En la historia del fútbol brasileño, los grandes jugadores se consagran al ganar una Copa del Mundo, es un requisito indispensable para ser considerado una leyenda. Sin embargo, este jugador no tuvo la oportunidad de levantar un Mundial con la canarinha, pero aun así es considerado uno de los mayores talentos de la historia de su país. Si quieres saber más sobre él, no dejes de leer este resumen de la biografía de Zico (3 de marzo de 1953, Rio de Janeiro, Brasil).
Biografía de Zico resumen
Índice
Primeros años en el Flamengo
Arthur Coimbra fue el nombre con el que lo bautizaron sus padres, pero en su barrio era conocido como Zico. Los primeros golpes que dio al balón fueron en una cancha de fútbol sala, y tras un encuentro en el que marca 10 goles, un par de ojeadores del Flamengo de la Liga brasileña solicitan al padre la incorporación de la joven promesa a las categorías inferiores del club.
Zico desde siempre fue considerado un fenómeno por los técnicos del Flamengo, y en 1971, con 18 años, logra debutar en un encuentro en el que da la asistencia para el gol de la victoria. La temporada siguiente alterna entre el juvenil y el primer equipo, con buenas actuaciones que ayudaron a la obtención del campeonato doméstico en 1972. Sin embargo, Zico se mantendría en el equipo amateur dos temporadas más.
En 1974 recibe el dorsal 10, número muy representativo en todos los clubes del fútbol brasileño. Esa temporada destaca con actuaciones escandalosas ante equipos como el Santos, Corinthians o São Paulo. Zico era un jugador nunca antes visto en la historia del deporte, un mediapunta con mucho gol, pero sobre todo con un dominio superior de los conceptos tácticos del juego.
Tras 4 temporadas consigue tres títulos domésticos con el Flamengo, lo que marcó el inicio de la primera edad de oro del club. Las actuaciones del mediapunta le valieron para ser convocado con Brasil para la Copa del Mundo de 1978 en Argentina. La canarinha perdió, pero Zico dejó buenas impresiones que le valdrían para convertirse en un referente del equipo.
Zico reinando en la Libertadores
Los años 80’s fueron dorados para el Flamengo. En 1980 obtiene nuevamente un Brasileirao y logra clasificarse a la Copa Libertadores de 1981, que ganarían con una actuación estelar de Zico. Además, su equipo ganó la Copa Intercontinental al Liverpool con un resultado favorable de 3-0. Gracias a ello fue convocado a la Copa del Mundo de 1982 con una selección de Brasil en la que él era la máxima estrella.
La actuación del equipo de Zico en el Mundial del 82 elevaron al jugador al olimpo del fútbol. La manera en la que ese equipo jugaba al balón era única, siendo considerada «la última expresión real del jogo bonito», con auténticas exhibiciones en pleno torneo. Sin embargo, serían eliminados por Italia, que con un juego más defensivo anularía por completo la magia brasileña, con Zico como protagonista negativo al fallar un penalti.
Sin embargo, ese año obtuvo todos los reconocimientos, siendo el primer sudamericano en ganar el Premio World Soccer al Mejor Jugador del Año. Además, fue incluido en el Once Ideal del Mundial y toda la comunidad futbolística lo reconoció como uno de los mejores de la historia.
Años finales de su carrera como futbolista
En 1983 decide probar suerte en Europa y ficha por el Udinese de la Serie A. Si bien realizó dos buenas temporadas, con actuaciones de mérito ante los grandes equipos del campeonato italiano, el Udinese no obtuvo ningún título importante, por lo que en 1985 regresa a Flamengo.
En su temporada de regreso al Flamengo cae lesionado en un partido de liga tras recibir una entrada a la rodilla, lo que le dejó fuera de los terrenos de juego casi un año, e incluso tuvo que ser operado hasta en tres ocasiones. Logra recuperarse para ir a la Copa del Mundo de 1986, pero no realiza una buena actuación.
Siguió hasta 1991 en el Flamengo, consiguiendo otro Brasileirao antes de marcharse a Japón donde finalizaría su carrera como futbolista de élite. Años más tarde se une a la Selección Brasileña de Fútbol Playa e incluso llegaría a probar suerte como entrenador, dirigiendo a la Selección de Japón en la Copa del Mundo de 2002, y ganando una Copa Asiática con ellos en 2004.
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