Críticas de El caso Villa Caprice (2020) - FilmAffinity
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El caso Villa Caprice

Drama La vida de Luc Germon, un famoso abogado de gran reputación, se ve trastocada cuando acepta a un nuevo cliente, Gilles Fontaine, uno de los empresarios más poderosos de Francia. A este le acusan de comprar una propiedad en circunstancias sospechosas, y deberá confiar en las habilidades de Germon para librarle del caso, pero poco a poco, los aliados empezarán a convertirse en enemigos.
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
24 de enero de 2022
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El caso Villa Caprice es un film sobre el poder; eso parece y eso dicen sus realizadores. Puede ir también sobre la ambición, la avaricia, la corrupción, el lujo, las ansias de libertad o la dependencia en la vejez. Es decir, que después de los 100 minutos de visionado uno no llega a atisbar cuál era tema principal de la película, ni si tenía algún lugar al que quería llegar.

El guion de Pascale Robert-Diard y Bernard Stora se basa, en su primera mitad, en la descripción matizada y prometedora de espacios y escenarios que albergan y figuran los dramas que tendrán lugar: la propia Villa de la que toma el título, las frías salas de los juzgados, el avión de Fontaine o la decimonónica y enrevesada casa de Germont, el abogado protagonista.

Los primeros compases se dedican también a presentar a los personajes, de un modo muy simplista el del millonario y su entorno y mucho más rico el de Germont. Cuando asistimos a ello, sin embargo, todo parece un sugerente y pretencioso tráiler, una manera de enganchar al espectador a una trama que nunca termina de arrancar y que se desarma a sí misma con continuas contradicciones, crípticas investigaciones y una supuesta pelea de gallos que no pasa de coloquio de ascensor.

Aunque Bernard Stora tuvo sus inicios en el rodaje de largometrajes, los cerca de veinte años que lleva en el mundo de las series de televisión han podido mermar su capacidad para comprender el ritmo y la tensión que requiere una historia que se cuenta en menos de dos horas y que necesita dominar los tiempos y tener algo finito que contar.

El retrato inicial que hace de Germont, apoyado en la veteranía y profesionalidad de su intérprete Niels Arestrup, revela las buenas intenciones de Stora. Por eso, el maltrato al que somete a ese personaje, haciéndole comportarse de un modo incoherente con el perfil realizado de su personalidad y sin describir ningún motivo para su cambio de rumbo (ni su pérdida de coeficiente intelectual), tumba cualquier interés y valoración benevolente hacia este film.

www.contraste.info
Revista Contraste
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23 de enero de 2022
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Patrick Bruel, como Gilles Fontaine, representa a ese tipo de personajes poderososs que todo lo parasitan para su beneficio propio.

Luc Germon, dando vida, de manera magistral, al abogado Niels Arestrup, se termina dando cuenta, y termina siendo, un simple sirviente del empresario corrupto.

El capitán de velero Jérémie es como la voz de la clarividencia, es el personaje que dice las verdades, conocedor del espacio y puesto que ocupa.

Un placer volver a ver en pantalla a Irène Jacob, como atrapada esposa.

Fontaine es ese tipo de rico, de poderoso, que todo lo quiere dominar que todo lo quiere poseer, incluso las personas, y disfruta, en su vileza y en su soledad, de jugar con ellas a su capricho.


Un personaje destructivo.

Mi puntuación: 5,62/10.

Chistes y críticas en holasoyramon.com
holasoyramon
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20 de enero de 2022
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Ceder a un chantaje es ineficaz y peligroso

Villa Caprice, en su título original francés, comienza con la llegada de dos coches de la policía secreta que van a hacer un registro en una gran mansión frente al mar. Les atiende la dueña Nancy Fontaine, Irene Jacob, al estar de viaje su marido Gilles Fontaine, Patrick Bruel.

Gilles es informado por sus asesores del registro de su casa, próxima citación judicial y dimisión del político Michel Jacquin, Yves Jacques. Detrás de éste escándalo está la compra de la lujosa Villa Caprice a precio sospechosamente inferior del valor real de mercado.

La delación de una mujer vengativa ha descubierto todo el caso por lo que la prensa se hace eco mientras empieza a actuar la investigación policial y el proceso judicial.

La hasta entonces ostentosa vida de los Fontaine se ve alterada por las revelaciones que publican las noticias de los medios de comunicación.

El guion desde el comienzo va armando el rompecabezas argumental a partir de las diferentes piezas que va presentando en el desarrollo de El caso Villa Caprice.

Gilles Fontaine se ve obligado a buscar su defensa legal dando con un abogado maduro tan prestigioso como pretencioso, Luc Germón, Niels Arestrup. Éste asesor legal que está en el final de su carrera profesional duda aceptar el caso por lo que impone sus métodos particulares de actuación.

Está muy bien dibujado el perfile del poderoso empresario que acaba formando alianza con el reputado abogado. A través de su trabajo vamos conociendo sus particulares personalidades y ambiciones materiales.

*La lujosa Villa Caprice frente al Mediterráneo

A medida que se va desarrollando la trama se va desenredando la tela de araña de las corruptelas políticas, los favores personales, las especulaciones económicas y otras ambiciones.

Resulta particularmente interesante la estrategia que sigue el veterano abogado Germón en la defensa jurídica del potentado empresario corrupto. Así la secuencia de su entrevista en el despacho del juez Cyril Madec, Laurent Stocker, es suficientemente elocuente de su manera de actuar a través de unos diálogos muy bien construidos.

