Vittorio Gassman, el actor que no se dejó enterrar ni en el escenario ni en la vida

Vittorio Gassman, el actor que no se dejó enterrar ni en el escenario ni en la vida

Un siglo de su nacimiento

‘Il Mattatore’ italiano del cine y el teatro, fallecido en el 2000 a los 77 años, fue un alma tan creativa como atormentada

Vittorio Gassman en una imagen tomada en Roma en 1994

Vittorio Gassman en una imagen tomada en Roma en 1994

Luciano Viti/ Getty Images

"No se dejó nunca enterrar ni en el escenario ni en la vida". Así reza el epitafio que Vittorio Gassman insinuó a la prensa llegado el momento de su muerte, acontecida el 29 de junio del 2000 a causa de un ataque al corazón. Tenía 77 años, una edad demasiado temprana para alguien cuya carrera abarcó más de cinco décadas y que luchó constantemente contra el paso del tiempo. El gran actor italiano, nacido en Génova tal día como hoy hace un siglo, confesaba sin tapujos que sería feliz si pudiera regresar de nuevo a los veinte años, o a los cincuenta, "que quizás es la edad más hermosa". Pero el tiempo avanzaba imbatible y Gassman, un alma tan creativa como atormentada, arrastró gran parte de ese pesar con una sucesión de depresiones. 

En una carrera de más de cinco décadas, Gassman luchó constantemente contra el paso del tiempo

Un hombre tan magnético, enérgico, dueño de un carisma arrebatador y sinónimo de éxito en todo lo que hacía, también tenía su lado oscuro. "Vittorio tenía miedo a la muerte, como todos nosotros. Él un poco más, porque era extremadamente sensible y estaba lleno de vida. Por lo tanto, la muerte no le pertenecía", aseguró su viuda, Diletta D'Andrea, a principios del pasado mes de abril durante la inauguración de la exposición que el Auditorium Parco della Musica de Roma dedicó a Gassman con motivo de su centenario. 

Vittorio Gassman en juillet 1987, Italie. (Photo by Bertrand LAFORET/Gamma-Rapho via Getty Images)

Vittorio Gassman en una imagen de 1987

Bertrand LAFORET / Getty

Y es que este 1 de septiembre, uno de los actores italianos más queridos por su elegancia, talento, versatilidad y humor, ya sea en la gran pantalla, en el teatro o en la televisión, hubiera cumplido un siglo. Nacido en Génova de padre alemán de familia adinerada y de madre italiana de origen judío, Vittorio sintió pronto la llamada de la interpretación, por lo que se trasladó a Roma a estudiar arte dramático. Lo suyo era auténtica pasión por las tablas y debutó con 20 años con Alda Borelli en la obra teatral La Nemica (La enemiga) de Niccodemi. 

Con la compañía de Luchino Visconti se puso en la piel de un vigoroso Kowalski en Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams. Representó Muerte de un viajante, de Arthur Miller e interpretó a complejas criaturas shakesperianas como Hamlet, Otelo y Yago. Puso en marcha un teatro popular itinerante y en 1979 creó en Florencia un espacio en el que incluso dio clases y formó a muchos actores. Intérprete todo terreno, en el cine debutó con Giovanni Paolucci en Preludio d'amore (1946) y junto a Silvana Mangano coprotagonizó el melodrama Arroz amargo (1949). 

El versátil y tímido Gassman triunfó en el teatro, el cine y la televisión. Murió el 29 de junio del 2000 de un ataque al corazón a los 77 años

Posteriormente trabajó a las órdenes de algunos de los más importantes directores del momento, como Mario Monicelli, con quien rodó la célebre Rufufú junto a su gran amigo Marcello Mastroianni, con Ettore Scola (La familia, La cena, La terraza..) o Dino Risi, que en Perfume de mujer le brindó el premio al mejor actor en el festival de Cannes. Pero fue a raíz de su aparición en Il Sorpasso (1962), cuando su carrera dio un salto enorme. El clásico de Risi, uno de los mejores exponentes de la 'Comedia a la italiana', le lanzó a la fama internacional. Un género en el que se prodigó en los años cincuenta y sesenta, con grandes éxitos como La gran guerra, con Alberto Sordi, o Monstruos de hoy.

Gassman y Elizabeth Taylor en 'Rhapsody', de Charles Vidor

Gassman y Elizabeth Taylor en 'Rhapsody', de Charles Vidor

Corbis via Getty Images

Gracias a su dominio del inglés, pudo trabajar en varias producciones de Hollywood: desde Rhapsody (1954), al lado de Elizabeth Taylor y dirigido por Charles Vidor; Guerra y paz (1956), con Henry Fonda, Audrey Hepburn y Mel Ferrer, hasta Sleepers (1996), donde tuvo de compañeros de reparto a Robert De Niro, Dustin Hoffman y Brad Pitt. 

También hablaba bien español y participó en películas como La corona negra (1951), haciendo de amante de María Félix, y El largo invierno (1992), de Jaime Camino, donde actuó con la carga de una profunda depresión. Pese a ello, el director barcelonés defendió su profesionalidad en el set. Su sola presencia, envuelta en 1,87 metros de altura y coronada con una mirada desafiante, magnificaba cualquier filme, otorgándole una calidad que pocos intérpretes podían dar ante la gran pantalla. Se entregaba de lleno en el personaje, ya fuera un villano o un galán, y hurgaba en él quitando y poniendo capas, familiarizándose siempre con el texto.

Vittorio Gassman protagonizó junto a Silvano Mangano bajo la batuta de Giuseppe de Santis 'Arroz amargo', 1948. El filme, sexto del actor, supondría el lanzamiento a la fama de ambos intérpretes.

Vittorio Gassman protagonizó junto a Silvano Mangano bajo la batuta de Giuseppe de Santis 'Arroz amargo' en 1948. 

Propias

Inquieto, enamoradizo, seductor, pasional y de personalidad melancólica, se definía como “una persona con una timidez repugnante” que la actuación ayudó a superar. Necesitaba constantemente el reconocimiento del público para subir su autoestima. "Yo nací mentiroso y elegí el oficio de la falsificación", contaba en sus memorias Il Mattatore, (El matador) como se le conocía popularmente desde que en 1959 presentara el programa de televisión de la RAI del mismo nombre, un espacio en el que actuaba, cantaba y hacía entrevistas. 

Gassman era un perfeccionista en todo lo que hacía, pronunciaba bien todos los dialectos y poseía una dicción exquisita. Recitaba La divina comedia de Dante y poemas con la misma intensidad que leía en voz alta el recibo del gas en la popular serie de televisión de los noventa Túnel. El Oscar se le resistió, aunque entre sus reconocimientos figuran el Premio Donostia del Festival de San Sebastián de 1988, certamen en el que ya se alzó en 1971 con la Concha de Plata al mejor actor por Brancaleone en las cruzadas; el León de Oro Especial en 1996 o el Príncipe de Asturias de las Artes en 1997.

Vittorio Gassman recoge la Concha de Plata por su interpretación en 'El Tigre', 15º Festival de Cine de San Sebastián, 1967. Junto a él, en la imagen, la actriz Marta Hyer

Vittorio Gassman recoge la Concha de Plata por su interpretación en 'Brancaleone en las cruzadas'

Propias

"Tengo mucho dinero. Tengo muchos amigos. Tengo mujer y cuatro hijos. Dicen que soy uno de los tres más grandes actores del mundo. Entonces, ¿por qué todo esto se diluye en una sensación de vacío perpetuo?", escribió en sus memorias. Por desgracia, su vida se apagó con una herida profunda en el alma. Para el resto del mundo su vasto legado - entre películas, obras y libros- permanece inalterable. Una huella que siempre estará viva. A cien años de su nacimiento, Gassman sigue siendo eterno.   

Tengo mucho dinero. Tengo muchos amigos. Tengo mujer y cuatro hijos. Dicen que soy uno de los tres más grandes actores del mundo. Entonces, ¿por qué todo esto se diluye en una sensación de vacío perpetuo?

Vittorio Gassman

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