Yo (2007), de Rafa Cortés

El barcelonés Alex Brendemühl demostró sus cualidades interpretativas en Las horas del día, “opera prima” de Jaime Rosales. Ahora protagoniza esta arriesgada propuesta, que supone el debut del mallorquín Rafa Cortés, con quien ha coescrito el guión. Al parecer habría dado más o menos igual que no lo hubieran escrito, pues este texto sólo lo conocía Brendemühl, coautor del mismo, pero nunca se lo dejaron leer a los secundarios, a quienes el director explicaba más o menos las motivaciones de sus personajes para que improvisaran.

El actor, hijo de una española y un alemán en la vida real, interpreta a Hans, un ciudadano germano que recala en un pueblo de Mallorca, donde ha sido contratado por un millonario para realizar tareas domésticas. A Hans le instalan en una casa donde anteriormente vivía su predecesor, que curiosamente también se llamaba Hans, y que ha desaparecido sin dejar rastro. El primer Hans estaba involucrado en una misteriosa historia de la que su sustituto se entera poco a poco.

Grabada en vídeo digital, con un aspecto experimental, la idea es mezclar fragmentos inquietantes que parecen sacados de un thriller, con elementos cómicos y surrealistas que pretenden recordar el tono de un relato de Julio Cortázar. Pero al margen de alguna secuencia aislada simpática, que muestra la relación del recién llegado con los habitantes del pueblo, el relato se vuelve confuso y no está claro qué se pretende contar.