Desde que obtuvo su primer papel importante en 1985 a las �rdenes de Steven Spielberg -fue en El color p�rpura, que le vali� incluso una nominaci�n al Oscar a la mejor actriz-, Whoopi Goldberg no ha dejado de trabajar y de cosechar �xitos sonados en su carrera como estrella del entretenimiento en Estados Unidos. Sin ir m�s lejos, en las �ltimas temporadas ha sido una de las sensaciones de la televisi�n en su pa�s gracias a su trabajo en The View, un programa de debate que presenta desde 2007 y que no s�lo cosecha audiencias generosas, sino que le ha reportado una media de seis millones de d�lares de ingresos al a�o. En ese aspecto, y a punto de cumplir en noviembre 65 a�os, ya tiene la vida resuelta.
Sin embargo, si hay un papel en su f�rtil trayectoria al que bien se le podr�a atribuir el grueso de su fama y proyecci�n internacional, ese es el de Deloris Wilson en Sister Act (1992), una cantante de cabaret que acaba escondida en un convento de monjas por imposici�n de un programa de protecci�n de testigos. Sister Act fue un taquillazo de principios de los 90 -cosech� en taquilla m�s de 200 millones de d�lares-, y que tuvo una secuela igual de exitosa para m�s tarde convertirse en un musical de Broadway; ahora, casi 20 a�os despu�s, la esperada tercera parte -de la que se ven�a rumoreando su preproducci�n desde 2018-, parece ser que llegar� por fin a Disney+ en 2021, despu�s de que la semana pasada se informara del buen avance del proyecto, en el que Whoopi Goldberg volver� a ser protagonista.
En resumen, a Goldberg le ha ido muy bien en lo profesional, y sigue recogiendo los frutos del cari�o que siempre ha recibido del p�blico. Aquel Oscar que se le escap� con El color p�rpura lo consigui� atar por fin al cabo de cinco a�os, esta vez por su papel secundario en Ghost (1990). Sin embargo, tras los aplausos y las risas se esconde una realidad mucho m�s cruda y dif�cil, y que viene a confirmar la sospecha de que, muchas veces, tras un caso de �xito en el humor lo que se esconden son episodios de una gran tristeza.
La vida de Goldberg ha sido particularmente dura. Nacida en Nueva York, sus or�genes son profundamente humildes y atraves� varios episodios terribles en su adolescencia, desde tener que abandonar los estudios en el instituto por su incapacidad de progresar al ritmo del resto de alumnos -a�os m�s tarde se le diagnostic� dislexia- a pasar dos veces por el trauma de abortar tras dos embarazos no deseados, el primero a los 14 a�os, y el segundo a los 15.
Esa falta de apoyo familiar y de sost�n econ�mico fue lo que le acab� arrojando a las calles: durante su adolescencia fue una sintecho que acab� atrapada en el consumo de drogas -desde hero�na a LSD, seg�n su propia confesi�n-, y que consigui� superar al cabo de un tiempo tras ingresar en un programa de desintoxicaci�n.
A veces, las malas situaciones llevan consigo la semilla de una buenaventura, y fue durante el proceso de recuperaci�n cuando conoci� a su primer marido, Alvin Martin, que era su consejero en el plan de rehabilitaci�n. Ella ten�a por entonces 19 a�os y tuvieron al poco tiempo a su primera hija, Alexandrea. Todo esto sucedi� varios a�os antes de su entrada en el cine y el �xito de El color p�rpura, as� que durante buena parte de su post-adolescencia Whoopi Goldberg estuvo sin trabajo y sin sost�n econ�mico, sobre todo despu�s del r�pido divorcio de Martin.
Fue entonces cuando decidi� mudarse a California para buscar nuevas oportunidades. Durante un tiempo vivi� del programa p�blico de apoyo a las rentas bajas, hasta que finalmente encontr� su camino en el cine y en el circuito de la comedia.
Una vez Goldberg conoci� el �xito, su vida se normaliz� -al menos en comparaci�n con sus experiencias anteriores- y no ha sufrido ning�n altibajo profesional notable, excepto en aquella ocasi�n, al calor del �xito de Sister Act, en la que se relacion� en 1993 con el actor Ted Danson -por entonces una celebridad enorme gracias al �xito de la serie Cheers-, justo cuando �l estaba divorci�ndose de su esposa.
La infidelidad de Danson no habr�a tenido mayor historia si no fuera porque, seg�n los rumores de la �poca, la pareja practicaba juegos parasexuales en los que �l se pintaba la cara de negro y se dirig�a a ella con t�rminos de profunda intenci�n racista, una sospecha que durante un tiempo persigui� a Goldberg y que hizo que en la prensa se le tildara de todo lo peor que se le puede decir a una mujer negra en Estados Unidos. Ella lo desminti� al principio; m�s tarde prefiri� tom�rselo a broma, como se har�a con cualquier leyenda urbana disparatada. Lo que s� admite es haberse acostado con un hombre casado y haber contribuido a acelerar un proceso de divorcio que, en el momento de la infidelidad de Danson, a�n no estaba claro.
Superada la crisis tras su ruptura con Danson en 1994, y sin que nunca se pudieran confirmar los rumores, Whoopi Goldberg no ha vuelto a tener que pasar por humillaciones semejantes y ha gozado de una carrera plena, exitosa y en la que nunca ha faltado el cari�o del p�blico, sobre todo porque ha sabido poner al mal tiempo buena cara y sortear con desparpajo cualquier aprieto, hablando con claridad de cualquier asunto pol�mico -como su adicci�n a las drogas o, m�s tarde, sus problemas de salud-, generando un proceso de empat�a, comprensi�n y afecto.
Es lo que le ha mantenido activa en televisi�n, cine, ofreciendo espect�culos c�micos, grabando discos, implic�ndose en el activismo pol�tico e incluso doblando voces en series y pel�culas de dibujos animados. A fecha de 2020, se calcula que su patrimonio neto acumulado desde los a�os 90 supera los 60 millones de d�lares.
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