Un viaje por Zurich: qué ver en esta ciudad Suiza durante una escapa de fin de semana

¿Qué espera la gente encontrar cuando viaja a Zúrich? Lo más conocido son las compañías de seguros, oficinas bancarias, empleados trajeados. Aceras limpias. Coches buenos de diseño agresivo. Escaparates atractivos. Transporte público puntual e impecable. La sede europea de Google. Los Alpes como telón de fondo. El lago. Todo tan predecible como preciso.

Lo que es menos conocido es que el clima en esta ciudad es agradablemente suave y soleado (el termómetro casi nunca cae por debajo de cero en invierno) y que por aquí y allá crecen a lo largo de las calles malas hierbas que nadie piensa en arrancar. 

Pequeños detalles que hacen las delicias de paseantes y curiosos de fin de semana atraídos por otra urbanidad posible. Una nueva urbanidad que se debe en gran parte a la antigua línea ferroviaria suspendida de Zúrich Oeste, convertida en la columna vertebral que marca esta transición. Es ahí, entre tiendas de moda y de diseño, donde están surgiendo las últimas tendencias de consumo, los nuevos estilos de vida. 

Mejor comunicada gracias a una su línea de tranvías, esta zona de pasado obrero ha cambiado significativamente en los últimos diez años, y los antiguos locales industriales se han convertido en restaurantes y hoteles de diseño, donde se sirven röstis entre paredes desnudas o mesas de ping-pong, y vanguardistas centros culturales. 

Aquí es donde la marca de accesorios Freitag, realizados con lonas de camión, ha instalado su tienda principal, cuatro plantas en un edificio construido con contenedores apilados con aspecto de tótem. También en Zúrich Oeste puedes encontrar tiendas de skateboards con aspecto de galerías de arte y barberos cubiertos de tatuajes en peluquerías al más puro estilo rock. 

Las personas mayores comparten sus conocimientos de bricolaje con jóvenes frikis en tiendas de diseño donde abogan por el valor de ese tipo de intercambio. Aquí, todo el mundo tiene su lugar. Y el arte está presente en cada esquina de la calle: escenarios de teatros, clubes de jazz, fiestas tecno, espacios para exposiciones de vanguardia, museos con una estimulante programación cultural... El aburrimiento ha huido de Zúrich, por eso viajamos aquí.