Miles de personas desafían a Putin con su asistencia al funeral de Navalni en Moscú

Miles de personas desafían a Putin con su asistencia al funeral de Navalni en Moscú

Adiós al opositor ruso

El Kremlin advierte que cualquier reunión no autorizada en apoyo del fallecido líder de la oposición viola la ley

Miles de personas desafían a Putin con su asistencia al funeral de Navalni en Moscú
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Miles de personas desafían a Putin con su asistencia al funeral de Navalni en Moscú

Las miles de personas que estuvieron haciendo cola durante horas frente a la iglesia de Moscú donde este viernes ha tenido lugar la despedida del líder opositor Alexéi Navalni recibieron con un aplauso que parecía no tener fin el cuerpo del disidente, que falleció hace dos semanas en una prisión ártica en circunstancias aún no esclarecidas.

Se temía que pudiera haber retrasos porque los funcionarios de la morgue no entregaron el cuerpo a su familia hasta una hora antes del inicio de la ceremonia, pero finalmente el coche fúnebre ha llegado diez minutos antes del inicio del servicio, previsto para las 14 horas (hora local) - a las 16 horas ha tenido lugar el entierro, en el cementerio de Borísovo, en la misma ciudad. 

Para mí Navalni era como el Ché Guevara ruso

ViacheslavUno de los asistentes de la concentración

Durante el paso del coche fúnebre, tanto a la llegada como a la salida del cuerpo hacia el cementerio, también se escucharon entre la multitud algunos gritos de "¡Alexéi!" o "¡Navalni!", combinados con el lanzamiento de claveles hacia el vehículo. 

Los ciudadanos ya formaban una larga cola alrededor de la iglesia ortodoxa en el barrio moscovita de Márino al menos tres horas antes del inicio de la ceremonia fúnebre. Entre los moscovitas que acudieron a dar el último adiós a Navalni, desafiando las advertencias de las autoridades, se podía ver a personas de todas las edades, algunas de las cuales sostenían claveles y rosas rojas en sus manos. Todo ello bajo la atenta mirada de un gran número de agentes de la policía, que desplegó un fuerte dispositivo de seguridad. El Kremlin advirtió hoy que cualquier reunión no autorizada en apoyo del fallecido líder de la oposición viola la ley.

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El ataúd con el cuerpo de Navalni, junto a sus padres y otros familiares, durante su funeral, este viernes en Moscú

Reuters

"Navalni era nuestro héroe, nuestra esperanza, el único de unos pocos que ha sido tan valiente de ir hasta el final y que dijo a la gente que Rusia podía cambiar", explicaba Yelena, una mujer en la cuarentena, antes de que las lágrimas le impidieran continuar hablando. "No creo que Navalni se equivocase al regresar a Rusia (en enero de 2021, tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento con Novichok). Esa era su misión. Para mí él era como el Ché Guevara ruso", decía Viacheslav, jubilado moscovita, frente a la Iglesia del Icono de la Madre de Dios, al sureste de Moscú.

Era un símbolo de libertad

RamazánUno de los asistentes de la concentración

Según Yekaterina, Navalni fue siempre "alguien muy vivo". Él "eligió su destino y lo siguió sin importarle las dificultades", añadía en una cola kilométrica que daba la vuelta a la manzana del pequeño templo ortodoxo y seguía dos o tres calles más lejos.

Irina, que acompañaba a su marido Viacheslav, pensaba que habría media hora para que el público pudiera entrar tras el servicio religioso, pero al parecer, nadie de fuera pudo finalmente entrar en el interior de la iglesia.

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"Navalni murió" reza un cartel llevado por una de las personas que ha acompañado al opositor en su último viaje al cementerio de Borísovo 

Reuters

No lejos de los autobuses que trajeron a las fuerzas del orden y de las camionetas de los OMON (los antidisturbios), el joven Ramazán decía que no era seguidor de Navalni, pero que consideraba una obligación acercarse a despedirle. "Era un símbolo de libertad. Yo estoy aquí sobre todo porque Navalni era un valiente. Ahora será muy difícil que alguien como él tome su testigo".

Una vez acabado el servicio, llevaron el cuerpo al cementerio de Borísovo para enterrarlo, cercano a la iglesia. Muchos trajeron velas que encendieron en la calle en honor del destacado opositor, el más crítico de la última década contra el Kremlin de Vladímir Putin.

Fueron también miles las personas que siguieron al coche de Navalni en su último viaje hasta el cementerio. Tras media hora a pie y cruzar el puente Bratéyevski sobre el río Moscova, mientas les vigilaban policías apostados a cada diez metros del trayecto. Aunque no pudieron entrar al camposanto, eso no les impidió acompañar al opositor. "Iremos y esperaremos allí", dijeron varias personas. Saben que no sirve de nada, pero también que con el ejemplo de Navalni para ellos es como una obligación.

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Los padres de Navalni atienden el entierro de su hijo en el cementerio de Borísovo, Moscú 

OLGA MALTSEVA / AFP

El cuerpo fue entregado a la tierra mientras sonaba la canción My Way, de Frank Sinatra, una de las favoritas de Navalni, según destacaron sus aliados en una transmisión en directo desde la ceremonia fúnebre. 

Ante la imposibilidad de acudir al entierro por encontrarse en el exilio, Yulia Naválnaya se despidió de su marido con un mensaje en X: "Gracias por 26 años de felicidad absoluta. E incluso durante los últimos tres años de felicidad (cuando Navalni estuvo en prisión). Por tu amor, por tu apoyo, por hacerme reír incluso desde la cárcel, por pensar siempre en mí", escribió. "No sé cómo vivir sin ti, pero intentaré que allí, arriba, seas feliz y estés orgulloso de mí", agregó Naválnaya. 

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