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Eurocopa 2021

Alemania - Hungr�a (X / 21.00 h.)

Czibor, hijo de la leyenda h�ngara: "Los alemanes iban dopados en el Mundial '54. Mi padre dec�a que echaban espuma por la boca"

Actualizado

Hungr�a y Alemania reeditan una batalla marcada por la incre�ble derrota de los Magiares M�gicos en la final del Mundial de Suiza. "Iban con los ojos desorbitados. El dopaje de los h�ngaros era vino con sif�n".

Puskas remata de cabeza frente a Alemania en la final del Mundial de 1954.
Puskas remata de cabeza frente a Alemania en la final del Mundial de 1954.

Lo ocurrido entre las selecciones de Hungr�a y Alemania Federal en la final del Mundial de 1954 retorci� tanto la l�gica que no qued� otra que bautizar aquello como El Milagro de Berna. Los Magiares M�gicos, agrupados en una de las mejores generaciones de siempre, perdieron el que deb�a ser el partido de su vida. H�ngaros y alemanes se reencuentran este mi�rcoles en M�nich. Y a Zolt�n Czibor, hijo del legendario extremo, fotoperiodista de profesi�n, se le amontonan los recuerdos.

El Milagro de Berna, lo llamaron. �C�mo se lo explica?
En aquel Mundial los alemanes iban dopados. Aunque entonces no estaba prohibido. La gente que estuvo en aquel partido me lo cont�, entre ellos mi padre. Incluso hay im�genes en las que salen tomando algo de unos vasos en el vestuario. Los alemanes corr�an m�s en la segunda parte que en la primera. En el descanso se metieron algo. Iban como motos. Hungr�a comenz� el partido ganando 2-0 (Puskas, Czibor). Luego Alemania comenz� a remontar... Hasta ganar 3-2. Mi padre siempre me dijo que los alemanes estaban con los ojos desorbitados. Que echaban espuma por la boca.

[La Universidad de Humboldt de Berl�n public� en 2010 un estudio en el que apunt� �fuertes indicios� de que futbolistas de aquella selecci�n alemana hab�an sido inyectados con la metanfetamina Pervitin, un estimulante que hizo fortuna entre los soldados de la Alemania nazi].

Zoltan Czibor hijo, en el Camp Nou.
Zoltan Czibor hijo, en el Camp Nou.