El empresario cada vez más acorralado judicialmente recurre angustiado al heterodoxo abogado para que le libre del derrumbe. Para preparar su defensa ante la inmediata cita con el Juez de Instrucción el empresario acoge a su abogado durante el fin de semana en Villa Caprice.

En la acomodada y lujosa mansión hay otra gran secuencia de guion y actuaciones en la preparación de la comparecencia inicial del acusado.

La música original instrumental compuesta por Vincent Stora remarca bien el clima ascendente de tensión dramática que va adquiriendo la película. La banda sonora se complementa con temas clásicos de Beethoven, la ópera Tosca, David West y Alice Penrose.

Están bien dibujados los personajes secundarios que protegen y rodean al ambicioso empresario en Villa Caprice. Su mayordomo Pascal y Jeremie el patrón de su velero.

La acertada y luminosa fotografía de Thomas Hardmeier recrea ensalzando la atmósfera glamurosa de la lujosa mansión frente al mar Mediterráneo. Sirve además de contrapunto visual a las secuencias parisinas donde se desarrolla la investigación y proceso judicial.

*El descreimiento del astuto y persistente abogado Germond

A medida que El caso Villa Caprice avanza se vuelve aún más interesante en el reto del astuto abogado para librar a su cliente de la cárcel. Para ello la dirección de su estrategia ejemplariza bien los tratos y tretas del veterano abogado. Tantea presionando indirectamente a testigos, abogados, fiscales y jueces con cuantas ardides cree puede resultar vencedor en el pulso ante la Justicia.

El guion se adereza además con las ambiciosas mujeres del empresario y el político corrupto, Gilles Fontaine y Isabelle Jacquin. Sus amenazas y venganzas añaden pimienta al cuadro dramático en su fase final de posibles desenlaces diversos.

Una gran fiesta en Villa Caprice reúne a los diferentes personajes de la red de influencias y complicidades.

En la bien elaborada trama argumental añaden sus autores otro oscuro caso de negociaciones accionariales. Implicados aunque en bandos opuestos el pertinaz abogado y el potentado empresario en las disputas entre un orgulloso Vanecker, François Vincentelli, y los hijos de Perrin.

A medida que se encamina el final un cada vez más descreído y escéptico Germond empieza a decaer en su motivación vital. Cansado de su larga trayectoria que empezó con una infancia triste da vueltas deseando cambiar de vida. Los guionistas resuelven bien el cierre de la película de manera acertada y creíble.

*Conclusión

El caso Villa Caprice es una entretenida película del director y guionista Bernard Stora. Bien construida argumentalmente mantiene el interés y la emoción hasta su desenlace final. Una venta sospechosamente favorecedora de una lujosa mansión a precio muy bajo se destapa por la venganza de la mujer de un político infiel.

La delación levanta un escándalo social y arrastra al favorecido empresario amigo del exmandatario. Éste se ve obligado a confiar en un veterano abogado de métodos poco ortodoxos para que le salve de la cárcel.

Un micromundo de corrupción, presiones y ambiciones materiales son el telón de fondo donde se mueve el plantel de personajes. Drama realista que es muy reconocible en la sociedad de cualquier país actual.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez
Cinemagavia
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14 de enero de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un thriller enmarañado de corrupciones en donde el poder y el dinero marca la diferencia entre las personas. 

La película comienza con un registro por parte de la policía a la lujosa mansión de Villa Caprice Esta casa pertenece a Gilles Fontaine, un multimillonario que según las acusaciones consiguió el inmueble tras sobornar a unos políticos corruptos. Para su defensa contrata a Luc Germon, un temible abogado de París, especializado en asuntos político-financieros. Pero verdades ocultas comienzan a resurgir...

Un duelo de actores bastante interesante ofrecen los dos protagonistas, impresionante Niels Aestrup como el abogado de aspecto desaliñado que no se le escapa ni una, chocando con la arrogancia de Patrick Bruel un hombre acostumbrado a que todo tiene un precio y que todo hombre se puede comprar y manipular. El cara a cara entre los dos, destapará la caja de los truenos y tendrá un final muy inesperado.

Con bastante influencia al cine de Chabrol, el director Bernard Stora con un hábil guion nos lleva a un viaje de suspense a este despiadado mundo de los negocios y el poder.
Destino Arrakis.com
videorecord
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12 de junio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del calentamiento global, la destrucción de los océanos y la escasez del Rioja alavesa, la manipulación es una de las siete plagas que amenazan al hombre y menos a la mujer que suele ser una virtuosa de ese dudoso arte.

Un millonario francés compra una suntuosa villa que fue suya de niño a orillas de la Costa Azul, fruto de dinero negro y de un tejemaneje con el ayuntamiento local. Un Algarrobico en plan pijo. Una mujer abandonada por su marido, socio del otro, denuncia todos los trapos sucios de la operación y el empresario llama a un célebre abogado para que le saque las castañas del fuego. Se trata de uno de los últimos trabajos del extraordinario Niels Arestrup, recordado como el mafioso corso, perdón por la redundancia, de Un profeta.

Un magnífico guion, con afiladísimas frases, al que, no obstante hay que perdonar el truco barriobajero de la conversación en el coche, que delinea un personaje inolvidable y con un final que, por alguna dichosa vez, no acaba con la losa cadavérica del happy end hollywoodiano.

Si naciéramos con más habilidades y algo de experiencia trasmitida genéticamente, por HDMI o Bluetooth, no caeríamos con tanta facilidad en las trampas que nos prepara el destino. Seríamos como viejos prematuros, solitarios, cínicos, descreídos y entregados al alcohol y la melancolía.
O sea, tan ricamente.
alfonso
http://www.delgadalinearoja.com/2022/06/villa-caprice.html
Minke
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