamos la mensura, los dueños no las
aceptaban, queríamos pagar todo [el valor del lote], no aceptaban la totalidad, siempre dejaban un
remanente para que no titularicemos. Los que titularizamos, pagamos de más‖. El mismo entrevistado
asegura que ―para tener el título de propiedad tuvimos que pagar unas 3 veces el valor de las tierras y
las mensuras. Fue un dolor de cabeza‖. (Osvaldo, agricultor, 67 años, entrevista personal, El Soberbio,
03/11/2015.
La existencia de un plan de colonización privado resulta controversial al interior de la
comunidad local. Pues si bien la historia oficial reproduce como discurso ―legítimo‖ que el
poblamiento se llevó a cabo mediante la colonización privada, no todos los habitantes de El Soberbio
coinciden en este hecho. Algunos cuestionan rotundamente la existencia de un Plan de Colonización
privado en El Soberbio y relacionan su difusión con el objetivo de un reducido número de miembros
de la comunidad local de adquirir posiciones de poder al interior de la misma, relacionadas a su
calidad de ―pioneros‖ en el proceso de poblamiento de la localidad. Sería una forma de obtener ciertos
reconocimientos sociales, es decir, como una estrategia de distinción interna entre los ―pioneros‖ y los
―no pioneros‖ (estos últimos considerados por los ―nacidos y criados‖ en El Soberbio como ―intrusos‖,
―ocupantes de tierras‖). Idea que se refleja en el siguiente testimonio: ―No les interesaba llevar
adelante el pueblo, solo la madera. Ellos dicen que llevaron adelante una colonización para sentirse
reyes‖ (Osvaldo, agricultor, 67 años, entrevista personal, El Soberbio, 03/11/2015).
Otros, en cambio, si bien aseguran que existió un programa de colonización, cuando se indaga
sobre la existencia de fuentes históricas que evidencien cómo era el convenio entre los propietarios del
latifundio y los colonos, se evidencia la informalidad del plan y la necesidad de los dueños de la
empresa de conseguir mano de obra interesada en encontrar una parcela de tierra para reproducir su
unidad doméstica. En relación a esto, Reboratti (1979) define a la colonización planificada como el
modo de avance de la frontera agrícola donde:
161
Instituto de Investigaciones Gino Germani
se eligen los potenciales pobladores y el tipo de actividad a desarrollar, y se
construyen las bases para el asentamiento de la población. […]. Las condiciones
técnicas son por lo general buenas, dado que los colonos cuentan con apoyo y
crédito para llevar a cabo una producción más o menos regulada. La situación de
tenencia legal se define desde un principio y la estructura agraria en estos casos es
notablemente regular (Reboratti, 1979: 7).
La puesta en marcha de un programa de colonización en El Soberbio como se llevó a cabo en
otras zonas de la provincia siembra dudas, y si existió se basó en una colonización ―escasamente‖
planificada, con gran capacidad de maniobra por parte de las empresas encargadas del ingreso de los
migrantes, y el nulo control y regulación del Estado. Los testimonios recolectados aseguran que no
había ningún tipo de infraestructura previa que facilite el asentamiento de los colonos (inexistencia de
caminos y rutas, ni acceso a servicios de luz y agua). De hecho fueron los propios migrantes, dirigidos
por los dueños de las empresas -principales interesados en mejorar la comunicación con el objetivo de
facilitar el transporte de la madera extraída del monte por vía terrestre y no por medio de jangadas
como se hacía hasta el momento130 -quienes se encargaron de llevar adelante estas tareas. Esto refuerza
la idea de que los madereros aprovecharon las circunstancias coyunturales de falta de tierras en el sur
de Brasil con el objetivo de asegurar la disponibilidad de mano de obra, en una zona sin población
interesada en llevar adelante estas tareas131. Se incorporó a los colonos en algunos casos
proletarizándolos, aunque fue una posibilidad para que los pequeños productores de origen brasileño
continuaran con las actividades agropecuarias orientadas a la producción para la subsistencia en las
parcelas de tierras otorgadas por las compañías. La gran mayoría de los colonos tampoco accedieron a
propiedad de la tierra ni a créditos con el objetivo de llevar adelante una producción regulada, salvo
algunos pocos colonos que pudieron convenir la comprar de terrenos a pagar (en cuotas) con los
dueños del latifundio. Quienes actualmente son propietarios de las parcelas afirman los constantes
obstáculos que pusieron las empresas para adquirir la escritura de las mismas.
Poblamiento “espontáneo” y ocupación de tierras privadas
Con el fallecimiento de uno de los dueños, este modelo de poblamiento se detuvo. Sin embargo,
prosiguió el avance de la frontera agraria bajo la modalidad de poblamiento ―espontáneo‖ como forma
130
Especie de balsa en el que se transportaba la madera por el río Uruguay, único medio de comunicación
hasta la construcción de la Ruta Provincial Nº 13.
131
A diferencia de otras zonas de colonización donde se utilizó mano de obra indígena, si bien había presencia
de población mbya guaraní, en el caso de estudio analizado los propietarios estaban interesados específicamente
en el reclutamiento de brasileños de origen alemán. Según la hija del administrador del latifundio esto se debió a
que ―privilegió su raza‖ (Lorena, 81 años, entrevista 25/08/2015).
162
Jornada Migraciones. Mesa 8
de paliar el desequilibrio poblacional existente en la zona de frontera132, que se venía agravando por el
incipiente proceso de modernización agraria brasileño. El poblamiento de esta zona es considerado
espontáneo, en tanto no fue planificado desde el Estado ni el sector privado, a diferencia de otros
modelos de poblamiento que se dieron en la provincia. Si bien se basa en una decisión en cierto
sentido ―voluntaria‖ por parte del grupo doméstico que lleva a cabo estos desplazamientos, no por ello
negamos el carácter ―forzoso‖ de estas migraciones, dada la imposibilidad de acceder a la tierra en su
país de origen, como lo demuestra el siguiente entrevistado: ―Los brasileros vinieron por la tierra, allá
no había y era cara, acá se metían y ocupaban‖ (Herminio, tabacalero, 66 años, entrevista personal, El
Soberbio, 10/08/2015).
Las tierras ocupadas eran propiedad de grandes latifundistas ausentistas que las destinaban a
actividades forestales. Una vez extraída la madera nativa, en una zona específica, las tierras quedaban
abandonadas. Según Bidaseca (2012) ese es el origen de las ocupaciones:
Si uno intenta buscar la génesis de las ocupaciones, la/os misma/ os soberbiana/os
suelen contar que es resultado del abandono de los obrajes […] Imbuidos en una
racionabilidad instrumental, los obrajeros terminaban su tarea de despojo de la
naturaleza y abandonaban el lugar en busca de monte virgen (Bidaseca, 2012: 46).
La ocupación espontánea por parte de pequeños productores es fruto del abandono de los obrajes,
situación que se complementa con la necesidad de encontrar tierra para las generaciones siguientes.
―La gente empezó a ocupar, a los Ongay no les gustaba pero no les quedó otra. Dejaban que se
quedaran a cambio de que les den la madera a la compañía‖ (Carlos, tabacalero, 65 años, entrevista
personal, El Soberbio, 31/08/2015). ―Cuando ya sacan la madera no le interesa que entre gente‖
(Walter, pequeño productor, 58 años, entrevista personal, El Soberbio, 28/08/2015).
Los productores se asientan en pequeñas parcelas a través de la técnica de tumba, roza y
quema133. ―Hacían un rozadito y se metían. Así empezaron a poblar la zona. Después comenzaban a
venir parientes, conocidos‖ (Herminio, tabacalero, 66 años, entrevista personal, El Soberbio,
10/08/2015). ―El rozado es símbolo de ocupación‖ (Enrique, Dirigente MAM 134, 54 años) y la
ocupación representa una vía alternativa para adquirir parcelas de tierra, ante la imposibilidad de este
sector de comprar tierra en el mercado formal, es una estrategia que permite negociar el valor del
terreno, jugar con los plazos y los medios de pago (Schiavoni, 2005).
132
Este desequilibrio ya se venía reflejando a fines de siglo XIX en los diarios de viaje de Ambrosetti (1982) por
el Alto Uruguay donde afirma que: ―la costa brasilera en un gran trecho, esta rozada y plantada con caña de
azúcar, maíz, etc. (…) La costa argentina se presenta virgen salvaje con su vegetación exuberante‖ (p. 85). Sin
embargo, los procesos económico- sociales descritos anteriormente agravaron la situación promoviendo los
desplazamientos hacia mediados de siglo XX.
133
El rozado es una técnica agrícola utilizada por los colonos de origen brasileño para incorporar áreas naturales
a la producción. Consiste en derrumbar (―tumbar‖) los arboles más grandes que se encuentren en la zona
específica, ―rozar‖ los restos de vegetación (o lo que se conoce como capuera), y una vez realizado el rozado,
eliminar el exceso de monte con la ―queimada”, quedando la tierra lista para la siembra. Las herramientas
utilizadas para llevar adelante estas tareas son muy rudimentarias: asadas, foisas y machetes.
134
Movimiento Agrario Misionero.
163
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Como reflejó el último entrevistado la llegada de ocupantes se basa en relaciones de parentesco
y amistad. Llegan primero algunos miembros de la familia, para después, una vez asentados traer a sus
parientes y conocidos. Schiavoni (2005) califica este tipo de ocupación de ―silenciosa‖, un dirigente
del MAM como ―ocupación en cadena‖, por la modalidad de poblamiento de las parcelas. Las familias
ingresan y llevan adelante la ocupación mediante redes domésticas informales, sin un plan de acción
organizado donde se pone en juego un capital social (un ―saber migrar‖135) que circula y produce
saberes singulares en el que se comparte información, experiencia y ayuda mutua entre viejos y
nuevos migrantes, en este caso entre parientes. Como afirma Schiavoni (2005) la ocupación de tierras
privadas se convierte en el principal mecanismo de reproducción social de la pequeña agricultura
misionera.
Otra alternativa para adquirir parcelas de tierra es a través de la ―venta de mejoras‖, donde la
carencia de títulos de propiedad, impide la venta de parcelas a través de un mercado formal, por lo que
ponen a la venta el trabajo realizado sobre los predios ocupados dado que el único bien (―legitimo‖)
que poseen es la venta de su fuerza de trabajo. En estos casos, se cede el uso pero no la propiedad de la
tierra, pues carecen de ella. La compra-venta de mejoras muchas veces se efectúa mediante el pago en
dinero y otras veces se entremezcla con el briqu 136 intercambiándose por otros bienes.
Reflexiones finales
A mediados de siglo XX, América Latina atraviesa un fuerte proceso de transformación económico-
social relacionado a la modernización agraria, al uso de tecnología agropecuaria, a la producción a
gran escala, al avance del latifundio y el agronegocio. Los cambios tecnológicos aplicados en el sector
agrícola brasileño tiene consecuencias importantes en la zona de frontera analizada:
descampesinización de la población rural, empobrecimiento de las masas rurales, éxodo rural y
modificación de las estructuras agrarias locales (disolución del minifundio y concentración de la
tierra). A esto se le suma la saturación de las tierras correspondientes a antiguas colonias de la región
sur de Brasil y la incipiente llegada de alemanes que, producto de la situación de guerra en que se
encontraba Europa, comenzaron a llegar a la zona repitiendo la experiencia migratoria de generaciones
pasadas que se asentaron en el sur de Brasil. La necesidad de tierras con el objetivo de reproducir las
actividades agrícolas familiares de subsistencia era inminente.
Consecuencia de esto, el nordeste de la provincia de Misiones recibe entre fines de la década de
1940 y 1990 gran cantidad de campesinos provenientes del país vecino. Algunos se emplean en el
135
El concepto de ―saber migrar‖ fue tomado de Chevalier- Beaumel y Morales (2012), y refiere a la capacidad
que ponen en juego los migrantes, sus conocimientos previos y el desarrollo de estrategias para su
desplazamiento, migración y circulación. Concepto íntimamente relacionado con la idea de ―capital social‖
propuesta por Bourdieu.
136
Brique es una palabra brasileña que refiere al intercambio de objetos sin la intervención del dinero, lo que se
conoce en otros lugares como ―trueque‖ o ―cambalache‖.
164
Jornada Migraciones. Mesa 8
obraje a cambio de tierras, mientras sus familias se encargan de la producción para el consumo
familiar; otros se orientan a la producción de aceites esenciales y acceden a la tierra mediante
contratos de compra-venta con las compañías madereras; y por último, en calidad de ocupantes
quienes también continúan con sus actividades agrícolas de subsistencia. En todos los casos significó
la posibilidad de continuar (a pesar de que algunos miembros de la familia debían emplearse en los
obrajes) con las actividades agrícolas familiares y la reproducción de la vida campesina para vastos
sectores de población rural.
La migración entonces adquiere una característica trascendental por parte de las poblaciones
rurales: la movilización poblacional transfronteriza se vuelve una estrategia de recampesinización y de
reproducción social de los colonos que habitan la zona del Alto Uruguay. Surge entonces, la
vinculación entre la problemática del acceso a la tierra y los desplazamientos poblacionales. En el caso
de la migración limítrofe a El Soberbio, su estudio nos permite descubrir de qué modo, con qué
intensidad y con qué características específicas la variable del acceso a la tierra en Brasil trajo como
consecuencia migraciones en la zona de frontera.
La gran mayoría de los migrantes brasileños que llegaron a El Soberbio continúan siendo
―ocupantes‖, sin ligazón jurídica con la tierra que trabajan. El pequeño tamaño de los lotes ocupados y
la tenencia precaria de la tierra son algunos de los motivos que orientan a estos productores a cultivos
agro-industriales como el tabaco, principal producción de la zona analizada. Dejar al productor ligado
―precariamente‖ a la tierra en estructuras agrarias basadas en el minifundio tiene ventajas para la
agroindustria tabacalera que encuentra en esta zona condiciones excepcionales para su capitalización.
Estas serán cuestiones que requerirán abrir nuevas líneas de trabajo.
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167
Mesa 9
Dinámicas migratorias uruguayas
Coordinadores y comentaristas: Juan Carlos Radovich (UBA –
CONICET - INAPL), Zuleika Crosa (UBA) y Lydia de Souza
(UdelaR, Uruguay).
Jornada Migraciones. Mesa 9
El activismo por los derechos humanos de los inmigrantes uruguayos en Argentina, una
práctica asociativa de dimensiones transnacionales
Carla Gerber137
Introducción
Las perspectivas transnacionales para el estudio de las migraciones permiten abordar simultáneamente
la integración de los migrantes al país de destino y el mantenimiento de los vínculos con el país de
origen. En este sentido, constituyen un enfoque capaz de romper con abordajes anteriores como la
teoría de la modernización que analizaba el fenómeno de integración al país de acogida como el
destino inevitable de una progresión lineal, excluyendo la posibilidad de un lazo simultáneo con el
lugar de origen. Las perspectivas transnacionales son una herramienta valiosa para comprender la
complejidad del fenómeno migratorio al abordar las conexiones entre dos territorios separados -física
y administrativamente- que se vinculan por medio de las acciones de los grupos migrantes.
Los migrantes en sus acciones cotidianas llevan a cabo una serie de prácticas que los relacionan
a sus lugares de origen y, simultáneamente, favorecen su integración a la sociedad receptora. La vida
cotidiana de los grupos en contextos migratorios requiere de la investigación empírica para dar cuenta
de la existencia de prácticas transnacionales y de las modalidades específicas que adquieren en cada
caso.
Entre las diversas prácticas cotidianas y formas organizativas nos centraremos en el activismo
por los derechos humanos dentro de la colectividad uruguaya en Argentina, y las representaciones
acerca del pasado reciente que se elaboran en este contexto. El activismo por los derechos humanos
adquiere una dimensión transnacional que se ve reforzada por diferentes factores. El reclamo llevado a
cabo por un organismo de derechos humanos se centra en la defensa de derechos internacionalmente
reconocidos, que no son definidos por los Estados sino por el sistema internacional de los derechos
humanos. De este modo surge una forma de activismo capaz de traspasar las fronteras.
Con el objetivo de analizar esta forma de activismo caracterizamos brevemente la dinámica
emigratoria propia del Uruguay. Este país, a lo largo de su historia, se ha constituido como un país de
emigración. Al analizar su dinámica demográfica es posible observar la propensión de la población a
emigrar como respuesta a ciertos cambios estructurales. La emigración se vio reforzada durante la
dictadura cívica y militar uruguaya (1973-1985) como resultado de la interacción compleja entre
factores políticos y económicos. A su vez, Argentina fue uno de los principales destinos de esta
emigración masiva.
137 Estudiante avanzada de Ciencias Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
Aires. E-mail: gerbercd@gmail.com.
169
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Los inmigrantes uruguayos en Argentina han desarrollado múltiples configuraciones
organizativas luego del retorno de la democracia. Entre los proyectos colectivos que tienen lugar en
este contexto podemos mencionar al movimiento social, artístico, ciudadano y político. Entre estos
proyectos se destaca el movimiento político como una de las formas organizativas que adquirió mayor
relevancia, si tenemos en cuenta que la emigración mayoritaria hacia este país se dio por motivos
políticos y económicos. La praxis política de los uruguayos en Argentina se constituyó como un
ámbito preponderante de integración que facilitó la vinculación cotidiana con la realidad del Uruguay.
Las formas de participación vinculadas al movimiento político uruguayo en Argentina exceden
el ámbito de la política partidaria. Desde la década de 1970 se han desarrollado diversas modalidades
de activismo por los derechos humanos en la colectividad que se vinculan con organizaciones
argentinas y uruguayas. El objetivo de esta ponencia es analizar la dimensión transnacional de esta
forma de activismo a partir de las formas de activación de la memoria llevadas a cabo por el actual
―Colectivo de uruguayxs en Argentina por los derechos humanos‖.
Perspectivas transnacionales para el estudio de las migraciones
La integración de los migrantes a las sociedades de los países receptores fue analizada por los estudios
sobre ―aculturación‖ y la teoría de la modernización, estos representan las primeras aproximaciones al
fenómeno. Los enfoques basados en el proceso de ―aculturación‖ analizaron el contacto entre grupos
culturalmente ―diferentes‖ enfatizando en aspectos como la asimilación, la fusión cultural, la
integración por niveles y el biculturalismo (Redfield, Linton, Herskovits, 1936).
Las investigaciones realizadas desde la teoría de la modernización, continuaban con el esquema
elaborado por Robert Redfield referido al continuum folk – urbano. Este autor afirmaba que el cambio
cultural de uno a otro punto del continuum implicaba procesos de secularización y heterogeneización.
La teoría de la modernización reemplazó la dicotomía folk – urbano por la dicotomía tradicional–
moderno. Ambos esquemas explicaron el cambio como una progresión lineal en un único sentido. La
teoría de la modernización postulaba que el cambio cultural, provocado por el movimiento migratorio,
transformaba a los miembros de los grupos campesinos o indígenas en seres modernos (Arizpe, 1978).
Las perspectivas transnacionales permiten revisar estas concepciones dualistas y el énfasis que
realizan en la asimilación como estrategia de adaptación de los migrantes en los países de destino. El
surgimiento de estas perspectivas tiene como antecedente el análisis de redes sociales aplicado a las
migraciones y los estudios críticos sobre la etnicidad (Suárez Navaz, 2008). Además, fueron
importantes los aportes realizados desde las teorizaciones sobre el nacionalismo de autores como
Anderson (1991) y Hobsbawm (1990).
Las perspectivas transnacionales conforman una teoría de ―rango medio‖ ya que recogen una
serie de enfoques teóricos y permiten reelaborar ciertos conceptos. Estas perspectivas afirman que la
incorporación de los inmigrantes al Estado nación receptor se produce en simultáneo al mantenimiento
170
Jornada Migraciones. Mesa 9
de los vínculos con el país de origen (Glick Schiller y Levitt, 2004). Las rutinas y prácticas que llevan
a cabo los sujetos incluyen hábitos, ideas e instituciones que se sitúan tanto en el país de origen como
en el país de destino. Para comprender el fenómeno migratorio es necesario ampliar el ámbito de
observación más allá de las fronteras de un Estado nación. Esta ampliación del ámbito de observación
nos permite abordar una problemática que se sitúa en la interacción entre dos Estados, o más, y en
territorios diferentes aunque vinculados entre sí.
El transnacionalismo de los grupos migrantes
Los vínculos entre los países o regiones implicados son visibles en las prácticas de los sujetos que
migran. Ya sean prácticas políticas, económicas, laborales o religiosas, están orientadas a mantener los
lazos con el país de origen y a su vez integrarse al país receptor. Estas actividades serían
incomprensibles si mantenemos el foco de interés dentro de las fronteras de un solo Estado nación. La
unidad de análisis para las perspectivas transnacionales, no está delimitada por las fronteras estatales,
sino que se desprende de los lazos transnacionales que los migrantes establecen en su vida cotidiana.
Uno de los aportes que la teoría transnacional brinda al estudio de las migraciones, es el énfasis
en las consecuencias culturales del fenómeno (Castro Neira, 2005). A partir del análisis transnacional
es posible analizar distintas configuraciones territoriales y culturales ligadas al fenómeno migratorio.
A su vez, es posible enfocar el análisis en la vinculación de los actores sociales con valores,
expectativas y patrones de interacción compartidos por más de un sistema social. Esta perspectiva
implica considerar a la comunidad transnacional como un conjunto de interacciones cotidianas que
vinculan territorios diferentes. En estas comunidades surgen expresiones identitarias, formas de
representación y de identificación con lo nacional que son específicas. Para comprenderlas es
necesario alejarse del modelo dicotómico clásico, que distingue entre país de origen y país de destino,
oponiéndolos como dos comunidades diferentes y separadas.
El concepto de ―comunidad transnacional‖ es uno de los elementos de análisis relevantes para
estos enfoques. Besserer (1999) menciona que las comunidades transnacionales pueden ser entendidas
de distintas maneras. Algunos enfoques las definen como aquellas que se consolidan más allá de las
fronteras. Otros, las consideran como resultantes de la construcción de la nación que excluye y
―etnifica‖ a sus miembros. Por último, están quienes las definen como resultado del debilitamiento del
poder del Estado – nación. Más allá de las diferencias, la ―comunidad transnacional‖ se define por su
carácter plurilocal, transfronterizo, que reúne a una serie de personas en una red de relaciones
económicas, políticas y simbólicas.
Canales y Zlolniski (2001) afirman que hay distintas valoraciones sobre el rol de las
comunidades transnacionales en el mundo globalizado. Por un lado, existen opiniones positivas y
optimistas respecto a ellas. Estas posturas afirman que, mediante la pertenencia a comunidades
transnacionales, los agentes adquieren capacidades para enfrentar situaciones de vulnerabilidad. Estas
171
Instituto de Investigaciones Gino Germani
comunidades se constituyen como campos de acción alternativos frente a las condiciones desiguales
impuestas por la globalización. Por otro lado, los autores mencionan otras versiones menos optimistas
sobre las comunidades transnacionales. En este segundo grupo se las define como ámbitos en los que
se reproducen condiciones de desigualdad impuestas por la globalización.
Además del concepto de ―comunidad transnacional‖, existen otras nociones que definen las
relaciones sociales en ámbitos transnacionales. Entre estas nociones podemos mencionar la de ―campo
social transnacional‖ que hace referencia a las diferentes redes de relaciones sociales que atraviesan
las fronteras nacionales. A través de estas redes se producen intercambios, se organizan ideas,
prácticas y recursos, que a su vez sufren transformaciones al mediar entre distintos ámbitos. Otro
aspecto vinculado a los campos sociales transnacionales es la estratificación que diferencia a los
actores sociales y a sus prácticas dentro del campo social transnacional (Glick Schiller y Levitt, 2004).
Más allá de los debates teóricos, relativos los conceptos que se acuñan para definir las prácticas
transnacionales, existen ciertos consensos respecto a las mismas. En primer lugar, se distinguen las
iniciativas llevadas a cabo por los sujetos de aquellas realizadas por otros agentes, como el Estado, las
empresas o los organismos de cooperación internacional. En segundo lugar, estas iniciativas
autónomas de los sujetos se relacionan con sus contextos de salida y de recepción simultáneamente
(Crosa, 2014). Es necesario analizar las prácticas transnacionales por medio de la investigación
empírica para dar cuenta de las modalidades específicas que estas adquieren en diferentes contextos.
La dimensión transnacional en el activismo por los derechos humanos y las memorias
El activismo por los derechos humanos como praxis política se vincula con los procesos de activación
pública de la memoria reciente y al llevarse a cabo en un contexto migratorio adquiere una dimensión
transnacional. Para comprender la heterogeneidad de voces que se incluyen dentro de estas formas de
organización, primero es preciso definir a qué nos referimos cuando hablamos de ―memorias‖ y cuál
es su vinculación con el activismo por los derechos humanos, para luego acceder a sus particularidades
en contextos migratorios.
Las ―memorias‖ se definen, de modo general, como aquellos usos del pasado que legitiman las
acciones de los grupos en el presente. Al intentar definir el concepto con mayor precisión, es necesario
distinguirlo como una categoría analítica diferente de sus usos en el sentido común. Las definiciones
teóricas de la categoría ―memorias‖, son diversas y parten de la distinción entre lo individual y lo
colectivo. Jelin (2001) resalta la importancia de definir las ―memorias‖ como productos de
interacciones múltiples, encuadradas en relaciones de poder. Esta perspectiva permite dar cuenta de
los procesos de construcción de las ―memorias‖, entendiéndolas no solo como datos ―dados‖, sino
observando los distintos actores sociales que forman parte de su construcción. En estos procesos hay
disputas de sentido en escenarios diversos y negociaciones que permiten observar, a través de la
investigación empírica, la presencia de ―memorias‖ hegemónicas, frente a otras subalternas.
172
Jornada Migraciones. Mesa 9
La presencia de archivos, documentos y otros materiales no garantiza en sí misma la existencia
de ―memorias‖, sino que es necesario tener en cuenta las formas en que estos materiales son activados,
o no, por distintos actores sociales. Es necesario contemplar de qué forma es posible actuar sobre el
contenido y la forma que tendrán esas ―memorias‖ (Guglielmucci, 2013).
Los principales actores vinculados a la reactivación pública de la memoria sobre el pasado
reciente son los miembros del ―movimiento de derechos humanos‖, también conocidos como
―organismos de derechos humanos‖. Los primeros grupos que se definieron de este modo surgieron en
la década de 1970, en distintos países del Cono Sur de América Latina, cuando los Estados eran
ocupados por gobiernos de facto. Frente a la represión que se dirigía principalmente a organizaciones
político–partidarias o sindicales entre otras, los organismos de derechos humanos se conformaron
apelando a la matriz familiar como forma de legitimarse públicamente (Jelin, 2007). Estos grupos se
destacan por inscribir sus demandas en el marco de los derechos del hombre y canalizarlos a través de
diferentes vías, entre las que se destacan las vías jurídicas.
La particularidad de inscribir sus reclamos en relación directa con los derechos humanos ubica a
estos grupos en una relación particular con el Estado. Sus demandas apelan a un marco jurídico
internacional que tiene una relación particular con la soberanía estatal. Las normas del derecho
internacional que conforman el sistema internacional de los derechos humanos surgen para defender a
los ciudadanos cuando el Estado atenta contra estos derechos. La lógica del sistema internacional de
los derechos humanos establece un límite a la soberanía estatal que se encuentra por fuera del propio
Estado en las normas internacionales de naturaleza jurídica.
Feierstein (2007) menciona que las narrativas vinculadas al pasado reciente permiten la
aparición de ciertos grupos con mayor legitimidad que otros. En este sentido, mientras el discurso
dominante en Argentina se vinculaba con la ―teoría de los demonios‖ que confundía los papeles de
víctimas y victimarios, las voces de los sobrevivientes eran fuertemente deslegitimadas. En tanto sus
relatos generaban una ―desangelización‖ de los desaparecidos perdían legitimidad en la arena pública.
Los sobrevivientes, fueron tachados de traidores por haber sobrevivido al terrorismo de Estado.
Dentro de la heterogeneidad de voces que se incluyen dentro del movimiento por los derechos
humanos abordaremos una en particular. Nos referimos a un organismo de derechos humanos que
activa una serie de representaciones sobre el pasado reciente en un contexto migratorio. De este modo
nos concentraremos en la dimensión transnacional del activismo por los derechos humanos que tiene
lugar en el movimiento asociativo uruguayo en Argentina. Resaltamos que es una praxis política
específica referida a la vigencia de derechos internacionalmente reconocidos, que dirige sus reclamos
tanto al Estado nación de origen como al Estado nación de destino.
173
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Uruguay un país de emigración
Uruguay, ubicado en el Cono Sur de América Latina, fue históricamente caracterizado como un país
de inmigrantes. El Estado uruguayo, a pesar de su modernización temprana, no llevó a cabo censos
poblacionales durante un largo período de tiempo (1908–1963). Durante este período se utilizaron
métodos de conteo ineficaces que sobrevaluaron el volumen poblacional en un 10% (Aguiar, 1982).
La emigración como fenómeno demográfico fue relativizada debido a las dificultades en la
medición. Sin embargo, Aguiar (1982) afirma que la propensión de la población a emigrar es una
característica del devenir demográfico uruguayo, vinculada a la estructura económica del país. Dicha
estructura generó un excedente de población cuya respuesta fue la emigración, particularmente en
contextos de crisis económicas y transformaciones sociales.
La dinámica poblacional característica de Uruguay, se inicia durante el siglo XIX, con la
consolidación de un modelo de exportación de productos primarios, vinculado al mercado económico
europeo, que generó migraciones del ámbito rural al urbano. Durante las primeras décadas del siglo
XX el crecimiento urbano de la provincia de Buenos Aires y la expansión económica de la región
pampeana argentina, atrajeron flujos migratorios provenientes de Uruguay (Aguiar, 1982). La
tendencia a la emigración de la población uruguaya se consolidó durante la década de 1960 -
caracterizada por un estancamiento de la economía del país- que impactó en el mercado de trabajo y en
los ingresos de la población. En la década de 1970, cuya característica principal fue el comienzo de la
dictadura cívica y militar (1973-1985), se generó una tendencia masiva a la emigración. En este último
período la opción emigratoria fue una respuesta a la creciente crisis política y a la profundización de la
crisis económica que había comenzado en la década anterior. Argentina concentró cerca de la mitad de
la población uruguaya emigrada. La emigración hacia Buenos Aires, en tanto metrópoli regional,
adquirió un perfil similar al de la migración interna (Pellegrino, 2013).
Las cifras indican que entre 1963 y 1976 emigró un 8% de la población total (aproximadamente
200.000 personas de nacionalidad uruguaya). Entre los años 1976 y 1985 emigraron cerca de 100.000
personas. La misma cifra se mantuvo en los períodos siguientes (1985-1996 y 1996-2004) (Pellegrino
y Cabella, 2005). La particularidad del período abarcado entre 1996 y 2004, fue el destino de los flujos
migratorios hacia Europa y Estados Unidos. Por último, en las últimas décadas se detectó un gran
porcentaje de retorno de la población emigrada. El retorno se vincula a la situación económica europea
y a los controles establecidos en Estados Unidos, que funcionan como barreras para el ingreso y
permanencia en el país (Crosa, deSouza y Diconca, 2012).
Uruguayos en Argentina, configuraciones organizativas
Los inmigrantes uruguayos en Argentina, desarrollaron diversas formas de organización y de
identificación colectiva. Crosa (2014) destaca que estas formas de identificación colectiva se
174
Jornada Migraciones. Mesa 9
desarrollan en diferentes proyectos sociales, artísticos y políticos cuyas especificidades mencionamos
a continuación.
Los proyectos sociales, vinculados a organizaciones denominadas ―asociaciones de residentes‖,
agrupan diversas experiencias organizativas que representan el sentido de la experiencia migratoria
uruguaya. Estas organizaciones nuclean a un grupo de familias uruguayas, así como a vecinos y
amigos tanto uruguayos como argentinos que se reúnen con el objetivo de recrear ciertas tradiciones.
Entre sus actividades se destacan los festejos durante las fechas patrias y la realización de eventos
artísticos y culturales vinculados al folklore uruguayo. Los principios que distinguen a este tipo de
organizaciones se relacionan a la hermandad rioplatense y latinoamericana. Además, sus
organizadores mencionan la integración de los residentes uruguayos a la sociedad Argentina como un
objetivo central (Crosa, 2014).
Los proyectos artísticos, como formas de identificación colectiva y de vinculación
transnacional, se refieren principalmente a las murgas. Estas agrupaciones corales, teatrales y
musicales, se relacionan a la fiesta del Carnaval que adquiere características particulares. Se
distinguen dos estilos artísticos diferenciados, el porteño y el uruguayo, que pueden aparecer
mezclados en ciertos grupos.
El movimiento político ocupó un lugar preponderante dentro de los proyectos asociativos de la
colectividad uruguaya en Argentina. Crosa (2007) destaca su importancia a la hora de reforzar y
mantener los vínculos con el país de origen, mediante la realización de actividades proselitistas y
movilizaciones para la participación en actos electorales en Uruguay. Los ―comités de base‖ del Frente
Amplio de Uruguay en Argentina adquieren un rol central dentro del movimiento político (Crosa,
2014).
La coalición de izquierda Frente Amplio se creó en 1971 como alternativa política que rompió
con el bipartidismo en Uruguay. En su estructura se integran diversos partidos y sectores. Desde sus
inicios sus actividades fueron blanco de la represión estatal dando lugar a un movimiento físicamente
fragmentado e históricamente asociado con la población emigrada. Es decir, si bien su sede central se
encuentra en Uruguay, parte de sus miembros residen, se organizan y forman parte de su estructura
más allá de las fronteras del Estado de origen.
Si bien las actividades llevadas a cabo por los ―comités de base‖ del Frente Amplio adquirieron
un rol central dentro del movimiento político, estas no fueron las únicas. En el contexto de la
inmigración uruguaya en Argentina, el activismo político partidario estuvo acompañado por otras
formas de organización, entre las que nos interesa destacar el activismo político por los derechos
humanos. Esta praxis política adquiere gran relevancia, si tenemos en cuenta que la inmigración
uruguaya en Argentina durante la década de 1970 se produjo por motivos políticos y económicos, en
un contexto en el que la represión llevada a cabo por las dictaduras del Cono Sur también se había
transnacionalizado. A partir del advenimiento de la democracia en Argentina, en el año 1983, fue
posible reactivar estas formas de organización, que fueron variando a lo largo del tiempo.
175
Instituto de Investigaciones Gino Germani
El surgimiento del activismo transnacional por los derechos humanos
Antes de caracterizar al ―Colectivo de Uruguayxs en Argentina por los derechos humanos‖,
intentaremos realizar un breve recorrido histórico sobre las formas que adquirió el activismo por los
derechos humanos en Uruguay. Desde sus inicios, estas organizaciones adquirieron una dimensión
transnacional como consecuencia de las características de la represión que hemos mencionado. A
partir del golpe de Estado en Uruguay (1973) el activismo en contra de la dictadura uruguaya comenzó
a organizarse dentro y fuera del país, estas organizaciones son los antecedentes históricos que nos
permitirán comprender las acciones del colectivo en la actualidad.
Entre los grupos de familiares que comenzaron a organizarse en Uruguay, en 1976 se destacan
las primeras acciones de madres residentes en Uruguay que reclamaban por la aparición de sus hijos
secuestrados en Argentina. En 1979 se conformó el grupo Madres de Uruguayos Desaparecidos en
Argentina, cuyos miembros venían a Buenos Aires a realizar la búsqueda de sus hijos.
Simultáneamente, en París, un grupo de exiliados uruguayos en contacto con compatriotas exiliados en
otros países conformaron la Agrupación de Familiares de Uruguayos Desaparecidos (AFUDE) en el
año 1978. Estos grupos confluyeron luego en la organización Madres y Familiares de Uruguayos
Detenidos Desaparecidos, ya que a partir de 1985 los exiliados comenzaron a retornar al Uruguay y se
sumaron a las organizaciones que actuaban en el país (Bucheli, Curto, Sanguinetti, Demasi, & Yaffé,
2005).
En Argentina, el proceso de organización contra la dictadura adquirió ciertas particularidades.
Markarian (2004) distingue dos formas particulares de organización entre los exiliados en Argentina.
En un primer momento (1973-1976) se destacan las acciones de los miembros de organizaciones
guerrilleras y grupos de acción directa, cuya estrategia consistía en la reorganización de la lucha
armada fuera del Uruguay. En un segundo momento, a fines de la década de 1970, cuando se instala
la dictadura en Argentina, los exiliados comenzaron a buscar apoyo en gobiernos extranjeros,
organismos internacionales y actores transnacionales. Este cambio de estrategia no estuvo exento de
conflictos.
Partiendo de un marco discursivo orientado a denunciar las desigualdades estructurales en su
país, los exiliados que formaban parte de organizaciones de izquierda debieron mutar hacia una nueva
retórica vinculada a la defensa de los derechos humanos. Este pasaje se encontró con fuertes
resistencias políticas, ideológicas y culturales dentro de estas organizaciones. El lenguaje de los
derechos humanos planteaba la defensa de la integridad física de los seres humanos como su principal
demanda, esto implicaba reconocer la existencia de ―víctimas‖ y ―victimarios‖. Además, esta retórica
se encontraba asociada a tradiciones liberales y anticomunistas imperantes en el contexto de la guerra
fría. Si pudo ser adoptada por las organizaciones de izquierda durante el exilio fue debido al contexto
de represión transnacional que redujo considerablemente sus espacios de militancia (Markarian, 2004).
176
Jornada Migraciones. Mesa 9
La relación entre el activismo por los derechos humanos y la praxis político-partidaria de los grupos de
izquierda uruguayos fue compleja desde sus inicios.
Zelmar Michelini -ex ministro y senador del Partido Colorado y fundador, entre otros, del
Frente Amplio (1971), exiliado en Buenos Aires desde 1973- fue uno de los primeros en llevar a cabo
denuncias por las violaciones a los derechos humanos en el ámbito internacional. Como consecuencia
fue detenido y asesinado en Buenos Aires el 20 de mayo de 1976. Michelini es una de las figuras más
representativas del activismo por los derechos humanos entre los uruguayos en Argentina.
Ya sea en los grupos de exiliados y migrantes políticos y económicos durante la década de
1970, como en los grupos de familiares de detenidos desaparecidos, el activismo por los derechos
humanos adquirió una dimensión transnacional desde sus inicios. Se trató de una praxis política que se
llevaba a cabo en territorios diferentes pero vinculados entre sí. Esta vinculación se produjo debido a
la transnacionalización del accionar represivo y a la migración limítrofe entre los países del Cono
Sur138. El reclamo de estos grupos se daba más allá de los límites territoriales de Uruguay y se
orientaba a organismos internacionales, denunciando a su vez, el accionar represivo transnacional.
Durante el período dictatorial que se extendió hasta la década de 1980, tanto en Argentina como
en Uruguay, los residentes uruguayos en Argentina debieron mantenerse por fuera de cualquier tipo de
organización. Recién con el debilitamiento de las dictaduras en ambos países la inmigración uruguaya
en Argentina comenzó a reorganizarse, dando lugar a los proyectos colectivos que menciona Crosa
(2014).
Uruguayxs en Argentina por los derechos humanos
El grupo que analizamos se reúne actualmente bajo el nombre de ―Colectivo de Uruguayxs en
Argentina por los derechos humanos‖, su conformación data de fines de la década de 1990, momento
en que se reactivaba la movilización en Uruguay y surgían nuevos grupos en Argentina. Con
anterioridad a la conformación del grupo, sus miembros llevaban a cabo sus reclamos sin que existiera
una organización específica y lo hacían en otros espacios de participación, entre los que se destaca el
movimiento político que hemos caracterizado anteriormente.
Los miembros del ―colectivo‖ conforman un grupo heterogéneo. La mayoría de ellos emigraron
durante la década de 1970 al ser perseguidos por el gobierno militar uruguayo, luego de haber sufrido
la detención y la tortura, o ante la imposibilidad de conseguir un empleo. Otros miembros de
incorporación más reciente, llegaron a la Argentina en la última década del presente siglo.
Sus miembros no se definen como familiares de las víctimas del terrorismo de Estado, sino
como ―compañeros‖. A diferencia de los organismos de derechos humanos tradicionales, que apelan al
138
Al referirnos a la migración limítrofe durante la dictadura incluimos tanto a los exiliados -de acuerdo a la
definición de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados- como a los migrantes por motivos
políticos y económicos.
177
Instituto de Investigaciones Gino Germani
parentesco y a los lazos de sangre como fuente de legitimidad, este grupo se legitima a partir de un
vínculo político con las víctimas. Este vínculo aparece reforzado por la cercanía en la edad, en la
pertenencia política y por el hecho de haber sido perseguidos por el terrorismo de Estado.
Estos contenidos identitarios nos permiten comprender por qué se organizan a fines de la década
de 1990. Como afirma Feierstein (2007) los diferentes discursos y narrativas sobre el pasado
dictatorial silenciaron y deslegitimaron la autoridad moral de los sobrevivientes, o ―compañeros‖ en
este caso. Sus voces quedaron relegadas, respecto a las de los familiares, su expresión se redujo a los
testimonios en los tribunales, su capacidad de narrar fue cuestionada, sobre todo si apelaba a su
identidad política fuertemente estigmatizada. ―Uruguayxs en Argentina por los derechos humanos‖
surgió cuando este discurso hegemónico sobre el pasado reciente comenzaba a perder fuerza. En este
nuevo contexto era posible comenzar a expresar en público las voces de los sobrevivientes, de los
―compañeros‖, que ya no eran vistos como ―traidores‖ por haber sobrevivido a la represión.
Los testimonios y los documentos producidos por esta organización, coinciden en mencionar
sus orígenes en el año 1998, a partir de un reclamo particular, que se encuadraba dentro de reclamos
generales llevados a cabo por los organismos de derechos humanos, tanto en Argentina como en
Uruguay.
En este primer momento se orientaban a reclamar la remoción de Juan Carlos Blanco a su
puesto en el tribunal arbitral del Mercosur y de Julio Cesar Lupinacci embajador uruguayo en
Argentina. Ambos habían estado vinculados con el accionar represivo del Estado uruguayo durante la
última dictadura militar139. Estos objetivos iniciales, se vinculan a objetivos más amplios, como la
defensa de los derechos humanos en un momento en el que las leyes, tanto argentinas como
uruguayas, impedían juzgar a quienes habían cometido delitos de lesa humanidad.
Desde sus inicios llevaron a cabo una forma de activismo transnacional, ya que la situación de
impunidad, tenía sus particularidades pero se mantenía en ambos países. Este contexto permitía crear
lazos en función de un objetivo común con grupos de ambos países. El carácter transnacional del
reclamo, es evidente tanto en los organismos de derechos humanos uruguayos, como en las primeras
formas de activismo que surgieron en la colectividad durante la década de 1970. ―Uruguayxs en
Argentina por los derechos humanos‖ realiza desde su conformación una serie de acciones que los
vinculan tanto a organizaciones de derechos humanos uruguayas, como argentinas, dando lugar a una
forma de activismo por los derechos humanos con particularidades de ambos países.
139
Juan Carlos Blanco era canciller de Uruguay y Julio Cesar Lupinacci embajador uruguayo en Venezuela en
1976, ambos fueron condenados por la desaparición de Elena Quinteros, secuestrada de la embajada de
Venezuela en Uruguay ese mismo año.
178
Jornada Migraciones. Mesa 9
El transnacionalismo en las formas de conmemoración: la “Marcha del silencio”
La conmemoración central vinculada a los desaparecidos en Uruguay es la ―Marcha del silencio‖. Esta
movilización comenzó a realizarse en el año 1996, al cumplirse veinte años del secuestro y asesinato
de Zelmar Michelini, Héctor Gutierrez Ruiz140, William Whitelaw y Rosario Barredo141, ocurridos en
Argentina en el año 1976. La iniciativa original corresponde a Rafael y Felipe Michelini142, hijos de
Zelmar Michelini y pertenecientes al grupo político Nuevo Espacio. Ambos propusieron su realización
a Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, quienes llevaron a cabo la difusión y
el despliegue de la movilización (Bucheli, Curto, Sanguinetti, Demasi, & Yaffé, 2005).
La ―Marcha del silencio‖ tuvo un fuerte impacto en la opinión pública y continuó realizándose
anualmente con un alto nivel de concurrencia. Quienes asisten realizan un recorrido a pie desde el
Monumento a los Detenidos Desaparecidos de América Latina hasta la Plaza Libertad, en Montevideo.
Encabezando la movilización se encuentran los familiares con fotos de los desaparecidos y se
despliega una bandera con una consigna que varía de un año a otro. Durante el trayecto una voz en alto
parlante nombra a cada uno de los desaparecidos, ante la mención de cada nombre la multitud
responde: ―Presente‖. Al llegar a la Plaza Libertad se canta el himno nacional y luego los asistentes
aplauden en silencio.
En Argentina también se realiza una conmemoración simultánea a la ―Marcha del silencio‖ en
Uruguay. El ―Colectivo de Uruguayxs en Argentina por los derechos humanos‖ es el encargado de
organizar y difundir este evento. Abordaremos las particularidades de la organización y desarrollo del
mismo, como un ejemplo del transnacionalismo que se hace evidente en las prácticas del grupo.
La organización se lleva a cabo luego de una convocatoria abierta a grupos de la colectividad
uruguaya en Argentina, así como a organizaciones y ciudadanos argentinos que deseen participar. Se
realizan reuniones previas que comienzan tres semanas antes en algún espacio cedido por
organizaciones políticas o culturales argentinas. En estos espacios se debate el contenido de la
conmemoración, qué tipo de documento se leerá y cuáles serán las actividades elegidas para recordar a
los desaparecidos uruguayos. Se dividen las tareas organizativas que consisten en: conseguir el sonido,
obtener el permiso municipal, realizar la difusión previa y conseguir la consigna que encabezará la
marcha, entre otras.
A partir del trabajo de campo etnográfico pudimos observar que la organización previa al evento
reúne a diversos actores sociales tanto argentinos, como uruguayos residentes en Argentina y en
Uruguay. Entre las organizaciones uruguayas en Argentina, participan partidos políticos uruguayos
con presencia en el país, organizaciones de residentes y miembros de programas radiales. Estos se
140
Diputado del Partido Nacional.
141
Militantes del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros.
142
En 1996 ocupaban el cargo de senador y diputado por Nuevo Espacio, este sector político fue el protagonista
del relanzamiento del reclamo por los desaparecidos, que había sido borrado de la agenda pública luego del
plebiscito de 1989, en el que se votó la continuidad de la Ley de Caducidad.
179
Instituto de Investigaciones Gino Germani
encargan de la elaboración de los documentos y de la difusión. Además, colaboran organizaciones
culturales, sindicales y organismos de derechos humanos argentinos cediendo el espacio para las
reuniones, facilitando el sonido para el evento o mediante la elaboración y colocación de baldosas
conmemorativas. Por último, las organizaciones de derechos humanos del Uruguay envían la consigna
que encabezará el acto.
El homenaje se realiza en Buenos Aires, en la puerta del Hotel Liberty donde fue detenido
Zelmar Michelini, y tiene lugar a la misma hora que la ―Marcha del silencio‖ en Montevideo. Los
miembros del colectivo colocan banderas uruguayas, fotos de todos los desaparecidos uruguayos y
destacan las fotos de Zelmar Michelini, Héctor Gutierrez Ruiz, Wiliam Whitelaw, Rosario Barredo y
Manuel Liberoff143. En la vereda donde se realiza el homenaje se encuentran colocadas dos baldosas
conmemorativas realizadas en conjunto con organizaciones argentinas. Además, se coloca una bandera
que identifica el nombre del colectivo, otra con la consigna ―Basta de impunidad en Uruguay‖ y por
último un banner con la consigna que encabeza la ―Marcha del silencio‖ en Montevideo.
