Afición de primera, equipo en el pozo

Deportivo de la Coruña

Afición de primera, equipo en el pozo

El Deportivo, que presenta una entrada media de 13.000 aficionados en Riazor, competirá un año más lejos del fútbol profesional

El Albacete remonta para volver a Segunda

La plantilla del Deportivo, desolada tras ser apeada del ascenso a Segunda por el Albacete EFE

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Antes de las seis de la tarde del pasado sábado, La Coruña era una ciudad ilusionada. El Deportivo, tras dos temporadas de rubor en la categoría de bronce, estaba ante un partido en su estadio de recuperar su orgullo, regresar a Segunda y, a su vez, al fútbol profesional. En frente tenían al Albacete , otro club impropio de la Primera RFEF entrenado por Rubén de la Barrera , coruñés y entrenador del Deportivo el curso pasado, aquella convulsa temporada donde los de blanco y azul tampoco ascendieron. El desenlace ya lo conocen, los manchegos empataron en los últimos minutos (cuando Borja Jiménez retiró del campo a sus mejores hombres) y remataron la machada en la prórroga. A los gallegos les valía el empate para volver a Segunda, pero una vez más, el drama invadió Riazor.

De nada les sirvió ser el equipo más rico de la categoría; de nada sirvió que la asistencia al estadio durante la campaña superara a varios equipos de Primera (13.000 hinchas de media) y que una marea blanquiazul protagonizara el paseo marítimo en la previa de la final; de nada sirvió su escudo y su vitola de club histórico.

Dudas desde febrero

Con la derrota ante el Albacete, el antaño campeón de Liga confirmó un fracaso que se anunciaba desde febrero como una ola rompiendo en el horizonte. El Depor comenzó la campaña contento, llegó líder al 2022 y en la jornada 20 tenía seis puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Racing de Santander : el ascenso por la vía rápida era el objetivo primario. Sin embargo, una semana después, las inseguridades tocaron en su puerta. El Racing vencía 0-1 en Riazor y comenzaba una racha de tres derrotas consecutivas para un atónito Depor. Los cántabros le robaron el liderato y no lo soltaron jamás. Mientras tanto, el cuadro coruñés vivió en la irregularidad, cedió una barbaridad de puntos a domicilio e incluso fue abofeteado por el Celta B; el filial de su antagonista le endosó un 2-1 para regocijo de los de la Rías Bajas.

Con la bala del ascenso directo malograda y después de una segunda vuelta sinuosa, el Deportivo, inevitablemente, quedaba relegado a las incertidumbres del playoff. Al finalizar segundos en la liga, las eliminatorias a partido único se jugaban en su casa ante una hinchada entregada a la causa pese a los desplantes de su equipo en el verde. De hecho, en la semifinal ante el Linares, el aliento del estadio oceánico llevó a los suyos en volandas hacia el 4-0. Pero el sábado, a pesar de dominar el marcador hasta el minuto 82, el Albacete de De la Barrera fue mejor equipo. Ahora, mientras La Coruña llora, el futuro del club y de su entrenador es incierto; un proyecto diseñado para regresar al fútbol profesional ha muerto en la orilla.

Campeón de Liga en 2000, matagigantes en la final de Copa del Rey de 2001, el ‘centenariazo’, y poseedor de varias de las plantillas más excitantes de principios de siglo, el Deportivo cumplirá un lustro en el ostracismo. La siguiente será su tercera campaña en el tercer escalón del fútbol español, un laberinto tenebroso para un club acostumbrado a otras comodidades. Eso sí, su afición nunca le dará la espalda. Riazor volverá a llenarse el año que viene.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación