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El Director [Chanya] Button tiene un ojo excelente y un sentido ingenioso de observación, pero parece luchar contra la naturaleza sobreescrita de este guión.
De alguna manera a la vez lujuriosa y sin sangre, y nunca menos que Merchant-Ivory bonita, esta película biográfica bien intencionada se apega demasiado a su inspiración epistolar y nunca se deja llevar por un vuelo imaginativo.
Una forma defectuosa pero fascinante y fresca de acercarse a Woolf y Bloomsbury, beneficiándose de un giro atractivo de Gemma Arterton como Vita Sackville-West.
Es una actuación buena y honesta y, a pesar de que la película en sí es frágil, cohibida y quizás un poco absurda a veces, existe un idealismo vehemente y urgente.
Sin embargo, una buena voluntad se desperdicia con algunos toques que matan el estado de ánimo, sobre todo un puntaje que solo puede describirse como una tienda de velas electrónica.
Button ha tocado un tema que atraerá tanto a las audiencias literarias como a las LGBTQ, pero le falta la electricidad para hacer un esfuerzo adicional teatralmente.
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