La concurrencia a estos actos varía de un año a otro. Se destaca la presencia de diplomáticos
uruguayos en Argentina, tanto del Consulado como de la Embajada, miembros de partidos políticos
uruguayos en Argentina, organizaciones de residentes, miembros del movimiento artístico,
representantes de los programas de radio de la colectividad, familiares de algunos de los desaparecidos
y, eventualmente participan políticos uruguayos. Además, se hacen presentes miembros de organismos
de derechos humanos argentinos pertenecientes al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia,
particularmente las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
La conmemoración consiste en la lectura de distintos documentos llevada a cabo por algunos
miembros del colectivo en colaboración con locutores de los programas de radio de la colectividad. Se
comienza agradeciendo la presencia de los asistentes, se lee la consigna que encabeza la marcha en
Montevideo, luego se leen ―semblanzas‖ de los cuatro asesinados por el terrorismo de Estado y de
Manuel Liberoff que aun continua desaparecido. Entre los datos biográficos que se seleccionan en
cada ―semblanza‖, se destaca la mención al partido o movimiento político al que perteneció cada uno,
los cargos públicos que ocuparon, la persecución que sufrieron -ellos y sus familias- y se hace especial
énfasis en su rol como denunciantes de las violaciones a los derechos humanos en el ámbito
internacional.
A continuación, tiene lugar la lectura de dos comunicados, uno elaborado por Madres y
Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y otro elaborado por el ―Colectivo de uruguayxs en
Argentina por los derechos humanos‖. El contenido del primer documento denuncia la situación de
impunidad y los hechos más recientes ocurridos en Uruguay vinculados a la temática. Otro de los
documentos es el que elabora el colectivo en las reuniones previas, luego de largas discusiones sobre
143
Médico nacido en Argentina y nacionalizado uruguayo al emigrar en 1944, fue miembro del Partido
Comunista Uruguayo. Al comenzar la dictadura en 1973 fue expulsado de Uruguay y regresó a la Argentina. El
19 de mayo de 1976 fue secuestrado en Buenos Aires y aún continúa desaparecido.
180
Jornada Migraciones. Mesa 9
su contenido. En este segundo documento suelen mencionarse hechos vinculados a las políticas de
derechos humanos en la actualidad, llevadas a cabo por el gobierno uruguayo que se resaltan como
positivas. Luego, se realiza una crítica ante el lento desarrollo de las causas judiciales por delitos
cometidos en la dictadura, se denuncian situaciones actuales de violaciones a los derechos humanos y
ciertos indicadores económicos relativos a los salarios, el desempleo juvenil y la contaminación. El
detalle con el que se enuncian los aspectos positivos como los negativos, da cuenta de una fuerte
vinculación con la realidad del país de origen, que también es evidente durante las discusiones sobre la
elaboración del documento.
Además, se mencionan las adhesiones al evento, que incluyen a organizaciones de uruguayos
residentes en otros países, organizaciones sociales, políticas y culturales de uruguayos en Argentina,
organismos de derechos humanos uruguayos, organizaciones sindicales argentinas y organismos de
derechos humanos argentinos. Por último, se leen poesías, de autores uruguayos y latinoamericanos.
Se reparten copias de las poesías a los asistentes y se realiza la lectura colectiva.
Conclusiones
El análisis que hemos desarrollado permite dar cuenta de las prácticas transnacionales vinculadas al
activismo por los derechos humanos. Dichas prácticas, en un contexto migratorio, favorecen
simultáneamente la conexión transnacional con el país de origen y la integración a la sociedad del país
receptor.
El fenómeno emigratorio fue una de las características sobresalientes de la dinámica poblacional
uruguaya, acentuándose la emigración por motivos políticos y económicos durante la dictadura.
Argentina, al ser uno de los principales países receptores de esa emigración, se convirtió en el
escenario donde se desarrolló parte de la resistencia al proceso dictatorial y donde continuó la
persecución y la represión, en su dimensión transnacional.
Las dictaduras del Cono Sur de Latinoamérica se asociaron para llevar a cabo la persecución de
determinados sectores de la sociedad más allá de las fronteras. De este modo, le otorgaron a la
represión y al terrorismo de Estado una dimensión transnacional. Las víctimas, sus familiares y sus
compañeros respondieron históricamente a dicha persecución por medio de organizaciones orientadas
a denunciarla en el ámbito internacional. Los grupos de migrantes que se reúnen en torno a la defensa
de los derechos humanos, desarrollan prácticas transnacionales al reclamar por la vigencia de derechos
internacionalmente reconocidos, sus demandas exceden las fronteras estatales. Estas prácticas lejos de
plantear una contradicción entre el país de origen y el de destino, les permiten vincularse con otros
grupos tanto argentinos como uruguayos, que llevan a cabo el mismo reclamo.
La colectividad uruguaya en Argentina mediante sus múltiples proyectos asociativos, ha
generado diversas formas de identificación, en torno a proyectos muy diferentes en cuanto a sus
objetivos y a sus formas de vinculación. El activismo por los derechos humanos desarrollado por el
181
Instituto de Investigaciones Gino Germani
―Colectivo de Uruguayxs en Argentina por los derechos humanos‖ permite reunir a representantes del
movimiento político, social y artístico en una misma conmemoración. Además, de fortalecer la
integración, mediante la relación con organizaciones argentinas y uruguayas.
El transnacionalismo vinculado al activismo por los derechos humanos, no solo es visible en el
contexto de la inmigración uruguaya en Argentina, además aparece ligado a los organismos de
derechos humanos uruguayos desde su surgimiento. La ―Marcha del Silencio‖, como conmemoración
central vinculada a las memorias sobre el pasado reciente, adquiere una dimensión transnacional desde
su primera realización en 1996. El homenaje realizado en Montevideo se refiere a hechos ocurridos en
Buenos Aires. Luego, comienza a desarrollarse la conmemoración simultáneamente en ambas
ciudades. Estas actividades, a pesar de adquirir características particulares en cada contexto, continúan
sosteniendo el mismo reclamo a lo largo del tiempo.
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183
Mesa 10
Migraciones e integración regional: nuevos
espacios, nuevos paradigmas, nuevos
desafíos
Coordinadoras: Velia Cecilia Bobes (FLACSO México), Vanina
Modolo (IIGG, UBA), Susana Novick (IIGG - CONICET - UBA) y
Mariana Winikor Wagner (CONICET - UBA).
Comentaristas: Vanina Modolo (IIGG, UBA) y Mariana Winikor
Wagner (CONICET - UBA).
Jornada Migraciones. Mesa 10
La integración socio-cultural en el Mercosur:
reflexiones en torno al turismo intra-regional a través de las diversas escalas
Bárbara Catalano144 y Elaine Russi145
Introducción
Los flujos poblacionales ya sea los migratorios como los turísticos constituyen movilidades sociales
(Coles, Hall, & Duval, 2006) en constante crecimiento generando dinámicas complejas asociadas
también a las formas de pensar la integración regional en un momento en el que los ensamblajes entre
los Estados y las sociedades vislumbran vientos de renovación y cambios acorde a los nuevos ejes que
demarcan una globalización inmanente.
Por ello deviene la necesidad de repensar al Mercosur como un bloque dinámico y plural en el
que convergen no solo la circulación de bienes y servicios, la cooperación política e institucional, sino
también la interculturalidad, producto principalmente de interacciones y relaciones sociales entre sus
habitantes.
En este sentido, este trabajo constituye un esfuerzo en evidenciar el crecimiento que el turismo
regional ha presentado en las últimas décadas, especialmente al que se refiere a la modalidad VFR
(visiting friends and relatives), sus implicaciones en el proceso de integración y la forma en la que el
turismo emerge en el plano institucional del bloque.
Se analizan dos esferas que se consideran no solamente cercanas, sino también complementarias
para el entendimiento y conducción de los flujos migratorios e inter-relaciones que se desarrollan a
partir del turismo en general y la modalidad VFR en particular: el Mercosur Turismo y el Mercosur
Cultural. Los principios que los orientan, las acciones que devienen de sus políticas, los intentos y
fragilidades que presentan desde la creación del bloque serán los puntos que conducen a reflexionar
sobre las posibilidades de fortalecer un nuevo Mercosur más allá de sus aspectos económicos.
La integración es un proceso multidimensional que supone el encuentro entre aspectos políticos,
económicos, sociales y culturales. Aunque tal proceso pueda darse de forma espontánea en las
fronteras, en las relaciones que conforman la vida cotidiana de grupos o comunidades o en prácticas
autónomas como el turismo, reconocemos también que el Mercosur no se trata de un proyecto
apolítico.
Se considera que el análisis sobre el funcionamiento de ambas esferas puede invitar a la
reflexión y promoción de políticas que den lugar al pluralismo y promuevan un intercambio fructífero
entre la diversidad cultural, condición esencial para emprender un proyecto participativo que
144
Magister en Procesos de integración regional - Mercosur (UBA). Becaria doctoral CONICET (IIGG). E-mail:
catalano81@gmail.com.
145
Magister en Procesos de integración regional - Mercosur (UBA). E-mail: elacrisrussi@gmail.com.
185
Instituto de Investigaciones Gino Germani
permanezca más allá de los acuerdos comerciales y resulte en mejores condiciones de vida para las
sociedades del bloque.
Integración regional, el caso del turismo en el Mercosur
El Mercosur es un bloque de integración regional políticamente consolidado a través del Tratado de
Asunción en el año 1991 con el nombre de Mercado Común del Sur (Mercosur) conformado por
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. En sus orígenes surge con el objetivo primordial de conformar
una unión aduanera, liberalizar el comercio y posicionar a sus miembros en la economía mundial,
mientras que hoy en día, los objetivos reales e ideales traspasan las fronteras económicas dando lugar
a nuevos y complejos entramados que, aunque subsidiarios de la integración económica, permiten
concebir a la integración a través de las otras esferas de la vida política y social que atraviesan los
Estados y las poblaciones que integran el bloque.
Se incluyen entre tantas otras la dimensión social, productiva y cultural y ésta ampliación de
competencias y áreas de integración -basándose siempre en un diseño institucional intergubernamental
e inter-presidencialista- (Briceño Ruiz, 2011), incluyó al sector del turismo. Si bien no fue considerado
como prioritario en el conjunto de actividades y áreas de trabajo del Mercosur, comenzó a tratarse en
el ámbito institucional y en los grupos de trabajo ya a finales de la década del noventa. Además, hubo
una continuidad en la discusión institucional sobre el turismo que siguió hasta la actualidad con una
cada vez mayor significancia para la visión de integración regional que los funcionarios representantes
de los países miembros manifiestan.
El avance institucional en torno al turismo en el Mercosur
Considerando la importancia que el turismo representa para toda la región, hoy se llevan
a cabo dos instancias de discusión intergubernamental, las Reuniones de Ministros de
Turismo (RMTUR) y las Reuniones Especializadas de Turismo (RET) para tratar los temas
que competen a los cuatro países del Mercosur146, en el desarrollo de la actividad.
El tratado de Asunción expresa la necesidad de ampliar las actuales dimensiones de los
mercados nacionales, a través de la integración, mediante el más eficaz aprovechamiento de
los recursos disponibles, la preservación del medio ambiente, el mejoramiento de las
interconexiones físicas, la coordinación de las políticas macroeconómicas y la
complementación de los diferentes sectores de la economía, con base en los principios de
gradualidad, flexibilidad y equilibrio. Por un lado, el turismo es una actividad económica en sí
146
En ocasiones también participan los representantes de los miembros asociados a estas reuniones.
186
Jornada Migraciones. Mesa 10
misma, dado el ingreso de divisas que genera, pero por otro, es reactivadora de otras aéreas
económicas. Y en este sentido es clave la coordinación de políticas macroeconómicas para
orientar la actividad hacia un mismo horizonte.
Dado que el Mercosur requiere del tratamiento de temas no incluidos en los Subgrupos
de Trabajo establecidos en el Anexo V del Tratado de Asunción, por medio de la resolución
Nº 12/91, desde el GMC, se da origen a las Reuniones Especializadas de Turismo (RET) que
tiene como función proponer al Grupo Mercado Común medidas tendientes a coordinar sus
respectivas políticas turísticas. Por otra parte, desde la órbita del Consejo del Mercado Común
(CMC) en 2003 por medio de la DEC Nº 12/03 se dio inicio a la Reunión de Ministros de
Turismo (RMTUR) contemplando que para la profundización del proceso de integración del
Mercosur, resultaba conveniente tratar determinados asuntos a nivel ministerial o a nivel de
funcionarios de jerarquía equivalente. En este marco, la RMTUR tiene como función
proponer al Consejo del Mercado Común, medidas tendientes a la coordinación de políticas
para promover la difusión del turismo entre los países del Mercosur, así como el incremento
del flujo de turistas de terceros países hacia los Estados Parte.
Desde la creación de ambas reuniones se abordan diversas cuestiones relacionadas al
desarrollo del turismo a nivel regional y se ha avanzado en temas, como por ejemplo, la
eliminación de los límites para la obtención de divisas y cheques de viajeros relacionados con
los servicios de turismo y de viajes - Resolución GMC Nº 43/92. Otra de las medidas de
tratamiento conjunto es el de la facilitación de fronteras o la promoción conjunta en destinos
lejanos147. Ésta última ha estado vigente en la agenda de las Reuniones del Mercosur desde
hace ya varios años y sentó un buen precedente, permitiendo llevar adelante programas
concretos de promoción del turismo en el Mercosur en destinos extrazona. Otra de las
medidas de relevancia fue la implementación de un Fondo de Promoción Turística del
Mercosur, fortaleciendo con ello la imagen regional en otras partes del mundo fomentando de
esta manera la promoción conjunta. Entre otras medidas vinculadas se destacan, por un lado,
el proyecto para la creación de una patente única vehicular Mercosur, con el fin de facilitar y
agilizar circulación, identificación y fiscalización de vehículos en los Estados Parte148 y por
147
Un caso exitoso y paradigmático fue la Oficina de Promoción turística conjunta en Tokio a través de la cual
se ha evidenciado un incremento de turistas provenientes de ese lugar de origen (Catalano, 2014).
148
Mediante la Decisión CMC 53/10, se constituyó un grupo ad hoc para la elaboración e implementación de
esta Patente la cual deberá presentar un Emblema Representativo del Mercosur.
187
Instituto de Investigaciones Gino Germani
otro, la iniciativa del desarrollo de circuitos turísticos integrados149 con el fin de promover la
circulación de personas y fomento del turismo intrarregional150.
A pesar de las iniciativas y avances que se gestaron en el marco supranacional también
se observan medidas y políticas públicas que fueron implementadas a nivel unilateral o
bilateral por parte de las autoridades de aplicación de turismo de ciertos países y que estarían
atravesadas indirectamente por un ánimo de profundizar la integración a través del turismo.
Entre ellas se destacan: Tarifa Mercosur151, Cooperación binacional Argentina – Paraguay
(FOAR), política de feriados, controles de cambios, turismo receptivo y receptivo
intrarregional (Catalano, 2014), entre otras.
De lo dicho anteriormente es posible conocer el terreno cada vez mayor que ha ganado
el turismo en el Mercosur como tema objeto de tratamiento y discusión, no solo desde el
fortalecimiento del turismo intrarregional sino también desde la promoción conjunta de los
países del bloque en el exterior. Como fenómeno multi-escala desde la política turística -ya
sea nacional como internacional regional- se observa una toma de conciencia sobre lo que el
fenómeno acarrea, principalmente por ser transversal a muchas otras disciplinas y actividades
económicas y porque permite una mayor cohesión social producto del aprendizaje de la
cultura del otro en este repensar la integración regional traspasando las fronteras económicas.
Flujos turísticos en Mercosur más Chile
Dada la magnitud que acarrea el turismo en el bloque del Mercosur, surge el interrogante sobre cómo
se desarrolla el entramado de flujos turísticos que van, vienen y circulan entre los países de la región,
siendo éstos los hilos conductores que engloban las movilidades, creando un sistema integrado,
percibido desde la escala global como un conjunto de países, o constelación de países unidos por los
flujos de personas (Glick Schiller & Salazar, 2013).
Por ello, a continuación se esboza una síntesis de un estudio cuantitativo que permite dar cuenta
de la significancia del turismo medido en llegadas internacionales, el turismo receptivo intra-regional
y el extra-regional para dimensionar la magnitud que representa la circulación y movimientos de
personas, cultura, objetos, divisas, en una región determinada, a saber: Mercosur más Chile.
149
Acta de Reunión de Ministros de Turismo N° XIII, 01/14.
150
Acuerdos y Decisiones relevantes en materia de turismo en Mercosur: DEC. Nº 18/08 - Acuerdo sobre
documentos de viaje de los Estados Parte del Mercosur y Estados Asociados. Acuerdo para la concesión de un
plazo de noventa días a los turistas nacionales de los Estados Parte del Mercosur y Estados Asociados,
20/07/2006, MERCOSUR/CMC/DEC. N° 24/09 - Fondo de promoción de turismo del Mercosur.
151
Se implementan tarifas diferenciadas, con preferencia a los ciudadanos Mercosur con tarifas menores en
relación a otros turistas provenientes de otros países. Ejemplo: Parque Nacional Iguazú o Parque Nacional Los
Glaciares.
188
Jornada Migraciones. Mesa 10
Asimismo, se esbozan las líneas de intersección entre la representatividad de esos flujos y las índices
de turismo intrarregional con la idea de integración social como uno de los ejes a través de los cuales
se aborda a los procesos de integración regional (Liphart, 1964; Nye, 1968)152. Cabe mencionar que la
intensidad de flujos de turismo puede incidir en la integración de manera positiva o negativa y que el
volumen de los flujos de turismo internacional es solamente una de las dimensiones para analizar la
integración entre los países.
A partir de dimensionar el turismo en cifras (llegadas), se realiza una segmentación de los
destinos en tres categorías (véase Cuadro 2). Se considera a Brasil y Argentina como el primer grupo
de países que representan el 62 % de los turistas que recibe la región, reflejando estas tasas la cantidad
de 11.384.312 turistas internacionales para el año 2013153. Al observar la participación del turismo
receptivo que recibe Argentina y Brasil en el periodo 2001-2013, si bien se han incrementado los
ingresos, la participación en el total que la región recibe prácticamente se ha mantenido. Esto es que
para el año 2001 estos dos países representaron el 64% del total que recibe la región, que en ese
entonces fueron 7.393.039 turistas154. Luego, Chile y Uruguay representa la segunda categoría de
países, dado que para el año 2001 ambos países representaron el 34% de la región siendo este
porcentaje el equivalente a 3.859.553 turistas155. Vemos que esta magnitud se mantiene, si bien ha
cambiado la proporción de cada país dado que Chile ganó mayor representatividad para el año 2013 el
grupo de los dos países reflejan el 34% de los turistas recibidos a toda la región, traduciendo esta tasa
a las cifras de 6.391.526 turistas156. Finalmente, Paraguay con características muy distintas al resto de
los países de la región. La afluencia de turistas extranjeros que recibe es muy poco significativa en
relación al resto de los países, por ello es que se lo considera como el país más vulnerable y más
dependiente del turismo regional, como se verá a continuación en el análisis sobre la
intrarregionalidad de los flujos.
152
Según estos autores el turismo se convierte en un factor indicador de integración, principalmente con la
analogía de transacciones de bienes entre países, pero en este caso con las transacciones de población, flujos de
personas, ya sea profesionales, estudiantes, migrantes o turistas.
153
Para Argentina 5.570.970 y Brasil 5.813.342 turistas internacionales recibidos, correspondientes al año 2013.
154
Para Argentina 2.620.464 y Brasil 4.772.575 turistas internacionales recibidos, correspondientes al año 2001.
155
Para Uruguay 2.136.446 y Chile 1.723.107 turistas internacionales recibidos, correspondientes al año 2001.
156
Para Uruguay 2.815.322 y Chile 3.576.204 turistas internacionales recibidos, correspondientes al año 2013.
189
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Cuadro 1
Llegadas de turistas internacionales a Argentina, Brasil, Uruguay,
Paraguay y Chile, en el periodo 2001-2013
Años
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Argentina 2.620.464 2.820.039 2.995.271 3.456.526 3.822.666 4.172.533 4.561.743 4.700.492 4.307.666 5.325.130 5.704.650 5.586.903 5.570.970
Brasil 4.772.575 3.784.898 4.132.847 4.793.703 5.358.170 5.017.251 5.025.834 5.050.099 4.802.217 5.161.379 5.433.354 5.676.843 5.813.342
Países
Uruguay 2.136.446 1.353.872 1.508.055 1.870.858 1.917.049 1.824.340 1.815.281 1.997.884 2.098.780 2.407.676 2.960.155 2.845.989 2.815.322
Paraguay 278.672 250.423 268.175 309.287 340.845 388.465 415.702 428.215 439.246 465.264 523.740 579.305 609.901
Chile 1.723.107 1.412.315 1.613.523 1.785.024 2.027.082 2.252.952 2.506.756 2.698.659 2.759.695 2.800.637 3.137.285 3.554.279 3.576.204
TOTAL 11.531.264 9.621.547 10.517.871 12.215.398 13.465.812 13.655.541 14.325.316 14.875.349 14.407.604 16.160.086 17.759.184 18.243.319 18.385.739
Fuente: Para Chile entre 2001-2008: Sernatur y para 2009-2013: OMT (Organización Mundial de Turismo).
Resto de los países: OMT. Gobierno de Chile, Ministerio de Economía, Fomento y Turismo. Barómetro del
Turismo. Informe a noviembre de 2015.
Cuadro 2
Agrupación de países de la región Mercosur más Chile,
según cantidad de turistas recibidos
Representatividad Cantidad de turistas
Características de los países Países
Año 2001 Año 2013 Año 2001 Año 2013
Mayor afluencia y representatividad Argentina y Brasil 64% 62% 7.393.039 11.384.312
Afluencia intermedia Chile y Uruguay 24% 25% 3.859.553 6.391.526
Poca representatividad Paraguay 2% 3% 278.672 609.901
Fuente: Elaboración propia en base a los datos provistos por la OMT.
Asimismo, cabe destacar lo representativo del turismo intrarregional, por ejemplo considerando
los valores del año 2013, éste se manifiesta a través de una tasa de turismo intrarregional
correspondiente al 57%. Este porcentaje es relativamente más alto en relación, por ejemplo, al caso de
la Comunidad Andina de Naciones (Catalano, 2013) y menor al caso de la Unión Europea (Olalla
Porras, 2002). Esta proporción no presentó grandes variaciones en el tiempo (Catalano, 2015)157 si
comparamos la misma matriz con el año 2002, mientras que sí hubo un reacomodamiento de las
orientaciones de los flujos reflejado principalmente por el aumento significativo del turismo receptivo
en Argentina, que se profundiza en los últimos años revelándose como el mayor emisor de turismo
hacia el resto de los países de la región (en términos porcentuales).
157
En este trabajo se exponen los datos sobre turismo intrarregional, valores absolutos y porcentuales
correspondientes a los años 2002 y 2013.
190
Jornada Migraciones. Mesa 10
Cuadro 3
Cantidad de turistas internacionales recibidos por cada país
(Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile), segmentados por país de origen
(nacionalidad), para el año 2013
Destino
Argentina Brasil Uruguay Paraguay Chile Total S ubregión
Argentina - 1.711.491 1.648.343 271.897 1.362.752 4.994.483
Brasil 1.083.250 - 392.992 191.451 362.162 2.029.855
Uruguay 743.465 262.512 - 12.801 36.291 1.055.069
Origen
Paraguay 642.355 268.932 43.636 - 29.418 984.341
Chile 1.098.302 268.203 54.474 11.042 - 1.432.021
Subtotal 3.567.372 2.511.138 2.139.445 487.191 1.790.623 10.495.769
Resto del Mundo 2.003.598 3.302.204 675.877 36.663 1.785.581 7.803.923
Total 5.570.970 5.813.342 2.815.322 523.854 3.576.204 18.299.692
Fuente: Elaboración propia en base a los datos provistos por la OMT.
Cuadro 4
Porcentaje de turismo internacional que recibe cada país
(Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile), segmentados por país de origen
(nacionalidad), para el año 2013, basados en el Cuadro 3
Destino
Argentina Brasil Uruguay Paraguay Chile Total S ubregión
Argentina - 29 59 52 38 27
Brasil 19 - 14 37 10 11
Uruguay 13 5 - 2 1 6
Origen
Paraguay 12 5 2 - 1 5
Chile 20 5 2 2 - 8
Subtotal 64 43 76 93 50 57
Resto del Mundo 36 57 24 7 50 43
Total 100 100 100 100 100 100
Fuente: Elaboración propia en base a los datos provistos por la OMT.
Por lo dicho anteriormente, y a través del registro de los datos sobre el turismo en el marco de
un proceso de integración regional, deviene la necesidad de dimensionar la magnitud que representan
estos movimientos poblacionales y que contribuyen hacia una profundización en los estudios
regionales a partir de metodologías cualitativas en el abordaje de este fenómeno que es el turismo. No
conviene descansar en el pragmatismo y limitado enfoque de los datos estadísticos158 y deviene
necesario avanzar en la indagación y problematizar a la integración en construcción cuyos cimientos e
hilos conductores constituyen poblaciones en movimiento que traen y llevan culturas, tradiciones, usos
158
Así, también lo mencionan Rojek y Urry (2007): ―So while the collecting and analysis of the flows of visitors
within and between countries, including the number of nights that they stay and so on, is crucially important
data, we will not seek to reduce the tourism phenomenon to such an operational definition‖ (p. 2).
191
Instituto de Investigaciones Gino Germani
y costumbres propios de su lugar de origen o residencia. Por ello deviene la necesidad de repensar la
integración regional focalizando en la integración social producto de las culturas móviles (Urry, 2007)
y de la construcción de una región que traspase los enfoques tradicionales y avance hacia la
concepción de un territorio marcado por los emblemas identificadores de los pobladores que lo habitan
y lo transitan libremente (Segato, 2006: 131).
Repensar la integración a través del turismo en el dominio de la micro-escala
El turismo internacional está basado en intercambios de sociedades y requiere ser confrontado con un
relevamiento y trabajo empírico que recolecte los datos que facilitan el entendimiento, al menos
cuantitativo de los desplazamientos provocados por la industria turística. Por ello, el turismo debe ser
estudiado bajo las dinámicas que suceden en la escala global en su articulación con el micro-nivel
(Meethan, 2001: 6), a través de las experiencias turísticas, subjetividades e interacciones
características del turismo como práctica social (Bertoncello, 2002). En este sentido, se propugna por
un avance en el conocimiento sobre el turismo hacia la complejización de los abordajes, desdibujando
sus fronteras disciplinares y de nivel. Así referimos la siguiente cita del antropólogo Salazar quien
esboza:
El universalismo y el particularismo deben conjugarse para entender mejor la
forma como el turismo, como fenómeno complejo, puede influenciar las
identidades específicas y ser influenciado él mismo en un mundo altamente
interconectado. Más que un pensamiento binario sobre lo global-local, se presenta
un empoderamiento en ambas escalas que ayudará a la producción de recuentos de
globalización antiesencialistas (Salazar, 2006: 117).
Con ello se evidencia nuevamente la necesidad del abordaje totalizador con discernimiento de
escalas sin perder de vista las limitaciones y alcance de cada una.
De lo anterior se desprenden reflexiones preliminares de un estudio de caso exploratorio que
versa sobre la integración del turismo a través de la modalidad de turista VFR (visiting friends and
relatives) y su vinculación con las migraciones.
Migración y turismo VRF, una modalidad de turismo que integra
Los movimientos poblacionales son un aspecto característico de la globalización y de las
transnacionalización de la sociedad actual (Bauman, 1999), siendo el turismo y las migraciones una
forma de ello, presentando ciertos puntos de conexión (Backer & King, 2015; Otero, 2009; Williams
& Hall, 2000) que se evidencian no solo desde la macro escala en relación a las orientaciones y
magnitudes de estos flujos, sino también a partir de las motivaciones, interacciones y prácticas de los
turistas con la población residente. Uno de los enlaces entre las migraciones y el turismo se exhibe a
192
Jornada Migraciones. Mesa 10
través de la modalidad sesgada por motivación159, a saber: visitar amigos y familiares. Para el caso de
Argentina, por ejemplo, según la metodología implementada por el MINTUR (Ministerio de Turismo
de Argentina) e INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo) a través de la encuesta ETI
(Encuesta de Turismo Internacional)160 se definen los siguientes conceptos sobre los cuales se indaga a
los turistas internacionales al momento de ingresar y egresar al país. Así, la tipología por VFR 161 está
dentro del segundo motivo luego de "ocio, vacaciones y recreación". Como se observa a continuación,
para el caso de Argentina, los viajes por esta motivación se han incrementado en los últimos años.
Fenómeno que también lo ha abordado Larsen y Urry (2006) en el capítulo 4 de Mobilities, networks,
geographies, donde se menciona un cambio de paradigma en las concepciones de los viajes a través de
una supuesta des-exotización del viaje que implicaría una cada vez mayor importancia hacia los viajes
por motivos distintos al clásico: ―búsqueda de lo exótico‖ que predomina en la literatura clásica que
aborda las motivaciones del turista. Se presume así, que existe una tendencia a la socialización del
turismo y se observan cada vez más viajes cuyos motivos principales radican en: visitar a amigos y
familiares, asistir a eventos sociales, tales como casamientos, cumpleaños, festejar con los seres
queridos días festivos tales como navidad o año nuevo (Larsen, Urry & Axhausen, 2006).
Cuadro 5
Llegadas de turistas internacionales al aeropuerto internacional de Ezeiza
y Aeroparque162, según motivo de viaje, entre 2006-2014
MOTIVO DE VIAJE 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
TOTAL 2.146.686 2.387.187 2.404.971 2.082.599 2.647.960 2.692.132 2.568.201 2.385.171 2.466.728
Vacaciones y ocio 1.339.590 1.401.224 1.460.872 1.180.259 1.616.549 1.601.453 1.467.596 1.247.905 1.188.747
Visita a familiares y/o amigos 345.185 413.465 408.668 414.142 419.489 457.653 516.140 515.204 649.259
Negocios (conferencias/Congresos/exposiciones/otros)
361.881 467.862 435.067 388.276 486.866 500.562 441.941 469.293 498.856
Otros 100.030 104.636 100.364 99.922 125.056 132.464 76.594 76.237 58.854
Estudio 65.930 76.532 71.012
159
Por ―motivo principal del viaje‖ se entiende al motivo que determina la realización del viaje. Se habla de
motivo principal porque es frecuente encontrar situaciones en las que se combinan más de un motivo: ocio y
negocios, visita a familiares y estudio, etc.
160
Encuesta de turismo internacional.
161
Visita a familiares o amigos: se incluyen también aquí las visitas efectuadas para cuidar enfermos o asistir a
exequias de familiares o amigos. (INDEC/MINTUR).
162
A partir del año 2011 en se efectúa una modificación en la ETI a partir de la cual se incorpora la categoría de
"estudio" en motivaciones y se desagrega la categoría ―Negocios‖ diferenciando los viajes para asistir
conferencias y congresos de otros negocios. A su vez se le agrega la ―recreación‖ al primer motivo.
193
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Estudio
Otros
Negocios
(conferencias/Congresos/exposici
ones/otros)
Visita a familiares y/o amigos
Vacaciones y ocio
Fuente: Elaboración propia en base a datos provistos por MINTUR.
Es posible advertir factores que propiciarían la integración regional a través de las experiencias
turísticas que se dan en el marco de las tipologías de visiting friends and relatives y que conllevaría
una íntima relación con los migrantes que se constituyen en un determinado destino y que son el móvil
del turista hacia visitar el destino163.
Hay ciertas particularidades del turista que visita a familiares y amigos conducentes hacia una
vinculación entre éste y el lugar visitado y la cultura local. En algunos casos estudiados164 se presume
que este turista presenta una tasa de retorno mayor al tipo de turista convencional, y en la condición
temporal y extensión de la estadía del visitante se infiere un mayor relacionamiento con el lugar
visitado a través del aprendizaje acumulado en la sumatoria de las experiencias en las que el visitante
tuvo contacto con lo local, lo exótico, lo extraordinario, que se fue haciendo cada vez menos ajeno y
más familiar pero siempre por aspiraciones nuevas hacia lo desconocido en relación a la historia,
cultura y particularidades que caracterizan a un destino específico.
A pesar de que los estudios sobre turismo y viajes se han intensificado y mejorado notablemente
en los últimos años, los VFR no tienden a aparecer muy seguido en la literatura, más bien se los omite
o se los pasa por alto. Se presiente una prioridad por el tipo de turista convencional, que es más
consumista, estereotipado y predecible (Margulis, 2006), o bien sobre la estructura social de la visita
turística, su carácter de ritual (MacCannell, 2003) y las regularidades por las que es posible abstraer
ciertos rasgos y generar pautas de conductas que remitan a una teoría del turista. Sin embargo, el VFR
es una de las formas más antiguas de viajar (Backer & King, 2015) conteniendo notables aspectos
interesantes a analizar, tales como las distintas formas de contemplar y de construir la mirada turística
(Urry, 1996) sobre la base de encontrarse sin ataduras ni reglamentos que sesguen la libertad
característica de esta forma de utilización del tiempo libre. ¿Sería posible encontrar en este sentido
cierto paralelismo con la tipología de turista posmoderno (Cohen, 1984; Urry & Lash, 1998) y el
163
Igualmente no siempre sucede que la conexión es con el migrante (Dwyer, Seetaram, King & Forsyth, 2015),
puede darse que el turista visite a un amigo residente nativo o no, que haya conocido en otro sitio o en su lugar
de origen, o en un evento, etc.
164
Producto de un relevamiento de tesis doctoral sobre turismo e integración socio-cultural, caso ciudad de
Buenos Aires, turistas del Mercosur.
194
Jornada Migraciones. Mesa 10
turista des-exotizado de Larsen, siendo ambas características que se enmarcan en un mundo en red,
globalizado, y postindustrial?
Por ello deviene un repensar en estas formas alternativas en las que las poblaciones comulgan y
encuentran, comparten e intercambian aspectos socio-histórico-culturales de lo otro. Y partiendo de
que el consumo cultural a través del turismo propicia un conocer particularidades de ello que
visitamos, el VFR, dadas las características de tasa de retorno y de estadía más prolongada presenta
formas de interactuar y de realizar determinadas prácticas turísticas con un mayor compromiso en su
ambición de conectarse con el lugar y sitios visitados.
Esto implica reconocer que el objetivo de conformar un mercado común, que impulsó el
nacimiento del Mercosur presupone actualmente, no solo el tratamiento de exenciones impositivas en
la comercialización, sino también la circulación de personas que, con su bagaje cultural, atraviesan
fronteras para encontrarse con un ―otro‖ cuyos referentes trascienden los antes establecidos por su
identidad nacional. Los resultados de este encuentro pueden reflejar distintas situaciones, desde el
rechazo entre pueblos hasta la complementación de sus intereses, lo que va a depender del modo cómo
estas relaciones son tratadas durante el proceso.
Por esta razón, la cultura se presenta no solo como variable decisiva de la integración sino
también como herramienta clave en la conducción de las relaciones ―intra‖ y ―extra muros‖. Este
reconocimiento, se da en un momento en el cual -pasado más de tres décadas de globalización y de
crecientes números de acuerdos regionales- la superación de límites territoriales, de manera física o
virtual permite un contacto más intenso con la diversidad. Los datos que vimos hasta acá respecto al
crecimiento del turismo y la dinámica social que se desarrolla a partir del VFR dan fe de la
importancia de poner en relieve el entendimiento sobre las relaciones que fluyen del proceso
integracionista.
Asimismo, si pensamos en una vía de continuidad, entendimiento o incluso de incentivo al
turismo de un modo general, se hace imprescindible reconocer que la cultura actualmente contribuye
con planes de desarrollo, atribuyéndoles valores que incluso exceden su dimensión simbólica. El
aumento de intercambios y flujos migratorios turísticos relacionados a las industrias culturales y
actividades del sector cultural cobran relevancia por su incidencia en la economía, representando un
universo que crece y se destaca principalmente en las economías centrales.
Estas consideraciones han permitido que la cultura gane lugar en el discurso político del
Mercosur, sin embargo, la dimensión cultural todavía es una esfera de poco interés, realidad que se
expresa por la baja institucionalidad que ejerce dentro del bloque, por la escasez de acciones concretas
que den cuenta de trazar lineamentos que corroboren a una política cultural definida y,
consecuentemente, por el vago reflejo en las sociedades lo que se abordará a continuación a modo de
presentar el Mercosur Cultural (de ahora en adelante MC).
195
Instituto de Investigaciones Gino Germani
¿Qué es la cultura para el Mercosur?
Cuando se oficializa el Mercosur en 1991, la cultura queda en el olvido y no se destina a ella ningún
espacio en el Tratado de Asunción. Un año más tarde, se llevan a cabo en Brasilia dos reuniones entre
representantes del sector cultural de los Estados partes, con el objetivo de incluir en el bloque la
discusión sobre las cuestiones culturales de la integración, lo que se concreta efectivamente en 1992,
con la creación de la Reunión Especializada en Cultura (REC). La primera REC se desarrolló en
Buenos Aires en 1995, y con ello comenzó a vislumbrarse una iniciativa oficial en el énfasis de la
dimensión cultural, lo que se vio cristalizado en el ―Memorandum de Entendimiento‖ (1995), firmado
por Ministros y autoridades de los Estados partes lo que inaugura la base teórica del MC y expresa los
temas de interés y objetivos que persisten en casi toda su historia.
La primera contribución del Memorandum165 a la consolidación del MC se refiere al concepto
de cultura que le atribuye a esta esfera, lo cual conlleva la capacidad para cumplir con una serie de
demandas políticas, económicas y socio-culturales. El documento expresa una interpretación de la
cultura como soporte para el desarrollo socio-cultural y acompañando los desafíos de la democracia.
En este sentido, la cultura es entendida no solo como el camino para alcanzar el respecto por la
identidad cultural de cada país y reconocimiento de la ―pluralidad‖ mercosureña, sino también generar
mejores condiciones de vida a ella, atributos que justifican su contribución al proceso integrador.
La sinergia entre cultura y desarrollo es reforzada en los tres principales documentos que
definen los principios teóricos y orientan las acciones del MC durante su trayectoria: el Memorándum
de Entendimiento (1995), el Protocolo de Integración Cultural (Acta de Fortaleza, 1996) y la
Declaración de Integración Cultural del MERCOSUR (2008). Tal asociación enaltece la cultura
apuntando a su doble capacidad de impulsar la aproximación entre los pueblos y auxiliar también en el
cumplimiento de los desafíos político-económicos.
En esta línea, organismos internacionales, tales como el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) y el Banco Mundial, redirigen sus esfuerzos a proyectos destinados a la recuperación del tejido
social. Tales proyectos estimulan una revalorización del capital social y contribuyen a afirmar la
importancia de la inversión en la sociedad civil y en la cultura, elementos a los que se consideran
esenciales para revitalizar el proceso (Yúdice, 2002: 28). Como afirma Yúdice, la cultura pasa a
adquirir otras funciones que ultrapasan el carácter puramente simbólico que se le confiere en las
conceptualizaciones etnocéntricas o esencialistas. La cultura ha ganado espacio en la política y en la
economía, a través del reconocimiento de su capacidad de responder a objetivos diversos, los cuales
165
―Que a cultura constitui a base fundamental do desenvolvimento social e das transformações no campo da
produção, assim como o sustento da consolidação democrática dos povos da região, e que cumpre um papel
decisivo no resgate dos setores mais postergados de seus países, especialmente dos jovens, mulheres e etnias
historicamente discriminadas e desfavorecidas; Que a herança comum dos povos latino-americanos, e
particularmente dos países do Mercosul, é um poderoso fator de aproximação capaz de facilitar sua integração
política e econômica‖. (Memorandum de Entendimento, 1995).
196
Jornada Migraciones. Mesa 10
incluyen desde la resolución de conflictos sociales hasta el crecimiento económico. Todo ello,
representa una realidad que marca la transición del interés por sus contenidos a una
instrumentalización de su concepto como recurso (Yúdice, 2002).
Esta tendencia se ve claramente en el discurso del MC donde la cultura, contenedora de diversos
atributos, es aludida no solo como recurso para promover la cercanía entre la esfera política y la social,
sino también como herramienta que justifica la importancia económica del capital humano, elementos
que parecen cumplir la función de llenar los huecos democráticos existentes en el bloque y justificar la
existencia de una dimensión cultural.
La Reunión de Ministros de Cultura (RMC) y la consolidación de la dimensión cultural: la base
institucional y el funcionamiento del MC
En 1995, a través de la decisión CMC/DEC. Nº 2/95, el Consejo del Mercado Común aprueba la
Reunión de Ministros de Cultura (RMC) bajo la premisa de que elevar la temática cultural a una
instancia ministerial podría contribuir al avance en la integración cultural. Por otra parte, en 1996 se
crea el Parlamento Cultural del MERCOSUR (PARCUM) y el Fórum MERCOSUR Cultural.166 A
pesar de que se avanzó en la creación de esas instancias de tratamiento de la cultura en el Mercosur, se
evidenciaron ciertas falencias internas y una dificultad en implementar un espacio ciudadano que
coordine acciones en conjunto con la esfera política. Su frágil estructura, concentra las discusiones
teóricas e iniciativas a cargo de los ministros o de exponentes máximo del sector cultural de cada país
y no permite que su trabajo exceda el ámbito de la esfera formal y se desarrolle en coparticipación con
la sociedad (Russi y Baez, 2012). Por lo anterior se desprende que todavía no ha podido sobrepasar los
déficits funcionales y democráticos que conllevan la propia institucionalidad del bloque, diseñada en
el Protocolo de Oro Preto y fundamentada por el estilo de integración al que se ha adoptado. La
ausencia de una visión más integral sobre la integración, alimenta a las carencias y obstáculos que
enfrenta el MC lo que también se evidencia en una dificultad de emprender acciones conjuntas con
otras esferas cercanas, tales como el Mercosur Social, Educativo y Turismo167.
El distanciamiento entre los intereses de cada Estado también es evidente en los documentos por
la falta de vinculación entre las propuestas -marcada por el alejamiento entre los principios teóricos y
los objetivos más específicos de la agenda168- lo que condiciona a una brecha entre la voluntad de cada
país y la visión regionalmente compartida. Se observa que cada cual trata de difundir sus propias
166
El PARCUM está conformado con legisladores de las comisiones de Cultura de los Estados partes y
asociados, con la misión de incentivar una armonización normativa de leyes referentes a la cultura (Getino,
2006: 9) y el Fórum MERCOSUR Cultural, tiene el objetivo de concretar el desarrollo de políticas culturales de
los cuatro países, por medio de la promoción de acciones conjuntas entre el sector privado y estatal.
167
Hasta el momento de la recolección de la información (2013), según las actas de las RMC, no se han
identificado acciones que reconozcan este acercamiento.
168
Llamamos por ―objetivos específicos‖ las propuestas/proyectos relacionados a un área o temática específica
de la cultura, como por ejemplo el cine, la música, las editoriales, la cultura fronteriza, etc.
197
Instituto de Investigaciones Gino Germani
manifestaciones culturales y actúa para potencializar sus capacidades o cubrir sus carencias en el área
cultural.
Las acciones estatales conllevan elementos que pueden favorecer la complementariedad entre
los sectores culturales y el intercambio cultural entre los países. Sin embargo, son idealizadas por cada
país de forma independiente y, cuando consiguen desprenderse del carácter discursivo y pasar a la
concreción, no son realizadas en conjunto. Salvo la elaboración de los documentos ―instructivos‖ del
MC y la organización de eventos culturales internacionales, hay pocas iniciativas organizadas con la
participación de todos los países, tal como el proyecto Sistema de Información Cultural del Mercosur
(SICSUR) y las publicaciones sobre indicadores culturales.
A pesar de los aspectos frágiles que se mencionaron anteriormente, a partir de la década del
2000 en adelante se evidencia un esfuerzo por parte del MC en revitalizar sus principios orientadores,
lo que conduce a un periodo de revisión de la agenda del propio bloque ampliando su veta comercial y
abriéndose a otras dimensiones de la integración, tales como la social, la educativa y la cultural (Vaz,
Vázquez, Genovese, Donisa, Martinez, Pereyra y Laserna, 2010).
Tras un periodo de pocos avances de la agenda regional a fines de los años 90 se empieza a
reflexionar sobre los rumbos del bloque y se reclama un proyecto de mayor alcance y con carácter más
participativo. También la asunción de nuevos gobiernos en la región, propicia un estímulo para
renovar los principios y objetivos del Mercosur, hecho que se alimenta en 2003 con la firma del
―Consenso de Buenos Aires‖, documento en el que propone una nueva política mercosureña destinada
al desarrollo (Gonzales y Doniza, 2010).
En 2010, se elabora el proyecto para la creación del ―Fondo Mercosur Cultural‖, previendo un
funcionamiento con los mismos criterios adoptados por el Fondo para la Convergencia Estructural del
Mercosur (FOCEM), en cuanto a la contribución de recursos aportados por cada país. Se aprueba la
creación de la Secretaria Técnica del MERCOSUR Cultural (STMC), instancia a la cual se pretende
incluir en la estructura institucional general del bloque.
De 2010 a 2011, el esfuerzo se concentra en solicitar al Grupo Mercado Común que reconsidere
algunas de sus decisiones institucionales, especialmente para promover el acercamiento entre el MC y
la RECAM (Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales del
MERCOSUR)169.
Las propuestas de la década del 2000 alientan los ánimos del MC, pero su discontinuidad,
convergen en un estado de estancamiento de la dimensión cultural de la integración. El entusiasmo
resuena por causa de haberse retomado viejos temas del MC y por la tentativa de actualizarlos y
reubicarlos en el contexto global. Los documentos permiten identificar la permanencia de dos temas
principales, a saber: 1) el respeto por la diversidad cultural, asociado al tema de las identidades; y 2) la
169
La RECAM fue creada en 2003, por el GMC y, actúa como órgano consultor en materia cinematográfica y
audiovisual. El objetivo de la RECAM es estimular y difundir la producción de estos sectores, dentro y fuera del
MERCOSUR. (Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales del MERCOSUR,
2003).
198
Jornada Migraciones. Mesa 10
idea de la cultura como promotora del desarrollo, asociada al potencial económico de las industrias
culturales. Este dúo temático es la espina dorsal que sostiene al MC y respalda a los demás temas,
propuestas y objetivos, fundamentando también la propia existencia de una dimensión cultural dentro
del bloque.
La diversidad cultural ¿una puerta abierta o cerrada?
Uno de los aspectos que sobresale al referirnos al MC es la diversidad cultural, cuestión que estuvo
presente desde su origen. A partir del 2000, el MC subraya la existencia en la región de una mirada
pluralista que permite reconocer su diversidad cultural y, al mismo tiempo, identificar puntos de
convergencia entre las tradiciones de los pueblos del continente: ―Ratificar la importancia estratégica
de la cultura en el marco de la constitución de la identidad regional y el logro de una mejor calidad de
vida de sus habitantes‖ (RMC ACTA Nº 1/00).
Los Ministros de Cultura reafirmaron su convicción acerca del rol de la cultura en
que se refiere a la consolidación de la paz, la seguridad de los seres humanos, el
fortalecimiento de identidades y la formación de conciencias ciudadanas, así como
de respeto a los principios democráticos en la diversidad. (RMC ACTA Nº 2/01).
En 2005, el MC asume los principios expresados en la ―Convención sobre la protección y
promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de la UNESCO‖. En el documento, se
considera que la diversidad cultural es el principio legitimador de los procesos democráticos, porque
valora los distintos patrimonios, consagra los derechos humanos y la libertad de expresión. Además, se
reconoce la capacidad de la cultura en promover la inclusión social y el desarrollo material e
inmaterial de la humanidad (―Convención sobre la protección…‖, 2005).
La adopción de los principios declarados por la UNESCO y otros organismos internacionales -
tales como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Convenio Andrés Bello- tiene
como objetivo: ―garantizar una interpretación más precisa de los contenidos‖ que involucran el área
cultural (RMC ACTA Nº 01/03) y estimular la recuperación de la dimensión cultural de bloque. Tales
principios cooperan a un consenso conceptual dentro del MC, sin embargo, atribuyen un sentido muy
amplio a la cultura y no dejan ver un interés por temas particulares de la región, como por ejemplo la
cuestión de los pueblos originarios. Sin embargo, existe un proyecto que sí demuestra esa pretensión y
es el de las ―Misiones Jesuíticas caminos de la integración‖170. Idealizado en 1995, actualmente se
denomina: ―Programa Itinerarios Culturales‖ y tiene como objetivo trazar los caminos que marcaron
los procesos históricos de la región vislumbrando recuperar y preservar su memoria.