A su padre no le debi� hacer mucha gracia aquello.
Despu�s de la Segunda Guerra Mundial, a Alemania la estaban reconstruyendo. Dec�an: 'Pobrecitos. A ver si les echamos una mano'. Y se dej� correr la cosa. Pero claro, en aquellos tiempos no hab�a controles antidopaje ni nada que se le pareciese. No se sab�a lo que era. Lo sab�an los alemanes porque a sus pilotos de los bombarderos Stuka, que los hac�an caer en picado, ya les met�an cosas rar�simas. El dopaje de los h�ngaros era vino con sif�n. Y el de los espa�oles, lo mismo.
Caer�a alguna copa.
Alguno jugaba medio a gusto.
El f�tbol tuvo en los Magiares M�gicos a una de las mejores selecciones de su historia. Puskas, Czibor, Kocsis, Hidegkuti...
Puskas era el mejor de todos. Coincidi� en el Real Madrid con Di St�fano, y todo el m�rito fue para �l. Pero el bueno era Puskas. Vino al Madrid con 31 a�os. �Retirado! �Y gordo! Y mire, jug� en el Madrid hasta los 38 y fue Pichichi cuatro veces. Kocsis fue el mejor rematador de cabeza de todos los tiempos. Tremendo.
�Y su padre?
Era extremo izquierdo, aunque �l era diestro. An�rquico. Peque�o. Delgado. Muy r�pido. Ten�a mucho nervio. Mala leche. Hab�a que tenerla porque entonces se jugaba a hostias, a palos. Aquella Hungr�a estuvo seis a�os sin perder un partido (entre 1950 y 1956 enhebr� 42 victorias y siete empates). Gan� la medalla de oro de los JJOO de Helsinki en 1952 contra Yugoslavia. Hasta que perdi� la final del Mundial del 54. Mi padre marc� en una final de unos Juegos, en la de un Mundial y en la de una Copa de Europa, la que perdi� el Bar�a contra el Benfica tambi�n en el mismo campo, el Wankdorfstadion de Berna (1961). El entrenador del Barcelona era Enrique Orizaola. Y cuando mi padre lleg� all� le dijo: 'Mister, este campo: mierda, mierda, mierda'. Lo repiti� tres veces... Mi padre ni siquiera se quer�a cambiar en el mismo vestuario que lo hab�a hecho con Hungr�a. Quer�a hacerlo en el pasillo. Le daba muy mal rollo.
Ninguna selecci�n no brit�nica hab�a conseguido ganar en suelo ingl�s. Hasta que llegaron los h�ngaros a Wembley y protagonizaron ante Inglaterra el que muchos consideran el mejor partido de todos los tiempos (3-6, el 25 de noviembre de 1953).
Los ingleses, los inventores del f�tbol, siempre dec�an que en su pa�s nadie les ganaba. Y los h�ngaros les metieron seis. Se cabrearon mucho. Pidieron una revancha y la jugaron en Budapest dos meses y medio despu�s. Se llevaron un 7-1. El repaso fue a�n m�s grande. Hasta lo de Alemania...
Puskas se pas� el Mundial lesionado. Y volvi� para la final con la pierna colgando. El alem�n Werner Liebrich se lo hab�a llevado por delante en la primera fase (8-3).
Con Alemania jugaba un rumano llamado Josef Posipal. Despu�s de la Primera Guerra Mundial, hab�a territorios en el antiguo Imperio Austroh�ngaro que se los qued� Ruman�a. Posipal era de la zona h�ngara. Y el tipo, claro, hablaba h�ngaro perfectamente. En aquel primer partido contra Alemania, Puskas se cachonde� de los alemanes. Y �ste lo entendi� todo. Llam� a Liebrich a cazarlo. Puskas jug� la final lesionado. Estaba echo polvo.
Sin Puskas tuvieron que eliminar a Uruguay, vigente campeona del Mundo, y a Brasil, que ven�a del Maracanazo.
Mi padre fue uno de los que se li� a palos en aquel partido contra Brasil [Puskas, aun sin vestirse de corto, la emprendi� incluso a botellazos]. Los brasile�os siempre tuvieron muy mal perder. Hubo muy mal ambiente...
Czibor, leyenda h�ngara, con el Bar�a.
Czibor, leyenda h�ngara, con el Bar�a.

