La mujer más bella de Hungría

Zsa Zsa nació en 1917 en Budapest, y en 1936 fue coronada como la mujer más bella de Hungría, con el título de 'Miss Hungría'. Tras mudarse en 1941 a Hollywood siguiendo los pasos de su hermana mayor, Eva, logró labrarse rápidamente una gran fama no solo como actriz y por su belleza, sino también por sus diversos romances, matrimonios con millonarios y escándalos que incluyeron un arresto policial. Entre sus exmaridos se cuenta el actor británico George Sanders; Conrad Hilton, fundador de la cadena de hoteles del mismo nombre, o el mexicano Felipe de Alba, con quien estuvo casada tan solo un día. "Nunca he odiado a un hombre lo suficiente como para devolverle sus joyas", decía en una de sus declaraciones más recordadas.

Será recordada por sus apariciones en célebres películas como Moulin Rouge (1952) de John Houston, o Sed de mal (1958) de Orson Welles. La actriz ganó el premio Golden Globe en 1958 y tiene una estrella en el Paseo de Famosos de Hollywood. Su vida fue seguida de cerca por la prensa rosa en todo el mundo e inspiró hasta a grupos de música pop, como Erasure, que en 1988 publicó su canción "Like Zsa Zsa Gabor".

Zsa Zsa Gabor, una carrera en imágenes

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También quedan en el recuerdo sus apariciones en televisión: la actriz salió en series como El Príncipe de Bel Air, Batman o Vacaciones en el mar, y España fue testigo de su simpatía y su belleza en ¿Qué apostamos?, el programa de Televisión Española presentado por Ana Obregón y Ramón García. Fue en 1993, y Gabor compartió plató con Carlos Sainz, el piloto; Marianico 'el corto', humorista, y la actriz Silvia Marsó.

¿Qué apostamos? Zsa Zsa Gabor, Carlos Sáinz, Silvia Marsó y Marianico

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Una veterana de la gran pantalla, fue recordada en el In memoriam de los Oscar 2017, celebrado en el Teatro Dolby de Los Ángeles. La cantante Sara Bareilles le ponía música a este breve tributo a toda una prolífica carrera en el seno del festival más importante del mundo. Su rostro brillaba, gigante, proyectado encima de ella, celebrando las que fueron dos de sus señas de identidad: un sombrero y una pícara sonrisa.