170
Cabe destacar que las Misiones Jesuíticas es uno de los primeros intentos de integración regional (Clementi,
1997).
199
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Igualmente, todavía no se puede afirmar que la diversidad cultural ha sido el principio
motivador que ha impulsado una política pública destinada al tratamiento de las identidades. El MC
reconoce la diversidad, propone su difusión y conocimiento, pero no desarrolla instrumentos para su
interacción, para que sea vivida desde la interculturalidad. El tema aparece justificado por la
consagración de la cultura como vía para el desarrollo social y económico.
Como carácter conceptual y principio valorativo, la diversidad es invocada como una actitud de
respeto por parte de la esfera política, pero no se evidencia una sólida política de tratamiento en torno
a ello. Aún es una puerta entreabierta hacía la conformación de un proyecto compartido, la cual no se
termina de abrir, ni cerrar.
Consideraciones finales
A modo de concluir con esta ponencia y reivindicando la premisa original de visibilizar los aspectos
de la integración que no se centran en el intercambio comercial sino que descansan en cuestiones
extraeconómicas, como se desprende del análisis del turismo y de la cultura, se efectúa un llamado
hacia un repensar a los procesos de integración y al Mercosur Cultural. A través de las movilidades
(turistas/migrantes) en los cada vez más intensos flujos de personas que circulan entre los países del
bloque se plasma la idea de que el turismo, como fenómeno de la modernidad y de la globalización, ha
manifestado un crecimiento preponderante, y que si bien no escapa a la lógica liberal de acumulación
capitalista, aporta un elemento adicional que es el de la cohesión social, asimilación y aprendizaje de
la cultura e historia local, principalmente en las modalidades de turismo más flexibles y autónomas
como se evidencia en el caso de los turistas VFR.
Los flujos turísticos internacionales, en particular en lo que atañe a los vínculos y relaciones
entre el migrante, residentes, familiares y amigos que los visitan engendran significaciones socio-
culturales que se asemejan a los procesos sociales que dominan las teorías de migración, tejiendo un
entramado complejo de interrelaciones que constituyen hilos conductores de la construcción de una
identidad regional basada en la coincidencia cultural.
Por otra parte, se trabajó sobre el eje de la cultura en el Mercosur, otra de las dimensiones que
parecieran no ser centrales en las metas originales del bloque pero que de apoco fue ganando terreno
en el plano institucional. La cultura se presenta, como hemos afirmado anteriormente, como elemento
capaz de generar recursos, realidad que justifica la existencia de una estancia cultural dentro del
bloque. Sin embargo, subsiste un vacío en la concreción de proyectos hacia ese fin lo que conduce a la
interpretación de una integración social y cultural que se plasma de manera natural, espontánea y
autónoma y no especialmente pautada y dirigida por las premisas institucionales derivadas
exclusivamente del Mercosur.
Por lo anterior, deviene la necesidad de situar al Mercosur como un bloque dinámico y plural en
el que convergen no solo la circulación de bienes y servicios, la cooperación política e institucional,
200
Jornada Migraciones. Mesa 10
sino también la interculturalidad producto principalmente de interacciones y relaciones sociales entre
sus habitantes y que ello debería ocupar un lugar de mayor relevancia, no solo en el plano político y
discursivo sino también en la concreción efectiva de medidas y proyectos vinculados a la unión de las
sociedades mercosurianas más allá del intercambio comercial.
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203
Mesa11
Migraciones y derechos en la Argentina.
Desafíos del siglo XXI
Coordinadoras y comentaristas: Ana Paula Penchaszadeh (IIGG, UBA
- CONICET), Corina Courtis (ICA, UBA - CONICET), María Inés
Pacecca (ICA, UBA), María Cecilia Mercado Herrera, (CIUNSa,
GREDES, UNSa), Luisa María Salazar Acosta (CIUNSa, GREDES,
UNSa) y Adela Tisnés (CIG, FCH, UNICEN).
Jornada Migraciones. Mesa 11
Prácticas políticas transnacionales.
El voto de bolivianos y peruanos desde Argentina
Brenda Canelo171
Introducción
Dentro del campo de los estudios migratorios, la noción de transnacionalismo fue acuñada
para describir los procesos sociales, económicos, políticos, culturales, familiares y religiosos
en los que los migrantes participan a través de las fronteras, de modo que constituye un modo
relativamente reciente de abordar procesos de larga data. Los estudios efectuados desde este
marco conceptual fueron desarrollados especialmente desde la década de 1990, y muestran
que los vínculos entre los ciudadanos y los Estados nacionales que los reconocen como parte
de su población no son exclusivos: quienes migran pueden involucrarse simultáneamente en
actividades que implican tanto a su país de origen como a aquel en donde residen (Basch,
Glick Schiller y Szanton Blanc, 1994).
Algunos investigadores plantearon que el involucramiento transnacional era resultado
de la marginalización del inmigrante en la sociedad receptora (Bash, Glick Schiller y Szanton
Blanc, 1994; Roberts, Frank y Lozano-Ascencio, 1999) y que podía empoderarlos, al
permitirles tomar conciencia de su capacidad organizativa (Guarnizo, Portes y Haller, 2003;
Østergaard-Nielsen, 2009) y de su impacto sobre sus países de origen (Lafleur, 2012). Otros
estudiosos señalaron que las actividades transnacionales corren el riesgo de obstaculizar la
integración de los inmigrantes en la sociedad de destino (Glick Schiller y Fouron, 1999).
Frente a este escenario, Lafleur (2012) destaca la comprobación de que sólo una minoría de
migrantes se involucra regularmente en actividades transnacionales, que otro grupo más
reducido lo hace de forma esporádica, y que la marginalización socioeconómica no es
requisito para que esto ocurra (Guarnizo, Portes y Haller, 2003; Portes, Escobar y Radford,
2007). Asimismo, ese investigador enfatiza la importancia de atender al papel del Estado en el
desarrollo de las actividades transnacionales, ya que cada vez son más los que desarrollan
171
Doctora en Antropología. Investigadora Asistente del CONICET. Docente de las carreras de Ciencias de la
Comunicación y de Ciencias Antropológicas de la UBA.
CONICET, Instituto de Ciencias Antropólogicas, UBA. brendacanelo@yahoo.com.ar.
Este trabajo se enmarca en el UBACyT PIUBAMAS: ―Los derechos políticos de los residentes extranjeros en las
normas y en las prácticas. Argentina: situaciones y debates en los siglos XX y XXI‖, dirigido por Corina Courtis
y María Inés Pacecca.
205
Instituto de Investigaciones Gino Germani
políticas públicas que permiten a los migrantes ser activos en el país de origen y en el de
residencia, sin tener que elegir entre ambos (Lafleur, 2012).
En lo que respecta concretamente al transnacionalismo político, en este trabajo lo
entenderé como las distintas formas de participación de los migrantes en la política de sus
países de origen, sea de modo directo (en elecciones así como integrando o colaborando en
partidos políticos, organizaciones o movimientos sociales), o indirecto (vía instituciones
políticas del país de acogida o a través de organizaciones internacionales) (Østergaard-
Nielsen, 2009).
Vemos así que una de las formas que toma el transnacionalismo político es el voto de
los ciudadanos de un país desde el exterior del mismo. Históricamente, pocos Estados han
negado formalmente este derecho, pero su ejercicio ha tendido a carecer de organización
legislativa (Lafleur, 2012). Siguiendo a este investigador, las primeras leyes que permitieron
el voto desde el exterior fueron aprobadas a finales del siglo XIX por Nueva Zelanda (1890) y
Australia (1902), y estaban dirigidas a los marineros. Luego países como Canadá (1915),
Francia (1924), Estados Unidos (1942) y el Reino Unido (1945) aprobaron leyes que
permitían sufragar desde el exterior a ciudadanos que servían al interés nacional, como
diplomáticos o militares. El emigrante común era considerado como un ciudadano de segunda
clase que sólo podía aportar remesas, por lo que los Estados expulsores carecían de interés en
propiciar su voto. A su vez, las cuestiones de lealtad hacia la nación eran particularmente
sensibles en la primera mitad del siglo XX, y ningún Estado estaba dispuesto a otorgar
privilegios a una población que podría tener lealtad hacia otro (Lafleur, 2012).
Es recién tras la Segunda Guerra Mundial que algunos Estados comenzaron a facilitar el
voto en el exterior a sus ciudadanos emigrantes sin interponer restricciones profesionales,
como Indonesia en 1953 y Colombia en 1961. Pero el interés estatal por el tema creció
exponencialmente desde 1990, acumulando a la fecha unos cincuenta y cinco Estados con
leyes que lo permiten, aun cuando no todas ellas fueron implementadas y algunas siguen
siendo muy restrictivas (Lafleur, 2012).
A continuación describiré cómo fue el proceso que permitió el voto de ciudadanos
bolivianos y peruanos desde el exterior, cuáles fueron las características que asumieron sendas
experiencias transnacionales realizadas desde Argentina en 2009 y 2011 respectivamente, y
qué resultados se obtuvieron desde este país en términos de participación y respaldo político
en relación con aquellos conseguidos entre los bolivianos y peruanos no emigrados. El
propósito final de este ejercicio consiste en reflexionar comparativamente acerca de los
206
Jornada Migraciones. Mesa 11
vínculos promovidos por el Estado peruano y por el boliviano con sus ciudadanos residentes
allende sus fronteras.
Perú
Precedentes de la experiencia transnacional de 2011
Perú fue el segundo país latinoamericano en posibilitar que sus ciudadanos sufragaran desde
el exterior, precedido por Colombia que lo hizo en 1961172. En el caso peruano, ello quedó
contemplado en la Constitución de 1979, que estableció el derecho y la obligación de votar a
todos los hombres y mujeres, instruidos o analfabetos, residentes tanto dentro como fuera del
territorio nacional. No obstante, desde el año 2011 el voto dejó de ser obligatorio para los
residentes en el exterior debido a las quejas que generaban las sanciones a quienes incumplían
este compromiso (Escrivá, 2013).
Para poder votar, los ciudadanos peruanos deben ser mayores de 18 años y contar con
DNI peruano con domicilio registrado en Argentina antes del cierre del padrón electoral, lo
cual ocurre cuatro meses antes de las elecciones. Estos electores pueden participar de las
Elecciones Generales (presidente, vice y congresistas) y del Parlamento Andino (órgano
deliberante y de control de la Comunidad Andina, integrada actualmente por Perú, Bolivia,
Ecuador y Colombia), pero no pueden elegir representantes regionales ni municipales, ya que
no figuran en el padrón de ningún distrito electoral regional, provincial o distrital.
Las elecciones generales de 2011: balotaje y movilización ciudadana
El sistema electoral peruano establece la realización de elecciones presidenciales cada cinco
años, y el requisito de obtener al menos la mitad más uno de los votos para ganar en primera
vuelta. En caso de que esto no ocurra, se pasa a un balotaje entre los dos candidatos más
votados. En el año 2011 la primera ronda tuvo lugar el 10 de abril, y ella no consagró ningún
172
Respecto de Argentina, el voto de sus ciudadanos residentes en el exterior es voluntario y se realiza en sedes
consulares, previa inscripción en el Registro de Electores Residentes en el Exterior. Estos votantes pueden elegir
Presidente y Vicepresidente, Parlamentarios del Mercosur, y legisladores nacionales correspondientes al distrito
donde tuvieron el último domicilio registrado en el territorio argentino. Las últimas elecciones generales,
efectuadas en 2015, contaron con 40.000 empadronados en condiciones de sufragar.
207
Instituto de Investigaciones Gino Germani
ganador: Ollanta Humala (Gana Perú) obtuvo el 31,7% de los votos, Keiko Fujimori (Fuerza
2011) el 23,5% y Pedro Kuczinski (Alianza por el Gran Cambio) el 18,5% (ONPE, 2011).
Los guarismos reflejaron las profundas divisiones existentes en la sociedad peruana, que se
acentuaron durante la segunda vuelta realizada entre Fujimori y Humala. La primera,
representaba a las poblaciones de la costa, más modernas y desarrolladas, mientras que
Humala encontró su apoyo entre las poblaciones del interior, más empobrecidas y menos
visibilizadas por el Estado peruano. En la campaña previa al balotaje cobró relevancia la
convocatoria por el ―No a Keiko‖,
basada en la idea de que la hija del ex presidente Alberto Fujimori, Keiko, le
liberaría inmediatamente de prisión si ganaba la presidencia. Asimismo se
conjeturó que, dado que ella había desempeñado funciones de primera dama
durante el segundo mandato de su padre y por consiguiente tuvo que conocer sus
atrocidades, su política no podría ser otra que la del continuismo con la corrupción,
el clientelismo y la violación o restricción de derechos (Escrivá, 2013: 24).
Finalmente, los resultados generales del balotaje realizado el 5 de junio de 2011
consagraron ganador a Ollanta Humala, con un ajustado 51,5% (ONPE, 2011).
El voto peruano desde Argentina
En la primera vuelta en Argentina participó el 56,6% de los electores habilitados (60.432
sobre 106.665)173, mientras que en la segunda el porcentaje se redujo al 52,7% (56.253
votantes sobre los mismos empadronados) (ONPE, 2011). Si bien la participación electoral de
los peruanos residentes en Argentina fue mucho más baja que la general (donde votó el 83,7%
y 82,5 % del padrón en cada instancia)174, fue mayor que el promedio de la registrada entre
todos los residentes en el exterior, donde votó el 53,4% y 50,2% del padrón (conformado por
754.154 electores en 2011)175 (ONPE, 2011).
Comparando con lo ocurrido en las anteriores elecciones generales efectuadas en 2006,
se observa una reducción significativa de electores desde Argentina. Vale decir que en aquella
primera vuelta participó el 76,7% de los electores habilitados en Argentina (51.406 sobre
173
Según el último Censo Nacional, 157.514 personas nacidas en Perú residían en Argentina a fines de 2010.
Parte de la diferencia entre este número y el de empadronados puede reflejar a los menores de edad y a quienes
no hicieron el cambio de domicilio a tiempo.
174
Por participación general me refiero a aquella efectuada por ciudadanos peruanos independientemente del
lugar de residencia al momento de los comicios.
175
A diferencia de lo ocurrido con el padrón boliviano, donde en 2009 se fijó un tope de 6% de electores desde
el exterior, en Perú no se estableció límite alguno.
208
Jornada Migraciones. Mesa 11
67.027), y en la segunda vuelta lo hizo el 75,2% del padrón (50.397 votantes sobre los 67.027
empadronados). La participación general de los ciudadanos peruanos en las elecciones de
2006 también fue mayor que en 2011, en tanto en aquella primera vuelta se manifestó el
88,8% del padrón y en la segunda lo hizo el 87,7% (ONPE, 2011).
De este modo observamos que entre las elecciones generales de 2006 y las de 2011 la
participación general del electorado peruano se redujo en 5 puntos tanto en la primera vuelta
(pasando del 88,8% al 83,7% del padrón) como en la segunda (del 87,7% al 82,5%). La
participación de los ciudadanos peruanos que sufragaron desde Argentina también se redujo,
pero en este caso lo hizo en 20 veinte puntos entre 2006 y 2011 en la primera vuelta (del
76,7% al 56,6%) y en 22,5 puntos en la segunda (del 75,2% al 52,7). Esta drástica reducción
puede deberse a la eliminación de la obligatoriedad del sufragio desde el exterior en las
elecciones de 2011, pero también puede ser índice de un cambio en la vinculación de los
ciudadanos peruanos con su país de origen, o bien con la participación política formal en
general. Vale destacar que este descenso se dio en el marco de una intensa movilización
efectuada por los partidos políticos y las asociaciones de residentes en el exterior, que
buscaban captar a un caudal de electores que, desde fuera de Perú, podían terminar definiendo
a su futuro presidente. Efectivamente, los sondeos generales previos al balotaje auguraban un
empate técnico entre Fujimori y Humala, y carecían de información acerca del voto de los
emigrados.
Más allá de los niveles de participación, los resultados obtenidos desde Argentina tanto
en la primera vuelta como en el balotaje mostraron preferencias opuestas a las manifestadas
por el electorado general. En la primera vuelta los votos emitidos desde Argentina invirtieron
el primero y el segundo puesto, en tanto Fujimori obtuvo el 33,7% de adhesiones, mientras
que Humala se alzó con el 24,4%. En el balotaje se reiteró la preferencia por Keiko Fujimori,
quien aquí logró el 57,5% de adhesiones (ONPE, 2011). De acuerdo con el analista político
Tuesta Soldevilla (2011), la tendencia de los votantes peruanos transnacionales a elegir a
candidatos de centro-derecha puede derivar de su condición de migrantes económicos, en
función de la cual buscan la continuidad de cierto crecimiento económico que Humala parecía
poner en riesgo. En la línea argumental de este investigador, gran parte de los emigrados
peruanos fueron afectados por el terrorismo y las medidas económicas de Alan García, y
veían a Fujimori como sinónimo de estabilidad económica y seguridad, por lo que su
asociación con Keiko la beneficiaba frente a Humala. A su vez, su principal fuente
informativa acerca de Perú fueron diarios antihumalistas, como El Comercio y Perú21
(Tuesta Soldevilla, 2011).
209
Instituto de Investigaciones Gino Germani
En lo que respecta a la jornada electoral efectuada en Buenos Aires, ella tuvo lugar en el
acomodado barrio de Recoleta, concretamente en el Centro de Exposiciones de la Ciudad,
alejado de las zonas prioritarias de socialización y residencia de la colectividad peruana.
También se sufragó en las ciudades de La Plata, Córdoba, Mendoza, Salta, Rosario,
Corrientes y Catamarca, pero en Buenos Aires se concentró el 77% del electorado (81.688
votantes). Los comicios se extendieron desde las 8.00 a.m. hasta las 4.00 p.m. y transcurrieron
con normalidad, aunque se produjeron demoras dada la gran cantidad de electores convocados
en un único lugar.
Foto 1
Con largas colas votaron unos 60.000 peruanos en Argentina
Fuente: Clarín, 11 de abril de 2011.
En el predio electoral dispuesto en Buenos Aires se organizaron 423 mesas, en parte de
las cuales las jornadas comenzaron más tarde de la hora prevista debido a la ausencia de
algunas autoridades de mesa, pese a que estaba prevista una multa de 64 dólares americanos
por este incumplimiento. En estos casos, las autoridades de mesa eran reemplazadas por
quienes aguardaban su turno para votar. Las cabinas de votación estaban separadas por una
suerte de biombos, como se observa en la siguiente foto:
210
Jornada Migraciones. Mesa 11
Foto 2
Peruanos en Argentina formaron largas colas para votar
Fuente: El Comercio, 5 de junio de 2011.
Vínculos entre el Estado peruano y sus ciudadanos en el exterior promovidos por la
experiencia
En las elecciones de 2011 los ciudadanos peruanos habilitados para votar desde el exterior
representaban al 3,8% del padrón. En términos absolutos, eran 754.154 personas, la mayor
parte de las cuales residían en Estados Unidos (240.620), España (123.931) o Argentina
(106.665) (ONPE, 2011). Se trataba de un electorado que, al menos en parte, consideraba que
las elecciones no iban a modificar sustancialmente su situación ya que carecían de
representantes propios en el Congreso, y las plataformas de los generales no tomaban en
cuenta las diversas problemáticas que los afectaban en tanto migrantes176.
Según una encuesta efectuada entre los meses de junio y agosto de 2011 en Buenos
Aires y Madrid177, su participación electoral se debió principalmente a que consideraban que
176
Esta situación podría revertirse con la aprobación del proyecto ley de creación del Distrito Electoral Especial
de peruanos residentes en el extranjero. El mismo deberá ser tratado por el Pleno del Congreso, pudiendo regir
desde las elecciones de 2021. Dicho Distrito Electoral contemplaría incluir un número aún no acordado de
congresistas que representarían a los peruanos residentes en el exterior.
177
Se efectuaron 115 encuestas en el AMBA (Argentina) y similar cantidad en Madrid (España), luego de ambas
ruedas electorales. En ellas se relevaron datos sociodemográficos y socioeconómicos, historia migratoria,
prácticas transnacionales y de participación social y política en el país de origen y en los de destino, así como
edad, sexo y situación legal. Los encuestados fueron contactados a través de redes personales, asociaciones,
restaurantes, comercios y zonas de concentración de la colectividad, es decir, fuera de las jornadas electorales
para captar también a quienes no participaron en ellas. El estudio fue efectuado en el marco del proyecto
―Ciudadanía y transnacionalismo: la participación política de los migrantes peruanos en los países de origen y
destino‖, del Grupo de Estudios sobre Población y Sociedad, Universidad Complutense de Madrid, España.
Colaboré en la elaboración del formulario de encuesta a partir de datos pertinentes a la situación de la
colectividad peruana en Argentina, así como en calidad de encuestadora y supervisora del equipo argentino.
211
Instituto de Investigaciones Gino Germani
votar constituía un ―deber‖ cívico. El segundo motivo prioritario de participación
seleccionado por los encuestados en ambas ciudades fue ―ser parte del cambio político del
país‖. Otras variables, como elegir a un candidato político de su preferencia, también
formaron parte de las motivaciones para ir a sufragar, pero el deber cívico apareció como
motivo prioritario entre los encuestados, expresando un sentido de pertenencia a la comunidad
política peruana que persiste pese a la distancia (E. Muñoz Barba, comunicación personal,
Buenos Aires, 2015).
También Ángeles Escrivá (2013) encontró que la participación electoral de los peruanos
residentes en Madrid estuvo motivada por el deseo de sentirse parte de la nación así como por
la búsqueda de objetivos políticos. Pese a ello, también en España se registró una marcada
reducción de la participación electoral en 2011 que, según esta investigadora, no se debió
únicamente a la eliminación de la obligatoriedad del voto desde el exterior sino que ―no
votar‖ fue una de las maneras como los peruanos manifestaron su desencanto, enfado e
insatisfacción con la política peruana. Ello se manifestaba en que más de la mitad de los
votantes peruanos que entrevistó no seguía la política peruana habitualmente, por falta de
interés, de tiempo, dedicación exclusiva al trabajo, dificultades para obtener información, e
incomprensión de la política (Escrivá, 2013).
Estado Plurinacional de Bolivia
El largo camino para el reconocimiento del derecho al voto transnacional
En el Estado Plurinacional de Bolivia el voto desde el exterior estaba contemplado desde el
Código Electoral de 1991 (Art. 97), pero fue implementado recién desde las elecciones de
2009, previa reforma constitucional efectuada el mismo año. Contempla la posibilidad de que
los mayores de 18 años participen en las elecciones de Presidente y Vicepresidente del
Estado, y en referendos de carácter nacional. Meses antes de los comicios, los electores deben
registrarse en un padrón biométrico concurriendo con su cédula de identidad a las oficinas
consulares u otras sedes dispuestas a tal fin178.
En su primera aplicación (año 2009), el voto transnacional estuvo regido por una
legislación restrictiva que lo acotó a los cuatro países con mayor número de emigrados:
178
El registro biométrico se aplicó por ley a partir del año 2009 a todas las personas habilitadas para votar, con el
propósito de reducir los riesgos de fraude. En él se incluyen huellas dactilares, fotografía digital y firma, además
de los datos identificatorios habituales.
212
Jornada Migraciones. Mesa 11
Estados Unidos, Brasil, Argentina y España, y estableció que en ellos los electores habilitados
no podían superar el 6% de padrón electoral total (211.093 electores). Las razones de esta
restricción se vinculaban con que, dada la cantidad de ciudadanos residentes en el exterior y la
simpatía que la mayor parte de los mismos tenía con el MAS, los partidos de la oposición
querían restringir su protagonismo en la elección de las máximas autoridades del país179.
La posibilidad de que los bolivianos residentes en el exterior comenzaran a elegir a las
autoridades de su país de origen se vincula con el incremento de su visibilidad ante la
sociedad boliviana a partir de los años 2000, así como con su creciente politización desde la
―guerra del gas‖ (2003) y las manifestaciones contra el presidente Sánchez de Losada
(Hinojosa Gordonava, Domenech y Lafleur, 2012). Como explican estos autores,
después de este primer atisbo de acción política, ciertos sectores de la ―colectividad
boliviana‖ en Argentina ya no sólo van a denunciar o solidarizarse con las luchas
que transcurren en su país, sino que también se involucrarán con asuntos políticos
de la sociedad receptora como la aprobación de la nueva ley de migraciones en
Argentina (finalmente sancionada en diciembre de 2003) y definirán una posición
política propia a la hora de realizar demandas dirigidas a la sociedad de origen
como el voto en el exterior […] Con la llegada del MAS al poder a principios del
año 2006, las migraciones internacionales -en particular, la emigración- obtuvieron
una receptividad y relevancia sin precedentes en la agenda política del poder
ejecutivo (p. 49).
A partir de entonces, se busca (re)incorporar a los emigrantes en la comunidad política
reconociéndolos como ciudadanos del Estado boliviano, para lo cual comienza a trabajarse
para documentarlos, facilitar su regularización migratoria, defender sus derechos y asegurar
su participación electoral. Esto además responde al supuesto de que la mayor parte de los
bolivianos residentes en el exterior iba a apoyar electoralmente al MAS y, posiblemente
también, al notable incremento de sus remesas (de 83 millones de dólares en 2002 a 1.097
millones en 2008) (Hinojosa Gordonava, Domenech y Lafleur, 2012).
En este contexto, las acciones efectuadas por los bolivianos en el exterior,
especialmente en Argentina180, y el activo apoyo brindado por Evo Morales y sus partidarios
179
En los siguientes comicios presidenciales (2014) el voto desde el exterior dejó de tener tope y fue ampliado a
33 países (incluyendo los anteriores), donde el estado boliviano contaba con representación diplomática y
consular permanente.
180
La manifestación más significativa que se efectuó en Argentina respaldando el proyecto de ley que se discutía
en Bolivia fue la jornada popularmente conocida como ―voto simbólico‖. Ella tuvo lugar el 10 de agosto de 2008
cuando, a pesar de que la ley del voto boliviano desde el extranjero aun no había sido sancionada por la Cámara
de Senadores, los residentes en Argentina ―ejercieron su derecho ciudadano de votar‖. El acontecimiento fue
organizado por el Comité de Defensa del Proceso de Cambio y Soberanía Originaria y Popular en Bolivia (en
adelanté Comité) y contó con el apoyo de varias agrupaciones argentinas como la CTA, Barrios de Pie,
213
Instituto de Investigaciones Gino Germani
derivan en la habilitación del voto transnacional a partir de la aprobación de la Nueva
Constitución Política del Estado de 2009 (art 27, inc. 1) y de la aprobación de la Ley Electoral
Transitoria N° 4021, el mismo año181.
Las elecciones generales de 2009: liderazgo rotundo de Evo Morales
En Bolivia las elecciones presidenciales también se efectúan cada cinco años y la
consagración de un ganador requiere obtener el 50% más uno de los votos válidos, o un
mínimo del 40% con una diferencia de al menos el 10% respecto del segundo candidato más
votado. En caso de que nadie obtenga estos porcentajes, se pasa a la instancia de balotaje
entre los dos candidatos más votados, y el ganador es quien obtenga la mayoría simple de los
votos.
En las elecciones del 6 de diciembre de 2009 Evo Morales (Movimiento al Socialismo -
MAS) se impuso en los resultados generales con un 64% de votantes, pero en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires obtuvo un respaldo aún mayor: el 92% lo eligió para que
continuara ocupando la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia durante un segundo
mandato182.
El voto boliviano desde Argentina
A diferencia del sistema electoral peruano, el boliviano establece que el voto de los residentes
en el exterior es de carácter voluntario, por lo que no contempla sanciones para quienes no
concurren a los comicios. Vale decir que en la legislación boliviana el voto transnacional es
un derecho más que una obligación ciudadana, como ocurre en Perú. Pese a ello, la encuesta a
los electores del exterior en que participamos183 reveló que ―el 16% consideró que votar en el
Movimiento Octubres y la Organización Bolívar entre otras. Según integrantes del Comité, durante la jornada
simbólica fueron recolectados cerca de 24.000 votos.
181
Para más información acerca del proceso que derivó en la habilitación de este derecho, ver Hinojosa
Gordonava, Domenech y Lafleur (2012).
182
Su primer período de gobierno había comenzado en 2006, de modo que duró menos de lo establecido tras la
reforma constitucional de 2009, cuando se refundó a Bolivia como Estado Plurinacional.
183
Ella fue aplicada en simultáneo en Buenos Aires, San Pablo, Madrid y Nueva York en el marco de un estudio
comparativo acerca de la primera experiencia de voto transnacional boliviano. Al igual que la encuesta sobre el
voto peruano, se relevaron datos sociodemográficos y socioeconómicos, historia migratoria, prácticas
transnacionales y de participación social y política en el país de origen y en los de destino, así como edad, sexo y
situación legal. En Buenos Aires los 110 encuestados fueron elegidos por random, seleccionando a uno de cada
tres que aguardaban en fila su turno para votar en algunos de los dos centros habilitados. El estudio fue efectuado
en el marco de un proyecto dirigido por Jean-Michel Lafleur en el Centro de Estudios de la Etnicidad y las
Migraciones (CEDEM) de la Universidad de Lieja (Bélgica), y financiado por el Fondo Nacional de la
214
Jornada Migraciones. Mesa 11
exterior era un deber y el 9% declaró haber participado por miedo a ser sancionados con
multas, por ejemplo, o por problemas administrativos con las autoridades bolivianas‖
(Lafleur, 2012: 165).
En lo que respecta a Argentina, finalmente votó el 74% (66.504 personas) del total de
empadronados (89.953). Vale destacar que la cantidad de empadronados fue menor de la
esperada, ya que podían hacerlo 105.546 personas (el 50% del cupo de electores
transnacionales, por ser Argentina el país con mayor cantidad de bolivianos emigrados)184. El
porcentaje de participación desde Argentina fue muy superior al 65,5% alcanzado en los
cuatro países desde los cuales se sufragó en 2009 (110.813 electores sobre 169.096
empadronados), pero marcadamente inferior al 95% de participación entre los no migrantes.
Al igual que en el caso peruano, el menor nivel de participación entre los emigrados puede
vincularse con su menor involucramiento en la política boliviana, pero también es posible que
se encuentre afectado por el carácter no obligatorio del voto transnacional. Como sea, el nivel
de participación alcanzado desde el exterior (110.813 electores) fue de casi la mitad del
autorizado por la Ley Transitoria (211.093); lo cual obliga a preguntarse por el interés de los
emigrantes en participar, y por la capacidad e interés del Estado boliviano para informarles
sobre este nuevo derecho185.
Una de las dificultades para participar en los comicios de 2009 fue el poco tiempo y
recursos financieros destinados por el Estado Plurinacional de Bolivia a difundir y organizar
el empadronamiento biométrico. En este sentido, en tan solo un mes -entre el 15 de
septiembre y el 15 de octubre-, 89.953 personas se empadronaron en alguno de los siete
centros dispuestos por la Corte Nacional Electoral (CNE) en Buenos Aires, cuatro en
Mendoza, y cuatro en Jujuy. Los electores encuestados señalaron dificultades respecto de los
requisitos, plazos, lugares y horarios para hacer este trámite. Las complicaciones para acceder
a la información hicieron que la mayor parte de los empadronamientos se efectuara los
últimos días del período estipulado, y que muchos de los trámites tuvieran errores. A su vez,
numerosos empadronados correctamente tuvieron dificultades para saber cuáles eran los
lugares de votación a los que debían concurrir, ya que estos fueron divulgados por la CNE la
semana anterior a las elecciones y no coincidieron, como muchos esperaban, con los lugares
Investigación Científica de la comunidad francófona de Bélgica (FRS-FNR S). Colaboré en la elaboración del
formulario de encuesta a partir de datos pertinentes a la situación de la colectividad boliviana en Argentina, y en
calidad de encuestadora del equipo argentino.
184
Según el último Censo Nacional, 345.272 personas nacidas en Bolivia residían en Argentina a fines de 2010.
185
En las elecciones de 2014 el nivel de participación fue del 87,9%, menor que el 95% registrado en 2006 pero
aún mayor que el alcanzado en las peruanas.
215
Instituto de Investigaciones Gino Germani
donde se efectuó el empadronamiento biométrico. De este modo, varios electores terminaron
conociendo su lugar de sufragio horas antes o, incluso, durante él.
Las elecciones de 2009 se efectuaron en tres distritos argentinos: Buenos Aires, Jujuy y
Mendoza186. En el AMBA la CNE dispuso nueve lugares de votación: siete distribuidos en
municipios de la Provincia de Buenos Aires (dos en Villa Celina y en Laferrere, y uno en
Ezpeleta, en Escobar y en Lomas de Zamora), y dos en la Ciudad de Buenos Aires (CABA).
Estos dos últimos centros congregaron a la mayor parte de los 89.953 empadronados de todo
el AMBA. Ellos fueron dispuestos en los estadios de los clubes Deportivo Español y San
Lorenzo de Almagro, situados en una zona lindante con los partidos de Lomas de Zamora y
La Matanza del Gran Buenos Aires, donde residen o transitan gran parte de los emigrados.
Foto 3
Club Deportivo Español, CABA
Fuente: Foto propia, 9 de diciembre de 2009.
El carácter inédito de la jornada electoral y el alto grado de expectativas por parte de los
votantes pusieron a prueba los límites logísticos de un proceso electoral de bajos recursos
materiales y humanos187. El primer índice de ello se vincula con la organización de la
186
En las elecciones de 2014 los distritos electorales en Argentina fueron once: Buenos Aires, Comodoro
Rivadavia, Córdoba, Jujuy, La Quiaca, Mendoza, Orán, Pocitos, Gral. San Martín, Rosario, Salta, Viedma.
187
En los comicios de 2014 se destinaron más fondos y atención a la campaña informativa para los votantes
transnacionales. En Argentina, ―el gobierno y el Tribunal Supremo Electoral convocaron a informarse en el
Facebook Bolivia Vota en Buenos Aires. También se hicieron campañas ostensibles con afiches en el transporte
público y hasta se colocaron carteles electrónicos en el Obelisco. Se habilitó una línea gratuita para consultas
216
Jornada Migraciones. Mesa 11
recepción de los electores en ambos centros de sufragio. Desde temprano y mucho antes de la
apertura oficial de sus puertas, familias enteras aguardaban en la fila su turno para votar,
formando un impresionante cinturón humano alrededor de los clubes. A cierta hora de la
mañana, las inmensas y serpenteantes filas llegaron a duplicar el perímetro de ambos estadios
de fútbol.
Este electorado conformaba una multitud muy predispuesta a participar del histórico
proceso electoral, pero disconforme ante lo que algunos consideraban falta de previsión
oficial para un evento tan masivo, malestar que se acentuó frente a la demora en la apertura de
las mesas de votación. Ciertamente, ellas comenzaron a funcionar cerca de las nueve de la
mañana, es decir, una hora después de la convenida. De acuerdo con los representantes de la
CNE, la demora fue ocasionada por la ausencia de alguno de los tres jurados requeridos en
cada mesa de votación que, cumpliendo con lo establecido en el Código Nacional Electoral de
Bolivia, sólo podían ser reemplazados después de transcurrida una hora de espera.
Superada la espera fuera de los clubes, dentro de los recintos los electores eran
orientados por los agentes de la CNE respecto de las mesas a las que debían concurrir y de la
documentación a presentar, quienes contaban con la colaboración de fiscales del partido
oficialista (MAS-IPSP) y de otros partidos, así como de personas acreditadas como
―Observador Electoral Nacional‖. Transcurrido el mediodía, las filas existentes en ambos
clubes se fueron reduciendo, al tiempo que el clima imperante en ellas pasaba de la tensión de
las primeras horas a una mezcla de calma, resignación y cansancio. Si bien el cierre de las
urnas estaba establecido oficialmente para las 17 horas, una hora después muchas personas
seguían esperando su turno para votar, pues la indicación de la CNE fue que ―todos quienes
estaban en la fila votarían‖.
Vínculos entre el Estado boliviano y sus ciudadanos en el exterior promovidos por la
experiencia
Según la encuesta que efectuamos durante la jornada electoral en Buenos Aires, la principal
razón para participar de las elecciones generales fue ―apoyar el proceso de cambio que se vive
en Bolivia‖, elegida por el 40% de los encuestados, seguida lejanamente por el 14% que dijo
participar porque ―soy ciudadano boliviano y es mi derecho‖. En términos generales el 92%
pensaba que a partir del mandato de Evo Morales las cosas iban ―por el buen camino‖.
sobre las sedes de votación: la 0800-222-1860. Pero la cobertura más amplia de los comicios se escuchó por
decenas de radios barriales o de baja potencia‖ (Veiga, 2014).
217
Instituto de Investigaciones Gino Germani
En cuanto a la información relativa a las elecciones, nuestros encuestados la
consideraban escasa: el 66% dijo estar ―poco informado‖ y el 8% ―nada informado‖, mientras
que el 26% restante se dividió por igual entre quienes afirmaban estar ―muy‖ y ―bastante‖
informados. Finalmente, en lo que respecta a los partidos políticos bolivianos, el 34%
afirmaba que en sus programas electorales toman ―poco‖ en cuenta a los bolivianos que viven
en el exterior, y el 16% sostenía que no lo hacían en ―nada‖. No obstante, quizás debido a la
posibilidad de voto transnacional recientemente conseguida -en gran parte debido a la presión
ejercida desde Argentina-, otro 16% refería ser ―muy‖ tenido en cuenta en las plataformas
electorales, y el 28% ―algo‖ atendido, lo cual muestra un espectro de opiniones discordantes.
La consecución del derecho al voto boliviano en Argentina es el resultado de años de
militancia por parte de algunos líderes y organizaciones que demandaron activamente la
participación política de los ciudadanos residentes en el exterior. Lo conseguido fue una parte
de lo demandado pero sirvió también para otros fines. Por un lado, para reposicionar a los
bolivianos que viven en el extranjero en la conciencia política de los que permanecen en
Bolivia, incluyéndolos dentro de la imaginación de la nación y de sus ideas de comunidad
asociadas. Por otro lado, permitió que ciudadanos de diferentes edades se iniciaran en el ritual
político electoral, y habilitó al Estado boliviano como organizador de una experiencia
integradora de sus ciudadanos. Esto último da cuenta del cambio político y cultural que busca
el MAS -con Evo Morales a la cabeza- para un país que durante mucho tiempo olvidó y
marginó a grandes mayorías. El 6 de diciembre de 2009 marca un momento específico en un
proceso histórico más amplio, que es la emergencia de los migrantes como actor político para
el Estado Plurinacional de Bolivia, así como para las sociedades boliviana y argentina.
Cierre (y apertura)
Las prácticas políticas transnacionales efectuadas por las colectividades peruana y boliviana
residentes en Argentina en las elecciones de 2011 y 2009, respectivamente, se dieron en el
marco de procesos disímiles y exponen vínculos discordantes entre estas comunidades y sus
Estados de origen.
Los ciudadanos peruanos residentes en el exterior podían elegir a las máximas
autoridades de su país de origen desde mucho tiempo antes de las jornadas de 2011, y para
hacerlo bastaba con que hubieran informado su residencia en el exterior meses antes del cierre
del padrón, trámite a partir del cual automáticamente quedaban registrados como electores.
De este modo, no existía ninguna gestión adicional que debieran efectuar para explicitar su
218
Jornada Migraciones. Mesa 11
involucramiento en la comunidad política peruana. Por el contrario, en 2009, los bolivianos
residentes fuera del país acababan de conseguir que se concretara su derecho a sufragar, tras
una larga disputa resultante de su movilización como actores políticos comprometidos con la
realidad boliviana. Este proceso se enmarcó, además, en un contexto de intensa movilización
entre los bolivianos residentes dentro y fuera del país, que incluyó la elección del primer
presidente indígena, la reforma constitucional y la refundación de su Estado, entre otros
puntos destacables. La intensidad de estos hechos explica, en parte, los altos niveles de
participación en las elecciones de 2009, cuando el 95% de los ciudadanos bolivianos
empadronados (tanto dentro como fuera de país) concurrieron a emitir su voto, número que
contrasta fuertemente con el 84% de participación de los electores peruanos en las elecciones
de 2011.
En lo que respecta concretamente al voto transnacional, en la primera vuelta de las
elecciones peruanas de 2011 participó el 53,4% de los ciudadanos registrados con domicilio
fuera del país (56,6% en el caso de Argentina), mientras que en las elecciones bolivianas de
2009 votó el 65,5% de los empadronados (proporción que se eleva al 74% entre los
sufragantes desde nuestro país). Siendo que en ambas ocasiones el voto transnacional era
voluntario, esta diferencia en 12 puntos porcentuales en las tasas de participación electorales
entre bolivianos y peruanos no habla en sí misma de un mayor involucramiento político de los
primeros, sino que ella está permeada por diferencias técnicas. Vale decir que los bolivianos
sobre los que se efectúa el cálculo de participación son los empadronados, es decir, personas
que poco tiempo antes del sufragio habían efectuado un esfuerzo destinado únicamente a
votar, por lo que resultaba probable que lo concretaran asistiendo a los comicios. Por el
contrario, los peruanos venían quedando registrados en los padrones desde hacía años por el
mero hecho de informar un domicilio en el exterior ante las oficinas consulares, sin que ello
implicara interés alguno en votar. Esto hace que el porcentaje de asistencia de los peruanos se
calcule sobre un total de ciudadanos que puede carecer de interés en votar, y que está
registrado por razones distintas de las electorales. Esta diferencia técnica puede ser explicativa
del menor nivel de participación entre los peruanos emigrados, aún cuando ellos carecían de
tope en cantidad de electores autorizados.
Esta última cuestión también explicita diferencias entre el proceso peruano y el
boliviano. Mientras que todos los peruanos mayores de 18 años con domicilio registrado fuera
del país tenían la posibilidad formal de sufragar, sólo el 6% del padrón boliviano podía estar
compuesto por ciudadanos emigrados. Esto pareciera dar cuenta de cierto temor y evitación
por parte del Estado boliviano respecto del comportamiento político de sus ciudadanos
219
Instituto de Investigaciones Gino Germani
residentes fuera de su territorio. Finalmente el número tanto de empadronados como de
participantes fuera del país fue menor del habilitado pero, al menos en el caso de Argentina,
optó de modo más contundente aún por el candidato que había viabilizado su retorno a la
comunidad política boliviana: Evo Morales consiguió un 92% de adhesiones en Argentina
frente al 64% obtenido a nivel general.
En lo que respecta al voto peruano, el 3,8% de su padrón estuvo compuesto por
ciudadanos emigrados, proporción que en el marco de un proceso electoral sumamente reñido
se tornó de una relevancia trascendente. Vale destacar que las preferencias electorales de los
peruanos residentes en Argentina invirtieron aquellas manifestadas a nivel general,
prevaleciendo la opción por Fujimori en ambas rondas. Comprender los motivos por lo que
optaron principalmente por esta candidata excede las posibilidades de este trabajo, pero vale
destacar que la mayor parte de los electores peruanos transnacionales encuestados consideraba
que los resultados de las elecciones no modificarían su situación como migrantes, al tiempo
que expresaban que sufragaban por ―deber cívico‖, antes que por preferir a un candidato o
proyecto político sobre otro. Por el contrario, al ser consultados los electores bolivianos
afirmaron un claro deseo de acompañar el ―proceso de cambio‖ que tenía lugar en Bolivia, en
el marco del proyecto político liderado por Morales.
El análisis esbozado en estas páginas muestra que la alta proporción de ciudadanos
peruanos y bolivianos emigrados en condición de sufragar, sus altos índices de participación
pese a tratarse de un voto voluntario poco promovido por sus Estados de origen, la escasa
consideración de las problemáticas que atañen a los migrantes en las plataformas electorales
de los distintos partidos políticos, y la presencia de contiendas electorales cada vez más
reñidas convierten al voto transnacional en una práctica y un objetivo que merece mayor
atención política y académica. En tal sentido, es menester profundizar en varias de las
cuestiones aquí esbozadas recurriendo a entrevistas con funcionarios y referentes de ambas
colectividades, así como indagando lo acontecido en las elecciones generales efectuadas en
Bolivia en 2014 y en Perú en 2016, lo cual pretendo efectuar próximamente.
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221
Mesa 12
Relaciones con el otro: xenofobia,
dominación, exclusión
Coordinadoras y Comentaristas: Gisele Kleidermacher (IIGG,
UBA - CONICET), Anahí González (IIGG, UBA - CONICET) y
María Cecilia Martino (UBA – CONICET).
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Experimentando prácticas discriminatorias desde las políticas públicas
Soraya Ataide188
Introducción
En esta ponencia nos proponemos indagar en las situaciones de discriminación que
experimentan bolivianos y bolivianas por parte de representantes de las políticas
públicas, en un municipio salteño de larga historia migratoria. Nos interesa poner de
relieve cómo en distinta medida las prácticas discriminatorias y la presión
discriminatoria (Rivero, 2011) tienen como correlato una disminución de derechos para
estos sujetos, fundamentalmente de aquellos/as que se encuentran en situaciones de
vulnerabilidad laboral y habitacional.
Nuestro referente empírico se emplaza en el municipio de Apolinario Saravia,
departamento de Anta, en el este salteño. Lugar donde venimos realizando trabajo de
campo desde el año 2012, buscando establecer vínculos entre un mercado de trabajo
agrícola y la presencia predominante en distintas formas (trabajadores y productores) de
bolivianos y bolivianas. Ciertamente y como identificamos en otro estudio (Ataide,
2015) la zona ha sido destino de trabajadores de origen boliviano desde mediados del
siglo pasado.
Entre mediados de los setenta y finales de los noventa se insertaron como mano de
obra en la actividad tabacalera. Posteriormente, la crisis del sector a nivel nacional y la
reestructuración económica de la actividad, provocó una pérdida del cupo en Apolinario
Saravia, desapareciendo por completo la actividad en la zona. Es entonces cuando
bolivianos y bolivianas participaron de forma activa en la reconversión de la zona hacia
el cultivo de distintas hortalizas. Desde ese entonces y como en otros puntos del
territorio nacional (Benencia, 2012) la producción hortícola del lugar se constituyó en
un mercado de trabajo segmentado por nacionalidad boliviana.
En ese escenario se enmarca esta ponencia que se organiza de la siguiente forma.
En el primer apartado exploramos en la noción de ―inmigrante‖: ¿a quiénes se les fija
esta categoría, cuál es la posición social y los lugares que se les asignan? En el segundo
indagamos en el lugar o posición social del llamado ―inmigrante boliviano‖ en
Argentina y en la provincia de Salta en particular. En el tercero presentamos una serie
188
Magister en Estudios Sociales Agrarios, becaria doctoral del CONICET, docente en la cátedra de
Extensión Rural de la FCN, Sede Sur, UNSa. E-mail: soraya.ataide@gmail.com.
223
Instituto de Investigaciones Gino Germani
de situaciones concretas relatadas en las entrevistas y que nos permiten visibilizar la
discriminación experimentada por los y las bolivianos/as, por parte de los agentes que
representan a la política pública en distintos ámbitos de acción (vinculados con políticas
laborales, habitacionales, sociales, educativas y de salud) a su vez, en algunos casos
hemos indagado la manera en que los/as discriminados/as interpelan las prácticas o
discursos de estos agentes. Finalmente presentamos nuestras reflexiones finales.
¿De qué hablamos cuando hablamos de inmigrantes?
Una cuestión que aparece central en este estudio es de-construir la categoría ―in-
migrante‖ y preguntarnos quiénes son los nominados por la misma y cuáles son los
roles o posiciones que les son asignados dentro de un determinado esquema de
clasificación social.