Su padre jug� en el Honved. �Fue el origen del f�tbol total?
El f�tbol moderno lo iniciaron los h�ngaros. Aqu� en el Bar�a hablamos del �sistema Cruyff�... Eso es un rollo macabeo. El f�tbol moderno se invent� en Hungr�a. Lo de jugar con los extremos a pierna cambiada lo invent� Hungr�a. Jugar con un falso delantero centro, tambi�n. Era Hidegkuti. El gran salto fue gracias a los h�ngaros. Antes de ellos, las faltas se chutaban contra la barrera para ver si se cargaban a alguien. Como no se pod�an cambiar jugadores, le pegabas un cebollazo a uno y con un poco de suerte ten�an que sacarlo. �Kubala fue el primero en tirar las faltas con efecto para superar la barrera y marcar goles!
Aunque Kubala no form� parte de la m�stica de los Magiares M�gicos.
Kubala era una bestia, una fuerza de la naturaleza. Pero no fue miembro de la gran selecci�n h�ngara. Fue internacional muy joven, creo que con 16 a�os. Pero cuando le toc� ir a la mili con 18, como �l era pacifista, dijo que �l no iba. Y se escap� de Hungr�a y se fue a Checoslovaquia. Vino a Espa�a en 1950. El primero en llegar hab�a sido Elem�r Berkessy. Y cuando la selecci�n h�ngara comenz� a ganarlo todo fue a partir de ah�, de esos a�os 50. As� que en la gran selecci�n que gan� el oro ol�mpico y fue subcampeona Mundial, Kubala no estaba. En Hungr�a no est� reconocido como miembro de aquella selecci�n. Aunque claro, fue un mito en el Bar�a. Pero no en la selecci�n.
Czibor fue capit�n del ej�rcito.
Aunque era lo normal. Les iban dando grados militares, y el Honved era el equipo del ej�rcito. Eso te permit�a tener una mejor vivienda, un mejor sueldo... Era una forma de profesionalizar el tema. Entonces no hab�a contratos ni clubes que te pagaran un sueldo.
Y llega la Revoluci�n H�ngara en 1956.
Huimos todos. Entraron los tanques rusos disparando contra la poblaci�n civil. Mataron a 10.000 personas. Y lo hicieron en 10-12 d�as. Aquello pill� al Honved precisamente en Espa�a. El Honved ten�a que jugar contra el Athletic Club de Bilbao. Es m�s, el partido de vuelta ya no lo pudo disputar en Hungr�a porque ya est�bamos en guerra, y se jug� en Bruselas. Algunos h�ngaros volvieron, otros se quedaron en Austria, y mi padre contrat� a unos contrabandistas para sacarnos a nosotros de all�. En los pa�ses del Este, tras el Tel�n de Acero, faltaban muchas cosas. Y hab�a contrabandistas que se dedicaban a pasar la frontera y tra�an de todo. Mi abuelo les pag� para que nos llevaran a Austria.
�Cu�ntos miembros de su familia huyeron?
Yo ten�a un a�o y medio. Iba con mi madre, mis dos hermanas, una hermana de mi padre y una chica hu�rfana que trabajaba con nosotros. Mi abuelo nos acompa�� con los contrabandistas, pero volvi� porque mi abuela era ya bastante mayor y ya no pod�a escapar por la frontera. Ten�amos que ir desde Budapest hasta Viena a pie. Por caminos de monta�a. Y si te pillaban, te fusilaban. Hubo una primera vez que nos cazaron, pero pudimos volver para atr�s porque eran h�ngaros quienes controlaban todav�a la frontera. Pero lo intentamos una segunda vez. Hab�a dos caminos. Algunos de los que trataban de huir escogi� un camino diferente al nuestro. Esta vez ya no hubo guardias h�ngaros, sino soldados rusos. Los mataron. Nosotros tuvimos suerte.
Y se reunieron con su padre.
S�, en Viena. Estuvimos tres meses y luego lo contrat� la Roma. Pero no pod�a jugar partidos oficiales porque, al ser refugiado, la FIFA te sancionaba. S�lo pod�a jugar amistosos. Un d�a vino Kubala a Roma, creo que con Domingo Balmanya, para convencer a mi padre para que se viniera al Bar�a. Eso fue ya en 1958. Ya llegu� yo a Barcelona con tres a�os.
No hubo problema alguno para que les nacionalizaran en la Espa�a de Franco.
�Claro que no! Huir de un pa�s comunista y venir a Espa�a supon�a que te dieran la nacionalidad en 24 horas. �ramos gente que hu�a del "demonio comunista" y que ven�a a "buscar la paz" a Espa�a. Y eso pasaba con todos. Con mi padre, Kubala, Puskas, Kocsis... En un momento eras espa�ol. Mi padre, adem�s, tampoco era comunista. Hungr�a estuvo sometida durante 45 a�os tras el Tel�n de Acero. Bajo el yugo de la Uni�n Sovi�tica. La gente no sabe lo que es eso... Es jodido.
Su padre tuvo un bar en Barcelona.
En la calle Capit�n Arenas. El Kep Duna (Danubio Azul). Hab�a un ambiente muy futbolero. Pillaban unas tajas... Le daban a los cubatas y se contaban sus batallitas. Eran otros tiempos. A alguno lo hab�an ido a sacar de alg�n sitio as� un poco turbio, lo met�an en la ducha y le pon�an a jugar. La condici�n f�sica no exist�a. O sab�as jugar a f�tbol, o no val�as. Ahora hay t�os que son muy r�pidos. Muy fuertes. Y no saben dar una patada a una lata.

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