De acuerdo con Sayad (1984) la ―inmigración‖ debe ser pensada, antes que nada,
ligada al orden nacional, en el contexto de la descolonización de los Estados, donde los
emigrantes provienen en su mayoría de otros Estados nación189. En ese sentido la
inmigración se constituye como un problema nacional (por lo tanto, un problema
eminentemente político). De esta forma, el autor nos propone una doble definición:
la inmigración es la presencia en el seno del orden nacional (i.e. en la nación,
en lo ―nacional‖) de los ―no-nacionales‖ (i.e. extranjeros, ―nacionales‖ de
otra nación y de otra nacionalidad, de otro orden nacional) -por simetría, la
emigración es la ausencia fuera del orden nacional (i.e. fuera de la nación,
primero, y segundo, tarde o temprano, fuera de la nacionalidad) de los
―nacionales‖, lo que implica que ella es la presencia de los ―nacionales‖ en
otro orden nacional (en una nación y en el seno de una nacionalidad
extranjeras)-; el inmigrante es el ―no-nacional‖ (el extranjero, por lo tanto el
―nacional‖ de otro orden nacional, de una nación y, hasta nuevo aviso, de
una nacionalidad extranjera) presente en el orden nacional (i.e. en la nación,
en lo ―nacional‖) -y, simétricamente, el emigrante es el ―nacional‖ ausente
del orden nacional (i.e. de la nación, de lo ―nacional‖) lo que implica que
está presente en otro orden nacional (en una nación y en el seno de una
nacionalidad extranjera)-. Así, los dos órdenes, el orden nacional y el orden
de la inmigración (y de la emigración) están consubstancialmente ligados el
uno con el otro. No se puede hablar de uno sin hablar del otro o sin ser
reenviado al otro: hablar de uno es necesariamente hablar, al mismo tiempo,
del otro (p. 102).
189
El autor basa su análisis en un trabajo de investigación sobre la inmigración argelina en Francia pero
también en la reciente migración de turcos a este país.
224
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Sayad (1984) sostiene que no se trata de un juego fácil de la dialéctica de la
identidad y de la alteridad, en el que lo ―nacional‖ solo existiría en presencia (efectiva o
solamente posible, presencia probada o solamente pensada) de su contrario, o por
oposición a su contrario, lo ―no-nacional‖; más bien, sostiene que la inmigración es la
experiencia de confrontación entre ser ―nacional‖ y ―no nacional‖. Y de algún modo
incorpora la idea de conflicto o problema.
Asimismo nos alerta que esta es una definición ideal pues hoy más que nunca
inmigrante refiere a una condición social. Dice: ―Si todos los extranjeros no son
(socialmente hablando) inmigrantes, todos los inmigrantes no son necesariamente
extranjeros (jurídicamente hablando)‖ (Sayad 1984: 103). Precisamente, la condición
social del inmigrante está asociada a su presencia extranjera, provisoria, por razones de
trabajo (o subordinadas al trabajo). Los inmigrantes no son turistas ni profesionales
―expatriados‖, básicamente son trabajadores no calificados procedentes de Estados que
pueden englobarse en los llamados ―países pobres‖.
En otro trabajo Sayad (1998) observa que el inmigrante oscila entre un estado
provisorio que lo define de derecho y una permanencia, cada vez más prolongada, que
lo caracteriza de hecho. Y precisamente el carácter definitivo de la movilidad, jamás es
anunciado como tal. En primer lugar, es negado por los propios inmigrantes que
habiendo entrado provisoriamente en una sociedad que sienten hostil precisan
convencerse a sí mismos, a veces contra las evidencias, de que su condición es
efectivamente provisoria. En segundo lugar, también es negado por las comunidades de
origen que tienden a considerar a sus emigrantes como simples ausentes, por más larga
que sea su ausencia. Ahora bien, en la sociedad de destino, el inmigrante adquiere su
estatus provisorio en el campo del derecho ya que, en cuanto extranjero se le puede
negar la permanencia y su agencia en el ámbito de la esfera política. Este estatus se
explicita a través de determinadas reglamentaciones, las cuales cambian según las
circunstancias, siendo más o menos restrictivas, de acuerdo al escenario político-
económico del país de destino (Sayad, 1998).
En definitiva, la permanencia de los inmigrantes, se encuentra enteramente sujeta
al trabajo, pero no a cualquier trabajo, los inmigrantes son asignados a determinados
mercados de trabajo en lo que Pedreño Cánovas (2005) llama ―sociedades
etnofragmentadas‖ (p. 59). Dentro de las cuales la etnicidad-nacionalidad tiene un papel
fundamental, actuando como marcador diferenciador de unas determinadas poblaciones
que quedan inferiorizadas en la distribución de los recursos sociales y ocupacionales,
225
Instituto de Investigaciones Gino Germani
limitando sus posibilidades de elección y acceso a esos recursos. Así, la segmentación
laboral resultante, funciona en base a clasificaciones y jerarquizaciones de los distintos
colectivos de inmigrantes a través de una lógica del estigma (Pedreño Cánovas,
2005)190. Una lógica racializada que justifica o naturaliza la inserción laboral precaria
de los inmigrantes.
Pioneramente Wolf (1993) afirmaba que las clasificaciones que diferencian a la
fuerza de trabajo y que asignan ciertos trabajadores a determinadas posiciones laborales
y a otros trabajadores a otras en virtud de sus características culturales o raciales, dan
forma a una segmentación étnica del mercado de trabajo que resulta funcional a las
actuales modalidades de acumulación del capital. Proceso que Margulis (1999a)
denominaría ―racialización de las relaciones de producción‖ (p. 17).
Ahora bien, ¿cómo son construidos los ―inmigrantes bolivianos‖ en Argentina,
qué procesos identitarios entran en juego, cómo operan los tipos sociales ideales
argentino y salteño en estos procesos?
Ser boliviano en Argentina y en Salta: algunos elementos para el análisis
Partimos de pensar en la existencia de un sistema de clasificación social que responde a
un determinado ideal del ser nacional, que resulta en la construcción de jerarquías
sociales -siempre en proceso de resignificación, cuestionamiento y reproducción-
(Ataide, 2015). Una matriz clasificatoria atravesada por distintas desigualdades, pero
donde es clave, según Briones (2008) considerar a la Nación -como- Estado operando
en tanto territorio simbólico contra el cual se recortan y en el cual circulan distintos
tipos de ―Otros internos,‖ como también ―Otros externos‖ (p. 19) a la Nación. En ese
sentido, la importancia de identificar a estos Otros y sus características nos permite en
definitiva, reconocer qué lugares se les tiene asignado, cómo los ocupan, cuánto espacio
tienen para moverse, y cómo pueden moverse a través de ellos (p. 17).
De acuerdo con la autora las formaciones nacionales de alteridad en nuestro país,
sedimentadas en el sentido común, plantean la versión dominante de que los argentinos
bajaron de los barcos (Briones, 2008). Esto para la autora implica por un lado trazar
190
Pedreño Cánovas (2005) analiza la condición inmigrante en sociedades etnofragmentadas, a partir de
dos procesos de movilidad de personas en la Región de Murcia. El primero vinculado al flujo dentro de
los países de la comunidad, de clases altas, a partir de la proliferación de urbanizaciones de segunda
residencia, el segundo asociado a los trabajadores procedentes de países extracomunitarios
(principalmente ecuatorianos y marroquíes). Entonces observa cómo, solo son identificados como
inmigrantes, aquellos sujetos integrantes del segundo grupo.
226
Jornadas Migraciones. Mesa 12
distancias nítidas respecto de ciertos otros externos (los aindiados hermanos
latinoamericanos) en base a un ideario de nación homogéneamente blanca y europea.
Pero también, silencia la existencia de otro tipo de alteridades, como la de los pueblos
indígenas, a los cuales, el crisol191 les abrió una puerta minúscula de entrada, pero
instalando una asimetría anclada en procesos de racialización (Briones, 2002).
Una de las formas en que se consolidó la distancia social -rechazo- sobre los
inmigrantes limítrofes, fue a través de la política migratoria. Precisamente, desde la Ley
de 1876 que fomentaba la inmigración, la normativa fue estrechándose cada vez hasta
cristalizarse en la llamada Ley Videla, de 1981 (Pacceca y Courtis, 2008). Dicha Ley,
según Domenech (2011) se constituyó en el fundamento de la noción de ―ilegalidad‖ y
en ella la migración limítrofe se concibió como un problema, a la vez que sus
protagonistas comenzaron a ser reconocidos como ―extranjeros indeseables‖ (p. 9).
Durante los años noventa, en un contexto global de flexibilización de la
producción y de precarización laboral, Pizarro (2012) sostiene que fueron las
biopolíticas migratorias restrictivas y la retórica de la exclusión las que subsidiaron las
necesidades de las nuevas formas de acumulación de capital. Así, ―en coexistencia con
la Ley Videla, emergió un discurso abiertamente xenófobo y estigmatizante hacia los
inmigrantes regionales, asignándoles el rol de chivo expiatorio de las consecuencias de
los ajustes del Estado‖ (p. 225). Precisamente, sobre los inmigrantes limítrofes cayó la
responsabilidad de la crisis del sistema de salud, de la potabilización del agua y la
detección de casos de cólera y de enfermedades que se suponían desaparecidas del país;
el crecimiento del índice de desocupación y el aumento de casos delictivos en Buenos
Aires. Asimismo, la estigmatización hacia esta población fue alimentada desde los
discursos de ciertos medios de comunicación y de altos funcionarios y representantes de
instituciones locales (Caggiano, 2005).
La Ley Videla enmarcó la cuestión migratoria hasta el año 2004, cuando se
aprobó la Ley de Migraciones N° 25.871, que significó un cambio de perspectiva, desde
el enfoque de la seguridad nacional al de los derechos humanos. Esto significó en
primer lugar, la incorporación en la Constitución Nacional del derecho a migrar, pero
también la igualdad de derechos sociales con los ciudadanos nacionales (en temas de
salud, seguridad social, vivienda y educación). Además, esta ley estipula que la
191
La autora hace referencia a la idea anclada en el sentido común, que concibe a la sociedad argentina
como resultado de una mezcla de razas, como consecuencia de las migraciones de diverso origen
(predominantemente europeo) y su mezcla con la población originaria. Esto daría lugar a un ―crisol de
razas‖.
227
Instituto de Investigaciones Gino Germani
irregularidad migratoria en ningún caso impedirá el efectivo acceso a esos derechos
(Ceriani Cernadas, 2011).
Sin embargo, en tanto la inmigración es pensada como una condición social, más
allá de los cambios en la letra de la ley existen ciertos mecanismos generadores de
exclusión que pueden seguir funcionando aun cuando se reconozcan legalmente los
derechos humanos de los inmigrantes. Pizarro (2012) menciona por un lado, el racismo
y el fundamentalismo cultural -referidos por Caggiano (2008)- y, por el otro, la
existencia de relaciones sociales desiguales entre nacionales e inmigrantes extranjeros
que posibilitan la acumulación de capital en el mundo globalizado.
Ahora bien, este es un cuadro de situación que si bien plantea una representación
del inmigrante boliviano en el país: como un ―indeseable‖, supone también una
homogeneidad de los sujetos con dicha pertenencia nacional. Los inmigrantes, aun en su
sociedad de origen no son todos únicamente sujetos nacionales, así como tampoco la
sociedad de arribo constituye un espacio nacional homogéneo.
En la provincia de Salta, pensar en la posición social del inmigrante boliviano
conduce a identificar la existencia de un tipo ideal provincial -construido desde los
sectores dominantes- como un Otro interno de la Nación pero también sobre el cual se
recortan distintos Otros internos de la provincia, que en esta lógica de clasificación son
jerarquizados.
De acuerdo con Lanusse y Lazzari (2008), el juego de las identidades y
diferencias en la provincia de Salta, configurado por los sectores hegemónicos, se
despliega entre las categorías de ―gaucho‖192, ―colla‖193 e ―indio‖. La cúspide estaría
representada por un sujeto blanco, de herencia hispánica y moral cristiana. No obstante,
el mestizaje194 con la población nativa obligó a estos sectores a representarse a través de
192
El tipo social gaucho, en términos generales ha estado asociado al hombre de campo, del interior del
país, contrapuesto al hombre de ciudad y principalmente de Buenos Aires. No obstante ha tenido
valoraciones distintas a lo largo de la construcción del relato histórico que los sectores de poder
configuraron en torno al país, para profundizar sobre esto puede consultarse el trabajo de Villagrán
(2012).
193
Este nombre proviene de las poblaciones precolombinas de la región andina que, poco tiempo antes de
la llegada de los españoles, entre 1430 y 1480, habían sido incluidas por los Incas en el Tawantinsuyu,
que se había expandido hacia los andes meridionales, al reino de los collas o el collasuyu. En
documentos, fuentes literarias, históricas y diccionarios de regionalismos se escribe coya o colla.
Actualmente los movimientos reivindicativos indigenistas, han reelaborado su escritura a Kolla (Yudi,
2012).
194
De acuerdo con Yudi (2012), el mestizaje debe ser entendido, en primera instancia, en términos
literales: como mezcla de sangre. Precisamente, el mestizo forma parte de los tipos sociales surgidos en
Salta alrededor del Centerario o en las tres primeras décadas del siglo XX, en un esquema de clasificación
basado en una gradiente policromática de mixturas. El autor sostiene que la misma cubría un espectro,
donde en un extremo se ubicaba al ―indio‖ (y con connotaciones tanto o más negativas al negro al que se
228
Jornadas Migraciones. Mesa 12
un tipo social mestizo: el ―gaucho‖195. El gaucho, como tipo ideal salteño, se constituyó
como un sujeto más blanco que indio. De esa forma, los grupos de poder local
construyeron una autoimagen con el objetivo de legitimarse en una mentada condición
de superioridad natural (Lanusse y Lazzari, 2008).
En este imaginario aparecen ciertos Otros internos subordinados. Por un lado los
indios del Chaco, quienes constituyen en esta clasificación la diferencia interna más
irreductible de la salteñidad (Lanusse y Lazzari, 2008). Representando la barbarie, lo
más alejado de la occidentalidad como grupos recluidos en la región del Chaco. Por otro
lado aparece el colla, operando de un modo diferente. En algunos casos, connota un
mestizaje impuro o fracasado (a diferencia del gaucho) ubicado fuera del Chaco y
ligado a las clases bajas. Si bien es concebido dentro del sujeto provincial, no obstante,
es rechazado cuando se percibe en él marcas de indio. El colla puede ser nacional, pero
también extranjero (boliviano) (Lanusse y Lazzari, 2008: 207). Para Flores Klarik
(2010) este sujeto es concebido con una fuerte carga de atributos negativos relacionados
con el atraso, la inferioridad racial, la psicología impenetrable a valores modernos. Sin
embargo, en otros casos el colla es positivado como criollo (nativo) de origen indígena
y, en tal sentido, se alinea con el gaucho, aunque ubicado en los estratos más bajos de la
estructura social.
Esta clasificación racial de los grupos subalternos, identificada a lo largo del siglo
XX e incluso en la actualidad, aun con sus rupturas, continuidades, resistencias196,
reconfiguraciones, ha servido, según Yudi (2012) para construir sujetos con atributos de
inferioridad racial y cultural y, precisamente un tipo de trabajador que en la medida en
que asimilaba esa forma de violencia simbólica (Bourdieu, 2000) se integraba a los
sistemas productivos en condiciones desfavorables. Así, las poblaciones nativas en el
norte argentino se integraron a los mercados de trabajo y a las agroindustrias con la
pesada carga de sus atributos étnicos. Esto permitió a las clases dominantes
reconocerlas negativamente (estigmatizarlas) y desvalorizarlas materialmente (sub-
remunerarlas); es decir, sobre-explotarlas (Yudi, 2012).
reconoce una presencia ya minoritaria en la época) y en el otro al blanco ―hispánico‖, con distintas
valoraciones respecto a las porciones adjudicadas a los componentes de las mezclas.
195
Esta nominación aparece en las primeras décadas del siglo XX, en el contexto de la ola nacionalista,
cuando desde Buenos Aires se alienta una reconciliación con el mestizaje (Villagrán, 2010).
196
Es importante señalar que, en las últimas décadas, se reconocen procesos de organización, resistencia y
lucha por parte de las comunidades indígenas de distintas zonas de la provincia y en el resto del territorio
nacional. Esto da cuenta de un contexto más favorable en la construcción de espacios de demanda. Para
un análisis detallado de este proceso en comunidades Kollas en Salta, puede consultarse el trabajo de
Yudi (2012).
229
Instituto de Investigaciones Gino Germani
En estos estudios citados encontramos que las categorías sociales tienen cierto
correlato con los distintos ambientes de la provincia; así, el sujeto ideal salteño estaría
emplazado en el Valle de Lerma; el colla en los Andes197 y el indio puro en el Chaco.
Ahora bien, ¿dónde están los bolivianos? La bolivianidad (escasamente referida en los
trabajos con el mote de colla) aparece vinculada a las tierras andinas, ambiente
compartido con el occidente boliviano. Asimismo, se encuentra doblemente distanciado
del tipo ideal salteño: por indio y por no nacional. Ahora bien, en estos estudios no hay
referencia a otras bolivianidades, como puede ser la tarijeña (asociada al departamento
de Tarija ubicado en el sur boliviano), o camba (correspondiente al departamento de
Santa Cruz en el este boliviano)198.
Por su parte, ―boliviano‖ constituye en Argentina, una nominación utilizada no
solamente por quienes portan dicha nacionalidad en sus documentos. Constituye una
categoría social que marca a los radicados -residentes- en Argentina, a los hijos o nietos
de bolivianos, aunque estos hayan nacido y permanecido durante toda su vida en la
Argentina. A su vez, existen ciertos factores que pueden disminuir o aumentar la
distancia de este sujeto con respecto al tipo ideal nacional o salteño, como puede ser el
éxito económico, el fenotipo, el idioma utilizado, la región de procedencia, el tiempo de
residencia en el país, etc. (Ataide, 2015). En ese sentido, las marcas asociadas al indio,
tanto en el fenotipo, en el uso del quechua, o la región de procedencia, lo alejan. Y
mientras mayor sea el tiempo de residencia en destino y cuánto logre borrar las marcas
asociadas a su origen, o en presencia de un ascenso socio-económico, podrá acercarse.
No obstante, el acercamiento no significa aceptación total, más bien pueden aparecer
como ―Otros subordinados tolerables‖ (Briones, 2008). Esto último puede reconocerse
en los actuales productores de origen tarijeño de Apolinario Saravia, un número
reducido de familias que lograron un ascenso socio-económico y se les asigna ciertas
características como ―individualistas‖ o ―explotadores‖ (refiriéndose a la forma en que
se relacionan con la fuerza de trabajo procedente del mismo origen nacional).
Por otra parte, una cuestión que creemos relevante explorar es la condición de
género como una marca clasificatoria que aparece en los discursos explicando ciertas
características particulares -generalmente negativas- asignadas a las mujeres bolivianas.
197
Conforma una amplia y diversa zona que abarca la Puna Salteña y Jujeña, la quebrada de Humahuaca,
los Valles Calchaquíes y la Cordillera Oriental de la provincia de Salta (esta última compuesta por los
actuales departamentos de Iruya, Santa Victoria, y la parte occidental de Orán).
198
Sobre estas diferencias identitarias para la misma zona puede consultarse el trabajo de Benencia y
Ataide (2015).
230
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Ahora veamos ¿cómo opera esta distancia social hacia el boliviano/a en los
espacios donde se intersectan sus trayectorias con las políticas públicas en Apolinario
Saravia; fundamentalmente en aquellos que se encuentran en situaciones de
vulnerabilidad laboral y habitacional?
La discriminación en los discursos
Siguiendo a Rivero Sierra (2011) la discriminación supone, por un lado una operación
de distinción; donde lo que se distingue es un colectivo humano dentro de ciertos tipos
particulares de colectivos. A su vez, en esa operación se establecen ciertas relaciones de
valor entre los miembros, donde lo discriminado se encuentra, por lo menos, un escaño
abajo en la valoración, donde existen ciertas relaciones de poder, y donde se da alguna
forma de rechazo por parte de quien discrimina.
Este autor concibe la práctica discriminatoria como ―la manifestación tangible de
la configuración de relaciones de poder que llamamos discriminación‖ (Rivero Sierra,
2011: 273). Y sostiene que la práctica discriminatoria se presenta: a. donde hay
una acción de rechazo y/o inhabilitación sobre un miembro, o más, de un
colectivo en donde el rechazo y/o la restricción pesa sobre el individuo en
tanto miembro de ese colectivo, b. donde el rechazo y/o inhabilitación está
fundada en una motivación ideológica del agente discriminador que la
legitima y, c. donde el agente discriminador mantiene una relación de poder
desigual con el discriminado y por lo tanto puede rechazarlo y/o inhabilitarlo
(p. 273).
Rivero Sierra (2011) también sostiene la importancia de ver lo que llama ―Presión
discriminatoria‖ (p. 276) concebida como la percepción que tiene un agente social
discriminado de que es considerado miembro de un grupo por el cual un sector social
siente rechazo. ―La presión discriminatoria pretende explicar los procesos por los cuales
los agentes sociales discriminados se auto-limitan, como parte de una estrategia para
evitar posibles acciones discriminatorias en su contra‖ (Rivero Sierra, 2011: 277).
En presencia de una u otra forma veremos que el correlato es, en mayor o menor
medida, una disminución en la capacidad de ejercer plenamente los derechos en quienes
son marcados por su origen nacional boliviano/a. Identificamos los discursos de los
agentes de la política pública que, desde su lugar de poder, tienden a rechazar e
inhabilitar -en menor o mayor medida- a los bolivianos/as.
231
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Ser boliviano/a y trabajador/a
El mercado de trabajo hortícola para consumo interno, en nuestro país como en
Apolinario Saravia se caracteriza por su informalidad y precariedad. En ese escenario
nos preguntamos en qué medida los actores de la política pública local, representantes
del municipio reconocen la problemática laboral como tal y si generaron acciones en
torno a la misma. Particularmente interesaba indagar si la percepción sobre el/la
boliviano/a tiene incidencia en la presencia o ausencia de políticas públicas.
Durante una entrevista realizada en el año 2012, un representante de la
intendencia, también productor hortícola, relató el escenario productivo presente en la
zona dentro del cual destacó la predominante presencia boliviana. Se refirió por un lado
a la capacidad de crecimiento de los bolivianos, pero también a la relación laboral de
explotación hacia sus propios (enfatizado) connacionales (Roberto, entrevista personal,
Apolinario Saravia, 2012).199
En su discurso, este sujeto se distanció de aquellos pertenecientes al colectivo
nacional boliviano por su ―capacidad de crecimiento‖. Ciertamente, en otras entrevistas
esta condición se ampliaba en la capacidad de ahorro y de soportar largas jornadas de
trabajo (Aníbal, entrevista personal, Apolinario Saravia, 2012), las cuales básicamente
se justificaban por el origen nacional. Asimismo, se distanció por la actitud de los
bolivianos en su rol de patrones, concretamente por ―explotar‖ a sus connacionales,
resultando en una supuesta deslealtad de nacionalidad. Desde esta lógica, la condena se
acentuaba por el hecho de efectuarse hacia un connacional y no, por implicar la
ausencia de ciertos derechos laborales de los trabajadores en sí mismos.
Ahora bien, en tanto funcionario público no problematizaba ese escenario, ni lo
consideraba como parte de una situación dentro de su posible accionar. En su discurso
se reconoce la responsabilidad de las condiciones laborales de los trabajadores,
solamente en el patrón. En definitiva, la discriminación reflejada en las características
asignadas como innatas a los bolivianos explica en parte la falta de políticas orientadas a
mejorar las condiciones de vida y trabajo de los bolivianos/as.
199
En este punto, es preciso aclarar que todos los nombres de entrevistados consignados son seudónimos.
232
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Ser mujer y boliviana
En el año 2015, varias de las mujeres que entrevistamos en la zona complementaban el
ingreso familiar (mayormente compuesto por el trabajo hortícola) con la AUH200 y la
llamada Tarjeta Social Alimentaria201. Durante una de las entrevistas en el año 2015,
María, con seis hijas a su cargo, nos contaba su experiencia con el área de Desarrollo
Social del municipio.
En cierta ocasión que extravió la Tarjeta e intentó iniciar nuevamente el trámite
para obtenerla, se encontró con la persona encargada del área, y en ese encuentro
experimentó la discriminación por su origen nacional y su condición de género y clase.
Precisamente, la respuesta que recibió María ante su consulta fue la siguiente: ―¡Si ya la
perdiste, ya está! ¿Por qué no te vas a tu país? ¿Cuántos hijos tenés?‖ Al contarnos el
episodio intermediaba su relato con comentarios del tipo: ―Como si tuviese muchos
[hijos] ¿vio?‖ (María, entrevista personal, Apolinario Saravia, 2015).
María no insistió con el trámite. Básicamente fue estigmatizada por tener
varios/as hijos/as a su cargo, es decir una maternidad ―numerosa‖ mal vista en sectores
pobres202. Una discriminación que se acentúa por ser extranjera, de nacionalidad
boliviana. Desde esta lógica discriminatoria su condición de boliviana la sitúa en la lista
de quienes son menos merecedoras de los beneficios de las políticas sociales, en
relación a otras mujeres nacionales. Y esta falta de ―merecimiento‖ se acentúa si -
además- tienen varios hijos, suponiendo una mayor carga para el Estado Nacional, al
cual no pertenece, desde la lógica discriminatoria. En definitiva, la experiencia de María
resultó en una presión discriminatoria que limitó su accionar, dejándola sin un beneficio
al cual podría acceder solamente por el hecho de ser madre y trabajadora no registrada,
es decir encontrarse en una situación de vulnerabilidad social.
Las políticas habitacionales
Entre las políticas más importantes del municipio en los últimos años, se destacan los
planes de viviendas, a los cuales podían acceder los argentinos nativos y por opción. De
200
Asignación Universal por Hijo.
201
Esta tarjeta es gestionada por un jefe/a de hogar, en situación de vulnerabilidad, de forma gratuita en la
oficina de Acción Social de cada municipio. La tarjeta corresponde a un ingreso económico a partir de
$70 (hasta el año 2015) según la cantidad de hijos del grupo familiar, destinado a la compra de alimentos.
202
Creemos necesario aclarar que la maternidad ―numerosa‖ en las clases altas de Salta es símbolo de
vida religiosa, entrega y en todo caso marca a esas mujeres como ―buenas madres y esposas‖.
233
Instituto de Investigaciones Gino Germani
esa forma, los/as bolivianos/as radicados/as en el país tenían posibilidad de inscribirse.
No obstante, cuando preguntamos sobre el interés en dichos planes y la realización de
los trámites, algunos/as bolivianos/as nos contaban la existencia de trabas que impedían
concretar los mismos.
Bianca, que reside en Apolinario Saravia desde el año 2007, junto a su marido y
su hijo de seis años, manifestaba preocupación por la situación habitacional de su
familia. Como gran parte de los trabajadores de la actividad hortícola en la zona, poseen
una vivienda precaria dentro del lugar de trabajo en las fincas:
[…] los políticos, no hay ayuda, esas casas que da la presidenta, para
nosotros no hay, ya tenemos la radicación, pero de ese barrio nuevo, piden
que sí o sí sean argentinos. No es que la gente de acá solamente necesita […]
Pienso, dentro de uno, porque uno no puede mandar los sentimientos de los
que están arriba, no debería decir que estos papeles tienen que ser. Uno
necesita, aunque sea cuotas, mínimo, uno como trabaja siempre puede pagar
[…] (Bianca, entrevista personal, Apolinario Saravia, 2016).
Otra entrevistada, en relación al trámite de inscripción nos contaba: ―Mi marido
averiguó para hacerse la casita, tenés que pagar el impuesto, tenés que ser casado, tenés
que tener tres hijos, no sé qué más, pero argentino. Te anotás, si tenés suerte te sale‖
(Rosa, entrevista personal, Apolinario Saravia, 2016).
De ambos relatos podemos inferir en principio una falta de información real sobre
el mecanismo de selección de los planes de viviendas y las posibilidades de acceder a
los mismos. En este sentido, las entrevistadas hacen referencia a ciertas ―inhibiciones‖
construidas por aquellos que están en el lugar de ejecutar las políticas públicas.
Inhibiciones que los excluyen por no tener ―estos papeles‖ o no ser ―argentino‖. Esas
inhibiciones, producto de la presión discriminatoria percibida resulta en una
construcción de ciudadanía, donde pesa más el lugar de nacimiento, que la radicación y
residencia.
En la escuela y el hospital
En una entrevista, una ex docente203 caracterizaba la presencia de niños/as bolivianos/as
o de sus hijos/as en la escuela como un problema:
203
La entrevistada actualmente se encuentra jubilada pero trabajó durante más de veinte años en la
escuela del municipio
234
Jornadas Migraciones. Mesa 12
[…] los papás están todo el día afuera, trabajando, lo niños están solos todo
el día […] ellos, priorizan el trabajo […] los niños son repitentes, no hay
acompañamiento de los padres. Esto para las docentes de la escuela,
representa un problema, para los propios docentes y la ―comunidad escolar‖.
Es como que aspiran a un nivel económico, pero no cultural. Tienen a sus
trabajadores en negro, los explotan a sus compatriotas […]. (Andrea,
entrevista personal, Apolinario Saravia, 2012).
La entrevistada explica un comportamiento -como- propio del boliviano, sin hacer
una distinción por su condición de clase, entre trabajadores y productores. En esta
entrevista se construye una representación del boliviano como ambicioso y descuidado
con sus hijos, sin aspiraciones ―más elevadas‖: educativas o culturales. Más allá de este
relato, la entrevistada no refirió a ninguna acción realizada desde la escuela para revertir
o compensar este escenario, enfocando los supuestos problemas educativos solamente
en el origen nacional de los escolares.
Con respecto a la supuesta falta de interés en la educación de sus hijos nos
permitimos algunas aclaraciones. De acuerdo a nuestras entrevistas, la mayoría de los
hijos de los pioneros (llegados mayormente desde Camargo) y de los tarijeños que han
logrado convertirse en productores, culminaron sus estudios, tanto en el nivel primario
como secundario, en el colegio de Apolinario Saravia. En algunos casos, han asistido
varios años y en otros han completado sus estudios en la universidad pública de Salta.
Claro, nos estamos refiriendo a aquellas familias con la capacidad económica de
sostener la educación y vida de un hijo estudiando en otra ciudad. No nos referimos a
quienes componen la fuerza de trabajo precaria en las fincas (aunque también nos
encontramos con casos de hijos/as de trabajadores/as que han cumplido el ciclo primario
y secundario). Estos pueden vivenciar algunas de las situaciones comentadas por la
docente, aunque ciertamente estas podrían derivar de la condición de vulnerabilidad
laboral, social y cultural dentro del contexto en el cual se insertan y no, como
consecuencia ―natural‖ de su origen nacional.
En esta misma entrevista, la persona refirió a la presencia de niños/as de origen
boliviano/a con la expresión de: ―te avasallan la escuela‖, idea que remite a ―invasión‖ y
que también aparece en las entrevistas realizadas a los médicos del hospital de
Apolinario Saravia: ―no piden, te exigen‖ (Juana, entrevista personal, Apolinario
Saravia, 2012). Una cierta violencia o brutalidad ejercida por los inmigrantes sobre un
aparente espacio homogéneo y no conflictivo en destino y que es vinculada
directamente a su origen nacional. Ahora bien, durante una conversación que tuvimos
235
Instituto de Investigaciones Gino Germani
con dos mujeres bolivianas, les preguntamos por la atención en el hospital. Una de ellas
nos relató lo que acontece cuando asiste para colocarse la inyección anticonceptiva
gratuita:
[…] acá no te dan mucha bolilla en el hospital, falta mucha más atención,
organización, poca pelota te dan. A veces la doctora, la enfermera te dice:
¡no, yo pensé que era más urgente! Para uno es más urgente, para mí, es por
eso me vengo a inyectar, para mí es importante por eso vengo‖ (Bianca,
entrevista personal, Apolinario Saravia, 2016).
Podemos inferir que la atención en el hospital puede variar de acuerdo con la
nacionalidad de los y las pacientes. Lo que sí es evidente es que la relación -atención-
está mediada por la percepción que ambas partes tienen de la bolivianidad.
Reflexiones finales
En el marco de la Ley de migraciones N° 25.871, que incorpora la perspectiva de los
Derechos Humanos a la normativa migratoria. La cual tiende a igualar en derechos a los
Otros nacionales con los derechos de los nacionales argentinos: los ciudadanos de
primera. Nos propusimos indagar en las experiencias discriminatorias de bolivianos/as
con los agentes representantes de las políticas públicas, en relación al ejercicio de sus
derechos. Con ese objetivo, nos pareció pertinente de-construir la noción de
―inmigrante‖, para luego explorar en los procesos identitarios que atraviesan la
construcción del ―inmigrante boliviano‖ en Argentina y en la provincia de Salta.
Tomando el caso de bolivianos y bolivianas en un municipio salteño: Apolinario
Saravia y a partir de una serie de entrevistas, en algunos casos identificamos las
prácticas discriminatorias por parte de diversos representantes de las políticas públicas y
en otros el modo en que son percibidas por los propios bolivianos/as (por presión
discriminatoria). Ciertamente observamos que ambos procesos limitan el acceso a
mejores condiciones laborales, a los beneficios de políticas sociales e inciden en la
atención en espacios educativos y de salud pública. En ese sentido, en las experiencias
cotidianas de bolivianos y bolivianas, atravesadas por prácticas de discriminación, son
configurados como ―ciudadanos/as de segunda‖ lo cual se acentúa en bolivianas, por su
condición de mujeres y en ese sentido sobre estas últimas podemos pensar que se
configuran como ―ciudadanas de tercera‖.
236
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Si bien estas son las primeras reflexiones que derivan de experiencias concretas,
relatadas en entrevistas realizadas en el marco de una investigación que tiene otro
objetivo, nos interesó dar cuenta de estas cuestiones y nos queda profundizar nuestras
argumentaciones con un estudio sistemático de otras experiencias.
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238
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Entre la inclusión y la segregación, las experiencias de estudiantes migrantes
latinoamericanos en dos escuelas medias de la capital neuquina
Romina Fuentes204
Introducción
El presente trabajo intenta dar cuenta de los resultados alcanzados durante el segundo
año del plan de trabajo de la beca en investigación ―Procesos de inclusión/segregación
de alumnos migrantes limítrofes. Una mirada a partir del nivel medio‖205.
El objetivo general que orientó la investigación fue analizar los procesos de
inclusión/ segregación de estudiantes migrantes limítrofes e indagar si estos se
materializan a través de los proyectos escolares.
En este sentido, indagamos los discursos y expectativas de los docentes y
estudiantes acerca de los estudiantes migrantes y la forma en que estos se apropian de
tales representaciones, en referencia a la inclusión/exclusión escolar. Identificamos y
analizamos esos discursos y expectativas en las interacciones cotidianas, indagamos
cómo impacta en la construcción de la subjetividad de los alumnos migrantes y las
apropiaciones y sentidos que cobran para ellos.
Algunos de los interrogantes que orientaron el presente estudio son:
¿Cuáles son las representaciones que se construyen sobre la alteridad? ¿Quién
es el estudiante otro (a)? ¿Cómo se lo/a visualiza o invisibiliza?
¿Cómo se relaciona la diversidad con la igualdad/desigualdad en el espacio
pedagógico?
¿Cuál es la expresión en las escuelas de las políticas educativas y legislaciones
vigentes respecto del marco normativo en relación a la inclusión en general y a la
migración en particular?
¿Qué papel juega la alteridad en las relaciones con toda la comunidad
educativa?
204
Profesora en Letras y Profesora en Ciencias de la Educación. Docente en Nivel Medio (CET 9 y CET
15-Cipolletti, Río Negro) y Superior No Universitario (ISFD N° 6, Neuquén); Becaria de investigación,
graduada FaCE –UNCo; Escuela de Formación Política de Líderes y Lideresas Migrantes, Pastoral de
Migraciones. E-mail: rominabfuentes@gmail.com.
205
Dicha propuesta se enmarca dentro del proyecto de investigación denominado “Escuela Secundaria,
cultura política y trabajo. Una mirada desde proyectos escolares en la provincia de Neuquén” dirigido
por la Dra. Adriana Hernández y co-dirigido por la Mg. Silvia Martínez.
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
¿Cómo son los trayectos formativos que se establecen para los estudiantes
migrantes? ¿Qué relación se establecen con los procesos de inclusión/ exclusión?
¿Cómo se desarrollan sus trayectorias escolares?
¿Cómo se apropian y qué sentidos le atribuyen a esos discursos y expectativas
los/as estudiantes migrantes?
En función de los mismos se tomó la decisión de indagar acerca de la experiencia
de los y las estudiantes migrantes limítrofes en una escuela de la capital neuquina, las
representaciones que sobre dichos estudiantes se construyen en la institución escolar, de
qué manera se apropian estos sujetos de los discursos que los tienen como protagonistas
y cómo transitan por el nivel medio en un contexto en el que la normativa en relación a
la educación intercultural ha manifestado avances plasmados en la Ley de Educación
Nacional.
Contexto
La capital neuquina, así como toda la región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, ha
recibido distintas corrientes migratorias a lo largo de los años, tanto de origen europeo
como de migrantes de países limítrofes. De estos últimos, existe un gran número en la
zona de hijos y nietos de migrantes chilenos que han llegado a la región por distintos
motivos: exiliados políticos, por ejemplo, escapando de la dictadura pinochetista, así
como los que llegaron a la zona buscando trabajo. Estos migrantes se insertaron en su
gran mayoría en la construcción, el trabajo en la cosecha, el empaque de frutas, entre
otras actividades en las que se requería mano de obra debido al crecimiento y expansión
de las ciudades valletanas.
En la última década, si bien la migración chilena llega al Alto Valle, esta se
registra en menor medida y los motivos suelen ser distintos a los flujos anteriores: la
oferta educativa pública atrae a jóvenes estudiantes chilenos que, por lo general, tienen
familia en la zona quienes se encargan de recibirlos y acompañarlos en este proceso.
Por otro lado, se advierte un alto porcentaje de migrantes de países limítrofes,
como es el caso de bolivianos, paraguayos, pero también de otros países
latinoamericanos: peruanos, dominicanos, colombianos, como así también del
continente africano.
240
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Marco normativo
La Ley de Migraciones 25.871, reglamentada por el decreto Nro. 616/2010, establece
que la situación irregular de un inmigrante no es razón para privarlo del derecho a la
salud o a la educación y facilita la incorporación de los extranjeros a la vida social y
productiva206.
Por otro lado, la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) -plasmada en la Ley
Nacional de Educación Nº 26.206 sancionada en 2006 - plantea el derecho a una
educación bilingüe e intercultural destinada al alumnado de los pueblos originarios y
promueve el respeto por su lengua y su cultura. Asimismo, la EIB, promueve ―un
diálogo mutuamente enriquecedor de conocimientos y valores entre los pueblos
indígenas y poblaciones étnica, lingüística y culturalmente diferentes, y propicia el
reconocimiento y el respeto hacia tales diferencias‖ (Ley de Educación Nacional, Nº
26206, 2006, Cap XI, art 52), incluyendo, de esta forma, también a los alumnos/as
migrantes.
El marco legal que apunta al tratamiento de la diversidad socio-cultural, en el
aspecto general como en lo específicamente educativo, en referencia al eje Migración-
Educación, ha avanzado en la promoción de un enfoque intercultural.
Por otra parte, la Ley de Educación Nacional Nro. 26206, 2006 establece que la
educación es un derecho social y por otro lado, reglamenta la educación secundaria
como obligatoria, esto significa que nos encontremos en un momento histórico en que el
formato del nivel medio está siendo revisado en pos de garantizar su universalización,
por lo que resulta central focalizar la mirada en aquellas concepciones que tienen
efectos sobre el modo en que se visibilizan, atienden, incluyen a ciertos sujetos
promoviendo diferentes formas de transitar la escolaridad secundaria.
La matriz constitutiva de la escuela media argentina ha sido caracterizada como
un modelo de selección por exclusión (Tiramonti y Ziegler, 2008; Ziegler, 2011) que
tuvo amplia vigencia desde fines del siglo XIX y encontró su consolidación durante el
siglo XX. Sin embargo, el mandato de inclusión y masificación plantea un
desplazamiento de estos principios que fueron estructurales para la escuela secundaria
206
El Art. 7° de dicha ley, establece: ―En ningún caso la irregularidad migratoria de un extranjero
impedirá su admisión como alumno en un establecimiento educativo, ya sea este público o privado;
nacional, provincial o municipal; primario, secundario, terciario o universitario. Las autoridades de los
establecimientos educativos deberán brindar orientación y asesoramiento respecto de los trámites
correspondientes a los efectos de subsanar la irregularidad migratoria‖.
241
Instituto de Investigaciones Gino Germani
(Ziegler, 2011) lo que hace que ésta se sienta interpelada al encontrarse con nuevos
actores sociales en la escena, actores que por primera vez llegan al nivel, tal puede ser el
caso de los estudiantes migrantes latinoamericanos en escuelas medias de Neuquén. La
―diversidad cultural‖ estalló en las aulas y ¿ahora qué hacemos con ella frente al
mandato de la inclusión? Lo que genera tensiones, prácticas contradictorias en las
instituciones y en las subjetividades de los docentes y despierta xenofobia y nostalgia
por el mandato ―civilizatorio‖ propio de un nacionalismo chauvinista.
Por lo tanto, entendemos favorable conocer cuáles son los usos de la diversidad
sociocultural, y sobre qué representaciones de la alteridad se construyen y reconstruyen
las prácticas escolares para problematizar y diseñar algunas líneas de acción
transformadora que interpelen el tratamiento de la otredad, en este caso la alteridad
migrante latinoamericana en las aulas de la escuela media neuquina.
Algunas categorías teóricas
En el presente apartado daremos cuenta brevemente de los conceptos desde los que
abordaremos nuestra propuesta de investigación: cultura, interculturalidad, inclusión
educativa, estudiante migrante, representación, estereotipo.
El intento por definir qué es cultura nos acerca a la polisemia del término. La
misma posee una dimensión política, relacional, situacional e histórica. Grimson (2011)
sostiene que ―la cultura no se porta en la sangre, la cultura está vinculada a contextos
sociales específicos y a desigualdades de poder históricas. Cuando cambian los
contextos, las culturas no pueden permanecer inmunes‖ (p. 4). En tal sentido todas las
marcaciones de la alteridad pueden ser interpeladas desde una visión dinámica de las
posiciones discursivas. Hall (2003) señala que las identidades culturales no son
inherentes, definidas o estáticas, por el contrario, son dinámicas, fluidas. Por lo tanto, la
cultura no sería una construcción a priori, innata, genética, esencial, inamovible y
ahistórica de una comunidad de vida sino que la misma estaría en permanente
construcción, no es definitiva, de una vez y para siempre estática, sino que ―está
siendo‖ en la interacción de los pueblos y la sociedad.
En Educación, el término interculturalidad parece ser una categoría que se ha
puesto ―de moda‖ y que se incorpora en diferentes proyectos, sirviendo este atractivo y
dilemático vocablo, sincrónicamente a intereses divergentes. Aparecen así, diversas
prácticas, que obedecen a disímiles concepciones de lo que significa la interculturalidad
242
Jornadas Migraciones. Mesa 12
partiendo de la asunción portadora de sentido positivo, atravesando la perspectiva
relacional, ingenua, folcklorizante, armónica, respetuosa e incluyente, hasta la de
desconfianza y descrédito por la misma. La interculturalidad radicaría, según Viaña y
Claros (2009: 82) en la crítica radical del orden dominante, es decir, debería convertirse
en un proyecto alternativo y crítico a la sociedad capitalista y colonial. De esa manera,
la interculturalidad entendida como crítica busca desmantelar las estructuras de
dominación y explotación que históricamente organizaron las sociedades y las
diferentes culturas. La educación intercultural plantea la posibilidad de una práctica
empoderadora de potencialidades y paralelamente de muchos riesgos, vacancias y
desafíos. Es un campo problemático, complejo, pero a la vez elucidado y apasionante,
que podría dar algunas respuestas como agencia transformadora al campo de la práctica
educativa.
Esta indagación focaliza la atención en contextos educativos donde las identidades
no sólo aparecen corporizadas en los sujetos, sino también son identidades actuadas,
escenificadas en ritos, actos, que dan cuenta de las representaciones sociales globales
que ocupan lugares privilegiados en la escuela. En este sentido, la experiencia escolar
deja huellas en la vida de los sujetos participantes. Una experiencia que en términos de
Rockwell (1982) ―subyace en las formas de transmitir el conocimiento, en la
organización de las actividades de enseñanza y en las relaciones institucionales que
sustentan el proceso escolar‖, por lo que la realidad educativa participa en la dinámica
que la ubica entre las normas oficiales y la cotidianidad, quizás sea en esta última donde
se juegan las tensiones presentes en la política de identidad que reúne las dos
dimensiones centrales de la representación: ―la representación como delegación y la
representación como descripción‖ (Julien y Mercer, 1996: 197) dimensiones
indisolublemente ligadas, puesto que quien habla por el otro controla las formas de
hablar del otro.
Entendemos la representación como un sistema que se conforma de diversos
elementos, discursos, imágenes, sonidos y textos y se produce en el marco de relaciones
de poder- saber. Nos interesa la forma en que este sistema participa en la construcción
de identidades y diferencias es decir en los procesos de alterización y comunalización.
Retomamos principalmente estereotipos y prejuicios como formas de representación
ancladas en determinadas concepciones de identidad y de relaciones con la alteridad
En relación con la categoría de inclusión, Sinisi (2010) sostiene que estaríamos
ante un cambio de paradigma: el de integración sería reemplazado por el de inclusión
243
Instituto de Investigaciones Gino Germani
escolar. Sin embargo, aclara que un cambio de retórica no conduciría necesariamente a
una modificación de las prácticas, las creencias y los valores. El concepto de inclusión
aparece como categoría estrella de los documentos de los organismos internacionales.
La investigadora señala que dicho concepto se instala en el escenario político educativo
argentino con intensidad desde el año 2004; ya sea en los fundamentos político
pedagógicos como en la Ley de Educación Nacional N° 26.206, o en los diferentes
programas desarrollados por el Ministerio de Educación Nacional.
En este sentido, podríamos señalar que las políticas de inclusión se enmarcan en
una fuerte retórica que apela a las propiedades que se le asignan a la categoría inclusión
desde el discurso hegemónico. La inclusión, entonces, sería un proceso, que elimina
barreras, que permite la presencia de todas y todos los estudiantes, más aún los más
marginados, posibilitando su participación.
A partir de preguntarnos qué genera la alteridad representada por la migración
limítrofe en las escuelas en la que se está trabajando y la forma en que ésta es abordada,
nos interesan los discursos y prácticas de los actores escolares y las formas de
interacción con los estudiantes migrantes limítrofes por lo que nos interesa poner el
lente en la categoría de estereotipo tal como la entiende Sinisi (1999) y cómo estas
representaciones, muchas veces cargadas de estereotipos, se enlazan con prejuicios y
han sido y son transmitidas no sólo a partir de materiales y discursos escolares, sino
también por otros medios de socialización actuales como el periodístico y publicitario
en un momento en que la escuela -por mucho tiempo atacada y culpada de ser la única
transmisora de estos discursos y agente de socialización- ha sido desplazada en las
últimas décadas de su principal función.
En relación a la categoría estereotipo, Sinisi (1999) señala que el mismo se
construye a partir del conjunto de rasgos que pueden caracterizar a un grupo en su
aspecto físico, mental y en su comportamiento. La construcción de estereotipos
culturales racializados es acompañada de una percepción sobredimensionada de la
realidad, es así que se generaliza a partir de 3 ó 4 casos la cultura de los bolivianos, por
ejemplo. Estos estereotipos que se construyen desde el sentido común, dan cuenta de
representaciones de la alteridad uniformes, simplificadoras y generalizables a todos los
integrantes de una comunidad. Amossy y Pierrot (1997) señalan que el estereotipo se
compone a través de dos operaciones fundamentales: la simplificación, en tanto la
complejidad de la identidad se condensa en un listado de elementos; y la generalización,
en tanto esos elementos son atribuibles a todos los que pertenecen a un grupo
244
Jornadas Migraciones. Mesa 12
determinado. En este sentido, los estereotipos pueden volverse inmunes a la experiencia
y a la crítica, es aquí donde entramos en el terreno del prejuicio. Los prejuicios se
encuentran anclados en la fe, investidos por sentimientos de amor y odio, por lo que
involucran un alto grado de intolerancia emocional frente al diferente lo que hace
imposible la revisión de un juicio sobre ese grupo y de los supuestos sobre los que
descansa ese juicio.
La construcción social del estudiante migrante limítrofe y su tratamiento en los
ámbitos escolares se vincula con la noción de identidad y el nivel de adscripción a la
identidad nacional. Al momento de interpretar los discursos que representan a esos
―otros‖ extraños a la nación, se reconfiguran estratégicamente en las trincheras de la
―naturalidad‖ las fronteras estatales que son producto de construcciones sociohistóricas
y políticas y, en este sentido, vemos que se exacerba un nacionalismo chauvinista, que
suele terminar en acciones de tinte xenofóbicas. Sinisi (1999: 206) afirma que ―ser
boliviano, cultura atrasada, pobre, cuyo estigma estaría dado por ser ―negro‖ y por la
―lentitud‖ siendo estas representaciones de la alteridad uniformes y generalizables a
todos los integrantes de esa comunidad‖. Novaro (1999) agrega:
Frente al proyecto de organización y progreso, los indios debían desaparecer,
dejar lugar a los inmigrantes que venían a trabajar. Hoy, los inmigrantes son
otros, bolivianos, peruanos, paraguayos, chilenos y coreanos, entre otros; y
la representación social es que son un problema (p. 172).
En su tránsito por la escolaridad, los estudiantes migrantes limítrofes están
sometidos generalmente a discursos y prácticas discriminatorias que imprimen
características a la construcción de sus subjetividades. El ―ser extranjero‖ les ha dejado
huellas profundas en sus expectativas y su lugar en la escuela. En lo que concierne al
concepto de extranjero lo concebimos desde un significado cultural y político como
―alguien que viene de otra cultura u otro estado‖ (Bello Reguera, 1996: 19) pero
también desde el campo antropológico como quien obliga al ―yo‖ a extrañarse.
Ser extranjero en Argentina se relaciona a un imaginario social acerca de la
inmigración que se ha desplegado y modificado a lo largo de la historia. La noción de
inmigración en tanto categoría conceptual se remonta al momento fundacional de la
nación, momento en la cual se caracteriza por tener un sentido positivo, en tanto con
ella se hacía alusión al imaginario civilizador que constituían los inmigrantes europeos
prontos a llegar. Esta connotación se modifica a principios del siglo XX configurándose
245
Instituto de Investigaciones Gino Germani
el inmigrante en potencialmente peligroso (Ley de Residencia, 1902), ya que
organizados políticamente comienzan a reclamar por sus derechos poniendo en tensión
la cohesión social. Este carácter negativo de la inmigración se profundiza en épocas de
la dictadura que, como respuesta política, institucionaliza ―la Doctrina de Seguridad
Nacional con la Ley General de Migraciones y Fomento de la Inmigración, conocida
también como Ley Videla.‖(Domenech, 2005: 2). Ya en los años ´90, como sostiene
este autor (Domenech, 2005), la figura de la inmigración como amenaza resurge aunque
se modifican los argumentos para sostener esta connotación negativa, ahora asociado a
la responsabilidad de los inmigrantes por los problemas sociales y económicos de la
nación. Ante este panorama la presente década se presentó con novedades favorables
hacia el inmigrante que es reconocido al igual que otros grupos minoritarios como
―sujetos de derecho‖. En esta línea debe ser leída la nueva Ley de Migraciones.
A partir de nuestro trabajo de investigación, sostenemos que en su tránsito por la
escolaridad, los estudiantes migrantes no sólo están sometidos muchas veces a discursos
y prácticas discriminatorias, sino que además elaboran diferentes estrategias para
hacerle frente. En este sentido, el que sean caracterizados como ―silenciosos‖,
―callados‖, ―respetuosos‖, ―portadores de una cultura machista‖, ―carentes de ciertos
conocimientos‖ tal vez debería ser leído como operaciones de silenciamiento que
operan al interior de las instituciones escolares.
La construcción social del estudiante migrante limítrofe: El discurso de los
“nativos”
A partir de realizar entrevistas en profundidad a distintos actores escolares en dos
escuelas medias de la capital neuquina, nos encontramos con discursos y prácticas que
por momentos tienen puntos de contacto pero en otros divergen.
En una de las instituciones escolares, la alteridad migrante representa un
―problema‖, incluso, el trabajo áulico se vuelve ―dificultoso‖ por la particularidad de la
―cultura que traen y la configuración familiar muy distinta‖ a la de la sociedad
receptora. Esto correspondería a la construcción de ciertos estereotipos y prejuicios
sobre estos estudiantes: es así que se construye un estereotipo que los relaciona con la
pobreza, la mala alimentación, la violencia, el machismo que ―traen‖ debido a su cultura
y la ―especial configuración familiar‖ y jóvenes que no transitan una adolescencia
―normal‖ como los otros estudiantes debido a la vinculación temprana con el mundo
246
Jornadas Migraciones. Mesa 12
del trabajo. Es interesante pensar la categoría de estereotipo en su función relacional y
que contribuye a pensar la construcción de dos grupos contrapuestos: Nosotros/Otros tal
como lo señala Sinisi (1999), en la que ambos grupos aparecen en posiciones
irreconciliables. En este sentido, los ―nuestros‖ no son violentos, ni machistas, tienen
una adolescencia ―normal‖, una configuración familiar ―normal‖, no trabajan a
comparación de los estudiantes bolivianos específicamente y dentro de estos, en
especial, las alumnas bolivianas, que incluso llegan a tener la ―espalda rota‖ por el
trabajo que realizan con sus familias, según los dichos de una de las entrevistadas.
Todas las personas entrevistadas coinciden en la idea que se ha incrementado la
población limítrofe de origen boliviano, aunque también señalan que han tenido
alumnos de otros lugares de América Latina, estudiantes a los que se los caracteriza por
el color de piel. Se los recuerda por ser ―chicos bien morochitos, o sea negro negro. ¿De
dónde eran estos chiquitos? De Centro América [...] Si, me parece que Dominicana que
son bien, bien azules‖ (Asesora pedagógica, entrevista personal, Neuquén, abril 2015).
Señalamos en párrafos precedentes que los estudiantes bolivianos, en general son
caracterizados como ―no problemáticos‖ pero a la vez, contradictoriamente, se los
caracteriza como portadores de una cultura machista, violenta y basada en el trabajo. Se
señala, también que esa violencia y ese machismo son ―traídos a Neuquén‖ por su
cultura y que, como si fuera un agravante, estos sujetos son los más humildes en su país
de origen, que vienen a la zona porque ―acá les damos todo‖, y ―que la escuela se ve
obligada a recibirlos, así sin más, sólo con el DNI‖, según señala una de las asesoras
pedagógicas entrevistadas.
En relación con la discriminación de la que podrían ser objeto los estudiantes por
su condición de ―extranjeros‖, la misma entrevistada señala que las jóvenes bolivianas
no serían ―discriminadas explícitamente‖, que se encuentran ―integradas‖ aunque se las
ve bastante aisladas del resto, ya que su adolescencia ―no es normal‖ porque trabajan y
esto pareciera convertirlas en adolescentes adultas. Esto nos lleva a pensar que existen
supuestos acerca de la discriminación -que son concebidos desde la violencia física o
verbal exclusivamente- y que por este motivo no se observa una ―discriminación
explícita‖, por lo tanto, el aislamiento que se manifiesta no es visto como un modo de
discriminación, motivo por el cual no es problematizado en la institución. Estos
supuestos se contradicen con los decires de algunos de los estudiantes entrevistados, en
especial con un estudiante paraguayo y una estudiante jujeña -a quien se la identifica
con la comunidad boliviana-, quienes señalan haber sido objeto de increpaciones
247
Instituto de Investigaciones Gino Germani
violentas por parte de algunos compañeros. En el caso de la estudiante jujeña, ella
señala que su única amiga en la escuela era una joven boliviana que ya no está más en la
institución y que ambas eran increpadas con insultos del tipo ―bolivianas de m…‖
(Estudiante jujeña, entrevista personal, Neuquén, junio 2015) y que ella les decía a sus
compañeros que ―no era boliviana, que era tan argentina como ellos‖. La estudiante
jujeña fue sugerida para ser entrevistada al ser considerada por los actores escolares
como extranjera, desconociendo que tanto ella como su familia migraron de la provincia
de Jujuy. Vemos entonces la adjudicación de una nacionalidad que no es tal ya que se
los identifica con el fenotipo de los pueblos andinos. Esta identificación se entrelaza
peligrosamente con estereotipos racializados y prejuicios hacia esos estudiantes que
terminan aislados y sin comunicación con el resto del grupo. La joven señala ―ellos
dicen que soy antisocial, entonces lo soy‖, no explicitando la discriminación, el
aislamiento, sino respondiendo con una estrategia tal vez defensiva a estas prácticas
discriminatorias y poniendo en escena el carácter activo de la representación que los
otros tienen sobre ella (Hall: 2003).
Asistimos, entonces, a experiencias en las que un fenotipo se vuelve un estigma,
se constituye como única característica identificatoria de ciertos sujetos y de allí sólo
queda un paso para adjudicarle una cultura estática e inmodificable, racializada
etnocéntricamente, que no responde a los cánones de la normalidad de la escuela
argentina. Las aulas, los pasillos, los patios escolares se convierten en un escenario en
el que aparecen dos grupos contrapuestos de manera irreconciliable, un escenario
asimétrico en el que uno de los grupos se vuelve objeto de discursos y prácticas
discriminatorias.
A partir de experiencias comunes, modos de vida y rasgos culturales, cada
sociedad o grupo social va construyendo códigos comunicativos, estructuras de
significación, y al mismo tiempo una escala de valores y atributos que definen lo que es
normal y deseable para el grupo (Nobile: 2006). Es así como el grupo construye un
canon de normas comunes, que circunscriben un modo de vida válido y deseable para
sus miembros. Estas concepciones culturales se constituyen en sentido común,
estableciendo así una hegemonía de la normalidad (Grimson, 2000 citado en Nóbile,
2006). Esas características asignadas a un Otro, lo convierten en alguien distinto al
Nosotros que tenemos internalizado, características que generalmente son llevadas
como marcas en el cuerpo (Urresti, 1998 citado en Nóbile, 2006), se convierten en un
verdadero estigma para su portador. Este estigma, señala Nóbile, hace referencia a un
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Jornadas Migraciones. Mesa 12
―atributo profundamente desacreditador‖ ya que, en un contexto determinado, no es
congruente con el ―estereotipo acerca de cómo debe ser determinada especie de
individuos‖ (1995: 13). Esta estigmatización del otro provoca que dejemos de verlo
como una persona total, anulando los restantes atributos que pueda poseer, pasando esa
característica desacreditadora a constituirse en la identidad completa de esa persona. En
este sentido, los alumnos migrantes quedan reducidos a ciertas características
estereotipadas y prejuiciosas sin poder vérselos en relación a la riqueza cultural que
poseen y sin posibilidad de entablar diálogos culturales que superen la mismidad
.Además, podría inferirse que a partir de una posición etnocéntrica y de la herencia
colonial, se producen discursos sobre estos ―Otros‖ portadores de una cultura que
adquiere características negativas: machismo, violencia, vinculación temprana con el
trabajo visto negativamente y aquellos argentinos que se les parecen, corren la misma
suerte.
En relación con las expectativas que los actores escolares tienen del rendimiento
académico de los estudiantes migrantes, nos interrogamos acerca del efecto de las
representaciones que se tienen sobre ellos. Nuestra presunción es que sobre los
estudiantes migrantes latinoamericanos se produce una clasificación, distinción, un
proceso de etiquetamiento al decir de Nóbile (2006) en el que se entrelaza una supuesta
pobreza material con su equivalente en el plano cultural, es así que estos estudiantes
serían portadores de una cultura ―deficitaria‖ y serían prácticamente ―analfabetos‖ en
relación con los saberes que la escuela considera válidos socialmente.
A partir de las entrevistas, se desprende que resultaría un ―trabajo dificultoso‖
llegar a buenos resultados con estos estudiantes y que acarrearía al interior de la escuela
discusiones de índole ―filosóficas‖ ya que se considera que los alumnos no ―traen el
nivel‖ requerido por la escuela y los saberes que traen ―no son los adecuados‖. A pesar
de ello consideran que no se los puede ―atrasar‖. En relación con esto, una de las
entrevistadas señala que muchas veces no tienen formación para el nivel escolar que les
corresponde según la edad y eso se traduce en repitencia y fracaso escolar.
Otra de las dificultades señalada en las entrevistas en relación con alcanzar un
buen rendimiento escolar para los estudiantes bolivianos quechua-hablantes lo
constituye su misma condición de bilingüismo, ya que aunque aprenden el español, en
su casa continúan practicado la lengua materna.
249
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Entre los conocimientos que no poseen los estudiantes se encuentran los referidos
a los lingüísticos, literarios y de cálculo, y sumado a esto, los compromisos laborales
que tienen y que les restaría tiempo para el estudio, es así que se señala que
Cuesta bastante trabajar con ellas por su realidad. Por el compromiso que
tienen con el trabajo y por dificultades propias que ellas tienen para
aprender, concretamente. Por ejemplo las matemáticas, las lógicas. Todo eso
cuesta mucho. Nosotros hemos recibido chicas a las que les hemos tenido
que regalar los cuentos clásicos. Porque nunca habían leído un cuento. Con
15 años, por ejemplo. No sabían quién era Caperucita Roja. Cuentos
clásicos. Que se les leen normalmente a los niños (Docente ESI, entrevista
personal, Neuquén, abril 2015).
Estas características traducidas en términos de ―déficits‖ con los que se alude a los
estudiantes migrantes, se traduciría en la escuela en fracaso escolar, repitencia y
deserción. Se señala en una de las entrevistas que:
La integración de estos chicos acá, generalmente no termina muy bien,
obviamente porque el fracaso escolar les impacta muy mal. Los padres no
tienen recursos para sostenerlos, acompañarlos en este fracaso. Terminan
yéndose de la escuela. Ah… difícil de contener (Asesora Pedagógica,
entrevista personal, Neuquén, Mayo de 2015).
Advertimos en esta institución, una posición pedagógica que entrelaza pobreza
material con pobreza cultural y que sólo los que logran adaptarse, por ejemplo
asistiendo a espacios de tutorías que se dictan en contraturno, pueden tener éxito. Pineau
(2008) advierte sobre esta posición pedagógica y sostiene que para él el mejor futuro
posible sólo se construiría a partir de la negación del pasado, entendido por tal a la
―historia incorporada‖ de los estudiantes. Por eso, en la escuela, el mandato hacia el otro
-nativo, inmigrante, aborigen, jóvenes, trabajadores- consistió en ―permitirles estar en la
escuela‖ pero para eso el precio es dejar de lado todo lo que son afuera de la misma,
―tenés que someterte a la operación de extirpación de todas tus marcas sociales y
culturales‖ (Pineau, 2008). Esta operación, señala el autor, tiene vigencia en las aulas.
El problema se origina cuando para gozar de las ventajas que supone aceptar la
imposición, los alumnos tienen que dejar de ser quiénes son histórica y culturalmente en
forma total y absoluta, por lo que se manifiesta una dificultad para pensar proyectos a
partir de los sujetos concretos que asisten a la escuela, que les permita salir de las
situaciones de vulnerabilidad en que se encuentran.
250
Jornadas Migraciones. Mesa 12
En contraposición con lo que sucede en esta institución escolar en la que la
presencia de los estudiantes migrantes parece ser un problema, nos encontramos con
otro escenario en la segunda escuela en la que hemos realizado trabajo de campo. Lo
llamativo, es que en la misma se realiza el trámite para revalidar el título secundario de
los migrantes, sin embargo, el fenómeno migratorio en general, como la presencia de
estudiantes migrantes dentro de las aulas no aparece como un ―problema‖, es más
incluso, dentro de las paredes institucionales, es decir, en las aulas, esto aparece
invisibilizado. Tanto es así que uno de los entrevistados responde ―¿migración? ¿te
referís a que vengan de otras escuelas?‖ (Asesora Pedagógica, entrevista personal
Neuquén, Junio de 2016)
Al igual que en la primera institución que trabajamos, suele identificarse a los
migrantes por el color de la piel, entrando en confusiones tales como su nacionalidad
por el tono de la misma: ―había tres chicos el otro día en la escalera, tal vez sean
refugiados senegaleses‖ según los dichos de una de las entrevistadas (Asesora
Pedagógica, Entrevista personal, Neuquén, Junio de 2016) lo que fue dilucidado luego
por la docente que debe tomar el examen de reválidas: ―son dos estudiantes de
República Dominicana y una chica de Haití‖ (Profesora de Lengua y Literatura,
entrevista personal, Neuquén, junio 2016)
Esta última entrevistada menciona hacer un esfuerzo por recordar estudiantes
migrantes y señala que tal vez es porque no ha hecho un trabajo de visibilización.
Recuerda lo que ella denomina ―un caso‖: ―de un niño boliviano y que tenía una cultura
diferente, era muy callado, de una cultura más sometida, le costaba levantar la cabeza‖.
Sin embargo, no recuerda que el estudiante tuviera más dificultades que el resto de los
estudiantes para aprender ―ya que se encontraba en 1er año y es el año en el que las
dificultades son las mismas para todos‖. Lo que sí afirma recordar, es que no se
encontraba integrado con el resto de los compañeros por las características propias de su
cultura, y aquí nuestra presunción es que se pone en el sujeto migrante el compromiso
de tener que integrarse al grupo, deslindando a la institución receptora de toda
responsabilidad. Asistimos nuevamente a dichos que consideran a la cultura como algo
estático, que se porta incluso genéticamente, ―se lleva en la sangre‖, diría
Cambaceres…
En relación con la presencia de otras comunidades migrantes, ella señala que ―lo
que hay mucho es hijo o nieto de chilenos y lo sé porque te dicen que van a ver a su
familia pero que ya llevan 25 años acá los padres‖. En este punto, lo interesante es
251
Instituto de Investigaciones Gino Germani
señalar los cambios del fenómeno migratorio en la zona: los hijos y nietos de chilenos,
otrora discriminados, denominados ―chileno ―comeñaco‖, ―pata rajá‖, ―muerto de
hambre‖ no son ya extranjerizados, lo que no suele pasar con los estudiantes
pertenecientes a la comunidad boliviana que, en muchas ocasiones, sus familias llevan
el mismo tiempo que las familias de origen chileno viviendo en la zona, sin embargo,
sus hijos argentinos no son considerados como tales.
Lo que nos interesa poner de relieve con respecto a esta institución es, que si bien
tienen contacto con el ―extranjero‖ porque deben rendir un examen para revalidar el
título secundario, la alteridad migrante no es una de las dimensiones de la diferencia que
preocupa a la institución, de hecho, parecieran ser ―invisibles‖. Son otras las
dimensiones de la diversidad que aparecen mencionadas, como por ejemplo, la de
género (―tenemos chicas trans‖) y las etarias207.
La palabra de los estudiantes migrantes limítrofes
Al ser entrevistados los estudiantes migrantes, lo que aparece fuertemente en sus
entrevistas no son justamente las dificultades en cuanto al rendimiento escolar sino más
bien las de tipo relacional. Esta dimensión que no es problematizada por los adultos -a
partir de lo que se desprende de las entrevistas- es incluso silenciada por los directivos
de la primer escuela visitada cuando señalan que ―no son discriminados estos
estudiantes‖.
La adjudicaci n de una nacionalidad que no es tal…
Al ser entrevistada la primera estudiante seleccionada, señala que ella proviene de una
provincia del norte argentino, más específicamente de Jujuy, al igual que sus padres.
Cabe aclarar que la estudiante fue seleccionada por la preceptora quien nos mencionó
que la joven ―era hija de bolivianos‖. Luego de la entrevista, volvemos a consultar a la
preceptora acerca de su recomendación para que esta joven sea entrevistada y mostró
sorpresa al enterarse de que la joven y sus padres son argentinos, migrantes internos y
no limítrofes. La preceptora manifiesta que por sus rasgos y acento ella había llegado a
la conclusión de que la estudiante pertenecía a la comunidad boliviana.
207
Corresponde a una institución con tres modalidades: Bachiller común, Bachiller de sobreedad, Escuela
de auxiliares de enfermería a la que asisten estudiantes de 15 a 25 años.
252
Jornadas Migraciones. Mesa 12
En el transcurso de la entrevista, ella manifiesta que sólo tuvo una amiga en la
escuela que pertenecía a la comunidad boliviana, que ambas eran objetos de insultos por
su pertenencia étnica y que toda vez que las insultaban la entrevistada debía decir ―Yo
soy argentina como ustedes‖. El fenotipo y un determinado ―acento‖ o variedad
lingüística actuarían en este caso como un diacrítico diferencial que movilizan
diferentes estrategias de negociación de la identidad (Gavazzo, Beheran y Novaro:
2014) y en este caso señalaríamos en la adjudicación de una identidad que no es tal pero
que sin embargo funciona como un elemento diferenciador y estigmatizante para estas
jóvenes.
La entrevistada señala que a ella sus compañeros la llaman ―antisocial‖, y afirma
que si así la llaman, así es; de esta manera, acepta activamente la representación que de
ella tienen sus compañeros -los términos de Hall (2003)- invisibilizando los
mecanismos de aislamiento y discriminación de los que es objeto.
Esta situación se repitió en la segunda escuela que realizamos trabajo de campo.
Se nos sugirió entrevistar a un estudiante de la comunidad boliviana quien resultó ser
hijo de padre chileno y madre argentina, su rostro con rasgos autóctonos lo extranjerizó
adjudicándole una nacionalidad absolutamente errónea.
La construcción del sí mismo boliviano y paraguayo
Identificarse como boliviano estudioso, sacrificado y trabajador es recurrir a una
estrategia positiva de identificación, al tiempo que se vuelve una forma de resistencia en
un sistema que valora de manera preferencial el éxito académico como medio para tener
una posición relevante en el contexto sociocultural. El mismo sistema que valora el
éxito en términos de acceso a bienes. Como estrategia de identificación y
diferenciación, éstas se aprenden en el contexto familiar y se transmiten de generación
en generación. En esta línea también los alumnos bolivianos aprenden a ignorar, a no
prestar atención a las ofensas, algo que le enseñaron los padres y que se propone como
forma de evitar la discriminación. El ser esforzados y responsables es algo que también
forma parte del aprendizaje en el contexto familiar. Y puede ser fructíferamente
aprovechado en el contexto de la escuela.
Al entrevistar a dos estudiantes de origen boliviano, aparece en ambas entrevistas
la idea de que los bolivianos son trabajadores, presupuesto que entraría en contradicción
con la idea ampliamente difundida del ―argentino vago‖.
253
Instituto de Investigaciones Gino Germani
La entrevistada explicita esta idea cuando reflexiona sobre su futuro y la elección
de su pareja, ya que ella considera que sería mejor casarse con alguien de la comunidad
por lo trabajadores y esforzados que son, ya que los hombres bolivianos en su país de
origen a los diez años comienzan trabajar la tierra y las mujeres aprenden a cocinar y a
cuidar a sus hermanitos a los siete, lo cual es valorado positivamente.
Al preguntarles acerca del rendimiento escolar y de las expectativas de futuro,
ambas señalan que tienen buenas notas en la escuela (cursan 3° y 4° año) y que estudian
para ser ―alguien en la vida‖ y que esta idea es compartida y alentada por sus padres.
Una estudiante señala tener buena relación con sus compañeros de curso, aunque
menciona un recuerdo de cuando llegó a Neuquén, en su primer día de clases de la
escuela primaria, que la retiraron del aula por no tener documentos. Menciona que la
molestaban por su origen boliviano pero que su mamá le dice que no debe darle
importancia. Sin embargo, otra de las entrevistadas señala no tener demasiada relación
con sus compañeros de curso y que integra un grupo únicamente cuando lo requieren los
docentes y que son ellos los responsables de ubicarla en tal o cual grupo.
En relación al estudiante paraguayo, este señala que se siente viviendo en
Paraguay y Argentina al mismo tiempo, ya que vive rodeado de paraguayos. Cabe
mencionar que este estudiante es repitente ya que no logró cumplir con la acreditación
de las equivalencias requeridas, pero manifiesta que se encuentra asistiendo a tutorías
para rendirlas y pasar de año, dado que si no estudia no quiere dedicarse a la
construcción como la mayoría de los paraguayos que conoce. Relata que la comunidad
paraguaya es muy solidaria y que recientemente se habían organizado para juntar dinero
y colaborar con un connacional enfermo. Al referirse a los paraguayos, comenta en tono
de broma, que luego de una fiesta que habrían mantenido la noche anterior, seguramente
al día siguiente ninguno habría ido a trabajar. Esto marca una diferencia en relación a lo
que las jóvenes bolivianas harían entre su comunidad, en cuanto a la responsabilidad y
el trabajo.
Al contrario de las estudiantes bolivianas, manifiesta estar integrado al grupo,
tener amigos en la escuela que saben que es hablante de guaraní y a quienes les interesa
que les enseñe palabras en esa lengua. Refiere sólo un hecho de discriminación por
parte de un estudiante del turno tarde quien, cada vez que lo veía, le decía ―paragua‖ o
―paragüita‖, y que cansado de estos dichos que interpretaba como insultos, lo increpó y
desde ese momento ya no fue molestado.
254
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Estas situaciones manifiestan dos maneras de estar en la escuela que pueden leerse
desde la categoría de interseccionalidad, ya que pareciera que no es lo mismo ser ―mujer
boliviana‖ y en este sentido, padecer más la discriminación, que ―ser varón paraguayo‖
donde la cuestión identitaria se dirime en otros términos y a partir de otras estrategias.
A manera de cierre, algunas conclusiones provisorias
Evidenciamos en los dichos de distintos actores institucionales la presencia de
prejuicios y estereotipos que parecen encarnarse en los estudiantes migrantes que
asisten a estas escuelas. Esto está en relación con los supuestos de Nóbile (2006), quien
sostiene que estos sujetos se vuelven blancos de discursos xenófobos relacionados a la
descendencia de andina de los mismos. Provoca una especie de repliegue de los actores
involucrados, que se encierran en sus ―trincheras‖ nacionalistas chauvinistas y que ven
con pavor cómo estos Otros-Otros (sí, doblemente Otros, más Otros que los migrantes
chilenos ―criollos‖) ―invaden‖ la escuela argentina, monocultural, blanca, monolingüe,
en un contexto en el que el mandato es otro -ya no ―civilizatorio‖ en el caso de la
escuela primaria, ni excluyente y elitista de la escuela media- sino que está llamada a
incluir a sectores históricamente excluidos, entre ellos los estudiantes provenientes de
países latinoamericanos, y ya no de ultramar.
Frente a este nuevo mandato, surgen discursos y prácticas que se solapan,
contradicen y se tensionan. La pregunta que surge es ¿y ahora qué hacemos con estos
Otros? Y como respuesta a esta pregunta se despliegan acciones bajo la retórica de la
inclusión en el que se acepta tenerlos en la escuela, no discriminarlos explícitamente y
anotarlos con el documento. Sin embargo, parece coexistir con la lógica de la
asimilación propia del paradigma de la integración. De esta manera, bajo el paradigma
de la inclusión y los derechos humanos, se continúa operando con la matriz de selección
por exclusión tal como lo señala Ziegler (2011), en la cual quién no logra ―adaptarse‖
repite o se va de la escuela. Los sujetos son considerados una especie de tabla rasa a la
que hay que completar con conocimientos que la escuela valora, y quienes no se
someten a esta operación, fracasan en el intento. Se pierde así una experiencia cultural
rica que trae aparejada una educación intercultural en la que los saberes se ponen en
diálogo para construir otros que disputen los sentidos hegemónicos de la
homogeneización cultural y social que nos seduce con sus cantos de sirena. Sin
embargo, los estudiantes entrevistados ponen en entredicho estas supuestas ―falencias‖,
255
Instituto de Investigaciones Gino Germani
―déficits‖, de los que parecen ser no sólo culturalmente sino genéticamente portadores,
ya que manifiestan tener buenos resultados en la escuela, institución además valorada
por ellos y sus familias. En una posterior entrada al campo se ampliará el espectro de los
y las estudiantes entrevistados para obtener más datos empíricos acerca de esta
dimensión.
Poner en tensión las jerarquías y los juicios de excelencia (Perrenoud, 1990) que
se constituyen en parámetro para que medir a los sujetos; desmantelar estas operaciones
funcionales y reproductoras de la colonialidad del ser al que hemos sido sometidos,
constituye el desafío que tiene la escuela hoy en día, si redefine su estrategia y colabora
en la construcción de sentidos compartidos colectivamente, de esta manera tal vez
podamos soñar con una sociedad más justa y democrática.
El diálogo intercultural de saberes se hace imperioso. El precio de pertenecer al
territorio del pensamiento occidental, significó aculturación completa e inautenticidad
cultural de las mal llamadas ―minorías étnicas‖. Planteamos como desafío la posibilidad
de pensar desde otras epistemes como la andina, la africana, la maya, la mapuche, en un
camino de decolonialidad, desmitificando el totalitarismo filosófico occidental y
reivindicando la alteridad no-eurocéntrica. Este aprendizaje de desafío colectivo-
comunitario de circulación de la información y los conocimientos, se conforma
rearticulando, desarticulando, construyendo y deconstruyendo los saberes de todos,
mediante un proceso situado, mapucentrado, indiocentrado, migrantecentrado,
afrocentrado, en un esfuerzo por distanciarnos de la noción de cultura evolucionista
occidental e interrogándonos acerca de cómo construir, desde y para la diferencia
cultural, sin que esto genere desigualdad (Alarcón, 2016).
Frente al desarrollo de conceptualizaciones de época ―favorecedoras‖ de la
educación intercultural, las que pretenden incorporar el tratamiento de las diferencias, es
necesario también advertir, que se corre riesgo de que la misma pueda transformarse en
una herramienta reiteradamente homogeneizadora, si no entiende las alteridades de
manera integral, en su componente relacional y político. Por ello no alcanza con
―indigenizar‖ los contenidos curriculares o elaborar materiales didácticos-folklorizantes
para cumplir con la ―interculturalidad‖. Todo ello constituirá una mirada armónica e
ingenua, sin primero acercarnos a una propuesta realmente descolonizadora de los
pueblos. No alcanza con aceptar que transiten por la escuela, sino que se trata de ver la
riqueza cultural de las aulas patagónicas y básicamente acoger a aquellos que muchas
256
Jornadas Migraciones. Mesa 12
veces se encuentran allí sentados como sujetos estigmatizados, invisibilizados por el
mero hecho de ser ―morenos‖ y haber cruzado sus fronteras nacionales.
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258
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Creencias migrantes. Una práctica cultural de matriz africana en el
Buenos Aires actual: expresión y construcción de la disidencia identitaria
Pablo Maximiliano Ojeda208
Introducción
El término religión hunde su raíz etimológica en el latín, de donde proviene la palabra
matriz: religere o religare, que alude a la idea de estar atado, anudado, o bien ―vuelto a
ligar‖. Así, el vocablo hace referencia a una reunión del individuo con algo o alguien
(entidad, espíritu, deidad) en torno al cual gira, medita, y por tanto se encuentra
polarizado. Con respecto al tema que nos ocupa en particular, considero que este
―volver a ligar‖ constituye en sí mismo una isla semántica y en ello reside muy
probablemente gran parte de su significativo interés, ya que se trata de expresiones
minoritarias que se encuentran en la construcción de un espacio doblemente marginal y
estigmatizado, tanto en lo que respecta a identidad de género como a creencia o práctica
religiosa, en el marco de una sociedad que se percibe a sí misma desde el relato
dominante y hegemónico como ―blanca‖, europeizada, heteronormada, patriarcal y
católica, y por lo tanto rechazará de plano toda práctica que no se encuentre
circunscripta a estos parámetros mayoritarios209.
Lo que sigue puede leerse como un intento de sistematización, puntualización y
cruce de ambos ejes en torno a los cuales he estructurado mi trabajo para esta primera
comunicación, es decir, el universo trans (lo queer) y el fenómeno religioso (lo afro). El
propósito en proceso sería abordar el rol de las prácticas religiosas de matriz africana tal
como son realizadas actualmente en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, con el
208
Profesor Superior en Historia (ISP Dr. Joaquín V. González), Diplomado en Historia Latinoamericana
Contemporánea (UNDAV), Maestrando en Antropología Social (IDAES – UNSAM).
pmojeda@hotmail.com.
209
Es preciso mencionar al respecto, que se abre aquí otro interesante debate actual en torno a la
composición étnica real de la población argentina, lo cual pone en cuestionamiento directo el mito del
―país blanco‖. Me refiero a los estudios dirigidos por el biólogo y genetista Daniel Corach que revelan
una innegable pluralidad en la materia y notoriamente también, una considerable diferencia desde la
perspectiva de género: por vía paterna es 94,1% europeo, 4,9% indígena y 0,9% africano en tanto que por
vía materna es sólo 44,3% europeo, 53,7% indígena y 2,0 africano. Yo por razones de espacio y
especificidad me encuentro imposibilitado de explayarme más sobre esta interesante cuestión. Para quien
así lo desee, véase Corach D. y Lao O. (2010). Por su parte Rita Segato (2007) propone resignificar el
concepto de ―crisol de razas‖ por el de ―terror étnico‖ ya que con la consolidación del moderno estado-
nación hacia 1880 el modelo propuesto del ―sujeto argentino‖ tenía que ser neutral. Es válido por tanto
afirmar que, incluso más allá del genocidio indígena, un mandato opresivo actuó como artefacto
silenciador de toda pluralidad de voces, las cuales sin embargo se mantuvieron influyentes, a veces en
auténtica clandestinidad, durante siglos.
259
Instituto de Investigaciones Gino Germani
objetivo de analizar las apropiaciones y transformaciones en su contexto local, y
especialmente, su particular relación con la expresión y construcción de identidades
disidentes. Para ello, me he detenido particularmente en el estudio de uno de estos
rituales, la kimbanda, y el estrecho vínculo que se establece entre sus fieles trans
femeninos, o cercanos a la cultura queer, entendiendo el concepto a los efectos de mi
investigación como: individuos de origen biológicamente masculino, que atraviesan,
han atravesado o se relacionan de algún modo directo con un proceso de construcción
de identidad que implica la transformación/modificación del cuerpo hacia caracteres
femeninos ya sea en forma temporal o definitiva: transexuales, travestis, drag queens,
crossdressers, etc. y la entidad femenina patrocinante del rito, Pomba Gira, lo cual la
coloca en una situación de privilegio en mi trabajo y sobre quien estará puesta la mirada
analítica. El hecho de que en la kimbanda se cultúe el espíritu de ésta, prostituta,
marginal, subversiva y por demás insurrecta, abriría el juego para los fieles hacia la
experiencia de un travestismo extático (Segato, 2007), así como hacia la introducción de
un conjunto de identificaciones posibles que permitirían la materialización de
subjetividades preexistentes que no encontrarían de otro modo registro, ni lugar, ni
expresión en el discurso ―oficial‖ y dominante en la Argentina.
Si bien para un acercamiento general al desarrollo de las religiones afro en el país
contamos principalmente con la amplia bibliografía en relación al tema compuesta por
Alejandro Frigerio (1989; 2001; 2003) a lo largo de las últimas tres décadas, así como
en menor medida también con los aportes significativos de Analía Fernández (2000) o
Eduardo Cuello (2010), no ha sido tarea sencilla la búsqueda de trabajos académicos
que hubieran transitado previamente un camino más específico, similar o en sintonía
con mi línea de investigación, que facilitaran la comprensión del trabajo en campo así
como su posterior análisis. Siguiendo en principio los trabajos de Rita Segato (2007;
2013), una posible punta de ovillo para el acercamiento al cruce de ambas categorías
que pretendo abordar en mi investigación estaría constituida por el concepto englobador
de búsqueda de ―un espacio abierto a subjetividades sin expresión en el contexto
nacional‖ (Segato, 2013: 219). Sería posible determinar entonces, que las prácticas
actuales de religiones de matriz africana en el país propician para las minorías
marginadas o emergentes la construcción de nuevos espacios identitarios sostenidos en
―su peculiar régimen de construcción de los géneros, su ontología impregnada de
androginia, su foco en la ambigüedad y en las situaciones de tránsito y su permanente
subversión de los esencialismos‖ (Segato, 2007: 149). Por su parte Manuela Rodriguez
260
Jornadas Migraciones. Mesa 12
(2010), quien ha abordado a su vez la relación entre cuerpo y género en el africanismo,
afirma que ―esta religión realiza un esfuerzo sistemático por liberar las categorías de
parentesco, personalidad, género y sexualidad de las determinaciones biológicas con las
cuales están ligadas en la cosmovisión dominante de los países occidentales‖ (p. 4)210.
La presente propuesta entonces, intentará profundizar en la temática mediante el
uso de variados recursos y herramientas: el breve rastreo histórico del trayecto-origen de
la comunidad afro en Argentina, la cosmovisión de las religiones de matriz africana
reintroducidas y resignificadas en el país hacia la segunda mitad del siglo XX vía Brasil
y Uruguay, el acercamiento teórico a lo queer o lo disidente para la comprensión de la
identidad de género en relación con el caso, y sobre todo: el testimonio directo de los
fieles, que actualmente practican la religión en Buenos Aires y sus alrededores. He
construido el texto así, desde una concepción coral, polifónica; y me gusta pensar que
este trabajo contribuye al menos en forma ínfima a una revisibilización, revalorización y
puesta en escena de aquella pluralidad de voces, sistemáticamente oculta, perseguida,
negada u olvidada.
Tras las huellas del africanismo en la Argentina: breve historización
Las religiones de matriz africana tal como se practican actualmente en el país componen
un complejo mosaico de tradiciones, identidades, fragmentos de otras creencias,
simbología, imaginería, metáforas y prácticas disímiles211. Reconstruir la trayectoria, la
conformación, el desarrollo y la expansión del africanismo en Argentina constituye un
auténtico desafío, ya que es prácticamente inexistente una constante fontal que recorra
la historia del culto en nuestro territorio de manera ordenada y lineal. Sin embargo, el
material disponible nos permite distinguir a las claras dos etapas. La primera de ellas se
extiende desde el período colonial hasta la formación del moderno estado argentino, en
la cual las prácticas rituales eran en su mayoría protagonizadas por negros esclavos y su
210
Por razones de espacio y especificidad he decidido para un primer avance de mi investigación
circunscribir este brevísimo estado del arte introductorio a autores argentinos que trabajaran sobre la
problemática argentina, si bien es sabido que otros intelectuales han abordado la temática en y para otras
latitudes. Baste como ejemplo mencionar el trabajo de Patricio Dobreé (2009) ―Travestismo y
liminalidad. Una aproximación a través del relato de la Pomba Gira‖ para el caso de Paraguay, o la
abundante bibliografía en relación a Brasil de autores como Patricia Birman (2006a; 2006b) o J. Lorand
Matory (2005; 2006).
211
La umbanda, la vertiente africanista con mayor representatividad y número de adeptos en el país, es
reconocida como la versión más sincrética, se desarrolló mediante una fusión de elementos
afrobrasileños, kardecistas y cristianos. Ha incorporado también simbología relacionada a creencias
indígenas.
261
Instituto de Investigaciones Gino Germani
descendencia en nuestro territorio. Según aportan los testimonios históricos recolectados
por José Ingenieros fechados en 1893212, las prácticas religiosas africanistas se hallaban
en plena vigencia.
Desde entonces y hasta principios de la década de 1950, fruto de la disgregación
interna y la disminución del arribo al país de miembros de la comunidad afro se pierde
la huella de sus prácticas religiosas. Podemos adjudicar principalmente a tres factores la
disminución material de la población negra en Argentina. El primero de ellos sin lugar a
dudas fue la sostenida migración de negros al sur de Brasil vendidos por los esclavistas
a fin de evitar la descapitalización de su patrimonio humano antes de que las medidas
abolicionistas tuvieran pleno lugar. Recordemos que éstas fueron oportunamente
implementadas en dos etapas, la primera en 1813 cuando se dictó la Ley de Vientres
Libres y luego con la sanción de la Constitución Nacional de 1853 que puso punto final
al régimen jurídico esclavicionista. El segundo factor posee relación directa con una
seguidilla de epidemias de viruela, tuberculosis, fiebre amarilla, etc. que afectaron
profundamente la supervivencia de la población negra en el país. Finalmente, el tercer
factor está constituido por la masiva participación de la colectividad en las milicias
durante las guerras de independencia (1810-1825), la guerra contra Brasil (1825-1828),
las guerras federales (1829-1852) y la guerra contra Paraguay (1865-1871) así como en
las constantes batallas internas contra el indio. De todos modos, como sostiene Segato
(2007), la invisibilización del negro no fue tanto demográfica como ideológica y
cultural. Por ello y por lo mencionado anteriormente pareciera que hacia las primeras
décadas del siglo XX la población negra del país se hallaba prácticamente en extinción
(Rodríguez, 2012).
La presencia y práctica contemporánea documentada de religiones de origen
africano en nuestro país es paradójicamente, tomando en cuenta lo anteriormente
mencionado, un fenómeno relativamente reciente que se remonta a 1966, año en que el
primer templo umbanda es inscripto oficialmente en el Registro Nacional de Cultos. El
posterior crecimiento tanto del número de practicantes como de lugares físicos
destinados a la religión (Frigerio, 2001) se dio en forma lenta y paulatina y hallamos un
vacío importante de fuentes e información durante la siguiente década a propósito de la
212
Sus descripciones de las denominadas ceremonias de ―bailar el santo‖ resultan en esencia similares a
aquéllas que he podido observar en los terreiros durante el transcurso de mi trabajo de campo. Pero no
sólo se trataba de danzas rituales la tarea realizada por los negros y sus descendientes en la Argentina de
fines del siglo XIX, sino que, también obedecía a una suerte de servicio social y cultural tal como:
realización de rituales funerarios, consultas, organización de fiestas de carnaval, etc. (Ingenieros, 1957).
262
Jornadas Migraciones. Mesa 12
dictadura cívico-militar, que gobernara ilegítimamente el país entre los años 1976 y
1983 del pasado siglo. Sus restricciones a todo tipo de apertura cultural contraria a las
―buenas costumbres y tradiciones de raíz occidental y cristiana‖, frase desafortunada en
la que podría resumirse el dogma del autodenominado proceso de reorganización
nacional que finalmente resultara en la repudiable experiencia por todos conocida, son
causa de ese vacío de datos.
La situación para la práctica ―oficial‖ de cultos de matriz africana se modificó
positivamente hacia 1983, cuando muchos templos que funcionaban activamente en la
clandestinidad pasaron a hacerlo en forma pública, sumándose a ellos la creación de
nuevos espacios legítimos para tal efecto (Lamborghini, 2011). Con respecto a los
templos registrados, la mayor parte de ellos se encuentra en el conurbano bonaerense y
tendería mayoritariamente a la captación de fieles pertenecientes a sectores medio-
bajos213.
Dos variantes de religiosidad de matriz africana predominan en la Argentina: la
umbanda (la llamada línea brasileña), de fuerte carácter sincrético, y el batuque (su
contraparte uruguaya), que contiene mayor cantidad de elementos africanos preservados
(Frigerio, 1989). La mayor parte de los templos mencionados practican ambas en
simultáneo y las conciben como distintas etapas de un mismo camino espiritual al que
denominan espontáneamente ―la religión‖. Si bien se observa una mayor presencia de
umbanda y en menor medida de batuque en los templos etnografiados, en ocasiones es
reemplazado por otras vertientes africanistas como el candomblé, la llamada ―nación
Omolokó‖, y en algunos casos se da también la presencia de santería afrocubana o vudú.
Con respecto a esto último he notado en mi trabajo de campo que los entrevistados
suelen agrupar las últimas variantes mencionadas bajo el concepto mayor y englobador
de africanismo o africanismos, multiplicidad ritual entre la que se encuentra la
kimbanda y, por ello, criterio que he determinado utilizar en mi trabajo a efectos de
facilitar la comprensión del término214.
Recapitulando entonces, para la mayor parte de los templos ―la religión‖ consiste
en una práctica conjunta de umbanda y africanismo (batuque, candomblé o bien alguna
213
He llegado a esta conclusión luego de analizar la locación de los templos nominados en el sitio web
oficial del Registro Nacional de Cultos (Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, 2014). Por otra
parte, los trabajos de Frigerio (1989; 2001; 2003) y Rodríguez (2010; 2012) así como los testimonios
recogidos durante mi trabajo en campo reafirman la hipótesis.
214
Las entrevistas fueron realizadas a unidades informantes aleatorias, asistentes a prácticas de las
diferentes orientaciones. Se utilizó la perspectiva de consulta abierta y flexible, apuntando a obtener la
forma en que aquéllas se autoperciben en el contexto (Grele, 1991).
263
Instituto de Investigaciones Gino Germani
de las variantes anteriormente mencionadas). Es preciso aclarar que en la mayoría de
los casos la umbanda actúa como una etapa introductoria en la cual los individuos
toman un primer contacto con la religión y se preparan para su posterior iniciación en el
―núcleo duro‖ del africanismo (Carbonelli y Mosqueira, 2010). En un intento de
explicar este particular ha podido ser observado que el abundante uso de imaginería y
elementos provenientes del panteón católico en las ceremonias umbandistas actúa para
los principiantes como una suerte de conexión facilitadora entre el catolicismo popular,
del cual generalmente provienen, y los cultos africanistas, hacia donde se dirigen.
Pomba Gira: entidad femenina y construcción de identidad
Las Pomba Giras y sus compañeros exús, que forman la kimbanda, o la
―izquierda‖ de la umbanda, son generalmente espíritus maleducados,
impúdicos, agresivos. Dicen palabrotas y se ríen a carcajadas. La Pomba
Gira es el espíritu de una mujer que en vida habría sido una especie de
prostituta, una mujer de baja moral, capaz de dominar a los hombres
mediante sus habilidades sexuales, amante del lujo, del dinero y de todos los
placeres del mundo. Por eso cuando quiero sentirme bella, de verdad
hermosa por dentro y por fuera, además de segura y fuerte, me conecto con
mi Pomba Gira (Olaya, entrevista personal, Buenos Aires, 20 de agosto de
2013).215
Como se ha afirmado oportunamente, desde un punto de vista antropológico los
cultos africanistas pueden definirse como ―religiones de posesión‖ (Cazenueve, 1971:
183). El eje central de sus prácticas se halla atravesado por la posesión del cuerpo del
iniciado por un orix (deidad) o bien por un guía (espíritu); la jerarquía de la entidad
determinará el tipo y la especificidad de cada ritual. La estrecha relación que, mediante
la incorporación de la entidad, une al mundo sobrenatural (Orum) con el mundo terrenal
(Axé), permite que en este último se exprese la multiplicidad de seres que existe en
aquél. Para convertirse en un iniciado en el africanismo es necesario que, mediante el
sistema adivinatorio de los buzios216, se determine el orix o guía propio. La separación
entre el mundo sobrenatural y el terrenal queda sin efecto luego de esta unión, mediante
la cual la personalidad del fiel ya no será percibida como el núcleo interior psíquico-
biológico del sujeto, sino que el orix o guía en cuestión se convierte en un elemento
215
En este punto, es preciso aclarar que todos los nombres de entrevistados consignados son seudónimos.
216
Concha marina utilizada como moneda en África. En los templos argentinos ayuda a determinar
mediante la adivinación oracular el santo u ―orixá de cabeza‖ de un iniciado.
264
Jornadas Migraciones. Mesa 12
primordial constitutivo del propio ser atravesando todo su signo identitario217. Los
adeptos africanistas, una vez iniciados, resignificarán rasgos de su personalidad, tanto
físicos como de temperamento, en relación directa con las características de la
personalidad mítica del orix o guía en cuestión. Luego del rito de iniciación, los fieles,
no sólo pertenecerán de lleno a la religión, sino que comenzarán a experimentar
cambios esenciales en todo su ser. Estas prácticas de iniciación en tanto ritos de eficacia
(Cazenueve, 1971), constituyen significativos ritos de paso (Turner, 1988) tras los
cuales, los sujetos revisten una ontología diferente y, por lo tanto, una modificación de
su estatuto como persona. Entonces, a través de la manipulación ritual, es decir,
mediante la performatividad, el fiel no sólo accede sino que establece un vínculo antes
inexistente con su ―orix de cabeza‖, quien se integrará a su personalidad guiándolo en
sus acciones y comportamientos, otorgándole características psíquicas y atributos
específicos (Fernández, 2000).
La piedra fundamental del africanismo reside en la interacción con los muertos, es
decir que, en la relación que se establece entre el individuo practicante y el muerto
ancestral durante la ceremonia, hallamos tanto la idea-fuerza como el sustento de este
sistema religioso. Es por ello que, tal como he mencionado, desde un punto de vista
antropológico los cultos provenientes del África negra se definen como ―religiones de
posesión‖. En éstas, la incorporación o el trance se convierten en el mecanismo habitual
por el cual las divinidades y espíritus guía del panteón entran en contacto con los fieles.
Cabe aclarar que el imaginario africanista, y en esto reside su particularidad, no parte
necesariamente desde una cosmovisión que establezca la creación del mundo sino que
los aspectos teológicos (Nieto, 2006) que definen dicha creación son aceptados como un
antecedente, pero el culto se desarrolla sobre todo, en relación a este contacto espiritual
con los ancestros.
Más allá de las particularidades propias de cada línea, culto o instancia ritual, es
posible afirmar que una constante ontológica sobrevuela y unifica la variedad. Debe
217
Es necesario aclarar que existe un escalonamiento en el proceso de conversión a la religión, mediante
el cual los adeptos atraviesan una serie de etapas que constituyen distintos ―grados‖ de identidad social en
relación al sitio que ocupan en su comunidad espiritual. Según el esquema propuesto por Frigerio y
retomado por Rodríguez en sus trabajos podríamos distinguir claramente cuatro etapas: 1) consultante y
depositario de ayuda espiritual, 2) médium o intérprete, 3) hijo de religión, 4) hijo de un orixá específico
como eje articulador de la identidad subjetiva, lo que implica una ―cosmovisión del templo‖ en la
interpretación de todas las vivencias que el individuo atraviesa (Frigerio, 2003; Rodríguez, 2010). Para la
elaboración de este primer avance de investigación me he centrado principalmente en individuos situados
en las etapas 2, 3 y 4, ya que es allí donde la religión incide fuertemente en lo concerniente a la
construcción de la identidad tanto individual como colectiva.
265
Instituto de Investigaciones Gino Germani
entenderse que nos encontramos ante un sistema religioso que conceptualiza la idea del
―bien‖, pero no la del ―mal‖. Es decir que, para la cosmovisión africana, la dualidad
judeocristiana-occidental presentada habitualmente como una lucha entre ambas
categorizaciones, queda sin efecto. Otro eje sistémico fundamental del esquema tanto en
el plano sobrenatural como en el humano se halla constituido por una escala
jerarquizada y continua que se extiende desde el polo del ―bien‖ (positivo) hacia el polo
del ―error‖ (negativo). Por lo tanto, al no existir en la cosmovisión la categoría del
―mal‖, tampoco existe una equivalente a la de ―pecado‖. De este modo, las personas que
por su orientación sexual o identidad de género son discriminadas e infravaloradas en
sus orígenes como cristianos (en sentido socio-histórico-cultural y no necesariamente de
profesión de fe) encuentran en la religión un espacio de contención y revalorización que
les permite expresar su identidad en términos de elección personal.
Es en este punto en el cual me interesa principalmente detenerme en esta primera
comunicación, es decir, en esta performatividad específica de la kimbanda, que conecta
en forma directa una experiencia espiritual de transformación durante el ritual con
elementos inequívocos de expresión del género en la construcción de lo que se
denomina identidad disidente. Este trabajo, en esta instancia, tal vez busque una
respuesta o intente al menos formular las preguntas adecuadas con respecto a esta
expresión/construcción de la identidad y de qué manera articula ello con la cuestión
espiritual inherente. Si aceptamos, como afirma Teresa de Lauretis (1989) en La
tecnología del género que éste ―es un efecto compuesto de representaciones discursivas
y visuales‖ (p. 10) que emanan de varias instituciones tal y como son propuestas y
resignificadas desde la estructura del moderno estado nación, vale decir, la familia, el
sistema educacional, los medios de comunicación, la medicina, el derecho, y por
supuesto la religión oficial, tal vez podamos adentrarnos más profundamente en la
cuestión propuesta, ya que la representación y la construcción del género constituyen
siempre una forma de negociación con el poder y cuanto menos inteligible sea, más
expuesto a la violencia, y en condición más vulnerable quedará (Butler, 2000).
La construcción de la identidad en lo que atañe al género es tanto producto como
representación, una representación que tiene efectos reales en la vida material de los
individuos. De Lauretis (1989) sostiene que esa representación se realiza cuando se
convierte en auto representación, como una forma de percepción de la propia identidad
social y subjetiva; el género sería entonces, tanto una atribución como una apropiación.
Y el terreiro, la communitas de la kimbanda, un espacio en el cual expresarlo libremente
266
Jornadas Migraciones. Mesa 12
fuera de los prejuicios, las ataduras o las limitaciones que existirían fuera de él,
basándose, en cierto sentido, en la justificación o legitimación que se obtiene desde la
cosmovisión y la práctica socio-ritual del culto. La kimbanda constituiría entonces, una
instancia performativa liberadora o bien, como ha afirmado uno de los testimoniantes,
―un espacio donde poder ser lo que se es‖:
Siempre fui distinta yo, de chiquita. A mí no me sacabas de las muñecas y la
cocinita de juguete de mis hermanas. No me gustaba el fútbol, ni las armas,
ni agarrarme a trompadas ni nada de lo que hacían los otros varones, lo que
hacen todos los varones de chicos bah... Antes de entrar a la religión, hace ya
muchos años de esto, yo siempre me sentía mal por ser distinta, pensaba que
estaba enferma o algo por el estilo. Pero después, con el tiempo empecé a
venir a más kimbandas y me sentí cada vez mejor, más libre... Y me fui
tranquilizando... Y después de bautizarme y de tirarme los buzios entendí, mi
guía de cabeza es ―un ella‖ (no quiero nombrarla porque es algo muy
privado) pero si te digo que es ―un ella‖ que también es lo que soy yo, lo que
me da forma. Por eso ahora sé que nunca estuve enferma, que sólo soy
distinta porque soy ella (Tina Brown, entrevista personal, Buenos Aires, 16
de julio de 2013).
Todo indicaría entonces, que es en la cuestión identitaria en relación al género
donde estaría puesto el acento, y lo que se resuelve, en parte, en ese sentido de
pertenencia de los adeptos a su comunidad espiritual, un ámbito que les permite
conectar de manera directa a través de la performatividad ritual con un aspecto puntual
de su identidad. Recapitulando entonces, así como mencioné la ausencia de connotación
sexual en los relatos testimoniantes, muy por el contrario, ha constituido una constante
la fascinación ―del primer contacto‖, el primer acercamiento a Pomba Gira. Es decir, la
primera sesión a la que concurrieron como consultantes o depositarios de ayuda
espiritual, cuando los testimoniantes atravesaban la fase 1 en las etapas de contacto con
la religión (véase nota Nº 10):
-La primera vez que la vi [se refiere a Pomba Gira incorporada en otro
adepto durante un ritual] sentí como un alivio y una explosión a la vez-
-¿C mo fue exactamente esa experiencia? ¿Podrías explayarte?-
-No sé, puedo probar…-
-Dale, te escucho-
-Alivio porque entendí que no se trataba de lo que hacía, sino de lo que era.
Y una explosión porque supe inmediatamente que eso era lo que yo quería
ser.-
-¿Querías ser Pomba Gira?-
-En ese momento no lo tuve tan claro, entre el deseo y la explosión…-
[Risas]
-¿Y quién es Pomba Gira?-
-Una mujer. Una mujer hermosa y segura de lo que quiere. Una mujer que no
267
Instituto de Investigaciones Gino Germani
tiene miedo.-
-¿Y vos, vos quién sos?-
-¿Ahora decís? Yo creo que, gracias a la religión, soy una persona más feliz,
cómo decirte, más… más… completa… que antes-
(Ángel de la Melange, entrevista personal, Buenos Aires, 20 de agosto de
2013).
Decidí transcribir este fragmento de la entrevista en forma textual porque
considero que es representativo, como ningún otro, del bienestar revelador
experimentado ante un primer contacto in situ con el ritual, y el deseo, posteriormente
alcanzado en todos los casos, de protagonizarlo. Ángel, actor transformista, al igual que
Axel K. (uno de los integrantes del grupo etnografiado cuyo testimonio se presenta a
continuación, y cuya singularidad además de su heterosexualidad manifiesta, consiste en
la práctica habitual de crossdressing) no posee una identidad femenina ―diaria‖ o ―de
calle‖. Ellos se sienten cómodos con sus respectivos roles masculinos en la vida social
por fuera del templo, pero, en ámbitos privados (Axel), en los escenarios (Ángel) o en
su comunidad espiritual (ambos), les gusta auto percibirse y ser percibidos desde una
identidad femenina, que es precisamente lo que cristaliza en el momento de la
performatividad ritual de la kimbanda mediante la incorporación de Pomba Gira:
Te pido que no uses mi nombre verdadero ni me saques fotos ni nada porque
soy padre de familia, me gustan las mujeres y nunca estuve ni estaría con
otro hombre. No tengo nada en contra de eso pero no lo siento, aunque me
gusta como te dije antes vestirme con ropa de chica en casa cuando estoy
solo y acá en el templo con mis amigas. Este es el único lugar del mundo,
además de mi habitación, donde puedo sentirme libre y compartir esto tan
íntimo con otros, a quienes considero como hermanos y hermanas (Axel K,
entrevista personal, Buenos Aires, 18 de septiembre de 2014).
Estos dos casos, tan significativos por las particularidades mencionadas, y en clara
disonancia con el conjunto, me condujeron, en un viraje en el horizonte de sentido de la
investigación, hacia la búsqueda cada vez más complejizada de una constante
unificadora que recorriera y atravesara todos los casos. Y es por ello que arribé al
concepto de ―identidades disidentes‖. Es decir, no gay en el sentido neoliberal
occidental pos-Stonewall al servicio de las leyes del mercado, no homosexual como
categoría proveniente del sistema médico-psiquiátrico o jurídico occidental estatal
moderno, no trans en tanto deseo y consumación de pertenecer de lleno ―al otro sexo‖ o
―al otro género‖ en forma permanente y como constitutivo irrevocable de la identidad.
268
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Lo interesante, y por ello atinado para este estudio, del concepto queer es
precisamente su oposición radical a la norma y su desprendimiento ideológico
posicional con respecto a las políticas de identidad tradicionales. Casi como una especie
de giro conceptual pos-identitario, ya que no afirma sólo una práctica sexual en
particular como las otras categorías disponibles, sino que por el contrario reacciona
desde un lugar crítico hacia todos los procesos de construcción de identidad,
constituyendo la herramienta, el lente a través del cual se mira y se intenta comprender
el caso y que se erige, por ello mismo, como un potente cuestionamiento hacia lo
establecido:
Yo quiero ser aceptada en forma total, más allá de lo que soy o eso que los
demás creen que soy, por cómo se me ve o porque vengo acá [se refiere al
templo]. O sea, vos ahora estás charlando conmigo y te debo parecer ―un
travesti medio ridículo‖ [sic] pero en un rato me vas a ver convertida en una
diosa porque yo tengo mucha Pomba Gira. Y lo mismo mañana a la mañana
voy a tomar mate a lo de mi familia en joggineta y todo el pelo adentro de la
gorra, pero voy a seguir siendo yo. No entiendo que es lo que haría la
diferencia, si debajo siempre estoy yo (Apola Diamante, entrevista personal,
Buenos Aires, 12 de enero de 2014).
Todas las líneas de religión africanista poseen su eggum, es decir, su propio rito
consagrado a un muerto ancestral que presenta variaciones según el caso y constituye su
esencia a la vez que lo diferencia del resto ya que, más allá de cualquier dogma rígido el
universo africanista es la suma de todas las particularidades que lo componen (Cuello,
2010; Carrone, 2013). En el presente trabajo, como afirmé oportunamente, me he
concentrado específicamente en una de estas ceremonias rituales: la kimbanda, cuyas
entidades protagonistas se denominan Exú y Pomba Gira o Exú mujer. El rito kimbanda
constituye una práctica particular dentro del africanismo y como tal posee sus propias
entidades patrocinantes que son considerados orix s218 de segundo nivel, espíritus guía o
entidades de baja energía.
El vocablo kimbanda proviene de kimbundo, palabra de origen bantú que define al
doctor tradicional o "curandero" en Angola. El significado es: "aquél que se comunica
con el más allá" o también aquél que puede manifestar el "arte de curar", ya que ese es
otro de los significados de la terminación mbanda. La mbanda, es el tipo de ritual
practicado en Angola para efectuar tanto curaciones como invocaciones a ancestros
218
En la construcción fuertemente sincrética que ha atravesado el africanismo en Latinoamérica, los
orixás son equiparados a los santos católicos. Los practicantes los definen a propósito de ello como
―santos‖, ―espíritus elevados‖ o ―intermediarios entre el hombre y la divinidad‖.
269
Instituto de Investigaciones Gino Germani
espirituales que podrían comunicarse con las personas a través de su cuerpo, tal cual lo
hacen los espíritus a través de un médium (Villamil Herrans, 2005).
Los cultos africanistas constituyen una práctica religiosa que, en términos
generales, presenta características que los diferencian y distinguen de sus pares en la
tradición judeocristiana. La primera de éstas se relaciona con la pluralidad de cuerpos
rituales. Es decir, durante el ritual los cuerpos de los practicantes iniciados reciben a
diferentes deidades o espíritus que, en consonancia con su historia mítica presentarán
posturas y movimientos corporales que les son propios. En el transcurso de mi
investigación he podido mediante la observación de episodios rituales registrar como el
fiel experimenta en su corporalidad física, la materialidad particular de la entidad en
cuestión. La segunda característica diferenciadora alude a una preeminencia
profundamente performativa ya que los cultos africanistas exacerban la predominancia
sensorial en sus prácticas, al punto tal que la performance ritual es evaluada en tanto su
coherencia estética: vestuario de los fieles, preparación del banquete, decoración del
templo, ejecución de danzas y cantos de incorporación, etc. (Fernández, 2000). Ambos
caracteres particulares propician un ámbito atractivo para los individuos que he
entrevistado en esta primera etapa de campo, lo cual se vuelve más significativo aun si
pensamos los rituales como una suerte de communitas (Turner, 1988) que permite a los
fieles la posibilidad de experimentar una pluralidad sexo-genérica que los libera de su
condición biológica binaria (hombre-mujer). Aquí este binomio se desdibuja,
permitiendo que los comportamientos típicos de ambos géneros sean indistintamente
asumidos por los iniciados, independientemente de su ―identidad de calle‖. La
ceremonia en cuestión, una suerte de performance religiosa, consta principalmente del
toque y canto de ―puntos‖, que es la forma que utilizan los africanistas para denominar a
su música ritual propiciatoria.
Los exús fueron hombres, personas que vivieron realmente, pero como
cometieron algún error en esa vida no pueden descansar en paz, entonces
llegan a través de la kimbanda para pagar por las cosas malas que hicieron.
Por ejemplo, tal vez fueron asesinos o delincuentes. Y con la Pomba Gira
pasa lo mismo, fueron mujeres que cometieron algún error, prostitutas y
otras cosas por el estilo (Ítalo Méndez, entrevista personal, Buenos Aires, 16
de julio de 2013).
El objetivo principal del ritual es entonces, la incorporación de estas entidades en
forma mediúmnica para lo cual se pone en funcionamiento todo un engranaje de
símbolos en clave performativa. Por ejemplo, cuando las Pomba Giras ―se hacen
270
Jornadas Migraciones. Mesa 12
presentes‖ en sus médiums durante la ceremonia, es posible observar en los practicantes
(además de todo un despliegue corporal y gestual) el uso de vestimentas típicas de la
época en que supuestamente estas entidades existieron como seres humanos, la cual, en
tanto período histórico, se extiende desde el siglo XVII hasta fines del XIX, es decir, la
etapa colonial:
En la ceremonia usamos ropa de época, vestidos ―de dama antigua y
capelinas‖ para que ella se sienta como en casa, como en su época, y elija
volver por un rato. Porque cuanto mejor sea el vestido, mejor la ofrenda,
mejor la música y la dedicación, más cómoda y por más tiempo va a estar
ella y más te va a querer ayudar, esa es la idea de la kimbanda (Noxeema,
entrevista personal, Buenos Aires, 19 de octubre de 2013).
Según refiere Sandy (entrevista personal, Buenos Aires, 21 de agosto de 2013),
otra de las entrevistadas, las Pomba Giras usan trajes de colores llamativos, así como en
ocasiones una rosa en su largo cabello moreno, y exhiben ―formas de prostituta‖ (sic),
aunque no necesariamente lo hayan sido en su vida terrena ya que ―puede manifestarse
también como una gran dama, fina y muy cuidada, pero siempre una dama de la noche,
una pecadora, no importa si fue rica o pobre en vida, eso es algo secundario‖ (Tina
Brown, entrevista personal, Buenos Aires, 16 de julio de 2013).
Obsérvese en los dos últimos testimonios, la persistencia actual en la religión, de
elementos y definiciones propias del ámbito cristiano (la noción de ―pecado‖), lo que
habla a las claras de un discurso sincrético, que mantiene aún presentes e incorpora,
concepciones culturales provenientes del catolicismo. Y por otra parte, es también
destacable aquí la conexión evidente entre ambos mundos, ambos ejes de mi trabajo, lo
queer y lo afro, materializados en el uso de vestimentas y accesorios femeninos para
facilitar la incorporación de la Pomba Gira en cuestión. He podido observar en mi
experiencia de campo la corporización misma de esta especie de ―travestismo extático‖
mencionado por Segato (2007: 246) en sus trabajos y asimismo he llegado a determinar
que esto es posible debido a la ausencia de prejuicios en la doctrina transmitida por los
paes y maes a sus adeptos (estoy hablando principalmente de dos templos en los que he
podido realizar mi etnografía y a los que acuden los testimoniantes citados), mediante
la cual los practicantes perciben una atmósfera de libertad difícilmente posible en las
religiones mayoritarias o tradicionales, posiblemente una de las claves para comprender
el ―boom africanista‖ del que hablan Frigerio (1989; 2000) y Segato (2007), en lo
tocante, en este caso, a la participación creciente de individuos pertenecientes al
colectivo de identidades disidentes.
271
Instituto de Investigaciones Gino Germani
¿La iglesia católica que dice? Que si tenés una pareja de tu mismo sexo te
vas al infierno, que si vestís ropa de chica es pecado, no te aceptan. O te
aceptan pero con la condición de que no seas lo que sos, que dejes de ser,
algo ridículo y además imposible. En cambio en el culto africanista no
importa tu inclinación sexual ni tu género, ni tu ropa, a la religión no le
importa (Ítalo Méndez, entrevista personal, Buenos Aires, 16 de julio de
2013).
Por su parte, Manuela Rodríguez (2010; 2012) afirma que esta lógica
expansionista y de apertura hacia lo diferente que sobrevuela en la kimbanda existe
desde sus orígenes ya que siempre los cultos africanistas se han relacionado en el país
con la marginalidad social, tanto religiosa como sexual219, y es precisamente en este
punto donde me interesa conectar lo etnografiado con ciertos elementos de la teoría
queer o los estudios de género, que pueden acudir en nuestro auxilio en tanto
herramienta de comprensión para con el caso estudiado. Se definen como sexualidades
periféricas o disidentes a aquéllas que traspasan la frontera de lo aceptado y legitimado
socialmente por el conjunto: es decir, para el ámbito específicamente argentino,
hablamos de una sexualidad heteronormada, monógama, entre individuos pertenecientes
a una misma clase social y grupo etario, y que rechaza de plano prácticas como el
cambio de sexo o de género.
Por otra parte, en su estudio sobre las estructuras pre-coloniales de los pueblos
originarios en Brasil, Segato (2013) afirma que es un frente estatal, empresarial,
mediático y cristiano el que avanza sobre las comunidades minoritarias modificando
negativamente la pre-existencia de las relaciones de género, y colocando a la mujer (o a
lo femenino) en clara desventaja. Constituye ello una particularidad de la
implementación del sistema moderno colonial en Latinoamérica que bien puede
aplicarse a la problemática de las identidades disidentes en el africanismo argentino
actual, a modo de comparación de casos y perdonando de antemano todo anacronismo
posible. Ya que, si en las comunidades pre-coloniales existía una estructura de
219
Quisiera detenerme por un momento en este punto ya que existe una discusión en el ámbito académico
argentino en relación con la reintroducción del culto en nuestro territorio avanzada la segunda mitad del
siglo pasado. Al respecto encontramos principalmente dos líneas, caracterizadas como ―brasileña‖ y
―uruguaya‖ respectivamente. La primera, trabajada por Frigerio (1989; 2001; 2003), nos cuenta que
argentinos de viaje por aquella época en Brasil tomaron contacto con la práctica de la religión trayéndola
luego al país; y por otra parte una segunda línea, abordada por Segato (2007), que centra su enfoque
principalmente en un burdel presidido por una mae de santo travesti situado en la frontera uruguaya con
Brasil. En ambas interpretaciones, afirma Rodríguez (2012), se debate sobre la existencia de un grupo de
personas de ―dudosa moralidad‖ en la influencia y posterior difusión de la religión en la Argentina, que
tiñera desde entonces todo el espectro en lo que atañe al abordaje y la percepción de este grupo religioso
en el país.
272
Jornadas Migraciones. Mesa 12
―dualidad‖ jerarquizada, pero que permitía la circulación de todos en el espacio público,
haciendo de ese mundo (el ―mundo aldea‖) un lugar realmente plural, no sucede lo
mismo en la modernidad, en la cual el sistema se vuelve ―binarista‖. Es decir, es el
mundo del uno (hombre-masculino), el que habla en la esfera pública, y por tanto el que
detenta el poder y el que toma final y arbitrariamente todas las decisiones. Y el resto es
resto, es residuo, es el territorio destinado a la mujer, a la minoría, al negro, al indio, al
trans. Todo ese resto, es decir, ―los otros‖, se halla por fuera de la esfera pública,
generalmente privado de voz, y por lo tanto es interpretado o bien ―creado‖, a imagen y
semejanza, y en función de, el hombre blanco, letrado, propietario y por supuesto,
heterosexual y cristiano (Segato, 2013).
Es por ello que es posible afirmar que en cierto sentido las identidades periféricas
o disidentes están basadas en una resistencia a los valores y la opresión tradicionales,
como respuesta a la marginación presente en todas las instituciones sociales, desde la
familia hasta los espacios educativos y laborales. La perspectiva queer intenta subvertir
el sentido al posicionar la disidencia como objeto de estudio, de tal modo que la
diferencia es tomada en sí misma como una categoría de análisis, abriendo el juego y
enriqueciendo el enfoque:
Me gusta que me hagas todas estas preguntas sobre mí, mis compañeras y mi
religión, creo que esto puede ayudar a que la gente deje de vernos como
bichos raros. Somos chicas distintas nosotras, especiales, y espero que esto
pueda servir para que se entienda que yo no soy ningún monstruo, que sólo
trato de vivir mi vida de la mejor manera posible ayudando a los demás en
todo lo que pueda, incluso a aquellos que me discriminan por mi condición y
mis creencias (La Madonnita, entrevista personal, Buenos Aires, 23 de abril
de 2014).
Los estudios queer nacen a la luz de un profundo proceso de revisión teórica y
metodológica que las investigaciones sobre la sexualidad y la identidad de género han
atravesado desde los años setenta del pasado siglo. Sin duda, esta revisión debe mucho
al impulso del movimiento feminista y a los llamados luego ―estudios de la mujer‖ en el
ámbito académico, que abrieran con anticipación y en forma definitiva, las puertas hacia
esta vía de comprensión. Por otra parte si aceptamos, como sugiere Foucault, que la
sexualidad debe entenderse no a través del prisma tradicional de la Naturaleza
univalente de la teología cristiana sino a través de la dinámica que establece con sus
representaciones y discursos (locura, castigo, enfermedad, entre otros), a la vez que
desde sus entornos culturales, estaríamos reconociendo implícitamente que la secular
273
Instituto de Investigaciones Gino Germani
dicotomía biológica entre hombre y mujer debería borrarse.
El sexo y el género, por consiguiente, no constituirían sólo un rasgo innato o una
simple actividad, sino una identidad más compleja en expresión y construcción. Por otra
parte, me interesa también enfocarme en la idea planteada por Gayle Rubin (1975)
cuando afirma que ―la sociedad transforma la sexualidad biológica en producto de la
actividad humana‖ (p. 95) así como en su posterior reformulación, diez años después,
según la cual género y sexualidad deben ser diferenciados (Rubin, 1985),
conceptualización ésta, que se encuentra muy cercana a lo que quiero comenzar a
mostrar en este avance de investigación.
La palabra queer nos llega desde la lengua inglesa y connota diversas acepciones.
En tanto sustantivo, puede traducirse como ―maricón‖, ―gay‖, ―homosexual‖, pero
también como ―raro‖ o ―extraño‖; mientras que en su carácter de verbo transitivo
expresa un concepto más revolucionario aún ya que alude a un movimiento, a una
acción desestabilizadora. Es decir que se sustenta en la idea de movilizar normas
preestablecidas con fijeza. Es interesante mencionar al respecto, que el vocablo conlleva
en sí mismo una acepción binaria que le confiere a la vez fuerza y sentido, me refiero a
que en gran medida debe su existencia y significado a su opuesto straight, palabra que
traducida a nuestro idioma podría interpretarse como ―derecho‖, ―recto‖, ―heterosexual‖
(Llamas, 1998). Lo queer entonces, nos hablaría de una esencia subversiva y
transgresora de todo aquello, es decir que expresaría una sensibilidad contraria a la
tipología dominante que trasciende las fronteras de la actividad o identidad
específicamente sexual del individuo (Guasch, 1998) y es por ello que encaja tan bien
como concepto en pos de una mejor comprensión teórica de mi trabajo.
Es por demás interesante observar esta especie de comunión entre lo afro y lo
queer que se da en los rituales de kimbanda que he tenido la oportunidad de presenciar,
mediante la cual los practicantes establecen conexiones con una identidad interior que
sale a la luz en las prácticas rituales de conjunto a través del contacto con la entidad
femenina patrocinante. Es decir, que los africanistas son más que conscientes de la
marginalidad que reviste tanto su identidad espiritual como personal al ser percibidos
por el común de la sociedad como ―raros‖, ―macumberos‖, ―locos‖ o ―desviados‖
(nótese la similitud con el concepto queer), pero aún así encuentran en el terreiro y en
su communitas un espacio para la expresión, la contención y la construcción de su signo
identitario tanto personal como grupal.
274
Jornadas Migraciones. Mesa 12
Consideraciones finales
Como he tratado de mostrar a lo largo de estas páginas, la ontología del sistema
religioso africanista practicado actualmente en la ciudad de Buenos Aires y su área de
influencia funciona como un ámbito contenedor de lo residual, lo marginal, lo
andrógino, lo diferente y lo subversivo en relación al esquema mayoritario de valores
dominantes de la sociedad cristiana, patriarcal y heteronormada. Es por ello que se erige
como un espacio calificado para la adhesión de personas que, por su signo identitario,
disidente en relación a los esquemas tradicionales de género, o bien por su orientación
sexual, son estigmatizadas negativamente. Es interesante destacar, a efectos de estas
reflexiones finales que, como ha podido observarse, la práctica de religiones de matriz
africana por parte de integrantes de la comunidad trans/queer en la ciudad de Buenos
Aires y alrededores funciona de manera inclusiva e integradora ya que hacia la
estructura interior de grupo tal cuestión identitaria no es calificada como anormal, ni
desviada ni errónea, ni se le solicita cambio o abstención alguna al fiel para pertenecer
(como ocurre en el catolicismo), sino que por el contrario, la diferencia se haya aceptada
y naturalmente integrada al conjunto. Por otra parte, resulta interesante destacar que la
ontología misma del culto posibilita la escisión del binomio sexo/género, lo cual
constituye un rasgo característico del africanismo que se materializa en el tiempo y el
espacio performativo ritual, otorgando la posibilidad de adoptar los géneros
masculino/femenino independientemente del sexo biológico de aquél que recibe en su
cuerpo a la deidad o guía. Dentro del horizonte de sentido de este sistema de creencias
la posibilidad de romper con la unilateralidad de la construcción del género como
dependiente del sexo, se fundamenta, en última instancia, en una justificación mítica
que legitima dicha posibilidad.
En un mundo posmoderno, vital y complejo como del que nos ha tocado ser
parte, la multiplicidad de opciones y la suma de individualidades exhibe un amplio
abanico en el que nada se oculta, del que nada ni nadie está exento. Tan así es que un
culto africanista como la kimbanda en Buenos Aires, abre sus puertas a la diversidad
generando nuevos lugares de expresión para el desarrollo de la espiritualidad, nuevos
espacios en los cuales ser tal y libremente como se quiera sin exigir más que la
presencia de la propia humanidad. Y hacia allí va el universo trans/queer,
comprendiendo perfectamente el guiño en su búsqueda inagotable de espacios y
conquistas para poder ser, generando nuevos sitios para ello, sitios que claramente no
275
Instituto de Investigaciones Gino Germani
abundan en una sociedad en franco crecimiento pero a la que aún le queda un amplio
camino por recorrer en la materia, una sociedad temerosa y resistente aún a lo diferente
y que no siempre le es del todo amigable.
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278
Mesa 13
De la migración al protagonismo: la
experiencia judía en literatura, teatro,
cine y televisión
Coordinadores y comentarista: Emmanuel Kahan (IDIHCS,
Centro Científico Tecnológico, CONICET) y Tzvi Tal (School of
Screen and Sound Arts, Sapir College, Israel - Instituto de
Historia y Cultura de América Latina y el Caribe, Universidad de
Tel Aviv, Israel). Silvina Schama Gesser (The Hebrew University
of Jerusalem).
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Algunas dimensiones de la etnicidad judeo-porteña reflejadas en
Jevel Katz y sus paisanos
Gisela Fabiana Andrade220
Introducción
El proceso de la inmigración masiva europea en la Argentina toma nuevos rumbos hacia
la Primera Guerra Mundial, el retroceso del flujo, el regreso de hombres y mujeres
―llamados por la guerra‖ y la contracción económica producto de la misma preocupan a
la élite argentina. Este escenario lleva a la dirigencia política a poner en práctica
acciones tendientes a cerrar las puertas o más específicamente utilizar mecanismos de
selección.
Esta selección no se traduce en una ley restrictiva sino en medidas administrativas
que ponen trabas a la entrada de inmigrantes ―indeseables‖ como los refugiados o
exiliados, y por otro lado las abre a los ―ideales‖, aquellos cuya principal motivación era
la económica221.
En este marco se intensifica el prejuicio hacia grupos inmigrantes centroeuropeos,
los denominados ―exóticos‖ como los ―rusos‖. Será la inmigración judía objeto de
importantes restricciones. Como dice Ester, uno de los personajes de la película Jevel
Katz y sus paisanos (Teikirisy y Vagnenkos, 2005)222, la cual analizamos en esta
ponencia, ―[…] Los judíos no tenían derecho de hacer lo que hacen ahora, [hoy] los
judíos se defienden de cosas justas de judaísmo, se defienden, hacen juicios […]‖223, al
contar las trabas y el maltrato que recibió al dar a luz a su hija en un hospital público del
barrio de Flores, ―[…] me dijeron ¿por qué no fue a hospital judío y vino aquí? […]‖224.
Pero a pesar de ello, una de las comunidades que más aumento relativo de ingreso
220
Especialista en Ciencias Sociales por la Universidad de Luján y Profesora de Historia por la
Universidad de Buenos Aires. Docente de la Universidad de Buenos Aires. E-mail:
giselafandrade@yahoo.com.ar.
221
Para profundizar en estos aspectos generales ver Devoto (2003).
222
Se trata de un filme documental que contó con el auspicio de la Secretaría de Cultura del Gobierno de
la Ciudad de Buenos, AMIA e IWO y el apoyo del INCAA (Instituto Nacional de Cinematografía y Artes
Audiovisuales) - BAFICI (abril 2005).
La primera versión de este trabajo fue elaborada en el marco del seminario ―Inmigración, género e
identidades transnacionales‖, dictado por la Dra. María Bjerg en la Maestría en Ciencias Sociales con
Mención en Historia Social - UNLu. 2008.
223
Ester Pizenza en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
224
Ester Pizenza en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
280
Jornadas Migraciones. Mesa 13
muestra hacia los años treinta es la inmigración polaca de origen judío; la misma Ester
que relata describe el contraste entre Buenos Aires y Polonia: ―cuando vine acá y vi que
uno puede comer, me hice nacionalidad [argentina], vivir, poder vivir, no perseguido
[…]‖225.
Es a la Buenos Aires de la década del treinta a la que arriba Jevel Katz, un músico
y parodista lituano que se convierte en referente cultural de una comunidad judía en
proceso de construcción de su propia etnicidad (Conzen, 1990): la judeo-porteña.
En Jevel Katz y sus paisanos, Ester Pizenza y José Linesvky, reconstruyen sus
historias personales, van contado la historia de este personaje y como en un cuento
recuperan en sus relatos historias socialmente construidas, vivencias personales y
colectivas. Memorias que migran de acuerdo con la información que el presente les
brinda, sus recuerdos se completan con las memorias colectivas del presente. Se
conjugan en sus palabras la memoria, el olvido, los recuerdos, las palabras de otros;
estos ojos de la memoria226 constituyen riquísimos testimonios que nos permitirán
indagar y revelar ciertas dimensiones sobre la inmigración judía en la metrópoli porteña
durante los años treinta.
El objetivo del trabajo es recuperar los relatos que presenta el documental,
buscando en ellos signos de la construcción de una etnicidad: judeo-porteña.
Identificando en ellos la participación activa de los inmigrantes en la construcción de
sus identidades (Conzen, 1990).
Trabajaremos con estos relatos de vida presentes en el film como testimonios que
operan como archivos de historia oral (Comolli, 2008), sin dejar de estar atentos a los
objetivos del director de transformar a estas personas casi en los personajes principales
de esta película.
Desde allí revisaremos aquellos elementos que den cuenta de la localización
(Conzen, 1991), un concepto que sirve para pensar las estrategias que despliegan los
inmigrantes, para mantener las características y las costumbres de origen, sin vivir en
una situación de aislamiento o apartado étnico, se trata más bien de un diálogo con la
225
Ester Pizenza en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
226
Las narraciones individuales no sólo permiten identificar las percepciones de los actores, sino entender
el contexto en el que cada uno de ellos configura su experiencia; cómo sus vidas se entraman en
relaciones sociales más allá de su experiencia individual. Para ello es importante profundizar en el
análisis de la compleja relación entre historia y memoria, entre el acontecimiento vivido y el recordado.
Ver Portelli (1989) y Bjerg (2009; 2012). Para ampliar el tratamiento de las fuentes orales, narraciones e
historias de vidas construidas a partir de entrevistas ver James (1987; 2005). Sobre recuerdos individuales
y memorias colectivas ver Halbwachs (1995).
281
Instituto de Investigaciones Gino Germani
cultura local, que impregna a la cultura receptora de elementos centrales y
característicos de la cultura inmigrante.
Pues los testimonios de cada uno de estos personajes sobre la cultura judía y la
constitución de los vínculos y roles familiares nos permitirán al menos esbozar algunas
primeras líneas para pensar cuestiones de género y de construcción étnica en la Buenos
Aires de las décadas del ´30 y ´40.
Ester era una joven-niña polaca, que viaja a la Argentina en 1919, con tan solo
doce años. Según cuenta, sus padres tenían una confitería en Polonia y cuando estalla la
Primera Guerra Mundial y Rusia invade Polonia, su padre decide escaparse. Llegan a
instalarse en Buenos Aires en condiciones de mucha pobreza. Hacia los treinta instala
en el barrio de Once una peluquería femenina, se desarrolla comercialmente y muestra
importantes signos de ascenso social, antes de su matrimonio. Su historia de vida y el
relato que utiliza para recuperarla nos permiten introducirnos e identificar ciertos
valores comunes y típicos del ideario judeo-porteño.
El otro personaje en cuestión es José Linesvky, rumano (de Vesaravia -
Moldalvia), quien en 1930, a la edad de 15 años, arriba al puerto de Buenos Aires. Llega
de la mano de sus padres, tanto en Argentina como en EE.UU. tenía hermanos mayores,
pero las restricciones del ingreso a EE. UU. hacen más viable la opción por Buenos
Aires. Recién llegado se dedica a vender a crédito de casa en casa y más tarde se aboca
de lleno a la música. Ya músico profesional se dedica al tango.
El film convierte a Ester y a José en personajes y nos permite indagar, desde
allí227, estas trayectorias personales, tomando a estos actores como constructores activos
de sus propias vidas y no pasivos beneficiarios o víctimas de los procesos sociales que
deben atravesar. Estas historias nos invitarán a poner el foco en los modelos culturales
que evidencian autonomía, resistencias, conservación de los valores étnicos y a la vez
interactúan de manera dinámica con la cultura local. Como sostiene Bjerg (2009) la
densidad de los testimonios y una mirada en detalle de las tramas individuales permiten
dar cuenta de cuestiones centrales del fenómeno migratorio que no siempre son
evidentes desde una perspectiva estructural. Sin tratarse de un análisis microhistórico,
esta escala nos permitirá indagar sobre las identidades de género, los roles y el poder en
las familias, así como las estrategias de reproducción y resignificación de una cultura
227
Según Aprea (2015) los documentales son obras audiovisuales que transmiten un conocimiento
presentado a través de una mirada que, de alguna manera, interpreta un universo que existe más allá de
sus realizadores.
282
Jornadas Migraciones. Mesa 13
inmigrante, como es el caso que abordaremos en este trabajo, de una identidad cultural
judeo-porteña en las décadas del treinta y cuarenta.
La etnicidad judeo-porteña de las décadas del ´30 y ´40
Ester y José, nuestros personajes, se instalan en la ciudad de Buenos Aires y en la
ciudad de Avellaneda respectivamente. A los fines de este trabajo tomamos la idea de
espacio porteño más allá de los límites de la ciudad de Buenos Aires, pues para nuestro
análisis estas diferencias jurisdiccionales no afectan, ni cuestionarían el objetivo del
mismo.
El desarrollo y el avance sobre los estudios migratorios han generado un cambio
radical al superar el paradigma de la emigración catastrófica en soledad y el problema
del desarraigo. El concepto de redes sociales permite ver a los emigrantes como actores
racionales que persiguen objetivos y movilizan para ello los recursos que tienen
disponibles, recursos relacionales necesarios y útiles para conseguir información, elegir
destino, insertarse en el mercado de trabajo de la sociedad receptora (Ramella, 1995).
La historiografía sobre inmigración ha desarrollado el estudio de casos, de
historias de vida que muestran como estos inmigrantes son parte de una comunidad
conformada por hombres y mujeres de un mismo origen y explican los mecanismos que
utilizan para sobrevivir en su nueva realidad.
Como lo hemos desarrollado en la introducción, serán las historias o trayectorias
personales de Ester y José las que nos permitirán analizar las relaciones sociales y las
estrategias personales que hacen posible identificar los mecanismos de localización de
la inmigración judía en Buenos Aires.
Se trata de la invención de la etnicidad producto de la participación activa de los
inmigrantes en la construcción de sus identidades y solidaridades, poniendo en el centro
del análisis los mecanismos de carácter selectivo y adaptativo, pilares centrales de una
cultura étnica. Se trata de una interacción que se caracterizará de acuerdo al contexto y
al período que se analiza, por ello hablamos aquí de una etnicidad judeo-porteña de las
décadas del treinta y cuarenta (Hobsbawm y Ranger, 1983; Sollors, 1989).
A diferencia de las perspectivas asimilacionistas, que les dan a los inmigrantes un
rol en la historia en el que ellos se unen imperceptiblemente al todo, los conceptos de
etnicidad y localización dan lugar a identidades cuyo cambio e interacción definen las
principales corrientes del cambio social y permiten entender o dar cuenta de la
283
Instituto de Investigaciones Gino Germani
construcción de la cultura en la que el rol de los inmigrantes es central en la formación
de los valores comunes de un colectivo cultural más amplio como la ―cultura nacional‖.
Entonces esta idea de la localización sirve para explicar los mecanismos a través
de los cuales una cultura inmigrante tiende a reproducirse a sí misma y establece
espacios de diálogo en el mercado, en el espacio público y en la producción cultural.
Intercambio necesario para la construcción de una identidad étnica, que juega luego un
papel fundamental a la hora de determinar las ―reglas del juego‖ locales.
Es importante para todo ello ver el peso de la vida asociativa de la comunidad
judía en la Argentina. Devoto (2003) destaca el desarrollo y apogeo que ésta tiene luego
de la Primera Guerra Mundial. Asociaciones mutuales que fueron en sus orígenes
pensadas para la ayuda y organización del entierro de los miembros de la comunidad se
convertirán en los pilares de servicios más amplios hacia el interior de la comunidad;
será AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en 1941 la principal exponente de
este mutualismo. La otra gran institución, que se ocupaba de las relaciones de la
comunidad con la sociedad argentina, será la DAIA (Delegación de Asociaciones
Israelitas Argentinas). Por otro lado, una presencia destacada la tendrán los clubes de la
comunidad que aglutinarán a diferentes y diversos sectores de la comunidad, ya sea por
su lugar de origen o por cuestiones ideológicas (Hebraica, Hacoaj, Icuf, etc).
En términos de circulación y producción de cultura fueron centrales como en
muchos otros contextos de localización de la comunidad judía, el papel de las
bibliotecas, los periódicos en ídish y hebreo, así como las escuelas comunitarias, en
especial las creadas por los sectores laicos.
Tanto Ester como José reconocen y destacan en sus relatos la presencia
fundamental de estas organizaciones de la comunidad. Ester recuerda la participación en
AMIA de su esposo, las salidas, los picnics con orquestas en ídish y las actividades en
los teatros propios de la colectividad, como el Mitre, Excelsior, entre otros.
También es José quien, mientras recorre el salón Ezrha de Avellaneda, ahora
templo, describe las múltiples funciones que este lugar tenía como espacio de encuentro,
se trataba de un espacio de reunión más allá de lo religioso:
La religión se cuidaba al máximo. Esa Menorá la dimos en nombre de mi
padre, para que tenga un poco más de pinta a templo […], cuando llegamos
nosotros mi papá enseguida se hizo socio, una obligación de un peso por
mes. Los viernes a la noche y sábados estábamos acá. Religiosos y semi-
284
Jornadas Migraciones. Mesa 13
religiosos. Ni hablar de las fiestas de la juventud, yo hacía un cuadro
dramático228.
Destaca que allí tocó Jevel Katz, el humor según José era una buena forma de
contrarrestar las ―noticias feas‖ que llegaban de Europa, refiriéndose especialmente al
ascenso del nazismo. ―Jevel Katz era un músico del pueblo, mezclaba las canciones, el
mal castellano que hablaba lo mezclaba con el ídish‖229, era parodista, era innovador.
José, Ester y todos los hombres y mujeres que dan testimonio en el documental
describen los espectáculos que organizaba la propia comunidad como lugares de
sociabilidad intracomunitarios, y los espacios laborales y el barrio como espacios de
contacto, acción e interacción con la cultura local.
Otro elemento significativo es la ocupación, organización y utilización del espacio
urbano y las huellas que este film muestra sobre la constitución de identidades, de
diálogos y de resistencias culturales. Son los barrios de Once, Abasto y Villa Crespo un
claro ejemplo de ello, uno de los testimonios que acompaña a Ester y a José, el de
Isidoro dice que: ―en la República de Villa Crespo si no eras judío tenías que llevar
‗visa‘‖ 230.
Dice José: ―En Avellaneda el muchacho de café no era paisano, en el centro había
más bien cafés de muchachos judíos. El muchacho judío a la larga quería estar entre
judíos […] Los gringos mejor se llevaban con los muchachos paisanos…‖231. Podemos
inferir que esos bares del centro a los que se refiere José son aquellos más tradicionales
de Once o Villa Crespo, como el Bar León o el San Bernardo.
Para Ester la peluquería y para José ―la calle‖ y más tarde la música y el tango son
aquellos espacios centrales de vínculo e intercambio con la cultura local.
José se dedicaba al trabajo y a la música, tocaba el violín, estudió en el
Conservatorio Municipal, quería entrar al Teatro Colón, pero no fue posible. Se fue
formado como músico de tango tocando gratis para distintas orquestas que tocaban en
los clubes de barrio o iban a los picnics.
La historia de José y las historias personales que recupera el documental muestran
cómo es posible hablar de la construcción de una identidad étnica, que revela
228
José Linesvky en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
229
José Linesvky en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
230
Isidoro Stolier, otro de las protagonistas de Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
231
José Linesvky en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
285
Instituto de Investigaciones Gino Germani
importantes estrategias de resistencia, conservación y adopción de diversos elementos
de la cultura judía y la cultura local.
Al relatar su encuentro con Jevel Katz y su historia de músico de tango cuenta que
una vecina se le acercó a preguntarle ―‗¿dónde aprendió a tocar tango en Rumania?‘ Su
hijo lo había visto tocar en un club y fue sorprendido a contarle: ‗mamá … el ruso toca
tango‘‖232. Este episodio permite dar cuenta del lugar y el protagonismo del contexto
local en la construcción de esa identidad étnica, un elemento clave que no hemos
encontrado muy desarrollado en los trabajos analizados. La imagen, la interacción, la
idea del otro que le devuelve la comunidad local a las comunidades inmigrantes, son
centrales para definir y delimitar esta etnicidad.
Esta anécdota es interesante para analizar la construcción de una identidad étnica,
porque muestra cómo aparece también en la cotidianeidad el intercambio diario con los
otros, más allá de los condicionamientos macro o superestructurales, mecanismos que
influyen y condicionan también la construcción de una identidad étnica.
Estos aspectos son necesarios de ser rastreados ya que en el caso de la Argentina
de los años treinta, el nacionalismo católico avanza sobre esas identidades múltiples
producto de la inmigración, la comunidad judía será también un objeto de extrañeza y
diferenciación social que no hace más que reforzar sus lazos internos.
Como lo señala Conzen (1990), para analizar la cultual étnica de los inmigrantes,
no es suficiente poner en el centro de la escena sólo la identificación con la cultura
propia del país del que vienen, ya que el proceso de localización crea una nueva cultura
étnica. Es necesario entender a esta ―nueva cultura‖ como una estructura de significados
socialmente producidos en la que se incorporan importantes elementos de las culturas
locales. Entonces esa cultura no se pierde, se construye y reconstruye en el espacio y a
través del tiempo.
Una cultura étnica localizada, como es el caso de la que aquí hemos dado en
llamar judeo-porteña, deja marcas perdurables de sus valores, mentalidades, una cultura
pública que no puede ser interpretada sólo desde el origen étnico sino desde la
interacción que muestran los inmigrantes con las culturas locales y con otras identidades
étnicas.
232
José Linesvky en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos,2005).
286
Jornadas Migraciones. Mesa 13
Lo étnico en la vida familiar
El desarrollo de los estudios culturales y los fundamentales aportes de la antropología
nos brindan un marco teórico más amplio para trabajar los temas que involucran a las
cuestiones de roles, familias y género que se dan en el marco de identidades étnicas
como la judeo-porteña durante los años treinta y cuarenta.
Como ya lo hemos dicho anteriormente, analizar aquellos aspectos de la vida
privada y las relaciones familiares que muestran a través de sus relatos Ester y José
puede ser ―un prisma privilegiado desde donde abordar diversas problemáticas de orden
social, cultural, económico, histórico, demográfico y político‖ (Bjerg y Boxaidós, 2004:
126).
En este apartado recuperamos la idea de modelos culturales de relaciones de
parentesco (Bestard, 1998), pues concebimos al parentesco como una forma cultural de
construcción de relaciones entre la sociedad, el individuo y la naturaleza; y habilita a
entender y utilizar el concepto de familia en términos históricos y con una dinámica
propia de acuerdo al contexto.
En esta concepción de familia, se enmarca la idea de abordar las problemáticas de
género también desde una perspectiva relacional, mujeres y hombres en relación, en la
construcción de vínculos, imágenes, etc. En este sentido es central el aporte de la
historiografía norteamericana233, existen diversos trabajos que recuperan las cuestiones
de género e inmigración desde un análisis relacional de las mujeres con su contexto, se
trata según estos enfoques de una construcción social dinámica que cambia con el
tiempo.
Tomaremos entonces el concepto de transnacionalismo, como los vínculos
familiares que mantienen los inmigrantes con su país de origen, no sólo en términos
materiales sino simbólicos, sosteniendo la idea de hogar como arena de acción social.
Desde este concepto se puede también pensar el lugar y los roles de las mujeres
inmigrantes como un pilar fundamental en el mantenimiento de las relaciones
transnacionales de los vínculos con la cultura de origen y como productores de una
nueva cultura étnica (Bjerg, 2009).
Trataremos entonces de avanzar en esta línea, señalaremos sólo tres elementos de
esta identidad judeo-porteña característica de los años treinta y cuarenta, las relaciones
233
Véase Donna Gabaccia (1994).
287
Instituto de Investigaciones Gino Germani
matrimoniales, sus prácticas y los bienes culturales que circulan en los espacios
familiares.
Ester y sobre todo José tenían una vida pública que iba mucho más allá de los
límites de la propia comunidad, a pesar de ello en ambos testimonios se observa una
concepción de familia y vínculos parentales absolutamente endogámicos. En los ´30 no
les era posible pensar en el casamiento fuera de los límites de la comunidad; y aún en su
vejez poco se animan a pensar la exogamia para sus hijos y nietos.
José recuerda las advertencias de su padre, ―tenga cuidado de no meterme con una
goie‖234, justificando esta posición con una historia ejemplificadora, la expulsión de una
familia de la comunidad, y se lamenta también por la pérdida del judaísmo como
consecuencia de la ―asimilación‖.
Ante una pregunta del entrevistador, Ester no se atreve a cuestionar la existencia
de los ―matrimonios mixtos‖, pero su cara dice otra cosa, no acuerda con esto.
Con el matrimonio se pone de manifiesto la necesidad de mantener no sólo la
cultura judía sino el patrimonio. Son estas pautas matrimoniales, los mandatos
familiares y culturales los que definen los acuerdos. Muchos de estos criterios coinciden
con los de otras comunidades, los relatos de nuestros protagonistas dejan entrever
criterios comunes a sectores en ascenso social, característicos de los años treinta y
cuarenta.
Cuenta José una práctica común en esa época:
cuando venía el casamentero a la casa de la novia, el padre de la novia le
decía -gente que estaba bien- tráigame un muchacho pero que no sea con un
uk. Cuales son sisteruk, nedideruk, [traígame] un abogado, un farmacéutico,
un comerciante, en esos no le podés agregar un uk. ¡Sin un uk!!!235.
No sólo lo material era definitorio, en estos mecanismos de selección que describe
José también están aquellos que eran signos de prestigio:
en aquella época principalmente los judíos estudiaban algún instrumento
[…] los hombres, en una familia, el varón tocaba violín y la hija tocaba el
piano, principalmente era un argumento para tener mejor novio, mejor
familia: ¡toca el piano!!! [con una expresión de importancia y destacando su
virtud]236.
234
José Linesvky en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
235
José Linesvky en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
236
José Linesvky en Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
288
Jornadas Migraciones. Mesa 13
Para Ester el tema del matrimonio fue un problema, en ella lo patrimonial y su
lugar de mujer estaban en juego. Destaca su preocupación de ser elegida por su dinero,
ya que la peluquería para ella fue una importante fuente de ingresos que facilitó un
ascenso social rápido.
A partir del relato de Ester se nos presentan múltiples temas para desarrollar, en
primer lugar, alinear su testimonio con el de José, ambos reafirman la endogamia y la
cuestión patrimonial como mecanismos de selección matrimonial.
Pero a la vez lo patrimonial en el caso de Ester nos da lugar para recuperar
algunos problemas centrales de género ya trabajados en varios estudios migratorios.
Según Silberstein (1994), la historiografía tradicional sobre inmigración ha oscurecido
la función laboral y la importancia y dinamismo económico que adquiere la mano de
obra femenina inmigrante en los diferentes momentos del flujo migratorio.
A lo largo de las entrevistas José y Ester, como el resto de los entrevistados, van
recogiendo imágenes y anécdotas que nos permiten distinguir aspectos comunes a las
otras colectividades residentes en la Argentina hacia esta época, así como elementos
propios de una comunidad étnica que sostiene lazos translaciones y donde el espacio
familiar, la vida privada resaltan sus características.
El caso del ídish será central para comprender la idea de hogar transnacional, el
ídish además de ser un símbolo, de conservación de tradiciones y de resistencia, es el
idioma de la intimidad, como lo dicen Frida y Ester en uno de los pasajes del film.
Incluso José señala que su esposa aprendió a hablar el ídish con él, ―[…] en la casa se
hablaba ídish, nos entendíamos mejor […]‖237, aclara Frida.
Es apropiado aclarar aquí que hablar de transnacionalismo en el caso de la
comunidad judía es más complejo. Si bien sus lugares de origen son diferentes, el
mantenimiento de ciertas tradiciones sobre todo en el caso de los centroeuropeos, los
vinculaba más con la propia cultura judía que con el lugar o la nación de la que
migraban. La diáspora podría conjugarse con el concepto de transnacionalismo o mejor
aún con la idea de ―hogar como arena de acción social‖, como un espacio necesario y
garante de la producción, reproducción de símbolos y ritos necesarios para la
construcción de una identidad étnica.
237
Frida Goldstein, otra de las protagonistas de Jevel Katz y sus paisanos (Teykirisy y Vagnenkos, 2005).
289
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Todos los recuerdos que rescata el documental son guiados por el periodista con
evocaciones, fotografías, músicas presentes en la entrevista y reforzadas en las distintas
escenas para el espectador, se observa la intensión del director de reforzar estos
elementos que distinguen a la identidad judeo-porteña (Breschand, 2004).
Algunas consideraciones finales
Como lo sostuvo el director de Jevel Katz y sus paisanos, este cantante fue una excusa
para contar historias de inmigrantes. En este film se presentan otros personajes que
pueden ser analizados en estas mismas claves: Frida, Benedicto, Isidoro, historias
personales que como las de Ester, la de José o la del propio Jevel Katz pueden brindar
un abanico de problemas o desandar una importante serie de preguntas y algunas
posibles respuestas que en un análisis macro no se podrían ver.
Como se ha señalado anteriormente, este documental como fuente presenta
importantes limitaciones si nos detenemos a analizar cuestiones puntuales de las
trayectorias de los personajes que nos presenta, más aún si buscamos profundizar las
cuestiones relacionadas con el género y con la idea del hogar como arena de
construcción social. Debemos destacar que este recorrido nos permitió avanzar sobre la
idea de construcción de una etnicidad judeo-porteña de las décadas del treinta y
cuarenta. Ester, José y cada uno de los personajes recorren la niñez, la llegada, las
fiestas, la música, la ciudad desde el recuerdo, la reiteración desde un relato que
construyen y reconstruyen junto al director del film.
Sería interesante y de gran riqueza para estos estudios, desarrollar otros trabajos
relacionados con las construcciones de la etnicidad ya no sólo desde la propia lógica de
la comunidad analizada sino desde la lógica misma de la sociedad receptora. De esta
manera sumaríamos a la identificación de los valores que las comunidades inmigrantes
resignifican, aquellos elementos que la sociedad receptora pone en juego para colaborar
y retroalimentar la consolidación de una identidad étnica.
Creemos aquí haber dialogado con la intención del director del documental y
haber analizado parte de su obra en esa clave, sostuvo Vagnenkos en una entrevista:
―No es un documental sobre la religión judía en Argentina, es sobre la conformación de
‗una nueva cultura judía‘ inscripta en la Buenos Aires de la década del `30‖ (Revista Ñ,
2008).
290
Jornadas Migraciones. Mesa 13
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Jornadas Migraciones. Mesa 13
“Sangre judía y corazón argentino”: el inmigrante judío en el teatro de César
Tiempo y Bernardo Graiver
Paula Ansaldo238
Introducción
En este trabajo abordaremos las obras Alfarda (1935) y Pan Criollo (1937) de César
Tiempo y El hijo del rabino (1932) de Bernardo Graiver, dos dramaturgos judeo-
argentinos que problematizan en su teatro el conflicto identitario de los inmigrantes
judíos y sus descendientes en la Argentina.
César Tiempo, nacido Israel Zeitlin en Ucrania en 1906, llegó a la Argentina antes
de cumplir un año de edad y creció en los barrios de Villa Crespo y San Cristóbal. Ya
de adolescente comenzó a enviar cuentos y poemas a diferentes revistas y periódicos
utilizando diversos seudónimos, uno de los cuales decidió asumir definitivamente en
1926, pasando a firmar desde entonces ―César Tiempo‖, nombre derivado de su
apellido, en tanto que Zeit significa ―tiempo‖ en ídish y alemán, y lin proviene del verlo
lines: ―cesar‖.
Bernardo Graiver nació en Rusia en 1902 y fue un importante periodista, escritor
y crítico, además de destacarse como director y dramaturgo en el teatro independiente
argentino. Su obra El hijo del rabino fue estrenada en 1932 por el Teatro del Pueblo de
Leónidas Barletta, considerado el primer grupo de teatro independiente de Buenos
Aires.
Las obras de César Tiempo, en cambio, fueron estrenadas dentro del circuito de
teatro comercial. En primer lugar en 1935 Alfarda, que el autor había escrito como
desenlace para su obra Pan Criollo, que fue estrenada el 9 de abril de 1937 por la
compañía Muiño-Alippi en el Teatro Nacional de Buenos Aires. Esta obra fue ganadora
del Premio Nacional de Teatro, y superó las cien representaciones consecutivas,
cosechando críticas positivas tanto en los diarios de la época, como por parte de los
espectadores. El cronista del diario La Vanguardia por ejemplo, destacó que en el día
del estreno ―el público, que llenaba por completo la sala, recibió con grandes aplausos la
obra y requirió la presencia del autor al finalizar los últimos actos‖ (citado en Tiempo,
238
Licenciada y Profesora en Artes (UBA). Doctoranda en Historia y Teoría de las Artes (UBA). Becaria
doctoral de CONICET. Investigadora en el Instituto de Artes del Espectáculo (IAE-UBA) y en el Núcleo
de Estudios Judíos (NEJ-IDES). E-mail: paulansaldo@hotmail.com.
293
Instituto de Investigaciones Gino Germani
1937: 106)239. Ese mismo año fue llevada a Montevideo donde se estrenó el 2 de
octubre en el Teatro Solís. Posteriormente fue representada por la Compañía de Blanca
Podestá en los principales teatros de las provincias y en el Teatro Nacional de Asunción
en Paraguay.
De la Alfarda al Pan Criollo
Pan Criollo relata el cambio de suerte del judío Don Salomón Lefonejo, Juez de Paz en
el barrio de Once: ―nuestro ghetto sin murallas‖ (Tiempo, 1937: 9), quien en un mismo
día gana la lotería y pierde a su hija que se escapa para casarse con el secretario del
juzgado, un no-judío. Abrumado por la tristeza y la vergüenza, se traslada a una colonia
israelita de Entre Ríos donde aprende acerca del perdón y la tolerancia, accediendo en el
final, a recibir nuevamente en el seno de la familia a su hija y a su esposo.
Las críticas del período coinciden en destacar la obra como expresión del deseado
―crisol de razas‖ que, especialmente durante la llamada Década Infame, formaba parte
del discurso oficial que reclamaba la integración de las diversas colectividades
inmigrantes en la sociedad argentina, exigiendo así, el abandono de las costumbres
religiosas y culturales propias. Para muchos cronistas de la época, la obra de Tiempo
hacía eco de esta necesidad, lo cual explicaba su rotundo éxito tanto de crítica como de
público, por oposición a sus obras anteriores donde -según el periodista anónimo de La
Vanguardia ya citado- el autor permanecía ―ceñido a especulaciones filosóficas que
conciernen a la situación de la raza semita‖ (citado en Tiempo, 1937: 105), mientras que
en Pan Criollo ―se abre a más amplias proyecciones, pues si bien está presente un
conflicto de razas se encara desde un punto de vista más general, más de acuerdo al
sentir de nuestro público‖ (citado en Tiempo, 1937: 105).
Siguiendo las críticas de la época, cabe suponer que fue su final, el sacrificio del
personaje en aras de su integración, el que transformó la obra en motivo de
innumerables aplausos, haciéndola merecedora del Premio Nacional de Teatro. Esta
distinción le fue otorgada por una Comisión Nacional de Cultura presidida nada menos
que por Matías Sánchez Sorondo, político conservador y reconocido defensor del
nacionalismo católico que abogaba por la asimilación de los inmigrantes. Sánchez
Sorondo había sido Ministro del Interior durante el gobierno de facto del general
239
Las citas pertenecen a las críticas periodísticas incluidas en la edición de Argentores de 1937.
294
Jornadas Migraciones. Mesa 13
Uriburu y encargado de la ―Sección Especial de Represión a las Actividades
Comunistas‖ que se ensañó duramente con los arbeter shuln, las escuelas obreras judías
a las cuales consideraba ―un peligroso espacio de propaganda soviética‖ (Visacovsky,
2008: 2).
En opinión de Sánchez Sorondo y otros políticos afines a su pensamiento, Pan
Criollo enarbolaba las ideas patrióticas y nacionalistas del oficialismo, y difundía el
fenómeno deseable y demandado que el cronista de La Nación señalaba a propósito de
la obra:
Si bien nuestra patria, tierra de promisión, ha aglutinado a todas las razas, en
la Capital Federal especialmente, el núcleo hebreo ha resistido durante algún
tiempo a la fusión racial. Históricamente perseguidos, con el recuerdo
viviente en su memoria, de los ―pogroms‖ sangrientos de la Europa Central,
los judíos que llegaron a nuestra tierra se mantuvieron encerrados en su
Talmud, ligados estrechamente en su Sinagoga alrededor del rabino y
casándose exclusivamente entre ellos por intermedio del 'casamentero',
curiosa figura, incomprensible en nuestro libre ambiente. Vivían en barrios
separados, con diarios escritos en su idioma, con caracteres jeroglíficos, y
rehuían la fusión de razas. La segunda generación de judíos en Argentina en
cambio, se volcó con devoción creciente al crisol de razas que es la
República Argentina (citado en Tiempo, 1937: 102).
Horacio Rega Molina por su parte, escribía en Mundo Argentino:
Pan criollo simboliza el don de nuestra tierra, que no niega nada al que
acerca sus manos a ella, y en la que, por eso mismo, no deben persistir ni
continuarse ideas que no se fundan con la conciencia argentina como en la
unidad del pan se mezclan y le dan sabor todos sus elementos (citado en
Tiempo, 1937: 113).
La comunidad judía en cambio, no recibió tan alegremente la obra de su
compatriota. Luis Karduner (1937) por ejemplo -periodista y activista del movimiento
sionista- publicó a raíz del estreno de la obra una ―Carta abierta a César Tiempo‖ en la
revista Judaica, donde le reprochaba el uso de estereotipos del imaginario antisemita
para representar a los personajes judíos, comparándolos con los retratados en las obras
Judío de Ivo Pelay (1926), y La librería de Abramoff de Rafael Di Yorio (1919), que
presentaban una imagen negativa de sus personajes hebreos. Cuestionaba también ―la
veracidad del tipo de Juez de Paz encarnado en Lefonejo, quien, según Karduner, nunca
podría consultar el Código Civil y la Biblia en su despacho, flanqueado por la Cruz y la
Torá‖ (Senkman, 1983: 185).
295
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Esta simultaneidad de símbolos provenientes de diferentes tradiciones que
coexistían armónicamente en el despacho de Don Salomón -como los versos de Sem
Tob, poeta hebreo, junto al retrato de Juan Bautista Alberdi- se correspondían con el
fuerte deseo integracionista de Tiempo. Lo mismo sucedía con el uso del lunfardo que
constantemente aparecía en sus textos combinado con términos provenientes del ídish.
La fusión de tradiciones y mundos resultaba entonces una constante en la literatura de
Tiempo, quien se definía a sí mismo de esta forma:
Soy judío por todos los costados sensibles de mi ser y no pienso desertar de
mi judeidad. En cuanto a mi condición de porteño, te cuento que está
amasada en el barro de la calle y de la noche. No se ven ni se viven ciertas
cosas si no se llevan dentro, decía mi hermano sideral Julián Centeya. Y yo
llevo adentro junto al alef-beis los compases de un tango (Tiempo, 1997: 18)
240
.
Pero el final feliz tan elogiado en 1937, suponía un gran cambio con respecto al
desenlace trágico original presentado en Alfarda, donde la hija arrepentida volvía a la
casa familiar, pero el padre no sabía perdonarla, sometiéndola a sufrir reproches y
castigos constantes, que la obligaban en la desesperación, a volver a huir con el mismo
pretendiente del comienzo, sumiendo a Don Salomón en la desesperanza y la tristeza:
―Quería ser un padre digno, pero la maldad tiene una garganta más joven que la mía y
grita. Es dura la alfarda ¿Qué más quieren de mí? ¿Qué más, Dios mío?‖ (Tiempo,
1937: 97).
El concepto de la alfarda que daba título a la pieza de 1935, era explicado en el
prólogo por Myriam, la protagonista de su primera obra El teatro soy yo (1933), que en
una suerte de procedimiento pirandelliano reaparecía en el escenario para aclarar el
sentido de la pieza:
Myriam: Alfarda era el nombre de la contribución que pagaban moros y
judíos en los reinos cristianos. El israelita, en el mundo moderno, sigue
pagando esa contribución con moneda más dolorosa. La libra de carne que
exigía Shylock ahora se la exigen a él multiplicada. Son libras de carne y de
espíritu lo que le cuesta la diáspora (Tiempo, 1937: 80).
De esta manera Tiempo, en el primer desenlace que escribió para Pan Criollo,
buscaba poner el acento, no en el logro de la feliz integración del judío con su entorno,
sino en lo doloroso del proceso de asimilación vivido por los inmigrantes en nuestro
240
Alef-beis (ídish): nombre del alfabeto hebreo.
296
Jornadas Migraciones. Mesa 13
país. Así, mientras en la segunda versión la infelicidad del personaje era mostrada como
resultado de su propia terquedad, en el desenlace original, Don Salomón era presentado
como víctima tanto de sí mismo como de la sociedad argentina, ya que la pérdida de su
hija suponía una suerte de castigo social por no haber podido aceptar el precio a pagar
por la integración a la nueva tierra. Esto se debía a que para el judaísmo tradicional
casarse con un goi, con una persona perteneciente a otro pueblo, implicaba una traición
al pasado, y su aceptación suponía un rechazo y un abandono de la ley judía. La obra
buscaba así confrontar al público con el desgarramiento producido en la identidad del
inmigrante, obligado a elegir irremediablemente entre ser argentino o ser judío,
tironeado entre las dos orillas que oprimían su corazón, en tanto que no le resultaba
posible vivir en los dos mundos armónicamente, puesto que ambos le exigían una
entrega total. El núcleo dramático de Alfarda era entonces la imposibilidad de los
inmigrantes para aceptar las nuevas costumbres e ideas, sin abandonar las propias.
La obra señalaba también las diferencias generacionales y el debilitamiento de los
vínculos endogrupales en la generación de los hijos, que ya no se identificaban con la
vestimenta ni con la forma de hablar de sus padres. Nótese que en la pieza, ni Lía ni
Rubén ni Samsón utilizan expresiones en ídish, pero en sus parlamentos abundan las
palabras provenientes del lunfardo. El abandono por parte de los hijos de estos símbolos
particularizantes se debía a que su uso los diferenciaba y provocaba rechazo por parte de
los criollos, profundizando así la grieta que los separaba de ellos, una grieta que -a
diferencia de los primeros tiempos- ya no era vista como algo deseable, sino como un
obstáculo a superar.
Así, mientras el personaje de Tiempo de 1935 padecía el ―crisol de razas‖, un
crisol que era mostrado como una suerte de alfarda que le exigía ―renunciar a su
tradición de poesía, a la luz melodiosa de los candelabros, a la dulce pausa del sábado, a
la dirección espiritual de sus hijos‖ (Tiempo, 1937: 80), el de 1937 se convertía en un
defensor de la misma, al realizar una elección en pos de la integración, que era
gratamente recibida por todos los personajes del drama, aún por los colonos que hasta
entonces decían no aprobar la fusión:
Salomón: Yo admito sin cegarme, porque no puedo olvidar nuestra tradición,
que en casos de verdadero amor no se haga cuestión de razas […] ¿Por qué
si le damos nuestros brazos para que se levante el trigo como un mar, todo
rubio, y se derrame el grano de las trilladoras como una lluvia de perlas y se
mezclan en el cielo de las veintidós colonias el canto de todos los que
297
Instituto de Investigaciones Gino Germani
trabajamos en el campo, gauchos y judíos, por qué no vamos a entregarles
nuestra sangre también? (Tiempo, 1937: 76).
Como puede verse, en la versión de 1937, el saldo que dejaba la elección de Don
Salomón -a pesar de que suponía una gran concesión de su etnicidad cultural- daba
positivo, y el acento se colocaba, no ya en las pérdidas, sino en las ganancias. La
integración judeo-argentina y la creencia en la posibilidad de convivencia se encarnaban
entonces en Pan Criollo en la aceptación del matrimonio mixto. De esta forma, la obra
estrenada por la compañía Muiño-Alippi, se desembarazaba de la alfarda y le daba la
espalda a un final que ponía en escena la tragedia del inmigrante, convirtiendo así, el
drama en comedia y reemplazando el fracaso por la feliz integración y el
aculturamiento, cuyo mayor símbolo era el pan criollo, ícono de la asimilación.
Este cambio en el desenlace de la pieza, resulta fuertemente llamativo si tenemos
en cuenta el contexto de época, signado por un fuerte antisemitismo por parte de los
gobernantes del período, sumado a la creciente popularidad de las ideas nazis en la
Argentina, y el sostenimiento de una política discriminatoria en materia de inmigración
de refugiados judíos provenientes de Europa. Esta política, es por ejemplo atestiguada
por la Circular 11, de carácter estrictamente confidencial -firmada por el canciller José
María Cantilo en 1938, y descubierta recién en 1998 por la socióloga Beatriz Gurevich
en la Embajada Argentina de Suecia- que ordenaba a los Cónsules argentinos negar la
visa ―a toda persona que fundadamente se considere que abandona o que ha abandonado
su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera sea el motivo de su
expulsión‖ (citado en Kiernan, 2005: párr. 1).
Aunque posterior a la obra de Tiempo, esta circular, que sin decir nunca la palabra
―judío‖ resultaba muy clara en sus objetivos, era el resultado de las simpatías ideológicas
de los gobernantes del período con el nazismo. Estas simpatías habían sido fuertemente
denunciadas por el mismo César Tiempo (1935), especialmente en su folleto La
campaña antisemita y el director de la Biblioteca Nacional, donde criticaba duramente a
Hugo Wast -seudónimo de Gustavo Adolfo Martínez Zubiría, vehemente nacionalista e
indudable antisemita- por la publicación de los libros El Kahál y Oro (1935) donde
novelaba la trama de los Protocolos de los Sabios de Sión, conocido libro antisemita
publicado por primera vez en la Rusia zarista a principios de siglo XX, y que mostraba
un supuesto plan de los judíos para lograr la dominación mundial. Llama la atención
entonces, que sólo dos años después el periódico de orientación fascista, Bandera
298
Jornadas Migraciones. Mesa 13
Argentina, que había defendido a Wast, felicitara a César Tiempo por el Premio
Nacional, y alabara su estilo y su escritura.
Puede pensarse entonces, que el afán del autor, por compartir la problemática
judía al mundo no-judío, plasmada en su elección del castellano y no el ídish como base
lingüística, se debiera justamente a la voluntad de presentarle al público argentino una
imagen positiva del judío, como forma de contrarrestar la creciente difusión de la visión
antisemita del mismo. Como señala David William Foster (2009), si ―la colectividad
solía tener presente el imperativo de evitar shandeh far di goyim, pasar vergüenza
delante del goy, del no judío, triunfa más bien el cometido de abrir una ventana sobre
las intimidades de la vida judía a través del arco proscénico‖ (p. 3)241.
Tiempo parecería querer decir quizás, que en el contexto sociopolítico actual los
sacrificios deben ser realizados, que frente a la persecución y la destrucción de los
judíos europeos, ―aquí, en esta tierra de promisión, el pan criollo debe hacerse sagrado
en nuestra boca‖ (Tiempo, 1937: 76), el Martín Fierro puede igualarse a la Biblia y sus
enseñanzas volverse tan benditas como las del Rey Salomón.
La obra se convertía así en un llamado, tanto a judíos como a criollos, a superar
los prejuicios étnicos en aras de una integración que era presentada como deseable para
todos, puesto que Don Salomón Lefonejo, una vez que logra aceptar el matrimonio
mixto, invierte todo el dinero de la lotería en comprar un elevador de granos para el
pueblo, prometiéndole a los colonos -pero también, y sobre todo, al público- que
―sangre judía y corazón argentino harán dulce la tierra que nos da el pan y el amor más
alto que las parvas" (Tiempo, 1937: 78), elaborando así una legitimación poética de la
presencia judía en el país.
El hijo del rabino
El hijo del rabino de Bernardo Graiver, tiene como eje central una problemática común
a la obra de Tiempo: el matrimonio mixto. El primer acto de la pieza nos sitúa en la
casa de una familia judía observante de la religión, en la cual el hijo mayor, David, le
confiesa a su padre, el rabino de la comunidad, que se ha enamorado de Luisa, una
muchacha no judía, y ha decidido casarse con ella, motivo por el cual es echado. El
segundo acto muestra el reverso de esta escena al introducirnos en la casa de la familia
241
Las cursivas son del original.
299
Instituto de Investigaciones Gino Germani
católica de Luisa, cuya reacción es equivalente a la de la familia de David. En el tercer
acto se nos presenta a la pareja ya casada y con un bebé, pero incapaz de convencer a
sus respectivos padres de aceptar sus diferentes creencias, lo cual llevará en el final de
la pieza a la ruptura definitiva de sus relaciones filiales.
Como puede verse, esta obra posee una particularidad que la diferencia no sólo de
la pieza de Tiempo, sino de la mayoría de los textos dramáticos del período que
abordan temáticas judías, en la medida en que el rechazo al matrimonio mixto aparece
tanto de parte de los judíos como de los católicos, derribando así el mito fuertemente
instalado en el imaginario social de que eran únicamente los primeros quienes no
deseaban ―mezclarse‖. La obra de Graiver muestra por el contrario, que los prejuicios
residían en los dos grupos por igual, al retratar la reacción de los padres de la pareja que
en ambos casos elijen considerar a sus hijos muertos antes que verlos casados con un
judío o una no judía, respectivamente. De esta manera, a partir de una estructura
espejada donde los primeros actos son presentados como dos caras de una misma
moneda, Graiver desarrolla la dificultad para aceptar el matrimonio mixto como una
problemática que trasciende la esfera judía.
A su vez, el fuerte y terminante rechazo al judío de la familia católica, da cuenta
del antisemitismo aún presente en la sociedad argentina del período, que contrasta con
la alegre visión de la obra de Tiempo en la cual, cuando el judío decide superar sus
prejuicios, es aceptado con los brazos abiertos por los personajes criollos. Aquí por el
contrario, David es violentamente rechazado por la familia de Luisa en función de
prejuicios antisemitas fuertemente arraigados, que se encarnan especialmente en el
personaje de su tío el obispo: ―¿Ignoras que los judíos crucificaron a Jesús y que sus
almas han sido entregadas a manos de Satanás, lo mismo que la de los que entran en
contacto con ellos?‖ (Graiver, 1936: 18).
En línea con estas creencias, David es denominado por el padre de Luisa como
―parte de una raza maldita‖, ―adorador del cerdo‖ e ―inmundo judío‖, razones por las
cuales se resiste a respirar su mismo aire y sufrir su contagio. De modo que el judaísmo
es visto por los personajes católicos como una enfermedad heredada, de la que ni el
título de médico, ni el haber nacido en suelo argentino, puede redimirlo.
El segundo acto es fundamental en este sentido, en tanto que hace aparecer como
lógicos los miedos y resistencias que el rabino manifiesta en la primera escena, en lugar
de presentarlos únicamente como producto de una visión prejuiciosa que homologaba a
los argentinos con los polacos o los rusos y que, para lograr incorporarse exitosamente
300
Jornadas Migraciones. Mesa 13
a la sociedad argentina, había de ser superada. En el texto de Graiver, a diferencia de
otros trabajos que abordan el matrimonio mixto, hay lugar para la comprensión y el
entendimiento hacia los padres de David. Cuando Luisa les reprocha por ejemplo, el ser
demasiado cerrados, David responde: ―[…] sabes bien que precisamente ese modo de
cerrarse, ese modo de aferrarse a sus tradiciones, fue lo que salvó al judaísmo de no
perecer ahogado, en su vida de peregrinación entre los demás pueblos del mundo‖
(Graiver, 1936: 27).
A su vez, el profundo antisemitismo de los padres de Luisa contradice la visión
idealizada de David que no concibe que ser judío en la Argentina pueda implicar ser
despreciado y odiado como en Polonia o Alemania. De esta manera, la posición del
rabino no resulta ya tan incomprensible o ajena para el público, que logra entenderla al
verla como consecuencia de las múltiples persecuciones y odios sufridos. Situándonos
en el contexto del cada vez mayor antisemitismo de la sociedad argentina de la época,
no sorprende que Graiver intentara apelar a la capacidad del público para comprender al
rabino, en lugar de condenar o ridiculizar su comportamiento.
En este punto, la obra trasciende las meras cuestiones personales que constituyen
el núcleo dramático de la pieza, y pone en escena la problemática judía en toda su
complejidad. Para esto, se sirve de los personajes de los jóvenes que encarnan las muy
diferentes posturas al respecto: Yankele es el judío comunista para quien la solución a
la cuestión judía reside en la revolución; Isaac, el judío sionista quien no concibe otra
esperanza que la de la creación de un Estado Judío; y David, para quien ser argentino y
judío, no supone una contradicción:
David: Si la Universidad está abierta para mí, lo mismo que para el cristiano
y el mismo profesor a ambos nos educa, si soy el mismo ciudadano, con los
mismos derechos que él y soy tan dueño de este suelo y con derechos a
disentir como un argentino […] Yo papá, soy también argentino a la par de
ellos, y este país es también mío como de ellos. Sólo que como hay
argentinos católicos, yo soy argentino judío (Graiver, 1936: 11).
De esta manera, la obra distingue dos mundos: el de la generación de los hijos,
donde las diferentes opiniones y puntos de vista contrapuestos conviven y son
respetados por igual; y el de la generación de los padres, donde reinan los prejuicios y
las posiciones dogmáticas que obstaculizan cualquier posibilidad de comunicación.
Esto está particularmente enfatizado a partir del recurso de los lugares comunes y
los dichos populares que aparecen constantemente en los parlamentos de los padres de
301
Instituto de Investigaciones Gino Germani
David y de Luisa. El hablar a partir de frases hechas funciona como metáfora de lo
intransigente del pensamiento de los personajes que se encuentra fijado en una serie de
fórmulas preestablecidas. Es por esto que el debate entre el obispo y el rabino es
presentado como un pseudo-debate, en tanto no hay verdadera escucha ni intento
alguno de comprensión hacia la postura del otro. Las máximas y dichos con las que se
expresan, dan cuenta así de un pensamiento que se asume como el único verdadero, y
que no da lugar a la disidencia, motivo por el cual no hay comunicación posible entre
ellos.
Así, el mundo de los padres y el mundo de los hijos, se contraponen
irremediablemente, en tanto para los primeros la herencia es indiscutible y
determinante. En la concepción del padre de David, el casamiento con una no judía, no
es únicamente una traición a la religión, sino a la sangre, puesto que en su pensamiento,
ambas cosas no se conciben como separadas: ―En sus venas bulle la sangre de sus
antepasados los inquisidores; y mañana te enrostrarán el judaísmo, porque lo que está
en la sangre en millares de años no se borra en unos meses de blando sentimentalismo‖
(Graiver, 1936: 11).
Para la generación de los padres la identidad religiosa es algo dado, puesto que el
pasado condiciona y determina el futuro. Para los hijos en cambio, se trata de una
elección libre que sólo puede ser fruto de la propia conciencia. Es por esto que frente a
su hijo recién nacido, Luisa y David querrán ser padres diferentes a sus padres, y
decidirán por tanto no circuncidar ni bautizar a su bebé: ―No debo obligar a un inocente
a que acepte convicciones que desconoce. Cuando sea grande será lo que su conciencia
le dicte‖ (Graiver, 1936: 35).
Esta posición será lo que lleve al quiebre definitivo de la relación familiar, puesto
que -en contraste con la reconciliación final en Pan Criollo- en la obra de Graiver, el
amor no alcanza para contrarrestar los prejuicios y la intolerancia. Y ni los padres de
Luisa ni los de David lograrán ir más allá del sordo lenguaje del odio, por lo que el
rompimiento será absoluto.
Conclusiones
A partir del análisis de las obras tomadas en este trabajo, pudimos constatar cómo dos
dramaturgos judeo-argentinos abordaban en un mismo período el conflicto identitario y
la problemática del matrimonio mixto desde muy diferentes visiones.
302
Jornadas Migraciones. Mesa 13
La obra de Graiver, estrenada por un elenco como el del Teatro del Pueblo que se
definía a sí mismo como un teatro de fuerte contenido social cuyo objetivo era educar
al espectador, abogaba por el respeto y la tolerancia hacia el pensamiento del otro. Y en
este sentido, a diferencia del caso de Tiempo, el matrimonio mixto no funcionaba como
una metáfora de los sacrificios a realizar en vías a la integración, sino como un ejemplo
de la posibilidad de una convivencia real de lo diferente. Pues si bien David abandonará
la religión de su padre, preservará su identidad judía, e incluso será estimulado a ello
por su esposa Luisa: ―Yo sé que te gustan las sopas coloradas, el pescado relleno, las
canciones judías, los rezos y me disgusta cuando te privas de ellos […] y un
sentimiento cualquiera que fuese, pero sincero y sano, debe ejecutarse‖ (Graiver, 1936:
28). Mediante el personaje de David entonces, Graiver nos posicionaba frente una
manera alternativa de ser judío, en tanto presentaba a un judío que no reniega de su
judaísmo, sino que lo reinterpreta y lo resignifica con libertad.
Es por esto que el final trágico de la pieza, en relación a la imposibilidad de
reconciliación con el pasado, contrasta fuertemente con el final aparentemente feliz de
Pan Criollo, donde hay unión entre padres e hijos y armónica convivencia entre judíos
y criollos, pero que oculta detrás el dolor y el costo del sacrificio de las propias
costumbres y creencias.
El hijo del rabino en cambio, mostraba la posibilidad de construcción de un
futuro más esperanzador donde pueda concretarse una real convivencia de lo diferente,
simbolizado en la escena final de la obra que, mediante la metáfora del bebé
despertando, nos presenta la ilusión de un mundo diferente por nacer.
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304
Jornadas Migraciones. Mesa 13
De los barcos a las pantallas.
La inmigración judía en dos documentales argentinos
Lior Zylberman242
Introducción
En las últimas décadas se ha estrenado un importante número de películas en torno a
temáticas judías, si bien muchos de estos títulos plantean problemáticas contemporáneas
sólo un reducido número de documentales se ha propuesto explorar la inmigración judía
en la Argentina. Este tópico ha sido tratado en muy pocas ocasiones en la pantalla del
cine argentino, siendo quizá la adaptación de Los gauchos judíos (Torre Nilsson y Jusid,
1975) el film de referencia.
Comprendiendo al cine como un poderoso vector de memoria, que no sólo
permite poner en circulación relatos sino también imágenes con el objetivo de afianzar y
construir recuerdos compartidos, en lo que sigue nos proponemos estudiar los
documentales Legado (Forio, Imar y Trotta, 2001) y Hacer Patria (Blaustein y
Blaustein, 2006). Será nuestro objetivo analizar bajo qué estrategias de representación
se retrata la inmigración judía como también cuáles son los imaginarios y memorias
colectivas presentadas por ambos films. Como segunda instancia, el trabajo también se
propone efectuar un análisis comparativo entre ambos títulos con el fin de dilucidar los
diversos relatos presentados en ambas producciones.
Inmigrantes en el cine
A fines del siglo XIX comienzan las diversas oleadas migratorias hacia la Argentina. El
caudal de nuevos habitantes se componía mayoritariamente de italianos, españoles,
armenios, sirios y también judíos, quienes buscando nuevos horizontes abandonaron sus
tierras natales escapando de la violencia, la pobreza y el hambre. Con todo, la
inmigración a la Argentina no fue un proceso armónico. En el caso de la inmigración
judía, tal como señala Haim Avni (1983), la misma dependió de la voluntad política y
242
Doctor en Ciencias Sociales (UBA). Investigador del CONICET y del Centro de Estudios sobre
Genocidio de la UNTREF. Profesor titular de Sociología en la carrera de Diseño de Imagen y Sonido
(FADU-UBA). E-mail: liorzylberman@gmail.com.
305
Instituto de Investigaciones Gino Germani
de diversas legislaciones de cada período como del notable esfuerzo de empresas
colonizadoras.
Durante el período de la entrada masiva de inmigrantes, Argentina era un país en
formación -en términos institucionales- que comenzaba a andar un camino de
crecimiento económico. En dicho contexto era un país con una clase media en aumento
pero con poca población en su vasto territorio. Algunas colectividades, como la judía,
crearon empresas de colonización en diversas ciudades del interior del país con el
objetivo de fomentar la inmigración y el desarrollo agrícola. Sin embargo, el acceso a la
tierra no fue sencillo, y muchos inmigrantes decidieron o bien trasladarse hacia las
ciudades o directamente quedarse en Buenos Aires al arribar.
La inmigración tuvo sus ecos en la industria cinematográfica argentina. En la
década de 1930 y 1940 se produjeron varios títulos que presentaban como personajes
principales inmigrantes italianos o españoles. En Los tres berretines (Orzábal Quintana
y Susini, 1933), El conventillo de la Paloma (Joly y Torres Ríos, 1936) o Así es la vida
(Lumiton y Mugica, 1939) se plantean los modos de ―argentinización‖ de los recién
llegados o el choque idiomático y cultural entre los migrantes y los locales.
A lo largo de las siguientes décadas, diversas películas de ficción tendrán como
protagonistas a inmigrantes como también plantearán en sus tramas diversos matices del
arribo de éstos a nuestro país. Resulta importante destacar, ya que luego retomaremos
esta cuestión al concentrarnos en Hacer patria, que durante la década de 1980 una de
las temáticas recurrentes en el cine de ficción, producto de los efectos de la última
dictadura militar, haya sido el exilio y la emigración de argentinos a Europa1.
La inmigración judía fue tópico en varias producciones de ficción. Quizá la ya
clásica adaptación de la obra de Alberto Gerchunoff por Juan José Jusid, la mencionada
Los gauchos judíos, resulte ser la más representativa de todas las películas de ficción.
Sin embargo, no debemos dejar de mencionar El camino del sur (Estrada Mora y
Stagnaro, 1988), que lejos de una visión romántica de la inmigración plantea el tráfico
de mujeres a la Argentina. Años después, Un amor en Moisés Ville (Ottone y Ottone,
2000) planteará algunas de las problemáticas presentes en las localidades que nacieron
como colonias agrícolas: la cuestión, en este film pero como en la historia de cientos de
familias de inmigrantes, es si quedarse en el pueblo o marcharse a la ciudad. Por último,
1
En esa dirección, resulta sugerente mencionar la miniserie de televisión Vientos de agua (Campanella y
Campanella, 2006) en dónde se coloca en tensión la inmigración española en la Argentina en la década de
1930 como también la emigración hacia España producto de la crisis económica argentina de 2001.
306
Jornadas Migraciones. Mesa 13
también podemos mencionar La cámara oscura (Dulac y Menis, 2008), cuyo relato se
ambienta en la provincia de Entre Ríos a finales del siglo XIX en el seno de una familia
judía de inmigrantes.
El cine documental también se hizo eco de esta temática: Legado y Hacer patria
son dos producciones que tienen como eje el arribo de inmigrantes judíos a nuestro país.
Sin embargo, ninguno de los dos títulos se propone presentar una historia de la
inmigración sino experiencias, vivencias y recuerdos. Será a partir de estas historias
focalizadas que podremos alcanzar indicios de lo que fue la odisea migratoria en las
primeras décadas del siglo XX.
El cine como vector de memoria
Ambos documentales se asientan en testimonios que pretenden dar cuenta de recuerdos
colectivos sobre la inmigración antes que exponer en forma uniforme una historia de la
gesta. Mientras que en Legado los recuerdos fluyen en forma coral, en Hacer patria lo
hacen a partir de un documental más personal, concentrado en la experiencia e historia
de la propia familia del director.
Ambos films, entonces, pueden ser pensados como vectores de memoria. A partir
de Henry Rousso (2002), comprendemos la idea de vector como aquello que otorga
―cierta inteligibilidad‖ al pasado (p. 9); el historiador francés pensó las
conmemoraciones, las creaciones artísticas o literarias, o una asociación de
sobrevivientes, entre tantos ejemplos, como formas de vectores. Lo que nos interesa
también señalar es que en tanto vector de memoria, el cine actúa no sólo como un
soporte de los recuerdos, volviéndolos más tangibles, encarnándose éstos en imágenes,
sino también como vector de imaginación, como un espacio para los imaginarios, para
las representaciones colectivas pero también para los deseos y las identidades.
Con lo dicho, nuestro propósito es indagar no sólo en los relatos que presentan
estos documentales sino también en las imágenes que colocan en circulación con el
objetivo de analizar los imaginarios sobre la inmigración exhibidos en ambas obras.
307
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Legado
Producida por la Fundación Internacional Raoul Wallenberg a partir de una idea de su
presidente, Baruch Tenembaum243, Legado se propone documentar la historia de los
―gauchos judíos‖. Construido a partir de una capa de ficción, en la cual Esther nos narra
en ídish su historia y sus recuerdos, el relato se inicia en 1889 con el arribo del vapor
Wesser a la Argentina. Ese barco trajo el primer gran contingente de judíos que,
escapando del régimen zarista y sus pogromos, buscaban nuevos horizontes para
desarrollar sus vidas.
Posteriormente al paso por el Hotel de Inmigrantes, la familia de Esther se dirige
al campo y, luego de sortear arduos inconvenientes, logran asentarse. La historia de esta
familia imaginaria simboliza la de muchas que durante fines del siglo XIX y principios
del siglo XX se asentaron en las diferentes colonias agrícolas dando nacimiento a la
figura del ―gaucho judío‖.
Si bien el relato de Esther es la capa de ficción que amalgama el argumento del
documental, en ella conviven muchas historias. En este relato maestro confluyen las
historias de miles de personas que atravesaron experiencias similares. Así, esta
narración en off en ídish de Esther se complementa con testimonios de diferentes
descendientes de aquéllos que bajaron de los barcos y que hoy viven en aquellas
localidades. Esta historia personal permite generar así una historia coral que con
diferentes matices posee tópicos recurrentes y semejantes actuando más en forma
simbólica que histórica.
El relato que Legado presenta posee diversos matices. Uno de ellos se encuentra
marcado por cierta tendencia épica, ya que la inmigración resultó ser una verdadera
epopeya: los colonos llegaron no sólo a un país desconocido sino también a zonas
vírgenes donde todo estaba por hacer -desde los caminos hasta el trabajo agrícola
propiamente dicho-. La obra musical central del documental, la Suite de los Inmigrantes
compuesta por Vivian Tabbush y Javier Zentner (2001), refuerza desde la banda sonora
el carácter de la gesta; sin embargo, como luego veremos, el contrapunto que genera con
las imágenes puede ofrecer un efecto contrario.
243
La motivación para llevar adelante este proyecto se debe a que el propio Tenembaum nació en Colonia
Las Palmeras, provincia de Santa Fe; su familia, había inmigrado escapando de los pogromos rusos de la
década de 1880.
308
Jornadas Migraciones. Mesa 13
Con el correr de los años se fueron fundando colonias como Basavilbaso,
Domínguez, Villa Clara y San Salvador, en Entre Ríos; Moisés Ville, Las Palmeras,
Palacios y Monigotes, en Santa Fe, y Carlos Casares y Médanos, en Buenos Aires.
Recogiendo una pluralidad de testimonios de descendientes de inmigrantes radicados en
esas colonias, Legado también refuerza la ya clásica visión en torno al imaginario de la
figura del gaucho judío. Esa figura también es ponderada al narrar el tesón con el que
tuvieron que afrontar plagas, inundaciones y otros incidentes característicos de la dura
vida de agricultor. En esa doble narración, la de Esther y la de los descendientes de los
inmigrantes, estos relatos son presentados como una verdadera proeza, resaltando así la
fuerza y voluntad de los pioneros.
Otro de los aspectos en los que se detienen ambas líneas narrativas es en torno a la
obra del Barón Moritz Hirsch y de la ―Jewish Colonization Association‖, actor
imprescindible en la inmigración judía en la Argentina. En el desarrollo de esa línea
argumental, la gesta migratoria es puesta en tensión entre los deseos originales del
Barón, los desarrollos agrícolas en el país y las relaciones entre los gauchos judíos y los
gerentes en las colonias. De este modo, los pioneros no sólo debieron batallar contra las
impericias del clima sino también contra las estructuras burocráticas de la asociación.
Legado también destaca una cuestión cardinal en el desarrollo de las colonias
judías: la gran tarea llevada a cabo en torno al trabajo cultural, educativo y tradicional
efectuado por los pioneros. En los años de prosperidad de las colonias, tal como lo
explaya el documental, dichos lugares se convirtieron en verdaderos epicentros
culturales judíos, sobre todo de la cultura ídish, a partir de representaciones teatrales o
conciertos musicales. Estos momentos de esplendor tuvieron su correlato en la
construcción de teatros y centros culturales en la región. De este modo, el legado del
título se expande no sólo a aquél dejado por la inmigración judía en tanto pobladores
sino también al cultural desarrollado en esos sitios.
En las colonias también se construyeron diversas instituciones, tales como
sinagogas o cementerios, que permitieron llevar adelante la vida espiritual de los
colonos. A lo largo del documental, la cámara se detiene en numerosas oportunidades a
registrar estos sitios. Evidenciando que además de un legado inmaterial, como lo es el
cultural, existe uno espiritual todavía tangible. En síntesis, el legado -los legados- de la
inmigración judía en la Argentina es múltiple y diverso, tanto en forma histórica como
en cuanto a su patrimonio material y cultural. La evidencia más notable de ello es la
309
Instituto de Investigaciones Gino Germani
elección por parte de los directores de que la narración en off que articula y guía todo el
relato sea en ídish; con ese gesto, los realizadores asumen y reciben dicho legado.
Ahora bien, al detenernos a auscultar los imaginarios que se pueden desprender
del documental encontramos posibles contradicciones. Para decirlo de otro modo,
pensamos que la película actúa ante todo como un museo de la inmigración antes que
ofrecer una historia viva de ésta. Con ello, no es nuestra intención efectuar una crítica
valorativa o estética en torno a la realización del documental sino, justamente, el
imaginario que se desprende de la obra. Creemos, sin embargo, que nuestra posición no
se encuentra errada ya que el propio documental sugiere que los mencionados legados
se están perdiendo.
Observemos que tanto los testimoniantes como la voz en off principal son
personas mayores, no hay jóvenes en pantalla, pareciera que en las colonias no hay
nuevas generaciones; en ese sentido, reforzamos nuestra idea del documental como
museo: nos detenemos en el pasado (a través de fotos y otra documentación de archivo)
y en las construcciones hoy, pero no en la vida actual.
Además de apelar a imágenes de archivo, la narración en off y los testimonios,
Legado también emplea dramatizaciones (vemos en varias ocasiones el carro impulsado
por caballos, por ejemplo) y, sobre todo, recurre a filmaciones de espacios viradas al
blanco y negro para avejentarlas y hacerlas coincidir con el relato de Esther. Esta
estrategia, creemos, no hace sino acrecentar el estado de desolación actual de las
colonias: espacios vacíos y abandonados (como las sinagogas o el cementerio) que en
vez de resaltar la pujanza que Esther relata generan un efecto contrario produciendo así
un contrapunto disonante entre el texto y la imagen. Mientras la voz en off construye un
imaginario de un presente con un futuro pujante, las imágenes remiten a un pasado con
un futuro sosegado, quedando los más de cien años de la primera corriente inmigratoria
judía como un evento alejado en el tiempo.
A pesar de lo mencionado, sabemos que los realizadores de Legado son
conscientes respecto a esta problemática, y en ese sentido las imágenes y el montaje son
sensibles a la problemática nodal de las colonias: el proceso de despoblamiento. La
inmigración judía comparte la misma característica que cualquier tipo de inmigración:
el anhelo por un futuro mejor para las siguientes generaciones. Si la primera generación
de migrantes estaba dispuesta a efectuar ciertos sacrificios, no deseaban lo mismo para
sus hijos, es por eso que muchos hijos de inmigrantes marcharon hacia la ciudad
alejándose de la agricultura en busca de un estudio y una carrera profesional. No sólo es
310
Jornadas Migraciones. Mesa 13
el choque campo-ciudad sino también entre la tradición y las posibilidades de progreso
y ascenso social. En el caso de la inmigración judía se le debe sumar un hecho histórico
no menor: la creación del Estado de Israel. A partir de ello, y sobre todo con la sanción
de la Ley del Retorno (Avni, 1983), la opción por un futuro mejor no fue solamente la
migración interna hacia la ciudad sino también hacia otro país.
Con todo Legado es la puesta en imágenes de una experiencia única, permitiendo
registrar las memorias de un proceso histórico particular, funcionando, a la vez, como
un vector de memoria de una época pasada. Hacia el final, al cambiar la voz en off
narradora, nos sugiere, nos invita, a heredar esta historia; el legado, aquello que se deja
o transmite a los sucesores, espera en forma silenciosa ser recogido por las nuevas
generaciones.
Hacer patria
El documental de David Blaustein posee un enfoque y características diferentes a
Legado. Más conocido por uno de sus trabajos anteriores, Cazadores de utopías
(Jauretche y Blaustein, 1996), Hacer patria resulta ser el documental más personal de
su director. Ya las primeras tomas del documental nos presentan la modalidad o, si se
quiere, la perspectiva desde la que se construirá: en primera persona. Ese movimiento
subjetivo le permite a Blaustein narrar una historia particular: la de su familia.
El título es una inversión positiva, afirmativa, de la infame frase nacionalista
―Haga patria, mate un judío‖. Si Legado busca narrar una gesta; Hacer patria explora
una saga familiar, y mientras que en el primer documental la intención es resaltar la
herencia cultural judía; en el segundo, lo que se examina son las formas en que los
antepasados del director se asimilaron a la vida laica argentina. Eso no quiere decir que
ambas películas resultan incomparables sino todo lo contrario; la película de Blaustein
intenta insertar, sobre todo en la primera parte del metraje, la historia de su propia
familia en una mayor, funcionando como testigo de un amplio y profundo proceso
histórico: la historia de la inmigración en la Argentina a principios del siglo XX.
Sugerimos antes que en Hacer patria el legado familiar se diferencia del primer
documental mencionado. Aunque las vivencias del propio Blaustein no son narradas con
detalle, la generación de la madre y los tíos se detiene a relatar sus propias experiencias
como las de sus antepasados; en esa dirección, tras asentarse en Tandil y Lobería, las
familias se ubican finalmente en la ciudad de Buenos Aires, y será esta vida
311
Instituto de Investigaciones Gino Germani
cosmopolita la que terminará por asimilarlos. Blaustein, como sus hermanos y primos,
nacerán inmersos en esa mixtura y serán ellos mismos, sobre todo a través de las
militancias políticas, los que terminarán por adoptar la tierra de destino de los
predecesores como lugar propio. En esa dirección, el relato del documental se inicia a
partir de la historia de la inmigración, como los típicos inmigrantes que llegan a la
Argentina escapando de Rusia, Polonia u otro país, para concentrarse luego en la
generación de Blaustein, próxima a la militancia de la década de 1970 y partiendo
muchos de ellos -el propio Blaustein, su hermano- al exilio durante la última dictadura;
de este modo, la historia deja de ser universal para ser exclusivamente local o, si se
quiere, continental. En esa generación, en esa parte de la historia, ese legado cultural
judaico no se encuentra presente: el judaísmo, entonces, aparece en esta historia como
parte del ―crisol de razas‖ argentino.
Eso no quita, sin embargo, que Hacer patria no pueda pensarse como una película
por fuera de la temática judía. Al recorrer diversos tópicos históricos que marcaron el
siglo XX argentino, podríamos pensar esta película en continuidad con los otros
documentales de Blaustein: la política, en esta ocasión, se concentra en los recorridos
familiares, y al hacerlo, se puede observar la militancia de los judíos en el interior de los
grandes procesos históricos. Al trazar una continuidad entre las primeras intervenciones
familiares en los primeros sindicatos y la militancia de los ‘70, pasando por el
anarquismo, el socialismo, el comunismo y el peronismo, Hacer patria sugiere que ese
devenir histórico de la familia Blaustein es también el de muchas familias judías. En esa
dirección, resulta ilustrativa la anécdota que cuenta la madre del realizador: el día de la
primera cita, su (futuro) padre nunca se presentó ya que lo habían encarcelado por
tenerlo fichado como comunista.
Si bien Hacer patria es un documental en primera persona, no es de aquellas
producciones donde el realizador coloca en juego o tensión su subjetividad. Claramente
es autobiográfico, pero el tópico no es su propia vida en particular sino la familia
ampliada; así, Blaustein se encuentra del otro lado de la cámara más para preguntar y
encauzar los relatos que para hablar o reflexionar sobre sí mismo. El tiempo en pantalla
del realizador es relativamente corto, siendo más un espectador, un acompañante, que el
sujeto mismo a investigar. Sin embargo, hay secuencias que resultan sugerentes para
comprender cómo fue el proceso migratorio y, también, la memoria en términos
archivísticos de la inmigración. La primera secuencia, en donde también queda
establecido el carácter de primera persona del documental, tiene lugar en la
312
Jornadas Migraciones. Mesa 13
Administración General de Puertos; allí Blaustein hurga en la burocracia junto a un
burócrata-, en los libros de registros arrumbados y, milagrosamente podrá dar con la
información sobre el arribo de sus abuelos y bisabuelos al país; y lo que parece una
pericia detectivesca terminará siendo más bien un encuentro íntimo familiar. En esa
dirección, y en contraste con Legado, resulta sugerente ver que en las escenas donde la
madre testimonia se encuentra presente toda la familia: el propio Blaustein junto a sus
hermanos e hijos. En cierto sentido, Hacer patria se propone también como un diálogo
generacional o, en todo caso, la recepción de un testimonio por parte de una generación
más joven.
La historia familiar y social avanzará en el documental no sólo a partir de las
entrevistas sino también con el empleo de imágenes de archivo -fotografías y películas-
para ilustrar los sucesos, y dada la perspectiva personal-familiar del film, Blaustein
también apela a imágenes familiares, tanto filmaciones caseras como fotografías. Al
integrarse el archivo familiar al histórico, la historia familiar se superpone con la
nacional. A partir de esas estrategias, el documental alcanza diversos niveles: por un
lado logra transformar a su familia como símbolo, ya que partiendo de una logra
representar a todas las familias; Hacer patria es también un documental sobre la historia
de la comunidad judía en Argentina y, finalmente, también sobre la historia argentina.
A modo de cierre
Los documentales aquí presentados nos permitieron detenernos a meditar en torno a la
representación de la inmigración judía en nuestro país. A su manera, cada título expone
la experiencia en términos diferentes: mientras que Legado se concentra en la vida en
las colonias agrícolas, en la figura del ―gaucho judío‖, Hacer patria lo hace en la vida
urbana. Asimismo, cada focalización efectuada permite trazar e insertar los relatos en
historias más amplias: la de Legado en términos de la comunidad judía, Hacer Patria en
términos de la historia política nacional.
La perspectiva adoptada por cada una de ellas permite también reparar en las
memorias e imaginarios en torno a la gesta migratoria y su devenir en el suelo local. En
ese sentido, Legado expresa, finalmente, la crisis tanto de un modelo como de una
cultura; mientras que Hacer Patria se expande hacia los devenires más contemporáneos
de la familia de Blaustein. La primera parece haberse quedado en su tiempo pero ese
estado no hace sino alertar sobre la crisis en las pioneras colonias; en cambio, la
313
Instituto de Investigaciones Gino Germani
segunda se presenta también como una saga familiar que en su interior encierra la
historia no sólo de cientos de familias sino la de un país.
Con todo, a pesar de las diferencias que podemos trazar entre ambos
documentales, resulta importante señalar que nuestra intención no fue pensarlos como
excluyentes sino como complementarios. Ambos documentales resultan arena fértil para
pensar las memorias y los imaginarios de lo que fue la inmigración judía en la
Argentina. De este modo, antes que una experiencia monolítica, ambos títulos son
expresiones de los diversos devenires tanto de los migrantes judíos que llegaron a
nuestro país como también de su descendencia.
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Torre Nilsson, Leopoldo (Productor) y Jusid, Juan José (Director). (1975). Los gauchos
judíos [Película]. Argentina: Film Cuatro.
315
Mesa 14
Las migraciones y las guerras del siglo
XX: influencias y representaciones en
distintos ámbitos comunitarios de la
Argentina
Coordinadoras y comentarista: Ángeles Castro Montero (UCA -
FOGA) y Nadia De Cristóforis (UBA – IIGG - CONICET).
Mariano Eloy Rodríguez Otero (UBA).
Jornadas Migraciones. Mesa 14
Las campañas de solidaridad a favor del franquismo en el colectivo español de
Buenos Aires durante la Guerra Civil española (1936-1939)
Alejandra Noemí Ferreyra244
Introducción
La movilización solidaria que se dirigió a socorrer al ejército sublevado en España fue,
sin dudas, minoritaria en comparación con la amplia movilización política y social que
se articuló en pro del sostenimiento de la II República española en la Argentina. No
obstante, también existió una activa campaña de colaboración hacia el bando liderado
por el General Franco que se desarrolló de manera continua durante todo el período de
duración de la contienda civil en la península y fue protagonizada por dinámicos
núcleos de simpatizantes, quienes realizaron elevados aportes monetarios y se
constituyeron en diligentes propagandistas de la causa (Velasco Martínez, 2011: 51-54).
La investigadora Mónica Quijada indicó acertadamente que la campaña a favor
del bando nacionalista español fue efectuada, de manera casi exclusiva, por una minoría
perteneciente a los estratos medios y altos de la colonia hispana radicada en el país, la
cual estuvo acompañada por miembros influyentes de la oligarquía local y de la Iglesia
Católica argentina. Estos sectores se caracterizaron por realizar significativas
contribuciones económicas al movimiento rebelde y por mantener una adhesión cercana
al ―fervor religioso‖ hacia el General Franco (Quijada, 1991: 178-184). En el presente
trabajo intentaremos profundizar un poco más sobre estas expresiones de solidaridad,
concentrándonos especialmente en develar cuáles fueron los mecanismos concretos de
ayuda solidaria que desplegaron los adherentes al levantamiento militar en la península.
En este sentido, nos detendremos en el análisis de las prácticas de colaboración que
llevaron adelante entidades de origen hispano adeptas al alzamiento, tales como el
Centro Acción Española, la Agrupación Monárquica Española, la Agrupación
Tradicionalista Española y la Falange Española. Asimismo, nos acercaremos al proceso
de constitución y desarrollo de una de las entidades paradigmáticas en la labor de
solidaridad que desde la Argentina se remitió hacia la España nacional: los Legionarios
Civiles de Franco. Esta organización liderada por Soledad Alonso de Drysdale y Rafael
244
Magíster en Investigación Histórica por la Universidad de San Andrés, Becaria Doctoral del Conicet
(CESAL-UNICEN) y docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Email: ferreyra.alejandra@gmail.com.
317
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Benjumea y Burín, Conde de Guadalhorce, estaba orientada a socorrer a los niños
huérfanos que iba dejando la guerra a través de la construcción de orfelinatos en
distintas regiones de España.
Entre las principales fuentes que utilizaremos para elaborar las páginas que
siguen, podemos mencionar las publicaciones y órganos de prensa de las instituciones
españolas afines al alzamiento, tales como: El Diario Español, Falange Española,
Acción Española y Por Ellos, entre otras. También, hallamos fuentes de gran valor
sobre la cuestión a indagar en los fondos documentales relativos al ―Servicio Exterior de
Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S‖ y el ―Consulado en Buenos Aires‖
del Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares, España) y en el fondo
―Embajada en España‖ y ―División Política-España‖ del Archivo del Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina.
Las prácticas de solidaridad a favor del alzamiento militar en España: las colectas
de las entidades españolas afines
Ante el inicio de la contienda en la península, la Embajada española se convirtió en la
inmediata receptora de las expresiones de apoyo y solidaridad material para con la II
República. En función de ello, María Teresa de Diez Canedo, esposa del embajador
hispano en Buenos Aires, organizó una de las primeras suscripciones oficiales en
beneficio del gobierno republicano en la Argentina, se trataba de una colecta a favor de
la Cruz Roja española245. Por su parte, la Asociación Patriótica Española246 en su
carácter de ―Comisión Cooperadora de la Cruz Roja española‖ en el país se hizo eco de
este llamado solidario y el 27 de julio de 1936 concretó una reunión entre las
asociaciones españolas adherentes con el objeto de abrir una suscripción en su sede a fin
de socorrer a los damnificados. Esta resolución contaba con el aval de las autoridades de
algunas de las entidades más destacadas de la comunidad (―Suscripción a favor de la
Cruz Roja…‖, 28 de julio de 1936: 2), a la vez que la colecta decía amparar ―por igual
el dolor de los dos adversarios‖ (―Comisión cooperadora…‖, 8 de agosto de 1936: 2),
245
Luego se irían formando diversos comités y entidades de ayuda a la II República española, algunos de
ellos asociados a las centrales obreras como la UGT y la CNT, otros a los partidos políticos como la
Unión Cívica Radical y el Partido Socialista o a las entidades oficiales del gobierno republicano como el
Centro Republicano Español, y también, se fueron organizando iniciativas que tenían finalidades sociales
específicas y que se ocupaban de la sanidad, la alimentación o el cuidado de los niños huérfanos
(Montenegro, 2002: 33-34, 70-72).
246
Esta institución, basándose en los contenidos de sus Estatutos, mantuvo una postura de ―neutralidad‖ y
―apoliticismo‖ durante todo el conflicto bélico en España (Asociación Patriótica Española, 1938: 3-4).
318
Jornadas Migraciones. Mesa 14
por lo que se aseguraba que los fondos recaudados serían distribuidos en toda la
península sin ningún tipo de distinción política. De este modo, a sólo una semana de
iniciada la Guerra Civil la suscripción a favor de la Cruz Roja española en la Argentina
se encontraba desdoblada en dos sedes activas: de un lado, la Embajada republicana, y
del otro, la Asociación Patriótica Española. Mientras que la sede diplomática efectuaba
su primer envío de dinero a principios de agosto de 1936 directamente al Ministerio de
Estado de la II República247 (―Repercusión en la Argentina…‖, 6 de agosto de 1936: 2),
la colecta organizada por la Asociación Patriótica, mantuvo retenidos los fondos hasta
tanto no se asegurara la distribución equitativa de los mismos en ambas zonas afectadas
por el conflicto (―Repercusión de los acontecimientos…‖, 8 de octubre de 1936: 3).
No obstante, la colecta a favor de la Cruz Roja española fue puesta en duda
rápidamente por quienes no estaban dispuestos a colaborar con la continuidad de la II
República en la península248. Por ello, en paralelo al desarrollo de esta campaña, se
fueron gestando otras iniciativas que comenzaron a promover acciones de socorro
exclusivamente orientadas a enviar dinero y víveres a la zona bajo el control de los
rebeldes. El Centro Acción Española fue una de las primeras entidades en la ciudad de
Buenos Aires en emprender una colecta con tales fines249. Para ello, lideró la
organización de una denominada ―Junta de enlace‖ directamente vinculada con la Junta
de Defensa Nacional en Burgos que tendría a su cargo la tarea de recaudar víveres, ropa
y medicamentos (―Comisión de enlace…‖, 1936: 1), así como también, dio inicio a una
colecta de joyas, alhajas y objetos de valor para acrecentar las arcas de la España
nacionalista (―Colecta para los patriotas…‖, septiembre de 1936: 5).
Además de ello, el Centro Acción Española protagonizó una de las primeras
campañas propagandísticas a favor del movimiento rebelde por el interior del país. Bajo
el liderazgo de Emilio Fernández Martos, ex Agregado Militar de la Embajada española,
se fundó en Buenos Aires la primera Junta Nacionalista Española, y posteriormente, se
trató de replicar este tipo de organización en las distintas provincias y ciudades que
contaban con una colonia hispana en la Argentina250. Con ese fin, Luis Vicente Nieto y
247
El primer envío fue de 25.000 pesetas.
248
Por ejemplo, el periódico Bandera Argentina aseguraba que el dinero de esa campaña solidaria iba a
parar a manos del ―comunismo soviético‖. (―No ayude a la Cruz Roja…‖, 29 de agosto de 1936: 1).
249
La entidad envió un telegrama de adhesión dirigido al General Cabanellas ni bien se conocieron las
noticias del alzamiento. (―El Centro Acción Española…‖, 14 de agosto de 1936: 1).
250
Se crearon un total de 62 Juntas Nacionalistas Españolas en todo el territorio argentino, entre ellas
hubo filiales en: Santiago del Estero, Entre Ríos, Córdoba, San Luis, Santa Fe, Corrientes, Misiones,
Tucumán, Catamarca y Buenos Aires, entre otras. Para ampliar, véase: Lorenzo Delgado, Eduardo
González Calleja y Marisa González (1990: 276).
319
Instituto de Investigaciones Gino Germani
José Sánchez Malmierca viajaron por el país visitando diversos compatriotas españoles
para incentivarlos a conformar una agrupación semejante que coordinara las acciones de
solidaridad dirigidas al bando rebelde en la península (―Constitución de J.
Nacionalistas…‖, diciembre de 1936: 1). Los obstáculos con los que se encontraron los
viajeros fueron múltiples, desde la apatía hasta el rechazo más absoluto, sus informes
evidencian la presencia de una abrumadora mayoría pro republicana en las colonias
españolas del interior (más de un 80% según sus propias palabras), a lo que se sumaban
aquellos quienes a pesar de manifestar su simpatía hacia el alzamiento, por temor a
perder sus ganancias comerciales no accedían a comprometerse y declarar abiertamente
su posicionamiento político:
[…] Ya que cuando visitan a aquellos que se dicen muy españoles, muy
buenos ciudadanos responden: ‗si, nosotros simpatizamos, admiramos a
Franco, y queremos que esto termine, pero vea yo como tengo negocio, no
puedo figurar, no quiero ser nada; ya sabe, el negocio, es negocio…’
como estos el 97 % de los que se visita […] (―Las Juntas Nacionalistas…‖, 4
de marzo de 1937: 11)251.
Otra iniciativa del Centro Acción Española fue la producción y venta de tarjetas
postales a color con la imagen del General Franco, cuya recaudación fue donada a la
colecta a favor del ejército sublevado (―Pro España‖, diciembre de 1936: 1). El director
del Colegio Champagnat ideó esta propuesta que tuvo un notable éxito entre los
alumnos del colegio católico, quienes en poco tiempo lograron vender más de 9.000
tarjetas entre sus familiares, allegados y amigos (―Nueva iniciativa…‖, octubre de 1936:
2). La juventud católica de este colegio participó de otras formas en la campaña a favor
del alzamiento, por ejemplo, 600 estudiantes del Champagnat donaron el dinero que
correspondía a la compra de sus medallas de fin de curso de los años 1936 y 1937 252.
Estas manifestaciones de apoyo nos señalan hasta qué punto la campaña a favor del
alzamiento en España logró permear al joven alumnado perteneciente a los estratos
251
La negrita en el original.
252
El primer año los fondos fueron entregados a Gustavo J. Franceschi para que lo integrara en la colecta
―Pro Templos devastados de España‖ que lideraba el Episcopado porteño, y el segundo año, a Soledad
Alonso de Drysdale para que lo destinara a Legionarios Civiles de Franco. El monto total de la donación
ascendió a 4.000 pesos (m/n) en cada año (―Brillante y patriótico acto…‖, diciembre de 1936: 10). Para
ampliar sobre la colecta a favor de la reconstrucción de las Iglesias en España liderada por Franceschi,
ver: Ángeles Castro Montero (2003).
320
Jornadas Migraciones. Mesa 14
medios y altos de la ciudad que asistía a este tipo de instituciones educativas
católicas253.
Las mujeres pertenecientes a la ―Comisión de damas‖ del Centro Acción Española
también se movilizaron activamente en el contexto de la campaña solidaria a favor del
ejército nacionalista. La labor que se les encomendaba evidenciaba una distribución de
tareas según el sexo, que de igual forma se encontraba presente en las campañas de
socorro que llevaban adelante los núcleos de apoyo al gobierno republicano en la ciudad
de Buenos Aires (Casas, 2013: 8; Fasano, 2014: 119). Es decir, a las secciones
femeninas movilizadas correspondía el ejercicio de la función maternal, debiendo
ocuparse casi exclusivamente de la contención y el socorro a los niños y huérfanos
españoles que sufrían las calamidades de la guerra.
Del lado nacionalista, las campañas de este tenor se iniciaron recién en abril de
1937254 como una respuesta concreta a las expediciones de evacuación de niños hacia
diversos países (entre ellos: Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, Suiza, México y Rusia)
organizadas por el Ministerio de Instrucción de la II República, con el propósito de
alejar a los pequeños de los padecimientos de la contienda255. Aunque Francia fue el
país que más niños acogió durante el conflicto bélico (cerca de 9.000) 256, los adeptos al
alzamiento vieron con verdadero espanto el envío de infantes españoles a la U.R.S.S.:
Llevar los niños españoles a Rusia es una aberración, sabiendo que los niños
rusos mueren de hambre, de miseria, de abandono, y conociendo el enorme
porcentaje de criminalidad que existe en Rusia […] ¿Por qué se comete esta
nueva traición a nuestra historia […]? (―Cruzada rojigualda…‖, 22 de abril
de 1937: 3).
Para tratar de movilizar un caudal solidario hacia ese segmento especialmente
vulnerable de la población, las damas del Centro Acción Española crearon la
denominada ―Cruzada rojigualda para la infancia española necesitada‖ (CRIEN) en abril
de 1937, al mismo tiempo que la acaudalada viuda Soledad Alonso de Drysdale y el
253
En las listas de donativos se encuentran aportes significativos procedentes de colegios tales como
Santa Rosa, Sagrado Corazón de Jesús, Misericordia, Marianista, La Salle, Nuestra Señora de Lourdes y
Don Bosco, entre otros.
254
Aunque desde noviembre de 1936 ya funcionaban en la ciudad de Buenos Aires algunos grupos
femeninos con escasa publicidad y un limitado campo de acción, que no estaban estrictamente vinculados
con la colonia española, por ejemplo: ―Agrupación femenina España gloriosa pro Burgos‖, ―Comité
femenino pro niños españoles‖ y ―Agrupación femenina pro niños españoles de Villa Devoto‖.
255
Entre 1937 y 1938 habían salido de España hacia distintos países de acogida aproximadamente 34.000
niños de entre cinco y quince años (Zafra, Crego y Heredia, 1989: 36-37).
256
La U.R.S.S. recibió a 2.895 niños, mientras que Bélgica acogió a 3.500 y Gran Bretaña a 4.000.
321
Instituto de Investigaciones Gino Germani
Conde de Guadalhorce fundaban los Legionarios Civiles de Franco con similares fines
(volveremos sobre esta institución más adelante). La CRIEN se encargó especialmente
de recaudar víveres, juguetes, medicamentos y ropa para ser enviados a los asilos y
hogares de la zona nacional en la península, así como también, organizó un taller de
reparación y confección de prendas de abrigo para los niños españoles.
Las recaudaciones que logró reunir el Centro Acción Española fueron enviadas a
la península en diversas remesas (―La labor españolista…‖, 6 de agosto de 1937: 5),
pero también contaron con el traslado de un emisario especial. El secretario de la
institución y presidente de la Agrupación Tradicionalista Monárquica, Martín Echarren,
viajó a España en mayo de 1937 para trasladar personalmente los objetos de valor
recolectados en Buenos Aires (―Relación de las alhajas…‖, 20 de mayo de 1937: 8).
La Agrupación Monárquica Española fue otra de las entidades españolas
preexistentes al conflicto bélico que se alinearon rápidamente a favor del ejército
sublevado en la península257. La sección femenina de esta entidad conformó el
denominado ―Ropero de Santiago Apóstol‖ dirigido por María Pía de Borbón y Padilla,
Juana Soage de García Soage y Francisca P. de Mouriño, el cual se encargó de
confeccionar, adquirir y enviar prendas y calzados para niños y adultos a la zona
nacional de la península (―Repercusión de los acontecimientos…‖, 22 de enero de 1937:
2). A fines de abril de 1937 el ropero debió cambiar su nombre por el de ―Ropero de
Santa Teresa de Jesús‖ a fin de evitar confusiones con otras instituciones benéficas que
se denominaban del mismo modo258. No obstante, fue el ―Ropero de Santa Teresa de
Jesús‖ una de las pocas agrupaciones solidarias en Buenos Aires que se desempeñó con
el permiso directo de las autoridades rebeldes de la península259. El mismo fue integrado
a la Delegación Nacional de Frentes y Hospitales que presidía en España nada menos
que Carmen Polo, la esposa del General Franco260 (―El Ropero de Santa Teresa…‖,
257
Esta entidad conformó una ―Junta recaudadora‖ presidida por María Julia Elena Martínez de Hoz,
quien ostentaba el título de Marquesa de Salamanca adquirido gracias a su casamiento con el Marques
español Luis de Salamanca Hurtado de Zaldívar en 1912.
258
En efecto, fueron varios los ―roperos‖ adeptos al movimiento nacionalista en la península que se
constituyeron en la ciudad Buenos Aires: funcionaron también el ―Ropero de Santiago Apóstol‖,
organizado por la sección femenina de Agrupación Tradicionalista Española y presidido por Paz Avedaño
de Pérez Tort, y el ―Ropero Santa María de Buenos Aires‖, fundado en octubre de 1938 por Juana Soage
de García Soage. Ropero Santa María de Buenos Aires. (―Repercusión de los acontecimientos…‖, 30 de
abril de 1937: 2).
259
La otra entidad fue Legionarios Civiles de Franco.
260
A partir de ese momento la entidad adquirió una mayor notoriedad y su estatus oficial le permitió
organizar actividades benéficas diversas en las que contaba con el apoyo y la presencia de la
Representación oficiosa del General Franco en la Argentina. Por ejemplo, el ―Plato único‖ organizado
con motivo de celebrarse el 12 de octubre en el Plaza Hotel, contó con la presencia de 600 asistentes,
322
Jornadas Migraciones. Mesa 14
1938: 5). La Condesa de Guadalhorce, encargada en la Argentina de esta delegación,
fue quien realizó las gestiones necesarias para que se produzca tal reconocimiento y
actuó como intermediaria en los envíos directos de dinero y prendas que realizaba el
ropero. En efecto, la Condesa viajó a España en agosto de 1938 llevando consigo los
donativos reunidos por algunas de las principales entidades adherentes261. Sin embargo,
el principal aporte que la Delegación Argentina de Asistencia a Frentes y Hospitales
Nacionales pudo enviar fue, sin dudas, un contingente de tres ambulancias equipadas
con elementos sanitarios diversos.
Como era de esperarse, la filial de Falange Española en Buenos Aires también
colaboró activamente en la campaña de solidaridad para con el bando nacionalista262. En
lo que respecta a las primeras recaudaciones monetarias iniciadas, éstas tuvieron como
objeto principal reunir los fondos suficientes para solventar el traslado de los hombres
dispuestos a integrarse al frente de batalla nacionalista. De los combatientes voluntarios
provenientes del extranjero que lucharon a favor del ejército sublevado en España el
contingente argentino fue el más numeroso dentro del conjunto americano, el cual no
integró a más de doscientos individuos en total263. La denominada ―Centuria Argentina‖
estaba integrada en su mayoría por españoles o hijos de españoles residentes en el Río
de la Plata, muchos de ellos eran comerciantes, estudiantes o dependientes que habían
nacido entre 1914 y 1917264. Algunos lograron concretar el viaje gracias a la
colaboración económica de personas influyentes en la comunidad hispana porteña y al
aporte que el periódico nacionalista Bandera Argentina entregó para tal fin, pero otros
pudieron afrontar sin inconvenientes el pago de su pasaje265.
además de María De Maeztu, el Coronel Gómez, el Marqués de Salamanca, el Senador Matías Sánchez
Sorondo, el presidente de la Academia Argentina de Letras, Carlos Ibarguren, el doctor Justo López de
Gomara, el Jefe de Falange, Rafael Duyos e Ignacio Ramos. El resultado de este evento arrojó una
ganancia de $ 10.205 pesos (m/n) que fue girado a directamente al Gobierno de Burgos. (―Un gran éxito
constituyó la comida…‖, 13 de octubre de 1938: 5).
261
Lo llamativo es que el motivo principal de su viaje no fue éste, sino visitar a sus tres hijos que se
encontraban luchando en el frente de batalla. (Quesada, 2 de octubre de 1938: 5).
262
Del mismo modo que lo hicieron el Centro Acción Española y la Agrupación Monárquica
Tradicionalista, Falange también envió emisarios al interior del país para que fundaran organizaciones
semejantes que colaboraran con el esfuerzo bélico. A mediados de agosto fue enviado un delegado a
Rosario y a Córdoba para constituir Falanges en dichas ciudades. (―Repercusión de los
acontecimientos…‖, 15 de agosto de 1936: 2).
263
Según algunas estimaciones, cerca de setenta y cinco mil extranjeros lucharon del lado de los rebeldes
durante la contienda, sin embargo, hay que tener presente que muchos de ellos pertenecían a las fuerzas
movilizadas provenientes de Marruecos, Italia, Alemania y Portugal (Bertonha, 2012: 143).
264
No existen cifras exactas sobre la totalidad de hombres que viajaron a España desde la Argentina para
integrarse al ejército sublevado, pero se sabe que un total de 80 individuos heridos en combate solicitaron
la repatriación luego de 1939 (Bertonha, 2012: 160).
265
Los contribuyentes fueron: el dueño de ―Café Oriente‖, Federico Córdoba, Genaro García, Bernabé
Pérez Ortiz, Manuel Murias, Lola Membrives y Juan García, entre otros (Jerez Riesco, 2007: 104-105.)
323
Instituto de Investigaciones Gino Germani
La primera expedición partió desde el puerto de Buenos Aires a bordo del vapor
General Artigas el 26 de agosto de 1936, bajo el comando de Nicolás Quintana y José
Ruiz Bravo, este último viajó además en calidad de corresponsal del periódico Bandera
Argentina. Este primer grupo compuesto por 26 jóvenes, fue despedido por los adeptos
al alzamiento en un almuerzo de camaradería organizado por el Centro Acción Española
y Soledad Alonso de Drysdale, quien no escatimó en los costos del agasajo y en el envío
de obsequios para los soldados que se hallaban en el frente (―Despedida de los
patriotas…‖, septiembre de 1936: 3).
El segundo contingente, compuesto por 13 hombres, partió hacia España el 4 de
septiembre de 1936 a bordo del General San Martín, y el tercero integrado por 30
jóvenes, lo hizo el 2 de octubre en el vapor Vigo. Cada grupo fue portador de remesas
en objetos de valor y mercaderías diversas para ser entregadas al bando nacional en la
península (―Repercusión de los acontecimientos…‖, 26 de septiembre de 1936: 2). En el
mismo buque en el que viajaron los miembros de la tercera expedición realizó su viaje
el ex Agregado Militar Emilio Fernández Martos, quien también tenía el propósito de
integrarse a las huestes del ejército rebelde, y a su vez, era el custodio de la donación de
víveres que hizo efectiva el diario nacionalista Bandera Argentina (―Repercusión de los
acontecimientos…‖, 2 de octubre de 1936: 3).
En líneas generales puede decirse que un promedio de setenta hombres residentes
en la Argentina marchó hacia la península para unirse al ejército del General Franco, no
obstante, esta cifra podría incrementarse si tenemos en cuenta que muchos jóvenes
solicitaron ayuda económica para solventar sus pasajes e integrarse voluntariamente a
los tercios de Requetés266 (―Repercusión de los acontecimientos…‖, 27 de septiembre
de 1936: 2). La partida de cada uno de estos grupos generó rencillas públicas en la zona
portuaria donde los familiares y adeptos al alzamiento que se reunían para despedir a los
viajeros al compás del himno de Falange Española y el Himno Nacional argentino,
solían enfrentarse con trabajadores portuarios que vociferaban a favor de la II
República. Estos episodios, que generalmente finalizaban con la intervención de la
fuerza policial, exponen hasta qué punto la polarización ideológica que generaba la
266
Lamentablemente no hallamos más datos sobre estos hombres, pero podemos suponer que quienes
realizaron el viaje lo hicieron de manera individual y no como miembros de una agrupación, tal como lo
hicieron los miembros de Falange Española. Según el investigador João Fábio Bertonha el grupo
latinoamericano que viajó a España se integró casi exclusivamente al falangismo siendo mucho más
escaso el número de católicos y anticomunistas en general (Bertonha, 2012: 167).
324
Jornadas Migraciones. Mesa 14
Guerra Civil española se vivía con especial virulencia en el espacio público
(Montenegro, 2002: 101-102).
Los mecanismos de recaudación de Falange Española se adaptaron con mayor
empeño en satisfacer los requerimientos del ejército sublevado, pero tampoco
desatendieron las campañas de solidaridad orientadas a paliar la creciente orfandad y
miseria que generaba la contienda. Los envíos de víveres y abrigo fueron una prioridad
en las remesas durante el primer año de la guerra, pero con la proximidad de la fiesta de
Navidad y el avance del clima invernal se recurrió a otro tipo de estrategias para
incrementar los donativos. Con ese objeto, la sección argentina de Falange Española
siguió las directivas de adhesión a la colecta de ―Auxilio de Invierno‖, campaña
orientada a paliar las urgencias en alimento y abrigo de la población civil que tendría
efectos mucho más duraderos en la política de asistencia social que comenzaba a
organizarse en la zona bajo control nacional (Carasa, 1997: 89-140).
El ―Auxilio de Invierno‖ nació a finales de octubre de 1936 en Valladolid por
iniciativa de Mercedes Sanz Bachiller y Javier Martínez Bedoya, ambos integrantes de
los espacios políticos de Falange Española. La organización de este proyecto asistencial
recuperaba el modelo de los Winterhilfe alemanes, que funcionaban únicamente en los
períodos invernales a través de una colecta de dinero que luego se volcaba en la
manutención de hogares para huérfanos o en la alimentación de familias sumidas en la
pobreza. No obstante, el ―Auxilio de Invierno‖ falangista tuvo una mayor permanencia
y continuidad en la historia española ya que luego del Decreto de Unificación de las
fuerzas políticas sancionado en abril de 1937 en la zona nacional, pasó a convertirse en
una pieza fundamental en materia de asistencia social dentro del Estado franquista
(Cerrano Lagunas, 2010: 71-74). El ahora denominado ―Auxilio Social‖, articuló el
funcionamiento de una extensa red de hogares para niños en el que se alojaba por igual
a los huérfanos y a los niños carenciados e impuso un régimen de trabajo femenino
gratuito que no cesó sino hasta el final de la dictadura en 1975267.
La colecta a favor del ―Auxilio de Invierno‖ en Argentina se inició en enero de
1937. La propaganda que se realizaba sobre ella enfatizaba, por un lado, en la
pretendida realización de la ―justicia social‖ que el movimiento rebelde decía concretar
en beneficio del pueblo español, y por otro lado, en la supuesta distancia que separaba a
267
Este trabajo era obligatorio para las mujeres entre 17 y 35 años que quisieran cursar estudios
superiores, optar por un empleo en empresas estatales, sacar el pasaporte o el carnet de conducir
(Ministerio de Cultura de España, 2009: 106).
325
Instituto de Investigaciones Gino Germani
este organismo de las tradicionales formas de beneficencia liberal entendidas como ―la
limosna que humilla o la fría obra burocrática de alguna institución estatal‖ (―Auxilio de
invierno…‖, 16 de enero de 1937: 15).
La Falange Española porteña también organizó una sección femenina que fue
liderada en su origen por Carmen Ponce de León Lafita, y luego de su partida a España,
por María B. de Echeverría y Marina D. de García Helguera268. Al igual que lo ocurrido
con otras secciones de damas pertenecientes a instituciones favorables al alzamiento, el
traslado de niños españoles a otros países, especialmente a la U.R.S.S., generó una
movilización específica que se orientó a tratar de socorrer a los huérfanos apelando a la
sensibilidad y al deber maternal de las mujeres afines al bando rebelde. Esta solidaridad
se articulaba a través de donaciones particulares, pero también a partir de la
organización de uno de los peculiares medios de recolección de recursos que
implementó el falangismo: la organización del ―Plato único‖ (Alejandre García, 2007:
30-51). La colecta a favor de los niños desamparados se conoció en Buenos Aires con el
nombre de ―Socorro Azul‖, en ella, las mujeres tenían un papel protagónico, ya que
además del aporte económico (15 pesos m/n) debían asumir el compromiso de
convertirse en las ―madrinas‖ simbólicas de algún niño y acompañar su crecimiento a
través de una esmerada atención por correo postal: ―[…] ostentareis el honroso título de
Madrina Azul, con la obligación de escribir a vuestro ahijado o ahijada, estimulándolo
cariñosamente, haciéndole ver, que aunque perdió a sus padres, hay alguien que al otro
lado del mar, se preocupa de su vida‖ (―Madrina Azul…‖, 3 de abril de 1937: 8).
Es posible que la campaña de solidaridad organizada por Falange Española
sufriera de constantes intentos de fraude, ya que así lo sugieren las frecuentes
advertencias que se imprimían en el semanario Falange Española señalando a los
adherentes sobre el cuidado que debían tener a la hora de entregar dinero a personas que
sin autorización recolectaban recursos a nombre de la institución para los más diversos
fines (―Advertencia…‖, 14 de noviembre de 1936: 7; ―Atención…‖, 3 de julio de 1937:
2). Pero lo cierto es que las finanzas que manejó la filial Argentina de Falange Española
durante los años que duró la contienda bélica no estuvieron exentas de irregularidades y
abusos que condujeron a una intervención directa de las autoridades del Servicio
268
El ―Auxilio Social‖ estaba dividido en varias secciones: ―Auxilio de Invierno‖, ―Obra Nacional-
sindicalista de Protección a la madre y al niño‖, ―Auxilio al Enfermo‖ y ―Auxilio a la vejez‖. (―Del
Auxilio de invierno…‖, 19 de junio de 1937: 4).
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Jornadas Migraciones. Mesa 14
Exterior falangista con el objeto de frenar la continuidad de tales ―vicios‖ 269. Según un
informe realizado a finales de 1939 sobre la actuación de la entidad en materia
económica desde su creación en agosto de 1936, todo el período adoleció de evidentes
descuidos por parte de los administradores y las autoridades en cuanto a la obtención y
al mantenimiento de los fondos, a la inscripción de los afiliados, al cobro de las cuotas y
a la recaudación a través de las suscripciones, en suma, durante todo ese lapso:
[…] Se ha podido constatar que varios empleados de la administración
cobraban cuotas de afiliados cuyos importes retenían para sí […] No es
posible precisar las cantidades cobradas y no ingresadas, ni las que en la
actualidad deben ser cobradas por la falta de registro de afiliados. Faltan
talonarios de recibos, tanto de cuotas y donaciones como de la oficina de
prensa y propaganda. Se puede asegurar que no se ha dado entrada a todas
las sumas recibidas en Falange [...]270.
En líneas generales puede decirse que a pesar de la diversidad de metodologías de
recaudación de fondos (suscripciones, colectas en especie y en metálico, venta de
estampillas y postales, festivales de ―Plato Único‖, etc.) la solidaridad a favor del bando
nacionalista en España gozó de una mayor uniformidad que la de sus pares
republicanos. El Representante oficioso del General Franco en la Argentina, Juan Pablo
de Lojendio, llevó adelante un proceso de centralización de las diversas campañas de
solidaridad existentes en el país con el objeto de crear un único organismo que se
encargara de fiscalizar la recolección de los donativos y de realizar el envío de recursos
hacia la zona nacional. Con ese fin, se creó en junio de 1937 la llamada ―Suscripción
Nacionalista Española‖, la cual se encontraba a cargo de un Comité de Control
supervisado por el ex Secretario de la Embajada republicana, Francisco de Amat271. Uno
269
Entre ellos se consignaba el elevado déficit que fueron acumulando las distintas administraciones (que
llegó a $ 23.000 pesos m/n), la desaparición de talonarios para la suscripción del ―Auxilio de Invierno‖ y
de dos máquinas de escribir, la ausencia de un fichero de afiliados con datos concretos tales como:
domicilio, nacionalidad y cuota a pagar, lo que a su vez, hizo imposible conocer el número total de
adherentes a Falange Española en la Argentina, los traslados a España, los expulsados o los que se dieron
de baja. La sección Femenina, en cambio, fue la única que mantuvo en perfecto orden sus cuentas,
remitiendo periódicamente sus balances directamente a la Delegada Nacional de la Sección Femenina,
Pilar Primo de Rivera. Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares -España (en adelante:
AGA), Delegación Nacional del Servicio Exterior de FET y de las JONS, Caja Nº 59, ―Informe, 1939‖.
270
Informe realizado por Daniel García Helguera, Jacinto Rodríguez García, Manuel Fernández Vázquez
y José Bravo Acero sobre la actuación de Falange Española Tradicionalista y de las JONS de la Argentina
―desde su iniciación hasta el treinta y uno de diciembre de mil novecientos treinta y nueve, de acuerdo a
los datos que existan y atendiéndose, sobre todo, a un examen objetivo‖. AGA, Delegación Nacional del
Servicio Exterior de FET y de las JONS, Caja Nº 59, ―Informe, 1939‖.
271
Esta suscripción se encontraba bajo la supervisión de un comité de control, compuesto por: Francisco
de Amat en calidad de presidente; el Agregado de Prensa y Propaganda, José Ignacio Ramos y como
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Instituto de Investigaciones Gino Germani
de los principales efectos de esta medida fue el traspaso de las colectas que realizaban
las Juntas Nacionalistas Españolas del interior del país, antes dependientes del Centro
Acción Española, directamente a la Representación del Gobierno de Burgos (Quijada,
1991: 194). No obstante, algunas entidades continuaron su labor solidaria de manera
independiente aunque bajo la fiscalización del mencionado Comité272, mientras que
otras, como el ―Ropero de Santa Teresa de Jesús‖ y Legionarios Civiles de Franco,
escaparon a este intento de aglutinación gracias a que actuaban con la anuencia directa
de las autoridades sediciosas en la península, lo que les permitió desarrollar proyectos
autónomos de envergadura como fue el caso de la construcción de hogares para niños
huérfanos que promovió Legionarios Civiles de Franco y sobre lo cual ahondaremos
más adelante.
La creación y el accionar de los Legionarios Civiles de Franco (1937-1943)
En el marco del análisis sobre la solidaridad pro nacionalista hacia la península, la
institución fundada por Soledad Alonso de Drysdale273 en abril de 1937 merece una
atención especial, ya que la labor que llevó a cabo esta singular entidad fue
paradigmática, y en gran medida única, en cuanto a los niveles de recaudación
económica y difusión propagandística a favor del alzamiento rebelde en la Argentina274.
Como indicamos anteriormente, el traslado de niños españoles hacia otros países con el
propósito de alejarlos de las penalidades de la contienda bélica promovido por el
secretarios: Juan Manuel Muñoz y Luis Marquina. (―Comunicado de la representación…‖, 18 de junio de
1937: 3).
272
Fue el caso de Socorro Blanco Argentino para la Reconstrucción de España, SALVE, ―Cruzada
rojigualda para la infancia española necesitada‖ y el ―Ropero Santa Teresa de Jesús‖. Por otro lado, no
tenemos mayores datos sobre la situación en la que quedaron las colectas de Falange Española frente a
este intento de centralización. Pero dadas las desavenencias que manifestaron el Representante oficioso y
los miembros de la Falange entre sí, además de las irregularidades en materia económica que
caracterizaron a los fondos recaudados por el falangismo en Buenos Aires, es lícito pensar que la filial
falangista en la Argentina no adhirió a esta iniciativa de control orquestada por Juan Pablo de Lojendio.
273
Soledad Alonso nació en Gádor, en la Provincia de Almería (España) en 1899, se trasladó primero a
Francia en donde conoció a quien sería su marido Eric J. Drysdale, industrial de origen inglés vinculado a
la producción ganadera en la Argentina y con quien se trasladó a vivir a Buenos Aires en 1928. Luego de
la muerte de su esposo en 1934 quedó en una solvente posición económica y se dedicó a realizar tareas
benéficas en distintas instituciones católicas porteñas. En el contexto de la Guerra Civil española se volcó
de lleno a las tareas de colaboración a favor del ejército sublevado y fue reconocida por esta labor por el
General Franco con la ―Gran Cruz de Isabel la Católica‖ en 1938. Posteriormente, continuó con sus tareas
caritativas pero concentrando su labor en su Municipio natal, Gádor, en donde actualmente un colegio
público lleva su nombre, y en otras zonas de España como Córdoba, Málaga y Granada. Falleció en la
ciudad de Buenos Aires en 1977.
274
Esta institución llegó a contar más de diez mil socios activos y envió a la península más de tres
millones de pesos (m/n) en concepto de donativos.
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gobierno republicano, motivó la creación de colectas específicas dentro del campo de
solidaridad afín a los rebeldes. En este contexto surgió también: Legionarios Civiles de
Franco, institución creada con el objeto de socorrer materialmente a los huérfanos
españoles a través de la construcción y el sostenimiento de orfanatos en distintos puntos
de la península, pero que además, tenía el firme propósito de contenerlos
espiritualmente. Ésta fue una de las preocupaciones principales de la fundadora a la hora
de presentarle su proyecto al General Franco, quien autorizó personalmente esta
iniciativa275. Para ella, la educación de los niños españoles, fueran éstos hijos de
republicanos o nacionales (Drysdale, 1937a: 2), era el elemento clave en la ―salvación‖
de la España post bélica, ya que de la contención de las generaciones futuras dependía la
―regeneración‖ del pueblo hispano: ―¿Qué persona amante de su Patria no verá con
profundo dolor, que sus hijos se trasplanten a otros climas, a otros ambientes de fe, de
idioma, de costumbres, olvidando su Nación y rompiendo la continuidad de su propia
existencia?‖ (Drysdale, 1937b: 2-3).
Soledad Alonso de Drysdale creó esta entidad secundada por Rafael Benjumea y
Burín, Conde de Guadalhorce, y por otras personalidades de la colonia hispana
simpatizantes con el alzamiento276. Alonso de Drysdale desarrolló una intensa actividad
proselitista entre los miembros afectos a la causa de los nacionalistas españoles con el
fin de obtener la adhesión y el aporte económico que sería destinado a la construcción
de los orfelinatos, así lo relataba Bernabé Pérez Ortiz: ―Me pidió nombres y direcciones
de amigos y compatriotas y no sólo se los di, sino que me sume a ella con entusiasmo y,
en su honorable compañía, visitamos los domicilios de aquellas personas de mi
amistad‖ (Pérez Ortiz, 1940: 24). De esta forma, Legionarios Civiles de Franco se fue
articulando en torno a una extensa red de contactos personales que los miembros de esta
institución fueron movilizando para atraer a los posibles socios y donantes. Gracias a
este mecanismo y a la considerable inversión en recursos de propaganda que Alonso de
Drysdale destinó a la causa, la entidad logró un notable y continuo crecimiento de
miembros y de capital durante el período que duró la contienda bélica en la península.
275
Esta autorización fue obtenida por Alonso de Drysdale a través de la intermediación del secretario
personal y primo del General, el Coronel Francisco Franco Araujo, con quien la fundadora mantenía una
con